Fabricio Ojeda Fuego 3 by Idealidad Avanzada

FABRICIO OJEDA (06/02/1926─21/06/1966)

Tomado de la revista: “FUEGO” n.3 ÓRGANO IDEOLÓGICO DEL FLN – FALN. Diciembre 1970. idealidadavanzada@gmail.com

PROVOCAR DISTURBIOS, FRACASAR, VOLVER A PROVOCAR DISTURBIOS, FRACASAR DE NUEVO, Y ASI HASTA LA RUINA: ESTA ES LA LÓGICA DE LOS IMPERIALISTAS Y DE TODOS LOS REACCIONARIOS DEL MUNDO FRENTE A LA CAUSA DEL PUEBLO, Y NUNCA MARCHARÁN EN CONTRA DE ESTA LÓGICA. ESTA ES UNA LEY MARXISTA. (...) LUCHAR, FRACASAR, VOLVER A LUCHAR, FRACASAR DE NUEVO, VOLVER OTRA VEZ A LUCHAR, Y ASI HASTA LA VICTORIA: ESTA ES LA LÓGICA DEL PUEBLO Y ÉL TAMPOCO MARCHARÁ JAMÁS EN CONTRA DE ELLA. ESTA ES OTRA LEY MARXI S T A . ( . . . ) MAO TSE-TUNG

SUMARIO I.-

TEXTOS DE FABRICIO. FABRICIO Ojeda……………………………….. 2 a . CARTA A GUILLERMO GARCÍA PONCE……………………………… 3 b . POR QUÉ LA LIBERACIÓN NACIONAL………………………………. 8 c. ENTREVISTA…………………………………………………………. 13

“FUEGO” n.3 ÓRGANO IDEOLÓGICO DEL FLN - FALN, Diciembre del 70. Compilación: Jesús Mujica Rojas Digitalización y diagramación: Angela Manzur de Mujica

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TEXTOS DE FABRICIO A continuación publicamos algunos materiales del comandante Fabricio Ojeda, combatiente de las F.A.L.N. que fue asesinado en el año 1966, por las fuerzas represivas del gobierno de Acción Democrática. Estos materiales fueron elaborados en momentos en que el movimiento revolucionario venezolano era conmovido por tremendas dificultades, en momentos en que la ola de traición, encabezada y dirigida por el PCV, se ponía en marcha y en que los capituladores, los negociadores y los conciliadores renegaban de la lucha revolucionaria y se incorporaban a las posiciones del "marxismo" cómodo, que les permitía seguir autodenominándose revolucionarios y a la vez abandonar el camino de sacrificios que les imponían necesariamente las luchas populares, las cuales comenzaban a expresar claramente el carácter violento de la lucha de clases en Venezuela. En este momento Fabricio Ojeda defendió con firmeza la línea política de la lucha armada, rechazó enérgicamente la línea derrotista del repliegue táctico impuesto por el PCV y siguió adelante al lado de Douglas Bravo en el gran combate armado por la liberación nacional y el socialismo. Fabricio Ojeda se incorporó al movimiento político en la etapa de la lucha contra Pérez Jiménez, participó de la Junta Patriótica de la cual fue presidente. Esta Junta Patriótica fue el instrumento político, con características de frente unitario, para el derrocamiento de la dictadura. Jugó un importante papel en esta idealidadavanzada@gmail.com

jornada, fue la vanguardia política al servicio del movimiento revolucionario en aquel momento. Una vez derrocada la dictadura, la Junta Patriótica se disuelve, y da paso a la camarilla de burgueses al frente de la cual estaba Eugenio Mendoza. Fabricio Ojeda pasa a figurar en la primara fila de la vida política pública; la Revolución Cubana influye directamente en él, y junto con la quiebra da los partidos reformistas, entre ellos URD, en el cual militaba, determina su incorporación y participación activa en la lucha revolucionaria. Llega a ser diputado por el partido URD pero como decíamos la lucha armada en Cuba significó para el un paso hacia las luchas de la liberación. En ese momento decide renunciar al Congreso Nacional y se incorpora a la lucha guerrillera; en la guerrilla va penetrando cada vez más en los problemas políticos revolucionarios y para el momento en que se plantea la lucha ideológica dentro del PCV Fabricio Ojeda se opone a la claudicación y en la instancia de la ruptura con el Partido "Comunista" se identifica con los planteamientos de Douglas Bravo y junto con él despliega una intensa lucha contra el PCV en la defensa intransigente de los postulados de la lucha armada en Venezuela. Precisamente en este momento cae, era un momento de ascenso en su desarrollo ideológico que lo proyectaba cómo uno de los más valiosos líderes del proceso revolucionario armado que habría de vivir el país, es por eso que su asesinato constituyó una importante pérdida para el movimiento. No obstante queda la satisfacción revolucionaria para sus compañeros de armas, para sus camaradas de la lucha armada, de que los postulados que él defendió tan ardientemente son mantenidos en pié con toda la firmeza qua él hubiera querido y con la vigorosa decisión de LUCHAR HASTA VENCER.

