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Importancia de las capacidades dinámicas para la generación de valor en empresas mexicanas

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LA VOZ DE LA PIEL

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Importancia de las capacidades dinámicas para la generación de valor en empresas mexicanas

Carla Patricia Bermúdez Peña Elia Socorro Díaz Nieto Francisco Flores Agüero Universidad Autónoma de Querétaro

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Resumen

El presente trabajo expone la importancia de las capacidades dinámicas para las empresas mexicanas y como estas capacidades se pueden desarrollar por medio de la buena canalización de los fondos gubernamentales para el fomento a la innovación. En el trabajo se comienza por estudiar las capacidades dinámicas en su conjunto y los diferentes enfoques que existen en la literatura actual, posteriormente, se hace un análisis de las situación de las empresas mexicanas en relación con los apoyos gubernamentales de fomento a la innovación, por último se hace un análisis de la trascendencia que podrían tener los fondos gubernamentales de fomento a la innovación si se enfocan en crear capacidades de innovación en las empresas beneficiadas.

Palabras clave: Capacidades dinámicas, generación de valor, ventaja competitiva

Abstract

The present paper exposes the importance of the dynamic capacities for Mexican companies and how these capacities can be developed by means of the good channeling of the governmental funds for the promotion to the innovation. The work begins to study the dynamic capacities as a whole and the different approaches that exist in the real literature, later, an analysis is made of the situation of the Mexican companies in relation to the governmental supports of promotion to the innovation, lastly, an analysis is made of the importance of government funding for innovation and focuses on creating innovation capacities in the beneficiary companies.

Keywords: Dynamic capabilities, value generation, competitive advantage

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Diversos autores han estudiado la relación que existe entre las capacidades dinámicas y los recursos económicos de una empresa (Jorgenson y Nishimizu,1978; Kim, 1980; Cohen y Levinthal, 1990; Lundval, 1992; Nelson, 1993; Edquist, 1997); todos han demostrado por medio de estudios empíricos que existe una correlación directa entre los recursos financieros invertidos y el desarrollo de las capacidades dinámicas, y la razón que se encuentra, es que entre más recursos financieros tenga una empresa, mayor será el grado de capacitación de sus recursos humanos, tendrán acceso a mayor y mejor tecnología, mejor infraestructura, mayor penetración en el mercado y mejores estructuras administrativas, factores necesarios para desarrollar las capacidades dinámicas (Fagerberg y Srholec, 2008, s.p.).

Capacidades Dinámicas

Las capacidades dinámicas son competencias esenciales que las organizaciones requieren en entornos dinámicos o de ciclos rápidos, en sustitución de otras (Hitt et al., 2001, p. 484) para la construcción de ventajas competitivas sostenibles mediante la movilización de la experiencia, conocimientos y habilidades tecnológicas para introducir nuevos productos (bienes y servicios) y/o procesos al mercado (Tidd, 2000, p 21). Teece et al. (1997, p. 510) mencionan que las capacidades dinámicas son competencias con las que cuenta la empresa para aumentar, crear y reformar sus competencias internas y externas, a través de procesos de exploración y explotación, que faciliten encontrar formas nuevas e innovadoras de ventajas competitivas, y así hacer frente a ambientes de incertidumbre y constante cambio tecnológico del mercado.

Por otro lado, Eisenhardt y Martin (2000, p.1118) sostienen que las capacidades dinámicas radican en procesos estratégicos y organizacionales particulares en organizaciones que actúan en entornos cambiantes por medio del manejo de recursos que lleven a la creación de estrategias de valor nuevas, para nivelar y desarrollar cambios en el mercado. Así mismo, Zahra y George (2002, p. 186) indican que las capacidades dinámicas proporcionan a la empresa reformar sus recursos fundamentales y adecuarse a las circunstancias cambiantes del mercado con el propósito de alcanzar una ventaja competitiva. Para algunos autores, cabe destacar que el planteamiento de las capacidades dinámicas enmarca aquellas competencias que benefician la adecuación y crecimiento de las empresas, respondiendo a un conjunto concreto de principios que definen su limitación e importancia como consecuencia de la diversidad entre empresas y su relativa “estabilidad” y son, al mismo tiempo, irremplazables, difíciles de replicar e intransferibles (Barney,1991, p. 103). Por el contrario, Teece et. al. (1997, p. 511) a través del enfoque de capacidades dinámicas (DCV, por sus siglas en inglés) critican el trabajo de Barney para explicar cómo la combinación de los recursos de las empresas pueden ser desarrollados, extendidos y protegidos, es decir, que las empresas cuentan con capacidades y habilidades para modificar sus recursos base que les permitan adaptarse a los continuos cambios del entorno; sin embargo, es importante señalar que dicho enfoque comparte algunas aseveraciones similares, como la perspectiva de las competencias centrales y el enfoque basado en el conocimiento. Como se muestra la Tabla 1, algunos autores denominan a estas capacidades generadoras de valor primordial para las organizaciones como “capacidades o competencias esenciales” (Hamel & Prahadal,1999; Nelson, 1991). No existe un consenso general sobre las capacidades o habilidades que componen las capacidades dinámicas, ya que se definen desde dos hasta seis capacidades.

