Luzytinta 76

Page 1

Fotรณgrafo del mes: Mike Reyfman

La Campurra Pierre Javelle & Akiko Ida


Año VIII.- Núm. 76 - Febrero 2018 PROMOTOR José Luis Cuendia, “Guendy” DIRECTOR Francisco Trinidad COLABORADORES Eugenio R. Meco, Pepe Haro Castaño, Ma Bernarda Ballesteros, Carlos Flaqué Monllonch, Glyn Griffits, Ricardo González “Completu”, Salvatore Grillo, Javier Madroñero, Narciso del Río, Juanjo Gallardo, Monchu Calvo, Antonio Ramón Ferrera, Cristina Capracci, Gustavo Velázquez, Cora Coronel, Justín del Barrio, Arturo de las Liras, Juan José Alonso, Ilona Gogh, Jan Puerta, Albino Suárez, Gloria Soriano, Ildefonso Robledo, José Manuel Gonzalo, José Mª Ruilópez, Juan Depunto, Juan José Pascual, Viviana Genta, Nadima, Antonio Martínez, Ángeles Pereira Perera, Claudio Serrano, Mario Eduardo Blanco. DIRECTOR DE FOTOGRAFÍA José Luis Cuendia DIRECTORA DE COMUNICACIÓN Lola González DISEÑO y MAQUETACIÓN Francisco Trinidad www.moldeandolaluz.com Reservados todos los derechos de reproducción total o parcial tanto del texto como de las imágenes. Las imágenes están protegidas por las leyes de copyright internacionales. Para cualquier consulta o sugerencia contacte con nuestro correo electrónico

Contenido 4 Francisco Trinidad Londres: Rincones, Detalles, Artistas, Buscavidas..................................... 9 José Luis Cuendia “Guendy” Ni uno más, ni uno menos...........................................................................35 F.T. Albo.................................................................................................................. 39 Gloria Soriano De corsarios, piratas, filibusteros, bucaneros y otras especies......... 43 Mario Eduardo Blanco Ahora se llama Farinato ............................................................................. 47 Ricardo González, “Completu” A retos virtuales, procesos digitales........................................................ 59 Juan José Pascual La Campurra.................................................................................................. 65 Monchu Calvo Gorafe, 242 dólmenes.................................................................................. 69 Juan Depunto Vino de melancolía........................................................................................ 77 Nadima/ Claudio Serrano Panorámicas....................................................................................................83 Mike Reyfman Paisajes..........................................................................................................114 Pierre Javelle & Akiko Ida Todo lo que querías saber, pero temías preguntar........................... 120 Fotografías que despertaron conciencias...........................................124 Fotógrafo del mes: Mike Reyfman................................................................

info@moldeandolaluz.com

Moldeando la Luz es miembro de la Royal Photographic Society

2

Nuestra foto de portada: Polyakov


Presentación

Año de nieves... “Año de nieves, año de bienes”, reza el refrán español, remitiéndonos a los beneficios que, principalmente para la agricultura, encierra la abundancia de agua que la nieve supone. Hace tiempo, en circunstancias similares a las que vivimos estos días y parafraseando este dicho, escribí: “Año de nieves, sueño de bienes”, subrayando el lado utópico del refrán, que más que definir una realidad lo que hace es sentar las bases de una aspiración: sueño de bienes. Valga tan innecesaria obertura para recordar el momento invernal que vivimos. Nadie parece preocuparse todavía de los ‘bienes’ que posiblemente traigan estas nieves que nos ahogan de momento, sino de los inconvenientes que están acarreando: carreteras y puertos cerrados, coches sin cadenas atrapados en autopistas que no se cerraron a tiempo, pueblos aislados, vecinos encerrados en sus casas y cercados por un temporal que sabemos que pasará pero que parece amenazar con quedarse y, sobre todo, incomodidades que nos recuerdan la fragilidad de nuestro mundo. Y por supuesto nadie parece acordarse de que el invierno es una estación del año, que precede a la primavera y que, por más que resoplemos, resulta inevitable. En Asturias, los paisanos suelen recordar un refrán que resume perfectamente esta situación: “El invierno no lu come el llobu”, señalando inequívocamente que antes o después toparemos con el frío, el viento racheado, la lluvia... y la nieve. Únicamente parecen disfrutar de esta situación los fotógrafos, sobre todo los más arriesgados, aquellos que según el sentir popular “se apuntan a un bombardeo” y aquellos otros que viven en un medio copado por la nieve que tantas incomodidades propicia, pero que nos ofrece el paisaje de todos los días desde un ángulo absolutamente diferente y con posibilidades estéticas que no se dan todos los días. Sin ir más lejos, nuestro compañero Monchu Calvo, que vive en el corazón del Parque de Redes, no lo dudó dos veces y se subió a una máquina quitanieves para hacer una colección de fotografías que subió a su muro de Facebook y que resumen esta ambición, que muchos otros han compartido en Moldeando. Al final, cuando hayamos olvidado las incomodidades de este temporal, nos quedará el recuerdo fotográfico, aislado del frío y del hielo, de las cadenas de los coches y de las máquinas quitanieves abriendo camino, y abierto a las sugerencias de la imaginación. Y hablando de imaginación, estos próximos días —si conseguimos que este número de Luz y Tinta se sobreponga a los impedimentos personales que están retrasando su salida— se abre en todo el mundo un periodo de imaginación desbordada: el Carnaval, tan apropiado también para todo tipo de fotografías. Hace unos años, Luz y Tinta dedicó unas páginas especiales al Carnaval y el próximo número, si los Idus de Marzo resultan favorables, puede ser buen momento para volver a la carga, recodiendo quizás las fotos que se vayan subiendo a Moldeando y solicitando a nuestros colaboradores que apunten sus cámaras al colorido de máscaras y disfraces que en estos días ocupan las calles de todo el mundo. Porque lo importante —aparte los rigores de la nieve y el frío que se cuela en los improvisados disfraces carnavalescos— es que no cese la fiesta fotográfica, el tener siempre enfrente un motivo que nos invite a disparar nuestras cámaras y nutrir nuestros álbumes, físicos o digitales, de imágenes que respalden nuestros recuerdos.

Francisco Trinidad

3


Fotógrafo del mes de Enero

Mike Reyfman El dicho habitual de que los árboles no dejan ver el bosque se cumple muchas veces de manera milimétrica. Tal es el caso de Reyfman, fotógrafo profesional que lleva publicando fotos en Moldeando la luz, se diría que a la chita callando, sin aspavientos, desde noviembre de 2014. Sus fotos han ido apareciendo periódicamente, todas ellas de una calidad exquisita y algunas de ellas han sido incluso destacadas en varias semanas. Pero solo cuando hemos decidido destacarle como Fotógrafo del Mes y he tenido que enfrentarme a su galería completa he entendido la grandeza de este fotógrafo y he comprendido una vez más lo que apuntaba al principio de los árboles y el bosque. Efectivamente, Mike Reyfman es un fotógrafo de los grandes. Basta ver las 146 fotos que hasta el momento han aparecido en Moldeando para comprobarlo. Pero, además, todas estas fotos vienen firmadas y bajo la firma aparece la dirección de su web, www.mikereyfman.com, que invito encarecidamente a visitar, porque en ella se aprecia en toda su extensión la dimensión de este fotógrafo. En dicha web se publican miles de fotografías de todos los rincones del mundo —Argentina, Chile, Patagonia, Svalbard (Noruega), Georgia del Sur, el Circulo Polar, Namibia, Canadá, Grecia y diversos espacios de Estados Unidos y Europa— agrupadas temáticamente en álbumes que asombran por su agilidad, por su variedad y, cómo no, por su calidad. Cualquier palabra que yo pudiera escribir, aún ensalzándolo, será un pálido reflejo de la realidad de estas fotografías, por lo que no me queda más remedio que insistir en que, tras ver el carrusel de Moldeando la luz, a modo de resumen de su obra, se contemple con tiempo y ganas de disfrutar su página web, donde puede apreciarse en toda su entidad el trabajo profesional de Reyfman. Su gran pasión es la fotografía de naturaleza y paisaje —no en vano ha sido distinguido como el Mejor Fotógrafo de Naturaleza 2009— y sorprende de sus fotos, como ya apuntaba más arriba, la gran cantidad de países que ha recorrido, buscando espacios y rincones para estas fotografías sorprendentes en las que des-

4


5


6


taca la atención prestada a los animales de cada entorno. Sobresalen las especies del Polo Norte: pingüinos, focas, leones marinos, aves de todo tipo, pero sobre todo osos a los que dedica muchas tomas en distintas posturas y momentos. Tal es su afición al oso polar que hasta su avatar en Moldeando la Luz es un oso, quizás para recordarnos esta pasión. Puestos a destacar me gustaría señalar sus grandes panorámicas que ofrecen la posibilidad de ver en su entera dimensión espacios que de otra manera se verían recortados, sin mostrar todas sus posibilidades. Un solo ejemplo: en Moldeando publica una panorámica del famosísimo glaciar ‘Perito Moreno’, de Argentina, que nos muestra el glaciar entero desde un ángulo que hasta ahora no habíamos visto. Tal es su afición a las fotos panorámicas que, para redondear esta muestra como Fotógrafo del Mes, nos ha enviado una colección de 30 panorámicas de distintos lugares que publicamos en este mismo número de Luz y Tinta, redondeando así el conocimiento que de su obra podemos obtener a través de Moldeando la luz, a través de su web y a través de esta selección de panorámicas en las que se condensa lo mejor de su arte fotográfico. Lógicamente una trayectoria como la suya se ha visto recompensada con diversos premios y nominaciones. Reyfman nos ha mandado una relación de los mismos, pero como es imposible resumirlos —se trata de 12 páginas repletas de premios y distinciones— aconsejamos que se visite el enlace al documento en que se recogen todos ellos, como respaldo a una vida fotográfica plagada de éxitos. Por supuesto, bien merecidos: https://www.dropbox.com/s/ojo8rln0o7877xv/Premios%2C%20 Eventos%20y%20Publicaciones.docx?dl=0

Francisco Trinidad 7


José Luis Cuendia “Guendy”

8


Londres: Rincones, Detalles, Artistas, Buscavidas... Uno de los grandes retos del fotógrafo de viajes es captar imágenes en las que en un solo encuadre condense una característica distintiva del país que visita. Todo país posee una lista de paisajes, edificios y monumentos imprescindibles. Las pirámides, el Machu Pichu, la Torre Eiffel, la Gran Muralla china, El Gran Cañón del Colorado, el Taj Mahal…,lugares cuya imagen se haya profundamente grabada en la mente mucho antes de estar ante ellos. Estos sitios son fotografiados millones de veces al año por visitantes de todo el mundo y aparecen y aparecen reproducidos en miles de objetos: Libros, revistas, folletos, páginas web, postales, paños de cocina, tazas y tapetes.. Así, incluso personas que no han estado allí o que no se preocupan mucho sobre el contenido de las imágenes tienen una idea muy precisa del aspecto que deben de tener las fotografías de esos lugares. Por experiencia, los puntos de interés más famosos precisan más de una visita. Al acudir por primera vez, se tiende a disparar a bocajarro desde todos los ángulos. La segunda visita suele desarrollarse con más calma y atención. Echar una ojeada al material publicado, como postales y libros, después de la primera vez, ayuda a centrarse y a saber donde están las cosas, por dónde incide la luz y a qué hora es mejor ir. Es posible conseguir fotos nuevas e interesantes, pero a condición de esforzarse un poco más. Personalmente siempre me intento imponer la triple tarea de tomar una vista clásica del motivo que sea igual de buena o mejor que las conocidas, luego buscar una toma diferente de todas las que se hayan visto, y por último, aproximar-

9


10


11


me y llenar en encuadre con un detalle del mismo para crear una imagen abstracta pero reconocible. Cuando viajo, no importa el país, además de sus lugares archifamosos, se puede obtener un resultado similar centrándose en otros elementos singulares de la cultura y el entorno de un país, a saber, trajes tradicionales, comida, fiestas, deportes, arte, arte urbano, artesanía, mercados, flora, fauna, paisajes urbanos y sus detalles, calles, arquitectura y sobre todo sus gentes, también y quizás por la deformación profesional, los transportes, y casi momo fetiche, las bicicletas. Ya desde la época de la fotografía analógica, siguiendo los consejos de un amigo aficionado a la fotografía, Arturo Canal, (Q.E.P.D) y más tarde fotógrafos profesionales como Cossio, (Q.E.P.D) Mario Pascual y el entrañable Eladio Begega, también fallecido; comencé a organizar mis archivo fotográfico tanto de los negativos como de las diapositivas, por regiones, países y temas. Hoy sigo haciendo lo mismo en los diferentes años y meses y días, aprovechando las grandes posibilidades que nos facilita el Lightroom Classic CC. En ocasiones anteriores cuando mostraba mis fotos de viajes, se me ofrecía una variante de la máxima “aprovechar el momento” para contar una historia a través de una serie de imágenes claramente relacionadas. En esta ocasión se trata de mostrar fotos relacionadas con algunos de los grandes temas fotografiados a través de los viajes, todas tienen algo en común si se comparan por países, si bien cada una por si misma tiene su propia personalidad e identidad. Si se desvía la atención de los elementos urbanos más soberbios, como la arquitectura y las siluetas urbanas, se puede descubrir todo un mundo de temas más discretos pero igual de interesantes. La gente suele pasar por su lado sin préstales atención, pero para todo aquel que se precie de fotógrafo avispado son importantes porque ofrecen una impresión general de la ciudad. Primeros planos de vehículos, autobuses, farolas, señales, escaparates, mimos, artistas callejeros, muros, fachadas, objetos, esculturas, todas ellas pueden aportan color, texturas y personalidad a nuestras colecciones fotográficas. Por ello, os aconsejo buscar motivos urbanos originales. Esta es una pequeña muestra de los cientos de motivos que suelo fotografiar en cada uno de mis viajes, en este caso se trata de la ciudad de Londres.

12


13


14


15


16


17


18


19


20


21


22


23


24


25


26


27


28


29


30


31


32


33


Fotos: Adobe Stock

34


Ni uno más, ni uno menos F.T. Como todos los viernes, el pasado día 13 cogí el tren de las 16:27 en Gijón con dirección a Busdongo, donde me espera siempre mi mujer. Ella va en coche a primera hora de la mañana y aprovecha para visitar a su madre en La Robla y escuchar sus reproches y el catálogo de sus achaques que yo solo aguanto, afortunadamente, en fechas muy señaladas. El viaje en tren, de poco más de dos horas, es cómodo y, acompañado de un libro y alguna cabezadita, se hace muy llevadero, sobre todo pensando en la tranquilidad de nuestra casita en Villanueva de la Tercia y de las horas de desconexión total que nos esperan hasta el regreso en la media tarde del domingo, tras una buena siesta precedida de una agradable comida en Villamanín o en la Venta de la Tuerta. Así que el pasado día 13 subí al tren con la ilusión renovada de todas las semanas y el mejor estado de ánimo, me arrellané en un asiento al lado del pasillo, abrí la novela que llevaba para la ocasión y dejé que el tiempo pasara entre estación y estación, donde suelo echar un vistazo para ver quién sube y quién baja. Ese día 13 —y ahora caigo en el embrujo de la cifra—, en la estación de Llamaquique subió una señora de buen ver que inmediatamente captó mi atención. Se sentó dos o tres asientos más allá del mío, también al lado del pasillo y frente a mi, con lo cual pude recrearme en su rostro, en su aspecto y sobre todo en su forma de vestir, desenfadada pero elegante, con un sweater color limón y unos blue jeans. Tendría unos cuarenta y cinco años, pensé. Llevaba un bolso que me pareció enorme, de color negro, del que inmediatamente sacó un ebook en el que se sumergió aislándose de todo. Seguí durante un buen rato admirando sus facciones y su gesto ensoñador —sabe Dios lo que hubiera dado por conocer lo que estaba leyendo— y preguntándome su edad y, como suelo hacer en situaciones similares, intentando imaginar su destino y las razones de su viaje que lógicamente no coincidirían con la rutina de las mías. Olvidado de mi libro y pendiente de aquella mujer acabé quedándome traspuesto y sintiendo pasar las estaciones en una dulce duermevela.

35


36


Al arrancar en Puente de los Fierros, el tren dio un tirón que me despertó. Miré por la ventanilla para ver dónde estábamos y, más que verlo, lo deduje por la hora, las 17:56. De inmediato miré frente a mí a lo largo del pasillo y allí seguía ella, con su sweater limón, sus blue jeans y su enorme bolso negro. Inmediatamente también me llamó la atención que ya no leía en su ebook sino en una revista de modas, aunque lo que realmente me sorprendió fue su rostro, hermoso y juvenil, como de unos veinticinco años. Yo recordaba haber visto entrar en la estación de Llamaquique a una mujer como de cuarenta y cinco años, acaso alguno más posiblemente perdido tras el maquillaje. Durante un momento pensé si lo habría soñado, así que volví a mirar por la ventanilla, subiendo ya las rampas de Pajares entre castaños y robles, y volví a mirar a través del pasillo a la mujer, que efectivamente no tendría más de veinticinco años. En ese momento, el sonido del móvil me devolvió a la realidad: mi mujer me decía que, en lugar de esperarme en la estación, me esperaría, como otras veces, en Casa Maragato, tomando un café con su amiga Margarita. La joven del sweater limón seguía leyendo su revista de modas y yo seguí mirándola, con toda la estupefacción del mundo, hasta que ella bajó la vista de su revista y me clavó unos ojos verdes que me hicieron volver a mi novela para ocultarle mi curiosidad y sobre todo mi desconcierto. Durante una buena media hora alterné la lectura con la visión del paisaje en movimiento a través de la ventanilla y miradas de hurtadillas a aquel rostro joven que seguía con su revista de modas, hasta que ya cerca de Busdongo, a las 18:35, eché mano a mi bandolera, guardé el libro al que tan poca atención había prestado y me encaminé pasillo adelante para acercarme a la salida. Al pasar junto a la mujer, a la que no había mirado para hurtarme a su mirada, me tomó la mano —noté en la calidez del contacto su empatía— y me preguntó con una agradable sonrisa: —Oiga, joven, ¿cuántas estaciones me quedan hasta La Robla? Era una señora mayor, próxima a los ochenta años, con el pelo blanco recogido en un moño bien llevado y con la indumentaria que había visto durante todo el viaje: un sweater color limón bastante gastado y unos blue jeans que comenzaban a perder color. Eso sí, su sonrisa era tan hermosa como el conjunto. —Le quedan cuatro estaciones, señora, y como media hora de viaje. Soltó mi mano justo en el momento en que el tren comenzaba a detenerse en la estación de Busdongo. Salté al andén y esperé que el tren arrancara para verla por última vez cuando pasara por delante de mí. Fue cuestión de segundos. Allí estaba ella, con su melena cobriza y su media sonrisa, creo que mirándome mientras su vagón cruzaba ante mí, cada vez más perplejo. Juraría que tendría unos cuarenta y cinco años. Ni uno más, ni uno menos.

37


Gloria Soriano

38


Albo Una bolita de pelo blanco y asustadiza salió por la ventanilla del coche en marcha. Era Albo, la mascota de Don Roque. Las gafas del conejo habían saltado unos metros más allá y se hicieron añicos. El animal se quedó inmóvil en la cuneta, tal vez paralizado por el miedo o por las extremidades rotas. Marta se acercó a él y comprobó sus huesos sin fracturas. Respiró aliviada. Sintió la plenitud del aire en sus pulmones, una sensación que en adelante echaría de menos. Pendiente de esta cita sin fecha, cada mañana al cantar el gallo, ella había salido a la carretera por ver si él llegaba. Marta había conocido a Don Roque en la ciudad. Que una granjera menopaúsica empatizara con ese tipo de hombre a quien le adjudican los concursos públicos, cobra boletos premiados en la lotería y ocupa el palco presidencial en la Champions League, había sido obra de Albo. Desde el primer momento el conejo la cautivó. Sus ojos de fuego podían convertir en riqueza lo que miraban, pero sus pupilas sufrían con los brillos ajenos. A pesar de esta auromfobia, él no abandonaba a Don Roque, un señor con diamantes en las vitrinas de casa, en los dedos y hasta en los dientes. Albo para protegerse de los destellos se ponía lentes de cristales oscuros. Aquella mezcla de poder y abnegación del conejo, inquietante como las llamas de una hoguera, ejercía en Marta una irrenunciable atracción. Consciente de que no podría alargar por más tiempo su estancia en la ciudad, urdió un plan. No se trataba de secuestrar a Albo, ni de pedirle a Don Roque que se lo dejara unos meses. Era su conejo de la buena suerte y él lo quería siempre al lado, aunque ni lo mirara. Por eso la granjera propuso a la mascota que localizara a sus parientes. Tal vez tuviera un primo. Mejor, un hermano de la misma camada que le pudiera sustituir. Don Roque ni lo notaría. Trataron también algún que otro detalle sobre la ocasión propicia para el reencuentro. Después Albo se quitó un momento las gafas. Cómplice y seductor, le guiñó un ojo para subrayar el acuerdo. En la otra pupila Marta vio bailar unas letras rojas que decían: me volverás a ver.

39


40


Por fin el conejo de los ojos rojos había llegado. Cuando Marta lo tomó en sus brazos sintió la quemazón de su mirada y una presión en el pecho que liberó con un estornudo sísmico. Albo ni se inmutó. Si el miedo es libre y va de aquí para allá en busca de acomodo, ¿dónde habría ido a parar el del asustadizo conejo? Esta es una pregunta que Marta no se hizo. Se sentía tan afortunada que ni se daba cuenta de esa tos que le provocaba temblores, o de los temblores que le provocaban la tos. Aunque en la granja no había oro, ella le compró unas gafas negras que les protegerían a los dos. Su mirada era turbadora. Albo tenía grandes ideas y trajo prosperidad. Los pollos fueron encerrados en jaulas y engordaban más deprisa. El trigo crecía limpio. En el campo ya no se veían amapolas ni malas hierbas. Aunque se echaron a faltar algunos colores en el páramo, Marta era aplaudida y envidiada en toda la comarca por sus grandes cosechas, su explotación vacuna, y aquel conejo blanco que la acompañaba a todas partes. Lo único que no mejoraba era la tos. Agarrada al pecho. Sin aire en los pulmones. Sin tiempo para cuidarse. El día en que Marta fue al hospital para que le hicieran pruebas de alergia, a Albo no le permitieron entrar en la sala. Se quedó esperando en el parking unas dos horas. Un tiempo suficiente para que a la granjera le alcanzaran los recuerdos, le asomase la conciencia y tomara una decisión. Tan pronto se sentó al volante, Albo se subió a sus rodillas. Marta pisó el embrague, metió primera, aceleró. Cambio de marcha. Aceleró. Se alejó del hospital. En la autovía, sin detenerse, bajó el cristal de la puerta del coche y empujó al conejo. Albo salió por la ventanilla.

41


Mario Eduardo Blanco

42


De corsarios, piratas, filibusteros, bucaneros y otras especies Trozo 1 En el año 2013, en la Capilla de San Vicente de la Iglesia de Santo Domingo en la ciudad de San Cristobal de la Laguna (Tenerife), tiene lugar una curiosa exhumación encargada indistintamente al efecto, tanto por la empresa francesa UBISOFT dedicada al desarrollo de videojuegos, como por una singular empresa estadounidense Sea Search Armada (SSA), experta en la búsqueda de antiguos pecios. Un equipo constituido por forenses, antropólogos y arqueólogos de la Universidad Autónoma de Madrid, bajo la estrecha vigilancia de representantes de las empresas antes citadas, se ponen a la obra y primero, con sumo cuidado, proceden a retirar la pesada losa de mármol rematada con un visible escudo y una calavera. Toda esta operación se realiza bajo la más absoluta discreción. Ni un solo medio de comunicación, local, nacional o internacional envía periodista o reportero alguno. Lo que este equipo encuentra en el interior de la cripta supera las expectativas de quienes en principio encargaron tan complejo estudio. Trozo 2 Desde el castillete de popa un hombre ricamente vestido y de actitudes aparentemente amables se dirige con voz suave a un joven grumete. —Debes saber, Cristobal, que en este mundo hay dos clases de personas: los lobos y los corderos, y a nosotros, alabado sea el señor, nos ha tocado pertenecer a los de la primera categoría. Y ahora, sube a la cofa del palo mayor y otea bien el horizonte, a ver si nos topamos con algún alma penitente que alivie nuestra sed de oro. Y Cristobal Linch, un jovenzuelo mulato de mirada viva y fiel servidor desde que el Corsario Amaro Pargo, al servicio de la Corona española, lo liberase de un villano esclavista de las Antillas españolas no sin un desafío previo que casi le cuesta la vida al muchacho, víctima del desacuerdo, se levantó, raudo, pues amén del respeto y la devoción que profesaba por su amo, sabía por experiencia propia y ajena, que Don Amaro no se andaba con chiquitas, pues en más de una ocasión había visto desollar a duros y veteranos marineros por una leve desobediencia ante una orden simple. Don Amaro Pargo había nacido en el año del señor de 1678 en la ciudad de San Cristobal de la Laguna, Tenerife. Muy joven se embarca en un viejo galeón con destino la Habana para encontrarse con un tío carnal y al tiempo tratar de hacer fortuna. Hombre apuesto y de modales refinados, es enormemente ambicioso y temerario que no duda en embarcarse como grumete, al poco de llegar a la isla, en un un barco de dudosa reputación y fama de ejercer la piratería en los mares del caribe. En él aprende los modos y las artes de navegación y tras unos años y un motín del que es líder despiadado se hace con “El Clavel”, seudónimo que le otorga la mari-

43


nería a la fragata Santísima Trinidad, un buque fortísimamente armado con el que no duda en asaltar a cualquier embarcación sospechosa de transportar algún tipo de riqueza. Vuelto a España, rico y poderoso, se acerca a la monarquía de la que no tarda en hacerse con licencia o patente que le permita asaltar embarcaciones de naciones enemigas haciéndose con parte del botín sin el riesgo de ser ahorcado en caso de captura. Don Amaro, hombre que ejerce esta dedicación con la crueldad sin escrúpulos es, sin embargo, un hombre de fe, obligando a la tripulación y los rezos antes de cualquier abordaje, aún a sabiendas de que, salvo el trueque a cambio de oro, no perdonará vida alguna del barco apresado. Ejerce además una docta pedagogía con su criado, dándole numerosos consejos y enseñanzas. -Has de saber, querido Cristobal, que nos conviene estar próximos y cuidadosos con nuestras leyes y seguirlas con esmero, pues son ellas las que nos protegen bien, pues han sido legisladas con dedicación y conciencia y nada malo nos ha de ocurrir si las acatamos con cuidado. Trozo 3 Don Amaro Pargo, pasados unos años en los que logra hacerse con una enorme fortuna y el poder que suele acompañarla, se retira a su ciudad natal en la que fallece a la edad de sesenta y nueve años y en la que es enterrado con todo el honor y boato que corresponde a tan insigne personaje. Trozo 4 En el interior de la cripta antes aludida se encuentran los restos de un varón adulto de raza caucásica, de unos setenta años junto a los de otro bastante más joven de ascendencia africana y, junto a ellos, en una esquina, un botecito metálico de forma cilíndrica. Que es inmediatamente recogido y custodiado por Ricard Friedman, respondable de SSA. Curiosamente por razones extrañas, tras la exhumación los forenses proceden al estudio concienzudo de los restos y el botecito parece no contener más que un rosario de cuentas hechas con hermosas perlas de color negro. Trozo 5 No hace mucho, en uno de mis frecuentes viajes a Nueva york, alguien me que conoce mi admiración por viejas historias me pone en contacto con un tal Richard Friedman, exdirector de la empresa SSA (Sea Search Armada). Quedamos en vernos en el discreto apartado de una vieja cantina de la calle 44. A la hora convenida llega con puntualidad admirable un hombre ya mayor vestido de manera deportiva. Tras un breve saludo cortés, va directamente al grano y, sacando unos documentos y fotografías de la carpeta que portaba, me cuenta con meticulosidad anglosajona la historia que acabo de transcribir, agregando, mientras baja la voz de manera ostensible, que en el botecito encontrado, además del rosario, se encontraban unos viejos pergaminos escritos en un texto extraño que, una vez descifrados, se encontraban las normas fundacionales de una extraña secta secreta autodenominada PECUNIAM a la que, según mi interlocutor, pertenecen actualmente una no desdeñable parte de brokers, banqueros, grandes empresarios y políticos de todos los países del mundo. Me mostró, además la fotografía del símbolo actual de la citada organización, una calavera realizada con diamantes que, parece ser posee cada afiliado, y que fue encontrada por la Interpol tras la apertura, por la intervención, de una caja de seguridad, perteneciente a uno de sus miembros, en un banco suizo. [Excuso decir que la foto mostrada en este relato la tomé robada de su expediente, valiéndome de una diminuta cámara espía que llevaba hábilmente escondida en uno de los botones de mi gabardina. Espero que se sepa guardarme este secreto].

