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Ecotienda Taller Regina Coeli: plataforma de productos naturales

gente fitness, con alergia alimentaria, surgió la idea de abrir una ecocafetería con productos saludables en la que emplearon a jóvenes universitarios, pero con la pandemia tuvieron que cerrarla. Pero el proyecto es abrirla nuevamente bajo la administración de uno de sus hijos.

Efecto pandemia

Desde la cuarentena la señora Eva considera que se han debilitado un poco, por eso quieren volver con más fuerza dándole auge en las redes sociales, pero manteniendo los canales regulares, es decir tener la tienda física y la online.

Manifestó que en marzo de 2020 tuvieron que cerrar abruptamente por la pandemia, “se avisó por las redes sociales que estábamos con nuestro WhatsApp y dimos nuestra dirección de la casa y entonces empezamos a difundir”.

Les ayudó las entrevistas en los medios sobre la ecotienda a través de las cuales dieron a conocer que tenían mascarillas con hilos de cobre y así permanecieron hasta junio.

Luego empezaron a abrir por horas en la galería, pero en diciembre los sorprendió otra cuarentena y solo vendieron a sus clientes fijos porque no migraron a las redes sociales. “Pero así y todo se vendió mucho, hacemos el delivery gratis en el área urbana de Los Ángeles”.

Proyecciones a futuro

Considera que el primer desafío grande fue el de tener la cafetería y luego cerrarla por la pandemia. Otra dificultad es que surgieron muchas marcas alternativas, pero decidieron mantener la calidad, aunque sea un poco más caro. Lo próximo que quieren hacer es reforzar el área de confección de prendas terapéuticas con cobre y desarrollar la línea de alimentos, “estamos trabajando con la Universidad de Concepción que ya nos han hecho los estudios previos de 2 productos que queremos desarrollar nosotros, que ya tenemos hasta el nombre se llama San Rafael. La idea es poder trabajar con al menos 2 productos y también incursionamos ya un poco con una empresa que nos preparaba té, con distintas fórmulas”. En conclusión desean tener algunos productos propios y distribuirlos.

Rasgos del emprendedor angelino

Piensa que el emprendedor de Los Ángeles está en deuda porque no ha trabajado en asociatividad, no se ha inclinado a trabajar en redes y eso es una debilidad. Sin embargo

sostiene que el emprendedor local ahora se está despertando y sabe que tiene que trabajar unido con los demás.

Destaca que la fortaleza que tiene es que se atreve a hacer y se esfuerza por conseguirlo por sí solo, “para emprender en necesario trabajar en equipo”.

Aliados estratégicos

“Gracias a Dios que hemos tenido muy buena alianza con los proveedores, yo tengo proveedores con los que partí cuando estaba en mi quiosquito”, afirmó la señora Eva en cuanto a sus más cercanos colaboradores y aliados. Uno de estos es la Casona del Monte con la que trabaja desde sus inicios con la entrega de stevia y otros productos, “ellos creyeron en mí”. Igualmente, cuenta con Monarch con la que tienen una gran alianza, así como con el Centro de Negocios de la ciudad, diferentes asociaciones como Apialan y la Agrupación Gastronómica de los Ángeles de la cual es fundadora.

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A los que empiezan un negocio les dice que estudien la idea y que se atrevan a ponerla en marcha. Que a lo mejor se caen al inicio, pero que si el proyecto es algo bueno va a tener éxito, “hay que mirar más allá y decir sí me atrevo. No hay que tener miedo, si se hace con amor, entrega y convicción Dios bendice, invitó a los adultos mayores a que se atrevan”.

Sin ser una experta en negocios, Javiera Robles ha demostrado que es posible emprender cuando te faltan recursos y todas las circunstancias están en tu contra. En poco tiempo logró fundar Emporio Pichintún e innovar en un nuevo mercado con sus ideas de consumo sustentable.

Por Hispanos Emprendedores

¿Qué responderías si te hacemos estas tres preguntas?:

• ¿Crees que es posible emprender sin el apoyo de tu familia?

• ¿Y si te digo que inaugures tu negocio en medio de un estallido social?

• ¿Pero además te atreverías a empezar desde cero en una pandemia mundial?

