Luz y Tinta nº95

Page 1

Nยบ 95 - Noviembre de 2019


Presentación La foto que hemos elegido para la portada de este número 95 —me gusta recordar y de paso me pone nervioso la proximidad del número 100— no puede ser más representativa del tiempo en que estamos. Otoño. Antes se anunciaba un ‘otoño caliente’ cuando se preveía que iba a ser un otoño laboralmente conflictivo en el que habrían de afrontarse todas las cuestiones que se habían esquinado durante el verano. Este otoño viene bien caliente en lo político y bien frío en el aspecto meteorológico. La política española lleva meses revuelta, inmersa en un otoño particularmente inhóspito en el que han ido cayendo las hojas, irremisiblemente, aunque en este caso son las hojas del calendario, marcando tiempos y apurando plazos, hasta llegar a una situación límite que se pretendió superar con la convocatoria de unas nuevas elecciones generales que lo que ha conseguido ha sido enrarecer un tanto más el panorama político y aupar a la extrema derecha a la grupa de un caballo que se pretende ganador. En el momento en que escribo estas líneas parece ser que hay una base de acuerdo para la conformación de un gobierno progresista, pero las hojas del calendario siguen cayendo y nadie ignora que, de no alcanzarse dicho compromiso, la amenaza de la ultraderecha pasará de ser un desafío más o menos desestabilizante a convertirse en una maldición. Y a nadie se le escapa que detrás del otoño viene el invierno y que a la caída de la hoja sucede inevitablemente un tiempo de vientos, de aguaceros y de nieves que en lo político pueden dar al traste con fundadas y necesarias expectativas de progreso. Y ya que menciono metafóricamente nieves y temporales no está de más recordar que desde el pasado mes de septiembre la meteorología española, solidaria de la deriva política tal vez, se encuentra de lleno en una situación de inestabilidad que, desde aquella ‘gota fría’ de septiembre hasta ahora, no ha dado tregua, recorriendo la península de norte a sur y provocando daños materiales y situaciones de riesgo personales que han llenado de malestar nuestras páginas de sucesos. En esta situación, hablar de Moldeando la Luz y de Luz y Tinta, que vienen a ser un remanso de paz en todos los sentidos, puede parecer una frivolidad y sin embargo es obligado. Moldeando la luz sigue su marcha tranquila, pero imparable —en el momento en que escribo cuenta con 1275 miembros, unos más activos que otros— desde la readaptación y migración dentro de la plataforma Ning. Luz y Tinta, por su parte, y a la vista está con solo hojear este número, goza de buena salud. En este número hemos recuperado la colaboración sobre Cuba de José Mª Ruilópez que por razones que no vienen a cuento habíamos interrumpido los últimos meses; y hemos incorporado una voz nueva, la del escritor asturiano Laudelino Vázquez, que a partir de ahora nos enviará sus cuentos, en los que es un auténtico superdotado, sin menoscabo de que en otras ocasiones baje a la arena fotográfica y nos comente fotos o series con su peculiar estilo. Y por último, somos conscientes del retraso de este número que muchos lectores nos están haciendo notar. Pero las circunstancias personales mandan y más cuando quienes editamos estas páginas contamos con tan pocos recursos personales. No pediremos, pues, perdón, sino paciencia, como en circunstancias anteriores. Eso sí, para compensar este retraso el próximo número lo sacaremos en la fecha prevista, 10 de diciembre. Como debe ser y como es habitual.

2

La caída de la hoja Francisco Trinidad


95

Nuestra foto de Portada: Jacobo Rodríguez

6 40 44 48 52 56 64 70 154 162 170 184 200

Alba Cabal de Dios ■ José Luis Cuendia Amor y viceversa ■ F.T. Tema de tripas y mercados ■ Gloria Soriano Instantánea ■ L audelino Vázquez Lo que no vuelve ■ Monchu Calvo Las azucareras de Motril ■ Juan Depunto Pros y contras del régimen cubano ■ José Mª Ruilópez Fotos seleccionadas // Octubre Polvo sudor y hierro ■ Nadima / Claudio Serrano El alma del árbol ■ Irina Dxhul Brumas ■ Pepe L atas Erik Johansson Bernardo Aja

PROMOTOR y DIRECTOR DE FOTOGRAFÍA: José Luis Cuendia, «Guendy» DIRECCIÓN, DISEÑO Y MAQUETACIÓN: Francisco Trinidad DIRECTORA DE COMUNICACIÓN: Lola González

95

Número Noviembre de 2019

Reservados todos los derechos de reproducción total o parcial tanto del texto como de las imágenes. Las imágenes están protegidas por las leyes de copyright internacionales. Para cualquier consulta o sugerencia contacte con nuestro correo electrónico info@moldeandolaluz.com moldeandolaluz.com

3


Nuestra foto del mes de NOVIEMBRE Lo que Guendy nos cuenta de sus trabajos:

Comencé a los 14 años a fotografiar como prácticas para el revelado en un estudio casero instalado en casa de mis padres, en lo que en las cuencas mineras se conocía como “la carbonera” en los patios de las viviendas. Durante los veranos de finales de los años sesenta y hasta mediados de los setenta tuve la suerte de poder trabajar en los laboratorios de los fotógrafos Cossio de Laviana y Mario Pascual en Langreo. Años más tarde, a partir de los noventa adquirí mi primer laboratorio que instalé en la cochera de mi casa contando con la mitica ampliadora de color americana BESELER. Comencé a revelar en color las diapositivas y pasadas a papel CIBACRON por el sistema de revelado del mismo nombre. Durante los años 90 y la primera decada del siglo XXI viaje como fotógrafo con Médicos Sin Fronteras. Mi pasión fotógráfica es la fotografía social de viajes, fruto de estos trabajos he realizado exposiciones en Asturias, Madrid, Sevilla, Huelva, Ginebra, Lisboa y Lima. Mi última exposición Sintesis Fotográfica fue imaugurada en diciembre de 2018 en el Palacio Miranda-Vadecarza de Grado (Asturias). El mes de noviembre del año en curso será presentada en Faro Algarve-Portugal.

He sido el creador de esta red social hace diez años, en la actualidad esta es la tercera versión de Moldeando la luz, en la que he comenzado a participar de sus actividades desde que los destaques se realizan a través de los votos emitidos por los moldeadores. También he sido el fundador y promotor de la revista Luz y Tinta que dirige Francisco Trinidad desde hace más de 8 años y que ha sido publicada ininterrumpidamente todos los meses desde entonces. He colaborado con mis fotos en diferetes publicaciones tanto en libros como en revistas.

4


Foto: Guendy

5


6


Alba Cabal de Dios José Luis Cuendia, “Guendy” Cuando un bello nombre va unido a una bella y buena chica, es como miel sobre hojuelas. El nombre de Alba es bello por naturaleza, corto, sencillo y con una gran carga emocional por su significado. Tengo que confesar que me quedé enamorado de este nombre desde la primera vez y el primer momento que escuche a Eduardo Aute cantar su icónica canción “Al alba”. Y… ¿Que tal si fusionamos este hermoso nombre con el glamour de una bella mujer?. El glamour como en épocas pasadas, es un tema ancestral que hoy sigue provocando una gran fascinación, sin embargo, el transcurso del tiempo arrastra a los artistas creativos a seguir buscando, de forma incesante, nuevas aproximaciones al ámbito familiar, saliendo en busca de nuevos territorios a través de viejas fronteras para explorar ideas que, en determinado momento, habrían resultado impensables. Mi amigo Maylin y yo lo hemos intentado una vez más en estrecha colaboración, cada cual con su estilo y forma de entender el glamour, en esta ocasión hemos contado con la especial colaboración de Alba, que ya había posado para Maylin cuando tenía 18 años. Para esta especial ocasión hemos contado con Emperador, un magnifico caballo de la cuadra de José Corte. No es la primera vez que los caballos de José Corte forman parte de nuestros trabajos. La primera vez fue en un Master Nude Class realizado con la actriz y modelo rusa Marianna Merkulova. Otro de los caballos de José, participaría también en otra de nuestras recientes sesiones, en esta ocasión con la modelo internacional Aliss Blond que será publicado próximamente por Luz y Tinta. En esta ocasión hemos ido un paso más allá, intentando dar un giro hacia un enfoque más sutil. El glamour ya ha dejado de pertenecer a la esfera elitista más exclusiva, y se ha abierto paso en otros campos más cotidianos para dar un toque de elegancia en cualquier revista, valla pu-

