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La confianza
La confianza en el ámbito laboral
Por SOFÍA STAMATEAS
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Mag en Comunicación Corporativa e Institucional - Coach Organizacional
Cada vez son más las empresas y organizaciones que buscan en las herramientas del coaching la solución para desarrollar habilidades blandas en los equipos de trabajo. Ellos entendieron que cuando los empleados despliegan confianza, empatía, colaboración, inteligencia emocional, pensamiento creativo, entre otras, trabajan mejor, sin que esto implique trabajar más. El referente mundial de liderazgo y conformación de equipos de trabajo, John C. Maxwell asegura que “No se trata de trabajar más, sino de trabajar más inteligentemente”. En este sentido, el trabajo de coaching puede realizarse uno a uno (coach y CEO/Director), o con el CEO/Director y su equipo. Esta relación es un vínculo de aprendizaje y entrenamiento donde se acompaña al CEO en el fortalecimiento de su liderazgo y al equipo en la cohesión del mismo y en el mejoramiento de su performance. En este camino de volvernos más productivos, la confianza constituye un pilar fundamental. Tal como planteé en mi libro “Creo en Mí” de Editorial Galerna, la confianza es el motor invisible que impulsa y respalda nuestras creencias, decisiones y acciones. Es un aspecto clave en la construcción de la autoestima y un eslabón fundamental para alcanzar aquello que nos proponemos. Vivir con confianza en quienes somos, en lo que pensamos, en lo que soñamos, sienta las bases del progreso personal.
Ahora bien, la confianza no surge de un día para el otro ni es un resultado espontáneo y azaroso. Tampoco tiene que ver con mirarnos al espejo y repetir como un mantra “Yo puedo”. Más allá de las singularidades humanas, la confianza se construye desde que nacemos y mientras vivimos, mediante el desarrollo de un aspecto fundamental que es la inteligencia subjetiva. Estamos hablando de la capacidad para incorporar y analizar las experiencias de nuestra vida de una manera funcional, que nos abra posibilidades y que nos ayude a darnos respuestas y a calmar las angustias, incertezas o inseguridades que todos tenemos, sin que esto implique caer en un “positivismo tóxico”. Todos tenemos áreas en donde nos sentimos más seguros y otras áreas donde sentimos que nos movemos en arenas movedizas. Lo importante es ser conscientes de esto e identificar correctamente cuáles son esas áreas, ya que podemos plantear la confianza como un elemento que depende de la situación. De esta manera, y a grandes rasgos, po-
demos afirmar que un profesional que está haciendo una tarea que sistemáticamente realiza, para la cual se preparó y también le entusiasma, se sentirá confiando. Como contrapartida, podemos inferir que cuando estamos frente a una nueva tarea, que implica el desarrollo de nuevas habilidades y nuevos mecanismos, podemos llegar a sentir cierta inseguridad. Aquí aparece el factor miedo, que tanta mala prensa tiene y sin embargo no podemos disociarlo de la confianza. Miedo y confianza no son condiciones excluyentes. No es uno o el otro, es uno y el otro. Todos tenemos miedo y es una emoción que nos da sentido de realidad y de contexto. El problema del miedo solamente radica cuando éste nos paraliza y nos impide decidir. Por eso, en el libro, y a lo largo de diecinueve capítulos, trazo un recorrido personal y honesto a partir de diversos episodios de mi vida que me han servido de fuente de aprendizaje y superación para mostrarle y demostrarle a la gente que todos tenemos esa capacidad para contemplar lo que vivimos de una manera utilitaria y pragmática. Hay que animarnos a llevar adelante un estilo de vida basado en convicciones y valores sólidos, de esta manera podremos sobrellevar las adversidades y no doblegarnos ante los problemas.