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Mauricio Corona Aguilar

Mauricio Corona Aguilar

Abogado y profesor universitario.

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La importancia de la participación de los jóvenes en la democracia

Por lo general, se menciona mucho en los discursos políticos la importancia de la participación de los jóvenes en la democracia, donde los invitan a que se involucren en la toma de decisiones públicas y que se organicen para exigir mejores políticas públicas. Todos los partidos políticos y sus candidatos hablan respectivamente de cómo las y los jóvenes ya no son el futuro de México, sino su presente. Informan acerca de cómo ya tienen un plan de acción para incluirlos en sus agendas y políticas públicas, presumen que toda su trayectoria política y profesional han trabajado de la mano de los jóvenes, para crearles nuevas oportunidades de desarrollo. Pero lamentablemente en eso se queda, en un discurso bonito de campaña y en esfuerzos mínimos para incluirlos. Porque a la mera hora de la verdad es común escuchar que alguien muy joven está poco o nada preparado y que por su falta de experiencia no sería un candidato idóneo para un cargo público. Es por ello que hoy en día gran parte de la población joven en México se siente desilusionada con la política en general, hay una barrera con algún partido político, ideología o candidato y que puedan usar alguno de estos medios para conseguir participar activamente en política. En consecuencia, se requiere conjuntar esfuerzos para generar una estrategia de participación ciudadana a corto y mediano plazo para lograr mayores índices de involucramiento de las y los jóvenes en los procesos electorales, y en todas las formas de participación política.

De acuerdo con cifras del Instituto Nacional Electoral, actualmente 25 millones 662 mil 773 jóvenes son los que se encuentran habilitados para ejercer su voto, cifra que representa el 29 por ciento del listado nominal para el periodo electoral que acaba de terminar este año. Asimismo, la Comisión de Organización Electoral del INE revela que en las elecciones federales y locales de 2018 sólo el 53% de los jóvenes de 19 a 34 años emitió su voto, lo que los posiciona como el grupo con mayor abstención. Una de las grandes causas por las cuales las y los jóvenes no salen a votar es porque consideran que no se sienten representados, están hartos de ver en las candidaturas a los mismos actores políticos de siempre, anteriormente los veíamos que sólo contendían por un diferente puesto, pero ahora ya vemos que se cambian a diestra y siniestra de partidos políticos sin importar cuál sea su ideología, privilegiando un pragmatismo político. También la falta de candidatos jóvenes en los diferentes partidos políticos es un grave problema, no sólo por lo difícil que es congeniar con los intereses reales de los jóvenes sino por lo difícil que es acceder a estos cargos de elección popular. Si los partidos políticos buscan atraer el voto joven, deben empezar por formar cuadros juveniles dentro de sus instituciones para que a la vez estos mismos cuadros vayan involucrando cada un punto de vista de formación y participación ciudadana, donde las y los jóvenes en verdad puedan empoderarse y participar en la toma de decisiones. Que no se utilice la vitalidad de este sector juvenil en sólo “echar” porras o acompañar a los candidatos para verse como un grupo nutrido, sino que los involucren en la creación de propuestas que velen por los intereses de su sector y puedan mejorar su entorno desde la trinchera en la que se encuentran.

Sin embargo, la baja participación política de la juventud sola tanto federales como locales, ya que por el contrario las y los jóvenes si participan y se agrupan en los organismos de la sociedad civil. Es decir, la problemática real no es que no participen

activamente en generar oportunidades y mejores condiciones de vida, sino en que no les gusta ir a votar. Es un rechazo colectivo al sistema, una especie de manifestación general contra los partidos urnas, que tener que votar por el “menos” peor. Por consiguiente, nuestra misión como sociedad debe de ser encontrar esas alternativas de participación, en donde las y los jóvenes podamos defen grupos y colectivos juveniles, desde los organismos empresariales, vos culturales, ambientales, de equidad de género y hasta los académicos. De modo que los gobiernos y partidos políticos necesitan estos liderazgos y abran más espacios para la participación de las y los jóvenes. Para que en un futuro no muy lejano, puedan sentirse representados dentro de un organismo político y puedan abanderar sus causas desde un cargo de elección popular. Es una tarea que requiere de voluntad política, que los que dirigen la vida pública de nuestro país compartan la toma de decisiones con un sector muy importante de la sociedad como lo es el juvenil.