7


blicitaria, tarjeta de felicitación o póster. Nosotros lo hacemos con toda humildad para nuestra revista. Es evidente que existe una estrecha relación entre la fotografía y las demás artes visuales. Muchos de los fotógrafos tratan el tema el tema del glamour como material artístico, como una oportunidad para explorar el rango de la composición y el sujeto, en ocasiones de un modo sorprendente, imparcial e impersonal. Lo dicho se aplica sobre todo a las partes del cuerpo, pero un nivel semejante de imparcialidad se pone de manifiesto asimismo en cualquier otro ámbito. Lo que si está bien patente en todas las imágenes es que comparten una característica: la falta de pasividad de los modelos, y en este caso con Alba no ha sido una excepción, es una modelo que se implica y pone toda su alma en cada una de las imágenes, a pesar de que en las fotos no se percibe el frio soportado durante las largas horas de sesión. Nuestra intención es la búsqueda de enfoques más sofisticados y modernos, donde nuestras modelos en las tomas ocupen una posición activa en lugar de ser tratadas como meros objetos pasivos. Tanto en el trabajo realizado con Alba como los que vendrán en el futuro, se trata de cometidos que buscan un glamour muy ligado a las tendencias cambiantes. Los gustos por los ideales de belleza, los atrezzos, los escenarios fantásticos, la expresión y las tendencias han ido variando enormemente con el tiempo, y las técnicas de edición y postproducción que lo hacen de igual manera. Somos conscientes de que las tendencias varían de forma permanente en el tiempo, lo que puede resultar atractivo y sofisticado o escandaloso en un momento determinado puede parecer ridículo y anticuado e insípido y tosco al verlo desde una perspectiva futura. No obstante ninguno de los dos nos sentimos preocupados por captar los estilos que están en boga en cada época, intentamos hacer trabajos modernos y a la vez atemporales, a nosotros no nos persigue la razón de captar la atención de lo que pueda ser más comercial, nos basta con que nuestras obras vayan dotadas de cierto glamour, al menos lo intentamos, y la última palabra la tienen quienes contemplen nuestros trabajos. Una vez más agradecer la profesionalidad de Alba, su paciencia y entrega al proyecto, tanto en las sesiones realizadas en Playón de Bayas con mi socio Maylin y también conmigo, así como la sesión realizada en mi estudio para completar mi trabajo. Alba tiene muchas tablas, podría encajar perfectamente en Catálogos, Revistas, Desfiles de Moda, Cine, Ropa de Moda, Marcas Comerciales de Cosméticos, Campañas Publicitarias de todo tipo, Influencer, Imagen en Redes Sociales. Todo depende de lo que ella quiera y un pequeño empujón; he aquí el nuestro.

8


9


10


11


12


13


14


15


16


17


18


19


20


21


22


23


24


25


26


27


FOTOS de José Luis Maylín

28


29


30


31


32


33


34


35


36


37


38


39


40


Amor y viceversa F.T. La verdad es que Laura llevaba rara como un par de meses; y digo ‘rara’ porque no sabría cómo definir sus cambios constantes de humor, sus salidas de tono cuando algo no le encajaba del todo y sus desplantes sin sentido. En aquellos días, desde mi proverbial ingenuidad, lo achacaba todo a los nervios propios de la preparación de nuestra boda, en la que llevábamos ya varios meses, siempre atando cabos que iban surgiendo al paso y recolocando los flecos que todos los preparativos de esta guisa llevan como penitencia. Laura estaba especialmente sensible ante el evento que se nos iba acercando porque sus padres se oponían a nuestro matrimonio. A mí nunca me habían visto con buenos ojos y nunca habían aprobado mi relación su hija, que había comenzado cinco años atrás y que en los últimos tres años se había materializado en una amorosa convivencia en esta casa que heredé de mis padres y que habíamos decidido sería nuestro hogar. Es un piso céntrico, soleado y lo suficiente amplio como para que Laura pudiera disponer de su propio despacho y yo del mío en habitaciones separadas y aun nos queda libre una hermosa alcoba que compartimos y una habitación para invitados que sus padres no han querido ocupar nunca en sus viajes a Madrid, prefiriendo uno de los hoteles cercanos para así garantizarse que la convivencia conmigo sería la mínima. Aquí hemos cultivado nuestro amor en los últimos años, sin más altibajos que las inevitables discusiones de Laura con sus padres y su consecuente resaca en nuestros respectivos humores, sobre todo desde que anunciamos nuestra boda. Aquí hemos compartidos copas y abrazos, algún triunfo profesional de ella y muchos silencios cómplices. Aquí hemos hecho el amor a lomos del corcel de la imaginación, buscando siempre la luz inagotable del placer compartido. Y aquí, sobre todo, hemos disfrutado de un clima de convivencia y bienestar que fue lo que en última instancia nos dio pie para querer dar el paso definitivo del matrimonio.

41


Imagen de Richkat en Pixabay Pero en estos últimos meses, y sobre todo en las dos últimas semanas, Laura está inquieta, nerviosa, como azuzada por un viento insomne. Me he acercado muchas veces a ella, la he abrazado, le he susurrado mi cariño al oído y hasta he conseguido hacerla reír, venciendo todo su malestar, que no sabría definir más allá de esa sensación de agobio que parece oprimirla. Hasta que ayer por la tarde llegó a casa más agitada que de costumbre, se sentó en el sofá sin quitarse el abrigo y los zapatos y comenzó a llorar. Primero fueron sollozos convulsos y luego un llanto arrebatado. Me acerqué a ella, la abracé y le dije al oído: “Tranquilízate, todo tendrá arreglo”. Pero entonces me miró, con una mirada al borde del delirio, y lo soltó: —Estoy embarazada. Sus palabras resonaron como si se hubiera producido un terremoto en mis propias extrañas. El mundo entero se agrietaba en mi interior provocando un huracán de torbellinos prodigiosos. Fue ella la que, de nuevo, entre gimoteos, comenzó a hablar: —Te juro que… —No jures nada. Ya me juraste amor en su día y ya ves el resultado —dije conteniendo una profunda rabia a la que no quise dar disculpa para una escena insoportable. Se levantó, más confusa que yo misma, y se encerró en su despacho, mientras yo me asomaba al balcón, me comía las lágrimas y dejaba que la tarde se apoderase de mi enojo. La oí llorar, la oí pasear nerviosa por el poco espacio de que disponía, hasta que salió como a la media hora. —Lo siento, Andrea. Siento haberte fallado así. No respondí. Laura se metió en la habitación y salió poco después con una bolsa de viaje en la que había atropellado cuatro cosas. Al salir, cerró suavemente y, sin embargo, en mi interior oí el mayor de los portazos.

42


I m ag

en de

F re

tos e e - P ho

n Pix

a bay

43


44


Tema de tripas y mercados Gloria Soriano Bajo el notorio influjo de Chesterton (…) he imaginado este argumento (…) Tema del traidor y del héroe Jorge Luis Borges Bajo el efecto de un enema he imaginado este argumento, que escribiré tal vez, y que ya de algún modo me justifica, en las tardes inútiles. La acción transcurre en el cuerpo peristáltico e hinchado de una mujer cualquiera. Para centrar el tema, digamos una mujer economista e investigadora de los ritmos corporales, los que hacen aflorar las palabras ingeridas. La mujer estreñida habla de su intestino, de una escrupulosa administración de existencias, del método FIFO*, de su eterna lucha contra lo caduco, del lavatorio de los estantes con infusiones de sen, para evitar que la parsimonia intestinal obstruya el fluir de su vida. La historia trata de los cambios causados por la irrigación: el rugir de tripas, el romper aguas, el arrastre de detritus, y, horas después, el parto de una masa sin identificar, localizada en la parte inferior del abdomen radiografiado. Conmocionada por el nacimiento del fecaloma, la mujer, globo gasificado, altera sus convicciones científicas. Ni FIFO, ni LIFO**, ni los estudios empresariales, ni la mano invisible de Adam Smith***, podían explicar la dinámica del cuerpo. El alumbramiento fue una iluminación. La mujer ve la mano capitalista que mueve los mercados, mientras el resto del mundo se preocupa por las ondas peristálticas. Algunos pretenden matar el hambre, otros se entregan febriles a desentrañar la digestibilidad del guisante, la albahaca o el pescado azul. Aumenta el número de escuelas empresariales reconvertidas en centros de nutrición. En las redes proliferan los predicadores apocalípticos, que atemorizan con los peligros de la leche de vaca si no eres ternero, o de los garbanzos, si has superado la Edad Media. La mujer que cada día digiere peor, empieza a interesarse por los beneficios y las desventajas de cada alimento. Después de tantas lecturas vespertinas a golpe de click, no sabe sopesar lo bueno y lo malo. La dieta alcalina, la paleolítica, la genética, los superalimentos, los micro* FIFO: First input, first output. Primeras entradas, primeras salidas. ** LIFO: Last input, first output. Últimas entradas, primeras salidas. *** Economista y Filósofo del siglo XVII, defensor de la no intervención de los mercados. Una mano invisible corrige las contradicciones, el mercado se autorregula y es capaz de alcanzar el bienestar social.

45


46


nutrientes, los neurotransmisores, el triptófano, la psiconeuroinmunoendroconología… También lee que la saponina agujerea las paredes del aparato digestivo, y las bacterias se cuelan y ascienden hasta el primer cerebro. Indefensa ante los invisibles que gobiernan desde el estómago, hace de una ración dos para reducir el daño. A pesar de acumular todo lo que ingiere, no engorda. Fecaloma aparte, la mujer economista está satisfecha con la marcha de los negocios: lo que entra en el almacén sale con beneficio. La llamada de la nutrición, la conduce por caminos empedrados de palabras saludables. A veces se detiene en los restaurantes que exhiben fuera la carta junto a una bicicleta impoluta. Las especialidades de la casa conectadas con las bondades del ejercicio físico. Cuando la mezcla de productos con etiqueta bio, natural y veggie, alto en grasas saturadas, empieza a ser figuradamente explosiva, pues ni gases libera, busca otro modo de inducir la evacuación espontánea, poner fin al meteorismo. Tal vez, entonces, sin el influjo del enema, podría imaginar otro argumento. *** Abre la nevera y siente los eructos de hojas que se marchitan, frutas que se ablandan. Cavidad impenetrable que ni la luz traspasa, donde se ocultan, en difícil equilibrio, montones de envases con fechas remotas. Consumismo inútil. Entresaca latas, coles, quesos… Clasifica: azul, marrón, amarillo, naranja. Los cubos de residuos cada vez más llenos, la luz de la lamparita del fondo más intensa. El espacio liberado por los desechos convoca al espacio, estruja su intestino y el vientre se vacía

47


Foto:

48

do Edua r Ma rio

Blanc

o


Instantánea Laudelino Vázquez Obsesiones, lo llamabas. Tus putas obsesiones, repetías. Y yo que no, cariño, que no. En todo caso, evoluciones. Eras tú la que repetías que según no sé qué estudios lo del amor duraba tres años. Como mucho. Y luego, adiós, c’est fini. Tú, no yo. Que creía. Siempre creí. Mejor dicho, siempre quise creer. No permití que llegara la duda. Ni siquiera que se acercara un poco. Eras la mujer de mi vida y punto. Nada más que hablar, ni nada más que pensar. Después de todo, tú eras la intelectual del equipo. La señora licenciada. Y con cargazos y puestos. Y hombres ofreciéndote más puestos y más cargos con tal de que estuvieras cerca. A ver si así. No me negarás que yo era el hombre ideal para ti: libre te quiero pero no mía, te repetía a cada momento. Por si hubieras sentido amenazado tu territorio o tu libertad alguna vez. Libre. Y conmigo, si esa era tu voluntad. Y cada mañana al despertar a tu lado, me palpaba un instante para asegurarme que era cierto. Que seguías allí, quizá un día más. Ya lo veríamos al día siguiente. Tú y mi camión de reparto, para qué quería más en la vida. Bueno, camión se volviera. Una furgoneta grande. Y ni siquiera de las más grandes. Horarios imposibles que te garantizaban aún más margen de libertad. Que siempre fue lo que más valoraste. Tú libertad. Tu mundo. Tus ideas. Y yo tan feliz, me bastaban instantes. Al principio eran tus teorías de café. Aquellas que me explicabas en cinco minutos (nunca me lo dijiste, pero yo era consciente de que me utilizabas de cobaya, para asegurarte de que incluso el más imbécil de tus oyentes te entendería). Luego la forma en que elegías la serie que veíamos juntos las escasas veces que coincidíamos. Y que parecía producto de la negociación, pero no. Eras tú la que decidías para mi regocijo. Porque había descubierto la expresión de felicidad. Única. Distinta. Inconmensurable. Solo aparecía cuando creías que habías conseguido una victoria. Porque lo tuyo era luchar. Y ganar. Te dejé que creyeras que ganabas luchando por no importa qué causa. Cuando los dos sabíamos que no era más que genética. Que algo dentro de tí te empujaba inexorablemente a la victoria o la destrucción. Y ahí estuve cuando empezó la cuesta abajo. Las derrotas. Primero contra el tiempo. El señor inexorable también corría contra tí. Y luego la enfermedad. Aunque te compré esa idea de la lucha. Y fingí creerte. Y

49


animé. Aplaudí como un hincha cada mínima regresión del mal. Cada aparente avance. Acepté que había perdido mi batalla final cuando dejaste de contarme y de contar. Cuando decidiste aislarte de todo como método para no oír los pasos de la parca. Aunque los oías, vaya si los oías. Acepté que nunca llegaría la intimidad absoluta que había soñado. Que ya no podría latir mi cerebro junto al tuyo. Porque al final no somos más que lo que creemos. Lo que guardamos en el cofre craneal. Mi obsesión por los instantes había comenzado muchos años atrás. Y lo único que no acepté, la única derrota por la que no pasé, fue la de renunciar a ese instante excepcional. De niño era el final de las vacaciones. La última noche sin dormir, que parecía eterna, por más que la luz del sol asomara su patita diagonal por los intersticios de la ventana. Luego el momento preciso en que al saltar del avión, durante un qué (¿un nanosegundo?) los pies se encuentran en ninguna parte. Ni en el aire, ni en el suelo del aparato. Y todo parece detenerse allá arriba. Y tantos otros instantes que me recordaban aquel en que haya que traspasar la línea que me separa de lo que haya al otro lado, si es que lo hay. Hasta que descubrí tu despertar. La obsesión era en realidad de mi amigo Colmo, solo que de puro vago, en él se quedaba en repetición. Nada hay más importante que una cara bonita porque es lo primero que ves al despertar, me decía al tercer güisqui, cuando le apoderaba el sentimental que no se permite ser. Y de ahí, de oírle el cuento, me descubrí contemplándote cada día en el preciso momento de despertar. Tus facciones suaves y armónicas, parecían acompasarse al ritmo de la vida. Ninguna imagen más bella, más hermosa, hasta el punto que tuve que reconocer que recurría a la palabra fascinante para describir esos minutos. Y la fascinación me empujaba a despertarme cada día un poco antes. Y mirarte como un gilipollas, extático. Esperando el momento en que abrías los ojos. Ese instante que siempre iba acompañado de una sonrisa. Ahí estabas desarmada y necesitabas un tiempo antes de levantar defensas. Por ese instante llegué a adorarte. A vivir solo para ese rayo de luna. El mío. Solo que yo no perseguía una ilusión, no eras (al menos, aún no eras, hoy no sé qué decir). Por eso pude conseguir la instantánea. Que nunca llegaba, y menos cuando te dabas cuenta. Era verme con el móvil intentado capturar el momento y estallar la ira. Pero por una vez, mi torpeza fue mi salvación. No sé cómo un día, justo en el momento en que empecé a notar los síntomas del próximo despertar, apreté el botón y en lugar de la foto diaria, aparecieron treinta o cuarenta o cincuenta. Alguien me explicó que es una función del cacharro, pero no volví a encontrarla nunca. Y no me importó, porque en una de aquellas fotografías, se abría al mundo esa mirada que me empuja a enterrarme en tus ojos y a la vez, no un segundo antes, ni un segundo después, sonreías. Y estaba ahí. En una foto. Para siempre. O al menos para mi eternidad, dure lo que dure. Por eso no me importa que me digan que estoy loco. Que tengo que pensar en la vida. En la mía. Que tengo que apagar de una puñetera vez el móvil y dejar de mirar esa fotografía: No voy a hacerlo. No lo entienden, pero no necesito nada más. Ahí está el único instante que importa. Así que si les contesto es para aclararles que no es una foto. Es una instantánea. Mi instantánea.

