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Dos veces muerta
Cornudo y apaleado
Desde lo de la Isabel la Católica, que nació aquí al lado en el monasterio de las Agustinas, que no debió haber acontecimiento en Madrigal de las Altas Torres como la muerte de Alicia Ramírez, que a la sazón era mi esposa oficial, amante despechada de un tal Trinidad, y no quiero ni pensar lo que tendría que ver con la Gloria Soriano esta, que han encerrado (espero que de por vida) por meterle dos perdigonazos en pleno pecho.
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Me han de perdonar si no se me entiende bien, o pongo los adjetivos en dónde los adverbios o viceversa, que no solo no soy letrado, sino que nunca había escrito más allá de alguna carta a madre cuando anduve en la mili, y los pedidos y recados de la mueblería. Pero el primo Agustín me animó (bueno me achicharró a consejos del tipo de total ya lo tienes todo perdido) y como él estudió algo en el seminario, se me comprometió a arreglar los despropósitos que yo cuente aquí. Así que aquí estoy y ustedes mismos piensen lo que les parezca, que a mí ya me arruinaron bien arruinada la vida.
Me llamo Anselmo, porque mi padre fue a registrarme el