REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA AÑO 1. NO 15 / 06-07-2014
NI CARUJO NI EL GENDARME NECESARIO... César Rengifo (14/05/1915 - 02/11/1980)
Con motivo de los sucesos políticos nacionales que hicieron crisis el pasado 24 de noviembre, se ha venido hablando mucho y hasta escrito algo acerca de la manida tesis del gendarme necesario, retrotrayendo en torno a ella la personalidad tristemente simbólica de Carujo. Tanto la una como el otro son presentados como soluciones necesarias, fatales, para superar los males de la República. El caso no es nuevo. En numerosas ocasiones, a lo largo de nuestra historia, cada vez que el país se ha visto sacudido por serias situaciones políticas y económicas que afectan y conmueven su vida material y espiritual, han surgido las vocinglerías de sociólogos superficiales, quienes sin penetrar hacia el fondo de los problemas de Venezuela y desentrañar de ellos las causas y efectos, se dan a argumentar en tono plañidero — luego de exponer juicios sobre la "inmortalidad de nuestro pueblo"— su "incapacidad" para cumplir y desarrollar una verdadera democracia sobre la idea, para ellos absoluta, del Gendarme Necesario. En esta oportunidad, pues, cuando una junta militar dirige los destinos del país, no podía faltar la renovación de la añeja tesis. En parte ella expresa los deseos de quienes creen que dentro de una situación de jefaturismo necesario encontrarán mayores posibilidades para acrecentar fácilmente sus intereses, pero por sobre todo indica el desconocimiento que tienen sus argumentadores de la realidad nacional. Como base, parten de un punto equivocado al atribuir a una presunta "descomposición moral" del pueblo venezolano todos los males que afectan al país, o gran parte de ellos, y al presuponer por tal causa una incapacidad en aquél para dirigir dentro de normas democráticas sus propios destinos. No existe en nuestro pueblo "descomposición moral"; hay en él, sí, una actitud de fría reserva frente a determinadas actividades políticas y sus relaciones con problemas nacionales, y ello es
El Baile de San Juan. César Rengifo
producto precisamente de las frustraciones que en su fe e ideales ha venido sufriendo durante años y años, debido a las traiciones de malos gobiernos y caudillos. En cuanto a su incapacidad para el ejercicio de la democracia, hemos visto palpablemente en hechos recientes que han sido los gobernantes los incapaces y no el pueblo, otra vez traicionado y defraudado. Cuando se habla de la baja moral de nuestro conglomerado, cuando se le presenta como incapaz para conducirse democráticamente e insensible a la superación social y cultural, debe culparse de ello a los sectores que lo han dirigido y que han comandado los hilos de la vida nacional desde la Independencia hasta acá y sobre todo a aquellos que, teniendo en sus manos las posibilidades de transformar las condiciones económicas, políticas y sociales de nuestro país, no lo han hecho por atender principalmente a sus intereses particulares. No sé si los argumentistas del gendarme necesario, como salvación para este país, o quienes desean elevar sobre Miraflores el símbolo —renovado— de Carujo, se han preguntado alguna vez si el campesino venezolano soporta un precario estado de vida por su propia voluntad o porque un medio rural todavía feudalizado le limita sus posibilidades económicas y castra sus posibilidades espirituales. Si un obrero es analfabeto o mal educado, o impreparado para una 1