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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA AÑO II. NO 44 / 01-02-2015
EL ARTE Y EL ESTILO. Parte II César Rengifo (14/05/1915 - 02/11/1980) Conferencia dictada en el marco de la "Muestra de Pintura Venezolana", organizada por la Sociedad de Estudiantes de Ingeniería Agronómica de la UCV. Maracay, 1954.
Así, el arte verdadero tiene sus raíces en el hombre y en sus circunstancias históricas, sociales y geográficas; él es flores y frutos del árbol humano. Árbol con raíces que no se nutren de metafísica sino de realidades ciertas y aprehensibles. Por eso, el arte no es inexplicable. Si nos detenemos a reflexionar, veremos que él viene a ser manifestación superior de la conciencia y de los sentimientos del hombre social; expresión, por medio de sonidos, líneas, color, formas, movimientos, lenguaje de los sentimientos, conocimientos e ideas del hombre social, es decir, del hombre como producto de una sociedad histórica determinada. El arte, pues, como expresión de un hombre social históricamente determinado, lleva testimonio y mensaje particulares y colectivos. Particulares en razón de la capacidad, conocimientos y sensibilidad del artista y la realidad geográfica de los cuales es producto el artista. Por eso es difícil —por lo falso— hablar y pretender presentar el arte como algo específicamente "puro", producto sólo de la mente del artista y sin vinculación alguna con la realidad que sustenta y acondiciona a aquél. Aun en aquellas manifestaciones artísticas que se pretenden determinar absolutamente puras, existe una causa social que las determina. La mente humana —y la del artista no puede ser una excepción— refleja siempre la circunstancia histórica en la cual se ha desarrollado, y necesariamente, lo que esa mente produzca irá influenciado por esa circunstancia, Yo pienso y actúo como un hombre venezolano, que ha nacido y vivido a mediados del siglo veinte y durante el régimen de la burguesía capitalista. Las circunstancias de tiempo histórico, sociedad, nación, geografía y las contradicciones implícitas a la dinámica de cada una de ellas, hacen que yo
piense y actúe muy diferentemente a un hombre de la época medieval-feudal, o al de un egipcio de la época de Ramsés II, o a como actuaba y pensaba un hombre de Cromagnon. Y lo que yo produzca como trabajador o como artista, será distinto a lo que produjeron los hombres de los citados períodos. Si el arte fuera entonces un producto puro, con su esencia en un "más allá", debería permanecer igual en el tiempo y no sufrir modificación alguna, de acuerdo a las modificaciones histórico-sociales que ha sufrido la humanidad. Pero una ojeada simple a la historia del arte, nos hará ver que él no ha permanecido fijo, que él no ha respondido a la metafísica filosófica que mira todas las cosas fijas e inmutables, sino que se ha cambiado de acuerdo con las modificaciones sufridas por el hombre y la humanidad. Que antes que a la metafísica, ha respondido a las leyes imperativas de la dialéctica. Un hombre del paleolítico o del neolítico, mejor, expresábase de acuerdo a las condiciones histórico sociales en que vivía. En las obras de arte que nos ha legado, regístranse minuciosamente las formas de su existencia y de su conciencia social. Igual testimonio nos dejan, por intermedio de su arte, los egipcios y los griegos y si él es testimonio constante del hombre y su tránsito, ¿puede concebírsele como ajeno a lo humano y a lo social? ¿Puede concebírsele como producto puro, cuya esencia está más allá de la materia y del conocimiento? De ninguna manera; hacerlo seda ponerse de espaldas a la verdad y aún así la verdad siempre existiría. Ocurre con el arte como con muchas de las actividades de los hombres, que por la primordial función que cumplen como medio de conocimientos y de progreso para la humanidad; por la influencia que ejercen dentro de las colectividades, es utilizado por los grupos
AÑO 2015 ¡¡¡ CENTENARIO CÉSAR RENGIFO !!!