Año: 14 Número 328
24 Páginas
30 de Abril 2014
MADRE: ¡BENDITA SEAS!
A MI MADRE
MADRE ADORADA Yo adoro a mi madre querida, yo adoro a mi padre también; ninguno me quiere en la vida como ellos me saben querer.
Soñé que me hallaba un día en lo profundo del mar; sobre el coral que allí había y las perlas, relucía una tumba singular.
Si duermo; ellos velan mí sueño; si lloro, están triste los dos; si río su rostro es risueño: mi risa es para ellos el sol.
Acérqueme cauteloso a aquel lugar de dolor y leí: “yace en reposo aquel amor no dichoso pero inmenso, santo amor".
Me enseñan los dos con inmensa ternura a ser humano y feliz. mi padre para mi lucha y piensa, mi madre ora siempre por mí.
La mano en la tumba umbría tuve y perdí la razón. Al despertar yo tenía la mano trémula y fría puesta sobre el corazón.
Yo adoro a mi madre querida. yo adoro a mi padre también; ninguno me quiere en la vida como ellos me saben querer.
Rubén Darío
Autor: Amado Nervo
“En cierto sentido el misterio de la encarnacion se repite en cada mujer. Todo niño que nace es un dios que se hace hombre.” Simone de Beuvoir “Cuando era pequeño mi madre me decia: ‘Si te haces soldado, llegaras a general; si te haces cura, llegaras a ser Papa. Yo queria ser pintor y llegue a Picasso.” Pablo Picasso
PENSAMIENTOS “Todo lo que soy y espero ser, se lo debo a mi santa madre. Jamás podrá ser pobre el hombre cuya madre sea una mujer de fe” Abraham Lincoln. “ La maternidad es la más importante de todas las profesiones. Exige más conocimientos que cualquier otro asunto relacionado con el hombre” Elizabeth Cady Stanton
MADRE AMADA Madre del alma, madre querida, Son tus natales, quiero cantar; Porque mi alma, de amor henchida, Aunque muy joven, nunca se olvida De la que vida me hubo de dar. Pasan los años, vuelan las horas Que yo a tu lado no siento ir, Por tus caricias arrobadoras Y las miradas tan seductoras Que hacen mi pecho fuerte latir. A Dios yo pido constantemente Para mis padres vida inmortal; Porque es muy grato, sobre la frente Sentir el roce de un beso ardiente Que de otra boca nunca es igual. Autor: José Martí