Zemillero 39

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Cooperación solidaria, marzo 1, 2021, Año I, No. 39

Semillero de Redes, Organizaciones y Colectivos de Resistencia y Rebeldía adheridos a la Sexta Nacional e Internacional

Más que una efeméride 25 aniversario de los Acuerdos de San Andrés

Colibrí rebelde

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Política a lo zapatista

ice Magdalena Gómez, en el texto de portada y quien ha acompañado al EZLN desde 1994, que el aniversario de los Acuerdos de San Andrés es más que una efeméride; y tiene razón; pero, con lxs zapatistas, ninguna fecha es sólo un recuerdo que se apunte en el calendario para ser conmemorado sino una pieza de las muchas que forman parte del constructo del “discurso zapatista” en el que cada hecho, cada palabra, cada propuesta se integra en un todo congruente y que, por lo tanto, debe ser visto como parte de una historia que reivindica el pasado, se escribe en presente y crea futuro. El “discurso zapatista” desde su irrupción el 1 de enero de 1994, ha cambiado, pero siguió siendo el mismo; desde la propia “Declaración de Guerra” de la Declaración de la Seva Lacandona, el “Hoy decimos Basta”, propone y convoca; “Nosotros, hombres y mujeres íntegros y libres, estamos conscientes de que la guerra que declaramos es una medida última pero justa. Los dictadores están aplicando una guerra genocida no declarada contra nuestros pueblos desde hace muchos años, por lo que pedimos tu participación decidida apoyando este plan del pueblo mexicano que lucha por trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz”. Un “Plan” que se basa en preceptos constitucionales, es pacíficamente al artículo 39 que, a la letra, y lo citan, dice: “La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo el poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene, en todo tiempo, el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.” Antes de la Declaración de Guerra lo habían intentado todo; pero, en respuesta: “... se nos ha negado la preparación más elemental para así poder utilizarnos como carne de cañón y saquear las riquezas de nuestra patria sin importarles que estemos muriendo de hambre y enfermedades curables, sin inmortales que no tengamos nada, absolutamente nada, ni un techo digno, ni tierra, ni trabajo, ni salud, ni alimentación, ni educación, sin tener derecho a elegir libre y democráticamente a nuestras autoridades, sin independencia de los extranjeros, sin paz ni justicia para nosotros y nuestros hijos. “ Anticipándose a lo que sabrían vendría en el discurso oficial, dicen: “Rechazamos de antemano cualquier intento de desvirtuar la justa causa de nuestra lucha acusándola de narcotráfico, narcoguerrilla, bandidaje u otro calificativo que puedan usar nuestros enemigos. Nuestra lucha se apega al derecho constitucional y es abanderada por la justicia y la igualdad”. Su interlocutor es el Pueblo de México, sus palabras van hacia el oído de las mujeres y hombres que de él forman parte y, en contraparte dicen: “Declaramos que no dejaremos de pelear hasta lograr el cumplimiento de estas demandas básicas de nuestro pueblo formando un gobierno de nuestro país libre y democrático.”, y, se mostraron dispuestos a escuchar, que de eso trata la conversa con el otro, con la otra; de, primero, saber escuchar. Fueron 11 días de combate, algunos de ellos muy intensos; los hechos de esos días mostraron que no estaban equivocados al considerar el ejército como un instrumento de muerte; Ocosingo fue la muestra, el ejército A la 2 federal no respetó la vida de lxs insurgentxs capturados.

por: Magdalena Gómez oy se cumplen 25 años de la firma de los que serían primeros acuerdos entre el gobierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en el marco de la aún vigente Ley para el Diálogo, la Negociación y la Paz Digna en Chiapas, en cuya negociación el EZLN cedió la voz a representantes de los pueblos indígenas del país. Después de firmados, vino la crisis promovida por el gobierno, lo que motivó al zapatismo a declarar la suspensión del diálogo el 4 de septiembre de ese mismo 1996.

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Hasta diciembre de 2000 el EZLN fijó condiciones para reanudarlo, una de las cuales fue que se aprobara la iniciativa que había elaborado la Comisión de Concordia y Pacificación. Conocemos el desenlace expresado en la contrarreforma indígena de 2001. Está muy claro que las distorsiones de la misma obedecieron a la continuidad de la visión de rechazar el derecho a la libre determinación y autonomía. En su exposición de motivos, los senadores señalaron su adhesión a la tesis de que el asunto de los pueblos indígenas se refiere ante todo a la pobreza, por ello agregaron el apartado B de continuidad de acciones del indigenismo: El dictamen es, ante todo, un instrumento para promover la justicia entre y para los mexicanos, partiendo del hecho de aceptar que un grupo amplio de la población del país ha quedado al margen del desarrollo y bienestar al que tienen derecho. También sabemos que el EZLN se replegó a la construcción de la autonomía en los hechos y 11 años después, bajo la evocación de que si en 1994 se cubrieron el rostro para ser vistos, el 21 de diciembre de 2012, para ser escuchados, realizó masivas

marchas silenciosas en Chiapas, destacando de nuevo la entrada a San Cristóbal de las Casas. En ello el mensaje simbólico fue la pregunta ¿Escucharon? Con tan impresionante demostración de organización, el EZLN reanudó la presencia pública y el diálogo ciertamente no con el Estado. Luego, el 30 de diciembre, en un comunicado denominado El EZLN anuncia sus pasos siguientes, se abordó el propósito de construir puentes con los movimientos sociales y se enfatizó: Reafirmaremos y consolidaremos nuestra pertenencia al Congreso Nacional Indígena, espacio de encuentro con los pueblos originarios de nuestro país. Se plasmó el desafío al Estado: Queda entonces al gobierno federal, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, decidir si reincide en la política contrainsurgente que sólo ha conseguido una endeble simulación torpemente sustentada en el manejo mediático, o reconoce y cumple sus compromisos elevando a rango constitucional los derechos y la cultura indígena, tal y como establecen los acuerdos de San Andrés,

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Abajo y a la Izquierda: Contra la Explotación, el Despojo, el Desprecio y la Represión De la 1 firmados por el gobierno federal en 1996, encabezado entonces por el mismo partido ahora en el Ejecutivo. No los vieron, no los escucharon. La respuesta, días después, fue la transformación de la Comisión para el Diálogo y la Negociación en Chiapas en una nueva Comisión para el Diálogo con los Pueblos Indígenas de México, sin referirse a la Ley para el Diálogo y la Paz Digna en Chiapas ni a los acuerdos de San Andrés, mucho menos al EZLN. El gobierno actual no ha abordado los acuerdos, que forman parte de un diálogo suspendido. No se trataría sólo de modificar la contrarreforma de 2001 de manera unilateral, cuestión por lo demás ajena a las prioridades oficiales y también, hay que reconocer, a los planes anticapitalistas zapatistas en curso. Para visualizar las razones del incumplimiento a los acuerdos de San Andrés hay que considerar, desde 2001, las numerosas concesiones forestales, mineras, en territorios indígenas y los mecanismos para otorgarlas, incluidos los megaproyectos en curso. En síntesis, en tiempos neoliberales, aún presentes, se ha opera-

do una política de Estado antiautonómica, que hemos caracterizado como neoindigenismo de baja intensidad. Vale preguntarnos: ¿cuáles son los saldos de la nueva institucionalidad, en contraste con la autonomía y libre determinación enunciada en el ar­ tículo 2 constitucional? Es frecuente que a los pueblos indígenas aún se les denomine grupos vulnerables en la lógica del combate a la pobreza que se ha constituido en caballo de Troya para dividirlos, para impedir el acceso al uso y disfrute de los recursos naturales en sus tierras y territorios y negar su carácter de entidades de derecho público, hoy tan retóricamente planteado. ¿Cuáles son los datos sobre criminalización de las crecientes movilizaciones de resistencia, al valorar la problemática indígena bajo un es­ quema de seguridad nacional? Tras un año, ¿quién asesinó a Samir Flores? Estas interrogantes son ejemplo de la continuidad de la razón de Estado para sacarle el agua a la autonomía en una lógica contrainsurgente. Esto, bien lo saben los pueblos, sólo se enfrenta escalando la resistencia a nivel mundial.

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25 aniversario de los Acuerdos de San Andrés

El horizonte indígena

por Luis Hernández Navarro ace 25 años se abrió un nue­vo horizonte para los pueblos originarios de Mé­xico. Los Acuerdos de San Andrés sobre Derecho y Cultura Indígena se convirtieron en el documento fundacional de una etapa de largo aliento en su lucha emancipadora; en parte medular de su proyecto estratégico e instrumento esencial para su reconstitución. El equivalente, por utilizar un símil histórico, al Programa del Partido Liberal Mexicano en la Revolución de 1910-17. Pese al paso de los años y del Un resumen así fue posible por incumplimiento gubernamental de lo la incuestionable autoridad ético-popactado, los acuerdos mantienen su lítica de los zapatistas. Ellos fueron el actualidad y respaldo. ¿Qué hace esto fiel de la balanza para dirimir las más posible? Primero que todo, la ruta enconadas contradicciones entre sus seguida para su elaboración. Como asesores e invitados. En la negociase explica en el documento Punto y ción, se suscitaron intensos debates seguido, los zapatistas convirtieron entre los convocados sobre temas lo que pudo haber sido una negocia- como el alcance de los derechos ción entre dos partes en un diálogo humanos, la cuestión de género, las abierto, inclusivo e incluyente, de regiones pluriétnicas autonómicas o cara a la sociedad y con la participa- las formas de representación polítición de las más amplias corrientes ca. Pero, no obstante el encono que de opinión (https://bit.ly/3dckliY). la discusión tuvo por momentos, la San Andrés fue una sinfonía autoridad rebelde, sumada a su cacoral, interpretada en medio de una pacidad de escucha, jerarquización escenografía espectacular, en la que, de lo esencial y resumen permitieron convocados por el Ejército Zapatista aterrizar lo discutido en los acuerdos de Liberación Nacional (EZLN), y en Punto y seguido, con el conse escucharon las voces de los más senso de la inmensa mayoría de los importantes dirigentes e intelectuales invitados. indígenas, al lado de religiosos, anMás allá del mosaico multropólogos, abogados, historiadores, tiétnico del México profundo que filósofos y periodistas, que habían se desplegó en toda su riqueza en caminado al lado de los pueblos los diálogos, las reflexiones desde originarios durante décadas. Fue tal el campo de los asesores rebella convicción de su palabra, que, con des incorporaron una perspectiva frecuencia, los indígenas invitados internacional, especialmente latipor el gobierno hicieron eco de sus noamericana. Se pusieron sobre la planteamientos. mesa las enseñanzas y debates por La multiplicidad de lenguas el reconocimiento de los derechos que allí se hablaron pudieron haber indígenas en la OIT (Convenio 169) desembocado fácilmente en la fallida y la ONU, así como en varios países construcción de una nueva torre de americanos (Nicaragua, Colombia, Babel. Sin embargo, el resultado final Brasil, Ecuador). También, las exfue el opuesto: una extraordinaria periencias de procesos de paz en síntesis que recuperó lo sustancial Sudáfrica, Palestina, Guatemala, El de las incesantes movilizaciones y Salvador, Perú y Colombia. reflexiones indígenas que sacudieron A la 3 regiones enteras del país a lo largo de muchos años.

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Las imágenes son crudas; en el mercado de Ocosingo se mostraron los cadáveres de indígenas “caídos en combate”, todos de espalda, todos maniatados, ninguno llevaba armas y algunos no portaban uniforme; la explicación que dio el general Godínez fue ridícula, palabras más, palabras menos, dijo que no todos iban armados y que se habían quitado el uniforme. Tres preguntas surgieron entonces: si no iban armados ¿cómo podían haber caído en combate?; si cayeron combatiendo, ¿por qué estaban de espaldas y maniatados? y, en el fragor del combate ¿a qué horas se habían des uniformado? No respondió las preguntas. Las cifras no mienten, en las batallas del 3 y 4 de enero de 1994 en Ocosingo el EZLN habla de 34 insurgentxs caídos en combate y 32 desaparecidos. El ejército federal no reconoce bajas en sus filas y cuenta más muertes entre los insurgentes; un informe del Frayba detalla la ejecución de 5 en el mercado, todos desarmados, y 11 en el Hospital, todos civiles, ninguno armado. El EZLN se había preparado para la guerra, pero supo escuchar los clamores que surgieron desde las filas de aquellxs a quienes se había dirigido. Pese a las mentiras sobre el “complot internacional” y sobre la composición “no indígena y de profesionales de la violencia de los transgresores de la ley”, el gobierno salinista no las tenía todas consigo, de hecho, no tenía nada a su favor. Tres multitudinarias manifestaciones, el 7, 10 y 12 de enero, en la Cd. Monstruo pusieron literalmente el cuerpo a la salida de vehículos militares tanto del Campo Militar No. 1, como de la Base aérea y del Colegio Militar; de ahí no saldrían mexicanos para asesinar mexicanos; demandaban al gobierno federal detener los bombardeos y parar la guerra y, al EZLN, una oportunidad para escuchar su palabra. El gobierno, tuvo que echar marcha atrás en sus pretensiones de guerra y ofreció el “perdón”; el EZLN respondió con un contundente: ¿De qué nos van a perdonar? De ese andar zapatista y algunos de sus documentos de esos años trata esta conmemoración de varios aniversarios que son mucho más que efemérides.

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el Zemillero De la 2 Los acuerdos no tienen como materia prima elementos exclusivamente nacionales. Están en sincronía (y en algunos puntos, pasos adelante) con las movilizaciones y reivindicaciones de los pueblos originarios y legislaciones de un ciclo de lucha abierto en la región entre 1984 (primer proceso de paz en Colombia) y 1992 (500 años de resistencia indígena, negra y popular). San Andrés fue una especie de pre-Constituyente para refundar el país. Estableció la necesidad de modificar la Constitución legal de la sociedad mexicana al añadir al principio de los ciudadanos el de los pueblos indígenas. Anunció, a su manera, la inevitabilidad de establecer un Estado plurinacional. Los acuerdos anticiparon nuevas modalidades de expolio y explotación que perpetrarían el neoliberalismo y el neoindigenismo desarrollista. Buscaron levantar un muro de contención jurídica capaz de brindar protección a los pueblos originarios de la embestida para despojarlos de sus territorios y convertirlos en jornaleros sobrexplotados en las modernas fincas agroexportadoras.

La expansión incontenible de megaproyectos, concesiones mineras, narcotráfico y agroindustrias desafían hoy su sobrevivencia, como ayer lo hicieron finqueros y terratenientes, grandes ganaderos, compañías madereras, caciques, políticos corruptos, distribuidores de trago y la construcción de grandes presas. Más allá de la construcción de la autonomía sin pedir permiso que los zapatistas iniciaron en sus territorios, en nombre de los acuerdos, multitud de comunidades indígenas en el país han formado policías comunitarias y reconstituido sistemas de impartición de justicia propios, nombrado autogobiernos municipales al margen de los partidos, recuperado sus sistemas normativos internos, impulsado proyectos de educación alternativos, hecho florecer sus lenguas y culturas y forzado la aprobación de reformas legales. Pese a que han transcurrido 25 años de su firma, los acuerdos de San Andrés mantienen su actualidad. Han sido y son parte de la sangre que corre por las venas de la insumisión indígena. A la memoria de Ricardo Robles, el Ronco.

Autonomía vs Indigenismo 25 aniversario de los Acuerdos de San Andrés

por Luis Hernández Navarro

dirigentes desde la Constitución de 1824. La intención de construir un Estado-nación, de deshacerse de la herencia colonial, de resistir a los peligros de las intervenciones extranjeras, de combatir los fueros eclesiásticos y militares y de modernizarse llevó a priorizar una visión de la unidad nacional que excluía la realidad plurinacional. Los acuerdos de San Andrés pretendían celebrar los funerales del indigenismo y resolver esta deuda histórica. Su punto central consistió en el reconocimiento de los pueblos indios como sujetos sociales e históricos y el derecho a ejercer su autonomía. La autonomía es una de las formas de ejercer la libre determinación. Su práctica implica la transferencia real de facultades, funciones y competencias que hoy son responsabilidad de diferentes instancias de gobierno a los pueblos indígenas. A los diálogos de San Andrés, los zapatistas invitaron como asesor al escritor Fernando Benítez, que había dedicado 20 años de su vida a defender y estudiar a los pueblos originarios y era autor de cinco libros monumentales sobre ellos. El periodista aceptó gustoso la propuesta. Sus motivaciones eran genuinas. ¿Qué me enseñaron los indios? –se preguntó Benítez al final de su vida. Se respondió: Me enseñaron a no creerme importante, a tratar de llevar una conducta impecable, a considerar sagrados a los animales, las plantas, los mares y los cielos, a saber en qué consiste la democracia y el respeto debido a la dignidad humana. También a pasar de lo cotidiano a lo sagrado ( La Jornada, 5/7/95). Aunque muchos de los problemas que enfrentaban eran los mismos, la perspectiva de lucha de los indígenas que participaron en los diálogos era completamente diferente de los que Benítez describió desde 1960. El autor de Los indios de México los consideraba la gente más miserable, los campesinos más pobres, los que viven en las peores tierras de un país de malas tierras, los que están siendo invadidos. Anticipaba la inevitable condena a desaparecer de sus culturas y su sustitución

por los deshechos del industrialismo. Y se proponía rescatar lo que queda de los culturas indígenas, antes de que termine este proceso. Pero no desaparecieron. Al contrario. Se hicieron más presentes que nunca. Ciertamente, los indígenas convocados por el EZLN, primero a los diálogos y después a la formación del Congreso Nacional Indígena (CNI), sufrían los efectos del colonialismo interno y, por tanto, provenían de comunidades y regiones acosadas por el despojo, la opresión, la explotación y la discriminación, similares a las descritas por Benítez. Sin embargo, lejos de representar a culturas al borde de la desaparición, esos dirigentes eran expresión viva de una formidable capacidad de resistencia y de reinvención de las tradiciones de sus pueblos. Asistieron a San Andrés líderes de los pueblos originarios surgidos durante la década de 1970, que emergieron a la luz pública a raíz de la insurrección zapatista, al lado de autoridades comunitarias tradicionales. Participaron también destacados intelectuales indígenas, que habían elaborado una riquísima reflexión sobre cómo reconstituir a sus pueblos. A 25 años de distancia de la firma de los acuerdos y de la fundación del CNI, algunos de los indígenas que participaron en ellos fallecieron. Otros, se han incorporado a las filas de los gobiernos en turno, desde el PAN hasta la 4T. Sin embargo, el movimiento nacido de ese proceso, orientado hacia la construcción de la autonomía y la lucha contra el capitalismo, es más vigoroso y sólido que hace dos décadas y media. Cientos de nuevos liderazgos y decenas de intelectuales (muchas mujeres incluidas) han tomado el relevo generacional. Dos décadas y media después de pactados, el Estado mexicano sigue incumpliendo los acuerdos de San Andrés. Pero, además, el movimiento indígena autonomista sufre el asesinato de dirigentes, y el impulso, desde el gobierno federal, de un neoindigenismo asistencialista que camina de la mano con la promoción de megaproyectos sobre sus territorios.

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ste 16 de febrero se cumplen 25 años de la firma de los acuerdos de San Andrés sobre derechos y cultura indígena. Muchas cosas han cambiado desde entonces, aunque una permanece: el indigenismo como política de Estado.

Indigenismo es el nombre con que se bautizó a la política institucional destinada a atender a la población indígena. Es, simultáneamente, una teoría antropológica, una ideología de Estado y una práctica de gobierno. Tiene como objetivo central proteger a las comunidades indígenas integrándolas con el resto de la sociedad nacional, diluyendo su carácter de pueblo como sujeto histórico. Es una política de los no indios hacia los indígenas, aunque sus artífices puedan pertenecer a alguna etnia. Uno de sus principales impulsores, Alfonso Caso, pronosticó que

en 50 años más ya no habría indios: todos serían mexicanos. No estaba solo en esta empresa. Muchos pensadores, antes y después de él, han visto en la integración a la sociedad nacional mestiza el destino inexorable de los pueblos originarios. Pese a que la nación mexicana ha tenido desde su fundación una composición pluriétnica y multicultural, sus constituciones no han reflejado esta realidad. Borrar lo indio de la geografía patria, hacerlo mexicano obligándolo a abandonar su identidad y cultura, folclorizarlo, ha sido una obsesión de las clases

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Abajo y a la Izquierda: Contra la Explotación, el Despojo, el Desprecio y la Represión

25 aniversario de los Acuerdos de San Andrés

Un camino por el que no se ha dejado de transitar

por: Gustavo Esteva o es posible olvidar el 16 de febrero. Los acuerdos de San Andrés, que se firmaron en esa fecha, tienen ya un lugar bien ganado en la historia. Los artículos que en estos días aparecieron en La Jornada hacen debido honor al acontecimiento. Vale aún la pena subrayar un par de aspectos.

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El Foro Nacional Indígena que tuvo lugar en los primeros días de 1996 cambió el carácter de los acuerdos. Dio sustancia al compromiso de los zapatistas de traer a la mesa de negociación las reivindicaciones de los pueblos indios, y no sólo las suyas. Sin asumir una representación que no tenían, lo hicieron brillantemente. Los pueblos estaban ahí. El foro mismo fue algo único. Se trató de la primera vez en que la mayoría de los pueblos indios de México se ­reunieron por su propia iniciativa y con agenda propia. Era notable observar cómo se reconocían entre sí, apreciaban sus grandes diferencias y encontraban sus grandes coincidencias. Surgió así el complejo proceso que llevó a la constitución del Congreso Nacional Indígena, cuyo lema operativo refleja a la vez sabiduría e innovación: Somos asamblea cuando estamos juntos; somos red cuando estamos separados. A pesar de sus altibajos y de los continuos esfuerzos de sucesivos gobiernos por desmantelarlo o marginarlo, sigue siendo la mejor expresión de los pueblos indios y símbolo de su nueva presencia. No se han modificado, en lo fundamental, las actitudes racistas, sexistas y coloniales de los gobiernos y la sociedad ante los pueblos indios. Pero hay una nueva afirmación de ellos que trae otro aliento a nuestra configuración social y política y transforma relaciones cotidianas, especialmente con las mujeres.

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La presión para cumplir los acuerdos generó múltiples iniciativas de sucesivos gobiernos que los distorsionaban o traicionaban. No los cumplieron. Una cuestión central, que define realmente el carácter de los acuerdos, apenas se aborda en la discusión, pues no es algo que los gobiernos quieran tomar seriamente en cuenta. El muy infausto y colonial Diego Fernández de Cevallos fue el primero que percibió lo que significaba y puso el grito en el cielo: decía, con razón, que cumplir ese acuerdo modificaba la naturaleza de la sociedad mexicana. Y tenía razón. De eso se trataba y se trata aún. Plantear que los pueblos indios deben ser sujetos de derecho público implica abandonar la forma política del capitalismo, la del Estado-nación, que se basa en un supuesto pacto entre individuos. Esta figura de esencia patriarcal absorbió y distorsionó todas las formas previas de Estado y de nación para dar forma política al régimen de opresión y control que con ella adquirió forma jurídica. En San Andrés se acordó liquidarla, a partir del nuevo derecho de los pueblos. Hace 25 años, los pueblos indios pusieron sobre la mesa lo que definió su lema inicial: Nunca más un México sin nosotros. Estaban muy conscientes de que las tres primeras transformaciones del país, la Independencia, la Reforma y la Revolución, los habían excluido. La

construcción de México no debía seguir siendo lo que hasta entonces había sido. Sin embargo, tiene razón Yásnaya Aguilar: lo que ahora quieren los pueblos indios es otra cosa. Por una parte, han tomado debida nota de que los estados-nación han sido desmantelados en el mundo entero, pues resultaron un obstáculo para la globalización neoliberal, que los hizo a un lado. No lograron sustituirlos las estructuras macronacionales que se intentaron y llegamos así al desorden actual. Prevalecen formas del estado de excepción, cuando la ley se pone al servicio de la ilegalidad. Al desaparecer todas las formas del estado de derecho cunde el des-orden y el autoritarismo causados por fuerzas trasnacionales. No tiene mayor sentido seguir apelando a esas estructuras en decadencia. De otro lado, como subraya Yásnaya con su potente voz mixe, los pueblos tienen ya otras prioridades. Sin afán separatista, sin adoptar cualquiera de las teorías o prácticas del mundo dominante en decadencia,

están dedicados a reconstruir la realidad social a partir de sus condiciones locales. Al hacerlo, se entrelazan con otros como ellos, sean sujetos comunales de los propios pueblos indios o bien entramados comunitarios urbanos y rurales que en todas partes resisten los horrores que actualmente corren por el mundo. Así se reinventan. Los pueblos indios, afirmados en tierras y territorios que deben defender cotidianamente de la ofensiva para despojarlos de cuanto tienen, adoptan otros horizontes políticos, más allá del patriarcado, del capitalismo, de las múltiples formas del colonialismo y del Estado-nación supuestamente democrático. Los acuerdos, hace 25 años, abrieron un camino por el que los pueblos indios no han dejado de transitar. Saben bien que está erizado de obstáculos. Que los gobiernos no los cumplirán. Los cumplen ellos, con coraje y lucidez, bien enraizados en sus lugares y entrelazándose con hermanas y hermanos que encuentran por todas partes..


el Zemillero

El “fin” fue el principio

25 aniversario de los Acuerdos de San Andrés

por: Rubén Martín*

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esde que irrumpieron públicamente el 1 de enero de 1994 tomando por las armas las principales ciudades de Chiapas y declarando la guerra al mal Gobierno mexicano, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) dio muestras de que representaba un proyecto distinto y alternativo no sólo del sistema político liberal sino incluso de las guerrillas latinoamericanas. Su proyecto político alternatiLos acuerdos de San Andrés vo y de confrontación con el actual son importantes no sólo por lo que sistema político y económico quedó contienen, sino por el proceso en plasmado claramente en la primera cómo se llegó a ellos y este proceso Declaración de la Selva Lacandona es parte de esa pedagogía política donde plantearon 11 demandas bási- del EZLN. cas para los pueblos indígenas y para A diferencia de otras fuerzas toda la sociedad mexicana: trabajo, políticas en armas que regularmente tierra, techo, alimentación, salud, hablan por sí mismos en proceso de educación, independencia, libertad, diálogo o negociación con el Estado democracia, justicia y paz. con el cual están confrontados, el Desde su irrupción armada, proceso de negociación que se abrió y luego en la primeras negociacio- entre el Gobierno de Ernesto Zedillo nes en la catedral de San Cristóbal y el EZLN en 1995 fue aprovechado de las Casas y en su tránsito hacia por el zapatismo para poner a dispoconstituirse como comunidades que sición de todos los pueblos indígenas se autogobiernan, el neo zapatismo y de la sociedad civil nacional la desplegó una pedagogía política que mesa de debate abierta con las auconfirmaba su coherencia entre su toridades. discurso y sus actos. El EZLN concretó esta aperUn buen ejemplo de esta pe- tura invitando a representantes de dagogía política alternativa son los distintos pueblos indígenas del país Acuerdos de San Andrés que el y conformando un grupo de asesores EZLN firmó con el Estado mexicano, integrado por destacados proferepresentado en ese entonces por el sores, investigadores, activistas y Presidente Ernesto Zedillo Ponce militantes. de León, que terminó traicionando Gracias a ello el proceso de su palabra y su firma al incumplir negociación con el Gobierno de dichos acuerdos. Zedillo no fue sólo con el EZLN El pasado 16 de febrero se sino con todos los pueblos indios y cumplieron 25 años de la firma de una buena parte de la sociedad civil los Acuerdos de San Andrés y la mexicana. Los mismos zapatistas lo fecha es una buena oportunidad para explicaron en un comunicado que recordar la importancia de dicho dieron a conocer el 15 de febrero documento y lo que representaron y de 1995, un día antes de la firma siguen representando no sólo para las del documento: “San Andrés es el comunidades mayas organizadas en espacio de una estrategia más amtorno al EZLN sino como horizonte plia de transformación profunda de de lucha y emancipación para las las relaciones entre los mexicanos. comunidades y pueblos indígenas La conclusión de la actual fase es de todo el país. sólo el punto y seguido de una lucha

creciente en donde los actores principales no están directamente sentados a la mesa, sino latiendo al unísono de una negociación que el EZLN ha convertido en un diálogo de nuevo tipo, apoyado en sectores diversos del espectro social, que reflejan la riqueza y variedad de la sociedad civil mexicana”. Los diálogos de San Andrés, llamados así por el pueblo de Chiapas donde se llevó a cabo la negociación, contemplaban cuatro temas: 1) Derechos y cultura indígenas; 2) democracia y justicia; 3) bienestar y desarrollo y finalmente; 4) derechos de la mujer en Chiapas. Al final sólo se alcanzaron acuerdos sobre “Derechos y cultura indígenas”, y el resto de los temas y acuerdos no alcanzaron a discutirse. El compromiso del Gobierno federal es que lo acordado en San Andrés se traduciría en cambios constitucionales para que los derechos de los pueblos indígenas fueran reconocidos y respetados. Pero casi cinco años después, ya en el Gobierno de Vicente Fox Quesada, la clase política profesional representada por legisladores de los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD) dieron la espalda a los compromisos y traicionaron los acuerdos de San Andrés. Desde esa fecha el EZLN ya no tiene trato con representantes del Estado mexicano. La traición a los acuerdos de San Andrés fue la confirmación de que mediante negociaciones con una clase política y representantes de los poderes públicos que no respetan su palabra no se alcanzarían las demandas de justicia y dignidad que exigen los pueblos indígenas. A partir de entonces el EZLN y otras comunidades y pueblos tratan de llevar a la práctica las demandas de justicia, paz y libertad que están en el horizonte de los acuerdos de San Andrés, con independencia de los gobiernos constituidos. De facto, están ejerciendo su autonomía. Así lo hace el EZLN con sus municipios rebeldes autónomos, sus

Juntas de Buen Gobierno y con los Caracoles zapatistas. Pero lo mismo hacen pueblos de la meseta purépecha como Cherán, o la comunidad nahua de Ostula en la costa Michoacana. Al igual que los wixárikas en la sierra norte de Jalisco, colindante con los estados de Nayarit y Durango. Los derechos de los pueblos y la autodeterminación que contienen los acuerdos de San Andrés también son el fundamento con el que se inspiran asambleas comunales como Mezcala y San Francisco Ixcatán (ambas en Jalisco) para dotarse de estatutos comunales que rigen sus relaciones políticas y sociales. En suma, a pesar de que no fueron respetados ni llevados a la Constitución, como se comprometió el Estado a hacerlo, los acuerdos de San Andrés son llevados a la práctica por decenas de pueblos originarios. Como declaró el extinto subcomandante Marcos en una entrevista para Gloria Muñoz: “Hay un tiempo para pedir, otro para exigir y otro para ejercer”. Para el EZLN, y otros pueblos, el tiempo de pedir y exigir ya pasó y ahora están ejerciendo su autonomía. A la par de los contenidos programáticos que contienen los Acuerdos de San Andrés, el proceso de diálogo dio pasó también a un proceso organizativo de los pueblos que confluyó en el nacimiento del Congreso Nacional Indígena en octubre de 1996 y 20 años después en la integración del Concejo Indígena de Gobierno que promovió la candidatura presidencial independiente de la vocera María de Jesús Patricio. En el fondo, la traición de los sucesivos gobiernos llevó a los pueblos indígenas y a sus organizaciones a confiar en sus propias fuerzas. Como escribieron los mismos zapatistas en el comunicado del 15 de febrero de 1995: “Hermanos: Un sistema político injusto y criminal, el sistema político mexicano, obligó a un grupo de ciudadanos, mayoritariamente indígenas, a empuñar las armas para hacerse oír y para llamar la atención sobre los graves problemas de los pueblos indígenas de México. La vía política para el diálogo y la solución de las principales demandas del pueblo mexicano no vendrán del supremo Gobierno, sino de la sociedad civil, las organizaciones sociales y políticas independientes. La paz nueva, la que necesitamos los mexicanos, la que merecemos, vendrá de nosotros mismos, de nuestro empeño, de nuestra esperanza”. Y así lo han hecho tanto los zapatistas como otros pueblos indígenas, tratar de combatir el injusto sistema político y económico, y construir “la paz nueva” por sí mismos, con sus propias fuerzas, caminando hacia la autonomía y la emancipación. *Periodista independiente. Fundador del diario Siglo 21 de Guadalajara. c olumnista en el diario El Informador. y conductor del programa Cosa Pública 2.0 en Radio Universidad de Guadalajara.

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Abajo y a la Izquierda: Contra la Explotación, el Despojo, el Desprecio y la Represión

Del qué y del cómo 25 aniversario de los Acuerdos de San Andrés

por Hermann Bellinghausen

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ace 25 años, el pueblo de San Andrés Larráinzar -apellidado así en memoria de un gobernador y finquero cuya familia había poseído en parte esas tierras, pobladas de antiguo por los mayas tzotziles de los Altos de Chiapas- era escenario de un evento trascendental en la historia indígena de México: representantes de alto nivel del Estado mexicano y los comandantes indígenas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) firmaron el 16 de febrero de 1996 los Acuerdos de San Andrés. Por primera, y hasta ahora única vez, el Estado nacional se comprometía a promover, respetar y elevar a rango constitucional la autodeterminación de los pueblos originarios en cuestiones tan específicas como sus territorios, sus derechos culturales, su acceso y gestión de los medios de comunicación. Aunque era apenas la primera y el robo de las tropas federales. de cuatro “mesas” y los dos “puntos” Muchas debieron refugiarse en las programados para desahogar las cañadas y laderas. Y guardaron una demandas de los rebeldes indígenas, vez más el secreto. se sentía como la culminación de un proceso extraordinario: los diálogos La necesidad del diálogo con los de San Andrés, que con intensidad y rebeldes dramatismo se venían desarrollando La operación fracasó en su intento de allí desde varios meses antes y se reactivar las hostilidades o descabeprolongarían hasta agosto de ese zar al zapatismo, y para comienzos año. Pronto se vio que nada culmi- de marzo de 1995 Zedillo estaba naba, cuando el gobierno de Ernesto empantanado. Al patear el tablero Zedillo Ponce de León incumplió lo y ordenar la captura del subcomanacordado, en la que sería su segunda dante Marcos, jefe militar y vocero traición al EZLN. La primera traición de los rebeldes, el gobierno había había ocurrido el 9 de febrero de renunciado a la interlocución con el 1995, cuando Zedillo jugó la carta de EZLN. Pronto le resultó indispensla guerra y militarizó en dos días los able tenerla. territorios de los zapatistas mientras El 11 de marzo el Congreso fingía buscar un encuentro con la co- emitió la Ley para el Dialogo, la mandancia general rebelde, usando Conciliación y la Paz Digna en como señuelo al entonces secretario Chiapas, que crea la Comisión de de Gobernación, Esteban Moctezu- concordia y pacificación (Cocopa) y ma Barragán, y a la subsecretaria reconoce a la Comisión Nacional de Beatriz Paredes, enviados suyos a la Intermediación (Conai) encabezada selva Lacandona para reestablecer la por Samuel Ruiz García, obispo de comunicación con el Comité Clan- San Cristóbal de Las Casas. destino Revolucionario Indígena, Tras un rocambolesco moviComandancia General (CCRI-CR) miento de piezas en el tablero polítidel EZLN. Los enviados de Zedillo co nacional que a la fecha no ha sido quedaron en volver pronto con una revelado, para su sorpresa Zedillo respuesta a los planteamientos de recibió en Los Pinos la solución que los indígenas. En vez de ellos, envió proponían los zapatistas para salir al Ejército federal en la operación del impasse. De allí se tejió el pacto militar más vasta y masiva en un para un nuevo encuentro, en el ejido sólo territorio de nuestra historia San Miguel, a las puertas de la selva moderna. Lacandona, entre la comandancia inZedillo había ordenado la cap- dígena y los enviados personales del tura del mando rebelde, lo que equi- presidente, encabezados por el ilustre vaía a reiniciar la guerra, tras un año embajador Gustavo Iruegas, el 9 de de tregua. El repliegue de las tropas abril siguiente. La reunión sucedió insurgentes fue impecable al ocupar en máxima tensión. ¿Qué tal si el posiciones de montaña inaccesibles. gobierno detenía a los comandantes? Las comunidades en resistencia ex- ¿Qué tal si todo era inútil y alguna de perimentaron el acoso, la agresión las partes tenía que salir corriendo?

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Venturosamente, las partes lograron pactar una reunión formal y pública entre la representación rebelde y el gobierno federal. Este tomó la forma de los diálogos de San Andrés, iniciados el 18 de octubre de 1995, tras una serie de reuniones preparatorias en dicha localidad y que habrían de culminar con la firma de los primeros acuerdos el 16 de febrero del año siguiente. La sorpresa indígena del siglo La tarde del 16 de febrero de 1996 me tomaba un café de olla en uno de los pocos expendios abiertos en la cabecera de San Andrés (ya para entonces rebautizado por los autónomos zapatistas, no Larráinzar, sino Sacamch’en de los Pobres) con algunos asesores del EZLN que venían de “adentro”, y de pronto se me ocurrió decirles: “¿Se dan cuenta de que están a punto de cambiar la Constitución desde abajo?”. Y uno de ellos contestó: “No creas, da vértigo”. Así de lejos había llegado el proceso. El gobierno, los medios de comunicación nacionales e internacionales y la sociedad mayoritaria experimentaban la sorpresa indígena del siglo. Lo que se previó como un encuentro político en un alejado rincón de la República, resultó en la participación en voz alta de más de veinte pueblos originarios del país con sus lenguas y ropajes, volviéndolo un diálogo nacional, algo no previsto ni deseado por el Ejecutivo. Encabezados por Marco Antonio Bernal, de pasado guerrillero, los enviados de Zedillo esperaban un paseo folclórico, pero cada vez subían a San Andrés les tocaba un rough ride que terminaba por sentarlos. A hora y media de San Cristóbal de Las Casas, al principio la propuesta zapatista de crear condiciones para reunirse en San Andrés les había parecido un destino accesible y típico. Más ingenuo había sido Moctezuma Barragán al figurarse el encuentro en Tziscao, a orillas de uno de los hermosos lagos de Montebello, donde había realizado tareas sociales en su juventud. Un factor recurrente era la subestimación que hacía el gobierno de los indíge- nas en general, y de los rebeldes zapatistas en particular. De sobresalto en sobresalto, el gobierno se había tenido que tragar que el EZLN desplegara un centenar de asesores que incluían intelectuales y dirigentes indígenas de medio México, así como importantes académicos y religiosos progresistas. Lo que Zedillo ponía en chiquito todo el tiempo rebasaba sus proyecciones. San Andrés era uno de los “tres o cuatro municipios” a los que el anterior presidente, Carlos Salinas de Gortari, había circunscrito la inconformidad indígena tras el alzamiento zapatista el primero de enero de 1994. Y de pronto, se convirtió en un escenario nacional: la clase política de todos los partidos se confrontó con los zapotecos, purépechas, mixes, nahuas, wixaritari, rará- muris, mixtecos y mayas que se dejaron venir. Los

invisibles se habían vuelto visibles fuera del control institucional. Los verdaderos protagonistas ¿Cómo olvidar el susto mayúsculo que se llevaron el gobierno, los soldados, los servicios de inteligencia y la prensa en vísperas del inicio de las negociaciones para la agenda y el formato de las mesas del diálogo, el 19 de abril de 1995? Una marea de bases de apoyo zapatistas llegó a la montañosa escena de San Andrés para acompañar a sus comandantes, y rodeó los tanques y vehículos militares que resguardaban la plaza. Una profusión de huipiles y rebozos tzotziles y tzeltales desafió con su presencia a las autoridades, que estuvieron a punto de cancelar la reunión. Para empezar, los indígenas vestían demasiado bonito (cinco mil según datos oficiales, quizás el doble en realidad), con esa vestimenta que a los funcionarios les pareció de gala y que en todo veían una emboscada, ignorando que así se visten del diario los mayas de las montañas de Chiapas. Acusaron a la diócesis de San Cristóbal y a “fuerzas oscuras” de financiar tan vistosos ropajes para un acarreo que de dónde había salido. Se negaban a admitir que los “tres o cuatro municipios” eran muchos más. Enfrentaban una nueva forma de hacer política de los pueblos originarios. Las comunidades se movilizaban para constituirse en multitud organizada. ¿De qué otro modo hubieran sido capaces de crear un ejército clandestino? Aquello era un drama nacional, con un reparto memorable. Lo indígena en el centro del debate. A los diálogos concurrieron los comandantes zapatistas, una comisión de legisladores del más alto nivel (la Cocopa), una comisión de mediación conformada por mexicanos admirables (Conai), y una representación presidencial compuesta en parte por ex militantes de la izquierda radical y guerrillera, reconvertidos en negociadores o espías del gobierno priísta. Estaban presentes altos mandos del Ejército federal, a cargo de general Tomás Ángeles Dahuahare (sobrino nieto del famoso Felipe Ángeles). Si se agregan los más de cien asesores convocados por el EZLN, se puede extraer una lista de nombres muy significativa: los comandantes Tacho, David y Zebedeo, el obispo Ruiz García, el doctor Pablo González Casanova, doña Concepción Calvillo de Nava, los poetas Juan Bañuelos y Oscar Oliva, y entre los asesores Margarita Nolasco, Alfredo López Austin, Antonio García de León, el jesuita Ricardo Robles, los zapotecos Aristarco Aquino y Aldo González, etc. Por el lado oficial, senadores, diputados, algún subsecretario, funcionarios de Chiapas, un despliegue variopinto de personal de inteligencia civil y militar que luego ni hablaban entre sí. Televisoras, periodistas nacionales e internacionales. Sin embargo, los verdaderos protagonistas eran otros. Nada más

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el Zemillero De la 6 impresionante que la presencia callada y numerosa de los indígenas zapatistas, cientos, miles de ellos formando día y noche (bajo el sol y la lluvia helada) un “cinturón de paz” en torno a las instalaciones municipales donde se negociaba y pernoctaban sus comandantes. No sólo eso, también se interponían al cinturón militar, del cual separaba a los indígenas la Cruz Roja. Y adentro de los tres cinturones, los improvisados salones de sesión, los arcos de la biblioteca municipal que servían de proscenio ante la plaza llena, la famosa cancha de básquetbol de la escuela adyacente techada para la ocasión y convertida en auditorio para las plenarias. Pocas veces se han juntado tantos espías (además de los policías y militares se hablaba de la Mossad, la CIA, el servicio secreto francés). Varios periodistas también lo eran. Hasta los presuntos electricistas de la CFE operaban como orejas y cableaban a discreción las instalaciones. Como en los conciertos de rock, en la plaza central había un corralón para la prensa. Decenas

de altas cámaras de tele- visión, un enjambre de fotógrafos y otro de reporteros y observadores autorizados, como el historiador Andrés Aubry, quien se regocijaba descifrando los signos de los modernos mayas. El desenlace. Punto y seguido En esa ensalada como de John Le Carré en el bosque de niebla, pocos repararon en el cerco de hombres y mujeres silenciosos, despiertos, de pie día y noche, resguardando con sus cuerpos las negociaciones. Constituían un ser con vida propia, que en los cambios de turno atravesaba ordenadamente el poblado, yendo y viniendo del mercado (nuevo y nunca inaugurado) en las afueras, convertido en albergue. Procedían de la selva, la zona norte, la frontera, los Altos. Hablaban tzotzil, chol, tojolabal, tzeltal, zoque, mam. Su presencia legitimaba a los comandantes y comandantas que discutían con el gobierno una auténtica reforma de Estado. Los civiles encarnaban las demandas de los sublevados chiapanecos, ahora nacionales. Una vez firmados los primeros acuerdos, pueblos originarios de todo México los encontraron favorables, aunque no siempre lo dijeran.

Una luz nueva 25 aniversario de los Acuerdos de San Andrés

por Hermann Bellinghausen

Teoría de la jícara

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os hicieron creer que México era una suerte de jícara grande, madura, reluciente y sólida, de exportación. El gobierno encabezado por Carlos

El proceso duraría 14 meses en total (abril de 1996-agosto de 1996). No faltaron intentos de sabotaje, como que durante las sesiones ocurrieran graves agresiones armadas de los flamantes paramilitares en Tila y Sabanilla; comenzaban los desplazados y las masacres que caracterizarían el resto del sexenio zedillista. O que se minara mediáticamente, por instrucción presidencial, la mediación del obispo Ruiz García. O que los políticos se exasperaran con el “tiempo indígena” impuesto por los comandantes del EZLN. El desenlace de la primera firma fue anticlimático. Las partes rubricaron los acuerdos por separado. No hubo foto. Los mandos zapatistas, que cada noche informaban en los por-tales al terminar las sesiones, se negaron a posar en la misma mesa con los delegados oficiales. Tenían motivos para desconfiar. Pronto tendrían más, al retractarse el gobierno de su firma y convertir los acuerdos de San Andrés en guión y símbolo de las reivindicaciones indígenas no satisfechas, que un cuarto de siglo después siguen en pie.

