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INTRODUCCIÓN
El desarrollo de la actividad laboral se debe llevar a cabo en adecuadas condiciones de seguridad y de salud para las personas trabajadoras. Para ello, la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales (en adelante, LPRL) establece el deber general del/de la empresario/a de garantizar la seguridad y la salud de las personas trabajadoras en todos los aspectos relacionados con el trabajo. Para poder cumplir con el citado deber empresarial, será necesario integrar la prevención de riesgos laborales en el sistema general de gestión de la empresa a través de la implantación y aplicación de un plan de prevención de riesgos laborales. Tal y como se indica en la LPRL, los instrumentos esenciales que servirán de base para poder lograr esta integración son la evaluación de riesgos laborales y la planificación de la actividad preventiva. El documento que se presenta a continuación se centra en la evaluación de riesgos laborales (en adelante, ERL) entendida como la actividad necesaria para conocer las características de los puestos de trabajo y, con ello, poder tomar las decisiones óptimas que permitan controlar los riesgos asociados a ellos. El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), tras la aprobación de la LPRL, elaboró en el año 1996 el documento “Evaluación de Riesgos Laborales” con el propósito de guiar a las organizaciones en su deber de realizar la ERL. Desde entonces, la ERL ha sido objeto de numerosas publicaciones específicas del INSST que han tratado de facilitar el abordaje técnico de esta actividad clave en el ámbito de la seguridad y salud en el trabajo. La experiencia adquirida durante estos años ha puesto de manifiesto que, en ocasiones, se ha tendido a primar los aspectos formales y documentales de la ERL en detrimento de su verdadero valor técnico y preventivo. En consecuencia, esto se ha traducido en una pérdida del potencial de esta actividad, que constituye la herramienta esencial que permitirá desarrollar el resto de la acción preventiva en la organización. Por ello, es necesario llevar a cabo una reflexión profunda sobre determinados aspectos relacionados con la ERL con objeto de orientarla hacia la mejora real y efectiva de las condiciones de trabajo. El objetivo general del presente documento es definir directrices básicas para llevar a cabo la ERL de forma eficiente en las organizaciones. Este documento, a su vez, tiene dos objetivos específicos: