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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA AÑO II. NO 53 / 05-04-2015
EL TEATRO COMO EXPRESIÓN DE FE EN LOS VALORES NACIONALES: ¿ES POSIBLE? ¿CÓMO?. Parte I. 1974 César Rengifo (14/05/1915 - 02/11/1980)
No puede pensarse en un teatro como expresión de fe en los valores nacionales sin dos premisas fundamentales, las cuales han de ser: primero, creer en el teatro y en el conjunto de valores histórico-sociales que él contiene; creer en su función de manifestación de una conciencia social que es a la vez conciencia crítica de una sociedad históricamente determinada; lo segundo sería creer en los valores nacionales, en la vigencia de ellos y sobre todo tener un conocimiento lúcido de cuáles son esos valores y sus categorías de trascendencia histórica. Últimamente, tanto en América Latina como en Europa y otros lugares, se han elevado no pocas voces que niegan la vigencia y la función del teatro, que consideran casi inútil su acción en el público y que tienden a limitar su proyección. Tal enjuiciamiento de la actividad dramática, se apoya en la consideración de que el teatro en diversas latitudes y por diferentes causas, no estudiadas ni analizadas a profundidad, cruza una etapa crítica que amenaza su existencia o que tiende a circunscribirlo a dos tendencias: un teatro para élites, cargado de intelectualismo formal, de búsquedas y experimentaciones; y un teatro frívolo, adecuado absolutamente al sistema y conformado como instrumento alienante capaz de inducir al no pensar, o bien, acondicionado para excitar y propagar el hedonismo. Vistas así las cosas, es natural que se propague el desaliento y crezca la idea acerca de su inutilidad e intrascendencia; lo cual establecería una incongruencia en el seno de toda actividad teatral, por cuanto es difícil
César Rengifo. Niños con papagayos. (s/f)
concebir una acción creadora en la cual no se tiene fe y cuyas instancias finales resultarían inútiles. Esas voces y esas actitudes negativas ante la actividad dramática de nuestro tiempo, no son sino el reflejo de un sistema decadente frente a un arte que ha sido, es y ha de ser, como expresión de la vida misma, como expresión crítica de la sociedad, un arte profundamente vital y que conlleva toda la dinámica del hombre y de sus sociedades. Las voces agoreras con relación a la presunta decadencia del teatro no sólo tienden a confundir a éste con todo el sistema, sino que soslayan la presencia en él de las luchas de clases, de las luchas ideológicas y de que, si
AÑO 2015 ¡¡¡ CENTENARIO CÉSAR RENGIFO !!!