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NĂşm. 31 Marzo 2014

ANTROXU: el canaval asturiano Jugando con fuego Terremoto en Chile 2010 Puente de Cangas de OnĂ­s


PROMOTOR José Luis Cuendia, “Guendy” DIRECTOR Francisco Trinidad COLABORADORES Eugenio R. Meco, Pepe Haro Castaño, Ma Bernarda Ballesteros, Carlos Flaqué Monllonch, Glyn Griffits, Ricardo González “Completu”, Salvatore Grillo, Javier Madroñero, Narciso del Río, Juanjo Gallardo, Monchu Calvo, Antonio Ramón Ferrera, Cristina Capracci, Gustavo Velázquez, Cora Coronel, Justín del Barrio, Arturo de las Liras, Juan José Alonso, Ilona Gogh, Jan Puerta, Albino Suárez, Gloria Soriano, Ildefonso Robledo, José Manuel Gonzalo, José Mª Ruilópez DIRECTOR DE FOTOGRAFÍA José Luis Cuendia DIRECTORA DE COMUNICACIÓN Lola González DISEÑO y MAQUETACIÓN Francisco Trinidad www.moldeandolaluz.com Reservados todos los derechos de reproducción total o parcial tanto del texto como de las imágenes. Las imágenes están protegidas por las leyes de copyright internacionales. Para cualquier consulta o sugerencia contacte con nuestro correo electrónico info@moldeandolaluz.com

Moldeando la Luz es miembro de la Royal Photographic Society

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presentación

Imágenes que son únicas La fotografía es probablemente el arte que ha entrado con más fuerza en el nuevo siglo, es más que evidente que ha alcanzado un sofisticado desarrollo tecnológico en las últimas décadas que ha abierto todo un abanico de posibilidades creativas. En toda la historia de la fotografía ha habido siempre promotores del medio como forma de arte y como vehículo de ideas, de un modo equiparable a la pintura o la escultura, pero hoy más que nunca la fotografía es un territorio fértil y propiamente artístico. La revolución digital ha permitido una apertura sustancial de sus fundamentos, y en consecuencia, se han roto fronteras entre el medio original y cualquier otra disciplina artística. En el siglo XXI la fotografía ya no aparece en estado puro, como medio especifico y delimitado, sino como un medio híbrido que acoge otros planteamientos expresivos. En la actualidad resulta pertinente reflexionar sobre las fronteras y nuevas categorizaciones de lo fotográfico. La técnica acelera día a día el proceso de disolución de sus límites, pero también a ello contribuyen los contenidos y las pretensiones de las imágenes fotográficas. Sin duda, la fotografía tiene un papel fundamental en la sociedad actual; todos sabemos cómo hacer fotografías, y también cómo leerlas y utilizarlas, aunque ello nos lleve a veces a un laberinto con muchos dilemas, y todos ellos deberán de resolverse en un contexto y en unas circunstancias inéditas, marcadas sin duda por el avance de las nuevas tecnologías y por las nuevas relaciones con las imágenes. Este mes hemos realizado el primer concurso del año. Al margen de cuáles sean las fotos más votadas por los moldeadores, lo que si es un hecho cierto es la gran cantidad de trabajos presentados y su alta calidad técnica y creativa. El próximo evento será una semana temática de la que daremos cumplida cuenta en su momento, lo que si adelantamos para que todos puedan ir preparando sus trabajos es el tema del próximo Concurso: El Retrato de personas. En el número anterior planteábamos el próximo encuentro de moldeadores en Asturias. Fueron varias las sugerencias que nos llegaron en el sentido de que abril no es bueno para Asturias y máxime si en este mes se celebra la Semana Santa, como ocurriera el año pasado, teniendo que llegar a suspenderlo. Barajaremos las fechas que más puedan interesar a la mayoría de los que están interesados en acudir al encuentro bajo el criterio de que el encuentro se celebrará en el mes de mayo evitando que caiga en fechas festivas de la Comunidad de Madrid. En la revista de Luz y Tinta del mes de Abril se darán a conocer las fechas y el programa de actos. Mientras os animamos a que sigáis examinando vuestros mundos con vuestras cámaras, usando la imaginación y las habilidades que habéis ido adquiriendo con el tiempo, esas imágenes que son únicas porque representan vuestros propios estilos, dimensiones, texturas, luces, expresiones… Que el mes de marzo os sirva de inspiración.

José Luis Cuendia, “Guendy”


Año IV.- Núm. 31 - Marzo 2014

sumario

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Fotógrafa del mes. Mª Esther Rodríguez Francisco Trinidad.................................................

Antroxu. El Carnaval asturiano José Luis Cuendia, “Guendy”.................................. Nuevo efecto ‘Vintage’ Eugenio R. Meco...............................................

Foto de portada:

Pablo Alonso Hace apenas tres meses, Pablo Alonso fue distinguido como fotógrafo del mes de Noviembre de 2013, como reconocimiento a una trayectoria en Moldeando la luz que señalaba una visión muy personal de la fotografía y que previamente había sido distinguida con varias fotografías destacadas en esa especie de podium semanal de nuestras fotos destacadas. Hoy traemos a la portada de Luz y Tinta esta fotografía, “El columpio”, que resume muchas de las características del haber fotográfico de Pablo Alonso y en especial su creatividad. Efectivamente, creatividad, que quizás habría que escribir con mayúsculas para subrayar su interés por la exploración creativa de la realidad; una realidad que Pablo Alonso ve con ojos nuevos, ojos escrutadores que son capaces de aislar, en el conjunto de posibilidades que brinda la realidad, aquellos momentos y aquellos ángulos que le aportan, como poco, una perspectiva tan personal como su propia visión del mundo. En esta foto, en la que la falta de referencias al lugar en que nacen las cadenas del columpio la convierten en una suerte de vuelo de la imaginación, un escalofrío al borde del abismo, cobra especial protagonismo esa máscara de la modelo que parece aislarla quizás del mundo agresivo, por industrial, que se divisa al fondo, o quizás del mundo interior, enfrentado a reflexiones que ni las sugerencias que la foto aporta ni la introspección propia del fotógrafo, buscándole sentido a través del blanco y negro, son capaces de resolver. Como si el mundo se disolviera en su propia contingencia.

Acerca del Camino de Santiago Mª Esther Rodríguez.........................................

Breverías Gloria Soriano.................................................. El retrato rebelde F.T................................................................... Peces Carlos Gianoli.................................................. Entre lo ‘manso’ y lo ‘bravo’ Monchu Calvo..................................................

¿Cómo será la luz de la mañana? Justín del Barrio................................................ Jugando con fuego Ricardo González, “Completu”........................... Carnaval en Tenerife Javier Madroñero............................................. Terremoto en Chile (I) Jan Puerta......................................................

Alex Gertschen y Félix Meier Carlos Flaqué Monllonch................................... Puente de Cangas de Onís Francisco Trinidad............................................ Estructura gibosa sin fatiga José Mª Ruilópez..............................................

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Fotógrafa del mes de Febrero

Mª Es Conocí a Mª Esther, en Oviedo, hace un par de años, en la presentación de un libro y, puro nervio como es, me envolvió en su conversación, también puro nervio. Hablamos de todo, con el telón de fondo de los libros, y comprendí que su raudal de palabras, que no era en absoluto atolondrado sino más bien fruto de su pasión vital, era lo que trasladaba diariamente a Moldeando la luz, donde es un cabal ejemplo del espíritu que domina nuestra red social: aprender —y aprehender— algo todos los días… y mostrarlo. Bien es cierto que ella lo hace con una exuberancia y una constancia que rompe moldes: sube tres fotos diarias y comenta casi todas las que se suben desde cualquier parte del mundo. Y sus comentarios, aparte de reseñar algún pormenor de la fotografía que comente, suelen terminar con un saludo generalmente cariñoso. Para ello, y como si se tratara de una terapia personal, Mª Esther sale todos los días, cámara en ristre, y retrata los rincones de Santiago de Compostela —o de la ciudad en que viva: hasta hace poco, Oviedo y su pista finlandesa por la que hacía su paseo diario— en todas sus posibilidades: otoño, invierno, primavera y verano, y en todas sus oportunidades: por la mañana, por la tarde, con lluvia, con sol… Y por supuesto, en todos sus rincones. A modo de cronista urbano. Rizando el rizo de todo ello, en algunas de sus últimas instantáneas nos ha mostrado los tejados de Santiago, como un perspicaz diablo

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sther Rodríguez

Cojuelo que quisiera indagar lo que de tejas abajo se vive diariamente. Y así, por el visor de su cámara pasan calles y casas, soportales, paraguas, rincones del parque, flores, muchas flores, bancos en solitario u ocupados por enamorados ajenos a

...sube tres fotos diarias y comenta casi todas las que se suben desde cualquier parte del mundo.

la mirada fotográfica, rincones con una historia y rincones que comienzan a hacerla… Oviedo, Santiago, Avilés, Luanco… todos los escenarios en que se desarrolla su vida. A veces, un retrato, un detalle arquitectónico, un reflejo del agua en un estanque…

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y a veces también nos sorprende con una foto que es una metáfora en si misma que acentúa su carácter simbólico con un título que ahonda en sus raíces artísticas: “El sol dora sus cabellos de nubes” titula una imagen de un atardecer o “El silencio es Dios que habla” que pone como título a un paisaje asturiano… Uno se imagina a Mª Esther saliendo todos los días a su paseo diario —como buena jubilada puede disponer de su propio tiempo— y regresando a casa, y al rincón del ordenador, con la tarjeta bien repleta de imágenes, sensaciones ante lo cotidiano, de las que luego escoge tres para completar su presencia en Moldeando. Como una especie de compromiso. Por eso sus fotos tienen tanto de espontáneo, de realmente vivido, quizás porque pasan de la tarjeta a la pantalla sin apenas afeites. La edición informática de sus fotos es muy escasa, la suficiente para que sus imágenes se sacudan los defectos de la toma directa y adquieran cuer-

...por el visor de su cámara pasan calles y casas, soportales, paraguas, rincones del parque, flores, muchas flores, bancos en solitario... rincones con historia...

po a través de ajustes del enfoque, la luminosidad, algo de brillo, quizás un retoque de la gama de colores. Aunque tal vez ella desconozca o huya de la caligrafía informática más por su visión de la fotografía como testimonio, como forma de ver la vida, como forma, en fin, de transmitir sus vivencias cotidianas, ese vaivén entre lo sensorial y lo artístico, esa aspiración renovada y constante de acceder al arte que, como ella misma declara en la entrevista, es el consuelo, acaso el bálsamo, frente a la vida. Una vida, supongo, con sus altibajos, y sobre todo con esa exuberancia que la define y que me hace pensar que esta semblanza, por mucho que afile el lápiz óptico de mi análisis y por mucho que me empeñe en sacar destellos donde quizás solo hay sombra, no pasará de ser un pálido reflejo de la inabarcable mirada fotográfica de Mª Esther Rodríguez.

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(2ª Parte)

En el número anterior mi trabajo estaba dedicado a los Sidros y les Comedies, dentro de lo que popularmente se conoce como “Les Mascaraes” (Mascaradas), costumbres ancestrales que proceden a la Cuaresma. La fecha variable de Pascua determina el principio y fin de estos periodos, si bien las principales manifestaciones de los carnavales se desarrollan durante los tres días que preceden al miércoles de ceniza, principio de la Cuaresma. El Carnaval representa una forma de oposición a la Cuaresma, es una especie de licencia en la que en estas fechas de forma temporal se suspenden las reglas de la vida normal, es una especie de mundo al revés, donde reina la negación de lo cotidiano, es como si por un momento desaparecieran los tabúes y las prohibiciones, y se permiten todos los excesos. Los símbolos sexuales y eróticos se asocian con frecuencia a las manifestaciones folclóricas que se celebran durante este periodo. Es una forma de liberación de las represiones a las que se ha estado sometido. Según todos los estudiosos del tema, la fiesta en si es una fiesta pagana que estaba más bien relacionada con el ciclo de las estaciones, en este caso se celebra la entrada de la primavera, el renacimiento de la luz y el fin del oscuro invierno. Los disfraces y las máscaras son componentes esenciales de estas fiestas, así como el paseo de un monigote por las ca-

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lles, seguido de su ejecución, bien ahorcado o quemado. A estos muñecos con figura humana les llama “carnaval” se suele realizar con viejas ropas, relleno de paja, en las que en algunos lugares se le colocan petardos u otros fuegos de artificio. En toda Europa son multitud los diferentes carnavales. En Italia siempre han despertado un vivo interés, el de Venecia fue el más importante hasta el siglo XIX, pero no solo esos, pues también los carnavales de Roma, Florencia, Turín y Verona fue-

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El “Antroxu” es el nombre asturiano con el que se conocen las fiestas de carnaval en Asturias. Hoy son muy populares en muchas de sus localidades y en algunas de ellas el Martes de carnaval suele ser fiesta local.

ron antaño particularmente originales y espléndidos. En Alemania las alegrías del Carnaval tuvieron su máximo esplendor durante la Edad Media y el Renacimiento. La ciudades católicas del Rin intentaron rivalizar con Venecia y Roma, y más tarde todas las ciudades protestantes siguieron su ejemplo. En Francia en cada región aparecen diferentes tipos de episodios burlescos, desfile de gigantes, evoluciones de animales, etc…, su máximo apogeo es el martes con la muerte de Carnaval y con los posteriores bailes


de máscaras (Carlos VI estuvo a punto de morir en uno de estos bailes). En España se prohibieron las máscaras en muchas y diversas ocasiones, sin resultado práctico: Carlos V en 1523, Felipe V en 1716-1717 y 1745, Carlos IV en 1797. El momento de apogeo de los bailes de máscaras en España se produce a mediados del XIX. Pero otras manifestaciones más populares comenzaron a alcanzar su esplendor como el “entierro de la sardina” del miércoles de ceniza (pintado por Goya). En la etapa de la dictadura franquista también se intentó

reprimir esta fiesta sobre todo en su primera etapa. Con la llegada de la democracia el carnaval revivió con fuerza en todo el país, renacieron con fuerza todo tipo de manifestaciones populares y folclóricas, reapareciendo en la ciudades y pueblos las máscaras, los desfiles y las carrozas; si bien los carnavales de gran tradición son los de Cádiz y Santa Cruz de Tenerife. En la América latina el carnaval apareció en Salvador (Bahía) y Rio de Janeiro en el siglo XIX. Con raíces en la tradición folclórica local, poste-

riormente tomó un aire europeo. La música y los bailes son sus elementos esenciales. El Carnaval de Rio ha conciliado las tradiciones típicas aún vivas con la suntuosidad artificial de los espectáculos destinados a atraer el turismo. El “Antroxu” es el nombre asturiano con el que se conocen las fiestas de carnaval en Asturias. Hoy son muy populares en muchas de sus localidades y en algunas de ellas el Martes de carnaval suele ser fiesta local. Destacan las de Avilés, Gijón y los desfiles carnavalescos de Mieres y Oviedo.

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Arriba, una panorámica del Xiringüelu, en Pravia.A la izquierda, el Descenso Folklórico del Nalón, en Pola de Laviana. Dos modalidades del “carnaval” veraniego astur.

En toda la región marca el inicio de la celebración del Antroxu el “Jueves de Comadres”. Es tradición que esa noche las mujeres, solteras, casadas o divorciadas, salgan a cenar y a divertirse solas, sin novio, marido o pareja sentimental. También es una buena ocasión para que los hombres salgan también esa noche sin ataduras, hasta llegada la madrugada en que todo volverá a ser como antes. Me llama la atención el eslogan del “Antroxu de Gijón”, pues Asturias no es ajena a la crisis económica que soporta el país, y quizás está golpeando contra sus carnes con más virulencia si cabe, con diversos cierres de empresas, entre ellas la emblemática minería y hasta millonaria en beneficios la Coca-Cola que cierra 4 de sus plantas en España una es la

de Oviedo. Pues lo gijoneses responden en su carnaval con un: ¡Contra el desánimo, imaginación! Pero quizás por su innovación el “Antroxu” que más destaca en estos momentos en el norte de España sea el de Avilés con el Descenso Internacional y Fluvial de la Calle de Galiana, que este año celebra su XXVII edición. Como es costumbre se celebra el sábado antes del martes de Carnaval. Es un acto festivo multitudinario que se ha ganado a pulso su carácter diferenciador con los carnavales del norte. El festejo consiste en la fabricación de singulares artilugios que emulan a embarcaciones que se deslizan por la calle más típica del Avilés histórico, la calle Galiana, donde se puede ver cómo las embarcaciones se deslizan a través de un mar de agua y espuma, continuando por otras calles de la ciudad. Antes los vecinos les regaban con agua desde sus balcones, ahora menos ya que lo hace el Ayuntamiento a través de mangueras colocadas a lo largo de todo el trayecto. Todos los años se expone una diferente temática que ayuda con los diferentes disfraces. En esta ocasión era la Edad de Piedra y con ella se hace un homenaje a los personajes de ficción de la vieja y famosa serie televisiva “Los Picapiedra”. Hasta los bares se adornan para

