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La muerte de un hijo o hija Duración del duelo
Duración del duelo
La vida no es igual para todos. Solo la muerte es igual para todos.
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Johan Liebeharth
No todas las personas viven el proceso de duelo de la misma manera.
Diversos autores indican que, en el caso de la muerte de un ser querido, el duelo puede durar entre 2 a 4 años. Otros autores señalan que el duelo puede durar toda la vida debido a que la persona fallecida nunca es olvidada y que cada vez que la recordamos estamos re- viviendo la ausencia.
La duración del duelo se asocia a muchos factores, como la vivencia del ser querido antes de morir. Si la persona llevaba mucho tiempo enferma o si la -
cida tuvo en la vida de la persona que sobrevive, el tipo de lazo que los unía.
Los primeros seis meses de un duelo sos. Durante este período se vive una gran cantidad de emociones y sentimientos que se movilizan a diario, pudiendo ir de un extremo a otro. Es decir, desde el dolor al amor, desde el amor al odio, desde el odio a la rabia, desde la rabia al reproche y de vuelta al amor.
Duelo Desautorizado
Los duelos desautorizados son muy importantes de tener en cuenta. Corresponden a aquellos duelos que no pueden ser expresados en forma pública por no ser socialmente reconocidos o aceptados.
Unos de los duelos desautorizados más comunes e importantes en el caso de los padres es el de la pérdida perinatal. Es decir, la muerte de hijos o hijas por nacer. La torpeza de algunas personas que muchas veces acompañan este duelo los lleva a caer en frases como “ mejor ahora que más adelante ” o “ podrás tener otros hijos ” . Estas frases hacen que las madres y padres en duelo se sientan incomprendidos y desautorizados de vivir la pérdida tal y como la están experimentando.
Otro ejemplo importante de duelo desautorizado es el que se asocia a
fallece un paciente. Muchas personas que trabajan como profesionales de la salud reportan que, cuando fallece un paciente que estuvo a su cuidado, escuchan frases como “tú no puedes llorar ” . De esta manera, quedan con una emoción
atragantada. ¿Por qué una persona que ha participado del cuidado de un paciente, le ha dedicado su tiempo y tiene un vínculo diario no tiene permitido expresar sentimientos de pérdida? Es posible que la respuesta tenga que ver con la necesidad de tener todo bajo control, donde las emociones son consideradas como un desborde de la persona que las expresa. Pues bien, esto no es así. Existe el vínculo y tenemos permiso para expresar nuestros sentimientos. Es más, expresar las emociones es una respuesta sana.
Otro hecho importante de duelo desautorizado se relaciona con el fallecimiento de los adultos mayores. En estos casos una de las preguntas que más se repite es ¿qué edad tenía? Sin pensar que para el deudo esa pregunta
que sufre el duelo escucha de su entorno frases como “ ya estaba viejito ” , “ ya
si por ser mayor la partida de esa persona tuviera una menor relevancia o debiera ser reprimido por el duelo.
Otro doliente desautorizado son los niños, a quienes en general no se les consulta sobre lo que están sintiendo y cómo quieren vivir su experiencia. Muchas veces a los niños se les niega participar en los funerales y ritos funerarios. Tampoco les preguntamos qué sienten y cómo están. Cuando esto pasa, el niño o niña vive un duelo desautorizado. En los casos de suicidio, los deudos generalmente esconden lo sucedido y la forma en que la muerte ocurrió por temor a ser juzgados, por considerarlo no apropiado o por vergüenza. Lo mismo puede ocurrir en los casos de muerte por homicidio. Ambos son formas de duelo desautorizados, en los que los sobrevivientes deben lidiar
la falta de aprobación o al rechazo que reciben de su entorno.
Esta pandemia ha movilizado esta creencia relacionada con que los adultos mayores pueden fallecer "porque ya tienen sufcientes años", remeciendo fuertemente la importancia de los adultos mayores en el seno familiar. La frase "qué edad tenía" , paso a ser "tiene tantos años por eso debemos ocuparnos de cuidarlos".
Ideas Irracionales en Relación al Duelo
Existen muchas creencias en relación al duelo. A cuánto debe durar, a cómo debemos vestirnos, a qué actividades sociales están permitidas y muchas otras. Estas creencias no siempre ayudan en el proceso de duelo y su sanación. Muchas veces las personas no saben lidiar con el duelo lo que hace que en oportunidades las frases presentadas a un doliente sean poco asertivas, irracionales o inadecuadas, provocando incomodidad y a veces molestia en los familiares de la persona fallecida. Pareciera que necesitamos decir algo frente al duelo, es como si no pudiéramos estar callados, es entonces donde por llenar el silencio que se produce frente a la muerte dejamos salir frases que generan a veces hasta dolor.