El Grito del Sur Nº 64 Febrero 2020 - Otro rugby es posible

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Periódico barrial Distribución gratuita 3.000 ejemplares mensuales Febrero 2020 ISSN 2451-7178

Comuna 1 /3 /4 Constitución, Monserrat, San Cristobal, San Telmo, Parque Patricios y Barracas

Año - 08

Número 64

Otro rugby es posible El crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell plantea múltiples interrogantes sobre las masculinidades, el deporte, el alcohol y la adolescencia. Dirigentes de clubes de rugby y jugadores opinan sobre la violencia y la discriminación en una de las disciplinas preferidas por los sectores medio-altos de nuestro país. Pág 6.

Una muerte patentada por Urbaser S.A.

¿Final para el DNU xenófobo?

Pág 3.

Pág 5.


02 · Sumario / Editorial

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Una muerte patentada por Urbaser S.A.

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En la Villa 31 hay ministerio, pero falta el agua

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No es el rugby, es la masculinidad hegemónica

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Lucas Fauno y el VIH: “La salida es colectiva”

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¿Final para el DNU xenófobo?

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06 “Hacia atrás no volvemos ni para tomar impulso” El crimen de Fernando Báez y la necesidad de construir otro rugby

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Segundo round: Sex Education lo hizo de nuevo ,

Editorial

¿Es el rugby? E

l crimen de Fernando Báez Sosa, asesinado a patadas por un grupo de diez rugbiers de entre 18 y 21 años de edad, desató grandes y profundas discusiones. Sin embargo, la discusión muchas veces redundó en si la característica determinante de la violencia de los asesinos tenía que ver con un deporte, con un status, con un consumo, con una esencia. En realidad no tiene que ver enteramente con ninguna de estas categorías, pero todas están puestas en juego a la hora de pensar por qué esto es un problema

social y no una coincidencia de once individualidades. Ni la ciudad de Zárate es como el barrio de zona norte San Isidro, ni el Club Náutico Arsenal es como su Club Atlético, el CASI. El zarateño es un club más bien popular, donde jugaban hijos de la clase trabajadora, y el único con el deporte rugby en toda la ciudad. Ni este club ni su rugby son exclusivos de “chetos”, sí de pibes con protagonismo social pero no necesariamente de plata.

Según Pierre Bourdieu, el habitus es un conjunto de matrices a partir de las cuales los sujetos perciben el mundo y actúan en él. Se incorpora mediante la socialización y los posicionamientos específicos de clase. El campo de lo posible se estructura en las validaciones que se ejecutan y reproducen dentro de esta lógica. La impunidad por ser un varón no-pobre no es una fantasía de estos jóvenes ni de todos los varones no-pobres que se creen impunes en sus transgresiones: es un hecho

empírico. ¿Es el rugby, entonces? No. Ni siquiera es “el rugby de Zárate”. Tampoco es solamente la masculinidad, ni su posición de clase, ni sus trabajos, ni los consumos, ni el club, ni las vacaciones en la costa. El homicidio de Fernando es un verosímil en un universo que se demarca por interseccionalidades complejas, no limitables a una práctica sino al universo de sentidos, privilegios e identidades que contienen esa misma práctica.

El Grito del Sur- Fundado el 23 de sepiembre de 2012 en el natalicio de Mariano Moreno - Registro ISSN 2451-7178 - Director Propietario: Yair Cybel - Tirada 3.000 ejemplares - Registro de la Propiedad Intelectual 5295866 Febrero 2020 - Número 64 - Domicilio legal: Camarones 1549 CABA - contacto: elgritodelsur@gmail.com Impreso en Editora del Plata S.R.L. - España 221, CP 2820 (Gualeguaychú, Entre Ríos) Registro de Medios Vecinales CABA - Se autoriza la reproducción del material publicado, citando la fuente.


Ciudad de la furia / Urbaser S.A. · 03

Falleció una jubilada aplastada por un árbol en Constitución

Una muerte patentada por Urbaser S.A. Pese a que Urbaser cobra más de 300 millones de pesos del Gobierno porteño para mantener los árboles de varias comunas, entre ellas la 1, un ombú se desplomó sobre una jubilada que murió esperando el colectivo en la estación Constitución. Comuneres del Frente de Todos piden investigar los controles. Nota · El Grito del Sur

E

l pasado 18 de enero, un viejo árbol ombú sucumbió en Plaza Constitución y aplastó a una jubilada de 83 años que esperaba el colectivo 148 en el cruce de Lima y Juan de Garay, frente a la autopista. Elsa llegó al Hospital Penna con politraumatismos graves, descompensación hemodinámica y múltiples lesiones, lo que provocó que falleciera horas más tarde. La muerte de la mujer disparó inmediatamente sospechas en relación a los millones de pesos que eroga la Ciudad para el mantenimiento de árboles, una facultad delegada en las comunas pero cuyos contratos son licitados por el Ejecutivo. Les comuneres de la Comuna 1 por el Frente de Todos, Sofía González, Gabriel Sánchez y Luciana Grossi, elevaron un pedido de informes para

determinar qué tareas realizaba y de qué manera se controlaba a la empresa Urbaser SA, que se lleva 317 millones de pesos por relevar y mantener cada árbol en la zona, por un plazo de 18 meses. Les comuneres exigieron al Gobierno porteño que “informe sobre tareas periódicas que se realizaron en plaza Constitución y en particular las que fueron realizadas sobre dicho árbol, ya que por resolución 421-GCABA-MAYEPGC/19, se aprobó y se adjudicó la licitación Pública de Etapa múltiple N° 8503-0787-LPU18 otorgando la ZONA A por un monto de PESOS TRESCIENTOS DIECISIETE MILLONES OCHOCIENTOS NOVENTA Y SIETE MIL DOSCIENTOS VEINTINUEVE CON 87/100 ($ 317.897.229,87) a URBASER ARGENTINA SA-SEOB SA – UT (oferta N°1)”. Ya el año pasado, El Grito del Sur había publicado la denuncia de una

ex asesora del entonces jefe comunal de la Comuna 1, Roberto Salcedo, por malversación de fondos públicos y falta de controles en la ejecución de obras de mantenimiento del arbolado. La denuncia daba cuenta de la falta de transparencia en la erogación del dinero desde las comunas hacia la empresa. «Las irregularidades impiden controlar el gasto y conocer si los fondos afectados a la ejecución de la licitación tuvieron el verdadero destino», denunciaba por entonces María del Carmen Marone. Urbaser Argentina S.A. es una empresa de capitales españoles y probados vínculos con el Pro. Figura como

donante de cuantiosas sumas de dinero para la Fundación SUMA, de la ex vicepresidenta Gabriela Michetti, quien a comienzos de la gestión de Cambiemos a nivel nacional fue denunciada por el dudoso origen de los fondos que fueron robados de su propia casa. Su controlante es el Grupo ACS, cuyo dueño es el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez. ACS posee el 5,72 por ciento de las acciones de Autopistas del Sol (Ausol), que contó con la participación mayoritaria de la familia Macri hasta mayo de 2017.


04 · Educar es combatir / Villa 31

La ministra Acuña inauguró el nuevo edificio

En la Villa 31 hay ministerio, pero falta el agua En medio de fuertes reclamos por la forma en que el Gobierno de la Ciudad lleva adelante la urbanización, la cartera educativa se mudó de su edificio en Paseo Colón a la Villa 31.

Nota · El Grito del Sur

L

a ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, inauguró el nuevo edificio del Ministerio de Educación construido en la Villa 31, como parte del plan de urbanización que viene desarrollando el Gobierno de la Ciudad en el barrio. El viernes 10 de enero Acuña llegó antes que nadie para filmarse contenta y orgullosa ingresando al lujoso ministerio de siete pisos que se encuentra al lado del Polo Educativo María Elena Walsh, otra de las obras inauguradas por la ministra. Con una sonrisa de oreja a oreja la titular de la cartera educativa porteña se filmó recorriendo el edificio y mostrando las instalaciones. Aunque aún faltan terminar algunas obras, ya mantuvieron allí las primeras reuniones del Gabinete. Esta no es la primera vez que la administración de Horacio Rodríguez Larreta decide invertir millones en edificios lujosos para mudar algún ente público del centro a las villas de la Ciudad de Buenos Aires: lo mismo hizo con el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat, inaugurado hace unos meses en los terrenos del Elefante Blanco, en Villa 15 – Ciudad Oculta. Sin embargo, los vecinos y las vecinas del barrio denuncian que las condiciones

estructurales de vivienda y hábitat en sus barrios no han sufrido modificaciones. «Se habla mucho de urbanización y para mí se está dibujando y mintiendo mucho», dijo a El Grito del Sur María Cheila, quien forma parte de los Brigadistas Bomberos Voluntarios del Barrio 31 y desde hace meses viene denunciando junto a los vecinos y las vecinas del barrio la falta de agua en las distintas manzanas de la villa. Según cuenta Cheila, se encuentran sin suministro de agua desde el mes de julio, aunque la situación ha ido empeorando y temen por la ola de calor. Otra de sus preocupaciones está relacionada con los posibles siniestros que pudiesen desatarse alguno de estos días, ya que ni siquiera las bocas hidrantes tienen las bombas de agua funcionando, lo que no solo impide el trabajo de los y las brigadistas, sino que también pone en peligro a toda la gente de los alrededores. La manzana más afectada en la 100 bis, que en octubre logró tener acceso al agua gracias a unas mangueras con las que sacaban de las bocas de otras manzanas -con previo acuerdo de los vecinos y las vecinas-, pero cuando se enteró la Secretaría de Integración Social y Urbana (SISU) decidió cortar también allí el suministro de agua.

Incluso algunos vecinos llegaron a recibir amenazas y acusaciones sobre que estaban robando agua. Con un panorama cada vez más difícil, la comunidad de la Villa 31 se organizó para redactar una nota, juntar firmas y presentarla ante la SISU en busca de respuestas que nunca llegaron. Por esta razón la legisladora porteña por el Frente de Todos, Maru Bielli, realizó junto a la comunera Sofía González un relevamiento por toda la manzana para ratificar el faltante de agua en todos los hogares que así lo denunciaron. Gracias a esto lograron que AYSA, a cargo ahora de Malena Galmarini, gestione la entrega de 35 mil litros de agua para la manzana 100 bis. El que también visitó el barrio fue Julián Caravello, quien está al frente de la Gerencia Operativa de la Gestión Territorial del Gobierno de la Ciudad, y se comprometió a llevar seis mil litros de agua para los vecinos y las vecinas del barrio. De todas formas, Cheila asegura que la cantidad que provee el GCBA no basta para abastecer las necesidades de la manzana y muchos de los niños y adultos mayores de las viviendas donde llegaron los suministros terminaron enfermos o con vómitos. Caravello, en su visita por la 31, aseguró que se estaba haciendo entrega de botellones de agua, lo que fue rápidamente

desmentido por los vecinos, y que ante el faltante de agua podían hacer el reclamo y la SISU enviaría motos para cumplir con el abastecimiento, lo que en la práctica no terminó funcionando, según cuenta la brigadista voluntaria del barrio. En comunicación con otro de los funcionarios del Gobierno porteño que atendió a las personas afectadas, fueron notificadas que se trabajaría durante el 2020 para solucionar el problema pero que los arreglos terminarían recién a mediados del 2021. Sin embargo, según consignó Juan Salari, subsecretario de Infraestructura, Vivienda y Coordinación de la Ciudad, a Página|12, desde el día de ayer se habría empezado a trabajar en una solución provisoria «hasta que se conecte toda la red desde un acueducto que se realizará en el transcurso del año». «El Gobierno de la Ciudad está haciendo las fachadas de las casas y está quedando muy hermoso, pero vos entrás a las casas y sigue la misma humedad y todo igual. Si bien se hicieron obras, todas fueron obras de emergencia y en mi manzana, por ejemplo, a raíz de las obras nos quedamos sin agua», relata María Cheila. «En lugar de ir para arriba vamos para abajo», sentencia.


Migrantes / Alberto Fernández · 05

Alberto Fernández ratificó que estudia modificarlo

¿Final para el DNU xenófobo? Era una de las medidas más esperadas por el colectivo de organizaciones migrantes, que en diciembre le habían elevado una serie de reivindicaciones del sector. La bomba de tiempo que dejó Cambiemos con 70 mil radicaciones sin resolver y el regreso del programa de abordaje territorial.

Texto: Matías Ferrari Foto: Nicolás Cardello

E

l presidente Alberto Fernández sorprendió a las organizaciones migrantes y de Derechos Humanos y anunció, desde Israel, que evalúa modificar el DNU 70 firmado en 2017 por Mauricio Macri para agilizar los trámites de expulsión de extranjeros con causas penales. “Es muy peligroso, puede convertirse en un instrumento de persecución para alguna población”, le respondió al móvil de TN desde Jerusalén, pocas horas antes de emprender su regreso a Buenos Aires. Fernández confirmó lo que ya había adelantado en la campaña electoral. “Siempre estuve en contra del DNU”, dijo, aunque avisó que el tema no estaba en la agenda del Gobierno en el corto plazo, algo que ya conocía de primera mano el colectivo de organizaciones nucleadas alrededor de la “Agenda Migrante 2020”, un nuevo espacio de unidad nacido al calor de la oposición a las políticas públicas de Cambiemos en la materia. Los propios voceros del Ministerio de Interior, que tiene bajo su órbita a Migraciones, insistían el viernes con lo mismo. El anuncio fue recibido con entusiasmo. “La verdad nos sorprendió, para bien: confiamos en éste que creemos es nuestro gobierno, al que votamos convencidos porque sabíamos que se iba a ocupar de los reclamos de los que fuimos perseguidos y vimos un retroceso de nuestros derechos con el gobierno anterior”, contó a El Grito del Sur Lourdes Rivadeneyra, de la Red de Migrantes y Refugiados de la CTA y una de las principales referentes del colectivo. Rivadeneyra formó parte, junto otros 20 referentes de las más de 50 organizaciones de la “Agenda Migrante 2020”, de una reunión con la flamante directora de Migraciones, Florencia Carignano, a mediados de este mes. Estuvieron presentes Amnistía Internacional, Caref, el Cels y la Campaña Migrar no Es Delito, además de las organizaciones de migrantes extra Mercosur, y ATE Capital, entre otros. Allí se armaron tres mesas de trabajo para abordar el acceso a la regularización migratoria, retomar el programa de regularización en los barrios y, obviamente, discutir qué hacer con el DNU de Macri, calificado de xenófobo por las organizaciones. Cambiemos dejó más de 70 mil trámites sin resolver, entre otras razones por la falta de personal (hubo cientos de despidos) y porque capacitó en el uso del sistema Radex de radicación

online a los famosos gestores externos, que cobran 10 mil pesos por el trámite, antes que a los propios trabajadores del organismo. “Dejaron tierra arrasada en Migraciones también”, explicó Hugo Bellón, coordinador de ATE Migraciones y secretario de Organización de ATE Capital. “Nosotros tenemos unos 800 trabajadores que cobran por debajo de la canasta básica de pobreza, y todos ellos trabajan precisamente en acompañar y realizar los trámites de residencia en el país, ponen el pecho todos los días frente a la angustia de la gente”, describió y aseguró que las mejoras “ya se están charlando” con la nueva gestión. Pero con el DNU las cosas no estaban tan claras. La trama era compleja. A partir de los primeros trascendidos sobre la modificación, el ex candidato a vice Miguel Pichetto y la ex ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, pidieron micrófonos y salieron en su defensa, a través de la clásica vinculación de migrantes y delito, una marca registrada de Cambiemos explotada durante la campaña electoral, con cierto éxito en

un sector de los votantes. Fernández, con astucia, eligió eludir ese camino y optó por confrontar con el DNU desde una perspectiva práctica. “La Argentina ya tiene un régimen antes que Macri diga nada, que marca que cuando un extranjero es condenado es susceptible de expulsión. Lo que Macri hizo fue autorizar expulsiones sin condenas y esto parece muy peligroso”, remarcó. En la misma línea se expresaron reconocidos investigadores en materia migratoria, como la investigadora del Instituto Gino Germani, Ana Paula Penchaszadeh. De todas formas, el DNU “xenófobo” estaba condenado de antemano. La Justicia le dijo a la gestión anterior, en dos instancias, que el decreto que acelera los plazos para las expulsiones es lisa y llanamente inconstitucional: es regresivo en materia de derechos consagrados y además debió haberse debatido en el Congreso. A la misma conclusión llegó el Comité de Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares de la ONU, que instó al Gobierno a derogarlo. Pero el ex

titular de Migraciones, Horacio “Toto” García, siguió con la faena, y completó 2535 expulsiones en su mandato, duplicando a la gestión anterior, tal como informó en su momento El Grito del Sur. La solución también podría estar en manos de la Corte Suprema de Justicia, que desde marzo de 2018 posterga una definición, luego de las dos apelaciones del macrismo. Mientras, las organizaciones migrantes aguardan un encuentro con Fernández, aún sin fecha definida.


06 · Rugby / Violencias

Otro rugby es posible

El crimen de Fernando Báez y la n

El crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell conmovió a la sociedad y abrió cientos de interrogantes sobre las masculinidades, el deporte, el alcohol y la adolescencia. El Grito del Sur conversó con jugadores y dirigentes de clubes de rugby que buscan terminar con la violencia y la discriminación en un deporte que suele ser practicado por la élite argentina. Texto: Ludmila Ferrer Foto: Nicolás Cardello

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l asesinato de Fernando Báez Sosa afuera de un boliche de Villa Gesell a manos de un grupo de diez jóvenes que juegan al rugby en el club Náutico Arsenal Zárate generó, entre otras cosas, que las redes sociales se llenaran de historias de violencia perpetradas por rugbiers. Integrantes de otros clubes remarcaron que, si bien el deporte no

es la causa de la violencia, es necesario construir otro rugby. “Me parece que tenemos que hacer un mea culpa y fijarnos cómo formamos a los chicos -dijo a El Grito del Sur Emiliano Rodríguez, coordinador del área de rugby en el Club Camioneros -. Estos chicos son asesinos, pero son hijos nuestros, del rugby, que fueron infantiles y juveniles nuestros, son chicos que no supimos formar y, si vamos a hacer como que es un caso aislado, no vamos a aprender nada”. El testimonio de F., que jugó rugby a los 15 años, es uno de los tantos que

circularon en las redes sociales. El joven recordó cómo a un chico de su categoría otros compañeros “lo envolvieron en gomas de auto y quisieron prenderle fuego ‘la concha’ porque ‘era puto y pobre’”. “No me acuerdo cómo salió, pero no intervino ningún adulto”, contó a este medio. El hecho, según F., pasó en una cancha vacía cuando viajaron a un torneo en otra ciudad, pero señaló que a ese chico lo maltrataban de forma constante. Después de los partidos, agregó F., “algunos salían a correrlo” e incluso recibió un apodo peyorativo por una marca que tenía en el rostro que “hasta los entrenadores si le tenían que gritar algo durante un partido lo llamaban así”. Rodríguez, por su parte, comenzó a jugar al rugby desde chico. “Me molesta que hablen de la estigmatización del rugby porque fue el deporte por excelencia que siempre se encargó de estigmatizar al de clase baja, al que no podía pagar la cuota social. Esto lo

viví, no me lo contó nadie”, aseguró. El coordinador de Camioneros recordó cómo otros jugadores “miraban mal al que tenía una camiseta vieja” o cuando en un tercer tiempo -un momento después del partido en el que ambos equipos se reúnen para comer un asado en el club que ofició como local“nos dieron la caja de patys y no nos dejaron entrar al quincho”.

En Ciervos Pampas hay talleres sobre género y diversidad, entre otros temas, donde los integrantes del equipo participan. “Ser rugbier no te hace un asesino, pero no podemos mirar a un costado cuando somos parte del problema -opinó Rodríguez-. Esto pasa hace años, hay pibes hospitalizados por golpizas. Todo deporte es noble y te deja valores. Si amamos el rugby, no miremos para el costado”.


Rugby / Violencias · 07

necesidad de construir otro rugby EL BAUTISMO, ENTRE LOS GOLPES Y LOS ABRAZOS El miedo al denominado “bautismo”, un rito que los integrantes más antiguos del equipo practican con los nuevos, fue lo que hizo que F. no quisiera ir más a jugar. “En ese momento (el bautismo) era que te encerraban y te agarraban a palos o te hacían tomar pis”, afirmó y señaló que también el entrenador “preguntaba cuándo nos iban a bautizar a los jugadores nuevos”. “El deporte me gustaba, era divertido de jugar. Adentro de la cancha estaba todo bien, pero estaba el miedo de que después del entrenamiento había tres en el vestuario que se habían puesto de acuerdo y te estaban por ir a agarrar”, lamentó F. Pero el “bautismo” no es igual en todos los clubes. “Nuestra forma de bautismo es un abrazo”, sostuvo Pedro Moya Meléndez, capitán del equipo de rugby de Ciervos Pampas, el “primer club de rugby de diversidad sexual de América Latina”, según su cuenta de Instagram, donde los rugbiers entran a la cancha con medias con los colores del arcoiris. “Compartiendo vestuario, vimos cómo a un chico del otro equipo le golpeaban la espalda (desnuda) con una toalla mojada”, recordó y luego, durante el tercer tiempo, ese mismo joven fue “vestido y maquillado como mujer con la intención de ridiculizarlo” y obligado a “vender rifas y pedir plata para el club”. “Del otro equipo se dieron cuenta de que nos había impresionado un montón y vino uno a preguntarnos cómo hacíamos nosotros el bautismo. ‘Nosotros nos damos un abrazo’, le contestamos”, dijo el capitán de Ciervos Pampas.

“Nuestra forma de bautismo es un abrazo”, sostuvo Pedro Moya Meléndez, capitán del equipo de rugby de Ciervos Pampas. Moya Meléndez contó que ese abrazo lo hacían “porque nos salía”, pero a partir de ese momento, el equipo hace el ritual a los jugadores que se inician “de forma más consciente”. “Hacemos una ronda entre todo el equipo y el o los jugadores que van a hacer su bautismo pasan al medio, todos extendemos las manos al centro, ellos gritan de forma enérgica ‘¡Vamos Ciervos Pampas, que esto está buenísimo!”’ y el resto le tiene que responder”, explicó el jugador.

“NO ES EL DEPORTE, ES EL PATRIARCADO” “Hablar de ‘violencia rugbier’ es darle al rugby el origen de la violencia. La violencia no tiene origen en el rugby, la violencia es patriarcal”, opinó Moya Meléndez y señaló que aspectos como “la xenofobia y el racismo”, “los privilegios de género” o “la pertenencia de clase social” generan que una persona “piense que puede violentar a otros cuerpos ya sea en un espacio público o privado”. En Ciervos Pampas hay talleres sobre género y diversidad, entre otros temas, donde los integrantes del equipo participan y, además, el club organiza el torneo Tackleando la Homofobia. “El rugby es un deporte que amamos y nos enseñó un montón de cosas. Nosotros estamos construyendo el rugby que queremos”, afirmó Moya Meléndez. Xoana Sosa juega al rugby hace casi 14 años y hace ya una década que ella y un grupo de amigas formaron el equipo femenino del club SITAS. “Esos rituales (como el “bautismo”) no los tenemos las mujeres, no ejercemos violencias sobre nuestras compañeras. Son casi indetectables los hechos de violencia para con otros equipos”, aseguró la jugadora y lamentó la tristeza que atraviesa la familia de Fernando. Al igual que Moya Meléndez, Sosa señaló que “no es el deporte, es el patriarcado” la causa de la violencia que terminó con la vida de Fernando. “Estos son actos perpetrados por varones en manada, que son características muy típicas de los rituales de querer ser varón y que, si no los hacen, no pertenecen (a un grupo). El varón en el rugby debe cumplir un checklist: ser viril, muy fuerte y dar cuenta de eso”, opinó la jugadora y sostuvo la urgencia de que se aplique la ley de Educación Sexual Integral (ESI) para que se genere un cambio en la forma de socialización de los niños y niñas porque “no se puede seguir así”.

LOS VALORES DEL RUGBY Ariel Festa empezó a jugar al rugby siendo adulto y hoy es subcapitán del equipo de la Universidad de San Martín (Unsam), que promueve una visión social del deporte. “Estamos en contra del rugby como un deporte de élite, del deporte del macho. Tiene que ser un deporte abierto al que todos tengan acceso”, opinó. Si bien Festa señaló que “el rugby de gran tradición” es “retrógrado”, cree que “la parte positiva (de este deporte) son los valores”. Según Festa, uno de los mayores valores que promueve el rugby es el res-

peto. “Después está en cada uno cómo lo aplica o no -afirmó el subcapitán del equipo de la Unsam-. El rugby te da una identidad, una idea de pertenencia a un grupo y en esa idea de grupo, de unión, de comunión, pueden pasar cosas buenas o no”.

Sosa señaló que “no es el deporte, es el patriarcado” la causa de la violencia que terminó con la vida de Fernando. En el Club Camioneros también se practica un rugby con visión social. En octubre del año pasado, durante la inundación que azotó a la localidad bonaerense de Esteban Echeverría, los

jugadores de Camioneros colaboraron con el rescate. “Los chicos se metían con el agua hasta la cintura para ayudar a amigos y vecinos”, destacó Rodríguez. Para él, el objetivo del club es “sacar a los chicos de ciertos contextos y mostrarles que hay otra realidad”. “A mí el rugby me salvó la vida por estos valores que intenta enarbolar y porque conocí gente buena -afirmó el coordinador de Camioneros-. Yo crecí en Villa Soldati en el auge de la delincuencia. Por todo lo que hicieron por mí, decidí dedicar mi vida a esto, a construir un puente para que los pibes salgan de situaciones peligrosas para dedicarse al deporte. Pero tenemos que respetar los valores y principios en todos lados, porque si afuera de la cancha rompemos las reglas, no sirve”.

Rita Segato

“LOS MUCHACHOS TUVIERON QUE PROBARSE A SÍ MISMOS QUE SON HOMBRES” La antropóloga feminista Rita Segato aportó su mirada sobre el asesinato Fernando Baéz Sosa en Villa Gesell a manos de una patota de rugbiers y aseguró que “la violencia está instalada en los varones desde el momento de su socialización”. La intelectual reflexionó que el crimen se podría inscribir en lo que llama “cofradía o corporación de la masculinidad”, que definió como una “estructura basada en un pacto obligatorio” que se transforma “en un mandato de masculinidad que es esencialmente violento”. “Los muchachos tuvieron que probarse a sí mismos mediante una víctima sacrificial que son hombres”, manifestó Segato esta mañana en diálogo con Reynaldo Sietecase en Radio con Vos. “Hoy por hoy, a los hombres no les queda más que la violencia para probarse a sí mismos y a sus pares que son hombres”, siguió. Segato primero advirtió que “no hay una sola causa para un efecto”,

en relación a la muerte del joven, aunque apuntó que “la primera víctima del mandato de mascunilidad son los hombres: primero se victimizan entre sí y como consecuencia viene a posteriori la victimización de las mujeres”. “La violencia contra la mujer se origina en los problemas del mundo y de la masculinidad, pero la primera víctima del mandato de masculinidad, al que están subordinados los hombres son los propios hombres”, explicó la antropóloga. “Los hombres mueren violentamente más que las mujeres”, aseguró. “Hay una injusticia ahí, porque nosotras no matamos, morimos de manera injusta”, continuó. “Pero cronológicamente, la violencia machista se invierte primero sobre los varones”. Rita llamó además a “derribar el mandato de masculinidad”. “Sería liberador para los hombres también”, concluyó.


08 · Masculinidades / Rugby

Crimen en Villa Gesell

No es el rugby, es la masculinidad hegemónica

El crimen de Fernando Sosa Báez en manos de un grupo de rugbiers abrió una serie de interrogantes sobre el deporte, la violencia y las masculinidades. Enrique Stola, psicoanalista, psiquiatra y especialista en casos de violencia de género, habló con El Grito del Sur al respecto. “El sentimiento de machos vencedores está siempre presente”, explica. Texto: El Grito del Sur

E

l asesinato de Fernando Báez Sosa en manos de un grupo de rugbiers desató un debate sobre violencia, deporte y masculinidades. Báez (19) había concurrido el sábado al boliche Le Brique de Villa Gesell con sus amigos. A la salida fue atacado por un grupo de jugadores de rugby con los que habría tenido un enfrentamiento dentro del local bailable. La autopsia reflejó que la muerte del joven fue resultado de un traumatismo de cráneo a partir de un golpe que provocó sangrado interno. El fiscal Walter Mercuri, de la UFI Nº8 de Madariaga, quedó a cargo de la causa caratulada como “homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas”. Mercuri informó que los agresores continuaron atacando a Fernando aún cuando este se encontraba inconsciente en el piso y aseguró que, de los 11 detenidos actuales, tres o cuatro habrían sido identificados como autores materiales del hecho y podrían recibir la pena de prisión perpetua. Los otros se encuen-

tran imputados por el delito de “co autoría”. Diez de los once se negaron a declarar. Este caso no es el único de varones cis rugbiers haciendo uso de su violencia. En agosto de 2019 Miguel Facundo Jiménez y Abel Edgardo Moreno asesinaron a Román Darío Paz Gonzáles, por lo cual fueron condenados a tres años de prisión por homicidio preterintencional. En el año 2018, en Monte Hermoso Gastón Guido García, atacó por la espalda a Eduardo Emanuel Orta Díaz provocándole un traumatismo craneoencefálico. Un año antes, cinco jugadores de Santa Fe le dieron una paliza a tres jóvenes en «Wallas», un boliche bailable de Rosario. Estos hechos y muchos otros dejan en claro que la violencia de la masculinidad hegemónica encuentra terreno fértil entre vestuarios y terceros tiempos. “Cotidianamente vemos que los varones atacan a mujeres, travestis, trans, homosexuales y lesbianas además de ejercer una violencia intragénero hacia otros varones que torturan y matan. No es el deporte el responsable, sino la masculinidad hegemónica que le

da al rugby cierta identidad ligada a la violencia, a las clases sociales altas y a la indiferencia sobre el sufrimiento”, explicó a El Grito del Sur Enrique Stola, médico, psiquiatra, psicoanalista y especialista en casos de violencia de género. «Allí donde pueda expresarse la masculinidad hegemónica lo va a hacer de forma violenta, dominante hacia todos los que estén en una posición de subordinación, incluso sus congéneres”. El funcionamiento de clan, cofradía o grupo que avala el accionar violento también está ligado a una construcción arquetípica del varón cis heterosexual. En su articulo “Hombres, masculinidades y homofobia: apuntes para la reflexión desde lo conceptual y de lo político”, Marcos Nascimiento habla de la “vigilancia de género”. Este término alude a que muchos hombres actúan de manera violenta no sólo para cumplir con los rituales del estereotipo patriarcal, sino para forzar a la complicidad a quienes no se adecúan totalmente a este modelo. Así la búsqueda de pertenencia los empuja a responder al ideal machista, patriarcal, violento y homofóbico. “La pertenencia a todo grupo fortalece la impunidad, pero en estos casos y en estos grupos lo que produce la pertenencia es estimular los aspectos más negativos de la masculinidad. Cada uno de los miembros actúa como

si estuviera rindiendo examen y poniendo en juego su hombría”, agrega el psicoanalista. “La dominación patriarcal en Occidente es blanca, capitalista, heterosexual y masculina. Cuando el grupo está actuando actúan todos los prejuicios de clase de género, clase, raza y orientación sexual por los cuales ubican a las personas agredidas dentro de una clase social inferior. El sentimiento de omnipotencia, de hombría, de machos vencedores está siempre presente”. Stola hace énfasis en que la educación sexual es el punto neurálgico del cambio social y que lo ocurrido solo es un reflejo de una sociedad patriarcal. «Es claro que hubieran disminuido la posibilidad de un comportamiento así si estos chicos se hubieran criado en una concepción respetuosa del cuerpo de los otros. Estos son los varones que estamos produciendo, no son monstruos, son los adolescentes que generamos como sociedad, y en la medida que no se implemente la educación sexual integral con perspectiva de género esto va a seguir ocurriendo. Veo a muchos horrorizados por lo que pasó sin ver que son la razón de aquello que están acusando, lo que están sosteniendo desde su religión y sus valores».


VIH / Lucas Fauno · 09

VIH y sida

Lucas Fauno y el VIH: “La salida es colectiva” El periodista y activista VIH celebró el regreso del Ministerio de Salud y el anuncio de la prueba de la vacuna para prevenir el virus. Pero también reclamó la necesidad de que la sociedad aprenda a “vivir con VIH”, “dialogar con el virus” e informarse para prevenir otras infecciones de transmisión sexual.