la ocasión y algún que otro escanciador de sidra y camareras imitan al famoso Pedro y a su esposa Vilma. La verdad es que en esta ocasión la lluvia no dio tregua al Descenso de Galiana, aunque puede resultar una ironía ya que todo el desfile discurre entre agua y espuma, pero es cierto que restó afluencia de público con referencia a otros años, pero no interés, ánimo, alegría y buen rollo a todos quienes participaron en el principal acto del Antroxu avilesino. Así se dieron cita los Dinosaurios y tronco-móviles rodeados de infinidad de trogloditas. Todos se tuvieron que enfrentar a una desapacible tarde, todos ellos lucharon en las aguas fluviales que corrían por las calles de Galiana, San Francisco, la plaza de España y La Cámara. Participaron en este evento 22 embarcaciones que desfilaron a lo largo de algo más de dos horas. Mientras, unos 30.000 litros de espuma tiñeron de blanco el corazón del casco histórico. Como ya es costumbre los adolescentes acuden a esta cita bien equipados con chubasqueros, botas de goma y pantalones de plástico y lo pasan en grande aprovechando el suelo blanco y deslizante para patinar y deslizarse sobre él como si de un tobogán se tratara.

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Sobre estas líneas, una imagen captada en el Carnaval de Oviedo.

En la página anterior y a la derecha, momentos del Descenso de Galiana, en Avilés, con la espuma como protagonista.

Siete cañones instalados a lo largo del recorrido distribuyeron la espuma durante más de dos horas. Los asturianos despiden estas fiestas del Carnaval en la noche del mismo martes, con la lectura del testamento y “El entierro de la Sardina”. Este entierro simboliza el fin de la fiesta. En algunos lugares la sardina es quemada, en otros lanzada al mar, y siempre después de ser leído su testamento y llorado mucho por su pérdida. Pero son éstas lágrimas de cocodrilo, pues les dura poco ese dolor a los asturianos, ya que a la vuelta de la esquina aparecen otras fiestas que celebrar a lo largo del año, algunas de ellas con cierto parecido con el Antroxu bien en el Descenso Folklórico del Nalón en Laviana, o el Xiringüelu en Pravia, la Descarga de Cangas de Narcea o El Descenso

del Sella por citar algunas, pues son muchas las singulares fiestas y tradiciones que se celebran en el territorio astur. Sus atractivos no conocen de estaciones porque en cualquier momento del año puede haber motivo de celebración. Pero no por ello hay que pensar que sea éste un pueblo que solo piensa en sus folixas (fiestas); al contrario, el pueblo astur es un pueblo trabajador, como bien lo demuestra su historia, pero eso puede ser motivo de otra colaboración con Luz y Tinta. Para los que nos visiten en estas fechas no olviden degustar los platos que los restaurantes ofrecen para esta ocasión, el pote asturiano, los frixuelos y les picatostes.

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En esta ocasión vamos a tratar de darle a la fotografía un efecto “vintage” que se está aplicando mucho últimamente, como ya vimos en un número anterior. Abrimos la imagen en Photoshop y vamos a “filtro-enfocar-estabilizador de imagen”. En esta ventana apliqué 31 en limites de trazo, 30 en suavizado y 30 en supresión de defectos. Con esto lo que conseguimos fue darle más nitidez. Seguidamente elegimos con la tecla (J) el pincel corrector para limpiar las impurezas de la piel, creamos una capa de ajuste de blanco y negro y la ponemos en modo fusión “luz suave”. Vamos regulando los colores a nuestro gusto y si es necesario bajamos la opacidad de la capa, combinamos las capas y en añadir estilo de capa elegimos “superposición de colores”. En la ventana que nos aparece elegimos el color que más nos guste y lo ponemos en modo “exclusión”. En mi caso elegí un color azul. A continuación agregamos el efecto “bruma brillante”. En “capas” le aplicamos la opción de objeto inteligente y la convertimos, lo que nos va a servir para que cuando le apliquemos algún filtro a la imagen vamos a poder editarlo después de haberlo aplicado. Aplicamos el “filtro- desenfocar-desenfoque gaussiano” teniendo en cuenta que cuanto más desenfoque el resultado dará mas neblina. En mi caso apliqué 10 px. En la ventana de capas, justo a la derecha de donde pone desenfoque gaussiano hay un icono donde daremos doble click, en la ventana que se nos abre ponemos la fusión en modo “trama”, acoplamos imagen y obtendremos el resultado final.

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El Camino de Santiago es una ruta que fue muy concurrida durante La Edad Media y por la que entró en España toda la cultura europea de la época; más tarde fue un poco olvidada y hoy en día es un recorrido que vuelve a estar de moda y que siguen peregrinos de todo el mundo, dándole un colorido muy especial a la ciudad con sus diferentes atuendos

para la lluvia, sus sombreros, sus bicicletas, sus mochilas y bastones. Este camino se inició a partir del descubrimiento de las reliquias del Apóstol Santiago El Mayor en el año 812. En una pequeña colina de una pequeña aldea al occidente de la Hispania romana, empezaron a verse una especie de estrellas que, en realidad eran gases que desprendían unos cuerpos enterrados, y al desenterrar-

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los se creyó que eran los cuerpos del apóstol y de dos compañeros suyos. Ese pequeño lugar se llamó Campo de las Estrellas y de ahí el nombre de Santiago de Compostela. Hay muchas dudas sobre la veracidad de esos restos pero hay que tener en cuenta que en aquél tiempo Hispania estaba en manos musulmanas ya que los árabes permanecieron aquí durante siete siglos, hasta su expulsión por los Reyes Católicos en el siglo XV y que La Iglesia Católica necesitaba un punto religioso y cristiano en Occidente pues en el Oriente de entonces ya estaba Roma. El Rey Alfonso II de Asturias decidió ir en peregrinación a Compostela con toda su Corte y construir una pequeña iglesia en el lugar donde habían aparecido los restos del apóstol Santiago el Mayor según cuenta la leyenda. En mi opinión si son o no los restos del apóstol, ahora no tiene mucha importancia pues tanto los creyentes que van a Santiago con fe, como los no creyentes que van Santiago por otros motivos, convirtieron a aquella pequeña aldea en una pequeña e interesante ciudad de casi 100.000 habitantes con una prestigiosa universidad y esas dos entidades generan muchos puestos de trabajo e ingresos para todos los compostelanos aunque ahora también la crisis les está afectando. El primer camino empezaba en Francia y, pasando por Roncesvalles, llegaba a Santiago de Compostela y más tarde surgieron otras rutas que,

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terminando todas en Compostela, se iniciaban en diferentes lugares de Europa. La concha de la viera, que ahora es un símbolo, servía para beber agua durante la larga peregrinación pero, como solo podían conseguirla en Galicia llegó a tener mucho prestigio entre los comerciantes de Europa ya que, volver con ella a sus respectivos lugares de origen, de-

La vieira, símbolo del peregrino de Santiago

mostraba que habían hecho toda la ruta aunque no faltaba la picardía y algunos, según cuentan los historiadores, conseguían varias conchas y las vendían por el camino a aquellos que no querían o no podían continuar la ruta hasta Compostela pero ambicionaban los beneficios que les proporcionaba la concha de vieira al

llegar a sus lugares de salida con ella: era como una especie de credencial. Hoy se vuelve con documento- credencial bastante bonito que te dan, previa presentación de un folleto sellado en varios puntos de la ruta, al llegar a Santiago y que se llama “La Compostela”. Hay dos credenciales diferentes según sea el motivo por el que has hecho la ruta: motivos religiosos o ganas de viajar y tener nuevas experiencias. Hay que pensar en lo duro que debía ser este camino en aquellos tiempos pues aun hoy, con muchos albergues por el pasaje para curar y dar de comer a los peregrinos, sigue siendo dura. Yo hice ese camino hace unos diez años desde Salamanca y os aseguro que es muy duro y cuando llegas a Santiago de Compostela y ves la catedral, aunque no seas religioso, te emocionas mucho por todo lo que has sufrido, gozado, compartido y vivido en ese trayecto. He estudiado un poco todas las rutas y cada una de ellas tienen su encanto ya que están plagadas de pequeñas o grandes iglesias románicas, albergues, bonitos paisajes y peregrinos de muy diferentes lugares con sus diferentes costumbres y lenguas y se pueden crear muchos vínculos de amistad y sobretodo de solidaridad puesto que el camino es largo y tarde o temprano necesitas ayuda o tienes que ayudar a alguien.

