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Abelardo Arroyo

construida como para la construcción de nuevos proyectos de agua potable, saneamiento y riego.

Quinto. Aunque desde hace años se tienen consensos entre analistas y expertos sobre la necesidad de crear la Secretaría del Agua, Ecología y Medio Ambiente, se considera muy remoto que pueda concretarse en el mediano plazo, por lo cual se recomienda fortalecer a la actual autoridad, que es la Comisión Nacional del Agua, en sus áreas técnica, jurídica, operativa y de supervisión, ya que su debilitamiento progresivo ha ocasionado que sea omisa al no poder cumplir con lo que las leyes en la materia le mandatan.

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Sexto. Que CICM participe en la actualización y modificación del marco normativo del agua y medio ambiente, coadyuvando con los diputados de la LXVI Legislatura, próxima a iniciar sesiones, en la formulación de la Ley General de Aguas que por mandato constitucional debió haberse aprobado en la LXII Legislatura.

ABELARDO ARROYO Economista con maestría en Administración en Políticas públicas con posgrado en Estrategias. Desde 2016 es senior investment officer del IRC, del brazo financiero del Banco Mundial. Atiende temas relacionados con participación privada; está encargado de la estructuración de proyectos de infraestructura público-privadas en México y Centroamérica. Es miembro del American Economic Association y de la American Water Works Association.

Lo que se llama tradicionalmente Banco Mundial es realmente el BIRF, Banco Internacional de Reconstrucción y Financiamiento. Es un grupo formado por cinco grandes empresas, de una de ellas la Corporación Financiera Internacional (CFI), y está encargado de promover y desarrollar la participación del sector privado. Nuestro enfoque es cómo generar soluciones de largo plazo para las economías con participación del sector privado, y básicamente tenemos dos grandes secciones: la de asesoría y trabajos de prospectiva de proyectos en escala preliminar y la que se dedica a hacer las inversiones en proyectos con socios que invierten con nosotros con derivados, con capital, con crédito, con garantías y participación en el mercado de bonos.

El sector agua es un sector con una gran problemática, no sólo en México; en muchos países el servicio es deficiente, hay baja calidad. Es un sector muy dependiente de los intereses político-partidarios y de otros sectores sociales y económicos; también padece usuarios con baja cultura de pago. Lo anterior nos mete en un círculo vicioso: mal servicio, baja recaudación, organismos con malas finanzas, necesidades de inversiones dada la antigüedad de los equipos y un nuevo factor: el cambio climático. Es un círculo vicioso que es necesario desarmar; la planeación en el sector debe estar enfocada en ese fin. Nosotros esto lo enfocamos desde el punto de vista de algunos modelos de negocio que han probado ser exitosos y que tienen gran potencial, que voy a presentar más adelante.

Efectivamente, cuando hacemos el recuento del sector con respecto al PIB, en todos los comparativos el sector agua está muy bajo, incluso cuando se compara con la infraestructura en otras áreas: energía, transporte, comunicaciones; las inversiones que hay en el sector son mínimas, el número de proyectos también, y eso da pie a las oportunidades en las que debemos enfocarnos, oportunidades orientadas a la mejora de los servicios, recuperación de caudales, mejora de la gobernanza y atención a los sectores de bajos recursos y marginados, no bajo un esquema de ley, sino con un esquema de subsidios directos enfocados, un esquema muy puntual que permita atender demandas de las poblaciones marginadas sin distorsionar el resto del esquema.

La tecnología evoluciona constantemente, pero la innovación en el sector agua presenta un retraso significativo. El grupo Inteligencia del Agua se reúne trimestralmente con algunos investigadores que reflexionan sobre cómo las tecnologías deben irse incorporando y cómo el sector debe ir adaptando esas innovaciones. ¿Cómo trabajamos en la corporación? Tenemos toda un área de factibilidad, donde analizamos los estudios; esto nos permite al final tener una planeación para saber hacia dónde vamos en el sector, y estos esfuerzos confluyen en la estructuración de proyectos y finalmente en la inversión con instrumentos muy precisos.

Importante es mencionar la colaboración, no nada más con nuestra empresa hermana del Banco Mundial, sino también con socios estratégicos; muy necesario mencionarlo porque la participación local para nosotros, como una multilateral, es muy importante: hay conocimiento, capacidades. Brasil es sin duda un referencia; en Colombia, el Fondo Nacional de Desarrollo; en Centroamérica el Banco Centroamérica de Desarrollo (con el que estamos haciendo algunas cosas) y sin duda, en México, Banobras. Éstas son las piezas con las que trabajamos en el sector agua.

Tenemos modelos vistos, desarrollados y trabajados con los cuales queremos incidir para que se conviertan en referencias, que sean no extrapolados, no importados, sino que se tomen como puntos de referencia para las soluciones que en la planeación estamos incluyendo para cada país.

En Brasil está el modelo Aqua Polo, el proyecto sustentable de reúso de agua más grande de América Latina. Es un esquema bien visto por varias autoridades con las que hemos conversado; tiene sus complejidades, y sin duda tiene sus limitaciones, pero creemos que es un modelo que puede funcionar; sabemos que en México hay algunas referencias de empresas mixtas en el sector agua.

En el reúso de agua ya no podemos pensar en plantas de tratamiento que sólo estén mejorando el factor ambiental; tenemos que pensar en esquemas que además de mejorar el ecosistema también sean económica y financieramente sustentables. Aquí entra el tema de los off takers (compradores de largo plazo con compromisos de pago pactados). En Brasil, Aqua Polo es una planta pequeña (para las dimensiones de los proyectos de agua que suelen ser muy grandes); procesa 650 litros por segundo y básicamente retoma el agua del organismo público de agua, hace algún tratamiento y la envía en una línea a usuarios que están en un parque industrial; éstas no son ordeñas, son entregas reguladas, lo que nos permite tener un control de la entrada y la salida, con precios sustentables. El organismo público recibe un precio por el agua que entrega y hay un diferencial de beneficio que va a la empresa de agua de la cual forman parte los usuarios del sector.

Junto con el Banco Mundial, estamos tratando de desarrollar en México este esquema. Estamos haciendo trabajo conjunto con algunos de los expertos en el sector y estamos utilizando mucha de la información que ya se tiene y que ha sido provista por varios organismos. Queremos aterrizar un modelo de uso de agua residual; es un trabajo de recopilación, considerando acciones como la sobreelevación de cortinas de presas hidroeléctricas, que nosotros llamamos aprovechamiento de activos –utilizado en otros sectores como el carretero en México–, que puede permitir que las plantas de tratamiento que ya están operando –mal operando, para decirlo rápido– puedan ser reconvertidas a plantas con un esquema de asociación con los privados muy desarrollado, donde tengamos los off takers plenamente identificados.

El otro es un modelo de interfase que se desarrolló hace poco con Banobras y el organismo de agua de Los Cabos; lo interesante, y por lo que lo quiero poner en la mesa, es la interfase. Tampoco creemos que podamos seguir desarrollando proyectos de nuevas fuentes sin que haya una interfase con la mejora física de la red; lo ideal sería que pasáramos a esquemas como el de Los Cabos; originalmente se trató de sumar el área comercial a este círculo y no llegamos a tanto, pero es una primera fase, y seguramente en los proyectos que vienen en México y donde están participando varios de los que están en la conversación vamos a poder lograrlo.

Como ya señalamos, no es posible hacer plantas de tratamiento sólo para cuidar el desagüe a los ríos; tampoco creemos que podemos hacer proyectos que atiendan sólo la generación de nuevas fuentes sin que antes estén vinculados a una mejora de la red física o de la red comercial, preferentemente ambas, con un sentido integral de sustentabilidad.

Finalmente comento una metodología que se trabajó, que se desarrolló y que es parte de esto: cómo planeamos o cómo vemos hacia el futuro al entrar en proyectos. Una metodología que se desarrolló hace algunos años por la corporación de la mano de McKenzie; nos permite identificar los principales elementos que hay que resolver para atraer inversiones y transformar el sector. Estos elementos son: el modelo de financiamiento, el esquema de gobierno que exista, la gestión del proyecto, la gestión del organismo público del agua, cómo está la economía del sector, el estatus regulatorio, la coordinación entre los diferentes actores, liderazgo político y el ambiente favorable a las inversiones en general, que incluye la infraestructura financiera que hay para aceptar inversión privada.

Se realiza un puntaje, una descripción después de cada uno de estos elementos. Por ejemplo, el tema de las tarifas; aquí se requieren tarifas predecibles y dedicadas a ingresos alternativos e incentivos alineados en su determinación; ya se han señalado ejemplos de lo importante que es este tema.

Otro elemento es un organismo regulador independiente. En México, la Conagua participa como financiador, como regulador, como cabeza de sector; creemos que esa parte se tiene que trabajar, hay que tener un órgano regulatorio independiente, preferentemente con visión regional.

Éste es el tipo de análisis que nos permite determinar e ir planeando las necesidades de ajustes, mejoras, para ir generando modelos de proyectos que queremos concretar; no se trata de tener 10 de calificación en todos los elementos, se trata de que existan los puntos necesarios y que haya una regulación, incluso en forma de contrato, para solventar algunas de estas carencias o deficiencias. ¿Cuáles son nuestras lecciones aprendidas?

La regulación es muy importante; tenemos en México una asignación de riesgos sesgada por el uso de pagos de fuentes alternas, compuesta por participaciones federales; esto ha permitido muchos proyectos, pero creemos que debemos ir migrando y evolucionando a modelos más sustentables: el ambiente político receptivo es importante, así como un marco legal estable. Hay un gran potencial de engarce con proyectos de otros sectores, como residuos sólidos y generación eléctrica. Termino señalando la importancia que tienen los financiadores y su participación en estos diseños; también los consultores, constructores e inversionistas locales. En la Corporación Financiera Internacional creemos que las soluciones son locales, que la instrumentación de las soluciones en el agua debe pasar por la gente del sector.

Desaladora y mejora integral de la gestión en Los Cabos

• Nuevas fuentes y mejora física a la red de servicio • Dos licitaciones públicas internacionales simultáneas • 278,000 beneficiados • Proyecto con normas ambientales y sociales • 250 l/s • Desaladora: 0.89 dólares/m³ • Mejora integral de la gestión: 6.63 dólares/usuario

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