Nadia Mara
“No creo mucho en la suerte, creo en el trabajo y en la disciplina” # 29 • MARZO 2021 • Pág 12
Tras haberse desarrollado profesionalmente en el Atlanta Ballet de Estados Unidos por más de 16 años, regresó a Uruguay para consagrarse como la máxima figura del Ballet Nacional Sodre. Protagonista de grandes clásicos como Giselle, Don Quijote y Onegin, recuerda sus inicios en la danza y asegura que vino a este mundo para bailar. Remitirnos a la infancia de aquellos privilegiados que han logrado cumplir sus sueños con creces, es una prueba alentadora de que en esta vida todo se puede. Por supuesto que es necesaria una gran cuota de talento, estudio y disciplina, pero sobre todo de actitud. Nadia Mara soñaba con ser bailarina desde muy pequeña, cuando la mayoría de los mortales aún no hemos descubier-
to nuestras pasiones. Sus primeros escenarios fueron en su casa de Malvín Norte, donde improvisaba con movimientos libres que imaginariamente la trasladaban a ese mundo idílico de la danza, con atuendos extraordinarios y zapatillas de punta. Pero como a los sueños hay que ayudarnos, decidió inscribirse en la Escuela Nacional de Danza junto con el apoyo de su familia. Allí se graduó
con medalla de oro y pronto emigró a los Estados Unidos para convertirse en una de las primeras bailarinas del Atlanta Ballet, una de las compañías más reconocidas del mundo. A la distancia, observaba con orgullo el proceso de transformación de su anhelado Sodre de la mano de Julio Bocca, hacedor de profundos cambios que revitalizaron el ballet nacional con proyección internacional. Y