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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA AÑO IV. NO 144 / 12-02-2017
César Rengifo. A Viva Voz. Parte XI Yo aprecio que en esa importancia, interpretativamente, cuando uno repasa el contenido de la obra lo detecta, pero aun esa presencia del luchador está marcada al principio y al final, como tú dices son los únicos seres vivos, son los que luchan, está como minusvalorizada dentro de la obra, tiene mayor presencia al pasado, tiene mayor tratamiento a nivel teatral, los personajes tienen más fuerza y cuesta un poco en el trabajo, identificar. Para un espectador común, que inclusive no tenga demasiado interés en encontrar esa salida, esos últimos personajes están un poco difuminados. Bueno sí, el propósito de la obra Las torres y el viento es presentar la destrucción que, en torno a la explotación del petróleo, el imperialismo ha efectuado en nuestra Patria. Ese es el propósito fundamental de la obra, es decir, la destrucción total de una comunidad, en este caso, está explicado con el prólogo, y como dentro de esa comunidad existen reservas, y existe una lucha permanente contra esa devastación y esos enemigos los personajes lo representan: El Forastero, Luciana y El Viento como personajes; El Viento que es la simbología del pueblo, que se bate constantemente contra las torres, lucha, muerde las torres y que se agita, perturba permanentemente el trasfondo de la obra. Yo diría que no es que no está bien registrada la presencia, sino que tratada dentro del ámbito lírico de la pieza. Hay un diálogo, que a mi me gusta mucho, de Luciana con Antonio María, cuando a ella le llega, El fantasma de Luciana se le aparece a Antonio María y él le dice: “Bueno, tú vienes ¿Pero a ti no te habían matado...?, ella le responde ...Sí, me mataron en tal parte... pero le dijiste a la gente que hiciera lo que yo te dije. Y Antonio María le responde: —No a todo el mundo que le decía que había que luchar en contra de los gringos, me decían que no, que eso era una cosa de indios,
Jesús Mujica Rojas Ceramonauta 1991
César Rengifo 1952
que eso era estoy tal... Entonces ella le contesta: Porque están muertos, todos están muertos y tu mismo eras un muerto, en cambio yo estoy viva, tócame las manos y verás que arden... El le toca las manos y dice: Estás ardiendo Luciana... Sí porque estoy viva, tú en cambio Antonio María, estás muerto”. Es decir, el que no lucha está muerto. En ese diálogo está la presencia de todo el significado final de la pieza y de lo que es la pieza en sí. Yo no traté, y nunca lo he hecho, de hacer una obra esencialmente política, fundamentalmente el arte, siempre es arte, y uno lo que tiene que buscar, es una obra de arte y dentro de esta, en su esencia va todo su contenido político, van ideas, conocimientos, ideología, ideales y la posición política del creador. Por eso es, que en esta pieza, yo diría que es sustancialmente la afirmación de una posición ideológica, todo eso está diluido
¡¡¡CÉSAR RENGIFO Y FABRICIO OJEDA EN EL PANTEÓN NACIONAL!!!