REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA AÑO 1. NO 12 / 15-06-2014
SOBRE CARMEN CLEMENTE TRAVIESO* César Rengifo (14/05/1915 - 02/11/1980)
La decisión de las Naciones Unidas de designar al presente como Año Internacional de la Mujer, no constituye solamente un homenaje mundial a la compañera del hombre, sino que está dirigida a llamar la atención, en el ámbito universal, hacia el ser femenino sobre cuyo trabajo, sacrificios y esfuerzos, siempre compartidos con el hombre, se ha construido y desarrollado la sociedad humana y su cultura. Es corriente pensar, cuando se habla de trabajo y de cultura, que en ellos ha participado en forma primordial el hombre, soslayándose la verdad de que es sobre hombre y mujer unidos y proyectados en tiempo y espacio que se ha sustentado y sustenta todo lo creado por manos humanas sobre la naturaleza. La acción concatenada de uno y otra, constituyen la piedra sillar sobre la cual reposa la inmensa creación humana social. Guarda otro significado, igualmente, esta consagración del presente año a la mujer, y es el de que pueda hacerse balance de su actual situación, la cual, por supuesto, no es igual en aquellas sociedades donde es una realidad el Socialismo, que la confrontada por la mujer en las sociedades capitalistas y sobre todo en aquellos países y pueblos aún sojuzgados por tentáculos imperiales. En las regiones donde impera el sistema capitalista, la mujer, pese a las dilatadas luchas, aún sufre una situación en la cual sus plenos derechos hállanse conculcados y su condición humana misma es objeto de múltiples especulaciones que van desde aquella que explota su fuerza de trabajo hasta esa propalada por el sistema de consumo que reduce su imagen a la de un animal sexual, propicia para la promoción y venta de productos; red inmensa en la cual ella misma es un producto hábilmente tasado.
Su Primavera 40 x 30, óleo s tela, 1973 César Rengifo
La superación de tal estado de cosas está íntimamente vinculada al cambio estructural del sistema, y ese cambio han de lograrlo hombres y mujeres unidos para el esfuerzo, como han estado unidos en la excelsitud de los mejores sueños y en la hermosa conjunción del amor. Desde que sobreviven los primeros cambios en las sociedades primitivas y se impone la propiedad privada, la división de clases y del trabajo, la mujer pierde sus derechos, comienza a ser explotada; no sólo a nivel de clase, sino que como ente humano pasa a considerársele en posición de inferioridad. Y en las luchas de clases que se inician desde esa misma etapa, ella comienza también su jornada de combatiente no solamente por sus derechos sino también por los derechos de todos los sectores dominados, lucha por la justicia, por la dignidad, por la paz. Combatiente de ejemplar firmeza la mujer recorre la historia trabajando, soportando durezas y humillaciones, fatigas y relegamientos, pero también luchando y conquistando mejores etapas para la humanidad. Ninguna de las grandes contiendas habidas en el seno de las sociedades ha dejado de contar con el aporte femenino.
* Texto leído por el autor en acto-homenaje a Carmen Clemente Travieso, realizado en Caracas el 12 de marzo de 1975. 1