11 minute read
Humo Mexicano Unido
En septiembre celebramos a México y a sus productores de puros, entre quienes surgió una iniciativa que busca la revaloración de nuestro tabaco y sus productos, comenzando por el mercado nacional.
Se trata de tabacaleros con sede en distintos estados del país, quienes unidos hacen fuerza para demostrar que cuando las cosas se hacen bien, todo es posible. Por el momento son 18, pero pronto serán más… muchos más.
A continuación encontrará semblanzas breves de algunas de estas marcas.
Don Anastacio
Un 20 de octubre del 1979, Anastacio Temich Ponciano comenzó a torcer en San Andrés Tuxtla, Veracruz, puros comerciales y económicos, sin anilla. No obstante, al paso del tiempo pensó en mejorar la calidad de sus productos y esto dio pie a su primera marca: Flor de Matacapan.
El paso siguiente, con más experiencia y conocimiento en la elección del tabaco, así como por la llegada de la variedad Habano a la zona de Los Tuxtlas, fue hacer un puro que llevara su nombre, Don Anastacio. Se trata de una liga con tabacos Negro San Andrés y Habano colorado, con uno y otro como capa. En ambas líneas maneja infinidad de vitolas.
Fábrica de Puros Pedro Moreno
Aficionado y fumador por más de tres décadas, Pedro Moreno inició su empresa en 1997 e inició el concepto de Cigar Bar-Café en los estados norteños de Sinaloa y Sonora, así como Arizona y Nuevo México, en el sur de Estados Unidos.
Con tabaco de San Andrés Tuxtla, Veracruz, su fábrica produce cuatro líneas: La Casa del Puro, de capa Sumatra, en las vitolas Robusto, Toro y Torpedo; Pedro Moreno Gourmet, boleros con capa Habana 2000 y Sumatra oscuro, consta de Robusto, Toro y el Short Torpedo Lux Maduro; La Casa Lara, capa Habana 2000, puritos naturales e infusionados con vainilla y ron, y Moreno Premium Blue Edition, capa Habana 2000, con un Torpedo y un Short Robusto denominado Chapo.
Pedro Moreno observa en el país un mercado enorme, que se puede conquistar “si hacemos bien la chamba”. Además, es necesario seguir fortaleciendo la promoción y la cultura para que los mexicanos consuman tabaco nacional.
En el largo plazo, visualiza a su empresa como la más innovadora del mercado, enfocada como marca sólo en los productos significativos, pero sin perder de vista la misión de brindar al aficionado fumador la mejor experiencia en puros.
BUENOS MUCHACHOS
Alejandro García fumaba habanos, hasta que probó el puro de un torcedor de San Andrés Tuxtla al que llevaron a una fiesta de bodas. Pero la idea de tener su marca fue consecuencia del comentario del dueño de una Cigar Shop de Estados Unidos, quien dijo que el tabaco de México es el mejor del mundo, pero no hay un puro mexicano bueno.
Al fin cinéfilo, eligió el título de una de sus películas favoritas: Goodfellas; en español, Buenos Muchachos. Comenzó en 2018 con una producción de 800 puros con cinco ligas distintas y 24 vitolas. “Era demasiado y eso nos complicó la venta”.
Durante la pandemia, al aumentar la demanda, decidió relanzar la marca y junto a Ricardo Turrent eligió cinco ligas nuevas que representan muy bien las fortalezas de cada tabaco y su región, pero iniciaron con tres que contienen tabacos Habano y Negro San Andrés, así como Habano Nicaragua.
Cada uno de los procesos se vigila meticulosamente, desde la selección y el manejo la semilla, pasando por la galera y fermentación, hasta el torcido de los puros y su añejamiento final.
“En Buenos Muchachos –dice Alejandro– amamos las tradiciones y admiramos la maestría en las manos de nuestros artesanos y el sudor en la frente de la gente del campo. Enaltecemos la calidad del tabaco mexicano y entregamos productos premium para vivir grandes experiencias”.
Alférez
Heredero de una historia del tabaco en Orizaba, Veracruz –que vivió sus días de gloria durante el virreinato y hasta mediados del siglo XIX–. En 1919, Antonio Sánchez Ochoa se hizo cargo de la empresa familiar, Tabacos Alférez. Ahora busca consolidar la marca, al expandir sus líneas con la manufactura de una liga exclusiva premium, Black, y el retorno de la que creó su padre, bajo el nombre de Tradición.
Don Antonio Sánchez Cejudo fue un apasionado de la Historia, y la razón del nombre es Catalina de Erauso, personaje legendario y controvertido de los siglos XVI y XVII, quien escapó de un convento para convertirse en militar, logrando el grado de Alférez. Tras una vida agitada –que se conoce gracias a su autobiografía– murió en 1650 en Orizaba.
En cuanto a la fermentación de su tabaco, en el caso de la línea Tradición es de 18 meses, y en el de Black, de 36 meses. “El secreto está en el curado, que se hace con una receta de mi padre que obviamente no compartimos, y adicionalmente biohigenizamos el tabaco para desinfectarlo y que permanezca libre de bacterias”, dice Antonio.
Azul Tabaco
En la ciudad de México, una fumada entre tres amigos –acaso el destino– dio origen a lo que hoy es Azul Tabaco, que comenzó operaciones a principios de año con base en la confianza, la experiencia y la pasión por los puros.
Uno de ellos, don Luis Anaya, tenía diez años de experiencia en la industria, formado por don Elías Mina en la Fábrica de Puros Valle de México. Esto le permitió hacer las mezclas para la línea completa en San Andrés Tuxtla y lanzar tres formatos fáciles de fumar: Robusto, Torpedo y Mecha Corta, con capas Sumatra, Negro San Andrés y Habano.
La empresa sigue los preceptos de la vieja escuela: cuidar la calidad de los puros, dar al cliente el mejor servicio y ofrecer precios justos y competitivos. Azul Tabaco garantiza una construcción adecuada, con la cantidad de tabaco necesario y su manufactura por quienes se han dedicado a ello durante generaciones.
La idea es que el fumador viva una experiencia realmente placentera desde el encendido hasta el final.
Valentina Cigars
La afición, el cariño y el amor de un padre hacia su hija dieron origen, en el estado de Guerrero, al nombre de una marca de puros mexicanos: Valentina Cigars.
Con un puro en formato robusto que contiene tabaco premium mexicano de las mejores vegas de la región de San Andrés Tuxtla, Veracruz, el abogado penalista y socio fundador de Cava Jaguar, Arturo García Estrada, hace honor a su hija Valentina.
Sin duda, un puro que agradará al paladar de todos los aficionados.
Reserva Familiar
Como un homenaje a su padre, fallecido en abril de 2020, pero también a otros personajes de la familia “que se nos adelantaron en el camino” –abuelos y bisabuelos, incluso–, Luis Guízar inició ese año su marca Reserva Familiar.
“Considero que la familia es la herencia más importante que tenemos y perdura a través de los años, enseñándonos con sus presencias y ausencias”, dice el empresario, quien trasladó a esta actividad los valores heredados: “usamos siempre los materiales de mayor calidad, tratados con el cuidado necesario para que expresen los sabores de nuestra tierra”.
Diferentes ligas llevan por nombres Don Onécíforo, Don Agustín, Doña Caridad, Don Jaime, Don Gilberto y Don Rubén, con base en tabaco Negro San Andrés, en combinación con Sumatra y Habano, así como importados
de Centroamérica, el Caribe y África, “que casan bien con los aromas mexicanos”. Se presentan en seis vitolas clásicas, así como una denominada Minutos, de 10 cm., cepo 42.
En lo personal –expresa Luis–, fumar un Reserva Familiar es compartir, a través del tabaco, instantes de conversación y paz.
Puros Don Agustín V.R.
Cuando Francisco Javier Valverde, CEO de Puros Don Agustín V.R., dice que son una empresa orgullosamente mexicana, va en serio. Prueba de ello son su anilla, que recuerda la talavera poblana –el estado donde la empresa se asienta– y el nombre de algunas de sus vitolas: Hidalgo, Zapata y Pancho Villa, por ejemplo.
El nombre de la marca honra a su abuelo, fumador de puros durante muchos años, quien heredó esa pasión a su hijo y ahora llegó a su nieto: “yo soy un nuevo integrante, por así decirlo, de esta cultura”.
Desde hace cuatro años, esta empresa se dedica a la elaboración de puros con materia prima nacional y a su comercialización, enfocada en enaltecer al tabaco mexicano y su cultura.
Además de vitolas especiales, manejan algunas clásicas, como Corona, Robusto, Torpedo, Toro y Churchill, pero llama la atención que incluyan Culebra. Se presentan con capas Bolero, Maduro y Colorado.
Doña Rosario Cigars
Residente en Ciudad Victoria, Tamaulipas, José Espinoza estaba acostumbrado a los retos, pero no encontró otro más complicado que convertirse en tabaquero, dice, mientras ríe, cuando se le pregunta cómo se inició en la industria.
Cuenta que en 2015, a través de las redes sociales, estableció contacto con la Tabacalera Santiago de Estelí, Nicaragua, porque como aficionado buscaba una fumada diferente. Ahí le manufacturaron unos puros con liga Negro San Andrés y Estelí, con la que en 2019 registró la marca Doña Rosario Cigars.
Incorporó después una liga más, con tabacos Connecticut y Maduro Nicaragua, y en ambas presenta las vitolas Robusto y Toro Gordo. José considera que en el primer caso, el tabaco mexicano aporta fortaleza y un aroma exquisito, mientras que el nicaragüense le da el sabor que a tantos enamora.
Se reconoce empírico, pues a lo largo de los años ha aprendido de los amigos y de su propia experiencia como fumador, “probando puros de toda procedencia”.
La marca es un homenaje a su madre, Doña Rosario, “una mujer emprendedora en el arte de la cosmética y belleza femeninas, quien mantenía siempre una actitud positiva y motivaba a las personas a ser mejores. Muchos de sus clientes se convirtieron en amistades de corazón”.
José la recuerda como madre amorosa, hermana vigía, esposa fiel y consentidora hasta los últimos días de su vida. “Representa a todas las personas que luchan día con día y se esfuerzan por salir adelante”.
Puros Artesanales Cyrano
“Durante una tarde familiar, compartiendo nuestra pasión por el tabaco, nos fijamos la meta de hacer un puro muy personal, con una fortaleza media suave y en un formato corto”, cuenta Hernesto Rodríguez, CEO de Puros Artesanales Cyrano, una marca creada en 2021.
Habían producido un primer lote, del que obsequiaron algunas piezas a amigos cercanos, “pero nos encontramos con la grata sorpresa de que teníamos un producto ideal, del gusto de los fumadores que lo probaron”.
Entonces pensaron en comercializarlos y con base en tabaco mexicano trabajaron con torcedores de San Andrés Tuxtla, Veracruz, para manufacturar cuatro vitolas: Robusto, Torpedo, Mini Torpedo y Versos.
Tomaron el nombre del personaje de una de las obras más importantes de la literatura francesa, Cyrano de Bergerac, que lo mismo en batalla que escribiendo un verso, solía degustar un buen tabaco.
Hernesto explica que con esa misma pasión de Cyrano, el compromiso con los consumidores es ofrecerles un tabaco de calidad y de gran sabor, buscando que se enamoren desde la vista y el olfato, y que obtengan la fumada ideal.