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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA AÑO II. NO 64 / 21-06-2015
VIAJE SENTIMENTAL CON EL BARÓN DE HUMBOLDT. Parte V Conferencia leída en el Centro "Arístides Bastidas", de Caracas, en octubre de 1980.
En Caracas despliega gran actividad. Estudia su valle y sus montañas. Hace la primera ascensión al pico de La Silla. Colecciona plantas, insectos, establece mediciones y le queda tiempo para asistir al teatro. En torno a él anota: "Una sala de espectáculos que puede contener de 1500 a 1800 personas; estaba ésta dispuesta en mi tiempo de manera que el patio, donde se hallaban los hombres separados de las mujeres, no estaba cubierta, viéndose a un tiempo los actores y las estrellas; y como el tiempo brumoso me hacía perder muchas observaciones de satélites, podía desde un palco del teatro asegurarme de si seria visible durante la noche Júpiter". Varias páginas de sus escritos dedica a la ciudad por la cual guardó hasta sus últimos años un profundo cariño. Sobre su vida social señalaba: Noté en varias familias de Caracas, gusto por la instrucción, conocimiento de las obras maestras de la literatura francesa e italiana, una decidida predilección por la música, que se cultiva con éxito y sirve —como siempre hace el cultivo de las bellas artes— para aproximar a las diferentes clases de la sociedad. Las ciencias exactas, el dibujo y la pintura no poseen aquí esos grandes establecimientos que México y Santa Fe deben a la munificencia del gobierno español y al patriótico celo de los nacionales. El 7 de febrero de 1800, abandona Caracas y emprende el recorrido por los Valles de Aragua, llanos del Guárico y Apure, el cual lo ha de llevar al Orinoco y a las selvas amazónicas. En el recorrido por valles y llanos observa, estudia y describe todo cuanto considera de interés para el enriquecimiento de la ciencia. En Calabozo recibe la grata sorpresa de hallar a una persona dedicada al estudio de los fenómenos eléctricos y fabricante de máquinas e instrumentos.
César Rengifo (14/05/1915 - 02/11/1980)
Retrato de Francesca, 1979. César Rengifo.
Encontramos en Calabozo —anota—, en el corazón de los llanos, una máquina eléctrica de grandes discos electróforos, baterías, electrómetros, un material casi tan completo como el que poseen nuestros físicos en Europa. No hablan sido comprados en los Estados Unidos todos estos objetos; eran la obra de un hombre que nunca había visto instrumento alguno, que a nadie pocha consultar, que no conocía los fenómenos de la electricidad más que por la lectura del Tratado de Sigano de la Fond y de las Memorias de Franklin. El señor Carlos del Pozo, que así se llamaba aquel estimable e ingenioso sujeto, había comenzado a hacer máquinas eléctricas.
AÑO 2015 ¡¡¡ CENTENARIO CÉSAR RENGIFO !!! ¡¡¡CÉSAR AL PANTEÓN NACIONAL!!!