Texto: Ludmila Ferrer Foto: Catalina Distéfano

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eriodista, performer, capricorniano, fan de Sailor Moon y activista VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana) son algunas de las muchas características de Lucas “Fauno” Gutiérrez. En 2008, fue diagnosticado como VIH positivo y, a partir de ese momento, comenzó a militar por la cura, por reactivos y medicación, por la mejora del sistema de salud pero, por sobre todo, por una sociedad distinta en la que el VIH y otras Infecciones de Transmisión Sexual no sean un tabú. A principios de enero, Gutiérrez fue invitado por el Instituto Nacional de Juventud (Injuve), que dirige Macarena Sánchez, para dar una charla sobre VIH en un escenario ubicado en la playa de Villa Gesell e interpeló a los veraneantes al señalar que “todos tenemos VIH”.

¿Por qué todos vivimos con VIH?

Porque no me voy a hacer cargo yo solo de una situación que es política y social. Las personas que se alejan un poco de un concepto más normativo y hegemónico de salud, no sólo las VIH positivas, no sólo vivimos esta situación, sino que además somos educadores, comunicadores, gestores culturales, gestores de salud. Yo no puedo estar en la cama con un pibe y tener que sacar un PowerPoint del medio de mi orto y explicarle qué es

el VIH, cuándo se transmite y cuándo no. Cuando yo digo que todos, todas y todes vivimos con VIH me refiero a que somos una sociedad que vive con el virus del VIH en sus componentes, en su sociedad, en su omisión de información. Porque no falta información, se omite información.

¿Cómo te parece que se puede luchar contra esa omisión de información que señalás?

Los medios (de comunicación) y su rol son muy importantes. Un medio que habla de “contagio” es un medio que políticamente está atacando a una población. ¿Por qué? Porque el VIH no se contagia, se transmite. Esto es muy importante porque un contagio se puede dar a través de un estornudo cuando se trata de un virus que vive en el aire. Este no es el caso de VIH. Si hablamos de contagio, vos hacés un mate y yo voy a pensar ‘me va a contagiar el VIH’ y no, (el virus) se transmite. “Cansa explicar que Sida y VIH no son lo mismo. Y que si el virus es indetectable, es intransmisible”, agregó Gutiérrez. La Fundación Huésped explica que la indetectabilidad “significa que la cantidad de virus en sangre es tan poca que los análisis no lo detectan” y por eso no se puede transmitir por vía sexual, sí se transmite “por sangre o leche materna”. “Se ha descubierto que si una persona toma su tratamiento de manera correcta y mantiene la carga de virus indetectable por más de 6 meses, no transmite el virus por vía se-

xual”, informa la web de la Fundación.

En estos días se anunció que en Argentina se iba a probar una vacuna para prevenir el VIH, ¿qué opinás?

Me parece súper importante y valioso porque significa que se está encarando, trabajando e investigando (el VIH). Ahora, esto sería una medicación que se le brindaría a las personas negativas para evitar que, si el virus entra en su cuerpo, se aloje. No estamos hablando de una respuesta para personas positivas. Si esto funciona, es un peldaño hacia la cura del virus, pero si el virus se curase ahora yo tendría que esperar un montón de años para que (asegurarme de que) no vuelva a mi cuerpo. Para mí, la cura no es sólo física, sino sociopolítica y esto significa que todas las personas de la sociedad estén al tanto de lo que sucede con las personas vivientes con VIH.

Durante el Gobierno de Mauricio Macri salieron a denunciar faltantes en medicación para VIH y reactivos para los tests, ¿qué cambio podés observar con respecto al área de VIH en esta nueva gestión?

Bueno, tuvimos que celebrar el regreso de un Ministerio de Salud. Durante el macrismo, si queríamos ser recibidos teníamos que cortar la calle. A mí me pegó un policía y me dijo «si estás enfermo, andate a tu casa». Ese es el trato que recibía en la gestión anterior. Ahora, antes de asumir, Ginés nos

llamó a quienes integramos el Frente Nacional por la Salud de las personas con VIH y volvió Sergio Maulen (quien renunció en 2018 debido al recorte presupuestario que se impuso cuando el Ministerio de Salud fue degradado a Secretaría) a la Dirección de Sida, Hepatitis y Tuberculosis.

Se estima que en Argentina hay más de 140 mil personas que viven con VIH, pero que un 30 por ciento no está diagnosticado. Si hay tanta información, ¿por qué te parece que hay tantas personas sin diagnóstico?

Tiene que ver con por qué la gente no se iría a diagnosticar. ¿Por qué nadie quiere tener el virus? Porque hay un tratamiento mediático, histórico que nos ha estigmatizado de manera tal que mucha gente prefiere no saberlo antes que tener que afrontar lo que va a suceder una vez que sos diagnosticade. Muchos piensan que no les va a pasar nada porque son heterosexuales. Esas personas no se sienten interpeladas por el virus y no se testean. Tenemos que aprender a ser responsables de nuestras acciones y tener la información, pero también necesitamos que se aplique una ESI (ley de Educación Sexual Integral sancionada en 2006), que está reglamentada y a la que le falta un montón. Que la ESI no se aplique me parece un crimen contra la sociedad.


10 · Feminismo / UTEP

Las mujeres de la UTEP

“Hacia atrás no volvemos ni para tomar impulso”

Jacquie Flores y Dina Sánchez son parte del Consejo Directivo de la UTEP, el primer sindicato de trabajadores y trabajadoras de la economía popular, que se lanzó con paridad de género. En diálogo con El Grito del Sur hablan de cómo fue construir su propio trabajo, el estigma de malas madres y las conquistas del feminismo popular. Texto: Dalia Cybel Foto: Abril Pérez Torres

D

ina Sánchez lleva alrededor de diez años en el Frente Darío Santillán. Se acercó a los comedores del barrio de La Boca como la mayoría de las mujeres que lo hacen: sin trabajo, con la necesidad de un plato de comida, con dos pibes a cargo siendo madre soltera. A partir de allí entró a trabajar en el programa «Veredas Limpias» y llegó a ser vocera de la organización forjada hace 15 años bajo el recuerdo de los caídos en la Masacre de Avellaneda. Jacquie Flores nunca tuvo trabajo formal. Es cordobesa, del mismo barrio donde se armó el Cordobazo. En 2001, por la crisis, tuvo que empezar a revolver la basura para comer y alimentar a sus hijos. Se acuerda de cargar 300

kilos en la espalda durante 16 horas. En ese contexto se sumó al Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE). Ahora ambas son parte del Consejo Directivo de la UTEP, el primer sindicato de trabajadores y trabajadores de la economía popular, pero ninguna borró esos recuerdos de la piel. En el patio de la CTEP hace calor. Allí, en el corazón de Constitución, sucedieron las asambleas donde se organizaron todos los paros feministas que se le hicieron a Macri. Las dos hablan fluido alrededor de una mesa, nunca se pisan y asienten dándose la razón. Aunque hace poco se conocen tienen mucho en común: son trabajadoras, militantes, referentas, madres y


Feminismo / UTEP · 11 mujeres que tuvieron que abrirse paso a los codazos. «Nosotras tuvimos que crear nuestro propio trabajo porque nunca nos lo ofrecieron, nacimos sin derechos. Pero enfrentar la violencia en la jeta nos armó de otras herramientas que fueron las que pusimos al servicio de esta construcción. Generar el sustento rompiendo una bolsa de basura llega a partir de la organización. Las mujeres somos creativas, que la violencia no nos haya desarmado tiene que ver con la voluntad, tiene que ver con el coraje, pero también tiene que ver con la convicción de romper esos mandatos que venimos desandando hace tiempo», dice la militante del MTE. Si bien llevan sus organizaciones a flor de piel, van con la camiseta puesta literal y simbólicamente, ninguna tienen miedo de marcar las dificultades internas. «El Frente Darío Santillán es una organización feminista pero a la hora de definir los lugares donde había que tomar las decisiones, donde había que poner la jeta, donde había que hacer las gestiones, eran todos varones. Entonces dijimos, empecemos a formar a las compañeras». «A mi me terminó de formar el MTE pero si tengo que interpelar lo que pasa en mi organización lo hago porque tengo la impronta de decidir yo como mujer en una sociedad que siempre me dio vuelta la espalda. Yo no pido permiso para nada y menos para arrebatar derechos».

“Las mujeres somos creativas, que la violencia no nos haya desarmado tiene que ver con la voluntad”.

UN SINDICATO SIN PRECEDENTES Haber formado un sindicato desde sector de la sociedad tan estigmatizado como es la economía popular resulta revolucionario. La UTEP representa desafíos hacia adentro y hacia afuera y viene a discutir el paradigma laboral actual, que deja por fuera un grueso de la sociedad. La UTEP irrumpe sin pedir permiso pero valiéndose de su propia trayectoria y apuntando a superar la vara del salario social complementario. Jaquie es contundente al respecto: «Hace mucho tiempo que el Estado viene concibiendo como política pública la pobreza, asistiendo a planes que tienen un ideal de trabajo. Nosotras venimos aprendiendo hace mucho tiempo que la pobreza existe porque no hay políticas públicas. El Estado tiene que entender que cuando se lleva adelante un programa de emergencia es para paliar la urgencia y no para mantener la pobreza. Nosotros no queremos un plan. Entendimos con el feminismo popular que si no decimos lo que queremos alguien lo va a seguir interpretando y no tenemos ganas, porque a la pobreza la vivimos nosotras, la viven nuestras propias compañeras y porque la unidad estratégica que ha sido con nosotras, con las mujeres que ocupamos más del 65% de las organizaciones sociales».

«Uno de los desafíos de la UTEP es ponernos a las mujeres a la cabeza, no solo dentro del sindicato sino en las organizaciones sociales. No queremos ser solamente las que sostenemos los territorios y por eso que cuando decimos que éste va a ser un sindicato totalmente diferente a lo tradicional es porque va haber paridad de género y las mujeres vamos a estar representadas en todas las ramas. Si vos ves el dibujo de todos los sindicatos tradicionales la realidad es que la mayoría son varones», manifiesta Dina y agrega con tono fuerte y seguro: «Afuera tiemblan cuando nos ven porque saben lo que somos, somos sujetos políticos, no somos más los negritos que cortamos un puente, estamos peleando por un reconocimiento, porque en estos 4 años fuimos nosotros los que estuvieron sosteniendo. Estuvimos poniendo el cuerpo, especialmente las mujeres».

“Uno de los desafíos de la UTEP es ponernos a las mujeres a la cabeza, no solo dentro del sindicato sino en las organizaciones sociales”. La herramienta del sindicalismo permite a los movimientos sociales seguir discutiendo en el Ministerio de Trabajo calidad de vida y conquistas de derechos. Como explican Dina y Jacquie, en muchos trabajos las mujeres pelean por licencias por maternidad o contra los techos de cristal; sin embargo, las integrantes de las organizaciones sociales aún deben malabarear por un plato de comida. «Nosotras no tenemos problemas de paridad. Nosotras tenemos los mismos salarios que un compañero varón, llevamos adelante las mismas responsabilidades, pero lo que no tenemos ambos son los derechos laborales. Es ahí hacia donde apuntamos», coinciden. «Durante los últimos años fuimos las mujeres de la econo-

mía popular las que marcamos agenda. Nosotras nos sentamos en la cancha grande porque empujamos todos estos años para hacerlo. Retroceder es el abismo y para atrás no volvemos ni siquiera para tomar impulso».

MALAS MADRES Y FEMINISMO POPULAR Antes de trabajar en «Veredas Limpias», donde compartía su sueldo con otra compañera, Dina fue cajera de supermercado y cocinera en una fábrica. Allí cada vez que le encargaban comprar algo aprovechaba para ir a ver a sus hijos a la habitación que había alquilado lo más cercana posible. Ella sabe que perdió muchas cosas por tener que ser sostén de familia y que el trabajo informal – más horas por menos paga- le implicó faltar a actos escolares, almuerzos familiares y momentos comunes. Esta es la realidad de muchas otras mujeres de la economía popular que son juzgadas de ‘malas madres’. «A mi me criticaban porque no les cocinaba a mis cuatro hijos cuando trabajaba 16 horas fuera de mi casa. Logré no quedarme en ese dolor -que tiene un paso muy chiquito al odio- y lo transformé en esperanza», cuenta Jacquie. Como quedó plasmado en los últimos años, el feminismo viene arrasándolo todo pero para que sea representativo es fundamental escuchar todas las voces. Las trabajadoras populares no quieren que las interpreten, las eduquen ni les expliquen. Aprendieron pateando los barrios y sosteniendo los comedores y sacando a los pibes de la droga, por eso entienden que ellas también marcan agenda. »Nosotras no solo tenemos la experiencia, sino los saldos de nuestra militancia ¿Quién mejor que nosotras, las mujeres de los barrios, para hablar de feminismo popular? ¿Quién mejor que nosotras, que hemos construido desde el dolor, para llevar nuestra voz?». Dina

sabe de qué habla cuando dice dolor. Cuando perdió a su hijo no pasó ni dos días sin volver a la militancia. Quedarse llorando no era opción. » A esta altura sabemos lo que es el patriarcado, sabemos los que es el capitalismo. No queremos que nos lo traduzcan, para que haya un Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad también empujamos nosotras», afirma Flores.