María Esther Rodríguez.


por Gloria Soriano

Un burro con miras Un burro que también quiso veranear en el mar, se pasó el verano deslumbrado. Subía y bajaba por los caminos sin una mala hierba que llevarse a la boca y sin agua dulce para beber. Al burro no le gustaba bañarse y aprovechaba las horas de sol, cuando la playa estaba abarrotada de sombrillas, para sus solitarios paseos. Subía y bajaba por los caminos desde los que podía contemplar a sus anchas la inmensidad del mar. El burro, que no era tan burro, cuando conoció el mar, prometió que el próximo verano se quedaría en la montaña. Y estando en la montaña, harto de hierba, echaba de menos otros horizontes marinos.v

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Los patos Cuando sonaron los abucheos todos los patos alertados levantaron la cabeza. Todos menos uno. Irreverente, siguió a lo suyo. Nos dio la espalda. Es lo que tiene el poder, que te ensordece. v

El perro que se creía más Cuando vio su sombra tan alargada, abrió mucho las patas y me miró altanero. Ja, ja, ja. Era tan chiquitín. No sé por qué, pero otros hombres que no eran mucho más grandes y tuvieron la misma presunción, me hicieron menos gracia. ¡Valientes mierdas! v

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Las palomas mensajeras

Foto: Carlos Ramírez de Arellano

El mensaje de paz de las palomas blancas llegó a oídos de las palomas negras. Estas, que son muy numerosas y plagan los pueblos y las ciudades, fueron transmitiéndolo. Unas se lo arrullaban en voz baja a las otras. Pero las cosas no escritas que circulan de oído en oído se vuelven disparates. Y siguió la guerra. v

El delfín Cuando supo que él era el delfín, su sangre se volvió azul. Su chapoteo alegre era seguido por una corte de burbujitas tropicales. Su gran cabeza se colaba por resquicios impenetrables, y sus diminutos ojos veían mucho más allá, pero no hasta el calentamiento global. Se burlaba de los alarmistas. ¡Todo iba tan bien! El día que los mares templados perdieron temperatura, él se volvió gris y vulgar. Ahora es un delfín más al que ya no le quedan ganas ni de reír. v

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La ardilla africana Estaba una ardilla africana en Fuerteventura disputándose entre las piedras con una rata el mismo alimento. Recuerdo haber oído que somos lo que comemos y creí entender por qué se parecían tanto. Una paloma cotilla que me oyó pensar, arrulló un si tú supieras, y se rió picarona. Entre los de su especie, a través de varias generaciones, se había ido transmitiendo la misma historia. Por ella supe que antes la ardilla no tenía cara de rata, que en tiempos hubo un antepasado ardilla (o ardillo) de Almorox y una rata del este de África. Se conocieron en un barco, cuando él de Almorox, estando de soldado en las colonias, tuvo que viajar a las islas. Él ciego de ron, y ella cegata de naturaleza, correteaban entre las tablas buscando donde roer. Promiscuos y necesitados entrechocaron, y en unos segundos se fundieron. Desembarcaron a tiempo para parir. La rata embarazada decidió afincarse en la isla y sacar adelante a una nueva generación. El soldado pasó un tiempo más en el ejército y después regresó, sin responsabilidades, a su tierra. Aunque la ardilla moruna se hace visible entre las piedras, el mundo se olvida del asunto africano. Tan solo una paloma bobalicona lo recuerda. Y le parece un chiste divertido. v

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Durante tres días, perfilé minuciosamente las líneas de aquel retrato que representaba a un joven de aspecto burgués tocado de cierto hálito aristocrático. Luego que tuve aquella base sólida, comencé a aplicar color al rostro; primero, los pómulos, luego las mejillas y la frente, comenzando con tonos dulces y cálidos y acentuando posteriormente los perfiles para obtener una expresión vibrante que fui acentuando poco a poco, dando profundidad al brillo de los ojos y arrancando al reflejo de las pupilas un tono entre sereno y lejano. Durante los tres días siguientes, me centré en detalles de conjunto. Sin empastar para obtener los colores compuestos, sino más bien yuxtaponiendo y superponiendo pinceladas en tonos diversos: marrón para el cabello, tonos oscuros,

marrones y violáceos, con algunos destellos de azul para las sombras de las solapas de un sobretodo que enmarcaba el conjunto y una armónica relación de grises, naranjas y pajizos para un fondo que cedía su protagonismo a la claridad del rostro. Por último, me centré en los labios a cuyo rictus amargo confié la responsabilidad de la expresión. Superpuse y entrecrucé el blanco, el verde y el tierra, con ligeras irisaciones de siena, buscando el tono cálido de la carne, las rugosidades, la fuerza de una expresión que, en cada trazo, exigía distinto tratamiento. Así estuve tres, cuatro, seis días más. Indagando, retocando, combinando colores y matices. Hasta que una tarde, desesperado ya de alcanzar la expresión que perseguía y harto de aquellos labios que se me

resistían, volqué sobre el lienzo un cubo de pintura gris que destinaba para fondo de un mural. Mientras la pintura arrollaba sobre la tela, desdibujando el retrato y escondiendo sus perfiles bajo la niebla líquida del fracaso, abandoné el estudio, me entregué al vaivén de las calles ruidosas y dejé que la noche comenzara a cabalgar su amargura cuando el camarero, cómplice de tantos sinsabores, me llenaba por primera vez la copa. Olvidé el retrato y mi incapacidad para dotarle de expresión durante acaso una semana, tal vez dos; hasta que mi marchante me llamó para pedirme un cuadro cualquiera para un compromiso. Revolviendo lienzos en el estudio abandonado desde entonces, ambos nos fijamos a la vez en el retrato cubierto de pintura, nos miramos y el marchante, como en éxtasis, co-

menzó casi a dar saltos de alegría. Aquello sí era pintura, rezongaba, y hablaba de estilos y tendencias, de madurez y audacia, y recalcaba la imprecisión de los labios, aquella fuerza, como de palimpsesto, que dominaba sus trazos dubitantes y sobre todo el halo impreciso a modo de niebla que envolvía toda la figura. Yo miré nuevamente el cuadro abandonado, el rictus imposible de una boca inexpresiva mil veces rehecha y ahora tamizada por aquella pintura gris que, como una pátina, ocultaba mi malhumor con un efecto inesperado. Dejé parlotear al marchante mientras pedíamos una copa para celebrarlo y sentí que el fuego del fracaso se diluía en el incendio de sus palabras, cada vez más vacías, cada vez más distantes.

F.T.

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Los tres peces eran anaranjados, diminutos y bellos; los tres recorrían la extensión de la pecera persiguiéndose entre sí a una velocidad inverosímil. Mariel los observó con simpatía; había decidido la compra de una mascota y descartados perros y gatos por una cuestión de alergias, pensó que el vivaz trío era una excelente alternativa. Ingresó al acuario y consultó al encargado acerca del pedigrí de los mismos. Tres días después, tal cual lo pactado con el acuario, la pecera incluyendo filtros, calefactor, piedras, troncos, caracoles y algas estaba lista e instalada en el living del departamento de Belgrano. Mariel tuvo el privilegio de sacar los peces de la bolsa de plástico con agua y lanzarlos dentro de su nuevo hábitat. Apenas introducidos en él, los peces zigzagueantes y veloces comenzaron a recorrer el universo submarino creado artificialmente para ellos. Los nuevos inquilinos eran dos machos y una hembra. Los machos eran muy parecidos; Mariel fijo la atención en ellos tratando de encontrar alguna característica que los diferenciase para así poder bautizarlos. La tarea no resultó sencilla, a simple vista ambos eran idénticos, mismo color, igual tamaño. Sin embargo, si se los observaba detenidamente, presentaban sutiles diferencias entre sí, la delgada línea negra que atravesaba sus cuerpos en forma transversal era en uno de ellos de un color más intenso. A éste lo llamó Benito, al otro Valentín y a la hembra —que era fácil de reconocer por ser más pequeña y clara que los machos— Juana. Finalizado el acto bautismal, subió a la bicicleta y recorrió las doce cuadras que la separaban de la clase de Pilates. Como era previsible, le resultó penoso seguir el ritmo del profesor, un molesto dolor en la espalda le había impedido concurrir regularmente las últimas dos semanas y estaba fuera de ritmo. De regreso, dio comienzo a la cena. Instalada en su sillón preferido, comió por primera vez frente a los nuevos “compañeritos”.

