Año: 14 Número 355
L
a entrevista con Ramón Gómez y su esposa Josefina Ortiz la estoy llevando a cabo, justo en la tienda La Vecindad, en Marshalltown, Iowa. Ramón porta varios documentos en sus manos. Está por salir a agilizar unos trámites de su negocio. En medio de su prisa, se acerca a mí y conversa. Tratamos, pero su conversación no tiene mucho sentido. Y con razón, pues, está con la mente en otra parte; y en tantas cosas, no se puede concentrar en dar respuesta a mis preguntas. Josefina, al vernos perdidos en entre uno y otro recuerdo, sale al rescate; y con ella continuamos la conversación. Aclaro, la entrevista durará más o menos una hora y, durante ese tiempo, no podremos sentarnos
a conversar tranquilos. Los clientes entran y salen; y mientras Josefina los atiende, yo espero. Una señora está comprando dos libras de chorizo y tres de bistec de bola. Alguien pregunta por Maseca, pero ese abarrote está agotado. No hay problema, un nuevo contingente de mercancía estar por arribar en unas horas. Ahora, un caballero treintañero viene a pagar un six pack de cerveza, marca Corona. Mientras espero, observo. Josefina saluda con unos buenos días a cada cliente. Esa atención me hace sentir a mí y también a ellos, muy, pero muy bien. Así, entre atender a uno y otro cliente, vamos adelantando la conversación. “Pues, fíjese: los dos somos de Rancho La Manga,
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Guanajuato. Eso sí, Ramón vivía en una Vecindad, no muy lejos de la mía…” ¿Parecida a la vecindad del Chavo del ocho?, pregunto. “¡Sí! ¡Así merito!” ¿Entonces, por eso la tienda se llama La Vecindad? “¡Sí! ¡Por eso se llama así!” ¿Allá fue dónde se conocieron, entonces? “Sí. Allá nos conocimos. De eso hace ya algunos años. Yo estaba muy pequeña… ¡Espere! Le voy a dar una fecha más segura. En ese entonces yo tenía 14 años, Ramón ya tenía 20. Era noviembre del 1995 y era la boda de mi hermana Elvira. Allí, nos hicimos novios o casi novios…” Al verme reír, agrega: “¿Sabe? Nuestros padres eran compadres.” Pues, por allí van bien las cosas, digo yo. “¡Pues sí! -ríe Josefina. Entre tanto, el joven
27 de Mayo 2015
Ramón emigra a Idaho. Viaja a ese lugar para reunirse con su papá, don Ramón. Va con papeles y con todo el deseo de trabajar y hacerse un futuro. Por esos días, Josefina también viaja con su familia a Marshalltown, con residencia permanente de este país. A los días, Josefina, ya de dieciséis años, recibe la inesperada visita de su casi novio, de allá de su rancho, La Manga. Justo por esos días, Ramón y Josefina están invitados a la boda de una amiga: María Orozco. Llegada la hora, la novia, da la espalda y lanza al aire el ramo de rosas. Josefina, con los ojos bien abiertos y las manos extendidas espera ser la afortunada. (...)
Pasa a la pag. 21 Por: Oscar Argueta