50


51


En la actualidad, con 100 aĂąos

52


Lo que no vuelve Monchu Calvo Le había prometido que la iría a visitar. Una auxiliar del geriátrico donde está ingresada, amiga mía, me escribió mandándome unas fotos de la celebración del centenario de su vida, y que esperaba que la visitase. Una vez concertada la fecha y llegado el día, recogí de casa unas fotos que había reproducido de unas antiguas que me enseñó hace años, y que mostraban a una mujer muy joven y guapa, en algunas abrazada a un pequeño burro, y otra más importante, a juzgar por su buena realización, en estudio, y de plano americano, y cosa infrecuente en aquella época, muy bien coloreada. No sabía si estaría permitido, ni si lo podría comer, pero pensé que con cien años pocas cosas te pueden sentar mal, como no sea la pesadez de la vida, y le compré una pequeña caja de bombones. Pensé que sería más feo, pero el geriátrico de Sotrondio, está en un vistoso alto, y aquel día por lo menos, soleado y de grata temperatura, me pareció casi como un hotel de provincias, con sus huéspedes tomando el sol en el pórtico, solo que en este caso eran todos ancianos y, en vez de hamacas, usaban sillas de ruedas. Después de llevarme a donde estaba, y saludarla, le sorprendió verme, pues nunca pensó que perdería mi tiempo en visitar a una anciana a la que había tratado un par de veces, pero son de estas personas que te admiran por haber vivido una existencia durísima, y sin embargo nunca se quejaron de nada. De ellas siempre se aprende algo. Me llevó a un pequeño jardín con una mesa y sillas, y allí me dispuse a retomar una charla que habíamos suspendido muchos años atrás. Su mirada era brillante, y los restos de la belleza juvenil todavía se adivinaban en una piel bastante tersa para tener más de un siglo de existencia. Y poco a poco me fue desgranando, como a cucharadas, una vida de luchas y penalidades sin cuento. Tiempos en los que sobrevivir era lo único importante, y ella lo supo a la edad de nueve años cuando empezó a “servir” en una casa de Piloña. No tuvo niñez, ni juventud, ahora que otros jóvenes más “mediáticos” alardean de ello, pero en este caso obligada por la extrema necesidad de la incivil guerra que ella vivió de cerca, y los años siguientes con un país destruido y faltando lo más imprescindible para subsistir. Me contaba que luchaba por conseguir peseta a peseta, ahorrar lo suficiente para comprar una casa, aunque fuera humilde, y que a ello dedicó todas sus fuerzas, ahorrando del menguado sueldo que ganaba sirviendo en Prieres, a donde la trajeron desde Infiesto. Porque se sentía atraída por aquellos montes y tierras desde que los conoció, y allí quería vivir en algo que fuera suyo, pagado con su esfuerzo. Aquel era el lugar del mundo que ella más amaba. Porque nunca tuvo amores de otra clase, y si los tuvo, no cuajaron lo suficiente. Y había conseguido, después de mucho trabajar, ahorrar para comprar la casa de Abantro. Un pueblo tranquilo, que se asoma a un embalse de aguas claras y recién nacidas, unas montañas altas y un cielo azul. El edificio de la escuela, el corral, los hórreos, las viejas casas de sólida cantería, con fama de estar construidas con la mejor piedra del concejo, y los nombres propios de cada valle y cada rincón. Allí levantó una humilde vivienda, en el barrio del Nozalón, en gran parte con sus manos, que daba al mon-

53


Nieves, en 1950 te de retamas, por donde un camino bajaba el ganado hasta el bebezón, y cerca de su casa un banco donde se sentaba, acompañando las tardes de otoño, y contemplando un paisaje de infinita belleza. Otras montañas cercaban el lugar, a resguardo de las nieblas del cercano mar norteño. Ella pasaba las horas admirando la belleza del huerto, al norte, con berzas, tomates y cebollas, con rosales y fresas, con tilos y serbales de los cazadores. Aunque todavía le quedaban en los ojos albores de otros lugares, era la montaña lo que siempre había soñado. Y allí se dedicó a pintar y tallar la madera, sus dos grandes aficiones, y otra que yo desconocía: escribía “cantares” que no eran otra cosa que largos romances relacionados con gentes y sucesos de lugares cercanos. Me recitó varios, con pequeños lapsus por la duda de alguna palabra, pero impensable ese ejercicio de la memoria en una persona con sus años. Y recordó su casa del Nozalón, que todavía presume de su nombre tallado con sus manos, en el dintel de la puerta, y que ella hubiese querido seguir allí hasta su muerte, porque la había arreglado en los últimos años, y le puso una habitación y un baño en la planta baja, por si las escaleras fuesen un obstáculo, y tenía dinero ahorrado para pagar a alguna persona que la cuidara en su casa, y leña para atizar la cocina y calentar aquellas estancias levantadas con el fruto de su trabajo, y no temía a los inviernos ni a la nieve, pero sin embargo, me cuenta que un día llegó una ambulancia, y que ella sorprendida les pregunto a dónde iban. “Venimos a buscarla”, me dijeron, “y ya poco más pude hacer”, me cuenta. Al poco se encontró en este “asilo”: “que me atienden bien, pero yo quiero estar en mi casa, que en Marzo me llevaron de ella”.

54


El Nozalón, la casa de Nieves, en Abantro

Ahora el pueblo va quedando casi sin vecinos, personas como ella han abandonado sus viviendas, en algún caso para siempre, porque han fallecido, y sus familiares cuando los tienen, poco o nada vienen a atender las casas, que lentamente se van acabando por no cuidarlas, y los pocos vecinos que se mantienen solo tienen el silencio y el paisaje para dialogar con él. Por suerte, una pareja joven levantó, no sin esfuerzo, una casa rural que atrae muchos visitantes, y eso mantiene con vida al pueblo. Una significativa señal de las nuevas herramientas de futuro. Una tierra “donde el silencio cabalga montañas y las voces infantiles quedaron afónicas el siglo pasado”, como dijera Paco Cerdá. El silencio existencial, le reconocen las personas que encuentra a lo largo de su trayecto, un silencio que en las ciudades nos han robado y que aquí se descubre en todo su esplendor, dicen los visitantes y forasteros que en ocasiones pasean por el pueblo, antes o después de hacer alguna ruta de montaña por los alrededores, incluso un bar cercano donde se encontraban unos y otros e intercambiaban charlas, vinos y recetas para el reuma, también cerró. Pero el viento de marzo acarreó la nieve suficiente como para que todo, el monte, el río y el jardín, quedaran sepultados bajo un manto blanquísimo, que era el polvo del olvido, y el pasado se perdió de golpe, como si se lo comiera el lobo, y no hubo más remedio que aceptar que todo aquello estaba condenado a desaparecer como por ensalmo y que el destino la obligaba a regresar a la larga noche del adiós. Un adiós que compartimos con un cariñoso beso en la mejilla, y una penúltima mirada de aquellos vivarachos ojos que se posaron en la caja de bombones elegantemente presentada, mientras nos dice: “¡Da pena desenvolvela¡”.

55


56


Las azucareras de Motril Juan Depunto Solo una cucharada de azúcar ayuda a tragar la medicina. Richard Sherman Cuando Colón partió en 1492 para descubrir una nueva ruta que le llevara a los países de las especias, especialmente a la India, no sabía que iba a contribuir a difundir el azúcar en la aún desconocida América. Atracó en Canarias para avituallar sus naves y tuvo un romance con Beatriz de Bobadilla, castellana y Señora de dos de las Islas Canarias. Al despedirse un mes después, ella le entregó unas cuantas cañas de azúcar que fueron las primeras en plantarse en el nuevo continente.

57


La Humanidad empezó a consumir azúcar hace mucho tiempo, primero a través de la miel y luego del azúcar de caña. Parece ser que existen referencias a este alimento con 4500 años de antigüedad en la India, pero es a partir del siglo VI a.C. cuando el azúcar de caña llega a Persia. En el siglo IV a.C. llega a conocerse en Europa a través de los viajes a Asia de Alejandro Magno. Después los griegos se la pasaron a los romanos, pero su gran irrupción fue en el siglo VII cuando los árabes expandieron su difusión por Oriente Medio. Los cruzados, a su vuelta de Tierra Santa, la trajeron a Europa en pequeñas cantidades, siendo los comerciantes venecianos los que se encargaron de su difusión, aunque fue posteriormente, en el siglo X, tras la invasión de España por los árabes, cuando se difundió de una manera más generalizada en Europa. Los españoles expandieron el cultivo de la caña de azúcar, además de a América, a Filipinas y otras islas del Pacífico. Los portugueses hicieron lo propio en Brasil y sus demás colonias, así como los franceses por las suyas del océano Indico y los holandeses por las Antillas. Al final del siglo XVII el azúcar estaba extendido prácticamente por todo el mundo. A comienzos del XIX Napoleón estimuló en gran medida la construcción de azucareras en Francia, lo que copiaron las demás naciones de Europa. La necesidad de mano de obra barata aumentó la demanda de esclavos del África subsahariana y de trabajadores semi-esclavos en Asia, lo que supuso uno de los peores efectos del desarrollo de este cultivo. En el siglo XVI el padre de la agronomía francesa, Oliver de Serres, descubre el azúcar de la remolacha y en el s. XVIII, en Alemania, se desarrolla su producción industrial, pasando luego a los demás países. Hoy algo más de la cuarta parte de la producción de azúcar procede de este tubérculo y los ¾ restantes de la caña de azúcar. Como muchos de los que esto leen saben, el azúcar químicamente es sacarosa y está constituida por una molécula de glucosa y otra de fructosa. La primera es la que utiliza internamente nuestro organismo y el de los demás animales; la segunda es la que tienen las frutas y que por la digestión en el intestino se transforma y absorbe como glucosa. Hasta final del s. XIX el azúcar se comercializaba en forma de “panes de azúcar”, que luego había que cortar, lo que era incómodo. Por eso se pasó a distribuirla molida en forma de granulado en terrones y en bolsas. Las formas disponibles de azúcar son la morena sin refinar y la refinada. En el azúcar moreno los cristales de azúcar están envueltos en

