Ingeniería Civil IC 626 enero 2022

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Por un nuevo perfil docente que informe, forme y transforme

UNIVERSIDAD LA SALLE

hicimos el primer año. Ahora estamos intentando usar algunas tecnologías para disminuir el distanciamiento social y creo que por ahora es lo único viable a nuestro alcance y por eso no estoy de acuerdo con estudiantes, papás y también profesores que cuestionan si la calidad de la educación no presencial resuelve todos nuestros problemas… la verdad es que la presencial tampoco lo hace, pero nos aferramos a viejos paradigmas.

Lo digital debe complementar la parte presencial, la convivencia, los talleres.

pasión, fomentemos su curiosidad, les enseñemos la perseverancia y a no rendirse ante el fracaso. Debemos enfatizar el aprendizaje basado en proyectos, es decir, que no sólo se califique al estudiante, que no sólo se le prepare para llegar al examen, sino que realmente haya una evaluación que conecte el aprendizaje académico con la vida real. Por eso las universidades tienen que vincularse con las empresas, con los gremios, el sector público y los egresados. IC: ¿Cómo califica el impacto de las políticas que se han tomado ante la pandemia de COVID-19? ¿Cómo se armonizaron estas medidas con el desarrollo de la formación académica? CHA: Fue positivo. Creo que todo esto vino a revolucionar la forma en la que enseñamos y no lo teníamos previsto. Pienso que las universidades no estaban completamente preparadas para esta condición en la que hubo que aprender de nuevo a dar clase; considero que la contingencia ayudó a revalorar el trabajo docente. La forma virtual no puede ser ni base ni sustituto de la enseñanza presencial; tenemos que procurar que lo digital no supla, sino que complemente lo que ya hacemos de forma presencial. La tecnología, seleccionada y gestionada adecuadamente, puede contribuir a un proceso más rico, con mayor interacción. La podemos usar, pero no puede ser la protagonista. De nuevo, insisto, el protagonismo debe estar centrado en el aprendizaje de los estudiantes. Las técnicas de transmisión de conocimientos, aun sofisticadas, no pueden reemplazar por entero el contacto vivo prolongado. Por otro lado, no es para frustrarnos, hay que reconocer que no todo lo que hemos estado haciendo durante la contingencia es educación en línea. Decir que damos clases en línea porque hacemos lo mismo que hacemos en clase, sumándole una cámara enfrente, es lo mismo que decir que tenemos 20 años de experiencia docente, cuando realmente hemos replicado 19 veces lo que

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IC: He recibido opiniones de ingenieros civiles que dan clases y hacen referencia a que resulta perjudicial dar clases de manera virtual; citan una cantidad importante de ejemplos, y refiero uno: consideran que es prácticamente imposible hacer una calificación justa, apropiada, efectiva del conocimiento de los alumnos mediante exámenes o ejercicios virtuales. Plantean que a veces los alumnos ponen su foto o aparecen como conectados pero no lo están. Un profesor me contó que para darse cuenta de lo que estaba pasando terminó la clase pero dejó abierta la sesión y hasta dos horas después había alumnos que aparecían conectados. ¿Qué opina de estos casos? CHA: En parte tienen razón, pero yo creo que es un compromiso de los dos lados; no podemos culpar completamente al profesor o al estudiante. Sí requerimos a un profesor con nuevas habilidades, con un nuevo perfil, pero también en estos nuevos modelos que nos vino a traer la contingencia –algunos de los cuales llegaron para quedarse– necesitamos estudiantes que sean autogestivos, más responsables de sus procesos de enseñanza-aprendizaje, un poco más orientados a ser autodidactas, a revisar la información, a hacer las actividades: tenemos que formarlos en ello. Es cierto, la evaluación es un reto en el sentido de que debe ser diversificada, con distintas fuentes que nos den información sobre el progreso de los estudiantes, que sea formativa, continua. Ahora debe centrarse más en el procedimiento que en un dato como resultado. He escuchado a estudiantes que se quejan de la gran cantidad de tareas y trabajos cuando están estudiando a distancia, y creo que una sobrecarga de actividades de evaluación no asegura un mejor aprendizaje por parte de los estudiantes. La evaluación está sobrevalorada, tal vez porque nos falta inventiva y porque queremos seguir haciendo lo mismo que hicieron con nosotros. Nuestra misión como docentes es que los alumnos aprendan, no solo calificarlos y entonces, visto así, lo más importante ya no es la enseñanza, sino el aprendizaje. El reto es, me parece, plantear una evaluación que sirva para aprender, porque normalmente la consideramos como una herramienta que sirve para acreditar lo que el estudiante sabe o ha aprendido. Y evaluar no es calificar; si partimos de ahí, entonces estamos fomentando que el estudiante busque, de cualquier forma, pasar el examen que le planteamos, en vez de verdaderamente buscar aprender. El reto para profesores y estudiantes es diferenciar entre evaluar para calificar y evaluar para aprender, y no lo vamos a superar

IC Ingeniería Civil Órgano oficial del Colegio de Ingenieros Civiles de México ❙ Núm. 626 enero de 2022


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