Idealidad Avanzada No 160

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA AÑO IV. NO 160 / 04-06-2017

Me lo contó el “viejo Petit”... Parte I Jesús Mujica Rojas Ceramonauta En el Estado Yaracuy, muy cerca de San Felipe El Fuerte y frente a las montañas de Sorte, tuvimos nuestra conversación con Ernesto Petit, padres de los guerrilleros Leonel, Mario Dimas. Acobijados bajo una sombra de mangos como un patriarca rodeado de su numerosa familia, bebimos y celebramos un bautizo mientras olamos sus historias, viajando en la memoria, en donde la imaginación, la fantasía y el humor se confundían con la realidad. —Bueno primo ocúpese usted, el destapador está aquí y la cerveza allá... En los velorios cuando la gente me veía llegar me pedía que le contara historias, y le decía: "Bueno, yo sé el cuento de un padre". Échelo, échelo, me decía la gente. —Bueno, ahí va: "Ese era un Padre que había en una ciudad, sería como Aroa o San Felipe. Tenía un hombre que era el pastor de las ovejas; además de una muchacha que le hacia la comida. Vino el Cura y se la fornicó y la preñó ¡el mismo padre! Y dijo: "Carajo, esta vaina mía se va a agravar, voy a ver como hago con esa muchacha''. Llamó al pastor que era un hombre bueno, diciéndole: Mira mijito, ¿vos no te querés casar? —No sé—dijo— yo soy un hombre pobre". —Cásate con esa muchacha, ambos me han servido aquí, y tal y que sé yo... Entonces, se casaron, celebraron el matrimonio —la muchacha tenía cinco meses de embarazo— y a los cuatro meses parió. Él no sabía de eso —le decían los amigos—: "¿oye, esa muchacha había estado con vos antes? ¿vos la habías montado?". —No, no —decía el pastor. "Bueno, y ¿cómo parió a los cuatro meses? Las mujeres paren a los nueve meses. Esa mujer estaba preñada de otro, si acaso no es del Cura". —Así le decían los más intelectuales. El Pastor se fue a la casa del Cura y le dijo: "Padre, yo vengo para que me descase''. —Y por qué, mijito, y por qué? "Porque esa mujer que usted me ha dado no está preñada mía". —Sí, sí, sí,—le dice el Padre. " ¡Pero es que ella parió a los cuatro meses! " —Entonces el Padre le dijo: "Mira para que leas la Biblia —el hombrecito no sabía leer. La mujer que cría Cura y con Pastor se casare, si es anchita de cintura a los cuatro meses pare" —risas-. Y el Pastor se fue satisfecho, —risas—.

—Viejo, cuéntenos la historia de cuando su familia emigró del Estado Falcón. "Mi camisa no está sucia, mi camisa es de crebuela, aquí le traigo esta tusa pa' usted, su mamá y su abuela", —risas—. —Mira, yo nací en la Sierra de Coro, pero el lugar en donde nacieron mis otros hermanos era "El Bariqui", cerquita de Cumarebo, Distrito Zamora. Mi papá se había ido joven para la Sierra e hizo una hacienda de café y otra de caña. Nací en Buena Vista, en la pata del cerro de Iracara, era el año 16, me enfermé, papá tenía unos realitos y en el 17, me trajeron para Cumarebo, para que no me muriera, me curaron de un ataque de lombrices. EL ENCANTAMIENTO Pero, ¡carajo!, se nos pegó un espanto, chico, una vaina que fue verdad; yo ahorita tengo otro sentido distinto a esa vez. El espanto embromó a una hermana señorita: dijeron a pellizcarla y escupirla. jAjoo!, papá hacía unos tiros de noche para espantar al espanto, en ese desierto, en esos montañones. Mandaba hasta Cumarebo, a buscar medicinas y la contra, porque decían que era un brujo, un Seretón. Yo lo sentía llegar al caballete de la casa como un conoto que volando tropieza las alas, me daba miedo ¡digamos yo que era tan flojo! Tenía un año de edad y era muy bonito —risas—. La gente le dijo a papá que se quedara trabajando ahí; dijo a trabajar una vega de río y a coger cosechitas y a perder otras y abandonó la vaina allá, la hacienda de cana se la molieron unos señores y partieron seis mil bolívares, le tocaron a él tres mil, esa vez esa cantidad de plata era igual que 100 mil ahorita. Comenzó a perder cosechas en Cumarebo y dijo: "no sea pendejo, yo me voy". Yo era el más grande, tenía ocho años de edad, Lauriano seis, José del Carmen cuatro y Mercedes seis meses. Nos fuimos pa'la Sierra y dijo papá a trabajar. Yo lo ayudaba porque era el mayor, hasta que en el año 26, hizo una platica, 11 mil bolívares en maíz y panela. Entonces, le mandó a decir un médico a papá: "que se fuera a otra parte, que abandonara esa vaina, no lo fueran a joder". Ahí deja toda esa vaina, dejó nueve tendales. ¿Ustedes no saben lo que es un tendal? Un tendal son nueve metros pa'rriba de leña. Después de vender el tabaco, lo primero que compraba para mi papá, eran cinco litros de cocuy de penca, me costaba cinco bolos. Compraba carne de chivo a medio la libra y si estaba la carne un poco negrosa, pedía rebaja y me daban a cuatro nicas la libra. ¡Eso si estaba barato!.


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