Salinas de Gortari, obequioso y gallardo extendía la jícara en bandeja de plata al socio de oro, y de ahí al global mercado libre del hemisferio norte. Qué lisa y brillante parecía la jícara, también llamada morro. Y entonces, en la fecha y la hora señaladas, el plop de la champaña se volvió un gulp de incredulidad atronadora en las gargantas de los gobernantes que celebraban. La noche de año nuevo de 1994 la preciosa jícara se cuarteó. Inoportuna rajadura que reventó en un reclamo de elocuencia sin precedentes, un

“hoy decimos basta” gritado con fusiles en el puño y caras mal tapadas desde el último rincón de la patria, en las montañas de Chiapas. Por la cuarteadura brotaron incontenibles las palabras de la Primera Declaración de la Selva Lacandona y las imágenes incomprensibles de un ejército campesino e insurrecto que ocupó las sedes de gobierno en algunas ciudades del sureste. Era una declaración de guerra con todas sus letras. Y aquel ejército que no podía ser anunció que avanzaría hasta la capital de la República para derrocar al mal gobierno, con base en el artículo 39º de la Constitución y acogiéndose a las Leyes sobre la Guerra dictadas en la Convención de Ginebra. Parecía un chiste. Un mal sueño. Muchos hubieran querido reír, pero no pudieron. Por la rajadura de la jícara se asomaron en definitiva los pueblos indígenas reclamando su lugar en la nación y en la Historia. Aún hoy parece increíble lo que lograron en una sola noche, cuando declararon: Somos los herederos de los verdaderos forjadores de nuestra nacionalidad, los desposeídos somos millones y llamamos a todos nuestros hermanos a que se sumen a este llamado como el único camino para no morir de hambre ante la ambición insaciable de una dictadura de más de setenta años encabezada por una camarilla de traidores que representan a los grupos más conservadores y vendepatrias. Son los mismos que se opusieron a Hidalgo y a Morelos, los que traicionaron a Vicente Guerrero, son los mismos que vendieron más de la mitad de nuestro suelo al extranjero invasor, son los mismos que trajeron un príncipe europeo a gobernarnos, son los mismos que formaron la dictadura de los científicos porfiristas, son los mismos que se opusieron a la expropiación petrolera, son los mismos que masacraron a los trabajadores ferrocarrileros en 1958 y a los estudiantes en 1968, son los mismos que hoy nos quitan todo, absolutamente todo. Y al pueblo de México le dijeron: Nosotros, hombres y mujeres íntegros y libres, estamos conscientes de que la guerra que declaramos es una medida última, pero justa. Los dictadores están aplicando una guerra genocida no declarada contra nuestros pueblos desde hace muchos años, por lo que pedimos tu participación decidida apoyando este plan del pueblo mexicano que lucha por trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz. Declaramos que no dejaremos de pelear hasta lograr el cumplimiento de estas demandas básicas de nuestro pueblo formando un gobierno de nuestro país libre y democrático. Nadie se había atrevido a hablarle así al Estado en décadas. Y

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Abajo y a la Izquierda: Contra la Explotación, el Despojo, el Desprecio y la Represión

25 aniversario de los Acuerdos de San Andrés

De la 7 tratándose de indígenas, en siglos. El nombre del grupo insurrecto, Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), quedaría tatuado para siempre en la piel del Estado mexicano. Indígenas. De inmediato precisaron ser mayas tsotsiles, tzeltales, tojolabales y choles. Y zoques. Ya de ahí podrían ser cualesquiera de los pueblos originarios mexicanos. Despertaron de un campanazo, y con él despertaron al país entero. Y al mundo. ¿Saben qué? México resulta ser el país con mayor población originaria en el continente: al menos 25 por ciento del total en las Américas. Suman muchos millones, quizá veinte o más, aunque oficialmente los censos rebajan las cifras en una suerte de genocidio estadístico, propio del método desde siempre. Y aún así son la cuarta parte. El presidente Salinas, todavía pálido días después del año nuevo, en aquel largo enero del 94 y visiblemente disminuido, declararía que los indígenas desafectos al régimen eran unos cuantos. Procedían de tres o cuatro municipios de Los Altos y que ya se estaba atendiendo la situación. Ajá, desplegando millares de efectivos militares en la región, convoyes kilométricos cargados de tropas, aviones, tanques y helicópteros que disparaban y bombardeaban a un blanco que se había esfumado. Así como aparecieron de la noche, volvieron a ella. Se los tragó la selva. Ahora, el gobierno estaba en guerra contra indígenas mexicanos, cuyas razones sonaron convincentes, al menos para que todos voltearan a mirar. Por la grieta de la jícara seguiría saliendo un baño de realidad cual luz (Carlos Monsiváis admitiría que “los zapatistas nos enseñaron a hablar con la realidad”) que nadie pudo contener; al contrario, crecía. La jícara agrietada arrojó una luz nueva, muy nueva, sobre el debate nacional. Y un flamante actor central: los pueblos originarios. Más aún, pareció la resurrección del sueño libertario que había sepultado el muro de Berlín pocos años atrás cuando las grietas acabaron por derrumbarlo. Si Leonard Cohen cantaba que las grietas son por donde entra la luz, el fulgor indígena vino del interior de México mismo, el “profundo”, y nadie pudo decir que no lo había visto. Por mucho que falte todavía, en 2019, para la reivindicación plena de los pueblos originarios, el arco abierto por los neozapatistas de Chiapas ha derribado como naipes cantidad de prejuicios, negaciones, discriminaciones e impunidades. Hoy son visibles y “políticamente incorrectos” el racismo explícito, la discriminación contra la mujer indígena y contra las lenguas originarias. No quiere decir que ya no existan, pero se estrecharon los márgenes para la hipocresía de la sociedad mayoritaria. La jícara se quebró definitivamente.

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La traición como estrategia

por Pedro Faro Navarro Frayba Comunicación No fue el EZLN el que rompió el diálogo y reinicio la guerra. Fue el gobierno. No fue el EZLN el que fingió voluntad política mientras preparaba el golpe militar y traicionero. Fue el gobierno. No fue el EZLN el que inventó una conjura para obtener razones que justifiquen lo irracional. Fue el gobierno. No fue el EZLN el que detuvo y torturó civiles. Fue el gobierno. No fue el EZLN el que asesinó. Fue el gobierno. No fue el EZLN el que bombardeó y ametralló poblaciones. Fue el gobierno. No fue el EZLN el que violó mujeres indígenas. Fue el gobierno. No fue el EZLN el que robó y despojó a los campesinos. Fue el gobierno. No fue el EZLN el que traicionó la voluntad de toda una nación, de lograr una salida política al conflcito. Fue el gobierno. Subcomandante Marcos.

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l 9 de febrero, se cumplieron 26 años de la traición del gobierno federal, la traición de Ernesto Zedillo presidente de México, la traición al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), la traición a toda una nación que exigía paz y la respuesta del Estado fue la activación del Plan de Contrainsurgencia Chiapas 94. Esta acción se dio en el contexto de la distención al conflicto armado interno y la reactivación del diálogo. El gobierno mexicano mostró su rostro más fiel de sí mismo, la represión hacia los pueblos. El expresidente Zedillo, en febrero del 95 anunció la liberación de órdenes de aprehensión y las incursiones militares que dieron como consecuencia una profundización de la ocupación de las fuerzas armadas en el estado de Chiapas -la cual se mantiene hasta ahora-. Es la lógica militar de un camino de guerra en contra de los pueblos en resistencia, es el continuum del gobierno mexicano que optó por el exterminio. La incursión del Ejército mexicano a la Selva Chiapaneca tenía la

finalidad de detener a la dirigencia del EZLN, lo cual provocó el desplazamiento forzado de miles de personas que huyeron hacia las montañas; otras padecieron privaciones arbitrarias de la libertad, ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, torturas, cateos ilegales, violaciones al derecho de libre tránsito por la instalación de retenes militares que causaba terror en la región, hostigamiento militar y paramilitar permanente, entre otras graves violaciones a los derechos humanos. Hechos denunciados por el EZLN el 11 de febrero de 1995: “El Gobierno Federal ésta actuando con mentiras, ésta haciendo una guerra sucia en nuestros pueblos. El día de ayer en horas del medio

día, 4 helicópteros bombardearon la zona en los alrededores de Morelia y La Garrucha, así también como ametrallamientos de la zona bajo control zapatista, miles de soldados federales, se penetraron al interior de la selva, por Monte Libano, Agua Azul, Santa Lucia, La Garrucha Champas, San Agustín, Guadalupe Tepeyac y otros. Están tendiendo un cerco a muerte y sucio. Nosotros los zapatistas, tropas y civiles, hasta el momento hemos hecho todo lo posible por replegarnos, pero ya no tenemos más opción más que defendernos y defender a nuestros pueblos, miles de civiles se han desplazado de sus lugares. Hermanos, el gobierno de Ernesto Zedillo nos ésta matando, ésta matando niños, ésta golpeando mujeres y violando.”1 Esta política genocida del Estado mexicano, es recordada por la proliferación de los grupos paramilitares en el territorio, sosteniendo la impunidad que se reactiva en la actualidad con los grupos sucesores del paramilitarismo en la zona Altos. En los municipios de Aldama y Chalchihuitán existe una situación crítica de violaciones a los derechos humanos, provocando miles de personas en desplazamiento forzado y una violencia generalizada que no para. El signo de este tiempo como en 95 es de terror anclado en la perversa indiferencia del gobierno mexicano.2 La violencia se intensifica con la reactivación de grupos armados que operan en la zona Selva, que pretenden despojar los territorios del EZLN donde están asentados los pueblos y comunidades zapatistas en la región de Moisés Gandhi, municipio oficial de Ocosingo, hechos perpetrados por la Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo (Orcao). Además de las agresiones a territorios ubicados en la comunidad zapatista de Nuevo San Gregorio, en el municipio oficial de Huixtán. Ataques que se articulan en el seguimiento de una estrategia que viene de los poderes fácticos y de los gobiernos municipales, estatal y federal que impulsan la contrainsurgencia que no cesa, en esta persistente acción de golpear a los procesos de autonomía que se mantienen a contrapelo del sistema capitalista.3 La traición como estrategia de exterminio viene desde el poder de Estado que plantea la colonización basada en el despojo territorial de los pueblos, como ejemplo en México: el Plan Integral Morelos, el Corredor Interoceánico, el Tren “Maya” y sus polos de desarrollo que atentan contra la vida. No obstante, las luchas por los horizontes de vida se van impulsando desde los pueblos y comunidades, en los movimientos en defensa de la humanidad y de la Madre Tierra, tal y como se ha expresado en las firmas que se sumaron en el documento convocado por el EZLN “Una declaración… por la Vida”,4 ahí hay una esperanza de acción mundial que impulsa la continuidad de un cambio de sistema que repercute en una sociedad necesaria para el tiempo de los pueblos.


el Zemillero

Un antes y un después 20 aniversario de la Marcha del Color de la Tierra

por María F. Sánchez / Cuarto Poder ara mí y para mucha gente La Marcha del Color de la Tierra supuso un antes y un después tanto en el zapatismo como en nuestras vidas”, rememora Tatiana Romero Reina. Tenía 16 años cuando tuvo lugar esta histórica caminata del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que partió del Estado del sur mexicano de Chiapas y recorrió más de 3.000 kilómetros hasta acabar en el Zócalo, en la Ciudad de México. Un millón de personas abarrotó la plaza más grande de América Latina para ver y escuchar al encapuchado líder que fumaba pipa y encarnaba la imagen de la revolución en el siglo XXI, el subcomandante Marcos. Han pasado 20 años de la mar- con ellos una delegación extrancha que partió en febrero de 2001 de jera. “Recuerdo que los esfuerzos Chiapas (México) para exigir que se organizativos fueron muy grandes. reconocieran constitucionalmente La gente se iba sumando. Cada vez los derechos de los pueblos indíge- había más y más gente”, narra Tanas, marginados y maltratados por el tiana, miembro del grupo de apoyo poder durante siglos. Los zapatistas al EZLN en Madrid. Entonces era pusieron rumbo al Congreso mexi- una militante muy joven del Frente cano, donde presionarían para que Zapatista de Liberación Nacional aprobara la Ley de cultura y derechos (FZLN), el brazo civil del moviindígenas, la Ley Cocopa. Esta se ba- miento. Muchos jóvenes como ella saba en los Acuerdos de San Andrés, se preparaban en Ciudad de México los primeros que reconocían los dere- para recibir a la caravana. chos indígenas en México, firmados Uno de los momentos más imentre el Gobierno federal y el EZLN. portantes de la marcha se produjo en Los guerrilleros prometían dejar las Nurio (Michoacán) la semana antes armas si los acuerdos se cumplían. de que la caravana llegara a Ciudad Un total de 24 delegados zapa- de México. Allí, en un congreso, 40 tistas, comandantes de la guerrilla, de las 56 etnias indígenas de Méxiviajaron desde sus diferentes lugares co dieron su apoyo al movimiento de origen hasta San Cristóbal de las zapatista, que trascendía las fronteCasas (Chiapas). Su primer discurso decía así: “El día de hoy la dignidad es quien toma, con nuestra manos, estas bandera. Hasta ahora no hay lugar en ella para nosotros, los que somos el color de la tierra. Hasta ahora hemos esperado para que los otros que bajo ella se cobijan acepten que es nuestra también la historia que la ondea. Los indígenas mexicanos somos indígenas y somos mexicanos. Queremos ser indígenas y queremos ser mexicanos”. Al día siguiente, un 25 de febrero de 2001, comenzaron su viaje. Era una ruta de guerrilleros desarmados y en son de paz acompañados de representantes de diversos grupos étnicos: tzotziles, tzeltales, choles, tojolabales, zoques, chinantecos, mixes, zapotecos, mazatecos, wixarikas, yaquis, rarrámuris, seris. También viaja

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ras de Chiapas. El subcomandante Marcos encarnaba la lucha por la dignidad de la gran mayoría de indígenas, 10 millones de personas que habían sufrido la discriminación durante siglos. A su paso por el estado de Morelos, recuerda Tatiana, la caravana también realizó una ofrenda floral a Emiliano Zapata, el revolucionario que inspiraba sus pasos. “Llegamos. Aquí estamos” La caravana zapatista, que había sumado a unas 300 personas, llegó a la Ciudad de México el 11 de marzo de 2001. El inmenso Zócalo, desbordado con más de un millón de personas, esperaba a ver y escuchar a los hombres y mujeres de los pasamontañas. Entre ellos había personalidades de la talla de José Saramago, Daniell Miterrand, Manuel Vázquez Montalbán y Alain Rouraine. “Creo que nunca voy a ver a tanta gente en mi vida. Había partidos de izquierdas, las bases, gente de a pie, mayores, niños pequeños con pasamontañas. Estaba abarrotado y no podías moverte”, recuerda Tatiana. Sobre la entrada triunfal de los zapatistas, Tatiana apunta: “Hay que pensar en lo alucinante de que un Ejército rebelde sin armas tome la plaza más importante del país, la más grande de Latinoamérica”. El primero en hablar fue el subcomandante Marcos: “Llegamos. Aquí estamos”, dijo. Pero le siguieron las palabras

también emocionantes de la comandanta Esther. “No descansaremos nosotras las mujeres porque nadie más vendrá por nosotras. ¡Nunca más un México sin las mujeres!” Los zapatistas siguieron en la selva de asfalto, Ciudad de México, varios días más, alojados en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Jóvenes de izquierdas del país y de todo el mundo se sumaban a aquel momento histórico. Veían en aquel movimiento popular la fuerza de la lucha organizada. Si bien los zapatistas no consiguieron su objetivo, habían mandado un mensaje que trascendía fronteras. El 28 de marzo los zapatistas consiguieron ingresar en el Congreso mexicano, aunque el subcomandante Marcos decidió quedarse fuera. En esa histórica jornada tomaron la voz los pueblos indígenas: defendieron el proyecto de ley que daría una amplia autonomía a millones de personas. Sin embargo, todo quedó en el aire. Las autoridades mexicanas renunciaron a los tres gestos principales que pedía el movimiento: el cierre de las siete posiciones militares en Chiapas (solo se cerró una), la liberación de los presos zapatistas y la más importante, la aprobación de la Ley Cocopa. Un mes después, se aprobó una reforma constitucional que no atendía a los Acuerdos de San Andrés. Y fue aceptada por unanimidad en el Congreso, incluso por la izquierda (el PRD). “Fue la traición de la clase política mexicana”, considera Tatiana. Los zapatistas “deciden que nunca más se va a hacer un encuentro con los de arriba, ya que ‘el mal Gobierno’ no está dispuesto a respetar”. Ahí comenzó la renuncia al diálogo de los zapatistas con el Gobierno Federal y su apuesta por la autoorganización en sus territorios, en los “caracoles” zapatistas. Pero Tatiana subraya que eso no supuso una renuncia o repliegue de sus principios, sino que han seguido tejiendo alianzas con la sociedad civil. El movimiento zapatista, que dejó las armas en 2006, continúa y este año, además, prepara una visita histórica a España y otros lugares de Europa.

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Abajo y a la Izquierda: Contra la Explotación, el Despojo, el Desprecio y la Represión

Una luz nueva 25 aniversario de los Acuerdos de San Andrés

Organización Sociedad Civil Las Abejas de Acteal Tierra Sagrada de los Mártires de Acteal Municipio de Chenalhó, Chiapas, México. 22 de febrero de 2021

Al Congreso Nacional Indígena Al Concejo Indígena de Gobierno A la Comisión Interamericana de Derechos Humanos A las y los defensores de los derechos humanos A los medios libres y alternativos A los medios de comunicación nacional e internacional A la Sociedad Civil Nacional e Internacional Hermanas y hermanos: uándo dejarán de responder los malos gobiernos con armas, ejércitos, cuarteles, retenes y entrenamiento de grupos paramilitares a los reclamos de los pueblos que sólo quieren vivir en paz? ¿Cuándo dejarán de aliarse a los narcotraficantes, a los caciques y a las compañías extranjeras que sólo buscan multiplicar sus ganancias, a costa de la destrucción de las comunidades y el despojo de sus tierras y las riquezas que contienen? Como cada mes desde hace más de 23 años, no podemos dejar que se olvide el crimen de lesa humanidad cometido en esta Tierra Sagrada de Acteal, donde dieron su sangre nuestras 45 hermanas y hermanos masacrados, más 4 bebés que fueron sacados del vientre de sus madres por un grupo de paramilitares que venían de diferentes comunidades del nuestro municipio de Chenalhó. Y no nos cansamos de demandar que se haga verdadera justicia para nuestros mártires, para los que presenciaron y sobrevivieron este hecho tan atroz y para sus familiares, quienes han tenido que vivir tanto tiempo viendo cómo los malos gobiernos ocultan la verdad, protegen y premian a los asesinos, dividiendo a los que reclaman justicia; lo que sólo provoca que se sienta fácil repetir hechos tan atroces entre nuestros pueblos, pues los responsables materiales e intelectuales no han tenido castigo. Le solicitamos respetuosamente a la licenciada Esmeralda Troitiño Arosamena, quien es la abogada para México Comisionada de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que interceda para que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos emita de una vez por todas su Informe de fondo sobre el Caso 12.790 Manuel Santiz Culebra y otros (masacre de Acteal). Los resultados de sus valiosas investigaciones son muy importantes para que los malos gobiernos dejen de proteger a los responsables de la Masacre y se desmantelen las actuales condiciones de militarización y paramilitarismo que continúan hoy en nuestras comunidades. ¡Chiapas, Chiapas no es cuartel, fuera ejército de él! Hemos gritado con todas nuestras fuerzas esta consigna desde el inicio del Plan de Campaña Chiapas ‘94, cuando el gobierno envió más de 72,000 soldados a nuestro estado para tratar de revertir el alzamiento zapatista y asegurar que las compañías no perdieran el control sobre los territorios que necesitan para hacer sus negocios, sembrando el terror en las comunidades. El saldo: asesinatos, tortura, desalojos, desplazamiento, destrucción de trabajaderos y recursos colectivos, terror y robo de pertenencias

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en comunidades zapatistas; prostitución, violaciones de mujeres, mayor venta de alcohol y drogas en nuestras comunidades, miedo y preocupación de andar solas para las mujeres en su propia tierra, paramilitares que saben usar las armas de grueso calibre que les ayuda a comprar el gobierno del partido en turno. Ante esto preguntamos con el profeta Isaías: “¿Con qué derecho aplastan a mi pueblo y pasan por encima de los pobres?”, afirma el Señor, el Señor Todopoderoso? (Isaías 3, 15) En nuestro municipio de Chenalhó, precisamente durante los diálogos de San Andrés en 1996, cuando el gobierno simulaba el diálogo pacífico con la comandancia zapatista, al mismo tiempo que orquestaba el operativo militar para capturarlos, se construyeron muchas de las Bases Militares que permanecen hasta hoy en los lugares de mayor presencia zapatista: para poder vigilarlos, hostigarlos, atemorizarlos y engañarlos con supuestas “ayudas humanitarias”. Bajo diferentes uniformes como la Seguridad Pública, Policía Estatal, Policía Federal Preventiva, Policía Judicial y ahora la Guardia Nacional, esas fuerzas armadas del mal gobierno sólo vienen a nuestros territorios para sembrar el miedo entre los que defienden su tierra y sus comunidades frente a los intereses de los poderosos. Por eso era tan importante lo que se acordó en San Andrés hace 25 años y que se había plasmado en la propuesta de reformar la Constitución para que los recursos naturales se pudieran aprovechar según el criterio y mandato de los pueblos indígenas, poniendo freno a las ambiciones de los inversionistas nacionales y extranjeros que siempre han querido adueñarse de ellos. Pero no fue eso lo que pasó. Como sabemos, el gobierno no cumplió y, al contrario, hizo todas las reformas estructurales neoliberales a la Constitución para garantizar el derecho de los ricos a comprar nuestras tierras ejidales, nuestros bienes comunales y a expropiar nuestros terrenos cuando convenga a sus intereses, sin consultarnos. Hoy también recordamos que el pasado 16 de febrero se cumplieron 25 años de la firma de los traicionados Acuerdos de San Andrés, donde integrantes de nuestra organización de Las Abejas se rotaron durante los

meses que duraron las negociaciones, manteniendo los cinturones humanos de paz que se formaron para cuidar a los zapatistas; quienes a su vez convocaron a representantes de los pueblos indígenas que en aquellos años nos manteníamos aún independientes del gobierno, para que pudiéramos encontrarnos, conocernos y después articularnos en lo que hoy conocemos como el Congreso Nacional Indígena para ir fortaleciendo nuestra autonomía, y que después logramos conformar el Concejo Indígena de Gobierno. Por eso hoy nos hacemos eco de la denuncia presentada en la declaratoria final de la Quinta Asamblea Nacional del CNI con el CIG que se logró realizar con delegados de 100 pueblos indígenas en plena pandemia: “La imposición del Tren Maya, que va aparejado de la construcción de 15 centros urbanos, del Corredor Interoceánico Salina Cruz-Coatzacoalcos, que contempla 10 corredores urbano-industriales, y del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México-Parque Ecológico Lago de Texcoco, junto con el Proyecto Integral Morelos, buscan el reordenamiento del país de acuerdo a los intereses económicos del gran capital. Del mismo modo es muy grave el proyecto de construir, para beneficio de diversas empresas extranjeras, tres termoeléctricas -una de ellas ya está concluida-, una red de gasoductos y una megacentral para almacenar combustibles en la cuenca del Río Santiago, al sur de Guadalajara, lo que adicionalmente ocurre en una de las regiones más contaminadas del país; a lo que habría que agregar el proyecto Canal Centenario, actualmente ejecutado por la Guardia Nacional, que en Nayarit pretende trasvasar los ríos San Pedro y Santiago. La minería a cielo abierto amenaza del mismo modo a cientos de territorios de pueblos indígenas ocupando la misma fórmula de división, despojo y destrucción de nuestras comunidades”. Por eso no es casualidad que tengamos hoy un país más militarizado, donde todos los que luchan por la vida, contra los megaproyectos y por la memoria de los que han dado su vida luchando contra la explotación, el despojo, el desprecio y la destrucción de nuestra forma de vivir, corren el riesgo de ser desaparecidos, asesinados, secuestrados o encarcelados. Y nos llenamos de digna rabia y de tristeza de ver tantos casos de compañeros queridos que fueron asesinados en este mes, que justo se cumplen 3 años del asesinato de nuestro hermano Samir Flores, opositor al Proyecto Integral Morelos que era Amilcingo, en la tierra de Zapata. Seguimos reclamando justicia para él y para todos los que han encontrado la muerte por oponerse a los intereses de las compañías trasnacionales y caciques locales, quienes son los únicos que ganan con la realización de los megaproyectos que amenazan nuestras comunidades. A Samir hoy se une Fidel Heras Cruz, quien era comisariado ejidal de su pueblo, también integrante del Consejo de Pueblos Unidos por la Defensa del Río Verde (Copudever) y formaba parte de la resistencia contra las hidroeléctricas Paso de la Reyna y Río Verde en Oaxaca, donde desde

