Semillero de Redes, Organizaciones y Colectivos de Resistencia y Rebeldía adheridos a la Sexta Nacional e Internacional
Cooperación solidaria, agosto 5, 2020, Año I, N. 8
Acercamiento al pueblo Mapuche Chile. A 92 días de la huelga de hambre de presos políticos mapuche
por: Carmen Ibarra*
Presos políticos mapuche encarcelados por el estado chileno esde el 4 de mayo de este año presos políticos mapuche y el Machi Celestino Córdova se someten a una huelga de hambre en la cárcel de Angol, Temuco, posteriormente se suma la de Lebu, exigiendo al estado chileno medidas alternativas al cumplimiento de la injusta pena, debido al contexto de emergencia sanitaria, amparados en el convenio 169 de la OIT. Hasta la fecha (03/08/20) han permanecido 92 días en la huelga y se encuentran en estado de salud crítico. La Corte de Apelaciones rechazó el recurso de Amparo presentado por la Defensoría Regional de la Araucanía el pasado 29 de Julio. Ante el peligro de muerte de sus hermanos y la indiferencia e indolencia del Estado chileno se organizaron protestas en distintas ciudades del territorio y entre las acciones fue la toma de la Municipalidad de Curacautín que fue desalojada este sábado 01 de agosto, violentamente por carabineros y fascistas latifundistas, colonos y lo más lamentable es decir que también fueron partes de esta brutalidad otros mapuche. En el lugar se encontraban familias completas, hay varios heridos y detenidos entre ellxs niñxs.
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Chile país de montajes… “caso Luchsinger-Mackay”
En enero del 2013 el empresario agrícola Werner Luchsinger de 75 años muere calcinado junto a su esposa Vivianne Mackay de 69 años, en un atentado incendiario en su fundo en Lumahue, Vilcún. En julio del mismo año se realiza un registro fotográfico del equipo periodístico del “Diario Austral”, en el Fundo Malla propiedad de la familia Luchsinger Mackay, donde Donlad Mackay fue golpeado por sus familiares por acceder a dar una entrevista ya que mantenían disputas por tierras, el empresario cae al suelo, mientras con risas sus familiares lo graban. En las fotos aparece una camioneta que según testigos es vista huyendo a alta velocidad luego del atentado al fundo en el mes de enero donde mueren sus familiares, antecedentes que no fueron parte de la investigación. En esa fecha aún no se encontraban culpables del atentado y crimen del matrimonio y se especula sobre una disputa entre familias, pero la presa acentúa la hipótesis de que el culpable es el Machi Celestino Córdova y la Machi Francisca Linconao junto a otros comuneros. Posteriormente la justicia detiene e inculpa al Machi Celestino Córdova, y según declaraciones del abogado defensor, el procedimiento se realiza muy rápido con el único objetivo de condenarlo más que investigar, a 18 años de presidio. Familia Luchsinger El suizo Adán Luchsinger Martí llega a Chile en 1883 y el fisco le otorga 60 hectáreas en Quechereguas a 70 km al norte de Temuco, al igual que a italianos, franceses, suizos y alemanes, contactados en Europa por la “Agencia de Colonización”. Llegaban con lo puesto, desembarcaban en el puerto de Talchahuano, puerta de entrada a la Frontera, también conocida como la “California del sur”. El estado chileno determino que los terrenos de mapuches eran terrenos baldíos y sin uso, entregando
a los colonos a través de esta agencia, “hijuelas de 70 cuadras, más otras 30 por cada hijo varón mayor de 10 años, pasajes a Chile, materiales de construcción, madera, clavos, herramientas, una yunta de bueyes, una vaca con una cría, arado, carreta, máquina destroncadora, pensión mensual por un año y medicina gratis para dos”. Las reducciones o comunidades, fueron territorios donde más bien se encerraba a las familias, las que apelaban incansablemente en juzgados y oficinas públicas, sin saber leer y escribir castellano, muriendo de pena, enfermos y engañados. Adán Luchsinger se casa con la alemana Margaretha Rüf Struder, nacen sus hijos y en 1906 la familia se traslada a Vilcún y compra 60 hectáreas al alemán Emilio Quepe. Desde ahí en adelante comienzan a comprar y usurpar terrenos y en 1936 al fallecer poseía 1000 hectáreas. Diez comunidades mapuches datan títulos de merced entre 1908 y 1909 en Vilcún, de terrenos que colindan los de Luchsinger, denunciando despojo y usurpación primero por parte del estado y luego de esta familia. Los relatos de comuneros cuentan que “antes no habían cercos y como ellos eran de plata los hicieron, marcaban donde se les antojaba, ¿que iban a hacer los peñis?, si no habían medios, luego llego la mensura e hicieron todos los documentos de posesión efectiva”. La familia Luchsinger instala una pulpería en su fundo, que era una especie de almacén o tienda donde los peñis iban cada sábado a buscar alimentos, harina, trigo, sobre todo en las épocas de noviembre y diciembre de grandes hambrunas, mucha gente murió de hambre. Luchsinger habría libretas y cada fin de mes se les cobrara la deuda, la gente hipotecaba todo lo que tenía, no había dinero, fue tanto el proceso de reducción, tan violenta la poscolonización que hubo gente que quedo sin nada, les quitaron sus tierras, animales y todos sus sembrados. Cuando llegaba la época de cobrar, salía con carabineros, corría lo cercos y así fue ampliando sus tierras, exigía el pago
de las deudas de los peñis que compraban para sobrevivir, en tierras, él llegaba y decía tanto me debe usted y como no tiene con qué pagarme, me paga en tierra”.
Colibrí rebelde
Marichiweu! E
n idioma mapudungun, “Cien veces venceremos” se grita Marichiweu!, y se expresa a todo pulmón porque así es como deben de ser los gritos de guerra, en este caso el de la indómita Nación Mapuche. En 2013 el Sub Marcos escribió el prólogo a un libro que así se nombra: Marichiweu!, de la chilena Marlene Feeley; en ese texto, “Diez veces venceremos”, el ahora finado Sub Marcos afirmaba, citando a los de arriba: “Sí, hemos sembrado el odio, el cinismo, el rencor, la desesperanza, el valemadrismo teórico y práctico, el conformismo del ‘mal menor’, el miedo hecho resignación. “Y, sin embargo, tememos que eso se transforme en rabia organizada, rebelde, sin precio”. En el mismo texto, apenas más adelante, escribía: “¿Sabes que nos ha dado muy buen resultado? Ese mito de la unidad a toda costa (...) “En cambio, lo que sí es un peligro, un caos verdadero, es que cada quien se haga colectivo, grupo, banda, raza, organización, y en su lado aprenda a decir ‘no’ y a decir ‘sí’, y que se pongan de acuerdo entre ellos.”... pero, algunos que incluso se presumen “luchadores” no lo han entendido; y ni se hacen colectivo, ni crean autonomía; pero, eso sí, son “abajofirmantes” junto a quien sea de lo que sea; total, parecen decir (y lo dicen), “de lo que se trata es de juntar todas las luchas”, como si todo lo que se dice lucha realmente lo fuera. En el texto que ahora reproducimos, “Acercamiento al pueblo mapuche”, se sigue hablando de los cómos y los por qués de eso que tanto temor le causa a los de arriba: la organización de los de abajo, desde la izquierda para resistir primero, para crecer su y otras resistencias, y después vencer a los mandones, se vistan de Piñeira o de Bachelet, justo donde debe hacerse: en territorios y “a pie de luchas”. (HdV)