06 nov 2013 todo

Page 1

M

Año: 14 Número 317

e dio mucho gusto sentarme a conversar con José y Eréndira, en su restaurante El Nopal. Era a eso de las 10 de la mañana y el lugar, Peoria, Illinois. Había viajado desde Mount Pleasant hasta esa ciudad para escuchar la historia de éxito de estos valientes emigrantes, originarios de Guerrero y Michoacán. Conversemos mientras trabajan, les pedí. Ninguno de los dos pareció escucharme. Eréndira dejó la cocina y José puso la cubeta de agua y el trapeador en el suelo. A mí solo me quedó seguir su ejemplo y, ya listo con papel y lápiz, me dispuse a tomar nota. En ese instante, un irresistible olor a carne asada me acarició la nariz. Confieso, de inmediato se me hizo agua la boca, pero dadas las circunstancias, solo me quedó resistir. He aquí un trozo de la historia, así como me la contaron los propietarios del Nopal. Por razones de trabajo, José, pasaba con frecuencia por el famoso puente de Riva Palacio. Por allí cruzaba para ir de Michoacán a Guerrero. En su camión transportaba ganado, frutas, verduras y otras mercancías. En uno de esos viajes vio caminar por el andén del puente, a quien ahora es su esposa, su amiga y la mitad de su corazón. Hasta ese momento, el río Balsas separaba los destinos de José y Eréndira. Pongámoslo de esta manera. Gracias al cielo y al puente Riva Palacio, ahora estos mis amigos mexicanos ya no van cada uno por su lado. Van, digámoslo así, caminando juntos sobre el puente del amor. Ahora sigue otra faceta importante en la vida de José y Eréndira. Esa parte es el espíritu inmigrante trabajador. Lo traían en su alma, en sus ojos, en sus manos, en sus pies cuando arribaron en el 2001 a la ciudad de Dalton, Georgia. Así me cuenta Eréndira de su nueva

vida trabajando en ese estado sureño norteamericano. -Durante ese tiempo tuvimos dos empleos. De 5 pm hasta la medianoche trabajábamos limpiando oficinas; y de 7:30 am hasta las 3:50 pm trabajamos en una fábrica de alfombras. -Pero eso era trabajar muchas horas… mucho sacrificio -interrumpo. Esta explicación me dan como respuesta: -Pues como usted sabe, uno no viene aquí a descansar sino a trabajar. Además, siempre nos ha impulsado el deseo de salir adelante. -¡Así es! -respondo yo. -¡Sí, así es! -dice don José. -Bueno, pero el Nopal no lo establecieron personas inexpertas en preparar y ofrecer al público platillos mexicanos, no es así. No, el Nopal no es

24 Páginas

el primer restaurante o nuestra primera experiencia en tener un negocio propio. Allá en México tuvimos uno y se llamaba Yenmily. -¡Ah! ¡Ya comprendo! Por eso – continúo-, han tenido éxito aquí en Peoria y por eso El Nopal está por cumplir tres años de haber abierto las puertas al público en esta señorial ciudad. A ver, díganme ustedes: ¿Es mejor estar empleado o tener su propio negocio? -Pues mire, Allá nos mandaban. Aquí, uno manda. Pues a esa respuesta quien le quisiera agregar una tilde, una jota o algo más. -¿Y los fines de semana cocinan algo especial para los paisanos? -pregunto. -¡Sí, claro! Tenemos rico Menudo con tortillas hechas a mano. A mí, en cambio, se

06 de Noviembre 2013

me antojaría saborear un Aporreado. Allá, en mi Guatemala querida nunca hemos oído hablar de una comida así. -Pues, es un guisado preparado con unas tiritas de carne de res, huevo y salsa casera -me explican. Bueno, hablar de comida da hambre y por esa razón debemos ponerle a este tema un punto y final. También, es hora de abrir las puertas del Nopal para darles la bienvenida a los clientes de hoy. Son las once y ya hay varios sentados esperando ser atendidos. Dos jovencitas están a la espera de dos órdenes para llevar. Por eso, yo cierro mis notas y me despido con un hasta luego y con una aroma a carne asada pegado en la nariz. Por: Por: Oscar Oscar Argueta Argueta


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.