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Año: 13 Número 306
es presento a Juana Silva, conocida en el mundo de la farándula como La Güera. Sí, La Güera. La muy simpática y muy alegre animadora de la radio La Jefa, en Bettendorf, Iowa. De mi visita y conversación, con ella en su casa en Muscatine, solo me nacen cosas buenas para decir. Desde el comedor yo la miro afanarse preparando, así como dice ella, un arrocito y una carnita de res. Con la misma se vuelve hacia mí y me pregunta: ¿Gusta algo de beber? Pasa un minuto y ahora la veo sentarse al otro lado de la mesa. Muy bonitos los ojos de la Güera y es muy tersa la piel de su rostro, es mi primera impresión. Casi no puedo resistir preguntarle cuántos años tiene. Le vuelvo a ver la piel fresca y firme de su rostro y concluyo: la Güera es joven y de seguro no llega a los treinta años de edad. La Güera ha vivido su vida amparada bajo este lema: La necesidad no tiene miedo. A los 18 años, me cuenta, trabajé para la Policía Federal de México. De inmediato, trato de imaginarla seria y estricta imponiendo autoridad, pero no puedo. Desde lejos se le ve en su mirada mucha bondad y muy sincera intención. Tampoco la imagino tratando de ocultar su entusiasmo por la vida. No, eso no podría ser. La Güera, a mi juicio, nació para hacer reír, para animar a los tristes y hasta para ponerlos a bailar. A mí, no me puso a bailar hoy, pero sí me llenó el pecho de abundante inspiración. A principios de 2000, con un pasaporte y visa americana en sus manos, la Güera y su hermana Elizabeth, alzaron vuelo desde La Piedad Michoacán hasta Des Moines. En la prisa no les avisaron a sus papás. A don Chanito y a doña Chabelita les tomó por sorpresa una llamada de larga distancia. “Papá, habla La
Güera. Estamos en los Estados Unidos y nuestros parientes nos han recibido muy bien. Estamos en Moline, Illinois.” A los días, la Güera, empezó a trabajar en el restaurante María’s. De la dueña, María Esparza, recibió y continúa recibiendo apoyo y mucha comprensión. Por ese restaurante, pasó don Juan Valenzuela y la invitó a conducir un programa en la radio, La Pantera. Con el tiempo, don Emilio Durán compró la emisora y la bautizó con un nuevo nombre: La Jefa. La Güera aceptó trabajar tiempo completo en la radio y no miró para atrás al dejar su trabajo en la planta empacadora de Tyson Ahora viene lo mejor. La Güera está vendiendo entradas
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en un baile patrocinado por la Jefa. Por allí, pasa un caballero todo perfumado, de botas y sombrero. La Güera lo sigue con los ojos. Al fin, le dice; “¡Qué rico hueles y que guapo estás!” El caballero sonríe, pero nada más. En otra fiesta, bailan y nace el amor. Al año de ser novios, el 14 de febrero de 2010, la Güera le compró un regalo a Juan, era un anillo. En esa fiesta tocaba la famosísima banda, Majestad de la Sierra. “¡Juguémosle una broma a Juan!”, le dijo Beto, el cantante, a la Güera. Tú le propones matrimonio durante el show y nosotros te prometemos tocar y ser tus padrinos de boda. “¡Atención, atención!”, se escuchó por el micrófono. “Esta bella dama tiene un regalo para alguien en este
29 de mayo 2013
salón”. Entonces la Güera se acerca al asombrado caballero y le pregunta: “¿Quieres casarte conmigo?”, “¡Sí, mi amor!”, le responde Juan. El 2 de mayo la promesa hecha por Beto, se hizo realidad. “¡Antes de morir…! suspira la Güera, “…mi mamá me prometió mandarme un ángel del cielo. En vez de uno me mandó dos: a Christopher y a mí adorado Juan.” “Gracias a don Emilio Durán, por su confianza. Gracias a mi público por su amistad, durante estos cinco años en la Jefa 1270 AM y 105.7 FM”, escuchó decir a mi entrevistada. Luego agrega un consejo: “Al esforzamos por hacer buen trabajo todos podemos triunfar.” Por: Oscar Argueta