Si has contestado que “no”, permítenos presentarte a Javiera Robles. Con tan solo 26 años de edad, esta chica ha dado el paso más importante de su etapa profesional en medio de circunstancias bastante adversas que no menguaron sus ganas de triunfar.

Javiera jamás pensó que estaría al mando de su propio negocio y hoy es una de las fundadoras de Emporio Pichintún; una empresa de venta de productos a granel que ha innovado impulsando la cultura del reciclaje en la comuna de Los Ángeles, en Chile.

En el 2019, mientras cursaba el último año de Ingeniería Comercial, Javiera estaba muy entusiasmada con temas relacionados a los emprendimientos sustentables y a la protección del medio ambiente, pero aún así no tenía la determinación de emprender. De hecho, su objetivo era terminar sus estudios y buscar un empleo, a lo que la gran mayoría de los recién graduados podrían estar acostumbrados.

Pero un día, conversando con una de sus amigas descubrió que en otras ciudades de Chile las empresas de productos a granel estaban teniendo un gran éxito. “Ella me dijo: ‘falta una tienda así en Los Ángeles’. Y yo le dije: ¡Oye sí, qué buena idea! Podríamos intentarlo”.

Al poco tiempo la decisión estaba tomada. “Lo comenté con mi familia, pero nadie me apoyó”. Que cómo se le ocurría, que eso le iba a quitar tiempo, que recordara que estaba terminando sus estudios. Se encontró con estas y otras tantas objeciones. Era algo nuevo para ella y no solo eso, sino que no había un precedente de una empresa similar en Los Ángeles.

Y aunque por más descabellada que pareciera la idea, siguió adelante con los pocos recursos a su alcance y el apoyo incondicional de su pareja y amigos más cercanos. “Nuestro capital inicial tampoco era

mucho. Lo mejor que teníamos era las ganas y la idea de poder lograr llevar a cabo esto”.

De pichintún en pichintún

Sin darse cuenta, en cuestión de meses tenían un local de productos a granel 100% operativo. Decidieron bautizarlo con el nombre de Emporio Pichintún, en alusión a una frase muy común usada en Chile. “Acá Pichintún es una palabra mapudungun que significa poquitito, entonces tiene que ver con la venta a granel”.

Los clientes pueden comprar desde 5 gramos de alimentos, como frutos secos, harinas, condimentos. Pero también pueden adquirir productos de limpieza, como detergentes, lavalozas, entre otros, en recipientes reciclados que llevan desde sus hogares.

Se cuenta fácil, pero el negocio abrió sus puertas en medio de muchas dificultades. En octubre del 2019, justo dos semanas antes de la inauguración del local, comenzaron las protestas sociales en Chile por el aumento del pasaje del metro y otros reclamos sociales. “Nosotros abrimos en noviembre. En primera instancia me dio mucho miedo y me di mil razones para no abrir el local (...), pero en vez de tomarlo por la parte negativa lo vi por el lado positivo y me di mil razones para abrirlo con el estallido social”.

Luego vino el verano y con la temporada de vacaciones las ventas se fueron al piso. “Yo dije: ‘bueno en marzo vuelven las clases, la gente va a empezar a trabajar. ¡Marzo es nuestro mes!”. Pero no contaba con que el Covid llegaría para cambiar absolutamente la dinámica mundial. “Comienza la Pandemia y era el colmo de lo malo”.

De nuevo volvieron el miedo y la frustración, pero optó por buscar una salida positiva a estos retos y se adaptó a las circunstancias, ofreciendo servicio a domicilio a sus clientes. “Nos compramos ropa corporativa para poder ir a entregar, llenamos de adhesivos mi auto, que es chiquitito, para poder identificarnos y seguimos haciendo propaganda por redes sociales y así logramos continuar durante la pandemia hasta el día de hoy”.

El planeta lo agradece

El concepto del negocio es promover el consumo sustentable y poco a poco lo van consiguiendo. “Creo que nos ha ido bien con el tema de la educación y lo noto en que cada vez llega más gente con envases a recargar. Cada vez hay más personas que nos dicen: ‘oye, recargo mi envase de detergente y he dejado de botar mucho plástico a la basura’”.

Tan solo haz un pequeño ejercicio mental. ¿Cuántas bolsas de plástico

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