CARTA A GUILLERMO GARCÍA PONCE mayo, 31 de 1966. Querido Catire: (Guillermo García Ponce) Una vez te escribí desde las montañas boconesas, todo verdor y esperanza. No tuve la suerte de recibir tus letras de respuesta. Ahora me dices que me has enviado dos cartas a través de la Gorda y no las he recibido. Parece que algo misterioso quería interponerse en nuestra fraterna amistad. Mas ahora la tuya del 20 de los corrientes ha llegado a mis manos y me apresuro a responderla. idealidadavanzada@gmail.com

De más está ratificarte que absolutamente nada puede ensombrecer la mutua amistad que, en nuestro caso, aspiro se conserve por sobre cualquier problema de tipo circunstancial. Puedes tener la absoluta seguridad que ahora como ayer y como siempre continuaré siendo tu leal y sincero amigo. No importa que las circunstancias pueden ubicarnos en campos polémicos, en posiciones contradictorias. Al fin y al cabo, el reencuentro habrá de producirse y la vida nos volverá a colocar en el terreno de las coincidencias. Tu sostienes hoy unas opiniones que yo no comparto y estoy seguro que tú no compartes las mías. Creo que no hay razones pare "un viraje" con la apertura de "un nuevo período táctico" que paralice las "actividades de las guerrillas y UTC". En esto soy tan radical e intransigente como tú en el caso del camarada Listreo (Douglas Bravo). Las g1 no son un estorbo para la unidad ni pare la paz, son, por el contrario, su factor más dinámico. Debo referirme a esta problema, porque él está íntimamente ligado como cuestión de fondo a la cuestión general, una de cuyas expresiones en la crisis que ha explotado con la sanción del c. Listreo (Douglas Bravo) por parte de la mayoría del BP. Y lo cual constituye un paso de aguda gravedad, pues sintetiza; una concreta manifestación en torno a la unidad del partido y la pone en peligro. Sobre esto voy a elevar mi opinión al BP y al CC que, a través de los canales regulares supongo harán de tu conocimiento. Estoy en contra de esa medida y lo razono. Por cierto que para ello me ha ayudado mucho el estudio de un documento del c. Ezequiel aparecido en el Nº 1 de Principios, Segunda Época. Pero vamos al problema de la estructuración de la DN FLN-FALN que es el que ocupa todo lo largo de tu carta. Este problema, se complica con la sanción del c. Listreo (Douglas Bravo) ya que ante una respuesta da esa magnitud, las discusiones toman otro caris. Tú y los demás miembros de la mayoría del BP sufren una gran equivocación al creer que el asunto es producto de una maniobra de Listreo (Douglas Bravo). No, querido amigo, ello es consecuencia de una preocupación colectiva, de una inquietud general que ha ocupado en los últimos meses hasta al más humilde combatiente de nuestras filas. Yo fui de Trujillo a Portuguesa y de Portuguesa a Lara y encontré las mismas opiniones, las mismas preocupaciones, las mismas inquietudes. Y por ello tomé la decisión de actuar más enérgicamente en torno al problema. Y aquí me tienes tratando de buscar "un remedio para 1