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había decidido la compra de una mascota y descartados perros y gatos por una cuestión de alergias, pensó que el vivaz trío era una excelente alternativa. Ingresó al acuario y consultó al encargado acerca del pedigrí de los mismos. Carlos Gianoli Como tantas otras veces, encendió el televisor e inició un febril zapping, sin ningún resultado satisfactorio. Al empezar la tanda de comerciales desvió la mirada hacia la pecera y descubrió con sorpresa que los tres permanecían inmóviles uno al lado del otro junto al vidrio observándola. Mariel ignoraba hasta entonces que los peces pudieran ponerse de acuerdo y realizar acciones conjuntas –si recordaba algún documental acerca de la inteligencia de orcas y delfines-, pero los suyos no pertenecían a ninguna de las dos especies mencionadas. La capacidad de los anaranjados, le pareció distintiva y se alegró por haberlos comprado. Dos horas después, Mariel apagó el televisor y sintió que la actitud de los peces que continuaban mirándola comenzaba a irritarla. Incómoda, se levantó, se acercó al estanque y golpeó el vidrio con uno de sus anillos; Juana, Benito y Valentín asustados retrocedieron y retornaron la rutina de perseguirse entre sí. Agotaba por las demandas físicas del gym se quedó dormida en el sillón del living, En medio del sueño, creyó escuchar un sonido parecido a una canilla goteando. Como le molestaba, se levantó y fue hasta la pileta de la cocina a cerrarla, sin embargo, no era esa canilla la que goteaba, podía ser entonces la del lavadero o alguna de las del baño; irritada, regresó al sillón y descubrió que el ruido era producido por los peces que saltaban fuera del agua como si fuesen acróbatas. En uno de los saltos, Juana calculó mal el desplazamiento en el aire y cayó fuera del perímetro de la pecera; la pobre quedó tendida sobre la alfombra. Desesperada, Mariel la agarró y volvió a introducirla dentro del agua. Como si huyera Juana se precipitó dentro de la caracola, Benito y Valentín la siguieron pero se detuvieron en la entrada del refugio como montando guardia. Mariel entonces fue hasta la cocina por un vaso de agua y de

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paso traería el alimento para las mascotas. Cuando iba a arrojarlo dentro de la pecera, horrorizada observó como Benito y Valentín despedazaban el cuerpo de Juana en un acto de cruel canibalismo. La escena le produjo indignación, solidaria con Juana quiso rescatarla e introdujo su mano dentro el agua; los dos machos le mordieron los dedos con ferocidad, produciéndole heridas con sus agudos dientes. El dolor hizo que desistiera de su intento. Azorada presenció como el cuerpo de Juana quedó reducido a la cola, que al parecer no satisfacía las apetencias gastronómicas de Benito y Valentín. Satisfechos y alertados de la presencia de Mariel volvieron a detenerse uno al lado del otro junto al vidrio, mirándola. Mariel esta vez no resistió el acoso; la conducta de los machos le había parecido de una crueldad absoluta y pensó que al mirarla, trataban de obtener su complicidad. La actitud desprejuiciada de los homicidas la enfureció. Enardecida agarró a Valentín y lo depositó sobre la mesa. El pez comenzó a dar pequeños saltos mientras su boca se abría como si pidiese auxilio. Mariel tomó entre sus dedos pulgar e índice la cola y de una precisa mordida se tragó la mitad superior del cuerpo. La otra mitad fue ingerida completa en un segundo bocado. Benito, intuyendo que su suerte sería similar a la de Valentín, se escondió dentro de la caracola. El recurso no le sirvió de mucho, Mariel la extrajo de la pecera y la sacudió sobre la alfombra. Benito quedó totalmente expuesto sobre la Bukara. Mariel no tuvo piedad con el último de los anaranjados; lo devoró entero, masticándolo lentamente como si se tratase de una pieza de sushi. Finalizada la improvisada cena, tomó un digestivo y encendió el televisor. Distendida y satisfecha, volvió a disfrutar una vieja película sin que nadie la observase.


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Entre lo ‘ma

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anso’ y lo ‘bravo’ Llamaríamos lo “manso” al conjunto de actividades y técnicas para desarrollar una actividad agraria o pastoril alrededor de la casa o “domus”, adaptando los trabajos y los sistemas productivos a favorecer la obtención de recursos de la manera mas fácil, con la distribución de tierras de cultivo y cuadras lo más cercanas a la propia vivienda o aldea. Por el contrario lo “bravo” es lo situado lejos, sometido a los dictados de la naturaleza, como bosques y brañas de altura, situadas en lugares alejados. En ese caso el aprovechamiento implica un mayor esfuerzo y dificultad. Esas dos palabras definen lo doméstico y lo silvestre, como reflejo de lo que supondría, la aldea y su parroquia, como elemento aglutinador de los que habitan el medio rural, y la selva circundante, tierras altas y bosques donde subir los ganados a aprovechar sus pastos en verano. Tenemos en Asturias la gran suerte de conservar todavía unas aldeas donde se mantienen unas ordenanzas y sistemas culturales que algunos países de Europa, como Alemania, han perdido por completo debido a la revolución industrial posterior a la guerra mundial.

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Una escritura entre “paisanos” Hoy, muchos de nuestros pueblos siguen manteniendo esas precisas normas de convivencia, donde se legislaba desde la temporada de recogida de hierba, corte de madera, plantaciones de árboles, cuidado por vecinos en orden correlativo de los ganados comunales en los montes asignados para ello, el semental comprado en la feria que garantizaba los mejores animales de las vacas del pueblo, y todo ello a toque de campana en el hemiciclo natural del pórtico de la iglesia o en la plaza del pueblo. La democracia entendida como la voluntad de la mayoría, libremente

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decidida entre todos los vecinos. Lo acordado tenía rango de ley, incluso por encima de las leyes ordinarias del código civil. Era un derecho adquirido en algunos casos siglos atrás, y reflejado en unas ordenanzas que ríanse ahora de la tan cacareada Constitución. Tenían incluso potestad sancionadora en caso de incumplimiento, y eran inflexibles en su aplicación. La sabiduría ancestral propia de las comunidades campesinas se regía por unas precisas instrucciones incrustadas en lo más profundo de sus tradiciones. La aldea como núcleo central y luego todos los espacios desde lo manso a lo bravo. Cada

uno de esos espacios concéntricos, relacionados y complementarios entre sí, cumplía una función ecológica y económica. Los campesinos activaban en su territorio más de 20 procesos agroecológicos esenciales para satisfacer sus necesidades y para preservar el potencial productivo y ecológico del territorio. Es decir: conservaban la naturaleza de la que dependían a la vez que la manejaban con rigor siguiendo unas pautas que, en su conjunto componían un sistema de conocimiento local, y al que nos hemos referido cuando mencionábamos las ordenanzas locales como el libro de estilo y de instrucciones para el uso pertinente del territorio. Hoy asistimos al declive de toda esta forma de vida, y pienso que la sociedad que nos ha vendido una cultura urbana, basada en el consumismo y la inmediatez, con la creación de paraísos artificiales, en algunos casos llamados parques nacionales, modificados de forma artificial por los gestores urbanos, con la plantación de arbolado foráneo, superabundancia de especies salvajes, como lobos, jabalíes y ungulados, que afectan de forma importante a la cabaña ovina y caprina y los productos de ella derivados, traen irremisiblemente el abandono de los que fueron sus cuidadores desde tiempos inmemoriales. Se derrumban las ancestrales majadas, avanza la matorralizacion de nuestras praderas. Las antaño erías de siembra y los prados de siega los vemos colonizados por helechos y árgomas. Nuestros pueblos se quedan sin vecinos, y asistimos al cierre perpetuo de una casa a la vez que despedimos al fallecido/a a las puertas del cementerio, y con él se cierra para siempre una enciclopedia de sabiduría que queda sin trasmitir, porque no tiene alumnos que continúen el preciso libro de la vida escrito a través de muchas generaciones. Hemos visto marchar a muchos camino de la quimera de la gran ciudad, del trabajo fijo, del sueldo estable, del piso, de la calefacción,


y ciertamente no podemos oponernos a las ganas de mejora, sin embargo también ese mundo sufrió un cambio, y con él muchas esperanzas rotas. Difícil esté el retorno, las tierras están yermas y devaluadas, los ganados valen poco, y los productos que consumimos vienen de lejanos países y con sistemas productivos

Hoy asistimos al declive de toda esta forma de vida, y pienso que la sociedad que nos ha vendido una cultura urbana, basada en el consumismo y la inmediatez alejados de los que siempre conocimos. La conclusión parece evidente. Si queremos conservar el paraíso campesino que da soporte al paraíso natural debemos abordar profundas reformas en política regional, sobre todo en conservación de la naturaleza, y estimular nuevos mecanismos de desarrollo rural y agrario que reinvente, desde lo local, una nueva versión de la organización campesina contemporánea para que lo doméstico controle y negocie con lo salvaje, ponga en producción los sistemas agroalimentarios locales conforme a la disponibilidad de los recursos renovables y cree un nuevo mercado dentro de una economía de alcance posindustrial. No es fácil, es cierto, pero merecería la pena intentarlo. Permitidme que este relato abandone un poco el modelo al que os tenia acostumbrados de historias en clave personal del concejo de Caso. Hoy me apetecía tocar un problema que nos afecta de forma muy directa a todos.

¿Cómo será la luz de la mañana? Tú, que no eres mar ni agua, ni pájaro, ni viento, te sientas sobre la roca atrapada entre paredes de sal y sueñas en la orilla de otro cuerpo transportada por túneles de reflejos. Y viajas en la tormenta, labios despegados, piel embravecida, cual botella de poemas llena. Y esperas a alguien que no conoces, a cualquier aparecido, en otra orilla de otro mar, con impacientes ojos cubiertos de niebla. Deseas con el amanecer en otro cuerpo, a que la brisa desate tus manos. Y suspiras, que cual lluvia de nubes, el mar junte las palabras, ponga nombre a ciudades y sueños que flotan sobre el agua. En las resacas siempre queda una huella medio hundida en la tierra: son remos, sábanas, ruinas, quizá sólo recuerdos...Y te preguntas: ¿Cómo será la luz en la mañana cuando abra mis ojos?

Justín del Barrio (Lectura poética de la foto de Roberto Jorge Escudero titulada “ Ella piensa sola”)

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Nos fijamos en el fuego y segu acorde con la mano, otra con p las líneas de las pier

Hay quien dice que hacer fuego es muy fácil, que se frota un palo contra otro, con un poco de paja seca en la unión y así se consigue aumentar el calor llegando a conseguir que las calorías fluyan en ignición. ¡Pues será! No sé con qué palo ni con qué paja, o si es con la paja al palo y a saber qué sale del palo haciendo no sé qué…. Pero eso es lo de menos, que cada uno haga de su tiempo el fuego como le plazca y con el palo que quiera. Ahora sí, que quienes mejor hacen el fuego sin trampa ni glorias, ni niño que lo fundó, son los estados de gobierno. Nos pegan el palo, quedamos que echamos chispas y empezamos a saltar con pigmentaciones de todos los colores, ya nos cabrearnos, y entonces ellos no dan con la manguera de

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aguas y nos tranquilizan y después nos suben la luz, los impuestos, los combustibles, etc, etc., pero ya cuando estamos tranquilos en casa, para que no nos encendamos. Para la recreación de fuego en los montajes fotográficos hay tutoriales que lo explican perfectamente. Bueno, si,… ¡Para ellos, a mi no me sale ni uno! Estoy hasta los coloretes de programas y sus variaciones con formulas magistrales de “pinta en rojo y con tecla ALT + IMP PANT, después de hacer capa y estirar con dedo + pasterizar, … “, venga hombre, hazlo con las orejas tú y tu padre, que seguro que te sale igual. ¡Ya está bien, hombre, y es que acaban encendiendo a uno! que parece, que para aprender algo hay que ser ingeniero escayolista agrónomo.

¡Veréis, veréis como esto es más fácil y más divertido¡ ¿Os acordáis de cuando estando sentados delante del hogar de una chimenea y mirando las llamas y se empiezan a ver colores, rayas, curvas, movimientos diversos, figuras espectrales y, entre ellas, a la suegra? Pues eso. No hay más que trasladarlo a nuestra foto, pero con imaginación y concordancia. Hacemos una tirada de fotos a un fuego, pero hay que estar atentos, porque las fotos tienen que ser de tirada rápida, para que queden las rayas, picos, direcciones, etc. Si la hacemos con mucho tiempo de disparo, conseguiremos un fuego liso y plano. También tenemos la opción de Internet y su gran almacén de este tipo de fotos. Ahora vamos al montaje. Primero hay que coger la foto de la suegra, y además cuando está en su salsa, agitando los brazos y con esa cara que solo las señoras estas saben poner, diciendo lo sinvergüenza que somos a su niña. Después nos fijamos en el fuego y seguro que hay una curva que va acorde con la mano, otra con parte de la cabeza, y otras con las líneas de las piernas y la clonamos. O hacemos lo de siempre, o sea, cortar y pegar, para después con la goma borrar los sobrantes. Si no coinciden las formas del fuego, se rota la foto hasta que sea posible; y si todavía no estamos conformes, pues buscamos otra foto de fuegos.


uro que hay una curva que va parte de la cabeza, y otras con rnas y la clonamos. Si lo que queremos es estirar, alinear o encajar, vamos a Edición/ transformar/ deformar. ¡Y ya está hecho, lo demás es paja! Si lo queremos complicar, duplicamos capa, clonamos y bajamos opacidad consiguiendo las sombras del suelo o de los brazos de Dña. Matilde contra la pared o, que si lo ven ellas, lo que vamos a encontrar es nuestra sombra en la pared, pero del rebote de la que volvemos. Yo por si acaso, dejo tres fotos como ejemplo, que son una de un ciclista, que abre estas notas, y dos de boxeadores, Pablo Menéndez Fuego y Josi Martínez Gómez, dos grandes del boxeo nacional español.

Ricardo González, “Completu”

Silencio

Como quiera que al cierre de este número no se había resuelto aún el concurso dedicado al Silencio, y dada la calidad de las fotos presentadas (y la insistencia pertinaz del promotor de esta revista), a lo largo del mes de marzo publicaremos un número especial de Luz y Tinta dedicado a este concurso y sus resultados. Por una vez y sin que sirva de precedente. Sin palabras.

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Carnaval ¿o Carnestolendas? Yo sabía que el nombrecito este de Carnestolendas, que antiguamente se le daba al carnaval, tenía algo que ver con las carnes (tolendas o no tolendas); después me fui a Don Google y encontré esto: Estas fiestas también reciben el nombre de “Carnestolendas” cuya etimología según

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la Iglesia Católica (Edad Media) significaba “abandonar la carne” (del latín: “carne-levare”) que correspondía a la obligatoriedad de cumplir con la Cuaresma. Así que eso es lo que hay... El Carnaval de Tenerife es uno de los más importantes del mundo, hay mucha controversia entre islas (Tenerife y Gran Canaria) sobre cuál es más grande, cuál fue primero, cuál más bonito, dónde hay mas gays, etc…


Cádiz está ahí con sus geniales chirigotas, Venecia con su glamour, y Brasil con su apoteosis de las escola do samba. Ya desde hace muchos años, el carnaval ha cambiado, pasando de ser una fiesta casi familiar, en la que las “mascaritas” le tomaban el pelo desde su disfraz impenetrable al vecino, al amigo o simplemente al que pasaba por ahí, en unas fiestas de día, con luz, mucho chiquillo y muy buena onda, a otro tipo de diversión,

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más espectacular, más de escenario, más nocturna, concursos de murgas, comparsas, rondallas, más show en las que lo que prima es el espectáculo más que la simpleza de la diversión sana y campechana. Pero es ley de vida, la evolución. Ahora parece que se está recuperando el carnaval de día, hasta lo han denominado así los políticos santacruceros, intentando recuperar ese aire sano que el sol imprime a las fiestas. En este muestrario de fotografías, en este caso no pienso numerar ni explicar, simplemente hacer un repaso visual, desde la exposición en escenario con la elección de la reina y sus diferentes variantes, las comparsas con sus alegres colores y su poquito o muchito (depende) de carne al aire, hasta el nivel de la calle, con sus disfraces simples y sus bromas hasta el entierro de la sardina.

Un muestrario de lo que se puede ver en Tenerife en estos días de febrero-marzo en los que la alegría y la fiesta preceden a la tristeza y al luto de la cuaresma y la Semana Santa. Otra “fiesta” con enorme tradición en nuestra querida España, el otro lado de la moneda, el dolor, la pasión (la otra, dolorosa por supuesto), las sentidas saetas, los nazarenos, los latigazos autoinfligidos para purgar los pecados, los tambores aporreados hasta sangrar… Dios mio… ¿por qué se quedaron enganchados en ese episodio del Calvario y no en la maravilla y la alegría de la resurrección?. A mi manera de ver, parece que se nos olvida elegir, nos olvidamos que nos dieron el libre albedrío, el regalo más grande de todos. Recuerden, podemos elegir…

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Arriba, Iglesia Corazón de María situada en Linares. En la provincia del Maule. La espectacularidad de uno de los torreones a punto de caer, se dramatiza más al haber disparado directamente en ByN.