58


una película de melaza que contiene minerales y vitaminas que le dan un valor añadido y peculiaridades de sabor. El cacao, té y café se tomaban solos, lo que resultaba muy amargo. A partir del descubrimiento del azúcar, se le añadieron lo que gustó muchísimo a la población europea y fue entonces cuando se disparó el comercio del azúcar, considerado inicialmente como un lujo y a partir del s. XVIIII se fue popularizando hasta llegar a convertirlo en el s. XIX en una necesidad. Pero hay que recordar que el alto consumo de azúcar influye negativamente en la salud, produciendo caries dental, hipertensión, obesidad y diabetes (que a su vez causa enfermedades cardiovasculares y favorece el Alzheimer). La OMS recomienda hoy en día no consumir diariamente más del 10% de las calorías ingeridas procedentes del azúcar. La zona de cultivo ideal para la caña de azúcar es el trópico del Ecuador, con pequeñas extensiones hacia el norte y el sur del mismo (algo más al norte y al sur de los trópicos de Cáncer y Capricornio). En nuestro país, esta extensión llega hasta incluso la latitud de Valencia, siendo óptima en los valles mediterráneos del sur, concretamente de Granada y Málaga. Para el cultivo de la caña de azúcar se necesita calor y agua. Y en su procesamiento era preciso aún más agua para mover la maquinaria de los ingenios (molinos), por lo que estos se tenía que instalar en las cercanías de ríos o acequias. En Motril, el valle del río Guadalfeo, que nace en Sierra Nevada, es especialmente fértil para cultivos tropicales y es por lo que aquí se desarrollaron las principales industrias del azúcar de caña, desde que la trajeron los árabes en el s. X. Para mejorar el aprovechamiento del

59


agua se construyó, a partir de una presa del río, una gran acequia que canalizaba el agua en dirección sur. En el s. XIV casi la mitad del azúcar que se consumía en París procedía de estas tierras motrileñas. De los s. XVI al XVIII funcionaron en el valle del Guadalfeo más de 30 ingenios preindustriales para extraer el azúcar (molinos de azúcar). De estos ingenios solo ha quedado la “Casa de la Palma”, hoy rehabilitada y convertida en centro cultural del Ayuntamiento, junto a la que se exhibe el “Museo preindustrial de la caña de azúcar”. A fines del s. XVI el cultivo de la caña de azúcar alcanzó su mayor desarrollo, transformándose en un monocultivo. La repercusión de la presión sobre los montes, con el fin de conseguir leña para las calderas de las fábricas, fue máxima, a la que se unió la presión para la construcción de barcos y para combustible de los altos hornos de fundición de armamento para mantener el Imperio. El resultado fue la desertización que ahora padecemos. Otro efecto secundario negativo del azúcar. Sin embargo en el s. XVIII sobrevino una gran crisis del comercio azucarero que conllevó a la casi desaparición de la caña en la vega del Guadalfeo, sustituyéndose por el algodón a principio del s. XIX. Pero pocos años después, en la segunda mitad del s. XIX la aparición de las evoluciones técnicas industriales hicieron resurgir al cultivo de la caña de azúcar con gran fuerza, volviéndose al monocultivo de la caña en la vega. En esta segunda mitad del s. XIX comenzó la época industrial de la obtención del azúcar, instalándose en el valle del Guadalfeo muchas fábricas con maquinaria industrial procedente de Alemania, Inglaterra y Francia. Esta fábricas ya disponían de máquinas de vapor. Sus dueños fueron la alta burguesía y aristocracia de la provincia. En los s. XIX y XX Motril llegó a tener hasta 8 fábricas industriales de azúcar: Nuestra Señora del Pilar, Nuestra Señora de la Almudena, Azucarera de San Luis, Nuestra Señora de Lourdes, Nuestra Señora de la Cabeza, Nuestra Señora de las Angustias (“La Fabriquilla”), Azucarera de San Fernando y el Ingenio de San José en el Varadero. La evolución del mercado del azúcar, como pasó con las minas en otros lugares, marcó la evolución de la producción de este cultivo tro-

60


Al final del siglo XVII el azúcar estaba extendido prácticamente por todo el mundo. A comienzos del XIX Napoleón estimuló en gran medida la construcción de azucareras en Francia, lo que copiaron las demás naciones de Europa.

pical. Es un mercado muy distorsionado por las políticas de protección y subsidios. Hay “Bolsas financieras” del azúcar en varias partes del mundo, que influyen en el precio (Nueva York, Londres, París y Hong Kong). En este precio a nivel mundial tiene una gran incidencia Brasil, que destina grandes cantidades de azúcar de caña para producir el combustible bioetanol, con lo que se encarece el precio del azúcar al haber menos producción. La independencia de las colonias, donde se había concentrado la mayor parte de la producción de caña de azúcar, hizo que en España se potenciara la producción de azúcar de remolacha (con semillas traídas de Alemania y Polonia). La limpieza de la caña de sus hojas, llamada “monda” o “zafra”, exigía mucho tiempo y trabajo duro para obtener poco a cambio: se pagaba, en la última cosecha de 2006, a 12 euros la tonelada de caña cortada y

61


En Motril, el valle del río Guadalfeo, que nace en Sierra Nevada, es especialmente fértil para cultivos tropicales y es por lo que aquí se desarrollaron las principales industrias del azúcar de caña, desde que la trajeron los árabes en el s. X.

limpia. A finales del s. XX se limpiaban las cañas quemándolas, lo que desprendía un hollín abundante y pegajoso que se adhería a la piel y la ropa de los trabajadores llamados “monderos”, que le dedicaban jornadas de sol a sol. Todas estas dificultades con la caña de azúcar derivaron en cambiar las plantaciones de caña a otros cultivos subtropicales más llevaderos, como el aguacate, la chirimoya, el plátano, el mango, la guayaba, e incluso cultivos de invernadero como el tomate, pepino y otros. Finalmente, la reconversión del suelo para construcciones de usos turísticos fueron haciendo que en la década de los 70 cayera vertiginosamente los terrenos cultivables. El resultado de todo esto fue que todas las azucareras de caña terminaron por cerrar (la última de Europa, en la cercana Salobreña del mismo Valle del Guadalfeo, en 2006, la azucarera “N. S. del Rosario”, cumpliéndose así más de 1000 años de producción). Las azucareras quedaron abandonadas a su suerte, terminando por desaparecer como tales. De la mayoría de ellas solo quedan algunos restos (como las chimeneas de la de S. Fernando, S. Luis y la Almudena), una nave de la de S. José, la nave de los Arcos de La Fabriquilla y unas naves de la de Lourdes reconvertidas en hotel. De la Azucarera de N. S. De la Cabeza queda la chimenea y el resto se reconvirtió en Alcoholera. La que ha quedado mejor conservada, pues fue la última que cerró en Motril en 1984, es la “Azucarera de N. S. del Pilar”, de donde son las fotos de este reportaje. Está actualmente sometida a una importante rehabilitación en la que se llevan invertidos 2 millones de euros. Está previsto poner en marcha un Museo del Azúcar, del que solo funciona al día de hoy la que fue gran nave almacén, dedicada en la actualidad a exposiciones artísticas temporales, un restaurante, que mantienen el primitivo artesonado de la fábrica, y un mirador sobre la ciudad de Motril. Sus grandes dimensiones junto con la maquinaria que conserva en su interior la hacen de un gran valor histórico industrial, siendo el más claro exponente de la arquitectura industrial andaluza de la época. Esta fábrica, de azúcar y alcohol, se comenzó a construir en 1881 según el modelo característico de factoría con una colonia trabajadora en su entorno (hoy desaparecida y convertida en chalecitos y casas adosadas). Disponía de varias naves para el procesamiento de la caña de azúcar (almacenes de caña, de secado y de azúcar elaborada), de maquinaria, capilla, caballerizas, casa de los dueños y de la dirección y administración, edificios de la destilería, etc. Las construcciones llegan a las tres plantas y tienen cubiertas a dos aguas. La chimenea es de hormigón, la primera de estas características construida en España. La fábrica, al principio del s. XX pasó a depender de la Sociedad General Azucarera de España. La Asociación Española del Patrimonio Industrial y la Obra Pública la ha clasificado como el monumento industrial más significativo de Andalucía y uno de los cinco más importante de España. Obtuvo la calificación de Bien de Interés Cultural. Aún hoy se pueden observar en el cielo de Motril cinco altas chimeneas del gran patrimonio azucarero industrial que tuvo. No se lo pierdan.

62


Referencias documentales: - https://es.wikipedia.org/wiki/Azúcar - Motril es azúcar. Guía del área de Turismo del Ayuntamiento de Motril. 28 pp. 2017 - https://es.wikipedia.org/wiki/Motril - h t t p s : / / w w w. e l mu n d o . e s / e l mu n d o / 2 0 0 9 / 11 / 11 /a n d a l u cia/1257935809.html - www.motril.es/index.php?id=653 -https://patinaindustrial.blogspot.com/2016/06/la-fabrica-azucarera-ntra-sra-del-pilar.html -https://www.minube.com/rincon/azucarera-nuestra-sra-del-pilar-a121181 - www.motrilturismo.com/es/patrimonio-y-monumentos/casa-palma -www.tecnicaindustrial.es/tifrontal/a-4288-La-industria-azucarera-granadina.aspx

63


Aprovechando la circunstancia histórica de que estos años se cumplen los 500 de la fundación de La Habana, retomamos la colaboración del escritor asturiano José María Ruilópez publicará una serie de artículos sobre Cuba en los que verterá todo su amor por un país que ha visitado en 16 ocasiones —y este mismo mes de noviembre tiene previsto un nuevo viaje— y al que ha dedicado ya dos libros y piensa reunir luego estos artículos en un próximo volumen.

Fotos de José Luis Cuendia, “Guendy”

64


Pros y contras del régimen cubano* José M aría Ruilópez El Régimen político de Cuba es un filón inagotable de opiniones, enfrentamientos y muestras en pro y en contra. Cuando el 26 de julio DE 2005 se celebró el quincuagésimo tercer aniversario del asalto al Cuartel Moncada por Castro en Santiago de Cuba, el Comité Asturiano Contra el Bloqueo y Solidaridad con este País organizó una manifestación en Gijón en apoyo el sistema cubano. Es necesario analizar el hecho cubano y la manifestación gijonesa desde el conocimiento y el sosiego. En todas estas muestras de apoyo al castrismo nunca falta una severa acusación al bloqueo americano. De aquí se deduce, que hay más intención de atacar al capitalismo del norte, que ensalzar al régimen isleño. Y digo esto porque las agrupaciones políticas que se manifiestan en este sentido viven en un sistema político democrático, libre en la opinión, con derechos y deberes definidos y emanados del pueblo, según dice la Constitución, con derecho a la intimidad, a la libre expresión, a la inviolabilidad de correspondencia, a la libertad de asociación, y muchos etcéteras más que todos sabemos. Si se manifiestan a favor de un País en el que faltan todos estos derechos, ¿hay que entender que abogan por una España sin libertades, ni partidos, ni todos esos etcéteras como mínimo? ¿O es que desean ese sistema para otros pero no para vivir ellos en él? Cualquiera sistema político puede ser aceptable si cumple los mínimos requisitos para con la sociedad que alberga: Una buena sanidad, una alimentación suficiente, una educación ejemplar, unos servicios esenciales de vida, unas libertades públicas incuestionables, una libertad de prensa fundamental, una aceptación de la diversidad de opiniones, servicios públicos eficientes, etcétera. Hay que preguntarse si el Régimen cubano cumple los requisitos mínimos para tener una sociedad medianamente feliz. Si la Revolución, al cabo de 47 años, ha logrado llegar a este punto de comodidad para con su gente. Siempre digo que hay que situar a Cuba en su entorno geográfico para no caer en el error de considerar a Cuba como un país europeo, que no lo es, ni geográficamente, ni social, ni económica, ni políticamente. Con respecto a los países de su entorno tiene algunas ventajas, en la sanidad, * Este artículo fue previamente publicado en La Nueva España, de Gijón, de 30 de julio de 2005. A pesar del tiempo transcurrido, no ha perdido un ápice de interés y dada su calidad es interesante recogerlo en esta selección.

65


66


en la educación, en la dedicación guiada del deporte, en la seguridad ciudadana. Pero carece de otros muchos principios considerados como básicos para la vida. Por ejemplo, la alimentación, se come poco y mal en Cuba. Hay deficiencia de energética en la comida diaria. Muchas veces el hambre se combate con agua y azúcar. O se lava el cuerpo con agua sin jabón. Se pide a escondidas por la calle, una caja de leche para le niño, una propina para el anciano, y algo, siempre algo para todo el mundo. La asistencia médica, fundamento de los logros de la revolución ahora está en manos de estudiantes venezolanos y de otros países, mientras los buenos profesionales han sido enviados fuera a dar servicio y hacer patria. Con sueldos de 10 o veinte dólares al mes no se puede hacer demasiado. Bien es cierto que hay una canasta básica para todos los ciudadanos, que no llega al octavo día del mes, y cuyo contenido es de una calidad mínima. Comer carne de puerco es un lujo al alcance de muy pocos. Allí llevar un presente (por decirlo de una forma fina) es regla casi obligada. Yo he llevado presentes para los ministros, los disidentes más destacados, los principales de las letras, los artistas pintores, los ciudadanos de diario, y nadie dice que no. Es un país que está viviendo en gran medida de limosnas: ayudas de infinidad de ayuntamientos, de países, de emigrantes propios en el extranjero, de ONGS, de instituciones. La ayuda a Cuba se está convirtiendo en una modernidad, en un gesto de exotismo de partido, en una demostración de superioridad económica. Unas ayudas que nadie controla y que nunca recaen directamente en el pueblo. Por

67


otro lado el gobierno se encarga de libar dólares en todos los frentes sin ningún tipo de complejos. Comprar una tarjeta telefónica en España de 20 euros puede dar para llamar a cualquier país Latinoamérica durante 300 minutos, a Cuba sólo para 30. Beneficios para la Revolución. Revalorizar el peso convertible a capricho, eliminar el dólar, subir el euro a cambios imposibles. Por otro lado, un cubano jubilado en EE UU, que regresa a su país no puede cobrar su jubilación en la isla. Así es la diplomacia que se practica: el desprecio, la prepotencia y la arrogancia que mantiene La Habana con respecto a sus vecinos próximos y lejanos, en perjuicio de su pueblo. Prevalece el ideario revolucionario que aporta un trasporte público lamentable, unos matrimonios de adolescentes cubanas con viejetes europeos, una vigilancia de los CDR (Comites de Defensa de la Revolución) casa por casa, persona por persona, una obligada asistencia a manifestaciones del régimen contra todo lo que se mueve, un estresante plan de vida para sobrevivir con lo mínimo de lo mínimo, un continuo recordatorio del ayer revolucionario, una violación sistemática de la correspondencia digital con la Isla, una machacona celebración de hechos políticos del pasado, un silencio absoluto de lo que ocurre en casa. Allí nadie sabe que el psicólogo Guillermo Fariñas lleva casi siete meses en huelga de hambre solicitando la libertad de conexión a Internet para todo el mundo. O que a una señora la asesinaron hace unos meses sus propios vecinos para robarle lo que había ahorrado alquilando un apartamento. Hay, también, una confabulación de los medios por dar voz a los miembros del gobierno y silenciar a la disidencia, en un mal ejemplo de libertad de expresión. Dice Pedro Trigo en este diario, asaltante al Moncada también, “que quisiera que Fidel viviera 30 añas más”. Esta afirmación puede valerle una condecoración, allá en la Isla. Pero entre la gente de la calle, tomando uno a uno, seguro que le iban a tildar de enchufado del gobierno. Porque en Cuba hay dos direcciones opuestas: el poder y la calle. Hay que tomar a un cubano de cada vez, dos juntos ya no hablan, para saber cual es su pensamiento. Las últimas novedades en el avance social de la comodidad han sido las ollas arroceras, para las que hay muy poco que meter dentro, y los infiernillos de importación de un país “hermano” del Este, a los que llaman el termómetro, porque a los pocos días ya se habían estropeado sin solución posible y todos andaban por la calle con él debajo del brazo para llevarlos a reparar. Hay que decir todo esto desde la esperanza de un cambio necesario desde dentro. Ya se habla de la Revolución como sustituto del Jefe del Estado. Un error que puede costar caro al sistema. Cuba está demasiado próxima a los americanos, que llevan tres años preparando una transición a la medida de ellos con grandes inversiones con ese fin. Un gobierno colegiado para mantener la revolución como referente continuista, puede convertirse en una lucha por el poder desde dentro. Una ocasión para la incursión desde fuera de poderes indeseados. Defender el sistema imperante desde el absoluto demuestra el desconocimiento, no sé si cierto o intencionado, sobre una realidad social que hay que palpar casa por casa.

68


69


Fotos seleccionadas durante el mes de octubre de 2019

Se muestran en esta secciรณn todas las fotos semanalmente destacadas en Moldeando la luz durante el mes de referencia. 70


Yellow flowers, por Dimitriv

71


Casi, por Ricardo Gonzalez Lopez

72


Damn memory, por Daria

73


Flores, por Grecia Blanc

74


In memory of the cave woman, por Eric

75


L a Escapada, por Ricardo Gonzรกlez Lรณpez

76


Oil and light, por Osman Naim

77


A lesia, por Guendy (JLCP)

78


A naĂŻs, por Guendy

79


80

A rtistic nude, por Irina


Bellezas de OtoĂąo de Sla Vanifatev

81


Between friends, por Lenin K aspov

82


Bienvenido sea el otoĂąo, por Sla.

