Y
Año: 14 Número 324
olanda Bautista Miranda sintió el llamado a servir a Dios cuando apenas cumplía diez años de edad. La voz la escuchó allá en su natal Guerrero, mientras rezaba el rosario con los adultos de su parroquia. Cuando cumplió 15 años dejó su tierra y acompañó a sus padres hasta Washington, Iowa. La llama de la fe no se apagó, ni disminuyó, durante el viaje. La traía encendida y muy segura, en lo más profundo de su corazón. Así es como Yolanda empieza contándome su historia de fe y devoción a Dios y hacia la madre del Redentor de la humanidad. Allí, en una de las calladas y espaciosas salas de la Parroquia de Saint James, la charla avanza. Frente a mi está sentada una mujer joven, muy humilde y de mucho refinamiento espiritual. Ya sea ha presentado como la Presidenta de la Legión de María y hoy miércoles, los fieles legionarios rezan el rosario, estudian la fe y se ponen de acuerdo para salir y servir a sus semejantes. Protacio Marcelino, su esposo, se ha quedado en la casa cuidando a sus tres tesoros: Luz Elena, Kevin y Ania. Y ¿cómo y cuándo empezó este ministerio? Yolanda, con los ojos humedecidos y viendo hacia el cielo, rememora una fecha muy importante: el 24 de diciembre de 2009. “Después de la misa, el padre Appel se acercó a mí y me expresó su deseo de formar un grupo de oración hispano. Con el pecho desbordado de felicidad, le contesté: ‘¡Padre, yo ya sé cómo hacerlo! Allá en mi tierra lo vi hacer.’” Al primer rezo llegaron 10 personas, pero la semilla sembrada en el corazón de ese primer grupo no próspero y poco a poco Yolanda se fue quedando sola. Durante esos dos años de soledad no se desanimó. Al
contrario, esperó con paciencia y fe. Una voz dentro de ella la sostenía y le daba esperanzas. No te preocupes, esto es solo una prueba y esta sequía de fe pronto va a pasar. “Una noche tuve un sueño. En el sueño no vi a un ser celestial, pero lo escuché hablar. Y, déjeme decirle, nunca antes había escuchado a alguien hablar con tanta dulzura, con tanta suavidad. Por eso, esa noche será siempre gran bendición en mi vida.” ¿Y pudo interpretar sin problemas el susurro celestial? “Sí, pero me llevó tiempo asimilar el mensaje.” A ver -le digo¿cómo iba? “Sí, por favor. Era algo así como: ‘hija mía si pones a mi Hijo junto a mí, muchos volverán a sentir fe y a renovar su devoción por
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mí.’ Pasé un mes tratando de asimilar el mensaje. Desde entonces y para ser obediente, siempre nos hacemos acompañar de la Virgen María y de un Crucifijo. A los días de haber comprendido el sueño, vino una persona expresándome su deseo de unirse con alguien para rezar. Con los días vinieron otros y ahora somos 15 en nuestra Legión de María. Mi deseo ahora es formar un grupo de hombres y uno de adolescentes para rezar y crecer en la fe.” En todo este peregrinaje de fe hemos tenido el invalorable apoyo del padre Troy Richmond. Así he de decir: Gracias al padre Troy. “Durante la Semana Santa del 2013 nos juntamos en un servicio especial y cada uno expresó su testimonio de la
05 de Marzo 2014
bondad de la Virgen María. Algunos habían recuperado su salud y otros gozaban de mayor paz en sus hogares y en los lugares donde trabajaban. Este próximo 23 de marzo habrá una misa. Ese día renovaremos nuestros votos de ser fiel a la virgen y a Dios.” A este punto de la conversación, Yolanda respira profundo y luego la escucho decir: “Dios me ha hecho un instrumento en sus manos para servir a mis hermanos, desarrollar mi fe y ganar más espiritualidad. Y para continuar agradando a Dios y a la Virgen María debo ser más humilde y más fiel a mi misión. ¿No le parece a usted? Sí, así debe de ser. Y al decir esto le agradezco por su tiempo y con la misma le digo: Adiós. Por: Oscar Argueta