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Abajo, la imagen refleja la crudeza del terremoto en parte de lo que quedó en pie de la Iglesia de San Francisco en Curicó. Mientras, la calle y el pueblo van recobrando la normalidad.


del 29 de febrero de 2010 Cuando ustedes abran este número 31 de la revista Luz y tinte, se habrán cumplido cuatro años desde que el pasado 29 de febrero de 2010, uno de los peores terremotos de la historia en cuanto a magnitud, asolara buena parte del territorio chileno. Por casualidades de la vida, me tocó vivirlo en primera persona. Faltaban algo menos de 20 minutos para las cinco de la madrugada cuando un leve temblor se transformo en una terremoto de 8.4 grados

en la escala de Ritcher. Fueron más de tres larguísimos minutos, llenos de incertidumbre, donde uno solo puede dejarse llevar por los acontecimientos y esperar que todo lo vivido sea parte de un sueño. La luz se cortó, sumiendo en una completa oscuridad a medio país. La gente, gritaba en las calles, y estas estaban cubiertas por una densa niebla del polvo en suspensión por las construcciones de adobe caídas. La ceguera momentánea hacia prever

una tragedia que con el paso de las horas, se fue confirmando. Se cortaron las comunicaciones y la angustia se apoderó de muchas familias, cuyos miembros estaban desperdigados por el territorio afectado, sin saber la suerte que podían Abajo, la imagen, con la suave luz del atardecer, se mostraba como una especie de velada esperanza en la iglesia de San José de Pelarco.

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Arriba, iglesia Franciscana de San Fernando. Opté por disparar también en ByN. Parte de la estructura y del techo cedió y se vino abajo. Como anécdota, el reloj quedo detenido faltando 25 minutos para las cinco de la madrugada. Oficialmente, el terremoto se registró faltando 19 minutos para las cinco.

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haber corrido. A todo esto, hay que sumarle, la fuerza de un tsunami desencadenado por el terremoto que barrió literalmente la costa y unas horas antes, hizo lo mismo con la isla Juan Fernández. En este número, os presento cinco imágenes de los días posteriores a la tragedia. Los fotógrafos a veces, se nos acusa de falta de sensibilidad ante un hecho como este. Pero es parte de nuestro trabajo y hemos de lidiar con

él. Nos toca enfrentarnos a situaciones que no desearíamos vivir. Pero al estar ahí, no nos queda más remedio que seguir fotografiando para que otros puedan ver lo sucedido. En esta primera parte he querido resumir en cuatro imágenes, el daño causado a las grandes estructuras. En este caso cuatro grandes iglesias. Las fotografías forman parte de la serie que realice días después del terremoto, siguiendo las partes más afectadas del país.


Panasonic está a punto de sacar la Lumix GH4 Realicé más de dos mil quilómetros en compañía de mi señora. A bordo de una vieja combi del 82, la cual se portó fenomenalmente durante todo el trayecto. Es difícil resumir en tres artículos y doce o catorce fotografías, lo visto y lo vivido. Ojalá estas imágenes elegidas, sirvan para hacernos un poco a la idea de la magnitud del seísmo.

Gracias al nuevo sensor Live MOS y al procesador Venus Engine de la GH4, se reduce el ruido, aumenta la resolución y mejora la reproducción del color. La innovadora tecnología DFD aumenta la velocidad del sistema de AF por contraste. La Lumix GH4 es la primera cámara digital sin espejo del mundo en grabar vídeos 4K*. El procesador de imagen Venus Engine ahora incorpora una nueva CPU de cuatro núcleos, que permite el procesamiento de señales de alta velocidad. La combinación del nuevop sensor Digital Live MOS y el procesador Venus Engine hace que la sensibilidad (máx. ISO25600), la gradación, la resolución y la reproducción del color aumenten de forma espectacular para ofrecer una calidad de imagen todavía mejor. Y lo que se logra son resultados totalmente naturales, que es el objketivo primordial de Lumix. http://www.panasonic.es

Jan Puerta

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En busca de la hi perdid 50 - Luz y Tinta


iperrealidad da

En cierta ocasión Marcel Duchamps dijo que “el arte tiene la bonita costumbre de echar a perder todas las teorías artísticas”. Alex Gertschen y Félix Meier son dos mentes artísticamente inclasificables. No hay teoría concreta que defina su aportación al arte, porque ellos no solo registran lo que imaginan y ven, sino que además construyen su mundo y nos cuentan las historias que se gestan en él. Son viajeros que exploran el universo de la realidad y la no realidad; aventureros de lo impensable, de lo realizable, de lo apasionado, de lo esencialmente abstracto y conceptual. A veces flotan por encima de lo que ven, otras se sumergen en el interior de las profundidades o simplemente nadan por las superficies del alma o del mundo donde habitan. “El arte es lo que dejamos salir”, decía Andy Warhol. Alex Gertschen y Félix Meier son, por tanto, dos inquietudes humanas que buscan recrear, en cierta medida, una especie de exogénesis concreta, donde el sentido de pertenencia, unidad o identificación está en relación con los elementos externos que envuelven e influyen al ser humano. Son artistas que aman jugar con esa doble realidad imposible, donde la capacidad de cruce trasciende las leyes de la lógica dimensional. Se trata de un arte difícil, que emerge como una potencia anímica que desafía los sentidos normalizados, un dúplex de carne y hueso que zarandea nuestra imaginación en el interior de un túrmix neuronal de difícil digestión pero rica absorción. Moda, peluquería, maquillajes, prótesis, complementos, atrezzos, se configuran diabólicamente en-

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Son viajeros que exploran el universo de la realidad y la no realidad; aventureros de lo impensable, de lo realizable, de lo apasionado, de lo esencialmente abstracto y conceptual. tre sí para cristalizar una atmósfera más allá de todo sueño imaginable. A simple vista son trabajos que chocan, que impactan contra las dimensiones retinares del espectador, quien permanece aturdido mientras busca desesperadamente las respuestas a esos puzles objetuales que agitan su

puesta en escena que ambos elaboran antes de la toma real. Sobre la base de diversos objetos y materiales, procesan fondos para sus mundos imaginativos, a menudo absurdos, surrealistas pero caóticamente ordenados. No usan los ordenadores, todo está manualmente compuesto

sensibilidad. En está loca vorágine de sensaciones recobradas, todo parece desorbitarse de cualquier coherencia comprensible. No estamos ante creativos digeribles, son virtuosos complejos, variables “X” que solo son despejables tras arduas operaciones de álgebra mental y trigonometría sensitiva. El resultado es una visión angular desde una perspectiva dilatada que avanza como una espiral hacia la esencia infinita más pura: la esencia de lo humano y su entorno. Al margen de su concepción filosófica y artística, la principal característica de sus trabajos reside en la

como un lienzo tridimensional a base de ingenio y manos. Gracias a estos múltiples fondos texturizados, las fotos nunca dan la impresión de ser entidades artificiales, cerradas, sino que irradian con su inmediatez una realidad que va más allá de la realidad concreta. Proyectos como 13 Queens, para mí su trabajo más estelar y enigmático, ilustran este sinsentido aparente, donde la existencia antropocentrista recompone la dispersión de lo individual y la anarquía de los objetos cotidianos. Es la primacía necesaria de un orden establecido, para que

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la dinámica universal funcione como una maquinaria perfecta; el mundo humano no puede existir bajo la incoherencia, sin todo aquello que lo alimenta y lo transfigura. Por su parte el proyecto Behind, representa un desenmascaramiento de la realidad primaria, ese soplo vital y oscuro que yace detrás de cada ser humano, ahogado por la rigidez normativa de un mundo impuesto. Es el reflejo del paso de lo interno a lo externo, de la nada a la vida, de la grieta y textura convertidas en almas fusionadas pero conjuntamente esclavas del tiempo que fluye entre un devenir de doble direccionalidad. En Under construction, el hombre no es sólo el guardián de su propia fortuna, de su ego y su antagonista, sino incluso su creador y demoledor; los contrario en permanente estado de vinculación. Se trata de un estudio sobre el universo de la persona como sujeto individual, como punto y núcleo de

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todo aquello que le rodea, es decir, la desnuda arquitectura de la existencia y su envoltorio. Todos estos proyectos son traslaciones de mundos internos hacia la materialización de ambientes donde todo cambia,

donde la entidad humana pierde su grotesca realidad y reestructura y reordena toda la matemática que le influye el sentido. Alex Gertschen y Félix Meier, trabajan en equipo, pero son almas independientes, que tienen al mismo tiempo sus trabajos personales. Ambos se mueven en los entornos diversos pero la Publicidad es la agenda que marca su día a día. Cuando su reloj laboral se detiene, se sumergen en el mundo de las ilusiones, explorando esos vórtices extremos que confluyen en una fusión de diversas vanguardias históricas: neocubismo, neosurrealismo, neosimbolismo, hiperrealismo, entre otros estilos diversos, hacia una cosmogénesis flotante entre espacios congelados y movimientos detenidos. Magia del color, composición detallada, líneas armónicas, simetrías, simbolismos, tropos y figuras retóricas, bajo la sutil luz y definición


de los puntos gráficos, batidos en un remolino incansable de lenguajes hacia su estado puro. Son panoramas completos que presentan historias inalcanzables, infamia o injurias a la intellectia humana. Son apocalípticos e integrados que desafían las leyes de la psicología gestaltiana, llena de simbolismo, simetría y composiciones alejadas de la visión ocular pero que efervescente en la cabeza imaginativa. Son composiciones que parten de elementos simples, cotidianos y detallados, pero que evolucionan en su relación hacia fotomontajes imposibles.

Alex Gertschen y Félix Meier, ambos suizos, son profesionales del mundo de la fotografía publicitaria y de autor, entregados a la investigación gráfica, aquella que rompe y explora nuevos caminos y se atreve con nuevas formulaciones. Son dos magos de la construcción del Yo y su circunstancia, de lo humano y de aquello que lo envuelve, por dentro y por fuera. Por tanto, estamos ante dos grandes talentos cuyo mérito no reside tan solo en contemplar demolidos su arte final, sino que en su capacidad honesta de mostrarnos su peculiar making off, donde

nos sorprenden con las depuradas técnicas que usan, limpias de la tendencia masiva de la computarización como sistema. Pueden gustar o no, pero la misión de este espacio no es mostrar las infinitas degustaciones de los consumidores de gastronomía artística sino en conocer las diferentes tendencias por donde se mueve la vanguardia actual fotográfica, ese mundo donde las leyes parecen jactarse de lo lógicamente posible y humano.

Carlos Flaqué Monllonch

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Este Puente Romano, aunque de “romano” solo tiene el empaque, fue durante siglos el único vado seguro del río Sella, ese río salmonero que nace en tierras leonesas y cruza varios concejos del Oriente asturiano para desembocar en el Cantábrico por Ribadesella...

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Símbolos de Asturias

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Foto: José Luis García


El escudo municipal de Cangas de Onís reúne los dos elementos más importantes de su historia, una cruz de roble sobre la media luna que recuerda la victoria de Pelayo sobre los moros en Covadonga y el llamado Puente Romano. Alrededor, una inscripción con la arrogante leyenda “minima urbium, maxima sedium”, que podría traducirse como “la más pequeña de las ciudades fue la máxima de las capitales”, en referencia a que Cangas de Onís fue sede real, corte y capital del reino hasta el año 774. Este Puente Romano, aunque de “romano” solo tiene el empaque, fue durante siglos el único vado seguro del río Sella, ese río salmonero que nace en tierras leonesas y cruza varios concejos del Oriente asturiano para desembocar en el Cantábrico por Ribadesella, tras atravesar Oseja de Sajambre, Ponga, Amieva, Parres y Cangas de Onís, convirtiéndose en frontera natural entre municipios. Hay quien supone —por ello quizás lo de “romano”—, aunque los historiadores nada seguro dicen al respecto, que en la base de este puente medieval pudo haber otro romano, por el que transcurriría la vía romana que unía las muy renombradas localidades de la época Lucus Asturum (Lugo de Llanera, al lado de Oviedo) y Portus Victoriae, localidad que a los expertos les hace dudar entre Santander o Santoña. En lo que sí parecen de acuerdo todas las leyendas es que por aquel puente primitivo cruzaron las huestes sarracenas que finalmente serían derrotadas por Pelayo en Covadonga. Quizás por eso, en recuerdo de aquella victoria, inicio de la Reconquista y pábulo de tantas teo-

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rías, su arco central luce una réplica de considerable tamaño —para que se vea bien desde todos los ángulos, es un suponer— de otro de los símbolos de Asturias, la Cruz de la Victoria. Aunque esta Cruz de la Victoria se colocó aquí con motivo de otra efemérides bien distinta. La imagen de la Virgen de Covadonga desapareció durante la guerra civil de su cueva y reapareció tras la contienda en un desván de la embajada española en París, a donde seguramente fue llevada para protegerla de los rigores de la guerra. Descubierta tras la contienda, el 11 de junio de 1939 entraba

Escudo de Cangas de Onís

triunfalmente en España y a partir de ahí fue objeto de todo tipo de homenajes populares insuflados del espíritu que a todos estos actos solían imprimir las autoridades eclesiásticas y civiles de entonces, tan pagadas de los fervores multitudinarios. La imagen peregrinó a hombros por distintos lugares —San Sebastián, Loyola, Mondragón, Vitoria, Valladolid, León…— hasta que el día 13 entraba triunfalmente por Pajares. Pasó nueve días en la Catedral de Oviedo, donde se celebró una concurrida novena y luego se la paseó lindamente por media Asturias hasta que llegó a Covadonga el 6 de agosto, donde fue el acabóse como cabe suponer. Pues bien, a su paso por Cangas de Onís, se levantó sobre este puente un arco de triunfo y se adornó todo el entorno con distintos motivos, entre ellos esta Cruz de la Victoria que, desde entonces, recuerda, no la victoria de Pelayo sobre los musulmanes, sino la de Franco sobre las descarriados hordas marxistas. Este puente de Cangas de Onís, que ha sido declarado Monumento Histórico Artístico, y del que se dice que originariamente contaba con siete arcos, ha sido objeto de diversas restauraciones hasta llegar a su configuración actual en la que ya no cumple su misión original de vado del río Sella —hoy, como cabe suponer, se han tendido los puentes necesarios a lo largo de todo su recorrido— sino que se yergue como testigo de la historia y alimento de la leyenda. Y eso sí, como uno de los símbolos más reconocibles de Asturias.

Francisco Trinidad


Fotos: José Luis García

Estructura gibosa sin fatiga Por José María Ruilópez Para saber la antigüedad de una construcción hay que pasar la mano por encima, sentir ese ancestro escondido entre las piedras que emanan sutiles sensaciones de lo añejo. Es una forma de identificar desde la ceguera voluntaria el pretérito que acumula una construcción como el puente de Cangas de Onís. Me pregunto si sus varios ojos no se cansan de observar siempre el mismo roquedal de río que se presenta sin variar ante su estructura humilde y quieta. Me pregunto si sus oídos, como huecos transparentes, no se cansan de escuchar ese rumor de río Sella, compañero sin fatiga, húmeda promesa de destinos insalvables. Me pregunto si esos ojos no están ya saturados de ver siglos, de ver turistas, de observar el mismo cielo desde idéntico lugar. Me pregunto si esa arquitectónica gibosa no se fatiga de soportar tantos años de espera, tantos siglos de gloria, de renuncia al movimiento, resignada a la quietud sobre el agua paramera de la montaña. Me pregunto si esa oreja de arco caído no se cansa de llevar siempre ese pendiente de cruz que se solaza en el vaivén del viento, cubriendo un hueco al trasluz que la hace visible sobre el fondo neblinoso. Me pregunto cómo le sentarán esas luces que le martirizan cada noche para que sea visto desde lejos su sueño interrumpido, su vigilia obligatoria de piedras sin descanso, de roca tallada para el insomnio, de formato útil para la leyenda. Me pregunto cómo le dolerá ver todo el día desde hace algunos años ese otro hermano mayor, lujoso, casi paralelo, con el mismo fin, cerrado en barandilla de hierro, grande, horizontal, transitado por vehículos a motor, que ofrece comparaciones odiosas sin querer, de la calidad, de la antigüedad, del desparpajo, del aislamiento, de la soledad. Me pregunto, por qué muchas veces le dejan esa capa de musgo verdoso, ese abrigo que le oculta de la vista ajena, como la vergüenza del pobre, la angustia del desvalido, que se cubre, que se esconde tras sombras vegetales. Me pregunto, al fin, por qué tu familia te condenó a esa orfandad turística, como vestigio extraño de lo desconocido, de lo lejano, de lo sencillo, de lo agreste… Gijón, febrero de 2014

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Foto: jfg.lloret

TambiĂŠn pudie

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Foto: Carlos Ruas Trujillano

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