83


Blanco&Negro en color., por Guendy (JLCP)

84


Como en otras ĂŠpocas, por Paulina Stpetersburg

85


Dance, por Vladimir

86


Desde -El -A ngliru3, por Diana Valverde

87


detalles bici

88

3, por Pepe L atas


El pozu de la xana, por Jacobo RodrĂ­guez Perez

89


90

El primer café, por Guendy (JLCP)


Electric torment, por Fran M arat

91


Encallado, por Rosina Smit

92


Fantasmas en la noche, por Ildefonso Robledo

93


Feel the wind, por M akapeh

94


Follow the cave woman series, por Eric

95


Full moon, por Igor

96


green days, por

Jesús A lvarez Rodríguez

97


Heavens, por Milen

98


Islandia, por John A avitsland

99


100

K achi K alon, por A lex


L a-dama-de -las -tormentas, por Guendy (JLCP)

101


Lights, por SSstudy

102


Looks, por George

103


Looks, por A nna

104


Lord Blood, por Mirta Steinberg

105


M adagascar family, por Deven O’Toole

106


M argarita, por Pavel

107


108

M ask, por Voytsekhov


Nevsky, por E.Horobets

109


Niebla en Siurana, por Jorge C. Garcia

110


Noche de insomnio, por M ario Eduardo

111


Olga, por Roman

112


Panorama Cañon del Sil , por Jesús A lvarez Rodríguez

113


Pastel de nata en Verdiciu, por Jacobo RodrĂ­guez Perez

114


Portraits of woman, por Dรกria

115


Puesta de sol en la patagรณnica, por Yuri

116


Reflejos, por Raul Viciano A lberich

117


118

Retrato Claudia M ahalean, por Raul Viciano A lberich


Robe de mariĂŠe, por Gen

119


Rocas rodantes. (Rolling Stones), por Loco M atara

120


Sisters, por Svetlava

121


Smoker, por Duong Dinh

122


Sunbathing, por A rkadiy

123


The child the future, por Saravut Whan

124


The girl with the balloons, por Yi Wan

125


The olds rocker nerver die, por Ignachenko

126


The queen of the mermaids, por Irina

127


The street lamp in the corner, por Lucas

128


They are not scarlet, por Nadima (Shibina Nadegda)

129


Cangrejo Ermitaño, por A ntonio M artínez Rodríguez

130


A n afternoon in the woods, por Daria

131


Castle..., por kristof browk

132


Children, por Deven O’Tool

133


Church..., por kristof brow

134


Ciudadano de M andalay. Birmania, por Guendy (JLCP)

135


Colosos del mar, por Loco M atara

136


Dias de otoño, por Jesús Á lvarez Rodríguez

137


El Castillo de las nubes., por K arol Polan

138


Estudio sobre el rostro, por A rantxa

139


140

Fall , por David D


Golpe de KO, por J.L.M aylin

141


It goes from birds, por Sla Bertz

142


L atinoamĂŠrica II, por Juanjo Gallardo

143


Monasterio Budista de Myitnge, por Guendy (JLCP)

144


Paseo entre la niebla, por A ntonio M artĂ­nez

145


Pillando olas, por Noly

146


reparaciรณn en rojo y azul , por

Pepe L atas

147


Retratos texturados, por Pepe L atas

148


Seronda 19, por Jacobo RodrĂ­guez Perez

149


Sonrísa del japón, por A.Polyakovvf

150


The cat,, por Nodia

151


Warrior, por M.Dasha

152


Yellow, por Dmytro

153


154


Polvo, sudor y hierro Texto: Claudio Serrano — Fotos: Nadima Hay un poema, tremendo poema, de Manuel Machado, “Castilla”, en que se cuenta parte del camino al destierro de El Cid, hoy de moda nuevamente por una densa novela de Pérez-Reverte. Termina dicho poema reflejando las duras condiciones del viaje por la ‘terrible estepa castellana’: “El ciego sol, la sed y la fatiga...”, dice, para remachar en el último verso: “polvo, sudor y hierro”, como si se tratara de una maldición bíblica. Polvo, sudor y hierro. Eso fue exactamente lo que pensé al ver estas imágenes de Nadima. Aunque conociendo a nuestra fotógrafa pensé en principio que pudiera ser, como otras veces, una recreación: partiendo de algunos elementos arcaicos compone una escena. En este caso, pensé, ha elegido el viejo arado, desplazado en el campo actual por moderna maquinaria, y ha compuesto una imagen de trabajo en el campo, tal como se hacía antiguamente, en familia, repartiéndose la tarea. Pero a poco que uno mire y remire las fotos comprende que las tomas son reales, que no es una composición y que el arado es real, la familia que ara su campo es real y es real, sobre todo, el polvo que se levanta en la acción del arado y que envuelve a la familia con su sensación de ahogo. Después de esta certeza reparé en el título que la propia Nadiama le puso a su serie: “How i spent the holidays”, que podríamos traducir “Cómo pasé mis vacaciones”. Y en ese momento reparé en el chiquillo y supuse que el título se refería a él y que en las fotos recoge el momento en que, ajeno a las tareas escolares, se implica en el trabajo familiar, ayudando a que los duros trabajos del campo sean más llevaderos. Por eso la media sonrisa del muchacho es la única que aparece en todas las fotos, en que los rostros reflejan la dureza del trabajo —insisto, real— que se recoge en estas fotos, tan propio de todos los países.

155


156


157


158


159


160


161


Fotografiada en A rgentina Fotógrafa: Irina Jule Modelo: Anna Psy Vestido: Jannet von Klingen “Dryad”, filmada en los Países Bajos Fotógrafa: Irina Dzhul Modelo: Irina Bulatova

162


El alma del árbol Irina Dzhul Soy una de esas personas que creen que los árboles son seres vivos. De verdad . Crecí en un pueblo de bosque y siempre estaba rodeado de árboles. Tenía árboles favoritos que adoraba. Vine a ellos y me retiré de todos, me tendí en el césped cercano, siempre conté sobre ellos, pintados en mis pinturas. Todo fue antes de mi pasión por la fotografía. Sólo recientemente, me di cuenta de que fotografiar árboles, dríadas y criaturas del bosque no es justo. La imagen se juntó. Y para ser más precisos, les quito el alma. En mi proyecto “El alma del árbol” los árboles son seres vivos. Cada uno tiene su propia historia: nacimiento, vida, muerte... Durante mucho tiempo se ha pensado que los árboles tienen alma. Todos tienen su propia apariencia e incluso carácter, con sus propios sentimientos y energía. Hay árboles de larga vida, vieron alrededor de varias generaciones alternas... vieron la vida de las personas, la muerte... de la guerra. Tienen una memoria... Por ejemplo, se encontraron muchos árboles que, al cortarlos en los anillos, se hallaron capas oscuras. Cuando decidieron contar los años (cada anillo es el año de la vida del árbol), resultó que estos anillos caen en los tiempos de la guerra de 1941-45. He estado acostumbrada desde la infancia a no ofender a los árboles, porque creía que ellos sienten todo y aún creen que están conectados por un solo enlace neuronal y que se transmiten información entre ellos. En la antigüedad, la gente creía que un árbol es el eje del espacio y el tiempo, que conecta 2 mundos: el cielo y la tierra... de Dios y las personas. Realmente me gustaría que cada persona en la tierra piense acerca de mi trabajo dirigido a esto. Aquí hay una pequeña selección de mi trabajo en el proyecto “El alma del árbol” #soultree # Dushadere #Irinadzhul #irinadzhul

163


164


165


166


167


168


169


170


Brumas Pepe Latas

Los contornos difíciles, como a veces es difícil de distinguir del paisaje, así entre mundos paralelos, fragmentados, diseminados, jugando con la confusión, fluctúan las sombras. Es la imagen sin ninguna palabra, como una curva médica, libremente reinterpretada, pasando de lo desenfocado a lo irreal, envuelta entre brumas de mundos desconocidos. Pura alquimia sobre bosquejos que se intuyen, que se diluyen entre silencios abiertos y geometrías insólitas; la luz perezosa, tímida, dubitativa, intenta mostrarse entre la memoria y el recuerdo, borrando los contornos lentamente, cediendo al sentimiento para acabar diluyendo las huellas de toda frontera.

171


172


173


174


175


176


177


178


179


180


181


182


183


SueĂąos en el aire sobre la superficie del mar. De igual forma, nos abre una puerta hacia mundos nunca vistos, permitiĂŠndonos recrear antiguas civilizaciones o viajar al futuro, a un mundo post-apocalĂ­ptico en el que las plantas reclaman la Tierra para si mismas.

184


Erik Johansson Erik Johansson ha sido beneficiado con una imaginación muy vivida. Donde la mayoría de nosotros vería una isla rocosa flotando serena en un puerto nórdico, él ve lo que hay debajo: un pez gigantesco que carga con la isla a su espalda. O donde una excavadora quita el pavimento de una calle, él se imagina un juego gigante de cruz y raya que se desarrolla mientras la máquina trabaja la tierra. Este sueco de veinticuatro años trabaja siguiendo la tradición de los ilusionistas: artistas como M.C Escher, que creó sus famosos mundos infinitos utilizando lápiz y papel. Mientras Echer empleaba materiales convencionales. Erik utilizaba la cámara y Photoshop. Después de haber tomado las fotos que necesitaba, dedicaba unas 10 horas a manipular y retocar cada una de ellas para conseguir el efecto deseado. Su obra es a la vez audaz y traviesa y saca su inspiración de la vida diaria, aunque fusiona lo mundano con lo absurdo. “Para mi, la fotografía solo es una forma de coleccionar material para llevar a cabo las ideas que tengo en la cabeza”, dice Erik. “Me inspiro con lo que tengo alrededor, en mi vida diaria y todas las cosas que veo”.

185


186


187


188


189


190


191


192


193


194


195


196


197


198


199


Imagen de Rudy and Peter Skitterians en Pixabay

Repertorio de

Fotógrafos Españoles

f

200


https://www.itacafilms.com/site/es/bernardo-aja/

Bernardo Aja Estudió fotografía en la universidad de Santa Mónica (California, EE.UU.) y trabajó como asistente de fotógrafos durante dos años en Nueva York. Entre 1997 y 1999 fue el fotógrafo oficial de Alberto Fujimori, ex presidente de Perú́. Ha colaborado con importantes agencias como EFE, Reuters y la Agence France Press (AFP), así́ como con la Casa Real española, y ha fundado la empresa Baja Pictures, que realiza encargos publicitarios. tras haber trabajado como reportero en Sudamérica, actualmente trabaja entre Madrid y México, compaginando fotoperiodismo, publicidad y retrato. De su trabajo personal destaca su proyecto Entre muros, serie de retratos de la alta burguesía española, peruana, mexicana y filipina. Interesado en conocer la intimidad del personaje, el espacio en el que vive y lo que le define, Bernardo Aja compone para estos retratos montajes teatrales en los que todo está construido y nada se deja al azar, apoyándose en los bocetos que dibuja antes de tomar cada fotografía. se trata de una serie que no pretende hacer critica social, sino servir de testigo de un tiempo que desaparece. Baja Pictures colabora con Vogue y con revistas y editoriales especializadas en ciudad de México. Entre sus últimas exposiciones destacan su participación en la colectiva Madrid, ¡oh cielos! (Azotea del circulo de Bellas Artes, Madrid, 2010) y su muestra individual Entre Muros (museo de Tlatelolco, Ciudad de México, 2012). En 2011, Entre Muros obtuvo la medalla de Lorenzo Il Magnifico y una mención de honor del jurado en la Biennale d’Arte Contemporánea de Florencia. — AGM Publicaciones seleccionadas El Señor de los milagros, Fundación Telefónica, Madrid, 2003; Madrid, ¡oh cielos!, Madrid, CBA 2010.

201


EntreMuros

202

Convertirse en un fisgón suena a tarea sencilla, sin embargo cumplirlo de manera óptima implica mucho empeño: una curiosidad insaciable, una mirada objetiva, una distancia seductora. Un fisgón que se adentra a casas y a pasados, a historias ajenas. Todo ello culmina en un proyecto, EntreMuros. Mirar el compilado de fotografías genera, de manera inevitable, la siguiente pregunta: ¿qué busca Bernardo Aja? Quizá la curiosidad sea el motor más evidente, pero es claro que hay algo más. La teatralidad, la selección de personajes y locaciones nos dan pauta para encontrar no solo la historia capturada, sino la historia misma de Bernardo. EntreMuros son fotografías que logran inducirnos a dos temporalidades, familias actuales que mantienen auras de siglos pasados, combinando una estética contemporánea con residuos del siglo XIX y XX. La relación que existe entre los personajes y su espacio íntimo nos revela el peso de la herencia, el testamento, la pérdida; el registro de una generación que está perdida entre dos muros, entre dos vidas. Personajes que se mantienen insurgentes a lo establecido y que coleccionan inservibles objetos que les permiten llevar la vida al presente, un placebo que los mantiene inmersos a una realidad efímera, una vida que cobra sentido a partir de la profundidad de su propia ilusión. El nexo de cada una de estas historias y el gatillo que dispara la curiosidad de Bernardo es el sentimiento de nostalgia y melancolía. Retratar el dolor, la angustia, lo que se dejó atrás, las inquietudes que quizá no pasaron en carne propia pero que son transmitidas; todo aquello se mantiene a flote dentro de los muros que albergan dichas historias. Bernardo no se deja deslumbrar por estas clases sociales, sino que interactúa con ellos, se entromete en sus vidas y sus miedos. Es esta intromisión lo que logra que se rompa con la lógica del retrato de caballete, creando situaciones teatrales y cinematográficas que muestran algo más que el simple registro, un inicio in media res literario, un momento exacto que muestra un secreto. Estos personajes vulnerables son la carnada, ya que Bernardo Aja se mantiene al resguardo detrás de la lente. La cámara le da el pase para satisfacer una búsqueda que germina más allá de sus retratos, la de encontrar un sentido a sus propias inquietudes. La exposición EntreMuros es esa delgada grieta que el voyeur utiliza para mirar a los otros, haciendo que Bernardo Aja sea un inexcusable fisgón.


Las fotos corresponden a la colecciรณn EntreMuros

203


204


205


206


207


208


209


210


211


212


213


214


215


Todo lo que querĂ­as saber y...

216


P

: Me han dicho que mi fotografía no tiene estilo, hay ciertos tipos de fotos que me gusta hacer y ciertos estilos que prefiero probar, pero tengo tendencia a probar demasiados, tengo dificultad en construirme un nombre con un estilo específico que otros puedan reconocer como mi talento en fotografía. Como con otras situaciones en la vida, me siento “bueno” en un montón de cosas, pero todavía estoy tratando de saber en que cosa soy “magnifico”.

R

: El estilo toma mucho tiempo en conseguirse. El estilo se alcanza después de que hayas buscado a través de diferentes modos de fotografiar. El estilo es excepcionalmente personal, el estilo no puede ser forzado. Tan difícil como encontrar tu estilo es cambiar de estilo en un día. Grandes fotógrafos nos hablan del estilo como si fuera una sensibilidad que uno aporta a un disparo, y estoy completamente de acuerdo. Consiste sólo en como tú haces las cosas. Tienes que tener paciencia. Sigue avanzando a través de la maleza. Mantente en eso; sigue investigando; sigue perdiéndote en eso. El estilo empieza a manifestarse después de diez años, a menos que seas un fenómeno. Pocos fotógrafos pueden encontrar un estilo personal en menos de cinco años. Sigue siendo bueno en eso. Quizá tu estilo visual no se 217


218


manifieste ahora mismo pero quizá tienes un estilo en la interacción con tus sujetos. Quizá tengas un estilo de marketing. El estilo puede surgir en otras aéreas distintas a la vida fotográfica. Lo bueno es que los estás buscando. No lo fuerces. El estilo tiene que llegar. Y no llega tampoco anunciándose; llega sigilosamente un buen día. Es como un fantasma que está en el rabillo del ojo. Sabes que está ahí, pero no puedes verlo directamente. En la red social de fotografía Moldeando la luz, podemos ver estilos fotográficos muy definidos a través de los trabajos de muchos de sus fotógrafos.

219


220


221


Fotos que despertaron conciencias

222


La Conferencia de Yalta 4-11 de Febrero de 1945 – Yalta, Unión Soviética.

Esta fotografía se suele identificar con el título Los tres grandes: Churchill, Roosevelt y Stalin, los principales protagonistas de la lucha contra el nazismo. Durante la Segunda guerra Mundial, el destino de las naciones se decidía lejos de los campos de batalla, en una serie de encuentros durante los que se redibujaba el mapa del mundo. La conferencia, que tuvo lugar el febrero de 1945 en Yalta, un pequeño pueblo de la península de Crimea, adquirió fama entre la opinión pública. Era también el encuentro más simbólico a nivel histórico, debido a esta fotografía de los tres líderes aliados, sentados uno al lado del otro. Rodeados de figuras bien conocidas en sus respectivas delegaciones, los tres hombres parecen cansados pero satisfechos. Posteriormente, los historiadores cuestionaron la importancia de esta conferencia, y atribuyeron las decisiones más relevantes a otros encuentros anteriores y posteriores. Sin embargo, Yalta ha retenido su sabor simbólico debido al hecho de que fue la última vez que se reunieron los tres líderes.. Roosevelt murió al siguiente abril, cuando la guerra había prácticamente acabado; Churchill fue derrotado en la elecciones del verano de 1945; Stalin siguió en el poder hasta su muerte en 1953, pero el telón de acero erigido al final de la guerra estableció una distancia insalvable entre la Unión Soviética y Occidente. A este respecto, la fotografía de la Conferencia de Yalta nos ofrece un valioso testimonio de una de las fases históricas más importantes del siglo XX

223



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.