“¿Quién mejor que nosotras, las mujeres de los barrios, para hablar de feminismo popular?” Que la UTEP esté atravesada por el feminismo no solo es epocal, es una construcción que fue decantando en la paridad de género. Sin embargo, aún queda luchar contra la violencia económica y la precarización laboral que entrampa a las mujeres. «Ninguna compañera va a poder salir de una violencia si no tiene un sustento económico. A las mujeres que matan es a las de los territorios pobres, a las de la economía popular. No queremos que nos vengas a preguntar ¿qué derecho querés? Queremos todos«, sentencia Jacquie. Jacquie y Dina invierten el paradigma de que las mujeres compiten entre sí. Se encuentran en el dolor y en la lucha, son aliadas, se complementan. Dicen que la sororidad se vale de acciones y no de palabras, por eso si una no está la otra la representa. Caminan juntas, se abrazan y sonríen frente a la cámara. En las asambleas hacen oír su voz y en las calles pelean por lo que consiguieron en estos cuatro años de resistencia. Por eso saben – y se lo dejan claro a los demás- que no van a pedir permiso para hacer valer sus conquistas ni las de sus compañeras, las conquistas de los feminismos populares.


#Pogo / Educación sexual · 12

Jóvenes, Netflix y educación sexual

Segundo round: Sex Education lo hizo de nuevo Sex Education vuelve a romper con las representaciones establecidas sobre las juventudes, y propone otra forma, mucho más real y cercana, de entender y atravesar la adolescencia. Además se suma a una serie de productos que Netflix viene desarrollando en esta misma línea: Big Mouth, Súper Drags, Las del Hockey o Sense8. Texto: El Grito del Sur

N

etflix lo hizo otra vez: la popular serie estrenada hace un año en nuestro país que abordaba distintos ejes relacionados a la educación sexual y la relación de les jóvenes con ésta volvió recargada con nuevos personajes, nuevas historias y los más variados temas. Aunque un poco más edulcorada que la primera temporada, Sex Education vuelve a abrir el libro de preguntas que le surgen a jóvenes y adultes al momento de explorar y vivir su sexualidad. Además, pone de manifiesto la falta de capacitación en materia de educación sexual por parte de los y las docentes, el conservadurismo de familias y autoridades y las dificultades que muchas veces pueden presentarse al abordar dichas comunicaciones entre el mundo adulto y el adolescente. El final de la primera emisión de la tira de Netflix terminó de condimentar una trama que sorprendió no solo por su planteo, sino también por el desarrollo y el tratamiento del mismo. El beso de Adam a Eric rompe por

completo con el personaje del macho alfa construido sobre la base del típico «bravucón» de la escuela, educado bajo la más estricta heteronorma dictada por una sociedad patriarcal y reafirmada por el señor Groff, su padre y director de la secundaria Moordale, que debido al «mal comportamiento» de Adam decide enviarlo a una escuela militar. Criado bajo la sombra de su padre, Adam reniega de sus deseos y reprime durante mucho tiempo la búsqueda de su identidad y la posibilidad de estar con alguien de su mismo sexo. Un episodio de histeria masiva desatado por el temor a contraer clamidia y la intervención de Jean Milburn, sexóloga y madre de Otis, deja al descubierto la desinformación acerca del cuidado y prevención de enfermedades, los métodos anticonceptivos existentes, las formas en que se contraen las ETS (enfermedades de transmisión sexual) y ni hablar de la incapacidad de autoridades y docentes para intervenir en dicha situación. En resumen, la escena pone sobre la mesa la falta de capacitación sobre educación sexual y la falta de actualización del programa

curricular que debiera abordar estos y otros temas. Pero Sex Education va más allá y -mediante la llegada de Jean a la secundaria Moordale- se anima a abordar temas como la asexualidad, la pansexualidad, la bisexualidad y las distintas identidades de género que empiezan a descubrirse, explorarse y redefinirse entre jóvenes adolescentes de la escuela. La serie vuelve sobre la masturbación y el orgasmo femenino, la virginidad, la búsqueda del placer y la importancia del deseo y el consentimiento en toda relación, problematizando la idea de sentirse presionade a tener relaciones sexuales con una o más personas y haciendo hincapié en la elección y la conciencia plena de nuestros actos y decisiones. Entre medio de esta narrativa también hubo lugar para las religiones y la forma en que cada una reprime o dictamina las formas de relacionarse y las personas con las que pueden relacionarse. Yendo aún un poco más allá, Sex Education recrea una típica escena de acoso en el transporte público en la que un hombre se masturba y acaba sobre Aimee. El miedo que han sembrado en las mujeres durante años y la falta de dispositivos institucionales que atienda a las víctimas de estas y otras situaciones muestran los traumas y secuelas que estos episodios pueden generar. Finalmente, una vez que Aimee

-rodeada de sus compañeras- logra poner en palabras lo que le había sucedido, el pánico que le impedía volver a subir a un autobús desde entonces y el hallarse luego en los testimonios similares de todas ellas es lo que le permite poder afrontar la situación y animarse a romper con el terror, retomar sus planes de ser panadera y reconstruir su relación son Steve. Por último trata también las adicciones: a la masturbación, al sexo y a las drogas. En función de esto mismo Sex Education habilita la posibilidad de hablar acerca de paternidades y maternidades responsables, los distintos tipos de familias y la relación xadre-hije. Otis fue criado por Jean luego de descubrir que su padre, Remi, la engañaba con otra mujer y que éste decidiera irse del país a continuar su carrera como escritor. Maeve y su hermano fueron abandonados por su madre, adicta a las drogas; la misma suerte corrieron Isaac, amigo de Maeve, y su hermano, que debieron trazar su propio camino y abrise paso como pudiesen luego de sufrir el abandono de sus xadres. Eric convive con una familia ultrareligiosa en la que su padre no acepta que sea homosexual. La madre de Aimee mantiene una relación superficial con ella y solo le importa el lujo, la belleza y la moda. El señor Groff es frío con Adam y distante con su esposa, Maureen, quien nunca se anima a desautorizarlo hasta que le pide el divorcio. El caso de Jackson rompe con la familia tradicional al presentar a dos madres, Roz y Sofía, a pesar de convivir con los mismos problemas que cualquier otra familia: una madre estricta que proyecta en su hijo los deseos que no pudo alcanzar y otra que vive en permanente conflicto con su pareja y no se anima a plantearlo.


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