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el Zemillero

De la 10 hace 13 años los pueblos se han organizado para impedir la imposición de los megaproyectos en su territorio y la contaminación de sus ríos y tierras. Los caciques de su pueblo, la familia Iglesias. le tenían coraje porque el ejido decidió cobrarles a tiempo la grava que extraen de su río. Fue asesinado el pasado 23 de enero en su municipio Santiago Jamiltepec, Oaxaca. Junto a Samir y Fidel, hoy reclamamos justicia para Miguel Vázquez Martínez, guardián de los ríos en Ve-

racruz, quien fue encontrado sin vida en una fosa clandestina en la localidad La Otra Banda, de Tlapacoyan, Veracruz, el pasado 15 de febrero, cien días después de haber sido ultimado. El compañero era integrante de la Alianza de Comunidades y Organizaciones en Defensa del Río Bobos-Nautla, y fue duro opositor a la instalación de proyectos extractivos como las Mini-hidroeléctricas en Tlapacoyan. La violencia extrema que se vive en regiones como Veracruz con asesinatos, feminicidios, desapariciones, secuestros y fosas clandestinas, es re-

sultado de la política impulsada por los malos gobiernos para crear un clima de ingobernabilidad, que facilite aún más callar y eliminar a los defensores del pueblo, los enemigos de los poderosos, sin ninguna consecuencia. Y nosotros hemos vivido en carne propia cómo la solución a esta violencia extrema no es la militarización. Nuestros mártires fueron brutalmente asesinados cuando existía un puesto de Seguridad Pública a menos de 200 metros de distancia. Y los militares fueron avisados de lo que sucedía y no hicieron nada durante todas las horas que duró la masacre. Tenemos bases militares rentando nuestros terrenos desde hace casi 25 años y la violencia continúa en Aldama y Chalchihuitán, los paramilitares que educaron y financiaron los militares, siguen encabezando el hostigamiento a los que estamos en resistencia contra el mal gobierno y no queremos aceptar sus apoyos y proyectos. Por eso exigimos que se les otorguen los amparos que están solicitando legalmente nuestros compañeros del pueblo tseltal de Chilón, Chiapas, quienes piden que se pare la construcción de un cuartel de la Guardia Nacional que están haciendo sin el consentimiento del pueblo en su territorio, violando sus derechos como pueblo indígena.

Hermanas y hermanos, para fortalecernos juntos en este camino de construir vida, verdad y la justicia, les pedimos que nos acompañen en la lucha contra la militarización en nuestros pueblos que han encabezado valientemente, desde el inicio, nuestras compañeras mujeres. Ojalá puedan estar con nosotras, de manera presencial o en línea, durante la actividad que están preparando las compañeras de la Sociedad Civil Las Abejas de Acteal para el próximo 8 de marzo, cuya convocatoria les haremos saber en breve. Desde Acteal, Casa de la Memoria y la Esperanza, los que estamos encargados de cuidar la organización, estamos defendiendo nuestras tierras y a nuestro pueblo, siguiendo el ejemplo de nuestro hermano Alonso Vázquez que entregó su vida para que tuviéramos paz.

muertos, tan mayoritariamente muertos, tan democráticamente muertos de pena porque nadie hacía nada, porque todos los muertos, nuestros muertos, se iban así nomás, sin que nadie llevara la cuenta, sin que nadie dijera, por fin, el “¡YA BASTA!”, que devolviera a esas muertes su sentido, sin que nadie pidiera a los muertos de siempre, nuestros muertos, que regresaran a morir otra vez pero ahora para vivir? ¿Los que nos negaron el derecho y don de nuestras gentes de gobernar y gobernarnos? ¿Los que negaron el respeto a nuestra costumbre, a nuestro color, a nuestra lengua? ¿Los que nos tratan como extranjeros en nuestra propia tierra y nos piden papeles y obediencia a una ley cuya existencia y justeza ignoramos? ¿Los que nos torturaron, apresaron, asesinaron y desaparecieron por el grave “delito” de querer un pedazo de tierra, no un pedazo grande, no un pedazo chico, sólo un pedazo al que se le pudiera sacar algo para completar el estómago?

¿Quién tiene que pedir perdón y quién puede otorgarlo? ¿El presidente de la república? ¿Los secretarios de estado? ¿Los senadores? ¿Los diputados? ¿Los gobernadores? ¿Los presidentes municipales? ¿Los policías? ¿El ejército federal? ¿Los grandes señores de la banca, la industria, el comercio y la tierra? ¿Los partidos políticos? ¿Los intelectuales? ¿Galio y Nexos? ¿Los medios de comunicación? ¿Los estudiantes? ¿Los maestros? ¿Los colonos? ¿Los obreros? ¿Los campesinos? ¿Los indígenas? ¿Los muertos de muerte inútil?

Atentamente La Voz de la Organización sociedad Civil Las Abejas de Acteal. Por la Mesa Directiva: Cristóbal Ruiz Arias ( Presidente), Gerardo Pérez Pérez (Secretario9, Manuel Ortiz Gutiérrez (Tesorero), Pedro Pérez Pérez (sub presidente), Sebastián Guzmán Sántiz (Sub tesorero)

¿De qué nos van a perdonar?

Señores: ebo empezar por unas disculpas (“mal comienzo”, decía mi abuela). Por un error en muestro Departamento de Prensa y Propaganda, la carta anterior (de fecha 13 de enero de 1994) omitió al semanario nacional Proceso entre los destinatarios. Espero que este error sea comprendido por los de Proceso y reciban esta misiva sin rencor, resquemor y re-etcétera.

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Bien, me dirijo a ustedes para solicitarles atentamente la difusión de los comunicados adjuntos del CCRI-CG del EZLN. En ellos se refieren a reiteradas violaciones al cese al fuego por parte de las tropas federales, a la iniciativa de ley de amnistía del ejecutivo federal y al desempeño del señor Camacho Solís como Comisionado para la paz y la reconciliación en Chiapas. Creo que ya deben haber llegado a sus manos los documentos que enviamos el 13 de enero de los corrientes. Ignoro qué reacciones suscitarán estos documentos ni cuál será la respuesta del gobierno federal a nuestros planteamientos, así que no me referiré a ellos. Hasta el día de hoy, 18 de enero de 1994, sólo hemos tenido conocimiento de la formalización del “perdón” que ofrece el gobierno federal a nuestras fuerzas. ¿De qué tenemos que pedir perdón? ¿De qué nos van a perdonar? ¿De no morirnos de hambre? ¿De no callarnos en nuestra miseria? ¿De no haber aceptado humildemente la gigantesca carga histórica de desprecio y abandono? ¿De habernos levantado en armas cuando encontramos todos los otros caminos cerrados? ¿De no habernos atenido al Código Penal de Chiapas, el más absurdo y represivo del que se tenga memoria? ¿De haber demostra-

do al resto del país y al mundo entero que la dignidad humana vive aún y está en sus habitantes más empobrecidos? ¿De habernos preparado bien y a conciencia antes de iniciar? ¿De haber llevado fusiles al combate, en lugar de arcos y flechas? ¿De haber aprendido a pelear antes de hacerlo? ¿De ser mexicanos todos? ¿De ser mayoritariamente indígenas? ¿De llamar al pueblo mexicano todo a luchar de todas las formas posibles, por lo que les pertenece? ¿De luchar por libertad, democracia y justicia? ¿De no seguir los patrones de las guerrillas anteriores? ¿De no rendirnos? ¿De no vendernos? ¿De no traicionarnos? ¿Quién tiene que pedir perdón y quién puede otorgarlo? ¿Los que, durante años y años, se sentaron ante una mesa llena y se saciaron mientras con nosotros se sentaba la muerte, tan cotidiana, tan nuestra que acabamos por dejar de tenerle miedo? ¿Los que nos llenaron las bolsas y el alma de declaraciones y promesas? ¿Los muertos, nuestros muertos, tan mortalmente muertos de muerte “natural”, es decir, de sarampión, tosferina, dengue, cólera, tifoidea, mononucleosis, tétanos, pulmonía, paludismo y otras lindezas gastrointestinales y pulmonares? ¿Nuestros

¿Quién tiene que pedir perdón y quién puede otorgarlo? Bueno, es todo por ahora. Salud y un abrazo, y con este frío ambas cosas se agradecen (creo), aunque vengan de un “profesional de la violencia”. 18 de enero de 1994

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Abajo y a la Izquierda: Contra la Explotación, el Despojo, el Desprecio y la Represión

Las demandas del EZLN

Para nosotros nada. Para todos todo.

Al pueblo de México: A los pueblos y gobiernos del mundo: A la prensa nacional e internacional: Hermanos: El Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del EZLN se dirige con respeto y honor a todos ustedes para darles a conocer el pliego de demandas presentado en la mesa del diálogo de las Jornadas por la paz y la reconciliación en Chiapas. “No pedimos limosnas ni regalos, pedimos el derecho a vivir con dignidad de seres humanos, con igualdad y justicia como nuestros antiguos padres y abuelos” . Al pueblo de México: os pueblos indígenas del estado de Chiapas, alzados en armas en el Ejército Zapatista de Liberación Nacional contra la miseria y el mal gobierno, presentan las razones de su lucha y sus demandas principales:

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Las razones y las causas de nuestro movimiento armado son que el gobierno nunca ha dado ninguna solución real a los siguientes problemas: 1. El hambre, la miseria y la marginación que hemos venido padeciendo desde siempre. 2. La carencia total de tierra donde trabajar para sobrevivir. 3. La represión, desalojo, encarcelamiento, torturas y asesinatos como respuesta del gobierno a las justas demandas de nuestros pueblos. 4. Las insoportables injusticias y violación de nuestros derechos humanos como indígenas y campesinos empobrecidos. 5. La explotación brutal que sufrimos en la venta de nuestros productos, en la jornada de trabajo y en la compra de mercancías de primera necesidad. 6. La falta de todos los servicios indispensables para la gran mayoría de la población indígena. 7. Las mentiras, engaños, promesas e imposiciones de los gobiernos desde hace más de 60 años. La falta de libertad y democracia para decidir nuestros destinos. 8. Las leyes constitucionales no han sido cumplidas de parte de los que gobiernan el país; en cambio a nosotros los indígenas

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y campesinos nos hacen pagar hasta el más pequeño error y echan sobre nosotros todo el peso de una ley que nosotros no hicimos y que los que la hicieron son los primeros en violar. El EZLN vino a dialogar con palabra verdadera. El EZLN vino a decir su palabra sobre las condiciones que dieron origen a su guerra justa y a pedir, al pueblo todo de México, la resolución de esas condiciones políticas, económicas y sociales que nos orillaron a empuñar las armas en defensa de nuestra existencia y de nuestros derechos. Por lo tanto demandamos… Primero.‑ Demandamos que se convoque a una elección verdaderamente libre y democrática, con igualdad de derechos y obligaciones para las organizaciones políticas que luchan por el poder, con libertad auténtica para elegir una u otra propuesta y con el respeto a la voluntad mayoritaria. La democracia es el derecho fundamental de todos los pueblos indígenas y no indígenas. Sin democracia no puede haber libertad ni justicia ni dignidad. Y sin dignidad nada hay. Segundo.‑ Para que haya elecciones libres y democráticas verdaderas,

es necesario que renuncie el titular del Ejecutivo federal y los titulares de los ejecutivos estatales que llegaron al poder mediante fraudes electorales. No viene su legitimidad del respeto a la voluntad de las mayorías sino de su usurpación. En consecuencia, es necesario que se forme un gobierno de transición para que haya igualdad y respeto a todas las corrientes políticas. Los poderes legislativos federales y estatales, elegidos libre y democráticamente, deben asumir su verdadera función de dar leyes justas para todos y vigilar su cumplimiento. Otro camino para garantizar la realización de elecciones libres y democráticas verdaderas es que se haga realidad, en las grandes leyes de la nación y en las locales, la legitimidad de la existencia y trabajo de ciudadanos y grupos de ciudadanos que, sin militancia partidaria, vigilen todo el proceso electoral, sancionen su legalidad y resultados, y den garantía, como autoridad real máxima, de la legitimidad de todo el proceso electoral. Tercero.‑ Reconocimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional como fuerza beligerante y de sus tropas como auténticos combatientes y aplicación de todos los tratados internacionales para regular conflictos bélicos. Cuarto.‑ Nuevo pacto entre los integrantes de la federación que acabe con el centralismo y permita a regiones, comunidades indígenas y municipios autogobernarse con autonomía política, económica y cultural. Quinto.‑ Elecciones generales para todo el estado de Chiapas y reconocimiento legal de todas las fuerzas políticas en el estado. Sexto.‑ Productor de electricidad y petróleo, el estado de Chiapas rinde tributo a la federación sin recibir nada a cambio. Nuestras comunidades no tienen energía eléctrica, el derrame económico producto de las exportaciones petroleras y las ventas internas no produce ningún beneficio al pueblo chiapaneco. Por tanto, es primordial que todas las comunidades chiapanecas reciban el beneficio de la energía eléctrica y que un porcentaje de los ingresos económicos por la comercialización del petróleo chiapaneco se aplique a obras de infraestructura industrial agrícola, comercial y social en beneficio de todos los chiapanecos. Séptimo.‑ Revisión del Tratado de Libre Comercio firmado con Canadá y Estados Unidos pues en su estado actual no considera a las poblaciones indígenas y las sentencia a la muerte por no tener calificación laboral alguna.

Octavo.‑ El artículo 27 de la Carta Magna debe respetar el espíritu original de Emiliano Zapata: la tierra es para los indígenas y campesinos que la trabajan. No para los latifundistas. Queremos que las grandes cantidades de tierras que están en manos de finqueros y terratenientes nacionales y extranjeros y de otras personas que ocupan muchas tierras pero no son campesinos, pasen a manos de nuestros pueblos que carecen totalmente de tierras, así como está establecido en nuestra ley agraria revolucionaria. La dotación de tierras debe incluir maquinaria agrícola, fertilizantes, insecticidas, créditos, asesoría técnica, semillas mejoradas, ganado, precios justos a los productos del campo como el café, maíz y frijol. La tierra que se reparta debe ser de buena calidad y debe contar con carreteras, transporte y sistemas de riego. Los campesinos que ya tienen tierras también tienen derecho a todos los apoyos que se mencionan arriba para facilitar el trabajo en el campo y mejorar la producción. Que se formen nuevos ejidos y comunidades. La reforma salinista al 27 constitucional debe ser anulada y el derecho a la tierra debe volver a nuestra Carta Magna. Noveno.‑ Queremos que se construyan hospitales en las cabeceras municipales y que cuenten con médicos especializados y con suficiente medicamento para atender a los pacientes, y clínicas de campo en los ejidos, comunidades y parajes, así como capacitación y sueldo justo para los agentes de salud. Que donde ya hay hospitales, que se rehabiliten lo más pronto posible y que cuenten con servicio de cirugía completa. Que en las comunidades grandes se construyan clínicas y que tengan también doctores y medicinas para atender más de cerca al pueblo. Décimo.‑ Que se garantice el derecho de los indígenas a la información veraz de lo que ocurre a nivel local, regional, estatal, nacional e internacional con una radiodifusora indígena independiente del gobierno, dirigida por indígenas y manejada por indígenas. Décimo primero.‑ Queremos que se construyan viviendas en todas las comunidades rurales de México y que cuenten con los servicios necesarios como: luz, agua potable, caminos, drenaje, teléfono, transporte, etcétera. Y también que tengan las ventajas de la ciudad como televisión, estufa, refrigerador, lavadora, etcétera. Las comunidades deben contar con centros recreativos para el sano esparcimiento de los pobladores: deporte y cultura que dignifiquen la condición humana de los indígenas. Décimo segundo.‑ Queremos que se acabe con el analfabetismo en los pueblos indígenas. Para esto necesitamos mejores escuelas de primaria y secundaria en nuestras comunidades, que cuenten con material didáctico gratuito, y

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el Zemillero De la 12 maestros con preparación universitaria, que estén al servicio del pueblo, no sólo para defender los intereses de los ricos. Que en las cabeceras municipales haya primaria, secundaria y preparatoria gratuitas, que el gobierno les dé a los alumnos uniformes, zapatos, alimentación y todo el material de estudio en forma gratuita. En las comunidades céntricas que se encuentran muy alejadas de las cabeceras municipales debe haber secundarias de internado. La educación debe ser totalmente gratuita, desde el preescolar hasta la universidad, y se debe otorgar a todos los mexicanos sin importar raza, credo, edad, sexo o filiación política. Décimo tercero.‑ Que las lenguas de todas las etnias sean oficiales y que sea obligatoria su enseñanza en las escuelas primaria, secundaria, preparatoria y universidad. Décimo cuarto.‑ Que se respeten nuestros derechos y dignidad como pueblos indígenas, tomando en cuenta nuestra cultura y tradición. Décimo quinto.‑ Ya no queremos seguir siendo objeto de discriminación y desprecio que hemos venido sufriendo desde siempre los indígenas. Décimo sexto.‑ Como pueblo indígena que somos, que nos dejen organizarnos y gobernarnos con autonomía propia, porque ya no queremos ser sometidos a la voluntad de los poderosos nacionales y extranjeros. Décimo séptimo.‑ Que la justicia sea administrada por los propios pueblos indígenas, según sus costumbres y tradiciones, sin intervención de gobiernos ilegítimos y corruptos. Décimo octavo.‑ Queremos tener siempre un trabajo digno con salario justo para todos los trabajadores del campo y de la ciudad de la República Mexicana, para que nuestros hermanos no tengan que dedicarse a cosas malas, como el narcotráfico, la delincuencia y la prostitución, para poder sobrevivir. Que se aplique la

