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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA AÑO IV. NO 138 / 08-01-2017
César Rengifo. A Viva Voz. Parte VI ¿Tú crees que alguna vez en este país, el pueblo vea la creación que tú has hecho en forma masiva? Bueno chico, yo creo que ningún hombre progresista, revolucionario, y mucho menos artista, o trabajador de la cultura, puede perder la fe en el porvenir. Al contrario, el mismo trabajo que genera ese artista, su misma obra, es una afirmación de creencia en ese porvenir. Yo sí creo que el pueblo venezolano, alguna vez cuando venga a este país el socialismo, y cuando el pueblo, pues, tome el poder en sus manos, tome las riendas del gobierno de este país, toda la riqueza cultural venezolana, todo el acervo cultural venezolano, no solamente al acervo que se ha creado durante la colonia, y que se ha creado, durante el régimen republicano, sino que hasta las culturas más antiguas que había en nuestro país antes de la llegada de los europeos, van a ser reivindicadas, estudiadas, valorizadas y puestas al servicio del pueblo venezolano. Venezuela tendrá un arce nacional en la medida en que se incorporen a la creación material y a la creación espiritual las grandes masas de nuestro país; las grandes masas que ahora no tienen ni siquiera un acceso a una mediana cultura, a un mediano conocimiento del arte y la ciencia. Entonces, yo sí tengo fe en que la obra que yo estoy haciendo, va a retornar alguna vez al pueblo, para quien yo la estoy haciendo. Es decir, que el arte que crean los artistas, no debe ser un arte constreñido al goce de sólo pocas personas, sino que debe ser gozado por las grandes multitudes. Por eso, precisamente, es que yo he tendido hacia el muralismo, porque creo que el muralismo es la pintura pública por excelencia, y en la medida en que nuestra ciudad las ciudades del mundo se llenen de grandes murales, el pueblo podrá tener acceso directo a las obras de arte.
Jesús Mujica Rojas Ceramonauta 1991
Te voy a dar un ejemplo, cuando se presentó la oportunidad de hacer el mural en el Centro Simón Bolívar (1955), la situación era sumamente grave para el país, existía una dictadura. A mí se me planteó un problema y comencé a preguntarle a mis amigos si eso era posible. Salvador de la Plaza y Rodolfo Quintero, hombres lúcidos, muy capaces, me mandaron a decir que había que aprovechar esa oportunidad, porque un mural era una obra pública y que no se hacía para un determinado momento, sino para la historia misma, para al pueblo venezolano y que dependía de lo que yo hiciera en ese muro, para qua el mural fuese eficaz o no. Eso a mí me alivió mucho y empecé a concebir el tema. En aquellos momentos, comenzaba a negarse al país, se decía en todas partes del mundo que Venezuela había nacido con el petróleo, y que nosotros no habíamos tenido cultura antes de la llegada del petróleo..., y hasta aparece en esos días una película Venezuela la Cenicienta de América, donde nos hacían aparecer corno un país lleno de pantanos, miserias, hasta que arribaron las torres petroleras, con ellas llegó la civilización, la cultura, y todo el bienestar. Me planteé la urgencia de hacer en ese mural un testimonio donde quedara plasmado lo que éramos, un país que poseía una cultura muy enraizada en su desarrollo histórico con raíces profundas de un gran valor y que demostraban toda la riqueza espiritual que yacía en nuestros pueblos autóctonos antes de la llegada de los españoles. Entonces recordé del mito de Amalivaca que habían divulgado Gumilla y Humboldt. Como ustedes saben, el mito Amalivaca es un mito de los indios Tamanaco de las márgenes del Río Orinoco; y este mito se enraíza, se une un poco con el mito de Quetzaicoatl en México, de Cochica
¡¡¡CÉSAR RENGIFO EN EL PANTEÓN NACIONAL!!!