Guerrillas

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nuestros males" como dice el tango. Muchas veces escribí, envié largos documentos. A ti fue uno de ellos. También a Zamora (Ojeda Olaechea) y a Medina Silva. Lo mismo hicieron otros camaradas. Pero nuestras palabras cayeron en el vacío, no hallaron eco. Parece que la preocupación acá, en las alturas, no estaba por resolver los problemas para fortalecernos, sino a agravarlos para debilitarnos. Parece que la perspectiva del "viraje" y el "nuevo período táctico" tenía más fuerza que nuestros sufrimientos, que nuestras dificultades en ascenso. Ni una sola respuesta; ni una sola palabra, querido amigo. La diligencia que ahora se pone de manifiesto con el propósito de tergiversar nuestra actitud, estuvo ausente ante los angustiosos planteamientos por una dirección eficaz dinámica, consecuente. Y así como ustedes no aceptan al c. Listreo (Douglas Bravo) como primer comandante encargado de la FALN, nosotros, los que soportamos todo el peso de las dificultades y llevamos sobre nuestros hombros la principal responsabilidad, por estar en las primeras filas de la lucha compartiendo sacrificio con nuestros abnegados guerrilleros, tampoco podemos tolerar por más tiempo la existencia de una dirección con la mayoría de sus integrantes en las cárceles y voluntariamente en el exterior. Esta decisión la llevaremos adelante "cueste lo que cueste" para utilizar palabras de tu intelecto. Nosotros solicitamos una autorización, la conformidad de los miembros del CC, del BP y de los otros partidos comprometidos con la revolución y miembros del FLN. Previamente se habían hecho algunas consultas. Tú mismo respondiste a una de ellas formulada por Marcelo. Lo mismo lo hicieron otros camaradas. Pero, finalmente, el problema tomó otro rumbo. Dos de los partidos mayoría querido amigo -integrantes del FLN y las FALN, esto para conservar el carácter institucionalista- se han pronunciado a favor de nuestras proposiciones. Tres de los cinco frentes guerrilleros que operan en el Oriente y el Occidente del país, han dado respaldo a nuestras ideas. Y, estoy seguro que las unidades urbanas harán lo mismo. Y ayer recibí una carta del c. Rosauro (Molina Villegas) en un tono bastante distinto al agresivo de su primera misiva para mí después de nuestra separación en las montañas. Además, no olvides a nuestro partido, a sus cuadros, a su base. Este está representado en los organismos que hemos propuesto ampliar e integrar. Y lo está con carácter hegemónico, como debe, ser. Creo camarada, que el BP se ha apresurado, ha actuado con el tono arrogante que traducen algunos párrafos de tu carta. ¿Por qué no conversó con nosotros? ¿Por qué no nos contestaron la carta que le enviamos? ¿Por qué su respuesta, antes idealidadavanzada@gmail.com

de hablar con nosotros y conmigo, fue la sanción de Listreo? (Douglas Bravo) . Tú debes haber leído mis cartas para el Cdte. Moncada y para mi gran amigo, al comandante Molina. Y si no lo has hecho, puedes solicitárselas. En ella está mi posición sobre este asunto, por lo cual considero innecesario extenderme más respecto a él. Dices en tu carta: "no vamos a tolerar en ningún caso, cueste lo que cueste, que se pretenda agredir al partido (subrayado tuyo). Y puedes tener la seguridad que yo tampoco toleraré. No aceptaré, como no he aceptado nunca, que en mi presencia se agreda al partido. Y estimo que Listreo tenga la misma opinión. Su larga militancia en el partido, la ofrenda de su vida en cumplimiento y defensa de la línea del partido, así lo indica. Y una de ellas podría ser sancionando a sus miembros más consecuentes y abnegados arrastrando al partido a una línea que lo ponga en peligro como instrumento principal de la revolución. Y esto ocurriría como dice el c. Pompeyo en su artículo "Necesidad de fortalecer la unidad del movimiento revolucionario venezolano": "Si abandona su línea general, sirenuncia a la lucha armada, si vuelve a una actividad pacífica que lo adapte a la legalidad y lo haga sucumbir ante el cretinismo de la ‛democracia representativa’. Como debes suponer por el conocimiento de mi espíritu unitario, estoy por la unidad del partido, por la unidad del movimiento revolucionario, por la unidad de todos los patriotas venezolanos, para impulsar el cambio histórico qua tiene planteado nuestro país y que demanda nuestro pueblo. Pero para mí, la unidad tiene, en estos momentos, un valor distinto a la unidad del 23 de enero. Ahora tengo un concepto diferente de la unidad. Tal vez por esto creo que he avanzado. Para mí, la unidad debe tener una base revolucionaria. Debe ser para avanzar verdaderamente. Y una unidad sin lucha armada, sin guerrillas, sin la hegemonía de la clase obrera y campesina, no responde al concepto que sustento. Una unidad sin los instrumentos de poder para defenderla, para impulsar el cambio producto de ella, es una unidad tipo 23 de enero. Una "unidad que desde el Country Club hasta la Charneca" es una unidad que solo puede lograrse a base de concesiones, de renuncias en lo táctico y en lo estratégico. Además, idealidadavanzada@gmail.com

resulta una quimera a estas alturas, cuando el socialismo ya tiene colocado un pié firmemente en América Latina. La unidad de nuestro pueblo, la unidad para avanzar, la unidad con una base revolucionarla, solo puede lograrse, como decía un gran pensador revolucionario, con el impulso de la lucha, fortaleciendo nuestros instrumentos de poder a través de una acertada combinación de todas las formas de lucha de la acción revolucionaria y del combate popular. No podemos renunciar a ninguna de ellas. Para colocar el acento sobre un aspecto de la lucha integral revolucionaria, no es imprescindible detener ni paralizar la acción en otro campo. He leído y releído el artículo del c. Pompeyo que te he citado. Y cree que hoy la cuestión se plantea casi en los mismos términos. Por ello mantengo esa posición. Levanto la vigilancia de dicho trabajo y con él en las manos, estoy decidido a avanzar. Desde que tomé la definitiva resolución de optar por la forma superior de lucha, en cuya decisión tus consejos y orientaciones tuvieron un peso gigantesco, he robustecido la mentalidad de poder, la que no tuvimos cuando la Junta Patriótica y cada día repito: "SI LA LUCHA POR EL PODER REVOLUCIONARIO SE MANTIENE CONSECUENTE, NO HAY LUGAR PARA EL DESARROLLO PACÍFICO. LA ÚNICA FORMA QUE SE ESTABILICE ESE AMBIENTE DE PACIFICACIÓN ES QUE NOSOTROS CAPITULEMOS, RENUNCIEMOS A NUESTRO OBJETIVO DE PODER, CON LO CUAL NO SOLO FRACASARÍA POR INCONSECUENTE EL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO SINO QUE HUNDIRÍAMOS REALMENTE AL PARTIDO”. Bueno, querido Catire, estas son mis ideas. Es lamentable que no coincidamos. Pero puedes tener confianza que pase lo que pase, mi cariño por ti, mi respeto por tus ideas, mi reconocimiento por tus enseñanzas y consejos de antaño, continuarán incólumes. Nada ni nadie podrá ensombrecer nuestra amistad. Un fuerte abrazo un salado cordial para todos los camaradas en esa. Roberto (Fabricio Ojeda).

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POR QUÉ LA LIBERACIÓN NACIONAL 1.- DEMOCRACIA Y DICTADURA La heroica lucha por la liberación nacional que ha venido librando el pueblo venezolano, imprime un cambio cualitativo en el proceso político del país. A partir del año 1.961 asomó en la vida de la nación una nueva orientación. Más precisa, más coherente. Lo que había sido disputa por la conquista y vigencia de determinadas libertades políticas ─la libertad de prensa, la libertad de asociación, la libertad de reunión y el derecho al sufragio universal─ yuguladas por el imperio de sucesivas dictaduras militares, se ha transformado en combate abierto contra la estructura del sistema económico social de dependencia que vivimos. La lucha planteada en estos términos se proyecta hacia la erradicación de las causas fundamentales que durante toda la existencia republicana han colocado al país bajo el dominio de grupos castrenses, partidos políticos y camarillas cívicomilitares al servicio de intereses reaccionarios. Venezuela es hoy un país en proceso de transformación total. Las fuerzas revolucionarias de vanguardia, se han trazado nuevas metas, nuevos objetivos. A la lucha por los derechos democráticos se ha adicionado un elemento substancial: la liquidación de la dependencia imperialista y la explotación semi-feudal de nuestros campos. Este cambio de calidad conlleva importantes modificaciones en el esquema general del debate político y coloca en primer plano nuevos tipos de organización capaces de aplicar métodos distintos, fluidos en su práctica, para alcanzar las metas revolucionarias. No se trata de impulsar cambios superficiales que podrían lograrse con la simple modificación de las camarillas gobernantes o con la circunstancial sujeción de estas a los principios de la democracia formal. Las tareas planteadas son de mayor magnitud, de fondo podríamos decir. Como tales, no pueden ser tratadas, con realizaciones que corresponden a disimiles idealidadavanzada@gmail.com

circunstancias, a otras coyunturas. Sabemos que las clases dominantes y el imperialismo suelen permitir a los pueblos bajo su opresión aquellos procedimientos que apenas inciden en el aspecto superficial del llamado sistema democrático. Mientras los grupos políticos procuren solamente modificar determinados factores que no toquen la esencia misma del régimen económico social de dependencia, mientras estos grupos no representen ninguna amenaza sería contra la dominación imperialista, feudal y oligárquica, se les concede beligerancia legal y se les permite dirimir sus diferencias bajo el amparo de los "derechos que el sistema democrático otorga a todos los ciudadanos para la libre expresión de sus ideas". Cuando la lucha toma una orientación verdaderamente revolucionaria, cuando se profundiza en las estructuras económicas y sociales para transformarlas, cuando se va a las raíces del problema y se combate por eliminar las causas de la explotación y convertir la democracia formal en un régimen democrático real y efectivo, sin injusticias ni privilegios, entonces la violencia Estado, si poderío represivo del imperialismo, la dictadura, en una palabra, se hace sentir con toda su fuerza, Los ciudadanos y grupos que actúan bajo la nueva orientación política son colocados “fuera de la ley”, perseguidos, humillados y encarcelados. Las clases opresoras prescinden de las formalidades y aparecen en toda su desnudez; los derechos "democráticos" desaparecen y ceden paso a la dictadura la que ahora se ejerce a nombre de la democracia y el derecho. Venezuela no ha escapado a esta realidad. El régimen surgido de las elecciones de 1958 que presidió Rómulo Betancourt, levó las anclas de la violencia, declaró la guerra, en el mismo momento en que las masas populares guiadas por los sectores revolucionarios de vanguardia comenzaron a encauzar su lucha contra la dominación imperialista. En la prensa, en el Congreso Nacional, en los mítines públicos se hacían planteamientos categóricos sobre la necesidad de dotar al formalismo democrático de un contenido material que, en la práctica, resolviera los grandes problemas nacionales. Se hacía incapié en que esas soluciones no podían ser logradas sin golpear la propia estructura económico-social de la Nación, lo que en otras palabras significaría golpear en nuestro país los intereses imperialistas, feudales y

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oligárquicos. El pueblo comenzó a hacer suyos estos planteamientos y con las nuevas banderas en sus manos, imbuido de un nuevo ideal se precipitó a las calles principalmente, Caracas, para agitarlas y defenderlas valientemente. Cada jornada obrera o estudiantil se convertía en expresión de repudio a la forma como el Gobierno se convertía en agente cada vez más descarado de la penetración imperialista a la vez que dejaba manos libres a la oligarquía criolla para acentuar su grado de explotación. Consecuencia de esta política de traición nacional fue el agravamiento de numerosos problemas que, como el desempleo, la carestía de la vida, impulsaron a las masas a manifestar públicamente su descontento. Ánimo casi insurreccional asomaba en las manifestaciones populares cada vez más agresivas. La correlación a favor del gobierno perdía fuerza y los sectores revolucionarios incrementaban su prestigio. El gobierno que había surgido con la más amplia base de sustentación que conoce, la historia política del país, se resquebrajaba progresivamente. Primero fue la división de Acción Democrática, de la cual se desprendió el grupo más consecuentemente revolucionario y luego la ruptura de la coalición gubernamental por parte de URD.

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En el seno de las Fuerzas Armadas se observaba cierto clima de descomposición, agravado coa los levantamientos da Carúpano y Puerto Cabello. El auge revolucionario en las calles crecía vertiginosamente. Un obstáculo poderoso se alzaba frente a la política oficial. El gobierno, sensiblemente debilitado echó por le borda los formalismos democráticos y se adentró en la más salvaje y brutal represión, la violencia, como ha ocurrido en todas partes donde la política revolucionaria se convierte en barrera frente a las camarillas entreguistas, partió inmediatamente de las esferas del poder. Y el propio Presidente de la República asumió la responsabilidad de ordenar a la policía "Disparar primero y averiguar después..." El uso de la violencia por parte de los aparatos represivos del régimen chocó contra la decisión de resistir y avanzar del movimiento revolucionario. La respuesta viril de nuestro pueblo no se hizo esperar. Cerrada las posibilidades de continuar utilizando "Las vías normales" de la contienda política, no se cruzó de brazos y decidió continuar adelante, preparándose para afrontar mayores dificultades. No podía ser de otra manera, Un pueblo cuando se decide a entrar en escena y resuelve conquistar sus derechos, nada ni la más feroz represión, puede detenerlo. Menos cuando está convencido de portar la razón. La lucha popular se multiplicó y nuevas victimas ordenaban redoblar el esfuerzo revolucionario. Las cárceles se poblaron de combatientes y el rumbo de la lucha armada valiente respuesta de nuestro pueblo a la violencia oficial apareció como el medio más adecuado para continuar la política revolucionaria. A las brigadas de autodefensa siguieron destacamentos ofensivos. La vanguardia popular daba un paso al frente de la historia, sin otra ambición que la de liberar a la patria y devolver, con su victoria, la paz, el bienestar y la justicia. 2.- POR QUÉ LA LIBERACIÓN La decisión tomada por los grupos revolucionarios de vanguardia, al no amilanarse frente a la despiadada represión gubernamental y optar por la forma superior de la lucha política, una de cuyas manifestaciones más apropiadas en países como el nuestro es la guerra de guerrillas, tiene razones objetivas indiscutibles. EI hecho de que Venezuela sea un país dependiente, donde el imperialismo aplica un régimen neocolonial, plantea históricamente a los sectores patrióticos una alternativa ineludible: la liberación nacional, Hasta ahora el proceso idealidadavanzada@gmail.com

político se había caracterizado en nuestro país, como en la mayoría de las naciones latinoamericanas por la lucha contra la camarilla gobernante. Se creía que un cambio en el equipo de gobierno podía llevar al establecimiento del régimen democrático el cual sería a la vez, un instrumento para la transformación económica y social. La democracia representativa tenía vigencia como alternativa popular a las dictaduras tradicionales. Mas en Venezuela a un relámpago democrático ha seguido una prolongada tempestad de represión, cuando las masas populares han querido sacudirse y romper las coyundas que las asfixian, la espada ha caído inmisericordemente sobre sus atormentadas espaldas. Unas veces las clases dominantes han apelado a la dictadura abierta, con prescindencia de cualquier escrúpulo legalista. Otras veces como a partir de 1959, a la simulación de regímenes de derecho que tiranizan al pueblo en nombre de la democracia y la ley. La llamada Democracia Representativa no ha sido otra cosa que la dictadura de las clases poderosas, ejercida bajo una serie de normas dictadas por esas mismas clases para su propio beneficio y su utilización en resguardo de sus grandes intereses económicos y políticos. El gobierno de Betancourt ─democrático formal en su origen─ y lo que va del régimen de Leoni ha demostrado evidentemente esta verdad. El uno es continuación del otro en su doctrina y sus métodos. Las diferencias de éstos con las dictaduras más terroristas son casi imperceptibles. Sólo que la represión, aun más brutal, se ejerce a nombre de "leyes democráticas", de un gobierno "elegido libremente por el pueblo", Pero a la usanza de la tiranía gomecista ─para citar la más ultramontana─ se encarcela, se tortura, se asesina con saña extraordinaria, No importa que la constitución y las leyes garanticen la libertad individual, prescriban las torturas o prohíban la pena de muerte. En las democracias formales las garantías ciudadanas y los derechos políticos son letra muerta en los textos jurídicos cuando su utilización por parte del pueblo puede abrir cauce al avance revolucionario. Lo mismo pasa con todas las instituciones que sustentan este sistema. El gobierno en último caso se comporta cono lo que verdaderamente es. Los escrúpulos legales son apartados y la represión se hace sentir con todo su peso terrorista. En los países colonizados, la transformación de la democracia formal en dictadura policial es una constante que opera en relación directa al auge popular y a los propósitos que persiguen los sectores patrióticos. Cuando estos propósitos idealidadavanzada@gmail.com

no constituyen peligro alguno para los explotadores, para su forma de gobierno, la democracia es democracia. Cuando esos peligros asoman en el horizonte político la democracia es dictadura. Y democracia y dictadura se entrelazan mientras el imperialismo, cuyas inversiones necesitan mejores garantías para multiplicarse, ejerce el más absoluto control sobre los instrumentos de poder. Los gobiernos bajo su hegemonía no tienen otra cosa que aplicar la política imperialista siempre dictatorial y agresiva. De lo contrario serían derrotados. No importa el origen democrático o la extracción castrense. Para el imperialismo y las clases que le sirven de intermediario no cuenta sino sus intereses. Los ejemplos están de sobra en el continente latinoamericano, en todas partes del mundo colonial. La línea práctica, la estrategia y la táctica opresivas son trazadas por la metrópoli imperial y a los regímenes dependientes no les queda más recurso que cumplirlas. De lo contrario se exponen a su liquidación. Es lo que pasa en el orden de la política interna y externa de Venezuela, en los lineamientos del desarrollo económico, en el enfoque de todos los problemas, los gobiernos no tienen fisonomía propia y el ejercicio de su soberanía se trueca en mascarada donable. Fabricio Ojeda

ENTREVISTA

1963

1.- ¿Qué piensa de las elecciones? Las anteriores experiencias del país y de otras naciones de nuestro continente nos indican que la vía electoral es el utilizado por las clases dominantes para retener el Poder Político, conservando sus estructuras, aún cuando en los diversos procesos pueda cambiar parcial o totalmente el equipo gobernante. Pero idealidadavanzada@gmail.com

al mismo tiempo la desechan y apelan a la fuerza en el momento en que las masas oprimidas pueden utilizar esta vía para imprimir un cambio substancial que imponga no una modificación en los nombres de las personas a gobernar, sino una transformación de fondo, profunda, capaz de abrirle paso a la liberación económica y política del país. Indiscutiblemente todo proceso electoral lleva implícito un medio de lucha que deba ser aprovechado por las fuerzas revolucionarias, pero en este caso deben asegurarse las mejores condiciones, las más amplias garantías y libertades que permitan a estas fuerzas competir en un clima de igualdad, al menos jurídicamente para lograr sus objetivos. Ahora, las presentes elecciones de Venezuela no garantizan libertad alguna para las fuerzas revolucionarias inhabilitadas ni para aquellos que militan en los partidos legales. No obstante, el proceso en marcha sirva para precipitar las grandes contradicciones nacionales y a la larga no servirán sino para demostrar a nuestro pueblo que tal camino lo conducirá exclusivamente a prolongar por mayor tiempo sus mismos y ancestrales problemas. En las elecciones los partidos políticos no se disputan el poder, sino el gobierno que apenas es un instrumento de él. Su base fundamental queda en las mismas manos y en las mismas clases sociales. Y es precisamente aprovechando estos instrumentos ─los aparatos de violencia y coerción─ como esas clases están en capacidad de imponer sus condiciones, su línea y sus intereses al gobierno qua surja del proceso comicial. Y el Presidente, será en todo momento, si quiere conservar un mandato, dócil intermediario o en otro caso sería indefectiblemente derrocado. Le queda sin embargo otro camino: el de derrocar a quienes tienen en sus manos los esenciales instrumentos del poder y en las circunstancias tendrá que apelar a la fuerza de las masas populares, a su violencia creadora para lograrlo a plenitud. 2.- ¿A qué se debe la abstención en las inscripciones? En primer lugar a la falta de perspectivas que este proceso ofrece a nuestro pueblo y, en segundo, a la casi absoluta seguridad de que las elecciones en marcha no serán sino una nueva farsa, un nuevo engaño que permitirá prolongar idealidadavanzada@gmail.com

el actual régimen de opresión. Además, nuestro pueblo, ya maduró políticamente, sabe que unas elecciones donde haya partidos inhabilitados, con numerosos ciudadanos encarcelados y perseguidos, no podrán conducir al cambio substancial que todos desean como medio para resolver los ingentes problemas nacionales. Estas conclusiones las extrae nuestro pueblo de las condiciones objetivas existentes. Por un lado, la oposición dividida balcanizada y, por el otro, un gobierno que aprovecha inescrupulosamente las ventajas del Estado para asegurar su continuidad. Así mismo, la abstención es la respuesta más clara de la insatisfacción de las mayorías nacionales frente a la forma, como se ha conducido el proceso electoral y ante la dirección de todos los partidos que concurren a los comicios, traducida en vacilaciones imperdonables y donde sólo parecen predominar las ambiciones de sus líderes. Otro sería el caso, si hubiera una oposición unida, enérgica en sus planteamientos, decidida en sus proyecciones y consecuente en su programa. Y, por último, ─ésta es la razón esencial─ el pueblo, las grandes mayorías nacionales, no creen que con estas elecciones pueda resolver el problema fundamental del país. 3.- ¿Pueden las actuales elecciones dar solución a los problemas venezolanos? De ninguna manera. Y es ésta como lo dijimos interiormente la razón esencial que influye en la frialdad e indiferencia con que el pueblo mira el actual proceso comicial. En todo caso, las elecciones podrán servir para derrotar al gobierno, que es apenas un objetivo en la lucha planteada; pero en ningún momento el simple resultado electoral podría garantizar la solución de los grandes problemas nacionales, aún cuando estos resultados favoreciesen a algunos de los grupos de idealidadavanzada@gmail.com

