5 minute read

COSMÉTICA

Botox: cuando menos, es más

Por Dra. Florencia Duarte

Advertisement

En primer lugar, quisiera que hagamos un viaje muy por arriba de todas las técnicas que tenemos para tratar el envejecimiento. De un tiempo a esta parte encontré las palabras justas para lo que hacemos en la clínica Florencia Duarte con las pacientes que se nos acercan: prevenir, desacelerar y revertir el paso del tiempo. En este concepto, entran todas las edades, las que quieren envejecer mejor, las que ya empezaron el proceso y quieren ir más lento, y las que ya tienen algunos aspectos que deberíamos intentar revertir. Para ello se utiliza tecnología especializada y tratamientos médicos que tratan calidad de piel, flacidez, manchas y arrugas. Siempre le damos mucha importancia a la consulta diagnóstica, donde evaluamos aspectos físicos y emocionales de la paciente y juntas armamos un tratamiento que se ajuste a las expectativas y presupuesto de cada una. Es muy importante que logremos ver qué emociones le genera a la paciente y trabajar desde ese lugar, logrando cambios que impacten a nivel emocional y físico. Me gustaría detenerme, antes de entrar en el botox, en la paciente que se acerca. En los últimos años pude darme cuenta cómo se transformó el mercado y tener más claro quién se acerca a la consulta. Las pacientes que más llaman mi atención son las jóvenes menores de 30, que son muy exigentes, están muy informadas y quieren hacer rendir los tratamientos que se empiezan a hacer con el fin de prevenir. Tienen un cuidado domiciliario muy completo, se protegen del sol y están muy pendientes de los cambios que surgen en su piel. Las pacientes entre 30 y 40 años, que ya están en el carril de desacelerar, son un poco más audaces que las que tienen más de 40, pero no están tan informadas como las menores de 30. Están abiertas a cuidarse y van rompiendo muchos prejuicios y

# 44 • JUNIO 2022 • Pág 24 barreras con los tratamientos estéticos. Mientras que, por último, las pacientes mayores de 40, en general, son más temerosas y tienen algunos prejuicios. Quieren solucionar más que prevenir, no se les enseñó a cuidarse desde chicas, tomaron mucho sol y dañaron mucho su piel. En sus cabezas antes solo existía el lifting y ahora se les abre un gran abanico de oportunidades que tienen que conocer, confiar, aceptar y utilizar. Ahora, hablemos de botox. Me pasa recurrentemente que vienen a consulta diagnóstica muy temerosas del botox y no lo quieren incluir como una de las opciones para cuidarse por malas experiencias anteriores. Esto me lleva a contarles como a mí me gusta que se utilice la toxina botulínica; me gusta lograr un efecto natural, reducir y eliminar las líneas de expresión sin justamente perder la expresión. Para eso soy muy cuidadosa en la aplicación de la toxina y el efecto en zonas como cejas y patas de gallo para no bloquear expresiones. Creo que un lindo efecto logrado es el que no se nota, que la gente te vea más linda, con mayor luminosidad y juventud, sin que sea evidente que te hiciste algo, y el botox no debería ser la excepción. No tiene sentido que no nos sintamos cómodas con el efecto y no podamos convivir con el mismo, con el fin de prevenir arrugarnos más. Para que la relación botox-paciente sea a largo plazo, además de ayudarnos a prevenir y no seguir arrugándonos, nos tiene que gustar el resultado mientras lo tengamos.

¿Por qué no hablo de baby botox? Es un concepto que se usaba anteriormente, pero que luego de empezar a tratar muchísimas pacientes menores de 30, me di cuenta que muchas veces las “pacientes más jóvenes” tienen mayor fuerza muscular en la frente que una de 40. Incluso algunas tienen más marcadas las líneas de expresión que alguien de mayor edad. La realidad es que la piel de mis pacientes muchas veces tiene edad propia y no va de la mano con la edad cronológica; entonces, no podemos hablar de dosis iguales para una u otra, sino de un tratamiento personalizado para cada una viendo el efecto que quiere lograr y el estado de su piel. No me gusta hablar de un concepto que aplique a todas las pacientes en la medicina estética, porque me hace pensar en un “servicio de supermercado”. Personalmente, me tomo el trabajo de conocer edad, hábitos y estado de la piel y, en base a eso, les armo un tratamiento. Quiero decirles que el botox es una de mis mejores armas para tratar el paso del tiempo, lo considero el me-

jor antiarrugas y un tratamiento que bien puesto siempre es muy aceptado por las pacientes, ya que el efecto es rápido y notorio. Mis pacientes sienten que es dinero bien invertido. Es clave para armonizar el rostro y para tratar el tercio superior de la cara. También es el primer puntapié para entrar en este camino tan lindo que es el cuidado de nuestra piel y que muchas veces luego de ver lo bien que quedó el efecto de la toxina en el tercio superior, las pacientes sienten la necesidad de empezar a cuidar el resto, ya que ven una falta de sintonía entre la piel de la frente y el resto de la cara. Para terminar este artículo, recientemente, aprendí un concepto que me encantó, lo tomé y lo interioricé. Cuando un cardiólogo atiende una paciente de 25 años con colesterol, se ve en la obligación no solo de solucionar el problema a corto plazo, sino de advertirle que, si con su edad ya tiene colesterol, a los 40-50 años puede llegar a tener un problema grave de salud. Salvando las distancias, lo mismo pasa con la medicina estética en general. Si a los 25 vienen conmanchas,arrugasyflacidez,nos vemos en la obligación de explicarles cómo se hará presente el paso del tiempo en su rostro… Y juntas empezar por este camino: prevenir, desacelerar y revertir.

Aplicación y duración

Lo más común es entrecejo, bunny lines, frente, patitas de gallo, pero también podemos usar toxina para el masetero con el fin de bruxar menos y afinar el rostro en quienes tienen muy desarrollada la musculatura de la mandíbula, arriba de la boca para la sonrisa gingival y en la nariz como complemento de las rinomodelaciones. Una vez aplicado el botox vamos a ir viendo los cambios de manera paulatina, desde el día uno al día 15. En general ahí les pido un control para verificar que todo esté ok, que las cejas hayan quedado con el mismo efecto y que no falte ningún punto de retoque. El efecto va a depender mucho de la fuerza muscular de las pacientes, pero va entre tres y seis meses.

This article is from: