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De las raíces Escocesas a la maestría Francesa

Manolo Santiago

Michel Couvreur y su lema “Virtute et Opera”, sin duda me han dejado una experiencia grata; sin embargo, lo que mejor me trató ha sido su tan interesante whisky, francés, por cierto. Se dice que este personaje tenía una visión muy revolucionaría de lo que debería ser este destilado y en 1978 se instaló en la región de Borgoña, para dedicar el resto de su vida a producirlo.

Actualmente –algo que me emociona mucho–, ocupan barricas interesantes: desde roble blanco americano hasta roble francés, sherry, ex bourbon y de Jura. Dentro de su catálogo tienen espirituosos como single malt de 12 años, blends, single cask, un very sherried espectacular y rarezas como su añejado por 25 años. Podemos decir que cuando hablamos de Michel Couvreur nos referimos a whiskys que permanecerán grabados en la mente.

Todos se presentan en una botella cuadrada transparente que recuerda a un whisky escocés clásico de aquellos viejos tiempos. Una etiqueta blanca, elegante, combina los estilos de letra cursiva y bold, y un bello lacrado completo cubre su sello con corcho, como si estuviéramos hablando de un vino de la Borgoña.

Cabe destacar que en 2013 falleció este gran artista y al frente de la casa están Cyril Deschamps, su yerno; el Maestro Bodeguero Jean-Arnaud Frantzen; su viuda, y su hija, quienes mantienen vivo su gran legado.

En esta ocasión me emociona degustar el Cap a Pie, de Michel Couvreur; whisky blend de grano y malta sin declaración de edad.

CARÁCTER: Si debiera otorgarle un carácter sería describirlo como un SEÑOR, en toda la extensión de la palabra; de esos que por la mañana tienen el periódico al frente, durante la tarde, un libro en la mano, y su pipa o un buen cigarro entre los dedos. Un señor que sabe de qué habla, pero sólo emite una opinión cuando se la piden.

COLOR: Ámbar.

NARIZ: Presenta notas dulces, maderas húmedas y cuero fino, así como notas ajerezadas preciosas y un adorno final de frutos secos.

PALADAR:Un whisky potente, bastante untuoso, que presenta inmediatamente la barrica de Jerez, almíbar y adornos de tabaco. En su gusto también encontramos frutos secos, dátiles y uvas pasa.

FINAL: Cálido, apacible y suave. Dejará sabor dulce en el paladar y, al final, una agradable sensación seca.

MOOD: Sin duda, mostraría y descorcharía Cap a Pie para celebrar o compartir con buenos amigos. Imagino un gran salón, formales, acompañados de la selección de un fino playlist de Jazz.

PAIRING: Es interesante, pues bajo los conceptos de este whisky hay mucha tela de dónde cortar. Cuando se es amante de la fortaleza media, podría empezar con un Quesada Reserva Privada Toro, ya que sus notas especiadas, cuero y dulzor nos proporcionarán un juego estupendo. También un robusto Plasencia Alma del Campo, con su imponente madera, pasando del cedro a lo exótico del sándalo, entre notas de cacao y nueces que le harán un buen acompañante.

Otra excelente opción es el Room 101 The Farce Maduro, con su amaderado perfil, cuero, frutos deshidratados y especias, que hacen un balance grato entre la bebida y el cigarro. Y por último de la legendaria marca Arturo Fuente, de la que recomendaría el Don Carlos Belicoso, de ciertas notas tostadas, especiadas, más su sensación ligeramente tánica que harán un contraste inmejorable con este whisky, que sin duda pedirá más y más tabaco, y viceversa.

Puede encontrar este whisky en México, en: www.vinosamparo.com

Pruébelo, y me dice qué opina.

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