oposición. En esto no podemos llamarnos a engaño, ni ser excesivamente optimistas. Ya sabemos que lo más que se podría lograr seria un gobierno que si bien pudiera superar la actual etapa de represión, no pasaría de ser un régimen tímidamente reformista, cuya capacidad para emprender la transformación antiimperialista, independiente, del país, sería bastante relativa. Ya los candidatos se han encargado de asomar la forma de gobierno que acometerían, con prescindencia de los sectores de avanzada revolucionaria, lo cual es ya un concesión bastante notable hacia el imperialismo y las clases dominantes nacionales. Numerosos ejemplos existen en América Latina sobre esta cuestión, y es que los problemas de estos países son de tal magnitud que ellos no pueden ser resueltos si no por la vía revolucionaria, por la acción armada de las masas. Es este el principio que hemos venido sosteniendo y que nos lleva al combate guerrillero, sin importarnos los riesgos que pudiésemos correr. 4.- ¿Cuál crees que debe ser el camino de la Revolución Venezolana? El de la lucha armada. No se podrán quebrantar la actual situación de subdesarrollo y dependencia, de miseria y atraso si no se logra derrotar a las clases opresoras. Y ello no se podrá lograr sino utilizando sus mismos métodos, enfrentando el poder armado del pueblo con el poder armado que aquellas tienen en sus manos para apuntalar su dominación. Mientras no se desarme al enemigo, mientras no se cuente con unas fuerzas amadas realmente nacionales y populares, nada se habrá hecho. Es esta la experiencia universal, el ejemplo que aportan las revoluciones nacionales de otros pueblos que como Cuba y Argelia, para no citar sino los más recientes, que han emprendido el camino de su liberación. En cuanto a sus características doctrinarias debe ser una Revolución que cree el Estado democrático y proyecte la liberación económica y política del país en evolución hacia el socialismo.

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5.- ¿Qué actitud deben asumir los Partidos? En primer lugar estar claros en que solamente la constitución de un Frente Nacional patriótico, democrático, revolucionario pueden conducirnos a la solución de nuestros problemas. En segundo, ser más decidido en la lucha por conquistar mejores condiciones para el logro fundamental de los objetivos que tiene planteados nuestro pueblo. En tercero, ser más consecuente con las masas populares y los principios democráticos que dicen sustentar. El período que vive nuestro país requiere de partidos más de liberación, de cambio, pero en el fondo poco hacen a favor de tales planteamientos. Un ejemplo de ello es la falta de claridad alrededor del Frente Nacional de Oposición de que tanto se ha hablado. Esto no se ha logrado sólo por culpa de los partidos legales y sus direcciones, pues las masas de una y otra parcialidad estimulan y luchan por su constitución. No es aventurado hablar sobre la incapacidad de los partidos legales venezolanos para comprender el problema general del país y trazar la línea que a esta corresponde. Consecuencia de ello es el actual estado de escepticismo y hasta de quiebra del prestigio de sus direcciones en el ánimo popular. Y concretamente, las condicionas actuales del país, con partidos inhabilitados, con miles de presos civiles y militares, con factores Indiscutibles de fraude y continuismo, no han sido modificadas por la falta de agresividad y decisión de los partidos democráticos y sus direcciones nacionales. Este es un gobierno que sólo entiende el lenguaje de la fuerza de la presión y no es con palabras o discursos más o menos elocuentes como se le pueden arrancar las garantías y seguridades para la vida democrática y la solución pacífica de algunos de nuestros problemas. 6.- ¿Cuál debe ser la actitud de les bases de estos partidos? Esta debe ser más combativa, más enérgica en sus planteamientos en las asambleas y reuniones. Las bases de los partidos democráticos debe hacer sentir idealidadavanzada@gmail.com

todo el peso, toda su fuerza, en los organismos de dirección. Reclamar mayor consecuencia y decisión en la lucha partidista. En estos partidos existe una base radicalizada, revolucionaria, popular, que debe reclamar nítidamente una acción más eficaz por parte de sus direcciones y presionar a sus líderes para que la actitud de estos responda al interés de las mayorías. Para mi es claro que el pueblo venezolano está actualmente por encima de sus dirigentes y que las direcciones de algunos de los partidos no corresponde a la estructura social, ni a las inquietudes de su base. Es por ello que éstas están llamadas a jugar un papel importantísimo en la presente etapa, en el camino de forjar la unidad democrática y revolucionaria que no sólo pueda dar al traste con el actual gobierno, sino que sea capaz de iniciar el proceso de liberación históricamente planteado en nuestro país.

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