Tabla 1.

Definiciones terminológicas de Capacidades Dinámicas

Este trabajo se basó a partir del modelo que propone Garzón (2015) como se muestra en la Figura 1.

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Por el contrario, en entornos con pocos cambios, las capacidades dinámicas se asemejan más a las capacidades productivas dirigidas a maximizar el aprovechamiento de los recursos mediante adaptaciones que produzcan soluciones predecibles (Eisenhardt y Martin, 2000, p. 1119) por lo que las capacidades dinámicas no son requisito suficiente para crear una ventaja competitiva, pero si para construirla; lo planteado anteriormente manifiesta que las capacidades dinámicas se transforman en elementos precisos de innovación dentro de una organización, ya que se logra construir una capacidad de innovación a medida que consiga configurar y organizar una gama de capacidades dinámicas que favorezcan los procedimientos de renovación que advierte la innovación. Aunque diversos autores han propuesto diferentes tipologías de las capacidades, Collins y Hitt (2006, pp. 153162) propone cuatro niveles de capacidades de las empresas que les permiten desempeñar actividades eficientemente en comparación con los competidores; aquellas del cuarto nivel, son las capacidades relacionadas al “learnig to learn” (aprendiendo a aprender), permitiendo a la empresa innovar, y de una manera rápida y mejor. Es decir, las capacidades dinámicas representan cuando menos un nivel por encima de las capacidades operacionales de una empresa. De acuerdo a Einsenhardt & Martin (2000, p.1120) las capacidades dinámicas que deben ser incorporadas para que exista una capacidad dinámica de innovación son: • Capacidades dinámicas de incorporación y reformulación de recursos y patrones de acción. • Capacidades de asignación de recursos. • Capacidades para el desarrollo de redes de cooperación entre las diversas áreas de la empresa. • Capacidades para transformar las diversas maneras de pensar en la organización. • Capacidades dirigidas a formar coaliciones entre empresas o para la obtención de prácticas externas a

la empresa para su reproducción dentro de ésta.

Realidad empresarial mexicana

En México, actualmente existen diversos programas que incentivan la innovación. De acuerdo a la Comisión de Ciencia y Tecnología ([CIT], 2018) “la innovación se define como el desarrollo de nuevos productos, servicios, procesos, métodos o sistemas de cualquier sector que se hayan introducido con éxito al mercado y cuya aplicación demuestre beneficios económicos tangibles o un impacto social o ecológico (p. 40); por lo tanto, la innovación es una actividad básica y necesaria para incrementar la competitividad y productividad de las empresas (Foro Consultivo Científico y Tecnológico, [FCCyT], 2016, p. 10). Cómo se mencionó anteriormente el crecimiento económico está relacionado a la innovación, y en México cuyo nivel de desarrollo es intermedio, recibe mayor relevancia; por ello, es importante poner atención a la innovación, sin embargo, no es fácil lograrlo ya que se desarrolla en un entorno complicado (tanto interno como externo), el cuál obstaculiza la consecución de la misma. El Centro de Estudios Sociales y Opinión Pública [CESOP] (2012) afirma haber detectado seis pilares para favorecer la innovación en México:

• Generación de conocimiento. • Demanda de ideas y soluciones. • Mercado nacional e internacional. • Financiamiento de proyectos y empresas. • Recursos humanos. • Marco regulatorio institucional.

De acuerdo al reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos ([OCDE], 2010) sobre innovación en México, el gobierno debe involucrarse y responsabilizarse por el desarrollo de políticas que consideren los propósitos y requisitos de la población, motivo por el cual se necesita fortalecer el sector educativo, así como estimular la investigación y desarrollo (I+D) en el sector privado (p. 27).

Las empresas prefieren comprar tecnología importada y tienen por tanto una baja propensión a contratar recursos humanos altamente calificados (doctorados). La actitud empresarial respecto a sus políticas sobre ganancias previene que inviertan en investigación y desarrollo, debido esto en buena parte a una falta de competencia interna (CESOP, 2012, p. 45).

En México, el establecimiento de políticas públicas que permitan impulsar y reforzar la innovación en los procesos productivos y de servicios para multiplicar la competitividad de la economía nacional a través del tiempo, está a cargo del Programa Nacional de Innovación (PNI); cuyos esfuerzos

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inician desde los años noventa mediante la puesta en marcha de diversos programas y proyectos que promueven la ciencia y la tecnología en el país, a través del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT); aunado a éstos esfuerzos, durante el 2012 se fundó el Fondo de Capital Semilla de la banca de desarrollo estatal Nacional Financiera (NAFIN). En 2013 surge el Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM) cuyo propósito fundamental es apoyar a las pequeñas y medianas empresas (s.f. párr. 1), así como el Consejo México-Estados Unidos para el Emprendimiento y la Innovación (MUSEIC) para robustecer la capacidad empresarial y mejorar la competitividad de los ecosistemas de alto impacto (Secretaría de Economía, 2018, párr. 1)

En México existen múltiples instancias, la Secretaría de Educación Pública (SEP), el CONACYT, la Secretaría de Economía (SE), Universidades, Centros de Investigación (CI), el FCCyT, la Asociación Mexicana de Directivos de la Investigación Aplicada y el Desarrollo Tecnológico (ADIAT) y los gobiernos estatales (principalmente) que proponen programas y apoyos destinados a estimular la innovación, el desarrollo tecnológico, la vinculación y la protección de la propiedad intelectual mediante la asignación de subsidios, apoyos económicos complementarios, créditos, asesorías, capacitación y premios, como lo muestra la Figura 2; entre ellos se encuentran: programas nacionales de fomento a la innovación, programas de fomento a la innovación a nivel estatal, programas de fomento a la innovación a través de la banca de desarrollo, programas para la formación de recursos humanos de alto nivel, fondos de capital privado, programas de fomento a la vinculación universidad-empresa, programas de fomento a la propiedad intelectual y los programas de fomento a la innovación a nivel internacional (FCCyT, 2016, p. 12).

Figura 2.

Programas de incentivo a la innovación en México

Nota: Diagrama sobre la estructura de los programas presentado por el Foro Consultivo, 2016, Catálogo de Programas para el Fomento a la Innovación y la Vinculación en las Empresas 2016, p. 13. http://www.foroconsultivo.org.mx/libros_editados/catalogo_de_programas_para_el_fomento_innovacion_ vinculacion_en_las_empresas.pdf

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En general los apoyos económicos que brindan las instancias gubernamentales son suplementarios, es decir, no representan una sustitución a la inversión que las empresas efectúan en actividades de investigación, desarrollo e innovación, más bien la complementa. A excepción del caso de los programas de banca de desarrollo, el apoyo económico se caracteriza por ser a fondo perdido, es decir, no recuperable para el Gobierno (FCCyT, 2016, p. 12). La mayoría de los programas de apoyo para incentivar la innovación en México surgieron a partir del Programa Especial de Ciencia y Tecnología (PECyT) elaborado en el año 2000. De acuerdo al estudio realizado por la CESOP (2012, p. 74) en años recientes, se ha señalado la relación entre la capacidad de innovación y el crecimiento económico de un país, el cuál puede ser impulsado por el gasto en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) pudiendo fortalecer la base industrial y científica nacional, traducida en una mayor competitividad.

La realidad de la innovación en México radica en la existencia de una pobre vinculación entre el sector privado con las universidades, un marco regulatorio complejo que dificulta el registro de patentes, poca voluntad del gobierno para cumplir con las metas de inversión en ciencia y tecnología, y la falta de una cultura de innovación en las empresas nacionales (CESOP, 2012, p. 10).

Los esfuerzos del Gobierno para estimular la innovación a través del fomento a la vinculación entre la academia y la iniciativa privada en el país no han sido suficientes, pese a la oferta de diversas políticas y programas de financiamiento y/o apoyo orientados a promover la investigación y desarrollo dentro de estos actores; sin embargo, es prioridad para el gobierno mexicano permitir un mayor empuje de la innovación para cerrar las brechas de productividad regional. Wallstens (2000, p. 89) afirma que los subsidios de programas gubernamentales destinados a la investigación y desarrollo se fundamentan en la maximización de ganancias de las empresas que subinvierten en I+D, es decir, ayudan a incrementar los esfuerzos en I+D de las empresas al permitirles retomar o formular proyectos para los cuales no cuentan con la suficiente liquidez ó no son económicamente atractivos para ellos. Sin embargo, en la literatura no se ha encontrado una correlación entre las subvenciones gubernamentales y la I+D de la empresa, es decir, no se puede determinar si los subsidios causan que las empresas hagan más I+D o si las empresas que hacen más I+D reciben más subsidios. En el trabajo de Wallstens (2000, p. 89) los subsidios incrementan la I+D para apoyar la innovación, la cuál que no sería tomada para emprender sin el subsidio; sin embargo, este autor propone para incrementar la innovación, los programas de investigación y desarrollo del gobierno no deberían de financiar las propuestas que reciben, sino

El desarrollo de las capacidades dinámicas en las empresas mexicanas

La innovación en México, de acuerdo a la OCDE (2010), cuenta con mayor importancia como elemento conductor del crecimiento económico y competitividad del país debido a que la iniciativa privada busca que la innovación se incorpore en mayor medida a su estrategia y aumente sus procesos de mejora continua, con la finalidad de reducir el riesgo de que sus procesos tecnológicos queden obsoletos (p. 45). El Sistema Nacional de Innovación (SNI) es la red de actores e instituciones, como lo muestra la Figura 3, cuyas actividades específicas y su interdependencia contribuyen al origen, importación, adaptación, creación y difusión de nuevas tecnologías al interior del país.

Figura 3.

Actores del Sistema Nacional de Innovación

Nota: Elaboración propia

De acuerdo al Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial 2012 (CONACyT, 2014, p. 12) México presenta rezagos en términos de competitividad e innovación debido a la falta de empresas con perfil innovador y agentes que faciliten la vinculación entre los generadores del conocimiento, como a las políticas públicas adecuadas que consideren a los distintos tipos de empresas y las diversas fases de la innovación. Los componentes que integran dicho sistema son: el sector público, el empresarial, el educativo y el de investigación científica y tecnológica.

Sin embargo, en México el sector privado es un eslabón débil dentro del Sistema Nacional de Innovación ya que prefieren adquirir tecnología importada disminuyendo de esta manera la posibilidad de contratar recursos humanos altamente calificados. En general en México, se destinan pocos recursos a la innovación, lo que se refleja en la poca

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o nula existencia de infraestructura y en el limitado recurso humano para la investigación y desarrollo. Aunado a esto, el patrón nacional de innovación se enfoca poco hacia la creación de tecnología propia y la cooperación entre los agentes anteriormente mencionados es muy limitada. Este mismo problema queda en evidencia en el Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial 2012 (citado en CONACyT, 2014, p. 32) donde México presenta rezagos en términos de competitividad e innovación debido a la falta de empresas con perfil innovador y agentes que faciliten la vinculación entre los generadores del conocimiento, como a las políticas públicas adecuadas que consideren a los distintos tipos de empresas y las diversas fases de la innovación.

El Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2013-2018 establece la meta nacional “México con Educación de Calidad”, donde se estipula el establecimiento de los pilares del progreso económico y social sostenible mediante el desarrollo científico, tecnológico y la innovación (p. 16); por lo que el Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación (PECITI) 20142018 hace un diagnóstico sobre las capacidades (recursos humanos, científicos y técnicos) que permiten agregar un valor al desarrollo del sector de ciencia y tecnología para avanzar hacia una economía basada en el conocimiento, encaminando los esfuerzos hacia una transferencia y aprovechamiento de los mismos, que contribuirán a la adición de valor a los productos y servicios nacionales. Dicho diagnóstico muestra los avances importantes que ha tenido México, pero con un impacto limitado, por lo que se requiere que las empresas del país desarrollen capacidades (dinámicas) que les permitan adquirir conocimiento y a partir de este conocimiento desarrollar nuevas ideas que posteriormente se traduzcan en innovaciones (pp. 17-38).

Al mismo tiempo las empresas mexicanas buscan cada día más la internacionalización de sus operaciones (Jiménez, 2007, p. 114); se ha demostrado que las empresas de internacionalización acelerada se distinguen principalmente porque se apoyan en la creación de algunas capacidades dinámicas como el aprendizaje, la socialización y el conocimiento de su mercado para trazar estrategias competitivas (Escandón, et al., 2013, p. 142), de esta forma las empresas pueden adquirir ventajas competitivas sostenibles que les ayudan a entrar a los mercados globales. La fuerte orientación internacional de las empresas globales supone el desarrollo de rutinas organizacionales (Knight y Cavusgil, 2004, p. 124), que le permita orientarse a mejores resultados, basándose en la información sobre los mercados y la competencia, permitiendo un mayor acercamiento con el cliente vinculando el establecimiento de alianzas y redes para gestionar relaciones estrechas con los clientes y con otras organizaciones, y promover la gestión del conocimiento a través de los procesos de aprendizaje organizacional.

Otro factor que se debe fomentar en las empresas mexicanas que quieran desarrollar capacidades dinámicas sostenidas son las alianzas. Dentro del concepto de capacidades dinámicas presentado por Eisenhardt y Martin (2000, p. 1120), las alianzas hacen parte del conjunto de procesos que conforman las capacidades dinámicas, al considerar que son actividades organizacionales que contribuyen a la renovación de los recursos organizacionales como búsqueda de ventajas competitivas. La función de las alianzas como capacidad dinámica en una organización implica la existencia de relaciones estratégicas entre empresas independientes que comparten objetivos compatibles con el propósito de mejorar su posición competitiva a través del poder de mercado. Las alianzas estratégicas permiten la transferencia de conocimientos de forma eficiente, así como también permiten la complementariedad de capacidades distintivas entre empresas, combinando recursos propios y desarrollando nuevas habilidades a partir de las capacidades de los socios estratégicos (Kale et al., 2000, p. 225)

Por último, el crecimiento económico y la competitividad de la economía mexicana como de las empresas depende, de una mayor construcción de capacidades de innovación y del aprendizaje como del continuo esfuerzo para generarlos (Porter, 1990, s.p.). Furman et al. (2002, p. 899) afirman que la capacidad de innovación es la habilidad de una entidad para producir y distribuir un flujo preciso de innovación a través del tiempo.

Conclusiones

Actualmente la importancia de las capacidades dinámicas en los entornos tan competitivos en los que se encuentran sumergidas las empresas radica en la generación de valor que pueden crear a partir de dichas competencias; el desarrollo o actualización de los recursos, así como de las capacidades dinámicas empresariales colaboran en el establecimiento de estrategias sostenibles orientadas a la subsistencia en los mercados tanto nacionales como internacionales. Dentro de las capacidades dinámicas, destacan las capacidades de innovación, las cuáles por su parte permiten a las empresas buscar, localizar y desarrollar nuevas innovaciones de manera constante; son un mecanismo clave para la auto-renovación de las empresas, de tal manera que, una vez desarrolladas, las empresas podrán transformar constantemente los conocimientos adquiridos en nuevos productos y/o servicios (Lawson y Samson, 2001). Por lo tanto, si los programas para incentivar la innovación en México buscan que las empresas apoyadas logren obtener una sinergia innovadora para que posteriormente no tengan necesidad de mayor inyección de capital público, es necesario que éstas desarrollen capacidades de innovación. Por consiguiente, es necesario realizar un estudio en México que permita medir el impacto que tienen los apoyos gubernamentales para el fomento a la innovación en el desarrollo de las capacidades dinámicas de las empresas beneficiadas, y de esta forma poder saber con puntualidad si se cumplirá el objetivo que tienen estos programas a un mediano plazo.

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