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ENCUENTRO A SOLAS - MARÍA MAGDALENA
Lucas 10:38-42
INTRODUCCIÓN
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En la vida existen dos tipos de personas, también dos tipos de prioridades. Y, por supuesto, dos reacciones, tras experimentar la llegada de Cristo a la vida.
I. EL ESTILO “MARTA”
– “Recibir a Jesús”. Era la hermana mayor de María. Ser la mayor implicaba ciertos beneficios y también responsabilidades. Ella administraba la casa en todo sentido. Se menciona poco sobre ella y su pasado. Pero lo poco que se menciona de ella, señala a una mujer empeñosa en todo lo que hacía. Tuvo el privilegio de recibir a Jesús en su casa, pero inquieta saber cómo lo recibió, es decir, qué sentimientos, reacciones o actitudes generó dicha llegada. Conocer a Jesús, en todo momento va a originar variadas reacciones y actitudes. Mientras orabas y oías estos cantos acerca de Jesús, mientras recibiste hoy la Biblia, ¿qué sentimientos te ha generado hasta ahora?, ¿con qué actitud recibes a Jesús? – “Ocupados y preocupados en muchos quehaceres”. Para ella la llegada de los invitados significó más cosas que hacer y una molestia. Habría más peso en el trabajo y mayor preocupación en cumplir; esa era su perspectiva acerca de la llegada de Jesús. Se centró en detalles o factores externos, y perdió de vista el foco principal, y la esencia del por qué y para qué Jesús llegó a esa casa. Cristo llega a la vida de alguien con un maravilloso propósito. ¿Sabes por qué y para qué Jesús llegó a esta tierra? Buscar y salvar lo que se había perdido (Luc. 19:10). ¿Recuerdas cuando Jesús fue a la casa de Zaqueo? Claro que sí, trajo consigo la salvación (Luc. 11:9). A través de este mensaje, Jesús está llegando a tu vida, y tienes dos opciones: ocuparte y seguir preocupado por tus
quehaceres (que seguramente son importantes para ti) o recibir la salvación que trae Jesús para ti. – “Quejarse a Jesús y de Jesús”. Marta criticó y, bajo su perspectiva, desaprobó dos cosas: (1) Que María priorice a Jesús por encima de todo. (2) Que Jesús priorice la actitud de María por encima de ayudar a su hermana. Mientras no estés a los pies de Jesús, te perderás la extraordinaria experiencia de entender cuánto alivio puede existir en una vida trajinada. – “Estar ansioso, preocupado, intranquilo por dentro o turbado mentalmente”, al punto que se notará por fuera. Tras la reprensión de
Marta, Jesús repitió su nombre con afecto y/o preocupación. Con afecto, porque reacciones como reacciones a su llegada, él jamás va a dejar de amarte. Nunca vas a dejar de ser la razón de su sacrificio de amor. Y en todo momento va a estar dispuesto a otorgarte su bendito perdón. Pero, también tiene preocupación por ti, porque el tiempo pasa, y has tenido muchas oportunidades de aceptarlo en tu vida; sin embargo, no te has entregado a él como él quiere, y te espera, pese a que desprecias cada muestra de amor que te ofrece. Mira con preocupación cómo los golpes y decepciones de la vida te van consumiendo desde tu interior. Sabe cuánto dolor y soledad sientes como resultado de andar por esta vida sin él. Él se preocupa por tu tormento interior que cada día más se nota en el exterior. Él te ama y se preocupa por ti. ¿Hay alguien más en este mundo que haga absolutamente de todo por tu bien?
II. EL ESTILO “MARÍA”
– “Ser el más o la más débil”. María es la hermana menor de Marta. Ser menor puede implicar algunos sentidos que toma la palabra en la Biblia. Puede significar “pequeño”, “el más joven”, o incluso “el más débil” (Jue. 6:12). Tiene sentido pensar que María era la menor de las hermanas, y también, entenderse que era la más débil (en espíritu o carácter quizás), debido a los hechos pasados que la involucraban. Había llevado una vida que avergonzaba a su familia. De hecho, Jesús expulsó de ella siete demonios (Luc. 8:2; Mar. 16:9). Además, se afirma que ella tuvo otros pecados públicos que le trajeron censura y crítica (DTG 519). Aun
así, Jesús estaba cerca de ella. Jesús ve quién eres realmente, Jesús te conoce como nadie. Quien seas o hayas sido, eres bienvenido(a) a él. – “A los pies de Jesús”. La menor y la “más débil” en decisiones y carácter, la más criticada por sus acciones pasadas, fue la única que se sentó a los pies de Jesús. Sentarse a los pies de alguien se refiere tanto a la posición física como al hecho de aprender de esa persona, aunque en este caso se dieron ambas ideas (CBA, tomo V, 765). Es decir, María fue la única que demostró atención a Jesús en su accionar. Quizás solo ella reconoció su necesidad de cambio. ¿En qué ocasiones reconoces tu necesidad de ser mejor persona? ¿Estás conforme con lo que eres o quién eres? – “Oír a Jesús”. ¿Por qué el ser humano está dotado de dos orejas y una boca? Dicen algunos eruditos que para escuchar más y hablar menos.
María vio su necesidad espiritual y entendió que esta era la gran oportunidad que su vida requería: estar cerca de Jesús y solo escucharlo. A menudo, solo necesitamos centrarnos en su Palabra que nos dice qué espera Dios de cada uno de nosotros. – “Escoger…”. Qué satisfacción ver los resultados positivos de nuestras decisiones. Qué alegría para María saber que el mismo Jesús afirmaba que ella eligió bien (por fin) en esa ocasión, en comparación de sus acciones y elecciones pasadas. María prefirió a Jesús, María prefirió la buena parte: “buscar primeramente el reino y su justicia”. María eligió lo necesario y urgente para su vida por encima de todo lo demás que también era importante. Mi amigo, ¿cuánta satisfacción te han dado tus elecciones hasta hoy? Mi amiga, ¿cuántas decisiones tuyas han contribuido a la felicidad de los tuyos hasta hoy?
III. CONCLUSIÓN
– Seguir a Jesús es aprender a cultivar las prioridades que tuvo María. – Seguir a Jesús es aprender a encontrar en él la tranquilidad interior que Marta tanto necesitaba, para así evitarnos preocupación innecesaria.
LLAMADO
– Tres cosas Jesús nos dio a entender en su diálogo final con Marta: – “Estás cargada(o) con muchas cosas”. O también puede entenderse que se estaba complicando ella sola con muchas cosas, cuando Jesús
solo quería una sencilla hospitalidad y un momento de tranquilidad y enseñanza con ellas. Cristo no hizo ninguna exigencia. Cristo invita, llama y “toca la puerta”. Hoy Cristo llegó a tu vida a través de este mensaje, él no te exige nada complicado o complejo. Nosotros solemos complicarnos pensando: “primero voy a cambiar para aceptar a Cristo”,
“mejor más adelante”, “cuando estudie más”, “cuando esté listo aceptaré”. Jesús te mira con amor, pero también con preocupación, porque postergas vez tras vez sus ocasiones. Ven a Jesús tal como estás. Ven con tus preguntas y dudas. Deja en él tus cargas y quehaceres. Ven a él con tus complejidades y complicaciones que él te entiende. – “Una cosa es necesaria”. Marta no es la mala aquí, de hecho, es muy trabajadora y esforzada, pero le faltaba algo necesario: poner a Dios primero en su vida. Si para él no hay nada imposible ¿por qué seguimos cargando solos nuestros propios tormentos? Si tú sabes que él es grande y poderoso ¿Por qué te cuesta confiar que él puede cambiarte?
Si tú ya sabes qué es necesario para tu vida ¿Por qué te detienes en entregarte a él? Puedes tener muchas ganancias, satisfacciones y victorias propias, pero sin Cristo, todo el tiempo habrá una cosa necesaria que te falte. Seguirás sintiendo el vacío en tu interior e intentarás llenarlo con distracciones o con tus ocupaciones. – “Escoge la mejor parte”. En base a sus experiencias del pasado, María ya sabía cuál era la mejor parte de la vida: seguir a Cristo, y aceptar su reino. Ella tuvo que golpearse con dureza en la vida para darse cuenta que una decisión y una vida sin Cristo, tarde o temprano, recibirá la peor parte. ¿Qué tiene que pasar para que te des cuenta que lo que el mundo ofrece no es lo mejor para ti? Es importante trabajar, estudiar, tener logros, conseguir méritos, y superarse, pero la mejor parte es lograrlo con él. La mejor parte es saber que él te acepta tal como eres.
La mejor parte es ser dirigido por él para sacar lecciones de tus errores.
La mejor parte es tener la seguridad que en tu caída él te levanta. La mejor parte es saber que él seca tus lágrimas. La mejor parte es saber que esta vida, por más injusta e inentendible que pueda ser, puede ser llevadera con Cristo. La mejor parte es saber que transforma vidas. La mejor parte es saber que hoy te ofrece salvación y pide algo sencillo de ti: tu corazón. ¿Aceptas? Hoy ¿estás dispuesto a elegir la mejor parte?
¿Cuál es el estilo que regirá tu vida? ¿Hoy quieres iniciar con Cristo la mejor parte de tu vida? Alza tu mano, quiero verte. Quiero orar contigo. Acércate y oremos juntos.
Pr. Daniel Rivas Huamán
Distrito Misionero Satipo - MAC