44


45


Ricardo González, “Completu”

46


Ahora se llama Farinato Quienes hemos sufrido aquello que llamaban “mili “podremos hablar de un servicio militar que, en España hasta hace apenas diez años, era obligatorio y gratis. ¡Que bien lo pasábamos! Llegábamos sin dinero, comíamos lo que nos ponían, nos vestían a todos igual y con tallas cortas o super largas, nos asignaban una cama, nos colocaban con 150 colegas del mismo año de nacimiento y nos daban una escopeta. Nos mandaban madrugar y llegar todos corriendo a todos los lados y si querías hacer tus necesidades fisiológicas era una belleza, porque todos estábamos allí, unos enfrente de otros poniendo caras raras y con las venas hinchadas. Para reunirnos tocaban una corneta y luego había siempre uno que resaltaba por encima y era el mas pequeño y que pegaba voces por nada y lo llamaban “mi sargento” aunque mis colegas lo llamaban “el cabrón ese, del sargento”. Bueno pues resulta que había días de jornadas en la naturaleza y, sin soltar el fusil, ibas al monte con tus amigos, con tienda de campaña y saco de dormir y nos hinchábamos a pegar barrigazos por entre las ortigas, barro, agua y unos por encima de otros y, además ponían alambre de gallinero con alambre de espinos mezcla-

47


48


dos y a una altura de 40 cms del suelo y nos hacían subir rampas y cruzar pozas de agua y así ya llegábamos aseados y peinados por la espalda y las barrigas con unos arañazos que cuando íbamos al pueblo donde vivían nuestros padres, había que explicar que los arañazos no eran hechas por una nueva novia. A esto lo llamábamos “Maniobras y hacer la Pista Americana.” ¡Que placer cuando nuestro padre nos veía uniformado como guerrero patriota español y nos decía, “ya hay un nuevo hombre en esta casa”. En la actualidad hay un equipo humano que se encarga de esto mismo para un día en concreto y que suele ser de domingo y bajo una cuota de dinero bastante alta, que nos hacen madrugar, correr, saltar, subir cuerdas, desplazarse por el aire, pasar por debajo de vehículos, por debajo de alambradas electrificadas, pasar pozas llenas de agua y una limpieza en aguas limpias y bajo la presión de agua por una hidrolimpiadora a presión con agua fría. Una de las cosas que cambian con respecto a la mili es que quien da voces no es un sargento, si no la esposa o la novia y el hijo de la novia y el padre de cada uno con ese respaldo de “venga, animo que tú puedes” y esas voces de los colegas de “venga cabrón que pareces marica” y esas abuelas de siempre que gritan “¿has desayunado bien, que te veo delgado?”.

49


50


51


Si sumamos esto y que en vez de gratis el concursante (porque lo llaman prueba) paga 40 € por pasar el domingo como aquellos militares en la mili lo hacían gratis, es totalmente lo mismo, solo que antes era hacer la pista americana y ahora “Farinato Race”. El viernes previo preparan las trampas que hay que pasar y, claro, allí voy a ver qué se cuece y me encuentro, como no podría ser de otra manera, con los militares. Claro, como les hemos enseñado los veteranos de la mili, pues lo tienen todo pensado y seguro que no fallan en su cometido de un buen día de castigo muscular. Viernes que se aprovecha para charlar con los hijos de los antiguos compañeros de mili de hace 40 años y que por cierto que llevan un uniforme muy parecido al de antaño. Los muchachos/as, todos eran soldados de primera a excepción de una cabo y al mando el sargento primero Carlos La Torre (buen chaval y que trataba con cariño a sus soldados), pertenecían al AALOG 61(Agrupación de Apoyo Logístico, con base en Valladolid).Ellos ya habían estado en operaciones en Afganistán, Kosovo, Irak, Indonesia, Congo y Pakistán y les debían de faltar pasarse por Asturias y aquí estaban dando apoyo al Farinato de Gijón. Aprovecho el día para presentarme al organizador (de nombre Rubén y que será seguidor de esta Revista en al menos este número) y le solicito pase de prensa aportándome tarjeta STAFF (como personal de prueba). El sábado es el “Farinato Family”. Imaginaros al papá, la mamá y el niño, los tres cogidos de la mano y corriendo todos los obstáculos infantiles y a los padres “como que les salvan la vida al hijo” en todos los momentos, cuando es el hijo que les dice, “que no me sujetéis más que me vais a ahogar entre el barro”; pero ellos no lo toman a mal y se ríen entre sudores y mojaduras. Recuerdo en la zona de sacos como la mamá se pone a coger unos de los sacos de unos 8 kg y su hijo de unos 12 años, le dice: “Anda mamá, sigue para adelante que ya lo llevo yo”.El juez de zona y yo nos reíamos a carcajada limpia. Y ya por fin el domingo es el bueno, el de verdad, donde se van mas de 2.000 personas a participar en tandas de 100 de ellos con salida cada diez minutos y distinguidos por pulseras de colores.

52


Todos mezclados hombres y mujeres van pasando los momentos por equipos salvo la clase élite, que no pueden llevar guantes ni ayudarse y van solos (lo que yo digo, como en la mili). Ahora va a resultar que hace cuarenta años éramos élite. ¡Jo, ahora me parezco más a Papá Noel. Salen por debajo de un arco de plástico todos corriendo y dando voces de “Farinatoooooo”. Empiezan por zonas verdes, un poco de barro, alguna curva resbaladiza y como que no va la cosa con ellos suben una rampa de madera que al principio está limpia y luego no hay quien la suba de mojada de barro que tiene y ya empieza el toqueteo de que la chica resbala y el novio la sujeta por las posaderas y ella que baja y no sube y el tira de ella hacia arriba por las piernas, los pies, los hombros y ya se acerca uno de espaldas anchas y la sube por la cintura de un solo tirón y el novio lo mira mal, pero la chica le da las gracias. Pasan unas pozas de aguas con unas cuerdas sujetas y si no quieres mojarte hasta los dientes, hay que pasar de una cuerda colgando a otra. Ahí ya son todos los colegas que se comunican unos con otros, el modo de pasarlo y donde todos caen de cabeza a las aguas lodosas y salen riéndose.

53


Llegan al alambre electrificado y les da la corrientaza y se ríen y se les ve cara de gozo. Ahora tienen que pasar por las alturas de unos andamios, sujetándose con las manos sin tocar el suelo, pasando de una de las vigas a la siguiente y los equipos aquí los chicos a otros chicos, los insultan si no son capaces a pasar solos y algunas de ellas los ayudan colocándolos a sus hombros y que logre pasar. Cuando son las chicas las que lo tienen que superar, entonces es cuando el novio que ya no puede más lo intenta poniéndola a ella sobre sus penados hombros, pero se suelen caer los dos y tienen que volver al inicio de la prueba y claro, llega el ancho de espaldas y pasa a la chica en sus fuertes hombros y es cuando el grupo le dice, ahora a Fermina (que siempre hay una que pesará 120 k., en canal) y El Ancho, les dice “entre todos que somos un equipo, cachos de cabrones”. Unas líneas de cadenas metálicas en vertical, para superar subiéndolas hasta una altura de cuatro metros y claro que los primeros las encuentran secas y después el resto resbaladizas y donde los participantes echan carrera y saltan hasta llegar lo más alto posible pero no hay manera y se resbalan. Entonces, el chico sube a sus hombros a la chica y ésta toca por todo lo alto la campana que define la prueba está conseguida.