Ley Federal del Trabajo para los trabajadores del campo y de la ciudad con aguinaldos, prestaciones, vacaciones y derecho real de huelga. Décimo noveno.‑ Queremos precio justo para nuestros productos del campo. Para esto necesitamos libremente buscar o tener un mercado donde vender y comprar y no estar sujetos a coyotes explotadores. Vigésimo.‑ Que se acabe con el saqueo de la riqueza de nuestro México y, sobre todo, de Chiapas, uno de los estados más ricos de la República, pero que es donde el hambre y la miseria cada día abundan más. Vigésimo primero.‑ Queremos la anulación de todas las deudas por créditos, préstamos e impuestos con altos intereses porque ya no pueden pagarse debido a la gran pobreza del pueblo mexicano. Vigésimo segundo.‑ Queremos que se acabe con el hambre y la desnutrición porque solamente han causado la muerte de miles de nuestros hermanos del campo y de la ciudad. En cada comunidad rural debe haber tiendas cooperativas, apoyadas económicamente por el gobierno federal, estatal o municipal, y que los precios sean justos. Además debe haber vehículos de transporte, propiedad de las cooperativas, para el transporte de mercancías. Además, el gobierno debe enviar alimentación gratuita para todos los niños menores de 14 años. Vigésimo tercero.‑ Pedimos la libertad inmediata e incondicional de todos los presos políticos y de los pobres presos injustamente en todas las cárceles de Chiapas y de México. Vigésimo cuarto.‑ Pedimos que el Ejército Federal y las policías de seguridad pública y judiciales ya no entren en las zonas rurales porque solamente van a intimidar, desalojar, robar, reprimir y bombardear a los campesinos que se organizan para defender sus derechos. Por eso nuestros pueblos están cansados de la presencia de los soldados y seguridad pública y judiciales porque son tan abusivos y represores. Que el gobierno federal regrese al gobierno suizo

los aviones Pilatus, usados para bombardear a nuestro pueblo y que el dinero producto de la devolución sea aplicado en programas para mejorar la vida de los trabajadores del campo y de la ciudad. También pedimos que el gobierno de Estados Unidos de Norteamérica retire sus helicópteros, porque son usados para reprimir al pueblo de México. Vigésimo quinto.‑ El pueblo campesino indígena se levantó en armas y es que de por sí no tiene más que sus humildes chozas, pero cuando el Ejército federal bombardea poblaciones civiles destruye estas humildes casas y todas sus pocas pertenencias. Por eso pedimos y exigimos al gobierno federal indemnizar a las familias que hayan sufrido daños materiales causados por los bombardeos y la acción de las tropas federales. Y también pedimos indemnización para las viudas y huérfanos por la guerra, tanto civiles como zapatistas. Vigésimo sexto.‑ Nosotros, como campesinos indígenas, queremos vivir en paz y tranquilidad, y que nos dejen vivir según nuestros derechos a la libertad y a una vida digna. Vigésimo séptimo.‑ Que se quite el Código Penal del estado de Chiapas porque no nos deja organizarnos más que con las armas, porque toda la lucha legal y pacífica la castigan y reprimen. Vigésimo octavo.- Pedimos y exigimos el cese de las expulsiones de indígenas de sus comunidades por los caciques apoyados por el Estado. Exigimos que se garantice el retorno libre y voluntario de todos los expulsados a sus tierras de origen y la indemnización por sus bienes perdidos. Vigésimo noveno.‑ Petición de las mujeres indígenas: Nosotras, las mujeres campesinas indígenas, pedimos la solución inmediata de nuestras necesidades urgentes, a las que el gobierno nunca ha dado solución: a).‑ Clínicas de partos con ginecólogos para que las mujeres campesinas reciban la atención médica necesaria. b).‑ Que se construyan guarderías de niños en las comunidades. c).‑ Pedimos al gobierno que mande alimentos suficientes para los niños en todas las comunidades rurales como: leche, maicena, arroz, maíz, soya, aceite frijol, queso, huevos, azúcar, sopa, avena, etcétera. d).‑ Que se construyan cocinas y comedores para los niños en las comunidades, que cuenten con todos los servicios. e).‑ Que se pongan molinos de nixtamal y tortillerías en las comunidades, dependiendo del número de familias que tengan. f).‑ Que nos den proyectos de granjas de pollos, conejos, borregos, puercos, etcétera, y que cuenten con asesoría técnica y médicos

veterinarios. g).‑ Pedimos proyectos de panadería que cuenten con hornos y materiales. h).‑ Queremos que se construyan talleres de artesanías que cuenten con maquinaria y materias primas. i).‑ Para la artesanía, que haya mercado donde se pueda vender con precio justo. j).‑ Que se construyan escuelas donde puedan recibir capacitación técnica las mujeres. k).‑ Que haya escuelas de preescolar y maternal en las comunidades rurales, donde los niños puedan divertirse y crecer sanos moral y físicamente. l).‑ Que como mujeres tengamos transportes suficientes para trasladarnos y para transportar nuestros productos de los diferentes proyectos que tengamos. Trigésimo.‑ Exigimos juicio político a los señores Patrocinio González Garrido, Absalón Castellanos Domínguez y Elmer Setzer M. Trigésimo primero.‑ Exigimos respeto a la vida de todos los miembros del EZLN y que se garantice que no habrá proceso penal alguno o acción represiva en contra de ninguno de los miembros del EZLN, combatientes, simpatizantes o colaboradores. Trigésimo segundo.‑ Que todas las agrupaciones y comisiones de defensa de los derechos humanos sean independientes, o sea no gubernamentales, porque las que son del gobierno sólo esconden las arbitrariedades del gobierno. Trigésimo tercero.‑ Que se forme una Comisión Nacional de Paz con Justicia y Dignidad formada mayoritariamente por gentes que no pertenezcan al gobierno ni a ningún partido político. Y que esta Comisión Nacional de Paz con Justicia y Dignidad sea la que vigile el cumplimiento de los acuerdos a los que lleguen entre el EZLN y el gobierno federal. Trigésimo cuarto.‑ Que la ayuda humanitaria para las víctimas del conflicto sea canalizada a través de representantes auténticos de las comunidades indígenas. Mientras no tengan solución estas justas demandas de nuestros pueblos estamos dispuestos y decididos a continuar nuestra lucha hasta alcanzar nuestro objetivo. Para nosotros, los más pequeños de estas tierras, los sin rostro y sin historia, los armados de verdad y fuego, los que venimos de la noche y la montaña, los hombres y mujeres verdaderos, los muertos de ayer, hoy y siempre… para nosotros nada. Para todos todo. ¡ Libertad ! ¡ Justicia ! ¡ Democracia ! Respetuosamente, desde el Sureste Mexicano CCRI–CG del EZLN 1 de marzo 1994

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Abajo y a la Izquierda: Contra la Explotación, el Despojo, el Desprecio y la Represión

Grande es su fuerza de ustedes si una se hace Al pueblo de México: A los pueblos del mundo:

Hermanos: on viejo dolor y muerte nueva, nuestro corazón les habla para que su corazón de ustedes escuche. Estaba nuestro dolor estando, doliendo estaba. Callando se apagaba nuestra voz. De paz era nuestra voz, pero no de ayer, no de paz vieja que muerte era. De paz era nuestra voz, de paz de mañana. Había quedado atrás, guardado en los días pasados, el fuego que habló por nuestra raza cuando todos eran sordos a la muerte. Otro cauce pedían nuestras lágrimas, perdidas todavía en los arroyos de la montaña. Así hablaban nuestros muertos. Los más viejos aconsejaron entonces mirar adonde el sol camina para preguntar a otros hermanos de raza, de sangre y esperanza, por dónde habría de andar nuestro dolor dolido, nuestro cansado paso. Así hicimos, hermanos. El silencio llegó para apagar el fuego y no hubo soberbia en la palabra de los hombres y mujeres verdaderos para aquellos que, en otras tierras y otras razas, compartieron el dolor y las ganas de un mañana.

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Abrimos nuestro corazón, hermanos. Aprendimos a ver y a escuchar a otros hermanos diferentes. Escuchamos su palabra y vimos en su corazón. Y vimos en su paso el mismo anhelo que puso el fuego en nuestras manos, que fragmentó nuestro rostro hasta hacerlo pura mirada, que escondió nuestro nombre y borró nuestro pasado: la lucha por mandar obedeciendo, por dejar libre la palabra y el corazón libre, por dar y recibir lo merecido. La lucha por la democracia, la libertad y la justicia. No más, nunca menos. Su palabra de estos hermanos, ustedes, nos pidió probar otro camino, dejar pendiente y esperando el fuego que armaba el pecho. Hablar, y que por las palabras caminara el destino. Eran ellos, ustedes, los más. Como nosotros, los siempre olvidados. Los humillados siempre, como nosotros. Los hermanos. Así hicimos. Habló nuestra voz con el poderoso señor. Obedeciendo, mandamos nuestra palabra a la casa

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grande del dinero. Hablamos y escuchamos. Seguíamos ese camino cuando la traición puso, de nuevo, las armas encima de las palabras. Nuestra voz se apagó de una vez por el ruido de los carros de la guerra. Se desató otra vez el terror en las tierras mexicanas. Aquel que desde la soberbia y el poder nos mira con desprecio, el nombre nos negaba y regalaba la muerte como respuesta a nuestro pensamiento. No le bastó negarnos el rostro y la vida, quiso humillar nuestro digno paso, pisotear nuestros justos reclamos, quitarle verdad a nuestro canto, hundir en el olvido nuestra bandera. Con la complicidad de los grandes dineros y la vocación extranjera, quiso imponernos condiciones humillantes para hablar siquiera. Dando vueltas hacia atrás la rueda de la historia, quiso obligarnos, por el poder de sus bayonetas, a renegar de nuestra historia. Nuestras mujeres sufrieron el acoso y la humillación de las máquinas de la guerra. Los hijos

nuestros crecieron con el rencor y la impotencia entre las manos. Algunos, los que no murieron. En los hombres el odio afilaba el pecho. Los más grandes abuelos volvieron a mirar la tierra y consejo pidieron a los muertos primeros. Hablaron ellos. Los muertos de siempre. Nosotros. Así dijeron: “No se alzó armada nuestra mano para escuchar, de rodillas, insultos y humillaciones. No se levantó nuestro paso para que, el que es doble en su cara y en su palabra, nos humille llenando de mentiras la esperanza. “Por justicia se armó nuestra mano y se levantó el paso nuestro. Y es la justicia sólo una promesa falsa de ese a quien el poderoso viste. “Por libertad se armó nuestra mano y se levantó el paso nuestro. Y es la libertad vendida por un puñado de monedas a la piel extranjera. “Por democracia se armó nuestra mano y se levantó el paso nuestro. Y la democracia sigue ausente por obra de aquel a quien el cinismo, el crimen y la mentira llevaron al gobierno. “Todo, hermanos, menos la dignidad de nuevo pisoteada. “Todo, hermanos, menos la mentira de nuevo en nuestra mesa. “Todo, hermanos, menos el olvido otra vez en el mañana”. Así hablaron. Esto dijeron los muertos nuestros. Vino la guerra. Vimos entonces venir al hermano con otra ropa. A matar venía. A morir. No quiso nuestra mano enfrentar otra vez al que mandado era a matar y a morir entre los mismos. Por eso se fue nuestro pasado a las montañas, a las cuevas de los anteriores fuimos. Nos acorraló la muerte y persiguió vidas que siempre se apagaban oscuras, sombras de muerte y persiguió vidas que siempre se apagaban oscuras, sombras de la sombra de un país desmemoriado. Vino la muerte a esgrimir otra vez su filo de olvido. A matar la memoria vino. Ya se llenaba de fuego otra vez nuestra mano para vengar el dolor de los nuestros, animales otra vez comiendo tierra, muriendo perseguidos y olvidados. Ya llamaban otra vez los tambores a la guerra. Ya los hombres y mujeres murciélago preparaban otra vez su vuelo de mortal muerte. Ya venía otra vez la noche del dolor a cubrir la venganza de los hombres y mujeres verdaderos… Pero vino, de donde el sol camina, otra voz que no era de muerte. Vino grande, con el viento vino. Esperó nuestro corazón dolido y escuchó lo que esa voz hablaba. Que no camine la guerra, decía. Que la muerte esperara. Que no fuera, todavía, espejo al dolor el corazón de los hombres y mujeres verdaderos. Así hicimos. El rencor se guardó en las cuevas y esperó nuestro dolor a que esa voz gritara. Fuerte habló esta voz. ¡Cómo no oírla! Muchos pasos era esa voz. Grande la canción de

sus tambores. Sólo el soberbio cerró el corazón. Sin fuego, con nombre y rostro, esa voz levantó otra vez la bandera de la dignidad humana. Para esa voz animales no éramos. Hombres y mujeres de nuevo éramos. De otras tierras caminó esa voz. De lejos. Desde el corazón de otras tierras, desde otras montañas, desde otras esperanzas de la nuestra hermanas. Fuerte se hizo y grande. Es voz. El alivio llegó a nuestro dolor y la espera cosechó esperanza. Semilla fue esa voz en el corazón colectivo que anda en nuestro paso. Hermanos: Nombre nos da esa voz. No somos ya más los innombrables. Nombre tenemos nosotros, los olvidados. Nuestra bandera puede cobijar ya, sin esconderse, a nuestros muertos y la historia nuestra. Tenemos ya un lugar en el corazón de nuestros hermanos, ustedes, y un rincón pequeño en la historia que realmente cuenta: la que se lucha. Teniendo ya nombre colectivo, descubrimos que la muerte se encoje y nos queda chica. La muerte peor, la del olvido, huye para que la memoria de nuestros muertos nunca más sea enterrada junto a sus huesos. Tenemos ya nombre colectivo y cobijo tiene nuestro dolor. Somos ya más grandes que la muerte. Tenemos, también, la esperanza de que, así como recibimos nombre, estos hermanos, ustedes, nos den mañana rostro, terminen por apagar el fuego que puebla nuestras manos y, en lugar de pasado, nos den futuro. Sonríen estas vidas de mañana y muertes de siempre. Suenan los huesos de los hombres de madera en la montaña. Bailan los hombres y mujeres de maíz. Alegre está nuestro corazón, aunque el cuerpo duele. Una luz alumbra a estas sombras que bailan siempre con la muerte, los hombres y mujeres verdaderos, los de siempre. Nombrados somos. Ya no moriremos. Vengan, hermanos, ir nosotros no podemos. Grande es su fuerza de ustedes si una se hace. Vengan, no habrá fuego para recibir su paso ni cerrado estará nuestro corazón para su palabra. Vengan. Nombre tenemos. Ya no moriremos. Bailemos. Ya no moriremos. Nombrados somos. ¡Salud, hermanos! ¡Muera la muerte! ¡Viva el EZLN!. ¡Democracia! ¡Libertad! ¡Justicia! Desde las montañas del Sureste Mexicano. México, 12 de marzo de 1995 Comité Clandestino Revolucionario IndígenaComandancia General del EZLN


el Zemillero del país. Para el Gobierno Federal, la tarea histórica y la demanda actual, social y estructural de combatir la pobreza y la marginación de los pueblos indígenas requiere de su participación y la de la sociedad en su conjunto, como factores determinantes para impulsar el necesario establecimiento de una nueva relación entre los pueblos indígenas del país y el estado, sus instituciones y niveles de gobierno. Esta nueva relación debe superar la tesis del integracionismo cultural para reconocer a los pueblos indígenas como nuevos sujetos de derecho, en atención a su origen histórico, a sus demandas, a la naturaleza pluricultural de la nación mexicana y a los compromisos internacionales suscritos por el Estado Mexicano, en particular con el convenio 169 de la OIT. El Gobierno Federal asume que el establecimiento de esta nueva relación con los pueblos indígenas le asigna el compromiso de contribuir a resolver sus problemas esenciales, y de que esa acción deberá expresarse en políticas sistemáticas y concretas, con apego a las modalidades que impongan las diversidades regionales y las características propias de cada pueblo indígena.

Acuerdos de San Andrés

Pronunciamiento conjunto que el Gobierno Federal y el EZLN enviarán a las instancias de debate y decisión nacional 16 de febrero de 1996

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n el marco del diálogo celebrado entre el EZLN y el Gobierno Federal para lograr un Acuerdo de Concordia y Pacificación con Justicia y Dignidad, celebrado en la sede de San Andrés, Chiapas, las Partes han discutido el tema de Derechos y Cultura Indígena y han acordado, en los términos del inciso 1.5 de las Reglas de Procedimiento, emitir el presente pronunciamiento. La Reunión plenaria Resolutiva del EZLN y el Gobierno Federal sobre Derechos y Cultura Indígena es la ocasión y el foro más adecuado para que el Gobierno Federal y el EZLN presenten la propuesta para una "Nueva relación de los pueblos indígenas y el Estado". Este pronunciamiento contiene los principios y fundamentos necesarios para la construcción de un pacto social integrador de una nueva relación entre los pueblos indígenas, la sociedad y el Estado. Este pacto social para una nueva relación parte de la convicción de que una nueva situación nacional y local para los pueblos indígenas sólo podrá arraigar y culminar con la participación de los propios indígenas y la sociedad en su conjunto, en el marco de una profunda reforma del Estado. Contexto de la nueva relación La historia confirma que los pueblos indígenas han sido objeto de formas de subordinación, desigualdad y discriminación que les han determinado una situación estructural de pobreza, explotación y exclusión política. Confirma también que han persistido frente a un orden jurídico cuyo ideal ha sido la homogeneización y asimilación cultural. Confirma, finalmente, que para superar esa realidad se requieren nuevas acciones profundas, participativas y convergentes de parte del gobierno y de la sociedad incluidos, ante todo, los propios pueblos

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indígenas. Se requiere una nueva política de Estado, no de coyuntura, que el actual Gobierno Federal se compromete a desarrollar en el marco de una profunda reforma del Estado, que impulse acciones para la elevación de los niveles de bienestar, desarrollo y justicia de los pueblos indígenas, y que fortalezca su participación en las diversas instancias y procesos de toma de decisiones, con una política incluyente. Se requiere el concurso de todos los ciudadanos y organizaciones civiles, que el actual Gobierno Federal se compromete a propiciar, para desterrar mentalidades, actitudes y comportamientos discriminatorios hacia los indígenas, y para desarrollar una cultura de la pluralidad y la tolerancia que acepte sus visiones del mundo, sus formas de vida y sus conceptos de desarrollo. Se requiere la participación de los pueblos indígenas, que el actual Gobierno Federal se compromete a reconocer y estimular, para que sean los actores fundamentales de las decisiones que afectan su vida, y reafirmen su condición de mexicanos con pleno uso de derechos que por su papel en la edificación de México tienen ganada por derecho propio. En síntesis, se requiere un nuevo esfuerzo de unidad nacional, que el actual Gobierno Federal, con la participación de los pueblos indígenas y el conjunto de la sociedad, se compromete a impulsar, para que no haya mexicanos con potencialida-

des restringidas, que debe servir para que México se engrandezca asumiendo con orgullo la historia milenaria y la riqueza espiritual de los pueblos indígenas, y para que desarrolle a plenitud todas sus potencialidades económicas, políticas, sociales y culturales.

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Las condiciones de pobreza y marginación que afectan a los pueblos indígenas muestran el carácter desigual del desarrollo de la sociedad mexicana, y definen el alcance de las exigencias de justicia social que debe atender el Estado para concurrir al progreso de ese importante núcleo de mexicanos. El Gobierno Federal está consciente de esa responsabilidad y expresa su firme voluntad de impulsar las políticas y emprender las acciones que resuelvan esa tarea nacional. Asume cabalmente el compromiso de fortalecer la participación de los pueblos indígenas en el desarrollo nacional, en un marco de respeto a sus tradiciones, instituciones y organizaciones sociales, y de mayores oportunidades para mejorar sus niveles de vida, de mayores espacios políticos y culturales para avances futuros, y de mayor acceso a la construcción conjunta de una sociedad más moderna y eficiente, más vigorosa y unida, más plural y tolerante, y que distribuya equitativamente los frutos del desarrollo. Los pueblos indígenas contribuirán con lo mejor de sus propias culturas a esa edificación de una sociedad plural y tolerante. Las perspectivas de desarrollo de México están estrechamente condicionadas a la tarea histórica de eliminar la pobreza, la marginación y la insuficiente participación política de millones de indígenas mexicanos. El objetivo de construir una sociedad más justa y menos desigual es la piedra angular para alcanzar un desarrollo más moderno y construir una sociedad más democrática. Estas metas son parte esencial del proyecto de nación que el pueblo de México desea, no sólo como compromiso moral de la sociedad y de los pueblos indígenas y como responsabilidad indeclinable del Gobierno de la República, sino como condición indispensable para asegurar el tránsito a mejores niveles de desarrollo

Compromisos del Gobierno Federal con los pueblos indígenas Las responsabilidades que el Gobierno Federal asume como compromisos que el Estado Mexicano debe cumplir con los pueblos indígenas en su nueva relación son: 1. Reconocer a los pueblos indígenas en la Constitución general. El Estado debe promover el reconocimiento, como garantía constitucional, del derecho a la libre determinación de los pueblos indígenas que son los que "descienden de poblaciones que habitaban en el país en la época de la conquista o la colonización y del establecimiento de las actuales fronteras estatales y que, cualquiera que sea su situación jurídica, conservan sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas. La conciencia de su identidad indígena deberá considerarse un criterio fundamental para determinar los grupos a los que se aplican las disposiciones sobre pueblos indígenas".[1] El derecho a la libre determinación se ejercerá en un marco constitucional de autonomía asegurando la unidad nacional. Podrán, en consecuencia, decidir su forma de gobierno interna y sus maneras de organizarse política, social, económica y culturalmente. El marco constitucional de autonomía permitirá alcanzar la efectividad de los derechos sociales, económicos, culturales y políticos con respecto a su identidad. 2. Ampliar participación y representación políticas. El Estado debe impulsar cambios jurídicos y legislativos que amplíen la participacion y representación políticas local y nacional de los pueblos indígenas, respetando sus diversas situaciones y tradiciones, y fortaleciendo un nuevo federalismo en la República mexicana. El reclamo de que las voces y demandas de los indígenas sean escuchadas y atendidas debe llevar al reconocimiento de

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Abajo y a la Izquierda: Contra la Explotación, el Despojo, el Desprecio y la Represión De la 15 derechos políticos, económicos, sociales y culturales de los pueblos indígenas, dentro del marco de la nación mexicana, y a una decisiva reforma del Estado en materia de prácticas institucionales. El Gobierno Federal promoverá las reformas constitucionales y legales que correspondan a los acuerdos y consensos alcanzados. 3. Garantizar acceso pleno a la justicia. El Estado debe garantizar el acceso pleno de los pueblos a la jurisdicción del Estado Mexicano, con reconocimiento y respeto a especificidades culturales y a sus sistemas normativos internos, garantizando el pleno respeto a los derechos humanos. Promoverá que el derecho positivo mexicano reconozca las autoridades, normas y procedimientos de resolución de conflictos internos a los pueblos y comunidades indígenas, para aplicar justicia sobre la base de sus sistemas normativos internos, y que mediante procedimientos simples, sus juicios y decisiones sea convalidados por las autoridades jurisdiccionales del Estado. 4. Promover las manifestaciones culturales de los pueblos indígenas. El Estado debe impulsar políticas culturales nacionales y locales de reconocimiento y ampliación de los espacios de los pueblos indígenas para la producción, recreación y difusión de sus culturas; de promoción y coordinación de las actividades e instituciones dedicadas al desarrollo de las culturas indígenas, con la participación activa de los pueblos indígenas, y de incorporación del conocimiento de las diversas prácticas culturales en los planes y programas de estudio de las instituciones educativas públicas y privadas. El conocimiento de las culturas indígenas es enriquecimiento nacional y un paso necesario para eliminar incomprensiones y discriminaciones hacia los indígenas. 5. Asegurar educación y capacitación. El Estado debe asegurar a los indígenas una educación que respete y aproveche sus saberes, tradiciones y formas de organización. Con procesos de educación integral en las comunidades que les amplíen su acceso a la cultura, la ciencia y la tecnología; educación profesional que mejore sus perspectivas de desarrollo; capacitación y asistencia técnica que mejore los procesos productivos y calidad de sus bienes; y capacitación para la organización que eleve la capacidad de gestión de las comunidades. El Estado deberá respetar el quehacer educativo de los pueblos indígenas dentro de su propio espacio cultural. La educación que imparta el Estado debe ser intercultural. Se impulsará la integración de redes educativas regionales que ofrezcan a las comunidades la posibilidad de acceder a los distintos niveles de eduación. 6. Garantizar la satisfacción de necesidades básicas. El Estado

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debe garantizar a los pueblos indígenas condiciones que les permitan ocuparse de su alimentación, salud y servicios de vivienda en forma satisfactoria y por lo menos un nivel de bienestar aceptable. La política social impulsará programas prioritarios para que la población infantil de los pueblos indígenas mejore sus niveles de salud y alimentación, y de apoyo a la actividad y capacitación de las mujeres indígenas. 7. Impulsar la producción y el empleo. El Estado debe impulsar la base económica de los pueblos indígenas con estrategias específicas de desarrollo acordadas con ellos, que aprovechen sus potencialidades humanas mediante actividades industriales y agroindustriales que cubran sus necesidades y produzcan excedentes para los mercados, que coadyuven a generar empleo a través de procesos productivos que incrementen el valor agregado de sus recursos y que mejoren la dotación de servicios básicos de las comunidades y su entorno regional. Los programas de desarrollo rural de las comunidades indígenas se sustentarán en procesos de planeación en los que el papel de sus representantes será central desde el diseño hasta la ejecución. 8. Proteger a los indígenas migrantes. El Estado debe impulsar políticas sociales específicas para proteger a los indígenas migrantes, tanto en el territorio nacional como más allá de las fronteras, con acciones interinstitucionales de apoyo al trabajo y educación de las mujeres, y de salud y educación de niños y jóvenes, las que en las regiones rurales deberán estar coordinadas en las zonas de aportación y en las de atracción de jornaleros agrícolas. Principios de la nueva relación El Gobierno Federal asume el compromiso de que los Principios que deben normar la acción del Estado en su nueva relación con los pueblos indígenas son: 1. Pluralismo. El trato entre los pueblos y culturas que forman la sociedad mexicana ha de

