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Año: 14 Número 346
as cuatro protagonistas de esta historia son hijas de don Aurelio y doña María Velasco. La raíz de esta familia mexicana es: Jalisco. Ana, Susana, Alma y Nancy son los nombres de las cuatro hermosísimas tapatías. Además de bonitas, son amables a más no poder. Digo eso, porque yo mismo las he visto y he conversado con ellas. De hecho, nuestra conversación se está llevando a cabo en la cafetería de HyVee, en Washington, Iowa. Afuera, la noche es fría. Las estrellas titilan tímidas en el cielo y la blancura de la nieve cubre el suelo amigable de Iowa. Aclaro, estas vivaces y sonrientes mexicanas no solo poseen una cara bonita y sonríen como una flor; también son muy inteligentes y eso lo percibo de su muy y bien articulada manera de comportarse y conversar. Aclaro, Susana no está presente. A esta hora cuida a su bebé enfermo. Ahora, regresemos unos años atrás, en el tiempo. Don Aurelio ha emigrado a California y allí trabaja para ganar dinero y traer a su esposa y a tres hijos a este país. Doña María deja todo: su tierra, su casa toma a Aurelio de tres años, a Susana de dos y a Ana de meses y sigue su camino rumbo a Riverside, California. La valiente mujer sigue las instrucciones del guía. Avanzan por aquellas norteñas soledades. En la prisa, Susana pierde un zapato y empieza a llorar. “Hija, no llores, ya vamos a llegar. Tu papá nos está esperando”, la consuela la atenta mamá. Y así es. Don Aurelio está parado en el punto por donde en unas horas aparecerá su familia. Al nomás divisar al grupo, correrá hacia ellos y las abrazará y hasta llorará de felicidad. De repente aparecen unos hombres mal encarados y lo secuestran. Para dicha de don Aurelio, después de robarle el reloj y el dinero lo liberan en un lugar desconocido. El liberado es
un hombre muy listo y trae un dinero escondido en una parte secreta. Y como a todo cuento, le sigue un final feliz, don Aurelio llega a tiempo al lugar donde se encontrará con su familia; y en ese instante, toda pena, llanto y sufrimiento desparece, como se desvanece la luz ante la oscuridad. Siete años después, la familia arriba a estas planicies de Iowa, invitados por un tío. Y desde entonces don Aurelio trabaja para Tyson, la famosa planta empacadora de carne. Poco a poco la familia se va acomodando en su nuevo lugar; y hoy todos sonríen, con una muy gran satisfacción. “Washington nos pareció un lugar de muertos”, dice Ana. En California estábamos acostumbrados a escuchar balazos y sirenas de los carros de la policía a cada rato. Yo -en inglés-, solo sabía decir la
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palabra apple. Y como éramos los primeros mexicanos en esta ciudad, el resto de estudiantes nos vio con recelo. Así nos gritaban: “¡Hablen inglés! ¡Regrésense a su tierra!” Al poco tiempo, toda esa desconfianza desapareció y terminamos siendo buenas amigas de todos. Una maestra. Mrs. Atwood nos tomó bajo sus alas y dedicó toda su voluntad a enseñarnos inglés. Claro, de la escuela corríamos a la casa para cenar con la rica comida de mi mamá. A veces nos esperaba con codornices fritas con salsa picante y con quesadillas, como para chuparse los dedos. Alma, dice: “aunque nos vean así, muy profesionales, nosotras sabemos cocinar y hacer todo lo de la casa también.” Nancy estudia y trabaja medio tiempo en la farmacia de Hy-Vee de Washington, juega futbol americano. Es porrista y con
21 de Enero 2015
su equipo ha competido a nivel estatal. Pues, sigo frente a estas flores y entre más conversan, más se alegran mis ojos y mi corazón. También estoy aquí, porque tres de ellas se desempeñan en la misma profesión, como técnicas en farmacia. Ana y Susana empezaron trabajando en la cocina de Hy-Vee; luego, por ser muy buenas trabajadoras y también bilingües, recibieron la oportunidad de entrenarse para trabajar en la farmacia. Tomaron las clases, estudiaron libros voluminosos y pasaron la prueba. Ahora, Ana trabaja en esta profesión en Hy-Ve de Muscatine, Susana y Nancy en Hy-Ve de Washington y Alma trabaja para la farmacia Beans. Felicidades a estas cuatro talentosas y bonitas tapatías me queda por decir. Por: Oscar Argueta