54


Entre todos ayudan a la novia del colega a que llegue arriba y resulta que Fermina tiene que hacer 40 flexiones y levantarse saltando, porque no pudo superar la prueba y así lo compensan los organizadores. Antes de terminar la prueba se esperan todos los componentes de cada equipo, menos el listo (que siempre hay un listo que va de sobrado con los colegas, que empieza en grupo y acaba el primero el solo), para hacer todos juntos y cogidos de la mano la última prueba que consiste en pasar saltando por alto unos troncos en llamas. Foto de rigor de todo el quipo sudando y embarrados, menos el “sobrado”, que ya sale comiendo una hamburguesa. Colocación de medallas para quienes lo consiguieron, y foto individual de medalla mordiéndola. Y ahora es lo que digo yo: Esta juventud, no sabe divertirse. Pagan un dineral por hacer lo que a nosotros nos obligaban. Eso si, nosotros éramos todos hombres y no había ninguno que fuera gordito pero, al que no ayudaba al equipo o iba de listillo, lo corríamos a gorrazos por toda la compañía y le meábamos la almohada. Y valían aquellos métodos, que no lo volvía a repetir. Ahora es todo más liviano con los amigos y los participantes, antes si no pasabas una prueba te daba el sargento una palmada en la espalda y una patada en el culo y nos hacía pasar vergüenza delante de todos los demás y te decía una frase

55


muy famosa entre los militares: “hoy tienes la tercera imaginaria y mañana ayudante de cocina voluntario”. Siempre cariñosamente nos acordábamos del sargento que, una vez terminadas esas frases y con otras más cariñosas si se puede, decíamos algo entre diente sobre su madre y los cuernos de su padre. ¡Que tiempos aquellos!, y ahora nos lo venden como que ellos son los inventores de la pista americana. ¿Qué os apostáis a que lo siguiente va a ser pelar patatas y estar despiertos de 3 a 5 de la mañana en grupo, mientras nieva y en un campo a descubierto, con una escopeta de balines y un cortauñas? Y además por solo 50 € por persona.

56


57


Juan José Pascual, “Jota”

58


A retos virtuales, procesos digitales En plena globalización, donde la tecnología nos devora, nos envuelve con sus redes en las que somos victimas implacables de la evolución de las cadenas sin limite al estilo de “si reenvías a 10 contactos o más se cumplirá y si no…”, surgen algunas ideas que dentro de esas cadenas nos hacen trabajar y mirar hacia atrás un poco. Pero ¿cuál fue el origen de estas cadenas de mensajes que insistentemente nos suelen enviar nuestros contactos y algunas de ellas vuelven a reaparecer al cabo de unos años? El objeto de la cadena de mensajes es su replicación, es como un virus, un gusano, que va creciendo y extendiéndose, hasta colapsar el sistema. Se cree que sus orígenes se remontan como mínimo a 1902, ya que encontraron un mensaje fechado

59


60


Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Antonio Machado

en ese año que decía “Haz siete copias de esto exactamente como está escrito”. Tal fue la magnitud que fue tomando la creación, mutación y difusión de estas cadenas que, en Estados Unidos, entre los años 1935 y 1936, el Departamento Estatal de Correos, así como diversas agencias de opinión pública, tuvo que intervenir para acabar con este movimiento, cosa que no consiguió. La llegada del papel carbón, que facilitaba las copias múltiples, las maquinas de escribir, las fotocopiadoras, hicieron que su distribución y replicación fuese más fácil y en mayor número. Estas cadenas también pueden ser manipuladoras, incluso extorsionadoras, proliferando mucho más con las nuevas tecnologías y el uso masivo de internet. Todas terminan con una amenaza al receptor si rompe la cadena. Ha habido Cartas Divinas por lo menos desde la Edad Media. Y se podría ver que en el Libro de los Muertos (nombre moderno de un texto funerario egipcio) existe una viñeta que prometía la resurrección a los que copiaran la tumba. Ante estas cadenas antes de seguirlas, recomiendo buscar en Google y seguro encontraremos alguna advertencia en paginas de seguridad sobre la maliciosidad de las mismas. Pero también podemos usar algo parecido a una cadena a modo de juego y diversión con nuestros compañeros y amigos fotógrafos. Nuestro compañero Maylin nos hizo un día una: enviaba una foto de un paisaje ponía tu nombre y retaba a publicar una fotografía de un paisaje diferente cada día, durante siete días, convirtiendo lo que podría considerarse una cadena de las anteriores en un reto fotográfico digital. Recientemente vi la publicación de una fotógrafa donde el reto fue poner siete fotografías que le gustasen mucho de las que había hecho a lo largo de su vida, pero en blanco y negro. Estas son las cadenas que me gustan ya que dejan de ser un mero copia y pega para llegar a hacer algo diferente. Sumergirse en algún juego de estos de vez en cuando te hace regresar a tus archivos fotográficos, volver a ver fotografías que tenias apartadas, recordar momentos especiales y rescatar lagunas de tus obras y darlas a conocer de nuevo. Es un volver a tus orígenes, ver como empezaste tu camino y darte cuenta de cuanto has cambiado desde aquel momento hasta el actual. Estas cadenas serían impensables si no fuese gracias a que hoy en día trabajamos con medios digitales, tanto a nivel de comunicación como fotográficamente hablando; siendo más fácil unirse a estas propuestas de los amigos. Vi una en Facebook que me llamó mucho la atención ya que planteaba unos condicionantes. El reto era así: “Selecciona cinco fotografías que hayan marcado momentos importantes en tu vida y no aparezcan personas en ella”. Resulta llamativo que dentro de la red de las caras se pida que no parezca ninguna, pero es un reto muy interesante, condicionado al blanco y negro.

61


62


Planteamientos temáticos siempre dan juego y los hándicaps son retos que hacen a uno pensar, intentar salirse de lo predecible y buscar algo original. Ora cosas son esos retos que con una idea solidaria o de concienciación se salen de madre y alguno, por tener su minuto de gloria en la red, pone en peligro su vida o las de los demás, poca falta de visión o más bien pocas luces para disfrutar de un momento efímero y de dudosa gloria, pues lo único que hacen es quedar como monigotes o más bien bufones modernos. Y dejo un testimonio gráfico de cómo va mi recuperación, ante todo con mucha ilusión, buena compañía y ganas de continuar con proyectos nuevos en los cuales quien me acompaña también lo hará en los mismos.

63


Monchu Calvo

64


La Campurra Aquel artefacto diabólico que nos encontrábamos muchas veces en Pola de Laviana, era digno de un poblado del oeste americano. Envuelto en una nube de humo, resoplaba achacoso, mientras Vicente, el conductor y fogonero, atizaba paletadas de carbón, en aquel simulacro del infierno que era su caldera. Arrastraba varias vagonetas metálicas para el transporte de mineral, amén de uno o dos destinados a viajeros. El precio por recorrer la distancia de 6 km, de era de una peseta. El trenillo a vapor o tranvía Laviana-Rioseco, fue inaugurado en 1921, y vivió su mejor época sobre los años treinta, y tuvo vida activa hasta 1967. Constaba de dos máquinas con ejes acoplados, de nombre Laviana y Rioseco, y el ancho de vía era de 650 mm. Hoy solo podemos contemplar la segunda, que está situada en el museo de la Minería del Entrego. Este trenillo pensado para utilidad minera, derivó en mixto, ya que también trasladaba a las personas cuando no existía en la zona transporte de viajeros por carretera por sistema de automoción (la constitución de la empresa de autobuses “El Carbonero”, que conectaba los concejos de Sobrescobio y Caso con el de Laviana mediante un servicio regular, data de 1927), recibió como sobrenombre el de “La Campurra” en virtud del topónimo del que procedía el industrioso emprendedor don Cándido Blanco Varela (1878-1945), artífice y sufragador en sus orígenes de la línea, el cual era oriundo de la casería lavianesa de El Campurru, lugar hoy deshabitado y sito en la parroquia de Tiraña, enclavado a 400 m. de altitud sobre el nivel del mar. Minas de Fradera, así llamada la razón social, no tenía minas en explotación en el concejo de Sobrescobio, pero el trenillo carbonero debía llegar hasta ese término municipal porque así lo había decidido el gobierno, aunque pudiera quedar explicado cuando “La Campurra” ofrecía sus servicios a otras compañías del sector primario, como la Sociedad Metalúrgica Duro-Felguera, que utilizaba este tranvía para transportar desde Rioseco hasta la actual estación de FEVE en Laviana el hierro extraído en sus explotaciones de la mina Carmen en los

65


66


“La Campurra”, en Rioseco (Sobrescobio), en composición de viajeros que solo se utilizaba los jueves para trasladar a los vecinos al mercado de Pola de Laviana.

montes de Llaímo, pertenecientes al concejo de Sobrescobio. Este mineral era luego depositado en unas grandes tolvas cerca de la estación del ferrocarril de Langreo, que aún persisten como recuerdo de aquel tiempo. Anteriormente este recorrido se hacía mediante un tiro de mulas y vagones que duró hasta 1919, ya que el ayuntamiento de Laviana suspendió la concesión a causa “del reciente atropello en que perdió la vida un niño de esta villa”, decisión esta que fue reclamada por el empresario alegando que “paralizará la explotación de la hulla en varias minas, dejando sin trabajo y pan a más de 300 familias”. Unos días antes este emprendedor ya había solicitado la autorización para sustituir la tracción de sangre por la de vapor. Los traslados con mulos y caballos que tiraban de carretas de rayos o de vagonetas a través de raíles en estado muy deficitario no pudieron competir con el transporte ferroviario, por muy precario que este fuera. Muchas historias se podrían contar de este singular medio de locomoción. Los innumerables descarrilamientos, que eran parte habitual de sus viajes. Aquella nube de humo que siempre la escoltaba, y era su señal de identidad, y los muchos recuerdos que a toda una generación nos acompañaron, cuando tantas veces viajamos en sus vagones y salíamos tan negros que parecíamos picadores recién salidos del fondo de la mina. Pero La Campurra era una mina sobre raíles, ahora que tanto se promocionan los viajes a visitar el interior de esas explotaciones, nosotros hace años que iniciamos ese turismo especial. Hoy todavía miramos esas imágenes, incluso acariciamos el gastado billete que nos daba el cobrador, y parece que volvemos a recuperar la ilusión de aquellos años difíciles, pero con un futuro que se nos abría esperanzador, porque éramos jóvenes y nos creíamos los dueños del mundo. Por lo menos, lo intentamos.

67


Juan Depunto

68


Gorafe, 242 dólmenes El arte prehistórico es sencillamente la más antigua manifestación de arte conocida… Es el resultado de una larga evolución indeterminada e indeterminable. Prof. Jorge Enciso Tinoco Hace seis millones de años, colisionando los continentes africano y europeo, se elevaron las montañas de la Penibética, dejando encerrada una cuenca entre las actuales poblaciones de Guadix y Baza, en la parte nororiental de la provincia de Granada. El río Gor, que nace en la sierra de Baza, fue excavando el imponente cañón que hoy podemos ver, con hasta 200 metros de profundidad, rellenando de sedimentos estratificados esta cuenca a lo largo de sus 20 kilómetros, tras los que desembocaba en un lago situado entre los actuales pueblo de Gorafe y el Balneario de Alicún, y desembocando hoy en el río Fardes, para a su vez hacerlo éste en el Guadiana Menor. Estos estratos sedimentarios constituyen el característico paisaje que ahora vemos y admiramos. Su parte superior es un llano, el altiplano de Guadix-Baza, situado a una altitud de unos mil metros sobre el nivel del mar. El aspecto superficial a distancia es un tanto desolado, pero contiene una importante fauna y flora, lo que, junto con la protección que proporcionaba este cañón, hizo que lo frecuentaran tribus de cazadores desde hace más de 6000 años; luego se hicieron agricultores y ganaderos y hoy se pueden ver huertas y olivares en el fondo del cañón y en la superficie del llano bosquetes de encinas y pinos carrascos, entre espartales, romerales y almendros. En este artículo no vamos a profundizar en las características geológicas, los “badlands” y “caliches”, que constituyen un paisaje singular y que dejaremos para otra ocasión. Aquí nos vamos a centrar en el importante parque megalítico que se ha creado en estos parajes. A finales del siglo XIX se descubren y comienzan a investigar una serie de hasta 11 necrópolis con dólmenes, correspondientes a sendos poblados que se establecieron a lo largo de los 20 kilómetros de esta cuenca1, 2. Por esos mismos años el ingeniero de minas belga Louis Siret realiza la mayor parte de las excavaciones de los dólmenes encontrados, y a finales de los años 30 del siglo XX los alemanes Georg y Vera Leisner completan el estudio, constatando la gran destrucción y expolio de muchos de los anteriormente descubiertos; en 1955-56 Manuel García Sánchez y Jean Christian Spahni realizan el hasta ahora análisis más completo de estos sepulcros megalíticos3.

69


70


El concepto de Megalitismo tiene su origen en Francia en el siglo XIX y viene del griego “mega”, grande, y “lithos”, piedra. Los Megalitos suponen la primera manifestación arquitectónica monumental en Europa. Son piedras gigantescas, de varias toneladas y son fundamentalmente de cuatro tipos: Menhir (gran piedra vertical que marca un lugar sagrado, aunque también los usaron como protectores agrícolas), Dolmen (sepultura colectiva construida con dos o más piedras verticales tapadas con una gran losa superior; suele cubrirse de tierra todo el conjunto, quedando como una colina artificial), Alineamiento (varios menhires colocados en fila) y Crómlech (conjunto de menhires y dólmenes colocados en círculo; verlo en el número 67, de Luz y Tinta, “Crómlech de Organvide”). Hay otros tipos de tumbas de lo más variado, pero aquí nos vamos a centrar en los 242 dólmenes descubiertos hasta la fecha. Los 242 dólmenes de esta zona son de muy diversos tamaños, predominando los pequeños (en los que a duras penas puede entrar una persona agachada, como los del Llano de Olivares) y siendo más escasos los dólmenes grandes y espaciosos (como el 134 o el del Balneario). Gracias a los ajuares funerarios y esqueletos encontrados en el interior de los no expoliados se han podido datar desde la época del Neolítico hasta finales de la edad del bronce. También se ha podido saber acerca de los rituales funerarios y se han comprobado enterramientos colectivos de varios clanes familiares. En esa húmeda época del Neolítico los animales que andaban por estos parajes comprendían a osos, lobos, y toda la fauna actual, con más de 100 especies de aves en sus cielos entre las que destacan y puede ver el visitante buitres leonados, águilas reales y calzadas, búho real, camachuelo, alcarabán, carraca, picapinos, ganga, sisón, etc.

71


72


El expolio y destrucción detectado por los primeros investigadores no ha cesado y al mismo hay que unirle el realizado por agricultores contemporáneos con el fin de “alisar” sus tierras para facilitar los cultivos y el uso de maquinaria agrícola. Ante esta constatación, la administración pública decidió crear el Parque Megalítico en 1998, compuesto por un centro de interpretación en el pueblo de Gorafe y tres rutas señalizadas con 37 dólmenes restaurados y 66 más preparados para la visita. El centro de interpretación es un gran edificio semienterrado en una pequeña colina, a imitación de un gran dolmen, junto a una iglesia. Dispone de más de 600 m² con un llamativo diseño arquitectónico cuya parte central es un gran cilindro del que salen cinco espacios expositivos dispuestos a lo largo de una rampa helicoidal que rodea la cámara principal en cuyo centro se haya una gran esfera en la que se proyectan vídeos explicativos. Se informa sobre las sociedades de la época, sus poblados, su entorno, sus necrópolis y su forma de vida. Tiene organizadas tres rutas para visitar los dólmenes, bien señalizadas: El Llano de Olivares, El Conquín y Las Majadillas. El Llano de Olivares es a donde se llega primero si venimos de la autovía A-92 ramal norte (de Guadix a Baza). A partir del aparcamiento y zona de información, se recorre un trayecto de 3,6 km en la meseta que hay sobre Gorafe. Aquí se localizan los dólmenes 102 a 118, en general pequeños pero con muy variadas formas. Una vez terminado el recorrido, hay dos alternativas: la más corta es bajar a Gorafe por una senda muy empinada y estrecha, pero es peligrosa; la otra es dar la vuelta y continuar por la carretera que lleva al pueblo, pasando antes por El Conquín. El Conquín tiene a su vez dos zonas, el alto, a la derecha de la carretera yendo para Gorafe, tiene un recorrido de poco más de 200 metros en cuesta, sobre los que hay que volver. En el se encuentran los dólmenes 132-134 y el 239 (los números están en orden a su descubrimiento). Aquí está el más monumental de todo el Parque Megalítico: el 134; es una gran tumba de planta trapezoidal con unas dimensiones de 3,85 m de longitud por 2,60 m de anchura y 2,20 m de altura; fue descubierto en 1868 y se le llamó “Dolmen de las Ascensías”. El 239 se descubre en 1998, durante los trabajos de organización del Parque Megalítico. En el Conquín bajo, al otro lado de la carretera, hay un sendero señalizado del doble de la longitud del anterior y en él se van encontrando los dólmenes 137 al 141; éste último es casi tan espectacular como el 134, pero peor conservado. Las Majadillas son una pequeña meseta que se encuentra frente a la población de Gorafe, en dirección oeste, bajo el borde del cañón. Es la necrópolis con mayor densidad en dólmenes, conteniendo 23 dólmenes de los que se pueden visitar 14 (del 65 al 79) en un recorrido de difícil acceso y de una longitud de poco más de 2 km. Destaca el dolmen 65, llamado “La cobertera”, de gran tamaño (3,4 x 1.9 x 1,6 m), con planta trapezoidal; se ha usado como refugio, de ahí su nombre. En el dolmen 77 se descubrió una estela de piedra con una figura antropomorfa de un personaje emplumado con bastón o arco en su mano derecha, que se supone representa a un personaje de elevado rango jerárquico en la sociedad de esa época. En los alrededores del Balneario de Alicún se realizaron los primeros descubrimientos, encontrándose allí los dólmenes 1 a 12.

73


Además de lo descrito, hay grupos de dólmenes en el Llano de la Sabina (13 a 63), en el Llano de la Cuesta de Guadix (dólmenes 87 a 100), en el Cerrillo de las Liebres (dólmenes 144 a 166). En la zona de Gabiarra se encontraban los dólmenes 167 a 181, pero, salvo el 170, fueron desmontados a finales de la década de los 70 del siglo XX para facilitar las labores agrícolas. En el Llano de Carrascosa se encontraban los dólmenes 182 a 189, pero solo se conservan tres de ellos. En Torrecilla se encuentran los dólmenes 190 a 192; es posible que haya dos más reconvertidos en... ¡Puestos de caza! Gorafe es una localidad, a orillas del río Gor, fundada por los almohades en la baja Edad Media tras la invasión musulmana de la Península Ibérica. Su nombre proviene del árabe “Alquería de Gaurab” en el siglo XII. Gaurab es un topónimo que viene a significar “cámaras altas” o “bajo la altura” y hace referencia a las cuevas-vivienda excavadas en el terreno arcilloso de los acantilados que rodean el pueblo. Gracias al eficaz sistema de riego desarrollado por los árabes, la zona ha continuado a lo largo de su historia como un importante núcleo agrícola. Fue reconquistada por los castellanos en 1451. Especialmente llamativas son las cuevas que constituyen la fortaleza de “Los Algarves”, situadas en la salida norte de la población, junto al cementerio. Son un conjunto de cuevas intercomunicadas a diversos niveles, construidas a media altura del imponente acantilado vertical, a unos 100 metros sobre el nivel del río, que forman un complejo sistema defensivo. Disponen de alberca para agua, silo para grano y un palomar para comunicación con palomas mensajeras y disponibilidad de carne en caso de asedio. En sus alrededores, en el cerro de la Mina, se encuentran unos grabados rupestres en la piedra arenisca, con 4500 años de antigüedad, de los que se piensa servían para rituales mágico-religiosos. Los privilegiados cielos oscuros de Gorafe, por la casi total ausencia de contaminación lumínica, junto con su altitud y la aridez del terreno, lo hacen idóneo para observar el firmamento. En determinadas ocasiones se apagan todas las luces del pueblo para facilitar estas observaciones y dispone de certificados astronómicos de “Starlight”. Por todo ello se va a crear próximamente el “Parque Estelar de Gorafe”. Referencias documentales: 1. Góngora y Martínez, M. Antigüedades prehistóricas de Andalucía. Ed. C. Moro, Madrid 1868. 2. https://es.wikipedia.org/wiki/Parque_megal%C3%ADtico_de_Gorafe 3. López Marcos, A. Ruta del Megalitismo, Ed. Diputación de Granada y FEDER, Granada 2012. 4. Folletos informativos editados por el Ayuntamiento de Gorafe y la Diputación de Granada

74


75


76


Vino de melancolía Fotos: Nadima Texto: Claudio Serrano Normalmente, en estas series fotográficas de Nadima que venimos glosando desde hace meses se nos muestra una secuencia que configura una historia, a veces incluso un cuento de hadas con todas las connotaciones freudianas que queramos buscarle y que Bruno Bettelheim resumió lúcidamente hace años en un oportuno libro, Psicoanálisis de los cuentos de hadas. Pero en esta ocasión, nuestra fotógrafa no busca perfilar una historia, sino —y espero no apurar demasiado la capacidad de sugerencia de estas cuatro fotografías— mostrar varias de las posibilidades de un retrato. Se trata de la misma modelo, con la misma indumentaria, la misma mirada y el mismo gesto, en los que prima la melancolía, pero tomada desde distintos ángulos y con distintos aditamentos, como si persiguiese distintas perspectivas del mismo retrato, del mismo modo que, cuando se entra en una sala de espejos, los diferentes espejos muestran diversas representaciones del mismo modelo. Eso sí, aunque la postura es distinta y distinta la pose, el gesto es el mismo en todas las tomas y ese sustrato de melancolía que subyace a todas las tomas nos hace recordar al mayor de los Machado, Manuel, el poeta modernista que desde su propio autorretrato parece desvelarnos algunas de las claves de éstos de Nadima: “Esta es mi cara y ésta es mi alma: leed./ Unos ojos de hastío y una boca de sed...”; y versos adelante, nos da la clave: “Un poco de locura, un algo de poesía,/ una gota del vino de la melancolía...” La melancolía es evidente, como esencia de esos ojos profundos; la poesía domina el conjunto —encajes, un jarrón, un vestido blanco con brocados tenues, un ramo de rosas desvaídas...— y la melancolía (“Suspiro de los ángeles” la llamó José Selgas) viene quizás a desdibujar los límites de la locura, ese ensueño que nos lleva de la realidad a la imaginación, de la imaginación a la fantasía; y por los tortuosos caminos de la añoranza al mundo mágico de la luz. A la esencia de la fotografía, retrato puro, Nadima esencial.

77


78


79


80


81


1. Agujas de granito del macizo del Cerro Torre y el macizo montañoso Fitzroy al atardecer. Viedma Glacieron: la parte de la capa de hielo de la Patagonia Sur en primer plano. Tomado en el vuelo LAN desde Río Gallegos a Punta Arenas.

2. Las torres de granito del macizo del Cerro Torre y el monte

erupción a través de la capa de hielo de la Patagonia Sur. Viedm mer plano. Panorámico

82


e Fitzroy entraron en ma Glacier en el pri-

Panorámicas Mike Reyfman Para completar el conocimiento de la obra de Mike Reyfman, aparte de visitar su propia página web, http://www.mikereyfman.com/, el propio Reyfman nos envía una muestra de su colección de panorámicas, de diversos rincones del mundo, que pueden ayudar a hacerse una idea de la magnitud de su aportación de la literatura de naturaleza. Lógicamente, las fotos se comentan por sí solas.

83


4. Splines de la Patagonia. Originaria de la

Patagonia Flores de Paramela (Adesmia boronioides) en el cañón del río Las Vueltas. Macizos de Fitzroy y Cerro Torre en el fondo.

84


3.

Cordilleras invisibles. Los macizos del Lago Torre, Cerro Torre y Mount Fitzroy. Andes, Sudamérica. Parque Nacional Los Glaciares, Patagonia, Argentina. Captura aérea panorámica.

85


6. Fortaleza de invierno. Thor’s Hammer, Parque Nacional Bryce Canyon, Utah, Estados Unidos.

86


5. Ventoso amanecer en Laguna de Los Tres. Monte Fitzroy macizo. Andes. Parque Nacional Los Glaciares, Patagonia, Argentina.

87


8. Cรณndores volando sobre la Cordillera del

Paine. Parque Nacional Torres del Paine, Provincia Ultima Esperanza, Magallanes y Antartica Chilena Regiรณn XII, Patagonia, Chile

88


7. La Aurora Boreal. Noruega.

89


10. Emerald Evening. Emerald Lake. Yoho National Park, Columbia Britรกnica, Canadรก

90


9. Nevados de Payachata (Dos hermanos). Parinacota (Flamenco en lengua Aymara local) y Pomerape (Puma en Aymara) Volcanes con lagunas de Cotacotani en primer plano. Reserva de la Biosfera Lauca, AltiPlano, Chile.

91


12. Congelado. Fotรณgrafo que toma fotos de

Milford Sound durante la bajamar. Milford Sound, el Parque Nacional de Fiordland, Nueva Zelanda.

92


11. The Spirit Island. Maligne Lake, Parque Nacional Jasper, Alberta, Canadรก

93


14. El oso polar sube a un tĂŠmpano de hielo a lo largo de la costa de Spitsbergen. Svalbard, Noruega.

94


13. Despegar. Una enorme bandada de ga-

viotas tridรกctilas de patas negras explota escapando del parto masivo de Lilliehookbreen (glaciar Lilliehook) en Lilliehook Fjorden en Spitsbergen.

95


16. Tarde tranquila en el canal Lemaire (el estrecho frente a la Antártida entre la península de Kiev y la isla Booth), Antártida

96


15. Relajado. Morsa muy relajada descan-

sando sobre un tĂŠmpano de hielo en Svalbard (Spitsbergen)

97


18. Adulto rey pingüino (Aptenodytes pata-

gonicus) caminando entre los jóvenes y buscando su polluelo para alimentarlo. King Penguin Creche. Llanura de Salisbury, Georgia del Sur, Subantártica

98


17. Pingüino de Gentoo que camina en tierra después de forrajear en el mar. Puerto de Lockroy, isla de Wiencke, archipiélago de Palmer, Antártida

99


20. Choque de los gigantes. El petrel gigante

antรกrtico (Macronectes giganteus) combates en St. Andrews Bay, Georgia del Sur, Subantรกrtico.

100


19. Rey pingüino (Aptenodytes patagoni-

cus) se apiña en tierra después de forrajear en el mar. Llanura de Salisbury, Isla de Georgia del Sur, Atlántico Sur

101


22. Pueblo medieval de Pitigliano (conoci-

do como La Piccola Gerusalemme o Pequeña Jerusalén). Toscana, Italia. Construido en la meseta de toba y con piedra de tufa, Pitigliano es una de las ciudades históricas más interesantes de Italia central.

102


21. Puente de Ponte Vecchio y el rĂ­o Arno en la noche. Florencia, Italia.

103


24. Roussanou Nunnery al atardecer. Monasterios de Meteora, Tesalia, Grecia

104


23. Ciudad de dios. Favela Rocinha, RĂ­o de Janeiro, Brasil.

105


26. Gentleman Club. Colonia de frailecillos atlรกnticos (Fratercula arctica) en Dyrholaey en el sur de Islandia.

106


25. monte Storasula, Fjallabak meridional, Islandia

107


27. EspĂ­ritu de aventura. Ilulissat I Patrimonio Mundial.

108


Icefjord, Greenland @ Midnight. UNESCO sitio de

109


28. La imagen de carretera clรกsica de US 16 de el norte. Frontera de Utah / Arizona, EE.

110


63 acercรกndose a Monument Valley Pass des-

111


30.

Curva de herradura del rĂ­o Colorado, Arizona, Estados Unidos. AĂŠreo.

112


29. White Sands National Monument. 2010

globo de aire caliente por invitaciĂłn. White Sands, Alamogordo, Nuevo MĂŠxico. UU.

113


Paisajes La fotografía puede conseguir que veamos nuestro alrededor de una manera muy distinta. Nos elimina del momento y lugar y nos transporta a nuevos mundos, nuevos escenarios en los que, lejos de quedar relegados al fondo, el entorno se acerca y envuelve el espectador. La fotografía tradicional de paisajes siempre ha situado paisajes distantes frente a nuestros ojos, pero los profesionales de hoy en día están llevando los límites aún más allá, llevándonos a mundos en miniatura hechos de comida o a destinos que nos eran familiares, distorsionados o embelleciéndolos hasta el punto de que nos resulten irreconocibles. La fotografía ya no trata solamente de reflejar la pura realidad. Los fotógrafos han encontrado, jugando con técnicas y efectos especiales, cómo desafiar a las apariencias para crear un nuevo. Luz y Tinta desde hace tiempo viene ofreciendo a sus lectores los trabajos de nuevos y prometedores fotógrafos, pensamos que es una ocasión única para entender el presente y el futuro. Así pues, seguiremos en este apartado dando a conocer a estos singulares creadores.

114


Pierre Javelle & Akiko Ida << !No juegues con la comida¡ >> es el mantra más famoso que dicen todas las madres del mundo a sus hijos. Sin embargo, como han probado Pierre Javelle y Akiko Isa de forma muy artística, jugar con la comida puede abrirnos un mundo de ingenua creatividad; un universo en el que los esquiadores se desploman por cuestas de crema Chantilly o donde los pingüinos esquivan a osos polares en iceberg hechos de nueves de gominola. Pierre y Akiko se conocieron cuando estudiaban fotografía en la escuela de artes decorativas de Paris. Él de Borgoña, creció con una dieta de Robert Doisneau y Henri Cartier Bresson; ella, de Japón, se pasó la infancia haciendo y fotografiando pan. Ambos se graduaron en la carrera de fotografía gastronómica. Juntos, crearon el proyecto <<Minimiam>>, en que los alimentos se convierten en un micromundo habitado por pequeñas figuras de plástico de solo un centímetro y medio de alto. Ambas figuras se entretienen realizando actividades relativamente mundanas como, por ejemplo, empujando un cortador de césped sobre la superficie de un kiwi; otros habitan mundos peligrosos y fantásticos en los que visten de ninjas y apuntan sus armas hacia bandejas de sushi. Claramente Pierre y Akiko desarrollan un sentido de la diversión a través de la fotografía, pero también atraen nuestra atención hacia los fantásticos detalles de la comida: esos colores y texturas de lo que consumimos cada día y que tenemos en tan poca consideración. https://www.youtube.com/watch?time_continue=8&v=S-s_0RBmZVI&ab_channel=DWEnglish

115


116


117


118


119


Todo lo que querĂ­as saber, pero temĂ­as preguntar...

120


P

: ¿Qué opinas sobre los archivos de imágenes? Tengo toneladas de fotos de vacaciones, proyectos personales, excursiones y talleres que están por ahí almacenadas en discos duros. ¿Debería de ponerlas a la venta como stock, guardarlas “por si acaso” o deshacerme de ellas?

R

: No lo sé. También tengo ese mismo tipo de imágenes. No tengo una opinión sobre qué hacer con ellas. Ponerlas en stock daría bastante trabajo, puedes pensar que es un magnifico stock de fotos pero es sorprendente lo que pueden hacer las compañías de stock con las imágenes que se presentan. Habrá cosas en tus fotos que pensabas que no eran un problema y de repente de ves haciendo un montón de retoque para eliminar esto o aquello. Después tendrás que aprender el arte de las palabras clave. He estudiado sobre eso. He hablado con personas que hacen eso a tiempo completo. Mi conclusión fue que no merece la pena gastar mi tiempo en trabajar en algo que no conozco bien y que probablemente no iba a reportarme un ingreso sustancial. Si quieres hacer dinero con el stock, necesitas de verdad meterte a fondo en él. Me quedo con mis fotos de todo tipo, variadas. A veces, saco algunas para algún proyecto. He cogido trozos de hielo, nubes y parte de esas fotos para incluirlas en otra foto. Esos son casos raros, pero ha sido practico tenerlas a mano. Quizá las ponga en stock algún día. No tengo nada contra ello. También pienso en estas cosas cuando estoy tomando fotos. Recientemente estaba en Ámsterdam y cuando paseaba sin rumbo fijo por la ciudad veía un “momento foto”. Tú sabes. Barcos pintorescos flotando en un canal pintoresco. Parece como la típica foto de stock. ¿Qué voy a hacer con esa fotografía? ¿Se la mostraré a alguien alguna vez? Puedo comprar esa foto por un euro en cualquier sitio. Por tanto pasé de la foto. Ni siquiera la tomé. Nunca haría nada con ella. No es para mí importante tenerla como una foto personal que se va a quedar en algún disco duro, por otra parte no estoy enganchado a ningún Gran Hermano como Instagram o Facebook, donde si no subes fotos piensas que no eres nadie, y no te das cuenta que si la subes en la mayoría de los casos seguirás siendo nadie, a no ser que ya te hayas labrado un nombre en el mundo de la fotografía ajeno a las redes sociales. Otra cosa muy diferente son las comunidades de fotógrafos tipo Moldeando la luz, donde se puede interactuar entre sus miembros, que por cierto, esta red como otras también ha sufrido la fiebre de la fotografía, esa necesidad de publicar todos los días fotos sin que haya una respuesta crítica constructiva y se seccione la foto con diferentes argumentos, me refiero evidentemente a redes sociales como Facebook e Instagram. En Moldeando la luz añoro aquella época en que se discutían las fotografías sobre lentes, filtros, encuadres, velocidades, diafragmas, composiciones, etc. Ahora

121


122


se tiene tanta prisa por estar en todas partes aunque al final tus trabajos los vean los amigos de siempre, que poner una foto allí es como tirar una lenteja al océano. ¿De qué sirve que tengan mil millones de usuarios? Así que no hay tiempo para todo, recuerdo lo que me decía un viejo profesor: quien mucho abarca poco aprieta. Nunca sabes, no obstante, qué necesitarás o qué estarás haciendo dentro de 10 o 20 años. Dispara siempre a lo que te interesa. Me gusta disparar a las estructuras de las aceras y los detalles del arte callejero a medida que se deteriora. Esas cosas me gustan. Tengo cientos de fotos de papel desgastado que se deterioran en las paredes. No estoy seguro de por qué me gustan, pero me gustan. Más adelante se me aparecerán y las usaré en algún proyecto. No las borres. Esas fotos son tus hijitos. Consérvalos contigo. Almacenarlos es barato. Más tarde puede que se conviertan en algo.

123


FotografĂ­as que despertaron conciencias

124


Gran pérdida de vidas “Gran pérdida de vidas”. El 16 de Abril de 1912, delante de las oficinas de la White Star Line de Londres, un chico vende periódicos con las noticias del hundimiento del “barco más insumergible” que jamás haya navegado por los océanos. Los hombres las leen con incredulidad. Los parientes de los pasajeros llegan en busca de información. De las 2.224 personas que partieron, 1.518, entre pasajeros y tripulación, perdieron la vida. El Titanic zarpó de Southampton el 10 de Abril. En primera clase había numerosos personajes importantes: todo el mundo quería estar presente en el viaje inaugural del barco que ya era una leyenda antes de elevar anclas. Pero la noche del 14 de Abril el Titanic impactó contra un iceberg. Navegaba a toda velocidad para establecer el récord del cruce del océano Atlántico, lo que reportaría una prestigiosa distinción. Varios mensajes recibidos por otros barcos sobre la presencia de iceberg nunca llegaron al puente de mando del Titanic: fueron considerados superfluos . Los vigías no contaban con binoculares porque no había podido encontrar la llave del armario donde estos se guardaban, y aquella noche el océano estaba tan en calma que no era posible intuir la presencia del iceberg desde lejos por la espuma de las olas que rompen en su base en condiciones normales. En un intento posible por evitar la colisión, el oficial al mando ordenó una maniobra incorrecta: el iceberg, literalmente, abrió una brecha de 100 metros en el costado de estribor del buque, como si este fuera una enorme lata de sardinas. El Titanic contaba con la mitad del número requerido de botes salvavidas. Y aunque había espacio para las 1.176 personas, en medio de la confusión solo 705 consiguieron embarcar. El mayor barco del mundo se hundió en menos de tres horas y nunca llegó a Nueva York. Su carrera duró cuatro días. Esta foto se hizo tan famosa que el chico, Ned Parfett, fue conocido como “Titanic Paperboy” (el chico de los periódicos del Titanic). Tenía 16 años en esa época, y su futuro no sería más feliz que las noticias que repartía ese día: seis años después murió en Francia luchando en el frente, solo unos días antes del final de la guerra.

125


TambiĂŠn pudie

126


Pepe Latas

eron ser portada

127


www.moldeandolaluz.com

128


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.