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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA AÑO II. NO 49 / 08-03-2015
VALOR Y SENTIDO DE UN ARTE NACIONAL. Y Parte II. 1948 César Rengifo Las prácticas religiosas cristianas la exigían igualmente como parte de sus rituales, y junto con la espada y la cruz, aquélla también formó parte de la Conquista, para ser luego solaz en la Colonia. Ya para los últimos años de ésta, música y poesía eran una palestra donde pugnaban por expresarse los valores nacionales. Lamas, pese a todas las influencias que los técnicos musicólogos, como es natural, le puedan encontrar, pugnó por expresarse en venezolano; y Bello, poeta, fluye sentimiento nacional por debajo de su formalismo castellano, orgánico y clásico. Su Silva a la agricultura de la zona tórrida, es el germen, no digamos del criollismo, sino del espíritu americano buscando su exaltación perenne en el arte. Junto a ellos, no encontramos por parte alguna al pintor y al escultor. Su germen no vino en la Conquista, ni la cepa quedó de los extinguidos pueblos indígenas. Los artistas plásticos coloniales aquí carecían de aliento, por no tener base pasada o no poseer talento y concepto profesional. Quienes pintaban o esculpían lo hacían como aficionados, sin pretender ir más allá en una obra firme y de proyecciones. Por lo demás, el medio no daba para mayor esfuerzo y, quizás, cuando las condiciones se mostraban más propicias por la visita hecha a estas regiones por algunos dibujantes y pintores europeos, vino la Guerra de Independencia y luego las prolongadas luchas intestinas. Así, talentos como el de Carmelo Fernández no encontraban cauce para un desarrollo exuberante, desviándose su obra hacia la especulación de actividades técnicas. Igual ocurrió a muchos. Sin embargo, a mediados del siglo pasado, se aglutinan un poco las actividades artísticoplásticas y surge la figura de Tovar y Tovar, conocedor del oficio y con aliento creador. Pero las condiciones históricas de su tiempo —cercanía con los héroes y hechos de la gesta libertadora, ascensión al poder de Guzmán Blanco y su grupo, quienes, aun cuando salidos de una revolución de contenido popular como la Federación, dieron la
(14/05/1915 - 02/11/1980)
espalda a las masas populares, y bajo el bien intencionado deseo de civilizar, contribuyeron a subordinar nuestros alientos intelectuales y culturales a Europa— no permitieron que Tovar fuese la figura raíz de una plástica de sustancia nacional. El contenido anecdótico-histórico de la mayoría de sus obras, trashuma el formalismo europeo, para tratar y expresar asuntos históricos. Sólo en su Batalla de Carabobo, es admirable el realismo pedagógico con que subordinó composición y sustancia al tema tratado, desatendiendo, en cambio, el aspecto técnico, deficiente en la totalidad de ella, quizás debido a la premura con que se dio a ejecutarla; sin embargo, adviértese acentuadamente la influencia de la pintura tradicional sobre temas guerreros de Francia. Si Tovar y Tovar se hubiese acercado más a la realidad venezolana de su tiempo, o hubiese visto más con ojos nacionales los temas que trató, se habría convertido en la base de una escuela pictórica de sólido contenido venezolano; pero circunstancias históricas no lo permitieron. Luego de él, es quizás Antonio Herrera Toro, quien más se nutre de elementos nacionales con acentuada intención de encontrar una expresión propia; empero, naufraga el deseo, y sólo en la obra sustanciosa quedan atisbos de él. Más adelante, Vidal, Valdez y Abdón Pinto, reaccionan contra la tendencia europeizante, habría que
AÑO 2015 ¡¡¡ CENTENARIO CÉSAR RENGIFO !!!