Idealidad Avanzada No 23

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA AÑO 1. NO 23 / 31-08-2014

EL REALISMO, BASE DE INTEGRACIÓN PARA UNA NUEVA CULTURA (Parte I) César Rengifo (14/05/1915 - 02/11/1980)

¿EXISTE UNA CRISIS DE LA CULTURA?

“El arte pertenece al pueblo. Debe clavar sus raíces más profundas en las grandes masas trabajadoras. Debe ser comprendido y amado por estas masas. Debe unir los sentimientos, los pensamientos y la voluntad de estas masas, elevarlas a un nivel superior”. LENIN

La palabra crisis, bajo el signo conmovedor de la hora, es una especie de deidad maléfica que se encuentra en todo lugar y en todas las bocas. Bajo la oscura presencia de su significado parece en cada momento que todo se derrumba, que el hombre mismo se derrumba. Los intelectuales, los artistas, los sabios, al igual que los economistas de los países capitalistas, hablan y se angustian también por la crisis y se la aplican a la cultura. Hay una crisis de la cultura, manifiestan, y en la entonación misma va muchas veces adherida la actitud entreguista a algo que juzgan fatal, y, sobre todo un efecto cuya causa, por conveniencia o falta de preocupación social, no vale la pena o no interesa desentrañar, ni mucho menos tomarlo en las manos para modificarlo. El término crisis viene a ser algo así como una tela de araña monstruosa que apresa e invita a la renunciación del presente y del porvenir; a verlo todo perdido y por ello a considerar innecesario cualquier esfuerzo por superar y comprender tal estado de cosas. En los medios intelectuales esa actitud tiene muchísimos adeptos; es natural, se encuentra estimulada por el individualismo característico de la época y por la tendencia a la comodidad muy propia en casi todos los intelectuales de nuestros países. En verdad, para un alto porcentaje de ellos, lo mejor es contentarse con que exista una crisis de la cultura y nada más... las masas, realidad, formas de esa crisis, lo mismo que el futuro de la cultura, importan poco; por lo demás, y así piensan no pocos, a lo mejor no hay tal crisis... invenciones de inadaptados... Pero, ¿existe en realidad una crisis de la cultura? ¿Se derrumba todo cuanto ella significa para el hombre? ¿Desintégranse los valores que la estructuran? Si desvinculamos a la cultura de la influencia que sobre su hechura y dirección le imprime una sociedad dividida en clases; si la consideramos NO tutelada por una clase dominante, sino idealmente, como algo propio de todos y para todos los hombres, así podría hablarse de una CRISIS GENERAL de la cultura; pero ello sería tan equivocado como hablar de crisis de toda la humanidad, de todas las clases;

cuando es bien sabido y comprendido que sólo la burguesía capitalista está en crisis y que es su régimen económico-social el que sufre agonía critica. Es, por tanto, una repercusión del estado actual de esa clase y ese régimen lo que advertimos a cada momento en la cultura que esa clase y ese régimen integran y dirigen. Entonces, para hablar y entender bien eso de CRISIS DE LA CULTURA, debe entenderse que es crisis de la cultura capitalista y que frente a ella existen valores culturales nuevos, no en crisis sino en período ascendente, venidos de las fuerzas más profundas de los pueblos y del proletariado en marcha hacia la organización de un mundo mejor. Para intelectuales, ideólogos, quienes creen en soluciones ideales extraterrenas y extrahumanas de los grandes problemas que confronta el hombre actual; para aquéllos, en fin, que no creen que la organización y el régimen económico de una sociedad es factor determinante en el proceso de la cultura, aparece como un desvarío hablar de dos culturas. Ella es una e indivisible, dicen, y no puede estar en campos ni sujeta a la lucha de clases; pero la verdad es que sí existen dos conceptos culturales opuestos, dos realizaciones distintas, dos orientaciones culturales, cuyo impulso lo mueven fuerzas diferentes. El concepto que tiene, por ejemplo, un obrero de cómo se administra, bajo el régimen capitalista, la electricidad, es muy distinto al que puede tener un alto representante de ese régimen. Difiere completamente cómo ve el mundo un obrero, de cómo lo ve un miembro de un trust capitalista. Esto ha conformado dos filosofías opuestas, dos ideales opuestos, determinando también que el hecho cultural se bifurque obedeciendo al determinismo social e histórico de la división de clases. Es una realidad, pues, el antagonismo de la cultura, y dentro de él la presencia de una cultura que está en crisis, que fallece, y de otra que adviene, que renueva valores y reafirma la fuerza creadora de las mayorías humanas. 1948 1

¡¡¡HACIA EL CENTENARIO!!! CÉSAR RENGIFO 2015


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