Uno de los aspectos que vino a revolucionar la manera de ver y la forma de hacer política, son las redes sociales. Hoy en día es mucho más fácil, gracias a las redes sociales, saber qué están haciendo nuestros representantes populares y servidores públicos, ya que al alcance de un tweet o una publicación en Facebook están sometidos a un fuerte nivel de escrutinio público. Debido a que una mala o buena acción que emprendan se puede hacer viral fácilmente en cuestión de minutos. A diferencia de los medios tradicionales (televisión, radio y prensa escrita), las redes sociales vinieron a democratizar la opinión pública, ya que brindan un acceso universal y gratuito a sus usuarios. Por lo tanto, fomentan una interacción continua de los usuarios en las actividades políticas, creando nuevas opiniones y voces políticas. Considero que las redes sociales son un excelente instrumento para que las y los jóvenes obtengan información en tiempo real acerca de sus represen-

tantes populares y servidores públicos, pero también que utilicen estas plataformas para alzar la voz y que de manera responsable exijan a sus gobiernos que hagan mejor su trabajo. Esta coyuntura debe ser aprovechada por los diferentes organismos políticos para llegar a esa población más joven, que difícilmente consumen los medios tradicionales. Pero deben de hacerlo de una forma original y atractiva, que en verdad pueda atraer a que las y los jóvenes se animen a participar en la política.

Asimismo, otro aspecto importante a la hora de fomentar la participación ciudadana de las y los jóvenes en la política es la educación cívica desde temprana edad, pero a su vez no descuidar esta importante materia en la educación media superior y sobre todo en la educación profesional. Las universidades juegan un rol importante en el acercamiento de las y los jóvenes en la política, es aquí donde convergen la universalidad de ideas. En el que los universitarios conviven con otros jóvenes que piensan diferente a ellos, justo en esta etapa de formación se deben redoblar los esfuerzos, no sólo para convertir a los estudiantes en buenos profesionales, sino en buenos ciudadanos, que participen, que acompañen, que escruten el ejercicio de sus gobiernos, y no sólo eso, sino que aporten de sus conocimientos y habilidades que permitan establecer nuevos mecanismos de toma de decisiones. Además, esta tarea no es exclusiva de las universidades, también los organismos electorales son responsables de que la educación cívica llegue a toda la población y en el caso concreto, a las y los jóvenes de México. La tarea de los organismos electorales es descubrir nuevos canales de comunicación que sean útiles para transmitir a las nuevas generaciones como pueden emitir su voto y cuáles son los mecanismos de participación ciudadana que existen en la actualidad.

En conclusión, el reto para los partidos políticos, gobiernos y organismos electorales para que las y los jóvenes participen activamente en la democracia, no es cosa menor, ni mucho menos es algo que se va a resolver en el corto plazo. Se requiere un esfuerzo

institucional y sistemático para que se genere más conciencia cívica y que los jóvenes estemos más informados, seamos más críticos y nos convirtamos en líderes dentro del entorno en el que nos relacionamos. Las y los jóvenes en gran parte están desinteresados de la política en general. Los grupos juveniles de la sociedad civil organizada necesitan ser escuchados, para garantizar una efectiva y verdadera participación en la democracia. No todos los jóvenes aspiran a un cargo de elección popular o ser servidores públicos, pero lo que no me queda duda es que la mayoría busca ser tomados en cuenta para decidir lo mejor para su comunidad. Invito a todos los jóvenes de Chihuahua a no rendirse, a seguir siendo inquietos y luchar por el Estado y País que siempre hemos soñado.

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