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basarse en el respeto a sus diferencias, bajo el supuesto de su igualdad fundamental. Como consecuencia, ha de ser política del Estado normar su propia acción y fomentar en la sociedad una orientación pluralista, que combata activamente toda forma de discriminación y corrija las desigualdades económicas y sociales. Igualmente será necesario avanzar hacia la conformación de un orden jurídico nutrido por la pluriculturalidad, que relaje el diálogo intercultural, con normas comunes para todos los mexicanos y respeto a los sistemas normativos internos de los pueblos indígenas. El reconocimiento y promoción de la naturaleza pluricultural de la nación significa que, con el propósito de fortalecer la cultura de la diversidad y la tolerancia en un marco de unidad nacional, la acción del Estado y sus instituciones debe realizarse sin hacer distinciones entre indígenas y no indígenas o ante cualquier opción sociocultural colectiva. El desarrollo de la nación debe sustentarse en la pluralidad, entendida como convivencia pacífica, productiva, respetuosa y equitativa de lo diverso. 2. Sustentabilidad. Es indispensable y urgente asegurar la perduración de la naturaleza y la cultura en los términos que ocupan y utilizan de alguna manera los pueblos indígenas, según los define el artículo 13.2 del Convenio 169 de la OIT. Respetando la diversidad cultural de los pueblos indígenas, las acciones de los niveles de gobierno y las instituciones del Estado Mexicano deben considerar criterios de sustentabilidad. Las modalidades tradicionales de aprovechamiento de los recursos naturales que ponen en práctica los pueblos y comunidades indígenas, forman parte de sus estrategias de legislación, del derecho de los pueblos y comunidades indígenas a recibir la indemnización correspondiente cuando la explotación de los recursos naturales que el Estado realice ocasione daños en su hábitat que vulneren su reproducción

cultural. Para los casos en los que el daño ya se hubiere causado, y los pueblos demuestren que las compensaciones otorgadas no permiten su reproducción cultural, se promoverá el establecimiento de mecanismos de revisión que permitan que, de manera conjunta, el Estado y los afectados analicen el caso concreto. En ambos casos los mecanismos compensatorios buscarán asegurar el desarrollo sustentable de los pueblos y comunidades indígenas. De común acuerdo con los pueblos indígenas, el Estado impulsará acciones de rehabilitación de esos territorios según lo define el artículo 13.2 del Convenio 169 de la OIT, y respaldará sus iniciativas para crear condiciones que aseguren la sustentabilidad de sus prácticas de producción y de vida. 3. Integralidad. El Estado debe impulsar la acción integral y concurrente de las instituciones y niveles de gobierno que inciden en la vida de los pueblos indígenas, evitando las prácticas parciales que fraccionen las políticas públicas. Debe, asimismo, propiciar el manejo honesto y transparente de los recursos públicos destinados al desarrollo de los pueblos indígenas, a través de una mayor participación indígena en la toma de decisiones y en la contraloría social del gasto público. 4. Participación. El Estado debe favorecer que la acción institucional impulse la participación de los pueblos y comunidades indígenas y respete sus formas de organización interna, para alcanzar el propósito de fortalecer su capacidad de ser los actores decisivos de su propio desarrollo. Debe promover, en colaboración con las expresiones organizativas de los pueblos indígenas, que éstos vigoricen sus capacidades de decisión y gestión. Y debe asegurar la adecuada corresponsabilidad del gobierno y los pueblos indígenas en la concepción, planeación, ejecución y evaluación de acciones que actúan sobre los indígenas. Puesto que las políticas en las áreas indígenas no sólo deben ser concebidas con los propios pueblos sino implementadas con

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el Zemillero De la 16 ellos, las actuales instituciones indigenistas y de desarrollo social que operan en ellas deben ser transformadas en otras que conciban y operen conjunta y concertadamente con el Estado los propios pueblos indígenas. 5. Libre determinación. El Estado respetará el ejercicio de la libre determinación de los pueblos indígenas en cada uno de los ámbitos y niveles en que harán valer y practicarán su autonomía diferenciada, sin menoscabo de la soberanía nacional y dentro del nuevo marco normativo para los pueblos indígenas. Esto implica respetar sus identidades, culturas y formas de organización social. Respetará, asimismo, las capacidades de los pueblos y comunidades indígenas para determinar sus propios desarrollos. Y en tanto se respeten el interés nacional y público, los distintos niveles de gobierno e instituciones del Estado Mexicano no intervendrán unilateralmente en los asuntos y decisiones de los pueblos y comunidades indígenas, en sus organizaciones y formas de representación, y en sus estrategias vigentes de aprovechamiento de los recursos naturales. Nuevo marco jurídico El establecimiento de la nueva relación entre los pueblos indígenas y el Estado tiene como un punto de partida necesario la edificación de un nuevo marco jurídico nacional y en las entidades federativas. El Gobierno Federal asume el compromiso de impulsar las siguientes acciones: 1. El reconocimiento en la Constitución Política nacional de demandas indígenas que deben quedar consagradas como derechos legítimos. a) Derechos políticos. Para fortalecer su representación política y participación en las legislaturas y en el gobierno, con respeto a sus tradiciones y para garantizar la vigencia de sus formas propias de gobierno interno. b) Derechos de jurisdicción. Para que se acepten sus propios proce-

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dimientos para designar sus autoridades y sus sistemas normativos para la resolución de conflictos internos, con respeto a los derechos humanos. c) Derechos sociales. Para que se garanticen sus formas de organización social, la satisfacción de sus necesidades humanas fundamentales y sus instituciones internas. d) Derechos económicos. Para que se desarrollen sus esquemas y alternativas de organización para el trabajo y de mejora de la eficiencia de la producción. e) Derechos culturales. Para que desarrollen su creatividad y diversidad cultural y la persistencia de sus identidades. 2. El reconocimiento en la legislación nacional de las comunidades como entidades de derecho público, el derecho a asociarse libremente en municipios con población mayoritariamente indígena, así como el derecho de varios municipios para asociarse, a fin de coordinar sus acciones como pueblos indígenas. Las autoridades competentes realizarán la transferencia ordenada y paulatina de recursos, para que ellos mismos administren los fondos públicos que se les asignen, y para fortalecer la participación indígena en el gobierno, gestión y administración en sus diferentes ámbitos y niveles. Corresponderá a las Legislaturas estatales determinar, en su caso, las funciones y facultades que pudieran transferírseles. 3. El reconocimiento de que en las legislaciones de los estados de la República deben quedar establecidas las características de libre determinación y autonomía que mejor expresen las situaciones y aspiraciones diversas y legítimas de los pueblos indígenas. En la determinación del marco jurídico y en la definición de las particularidades de la nueva relación del Estado con los indígenas, el Poder Legislativo será decisivo. El Gobierno Federal propondrá al Congreso de la Unión que establezca un nuevo marco jurídico nacional para los pueblos indígenas, y a los Congresos de los estados que consagren legalmente

las especificidades que mejor reflejen las diversas situaciones y aspiraciones de los pueblos indígenas del país. 4. En la Constitución de la República deberán reformarse varios artículos. El Gobierno Federal se compromete a impulsar las siguientes reformas: a) Artículo 4°. Para que las demandas arriba señaladas (puntos 1 y 2) queden consagradas como derechos legítimos. b) Artículo 115. Para que se fortalezca el pacto federal y se garantice la participación de las comunidades indígenas en la integración de los ayuntamientos y de los municipios mayoritariamente indígenas en los asuntos públicos. c) Otros artículos de las anteriores reformas y para expresar en la Carta Magna los contenidos de la nueva relación del Estado con los pueblos indígenas. 5. En las leyes reglamentarias e instrumentos jurídicos de carácter formal que correspondan, deberán asentarse las disposiciones que las hagan compatibles con las reformas constitucionales sobre nuevos derechos indígenas. Al respecto el Gobierno Federal se compromete a impulsar que, a partir de las reformas constitucionales, se emita la legislación general que permita contar de inmediato con mecanismos y procedimientos jurídicos para a) que se inicie la revisión y modificación de las diversas leyes federales; b) que se legisle en los estados de la República. 6. En la legislación de los estados de la República relativa a las características de libre determinación y autonomía indígena, el Gobierno Federal reconoce que se deben tomar en consideración los siguientes elementos: a) En donde coexistan diversos pueblos indígenas con diferentes culturas y situaciones geográficas, no cabría adoptar un criterio uniforme sobre las características de autonomía indígena a legislar. b) Las modalidades concretas de autonomía deberán definirse con los propios indígenas.

c) Para determinar de manera flexible las modalidades concretas de libre determinación y autonomía en la que cada pueblo indígena encuentre mejor reflejada su situación y sus aspiraciones, deberán considerarse diversos criterios como: la vigencia de sus sistemas normativos internos y sus instituciones comunitarias; los grados de relación intercomunitaria, intermunicipal y estatal; la presencia y relación entre indígenas y no indígenas; el patrón de asentamiento poblacional y la situación geográfica, los grados de participación en las instancias de representación política y niveles de gobierno, entre otros. El Gobierno Federal se compromete, en un marco de pleno respeto republicano, a impulsar que los Gobiernos y las legislaturas de los estados de la República consideren, entre otros, estos elementos como criterios en la legislación para construir las características de libre determinación y autonomía indígena. Conclusión 1. El conflicto que se inició el 1° de enero de 1994 en Chiapas produjo en la sociedad mexicana el sentimiento de que es necesaria una nueva relación del Estado y la sociedad con los pueblos indígenas del país. 2. El Gobierno Federal asume el compromiso de construir, con los diferentes sectores de la sociedad y en un nuevo federalismo, un nuevo pacto social que modifique de raíz las relaciones sociales, políticas, económicas y culturales con los pueblos indígenas. El pacto debe erradicar las formas cotidianas y de vida pública que generan y reproducen la subordinación, desigualdad y discriminación, y debe hacer efectivos los derechos y garantías que les corresponden: derecho a su diferencia cultural; derecho a su hábitat; uso y disfrute del territorio conforme al artículo 13.2 del Convenio 169 de la OIT; derecho a su autogestión política comunitaria; derecho al desarrollo de su cultura; derecho a sus sistemas de producción tradicionales; derecho a la gestión y ejecución de sus propios proyectos de desarrollo. 3. La nueva relación entre el Estado Mexicano y los pueblos indígenas se basa en el respeto a la diferencia, en el reconocimiento de las identidades indígenas como componentes intrínsecos de nuestra nacionalidad, y en la aceptación de sus particularidades como elementos básicos consustanciales a nuestro orden jurídico, basado en la pluriculturalidad. La nueva relación entre los pueblos indígenas y el Estado Mexicano debe garantizar inclusión, diálogo permanente y consensos para el desarrollo en todos sus aspectos. No serán, ni la unilateralidad ni la subestimación sobre las capacidades indígenas para construir su futuro las que definan las políticas del Estado. Todo lo contrario, serán los indígenas quienes dentro del marco constitucional y en el ejercicio pleno de sus derechos, decidan los medios y formas en que habrán de conducir sus propios procesos de transformación.

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Abajo y a la Izquierda: Contra la Explotación, el Despojo, el Desprecio y la Represión

compartido por Ilmondo dopo A NUESTRXS AMIGXS DE ESPAÑA

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os estados fascistas y autoritarios en toda Europa son màs fuertes. Lo observamos y lo experimentamos cada día. De Salvini a Orban, de Macron a Sánchez… Todos los Estados europeos han estado sometidos durante muchos años a la dictadura de la emergencia y la excepción. Desde la amenaza de atentados hasta la amenaza de la Covid… Estos estados de excepción Queremos llevar nuestra sopermanentes legitiman medidas lidaridad a todxs los que en estos coercitivas cada vez más asfixiantes momentos están al otro lado de los y una justicia cada vez más severa. Pirineos, enfrentándose a la policía y Estamos bajo arresto domiciliario y dando golpe por golpe a su brutalidad silenciados bajo amenaza de prisión. mutiladora y asesina (que aquí coEsta es una observación común, nocemos muy bien. Traumatizando compartida por todas las poblacio- nuestras revueltas, cubriendo de sannes occidentales. El liberalismo, gre los adoquines de nuestras calles). por obstinación y frenesí, se está A los que atacan las instituvolviendo rígido y autoritario. En ciones, saquean las tiendas de lujo Francia, una pancarta de “Macro- y las grandes marcas, les aplican navirus” desplegada en un balcón barricadas, se enfrentan y aguantan. provoca una detención. En España, Y a los que simplemente encuentran las palabras de un rapero contra el la fuerza para salir a la calle tras rey se saldaron con una condena de un año de pandemia y restricciones prisión. El racismo, el sexismo, el sanitarias. A todos vosotrxs, gracias fascismo, la acumulación de riqueza por darnos fuerzas cada noche. Por por parte de un puñado de personas mostrarnos que la rebelión aún es aumenta en todas partes. Oponerse posible. Gracias por hacer que quea este escenario catastrófico es vital. ramos unirnos a vosotros. Desde hace una semana, el pueComo siempre, las luchas en blo de Cataluña, y más ampliamente otros lugares se hacen eco de las luen toda España, se ha rebelado tras la chas aquí. Se alimentan mutuamente. detención de Pablo Hasel. Desde don- Tú nos alimentas. Aquí es donde rede estamos, a unos cientos de kilóme- side nuestra solidaridad internacional tros de Barcelona, Valencia, Bilbao, hoy en día. Y esto se refleja ya en la Girona, Vic, Reus y Lleida, queremos travesía de los Pirineos por un buen deciros a vosotros, amigxs de la in- número de francesxs para apoyar, dosurgencia, a los alborotadores, a los cumentar y participar en las revueltas saqueadores, a las primeras filas, lo actuales. Otros se sumarán a España inspiradora que es esta revuelta para y Cataluña en los próximos días. nosotros que nos sentimos inmóviles, estáticos, a la espera, amordazados. Cuánto nos hace respirar la espontaneidad y la determinación que te caracteriza, nos da esperanza, nos da fuerza. Desde la misma noche de la detención del rapero hasta hoy, todas las noches sin faltar una, habéis invadido las calles y os habéis enfrentado a los uniformes del Estado y de la realeza. Cada noche, mientras una pandemia nos aprisiona y alivia las luchas, te has movido, has luchado.

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A NOS AMI.E.S DE CATALOGNE

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i ha un poder creixent d’estats feixistes i autoritaris a tot Europa. L’observem i el vivim cada dia. De Salvini a Orban, de Macron a Sánchez. Tots els estats europeus han estat sotmesos durant molts anys a la dictadura d’excepció i excepció. De l’amenaça d’atacs a l’amenaça de Covid. Aquests estats d’emergència sentim immòbils, estàtics, esperant, permanents legitimen mesures coer- amordaçats. citives cada vegada més sufocants i Quanta espontaneïtat i determiuna justícia cada vegada més severa. nació que et caracteritza ens fa resEstem sota arrest domiciliari i silen- pirar, ens dóna esperança, ens dóna ciats sota l’amenaça de languidir a la força. Des de la nit de la detenció presó. Aquesta observació és comu- del raper, fins avui, cada nit sense na, és compartida per totes les po- faltar-ne cap, heu sortit al carrer i us blacions occidentals. El liberalisme, heu enfrontat a uniformes estatals i mitjançant la tossuderia i el frenesí, reialesa. Cada nit, a mesura que una es torna rígid i autoritari. A França, pandèmia ens empresona i alleuja una pancarta “Macronavirus” des- les lluites, et movies, lluitaves. plegada a un balcó condueix a una Volem aportar la nostra solidaritat a detenció. A Espanya, les paraules tots aquells que actualment, a l’altra d’un raper contra el rei, una pena banda dels Pirineus, s’enfronten a la de presó. El racisme, el sexisme, el policia i donen cop per cop a la seva feixisme i l’acumulació de riquesa brutalitat mutilant i assassina. (que per part d’un grapat de persones aquí coneixem massa bé. Traumaaugmenten a tot arreu. Oposar-se a titzant les nostres revoltes, cobrint aquest escenari de desastre és vital. amb sang els empedrats dels nostres Des de fa una setmana, les po- carrers). blacions catalanes i, de manera més Als qui ataquen les institucions, àmplia, a tota Espanya es revolten saquegen les botigues de luxe i les després de la detenció de Pablo principals marques, apliquen gestos Hasel. Des d’on ens trobem a uns de barricada, es posen de cara i es centenars de quilòmetres de Barce- mantenen ferms. Així com aquells lona, ​​València, Bilbao, Girona, Vic, que simplement troben la força per Reus o fins i tot de Lleida, volem sortir al carrer després d’un any de dir-vos a vosaltres, amics insurrec- pandèmia i restriccions sanitàries. A tes, antiavalots, saquejadors, línies tots vosaltres, gràcies per donar-nos de front, oh que inspiradora és per forces cada nit. Per demostrar-nos a nosaltres aquesta revolta a qui ens que la revolta encara és possible. Gràcies per fer-nos voler acompanyar-vos. Com sempre, les lluites d’altres llocs es fan ressò de les lluites d’aquí. S’alimenten els uns dels altres. Vostè ens dóna menjar. Així resideix avui la nostra solidaritat internacional. I això ja es reflecteix en la travessia dels Pirineus per un bon nombre de francesos per donar suport, documentar-se, participar en les revoltes en curs. Altres s’uniran a Espanya i . Catalunya en els propers dies .


el Zemillero

Desde la otra Europa

En el 2º aniversario del asesinato de Samir Flores

discreto de varias instituciones, sin el acuerdo de los pueblos. Por esta razón expresamos nuestro más grande deseo de que al lado de la delegación zapatista y el Congreso Nacional Indígena vengan a Europa para testimoniar de su lucha, de la impunidad que reina en México y afuera y de as violaciones sistemáticas de los derechos de los pueblos indígenas cometidas en esta región, tal como en el resto de México y del mundo. ¡Exigimos verdad y justicia para Samir! Por los pueblos indígenas de Morelos, Puebla, Tlaxcala y todos los pueblos el mundo, ¡exigimos el abandono del Proyecto Integral Morelos y de todos los megaproyectos capitalistas de muerte! Quinientos años después, ¡la resistencia a la colonización y al saqueo capitalista sigue vigente!

Al Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y del Agua – Morelos, Puebla y Tlaxcala A l@s familiares, amig@s y compañer@s de lucha de Samir Flores Soberanes Al Ejercito Zapatista de Liberación Nacional Al Congreso Nacional Indígena A las luchas de abajo a la izquierda y A las redes de resistencia y rebeldía:

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l 20 de febreo de 2019, a las 6 y media de la madrugada, una figura de la resistencia fue asesinada en el pueblo nahua de Amilcingo, Morelos, México, tres días antes de una consulta presidencial sobre la puesta en marcha de un megaproyecto industrial en la región, involucrando a muchas transnacionales europeas. Herido de dos balas en la cabeza, es a la puerta de su casa que cayÓ Samir Flores Soberanes, locutor y fundador de la radio de su pueblo, campesino, carpintero, pintor, herrero, tallerista en agroecología, maestro improvisado en la escuela primaria en resistencia de su pueblo, integrante del Congreso Nacional Indígena, marido, padre de cuatro hijxs e incansable opositor al megaproyecto de muerte denominado “Proyecto Integral Morelos”. L@s zapatistas, el Congreso Nacional la termoeléctrica de Huexca; hoy la infraestrucIndígena y el Concejo Indígena de Gobierno tura es protegida de manera permanente por la no han parado de dar eco y voz a la lucha que Guardia Nacional, los militares, la policía local emprende el Frente de Pueblos en Defensa y policías privadas. Intentos desastrosos de funde la Tierra y el Agua de Morelos, Puebla y cionamiento son llevados a cabo regularmente Tlaxcala (FPDTA-MPT) para obtener verdad y y no cesan las intimidaciones en contra de lxs justicia sobre el asesinato de Samir, así como opositorxs al proyecto. el abandono definitivo de un Proyecto Integral En solidaridad con el Frente de Pueblos de Muerte manchado de sangre, de mentiras y y en memoria de Samir, desde la Europa de de maniobras de coacción incesantes. A través abajo y a la izquierda, exigimos verdad y jusde su apoyo incondicional a este megaproyecto ticia sobre su asesinato y expresamos nuestro y de México, traicionó abiertamente a los pue- apoyo a la lucha en contra de un gasoducto blos de Morelos, Puebla y Tlaxcala a quienes cuya peligrosidad en esta región volcánica no prometió en 2014 la cancelación del proyecto está sujeta a demostración, en contra de un si era electo presidente, y traicionó la memoria acueducto que reduciría y ensuciaría el agua de Zapata para el beneficio de empresas euro- de los pueblos nahuas de la región, así como en peas como Elecnor, Abengoa, Enagas, Bonatti, contra de las zonas industriales y de centrales Saint-Gobain y decenas de otros inversionistas termoeléctricas que contaminarían el territorio capitalistas. para producir ganancias a empresas europeas, A dos años del asesinato de Samir, las in- entre otras más. vestigaciones se encuentran sin avances. MienSabemos que estas transnacionales tras tanto, el gobierno mexicano hace lo posible aprovecharon y sobornaron gobiernos en para poner en marcha la central termoeléctrica México a fin de maximizar su ganancia, de Huexca, a pesar de una decena de amparos proponiendo obras de muerte a expensas de jurídicos que involucraban la suspensión del los pueblos indígenas y del medio ambiente proyecto. Además, el 23 de noviembre pasado de todo nuestro planeta. En alianza con el fue desalojado por miembros de la Guardia Na- actual capataz de México, estas transnaciocional el campamento de resistencia zapatista nales europeas no cesan de pisotear los dede Apatlaco, que impedía la construcción de un rechos de los pueblos indígenas, imponiendo acueducto necesario para el funcionamiento de sus proyectos en el territorio con el apoyo

Firman: Dinamarca; Foro internacional Dinamarca Estado español: Yretiemble Madrid / Centro de Documentación sobre Zapatismo. Madrid / Asamblea Plaza de los Pueblos / Asociación Brasileña Maloka / Comité de Solidaridad con los Pueblos – Interpueblos / Colectivo Maloka, Barcelona / Confederación General del Trabajo (CGT) / Asociación Teatro de la Tierra / MOVIMIENTO WIPHALA España / Mesa Migración, Refugio, Intercul,y Antirracismo. SBCOMAL – / Paz con Dignidad / Plataforma por Honduras en Madrid / CNT Fraga / Comité de solidaridad con América Latina COSAL Asturias / Coletivo pelos Direitos no Brasil – Madrid / La Villana de Vallekas – Madrid Francia: Comité de Solidarité avec les Peuples du Chiapas en Lutte (CSPCL – PARIS) / Colectivo Paris Ayotzinapa / A.PardoAlarconAméricasol (Red Escargot) – Francia / Chiapas sol (Red Escargot) Francia / Terra Libra / Francia – Bretana / Ingalan / Francia – Bretana / Stop EDF Mexique – Francia / Colectivo Chiapas-Ariège (red escargot) Francia / Asociación Mut-Vitz 34 (Red Escargot) Francia / Comité de Solidarité avec les Indiens des Amériques (CSIA-Nitassinan) – Francia / Confédération Nationale du Travail (CNT-F) – Francia / Groupe de soutien à Leonard Peltier (LPSG-France) – Francia / Collectif Granos de arena – Francia / Mut Vitz 13Assemblea de Solidaritat amb Mèxic del País Valencià Corsèga: Corisca Internaziunalista Associu Sulidarità – sezzione in Pariggi Grecia: Chispa de Solidaridad con l@s Zapatistas y Pueblos Indígenas / Colectivo “Calendario Solidario Zapatista” / Asamblea Libertaria Autoorganizada Paliacate Zapatista / Espiral de solidaridad-semilla de resistencia Italia: Asociación Ya Basta! Moltitudia Roma / Associazione Ya Basta! Milano / Tatawelo Suiza: Barfuss Kollektiv País vasco: Lumaltik / Bizilur / Zapatisten Lagunak / GABILTZA / A Planeta Catalunya: Cafè Rebeldía-Infoespai, Barcelona / Adhesiva, Barcelona / Taula per Mèxic, Barcelona Alemania: Gruppe B.A.S.T.A. Münster / Red YaBasta-Netz Finlandia: Colectivo Armadillo

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Abajo y a la Izquierda: Contra la Explotación, el Despojo, el Desprecio y la Represión

López Obrador y el pacto maldito

(O como sostener a un jefe de plaza del narco, violador y feminicida en potencia)

por Alma Zetkin

Antecedentes esde el horror de los tiempos se tiene memoria, memoria de aquella que nunca olvida y no se olvida aquella necedad de Andrés Manuel López Obrador de hacer candidato a senador a quien fuera el responsable del descarado fraude electoral contra Cuauhtémoc Cárdenas: el exsecretario de Gobernación, Manuel Barttlet Diaz y hoy secretario de la CFE. Pero eso no es todo, Barttlet cuenta con un abultado archivo de crímenes impunes, como el asesinato de Enrique Camarena (agente de la DEA) y de Manuel Buendía quien había descubierto los vínculos de Barttlet y la policía federal con los narcos Rafael Caro Quintero, Don Neto y el Sr. de los Cielos.

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Historias macabras 1. Salgado Macedonio el violador y feminicida en potencia: “ No se meta con esta persona, es muy influyente y poderosa (…) ”. Estas fueron las palabras que le espetaron en la cara a Basilia Castañeda quien intento’ denunciar a Salgado Macerdonio por violación y abuso con violencia. A pesar de tener tres denuncias por abuso y violación sexual, Félix Salgado Macerdonio es el candidato del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y sostenido neciamente por Andrés Manuel López Obrador para contender por la gubernatura del estado de Guerrero. 2. Ricardo Monreal el protector (la cara nefasta del PRI). Y quien también tiene vínculos con el narco, es el principal sostén de Félix Salgado Macedonio debido a que las mafias y tribus de Morena han hecho el reparto de posiciones para contender por espacios de poder. Y en el caso de Monreal, tener el control de distintas regiones como futuro precandidato a la presidencia. 3. En su paso como presidente municipal de Acapulco, Salgado Macerdonio entregoó el control de la policía municipal del puerto, aprobó el trasiego de toneladas de cocaína y la distribución de droga en toda la ciudad a los jefes del narco encabezados por los hermanos Beltrán Leyva y Edgar Valdez Villareal alias “La Barbie”. (Anabel Hernandez, la doble cara de Félix Salgado). 4. El jefe de seguridad del jefe de plaza. Sorpresivamente se le ha visto a Salgado Macedonio al lado de Ricardo Zamora Guevara, excomandante ministerial vinculado con el narco y quien fue separado de su cargo tras múltiples señalamientos en su contra por presuntos nexos con el Cártel Independiente de Acapulco (CIDA). (Revista Proceso) 5. Y con ustedes los vínculos de López Obrador con el narco y la necedad del patriarca de sostener a sus incondicionales. En su paso por Michoacán se le vio a Obrador alzar la mano de un líder de los Viagras, en su campaña de 2018. Sobre un templete

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se le ve sostener el brazo derecho de Eliseo Delgado Sánchez quien fuera el candidato de Morena para ser el alcalde de Buenavista, Michoacán. Posteriormente Eliseo seria ejecutado por el CJNG. Otro narco al que apoyo incondicionalmente fue a José Manuel Mireles, miembro de los

H3 y vínculo con el Cartel Jalisco Nueva Generación y empleado del narco de narcos el Migueladas. 6. La liberación de Ovidio Guzmán líder de los chapitos y el saludo a la mama del Chapo Guzmán. Esta historia esta como para juzgar a López Obrador por ser el aliado político de varios carteles entre ellos, el Cartel de Sinaloa a quien premio con la liberación de 54 reos de alta peligrosidad del penal de Aguaruto el día en que el narco a plena luz del día le tomó Culiacán con la complicidad del “glorioso” ejército mexicano, la policía municipal, estatal y federal, ni las manos metieron para detener al hijo del Chapo Guzmán. 7. Carlos Lomelí, exdiputado por Morena, ex virrey de Jalisco y excandidato a gobernar por Morena. Quien ha sido el gerente del lavado de dinero del narco y quien esta vetado en Estados Unidos por la procedencia ilícita de los miles de millones que regentea y quien hoy sigue siendo miembro distinguido de Morena sin ser siquiera investigado por sus nexos con el crimen organizado. 8. La mafia rumana y el Sr. de las Ligas. A René Bejarano se le vincula ahora con la mafia rumana, En un documento presentado en octubre de 2020 en el gabinete de seguridad, destaca el líder del Movimiento Nacional por la Esperanza y exdiputado local en Ciudad de México René Bejarano, ubicado por los servicios de inteligencia como uno de los principales vínculos de Florian Tudor de la mafia rumana. (Vanguardia Mx). Antecedentes finales Ninguno de estos miembros de las mafias políticas que hoy regentean Morena como si fuera un congal serán investigados, y todo quedará en el olvido, mientras López Obrador los sostiene como el crimen organizado lo sostiene a él y a todos los partidos políticos que, como siempre, han servido, junto con el narco ejército, como empleados del crimen organizado cuando están en el gobierno. Las feministas y una abogada laborista que le apostaron a fortalecer al patriarcado corrupto en el poder, no tienen mucho que hacer allí, mas que fortalecer a uno de los partidos que, como todos, llegó al “poder” gracias al crimen organizado. ¡Ya chole! Con su oportunismo. Bueno, ya se quitaron la mascara.


el Zemillero

Alto a las agresiones contra las BAZ

Contra el despojo, la solidaridad Informe de la Caravana de Solidaridad y Documentación en la comunidad autónoma zapatista Nuevo San Gregorio, realizada desde el 29 de Octubre del año 2020 hasta febrero del 2021.

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rganizaciones, colectivos y redes adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona presentamos este 2º. Informe con la finalidad de difundir y denunciar las agresiones, amenazas y hostigamientos perpetrados por un grupo de invasores que atentan contra la integridad física, emocional y la soberanía alimentaria de lxs bases de apoyo de Nuevo San Gregorio. Dicha comunidad pertenece al Municipio Autónomo Lucio Cabañas, Caracol 10, “Floreciendo la Semilla Rebelde”, Junta de Buen Gobierno “Nuevo Amanecer en Resistencia y Rebeldía por la Vida y la Humanidad”, en la zona de Patria Nueva, territorio recuperado en 1994 por el EZLN. En el informe destacamos las acciones contrainsurgentes (mecanismos de violencia) desplegadas por el grupo de invasores que están constantemente amenazando y provocando a las familias de la comunidad autónoma zapatista Nuevo San Gregorio. Acciones que vienen, ya sea por concertación u omisión, de la mano de las políticas de los tres niveles del mal gobierno: Federal, Estatal y Municipal. A lo largo de los meses, lxs participantes en la Caravana hemos constatado las acciones realizadas por parte del grupo invasor. Acciones que han quedado impunes al cobijo del régimen actual. La complicidad de este régimen con los grupos agresores es más que obvia en este y en otros muchos casos donde la resistencia de las comunidades y pueblos significa un freno a las políticas de destrucción y despojo; proyectadas y efectuadas por el gobierno de la autodenominada “Cuarta Transformación” (4T). Este régimen se ha dedicado a imponer a los pueblos originarios proyectos que van contra la propia Naturaleza y por consiguiente contra la Vida misma, dando así continuidad a las políticas de despojo territorial que datan de tiempo atrás. Durante estos más de dos años de gobierno lopezobradorista hemos presenciado una constante embestida hacia el proyecto autónomo zapatista y de otras resistencias como a lo largo y ancho del territorio nacional. La falta de intervención o acción concertada de la “Cuarta Transformación” con los distintos grupos de agresores en el territorio zapatista ha provocado, en estas y otras familias bases de apoyo del EZLN, diversos daños que atentan contra su salud física y mental; contra su derecho a la alimentación; además de la destrucción de bienes tanto individuales como colectivos, destrucción de la naturaleza y robo de tierras recuperadas y en posesión legítima del EZLN desde 1994. Como explicaremos más adelante, cuando el mal gobierno señala que la situación en Nuevo San Gregorio se trata de un conflicto intercomunitario, busca encubrir lo que existe de fondo, que no es otra cosa más que

la intensión de frenar la lucha por la autonomía. A continuación, exponemos algunos datos y un recuento de hechos registrados por la Caravana, con el objetivo de aportar una visión más amplia de lo que ha sucedido en Nuevo San Gregorio desde hace más de un año: 1. Origen de Nuevo San Gregorio. El poblado Nuevo San Gregorio, perteneciente al Municipio Autónomo Rebelde Zapatista (MAREZ) Lucio Cabañas, Caracol 10 Floreciendo la Semilla Rebelde, forma parte de las tierras recuperadas en 1994 por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Cuenta con una extensión aproximada de 155 hectáreas, incluyendo el casco de la ex hacienda llamada “Casa Grande”. En 27 años de resistencia, esta comunidad, al igual que todas las comunidades zapatistas, ha logrado fortalecer los diferentes trabajos que conforman su proceso de autonomía: agroecología, salud, alimentación, educación, justicia, economía. Las bases de apoyo zapatistas han puesto en marcha diferentes trabajos colectivos, como una tienda de abarrotes, así como la producción y venta de artesanías, alfarería, carpintería, ganado, hortalizas, árboles frutales y medicinales. La comunidad cuenta también con una casa de salud y una escuela secundaria autónomas. Es en este territorio donde el grupo llamado “Los 40 invasores”, solapado por los diferentes niveles del

mal gobierno, está buscando despojar de tierras a la organización zapatista. 2.- El grupo de “Los 40 Invasores”. Las bases de apoyo relatan que el grupo de “Los 40 invasores” provienen de los ejidos San Gregorio Las Casas, San Andrés Puerto Rico, Ranchería Duraznal y Rancho Alegre. Algunos de sus integrantes tienen cargos ejidales y eclesiales, y son propietarios de tierra en sus ejidos. Entre los líderes se identifica a Nicolás Pérez Pérez, ex regidor del PRD en Huixtán (20082010), propietario de 60 hectáreas de terreno en la comunidad Buena Vista, municipio de San Cristóbal; Sebastián Bolom Ara, ex funcionario de Huixtán (2016-2018); Pedro Hernández Gómez, ejidatario en San Gregorio Las Casas; y Javier Gómez Pérez, ejidatario en la Ranchería Duraznal. En este grupo también se encuentran ex policías de Huixtán. 3.- Recuento de provocaciones y hostigamiento. Hace un año y tres meses que el grupo de “Los 40 invasores” llegó al Poblado Nuevo San Gregorio, y las provocaciones y agresiones han ido en aumento. Entre otras afectaciones, los invasores han impedido a las bases zapatistas sembrar y cosechar sus alimentos; han ejercido de manera constante diversos actos de vigilancia y hostigamiento contra los pobladores, principalmente contra las mujeres; han impedido el acceso a los terrenos y lugares de trabajo mediante cercas de alambre; han destruido hortalizas y cortado mangueras que suministraban agua en diferentes espacios de la comunidad; han provocado enfermedades e incluso la muerte de ganado colectivo e individual de las familias zapatistas. Las bases de apoyo zapatistas señalan: “Este grupo de invasores no necesita la tierra, si la necesitaran de verdad la trabajarían en colectivo”. Y agregan: “Ellos ni interés tienen en la tierra porque ellos tienen tierra, tienen buenos carros, ganados. O sea, tienen dinero, sólo porque nos trata de chingar, nos trata de acabarnos como la Organización, en general pues”. Las acciones de este grupo mantienen en alerta permanente a las familias zapatistas. El siguiente es un recuento general de hechos constatados por la Caravana en las visitas realizadas desde noviembre del año pasado a la fecha: Noviembre/2020: Al igual que en el mes de octubre, los invasores continúan metiendo a su ganado a pastorear en terrenos colectivos de las bases de apoyo zapatistas, poniendo en riesgo árboles frutales, plantas medicinales y cultivos de trigo. Diciembre/2020: Los invasores, armados con machetes, cuchillos y palos, se posicionan en la “Casa Grande” y realizan reuniones en el lugar, afectando con ello el espacio de la secundaria autónoma que se ubica en esa área; realizan recorridos en los sembradíos colectivos y el tanque de los peces, así como en los lugares donde hay ganado de las familias zapatistas; intentan reventar el alambrado que tiene el ganado colectivo ubicado en Piedra Alta; comienzan a robar frutas, verduras y plantas medicinales que han sido sembrados y cuidados por estudiantes de la secundaria zapatista;

realizan vigilancia cerca de las casas de las bases de apoyo zapatistas. Enero/2021: Los invasores mantienen bajo vigilancia el trabajo de la carpintería colectiva y el centro de la comunidad; comienzan a meter su ganado individual en espacios donde está el ganado colectivo de las base de apoyo; continúan ocupando y haciendo reuniones en la Casa Grande; comienzan a fotografiar vehículos pertenecientes a la Caravana; en el espacio de la escuela secundaria instalan vigilancia y empiezan a chaporrear los árboles frutales; vigilan el trabajo colectivo que realizan los y las zapatistas a un costado de la secundaria autónoma; desconectan el agua que abastece el estanque del ganado colectivo e instalan personas de vigilancia a 50 metros del centro de la comunidad donde están concentradas las bases de apoyo zapatistas. Febrero/2021: Los invasores se establecen de manera permanente en la “Casa Grande”; instalan guardias en 5 lugares para vigilar, observar con binoculares y tomar fotos a las familias zapatistas y a integrantes de la caravana; inician el arado de la tierra con 2 tractores y comienzan a sembrar maíz; inician el corte de árboles en las tierras invadidas; en la zona donde se ubica la hortaliza zapatista, dividen los terrenos en fracciones de 40.5 metros cada fracción; inician la quema de parcelas donde hay ganado de las bases de apoyo zapatistas; comienzan a mover el ganado de las bases de apoyo fuera de los lugares donde los ubican sus dueños; desconectan mangueras que sirven para regar los diferentes cultivos, así como las tuberías para el estanque de peces; queman la manguera con la que se regaba la hortaliza colectiva. 4.-Incremento de hostilidades. Las acciones de hostigamiento por parte de “Los 40 Invasores” se han intensificado a partir del día 1 de febrero, poniendo también en riesgo la vida de las bases de apoyo zapatistas. Los siguientes son testimonios y hechos registrados en Nuevo San Gregorio durante las últimas semanas: “Llevamos casi ocho días aquí, secuestrados en un solo lugar, ahora sí. Las familias que tenemos nuestras casitas, nuestros animales o lo que tenemos cada persona, cada familia, pues ahorita está abandonado” (Testimonio de un integrante de las bases de apoyo zapatistas, 7 de febrero de 2021) A inicios del mes de febrero, el grupo de “Los 40 invasores”, equipados con machetes, cuchillos, macanas, radios de comunicación, binoculares y celulares montan guardias en varias posiciones: en los diferentes terrenos y espacios de trabajo de la comunidad, en la carretera, en el acceso al manantial y frente al centro de la comunidad. Uno de los invasores, Miguel Bolom Ara, se viste de policía mientras vigila a las familias zapatistas que, para evitar cualquier tipo de enfrentamiento, se han concentrado en el centro del poblado. “¿Qué estamos haciendo nosotros?”, se preguntan las familias zapatistas frente a esta situación. Y agregan: “Estamos en nuestra casa y todavía nos

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Abajo y a la Izquierda: Contra la Explotación, el Despojo, el Desprecio y la Represión De la 21 tienen cerrados como si fuéramos sus borrego. Nos vienen a vigilar”. En este mismo periodo ha aumentado también el hostigamiento hacia las mujeres bases de apoyo zapatistas, ya que ellas han asumido algunas tareas comunitarias que antes hacían junto con sus compañeros, con el objetivo de evitar provocaciones directas de los invasores hacia los hombres de la comunidad. Entre otras cosas, las mujeres zapatistas realizan los cuidados del ganado, así como el encendido y apagado de la bomba que surte de agua al centro del poblado. La vigilancia y presencia de los invasores en los diferentes espacios de trabajo de la comunidad, han generado una situación de estrés constante entre las mujeres zapatistas. Una de ellas, narra: “En la tarde ayer, había una persona que nos estaba vigilando cuando nosotros estábamos dándole agua al ganado, salió con una resortera, ahí en el fondo, donde está el arroyito. Ese mismo día, otra vez bajaron, no sé dónde está ocultado otro, creo que ahí nomás en esa esquina; cuando nos dimos cuenta, bajó, otra vez, así con su machete, jugueteando su machete, y nosotras pues nos dimos cuenta de eso, pero nosotras, pues, como sabemos que estamos en nuestro derecho, pues solamente vimos que bajó con su machete, ahí que lo haga, dijimos así, porque nosotras, no somos como ellos que vienen a provocar.” Debido al hostigamiento y al cerco que mantienen los invasores, no se ha podido realizar la siembra de maíz y frijol que las familias zapatistas tenían programada del 1 al 4 de febrero, con lo que se pone en riesgo su alimentación. Al respecto, dice uno de los afectados: “Ya llevamos 1 año y 3 meses viviendo todo esto. Entonces, cuando empezamos a quebrar la tierra, estamos muy contentos porque ahora sí podemos cosechar tan siquiera unos elotitos. No vamos a llenar el granero, pero tan siquiera unos elotitos vamos a probar, es lo que dijimos; pero resulta que, con esto, nos está atrasando el tiempo, otra vez, nos estamos quedando mal”. Durante el mes de febrero, el “Grupo de los 40 Invasores” ha arado 12 hectáreas y media de las tierras que mantiene invadidas, con 2 tractores alquilados. Se calcula un costo de 23 mil pesos por la renta de los 2 tractores, y 2 mil 300 pesos de gasolina por hectárea arada. Los invasores han realizado mediciones y han marcado parcelas individualizadas en estos mismos terrenos, en donde hasta ahora han sembrado aproximadamente 2 hectáreas de maíz. Es importante reiterar que dentro de esas tierra se encuentran espacios de hortalizas, árboles frutales, plantas medicinales y ganado de la bases de apoyo zapatistas. Frente a estas acciones en contra del proceso de autonomía que defienden las bases de apoyo zapatistas de Nuevo San Gregorio, es importante entender cómo estos mecanismos de violencia forman parte de una estrategia de Estado que da continuidad a la ya conocida Guerra Integral de Desgaste dirigida contra el movimiento zapatista.

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Mecanismos de violencia En el contexto de Chiapas, México, atravesado por la Pandemia y la operatividad del Plan Nacional de Desarrollo del mal gobierno de MORENA y la “Cuarta Transformación”, el panorama de despliegue y reconfiguración de la actual forma de operar de la Guerra Integral de Desgaste hacia los pueblos zapatistas muestra contundentemente que el objetivo es invadir las tierras recuperadas desde 1994 para acabar con la autonomía zapatista, la cual frena el modelo capitalista neo-extractivista; el saqueo y mercantilización de los bienes comunes y en consecuencia el aniquilamiento de la vida campesina y la devastación de la Madre naturaleza. En lo que va de 27 años de existencia de la territorialidad zapatista desde 1994, es claro que el EZLN viene respetando y cuidando a la Madre Tierra al generar vida comunitaria desde su Autonomía. Se vive una vida digna desde el ejercicio de los pueblos en resistencia-rebeldía que construyen autosustento con trabajo colectivo para una vida saludable e integral, donde las familias ejercen el derecho a una alimentación y salud equilibrada y equitativa. Los ríos y lagunas no están contaminados, los suelos están sanos, las montañas, los bosques, selvas y ceibas siguen de pie, las mujeres, jóvenes, niños y niñas ensayan arte, cultura, educación. Los pueblos deciden sus formas de autogobernarse. En el contexto del sexenio de MORENA y Andrés Manuel López Obrador, la Guerra de Contrainsurgencia de la “Cuarta Transformación” en Chiapas, sigue en práctica. Las estrategias de ataque siguen siendo de tipo económico, político, agrario, psicológico y militar-paramilitar. Sin embargo, ahora no sólo se pretende acabar con el proyecto de vida que plantea el EZLN sino de todos los pueblos que resisten. Ejemplo son los Megaproyectos como el mal llamado Tren Maya y la Super-Carretera Palenque-San Cristóbal-Tuxtla-Pijijiapan, los Programas de exterminio campesino desde Sembrando Vida y la Militarización desde la Guardia Nacional (GN) que están ejecutándose de forma veloz, y sobre todo durante la declaración de la Pandemia (marzo del 2020). Siendo el objetivo proteger el desarrollo de dichos megaproyectos mientras compran conciencias con cuotas de dinero para militarizar todo el estado. La construcción y ubicación de la Guardia Nacional no está donde hay mayor presencia del narcotráfico y crimen organizado, sino donde hay más organización y movilización indígena en defensa de la tierra y el territorio. Por ejemplo, la construcción del Cuartel General de Chilón en la zona Norte pretende ampliar el perímetro de control de la 39 Zona Militar y se articula con el proyecto de Sembrando vida en la zona Selva de Ocosingo, que está creando una división comunitaria para agilizar la privatización/individualización de las tierras colectivas con la ayuda de los mismos jóvenes de las comunidades que se inscriben al programa “Jóvenes Construyendo Futuro” y paralelamente tienen una relación con la Guardia Nacional. Otra característica de esta Guerra Integral de Desgaste en contexto

de MORENA es la velocidad en la que operan los grupos armados ante la impunidad que les conceden los tres niveles de gobierno. Lo que hace mucho más visible que su objetivo está en acabar con la organización del EZLN a través del despojo de las tierras recuperadas. Los grupos armados actúan en total impunidad a pesar de los testimonios recogidos en la zona y de las denuncias correspondientes de organizaciones de Derechos Humanos y de la Sociedad civil. El trabajo sucio del gobierno es tarea de dichos grupos. Son las pirañas que tienen permitido amenazar, atacar, robar, asesinar y hostigar a las familias y pueblos zapatistas en medio de un escenario de 100% de impunidad orquestado desde los tres niveles de gobierno. Por ejemplo; en la comunidad zapatista de Nuevo San Gregorio los líderes corruptos son ex-policías, religiosos con cargos, propietarios de más de 40 hectáreas, y son premiados con dicha impunidad para seguir ejecutando actos criminales, acompañados con estrategias de dividir a la comunidad con partidos políticos, repartir programas sociales para facilitar dicha división comunitaria y ofrecer la venta de las tierras recuperadas a otros propietarios ajenos a la comunidad. En suma; a partir del gobierno de AMLO y su “Cuarta Transformación” el modelo de Contrainsurgencia sigue pero con un corte más cínico, al estar violando derechos humanos, acuerdos, tratados y pactos nacionales e internacionales usando una supuesta legitimidad electoral para hacer el mismo trabajo criminal de los anteriores del PRI, PAN y PRD. Así, la estrategia está siendo articular varias tácticas que van desde una campaña informativa de desprecio y desprestigio hacia el EZLN íntimamente relacionadas con la presencia de

la Guardia Nacional y grupos armados, la ejecución de Megaproyectos y programa de descampesinización como “Sembrando Vida” y el hostigamiento a miembros del CNI. Teniendo como objetivo una avanzada que consiste en despojar de la tierra recuperada a los pueblos zapatistas. Nuevos Mecanismos de Violencia: En el Informe presentado el 11 de Noviembre del 2020. Identificamos 7 mecanismo de violencia de la Guerra Integral de Desgaste hacia los pueblos zapatistas de NSG y región Moisés Gandhi:1.-Invadir tierras y destruir la Madre naturaleza; 2.-Cercamiento con alambrados y ambiente de balazos; 3. Violentar el derecho al acceso al agua; 4. Provocar el hambre; 5. Destruir la economía autónoma; 6. Violencia de difamación, calumnia y desinformación; 7. Mecanismos de Violencia hacia los cuerpos-territorios de las Mujeres (https://redajmaq.espora.org/ informecaravana2020). En lo que va de diciembre, enero y febrero identificamos en la comunidad zapatista de Nuevo San Gregorio: 1. La avanzada de los invasores está en el hostigamiento cada vez mayor del cercamiento hacia los espacios vitales de las familias zapatistas. Dispositivo de “apretada de pinzas” para forzar el desplazamiento dentro de las mismas tierras recuperadas. La modalidad de dominio y terror que adquiere el despojo frente a la impunidad de los tres niveles de gobierno hacia los grupos invasores ha llevado a que las familias zapatistas abandonen sus casas y se concentren en un espacio de resguardo seguro; las familias han quedado encapsuladas en tres cuartos de hectárea, ahí siguen resistiendo

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el Zemillero De la 22 desde el trabajo colectivo de la carpintería, la clínica, la escuela, tienda, iglesia. 2. El desgaste psicosocial para las mujeres es cada vez mayor. Situación que las coloca en un estado de vulnerabilidad al no poder transitar libremente y estar bajo intimidación permanente por parte de líderes invasores. El existente peligro que viven las mujeres cada vez que van por leña, a darle de beber agua a los animales, a la pequeña parcela por algo que cosechar, a cuidar sus casas y pollos. La crueldad física directa y de violencia psíquica-social está violentando el derecho de las mujeres, niños y niñas a una vida libre de violencia al ejecutar actos lesivos contra su integridad física, mental, social y económica con el objetivo de establecer roles de subordinación y provocar el desgaste total. 3. Como consecuencia vemos la conversión del territorio común a propiedad privada. Invadir, cercar y parcelar la tierra recuperada para generar terror y desánimo una vez que transforman todos los espacio vitales-elementales para la reproducción de la vida comunitaria y autónoma en espacios exclusivos de propiedad privada donde la relación hacia la Madre naturaleza cambia a su uso como mercancía. 4. Nuevos terratenientes líderes. Los catequistas , ex policías y propietarios de tierras ofrecen tierras recuperadas a personas ajenas a la comunidad, ponen a la venta la tierra en paralelo a la continuidad de la difamación, calumnia y desinformación acerca del proyecto de vida y la forma organizativa autónoma de los pueblos zapatistas. Una vez presentados estos mecanismos de violencia estamos constatando que el diagrama de avanzada de la Guerra de Contrainsurgencia en Chiapas cada vez es más cínico por parte de los tres niveles del mal gobierno que premia con impunidad a quienes ejercen actos criminales. Así, la estrategia está siendo articular varias tácticas que van desde una campaña informativa de desprecio y desprestigio hacia el EZLN íntimamente relacionadas con la presencia de la Guardia Nacional y grupos armados, la ejecución de Megaproyectos y programa de descampesinización como Sembrando vida y el hostigamiento a miembros del CNI. Teniendo como objetivo una avanzada que consiste en despojar de la tierra recuperada a los pueblos zapatistas.

serie de mecanismos de una violencia estructural que resultan en impactos a la salud física y mental en las niñas, niños, mujeres y hombres de las comunidades afectadas. En este contexto de provocación y agresión prolongada se ha generado una crisis profunda dentro de las familias pertenecientes a la comunidad de Nuevo San Gregorio. No debemos de olvidar que desde el levantamiento armado de 1994 a la fecha, este tipo de situaciones se reactiva durante este gobierno como un patrón de contrainsurgencia enfocado en desfragmentar la resistencia y permanencia de la autonomía zapatista. El dispositivo de violencia está en provocar de manera permanente angustia, llanto, miedo, dolor, rabia, sentimientos que se vuelven cotidianos. Los actos de agresión y provocación que está generando el grupo de invasores una vez que se van interiorizando en los cuerpos de las mujeres y niñas, niños. De tal manera el grupo de personas que han invadido el territorio recuperando desde 1994 violentan el derecho de las familias de NSG a una vida libre de violencia y ejecutan actos lesivos contra la integridad física, mental, social y económica. Exponer dichos mecanismos de violencia muestra cómo funciona la maquinaria del crimen, muerte y destrucción contra un proyecto de vida que construye autonomía. El grupo de personas invasoras imponen un estado de zozobra, tensión y de vulnerabilidad cotidiano y permanente. El grupo de invasores ejecutan actos de crueldad física directa violencia psíquica-social: • Cercar y secuestrar a las familias en sus propias casas y tierras. • Cercar y secuestrar animales, manantiales y ríos. Este es el despliegue y re-configuración de la actual forma de operar contra la vida y las autonomías. Es por ello por lo que las agresiones perpetradas el grupo de invasores son una evidente acción de atacar y golpear a la autonomía zapatista y su estructura organizativa. Su actuar se basa en crear un clima permanente de tensión y provocación. Ante toda esta situación de agresiones las familias zapatistas de NSG no han caído en provocaciones y siguen en su empeño de defender la vida. La defen-

sa de la vida no sólo se limita a la propia, sino que se amplía pues como nos han repetido en múltiples ocasiones, como defensores de la Madre Tierra que son, “No somos dueñxs de la tierra, somos guardianes”. Es la dignidad sembrada y alimentada en 26 años de organización lo que posibilita que frente al dolor-coraje haya más ideas para cuidar la esperanza desde la resistencia y las autonomías de los pueblos. Sus proyectos de vida dicho por ellxs mismos se reflejan en el trabajo colectivo de trigo, artesanías de mujeres, tienda colectiva, carpintería, espacio de alfarería, etc. Debemos aclarar una vez más que las tierras recuperadas son tierras del EZLN, de la organización que tienen a casi 27 años de lucha y resistencia una mirada de larga duración en la construcción de un mundo diferente donde se construyan muchos mundos, donde el proceso organizativo a través de la autonomía desde la comunidad y la colectividad es una de la formas de construcción de la vida, de respeto a la Madre Tierra, es decir de un lugar de resistencia donde se construye humanidad para la humanidad. Sabemos que esto se ha repetido en el informe anterior, reiteramos estás palabras con la idea clara que la situación en la cual están pasando las familias zapatistas de NSG no ha cambiado al contrario ha empeorado, seguimos en esa misma línea pues la amenaza continúa. En ese mismo sentido no dejaremos de denunciar la implicación de los tres niveles de mal gobierno en todo lo anteriormente descrito, las políticas de destrucción y de despojo que no han cesado nunca pese a la anunciada transformación o cambio que decía representar este gobierno. “Como compañeros y compañeras vamos a resistir aunque nos pase mil cosas feas, pero la esperanza llegará, seguiremos adelante tejiendo vida para el mañana que todos esperamos, la resistencia y rebeldía en nuestros corazones la llevaremos siempre, porque nosotras y nosotros somos guardianes de la Madre Tierra, no somos dueños, porque la tierra no es de nosotros es de todos que luchamos por una vida. Nacimos en ella, vivimos en ella, la vamos a cuidar y la vamos a proteger y si es necesario moriremos por ella”. (Palabras de los compañerxs zapatistas de NSG)

La Caravana de solidaridad y documentación estuvo monitoreada y acompañada por el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casa, quienes han verificado y documentado la situación de despojo territorial y de violaciones a los derechos humanos en marcados en los Acuerdos de San Andrés y demás instrumentos jurídicos que están contenido la legislación nacional e internacional. Este informe es parte de una campaña de difusión y solidaridad que estamos realizando y en la que solicitamos su colaboración para que desde sus espacios lo circulen y lleven a cabo acciones en pro de las comunidades zapatistas. Invitamos a todxs a estar atentos de la situación de la comunidad autónoma zapatista de Nuevo San Gregorio y en general de lo que ocurra en territorio zapatista. Les seguiremos manteniendo informadxs de lo que acontezca. No dejaremos de denunciar estos hechos y la complicidad que tienen los tres niveles de mal gobierno, tampoco dejaremos de acompañar a nuestrxs compañerxs zapatistas Nuestrxs compañerxs zapatistas no están solxs y seguiremos caminando junto con ellxs. Atentamente: Centro de Derechos de la Mujer Chiapas, A.C. (CDMCH). Colectivo Anarcista El Pueblo (Grecia) Desarrollo Económico y Social de los Mexicanos Indígenas, A.C. (DESMI). Desarrollo Tecnológico y Servicios Comunitarios El Puente, S.C. Enlace Civil, A.C. Espacio de Lucha Contra el Olvido y la Represión (ELCOR). Grupo de trabajo No Estamxs Todxs. Lumaltik Herriak. Médicos del Mundo, Suiza-México. Memoria Viva. Promedios de Comunicación Comunitaria A.C. Red de Resistencia y Rebeldía Ajmaq. Salud y Desarrollo Comunitario, A.C. (SADEC). BIZILUR. TxiapasEKIN Plataforma. Y otros Colectivos, organizaciones y personas adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandon

Conclusiones Las organizaciones, colectivos e individuos/as que participamos en esta caravana de solidaridad, todas adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, damos cuenta de la documentación en la que pudimos recoger testimonios y evidencias de los hechos concretos relacionados en este informe que se derivan en una

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Abajo y a la Izquierda: Contra la Explotación, el Despojo, el Desprecio y la Represión

Pueblos indígenas:

SIN GARANTÍAS JURÍDICAS

por: Mayvelin Flores / Periodistas Unidos / RUA* Fotografías: Francisco Lion – COTRIC

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l pasado 16 de febrero se cumplieron 25 años de la firma de los Acuerdos de San Andrés entre el gobierno mexicano y el EZLN. Derivados de la primera mesa de dialogo sobre “Derechos y Cultura Indígena”, en estos acuerdos se plasman varias de las aspiraciones y demandas legítimas de los pueblos indígenas y originarios que se asientan en lo que hoy denominamos México. Una de estas demandas centrales fue el reconocimiento jurídico,

y no sólo político, de los pueblos indígenas como sujetos de derecho. Es conocido por quienes apelan a la memoria histórica que el gobierno federal de carácter priista de ese entonces, traicionó los términos establecidos para el dialogo, es decir el cumplimiento de los acuerdos firmados para continuar con el proceso de negociación. La simulación del gobierno, en su intención de resolver el conflicto armado, imposibilito que las siguientes mesas de dialogo sobre “Democracia y justicia”, “Bienestar y desarrollo”, “Reconciliación en Chiapas y derechos de la mujer”, así como la cancelación de la declaratoria de guerra hecha por el EZLN al gobierno mexicano y la firma del acuerdo de paz definitivo se realizaran. Con la alternancia política de 2001, parecía abrirse una posibilidad para retomar el dialogo y el cumplimiento de los acuerdos firmados cinco años atrás. El resultado de este episodio fue la aprobación de una

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contrarreforma constitucional en materia de derechos y cultura indígena, conocida como “Ley Cocopa”, que no sólo no retoma los aspectos

sustanciales de los Acuerdos de San Andrés, sino que los contradice. Es así que los pueblos indígenas serán reconocidos como sujetos de interés publico y no como sujetos de derecho. Con este revés, tanto el EZLN como el Congreso Nacional Indígena (organización que se constituye en 1996 a partir de los trabajos realizados para la primera mesa de dialogo), deciden dar la espalda a la clase política mexicana representada en los tres principales partidos políticos con registro (PRI, PAN, PRD). Aun con todo en contra, ambas organizaciones, concentraron sus esfuerzos organizativos en la defensa de sus territorios amenazados por megaproyectos y allí donde las condiciones se los permitieron a la construcción, por la vía de los hechos, de su autonomía. Canceladas las vías institucionales desde 2001, ni siquiera la reforma constitucional de 2011 permite a los pueblos indígenas la defensa de sus derechos. Pese a que en el ámbito internacional se garantiza a los pueblos indígenas su derecho a la consulta previa, libre e informada sobre asuntos que les impactan de forma directa, tal es el caso de los megaproyectos que se pretenden instalar en sus territorios. El actual gobierno ha utilizado en su beneficio la contrarreforma de 2001, pues al no existir un sujeto jurídico reconocido constitucionalmente para realizar las consultas, el actual régimen esta construyendo de manera artificiosa los sujetos de las consultas que realiza, consultas que no cumplen con ninguna normatividad y son solo actos de propaganda electorera. Por ello, a pesar de los diferentes recursos jurídicos interpuestos por los pueblos indígenas afectados por megaproyectos como el caso del Proyecto Integral Morelos o el Tren Maya, donde se han logrado suspen-

siones dictadas en favor de los pueblos indígenas, estos proyectos no se han detenido. Esta vez, la guerra la ha declarado el Estado y el gobierno a los pueblos indígenas, la disputa es por el territorio de estos pueblos en beneficio de capitales nacionales e internacionales que solo dejaran a su paso una estela de muerte y destrucción como se ha comprobado en otras latitudes. Como prueba de esta guerra en contra de los pueblos indígenas, tenemos que desde 1996 y hasta la toma de protesta en 2018 del actual régimen, 112 miembros del CNI han sido asesinados y cinco más desaparecidos. La llegada de un “nuevo” partido al poder en este caso, no representó ninguna posibilidad de cambio. Para la clase política mexicana, el tema de los derechos de los pueblos indígenas es un capitulo cerrado. Más aún, el actual régimen representa para los pueblos indígenas aglutinados en el CNI –pero no sólo- la continuidad de varios megaproyectos que ponen en riesgo su existencia misma. Tan solo en los primeros dos años del actual gobierno, 11 integrantes del CNI fueron asesinados y otros cinco desaparecidos. Como podemos ver los causes institucionales son limitados, aún así los pueblos indígenas siguen librando esta guerra por todos los frentes y con todos los medios a su alcance. Sin garantías jurídicas, los pueblos indígenas como sujeto colectivo están sumamente expuestos, corresponde a la sociedad organizada acompañar a estos defensores y hacer nuestras sus demandas. Pues en las condiciones actuales, la lucha de los compañeros del CNI se convierte en la defensa de la vida misma. Una posibilidad de vida distinta a la que el desarrollismo capitalista nos ofrece como única opción. * El presente texto es resultado del trabajo colectivo de la Red Universitaria Anticapitalista En memoria del compañero Samir Flores, asesinado el 20 de febrero de 2019 a tres días de realizarse la “consulta de AMLO” para dar continuidad al Proyecto Integral Morelos.


el Zemillero

el Zemillero es una publicación de la Interregional de Redes, Organizaciones y Colectivos de Resistencia y Rebeldía, o como se llamen, que construyen autonomías en sus respectivas geografías; adheridos a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona; un Nosotros que, en su quehacer cotidiano, se sujeta a los Siete Principios del Buen Gobierno de las Comunidades Autónomas Zapatistas.

Se edita bajo la responsabilidad de todos y cada uno de los colectivos que abajo y a la izquierda y, de acuerdo a sus tiempos y sus formas, se suman a la lucha por destruir al Sistema capitalista. Los artículos se publican tal y como lo envían colectivos y comunidades quienes son los responsables de su contenido. No hay “artículos de opinión”; se presentan tal cual llegan; que sean lxs lectorexs quienes formen su opinión a partir de la información. No hay tampoco artículos “editoriales”; en los casos de que es necesario complementar la información, esta tarea se encomienda a los Talleres de Periodismo Comunitario para que presenten el contexto del texto. Nos encontrarás en todas las geografías en las que se lucha por construir autonomía y también en: FB: Zemillero zapatista https://www.facebook.com/zemillero.zapatista y el Zemillero https://www.facebook.com/groups/2817346438376858/

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nrique Peña Nieto l verdadero padre del Tren Maya

Resistiendo a pie de tierra

Amparo definitivo contra el Tren Maya

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rdenar “la suspensión provisional de los actos reclamados, para el efecto de que no se continúen las obras de construcción del proyecto denominado “Tren Maya”, hasta que se dicte la suspensión definitiva de los actos aquí reclamados” mandató la Juez Cuarto de Distrito en el estado de Yucatán al admitir tres demandas de amparo presentadas por la Asamblea de Defensores del Territorio Maya “Múuch’ Xíinbal” y el Colectivo Chuun t’aan Maya en contra de la aprobación de la manifestación de impacto ambiental otorgada por Semarnat a Fonatur. Los tres juicios de amparo, premegaproyecto del tren maya, tal sentados el día 20 de enero del presente como lo ha establecido la Corte año, impugnaron la constitucionalidad Interamericana de Derechos de la Manifestación de Impacto AmHumanos. biental aprobada por la Secretaría de c) La omisión de realizar una Medio Ambiente y Recursos Naturales evaluación ambiental regional a favor de Fonatur, para la.construcque incluya todo el estudio de los ción del tren, bajo tres argumentos impactos del proyecto de forma fundamentales: integral y no seccionándolo a) La violación al derecho a la por tramos, es decir donde información, puesto que las se determinaran los impactos comunidades indígenas a las acumulativos y sinérgicos o que pertenecen los quejosos residuales ocasionados por el no tuvieron acceso en ningún proyecto denominado tren maya momento a los estudios en su totalidad, y no de manera derivados de la manifestación fraccionada como se ha hecho. de impacto ambiental, es decir, a Frente a estas violaciones alegala información sobre los diversos das en las tres demandas de amparo, impactos ambientales locales la Juez Cuarto determinó conceder las y regionales que el proyecto suspensiones respectivas argumentandenominado tren maya acarreará do que: para el medioambiente y el “… el acto reclamado consiste territorio de esas comunidades básicamente en la autorización de imb) La violación al derecho de información pacto ambiental, que, conforme a la ley a las comunidades afectadas de la materia, es la culminación de un tuvo como consecuencia la proceso en el que se somete a criterio vulneración de su derecho a de la autoridad un catálogo de efectos la adecuada participación de que una obra puede llegar a generar estas en la determinación de sobre el medio ambiente.” las implicaciones e impactos En tal virtud, dicha determinaambientales derivados del ción implica un riesgo preponderante

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para el ejercicio del derecho a un medio ambiente adecuado por parte de los quejosos y no solo de estos sino de sus descendientes, ya que la naturaleza de tal derecho tiende a proyectarse hacia el futuro, buscando que, a la par de la explotación de los recursos naturales para el bien de la generación actual, también se garantice el disfrute de tales recursos, responsablemente, de las generaciones futuras. En ese tenor, se estima que está justificado el peligro que implicaría para la salvaguarda del derecho en cuestión, que no se concediera la suspensión. “…se estima que es un tema de relevancia para la sociedad en general que se garantice un desarrollo sustentable, esto es, que sin que se impida el progreso de la comunidad existente, se salvaguarde una esperanza

de progreso para quienes conformarán esa comunidad en un futuro más lejano.” “… también se estima que existe un interés social en la protección de derechos de tan amplio alcance, como el del derecho al medio ambiente y a una vida digna y a la posibilidad de desarrollar los proyectos de vida de generaciones futuras.” En esa tesitura, Fonatur debe detener las obras del tren maya relativas al tramo 3, deteniendo “los trabajos de construcción que impliquen de forestación o puesta en riesgo de especies de animales actoctonas del territorio del Estado”, hasta en tanto no se defina sobre la suspensión definitiva. Estas nuevas suspensiones, se suman a las que diversas comunidades de la península han obtenido en contra del proyecto denominado del Tren Maya, evidenciando una vez más que el Ejecutivo Federal ha violado sistemáticamente los derechos de las comunidades mayas a la libre determinación al invisibilizarlas y excluirlas del proceso de tomas de decisión sobre un proyecto que afecta y pone en riesgo su territorio y su integridad cultural, En ese sentido, resulta paradójico que, mientras el Ejecutivo Federal firma el Acuerdo de Escazú, que entre otras cosas establece la obligación de los Estados de garantizar el acceso a la información y la participación en materia ambiental a las comunidades indígenas, en los hechos haga todo lo contrario imponiendo un proyecto ambiental, social y culturalmente insostenible para esas comunidades.

Asamblea de Defensores del Territorio Maya “Múuch’ Xíinbal” Chuun t’aan Maya Indignación, Promoción y Defensa de los Derechos Humanos A.C.


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