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Solidaridad es bajar el gasto
Solidaridad es bajar gasto público
“Solidaridad” es una de las palabras preferidas de los funcionarios del Gobierno Nacional, sin embargo, las medidas adoptadas desde el comienzo de la nue va gestión no han sido más que un gran ajuste al sector privado. Sin ir más le jos, el propio presidente lo ha reconocido cuando dijo en alguna entrevista “estamos ajustando sobre los que tienen una situación más holgada”.
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Lamentablemente, a las pésimas medi das iniciales en materia de política económica se sumó un fenómeno inesperado llamado COVID-19. Para nuestro país que ya atravesaba previamente una cri sis de confianza, mercados de capitales cerrados, ocho meses de riesgo país en zona de default, ocho trimestres de re cesión, ocho años de estancamiento estructural, más de diez años de inflación sistémica y creciente, un Banco Central quebrado y deuda soberana por 69 mil millones de dólares en proceso de rene gociación. En una economía con grandes desequilibrios macro, el parate provoca do por el virus puede ser letal.
El gobierno, ha anunciado un paque te de emergencia equivalente a más de 2 puntos del PBI que, posteriormente, se va ampliando a medida que el tiempo de cuarentena transcurre. Algunas medi das, sin dudas orientadas en la dirección correcta (aunque insuficientes), son créditos blandos al sector privado pa ra financiar capital de trabajo, profundización de las REPRO (programa mediante el cual el Estado ayuda a pagar salarios), eximición de pagos de contri
JUAN MANUEL MORALES Mg. en Economía Fundación Progreso y Libertad. jmmoralesm@ufm.edu
buciones patronales a actividades afectadas, créditos a tasa cero para personas adheridas al Régimen Simplificado para Pequeños Contribuyentes y autónomos, postergación y reducción en el pago de contribuciones patronales, entre otros. Por el otro lado, se han anunciado me didas que, desde mi punto de vista, son completamente irrelevantes para la si tuación que se atraviesa, pero muy costosas al mismo tiempo, como por ejemplo los desembolsos únicos destinados a jubilados que cobran la mínima y bene ficiarios de AUH, anuncios de obra pública por 100 mil millones de pesos y relanzamiento de los créditos ProCrear con dinero del ANSES. Es fundamental entender que en esta etapa cualquier in tento de estimular la demanda es en vano y todas las fichas tienen que estar puestas en sostener al sector producti vo y evitar la desaparición de empresas.
Lo cierto es que Argentina se encuen tra en una situación delicada, en un fino equilibrio y no tiene la capacidad de financiar un gran paquete de estímulos, sobre todo porque tiene un gran déficit
fiscal que se ensancha y, además, no po see financiamiento externo. Esto implica que todo el paquete anunciado deberá ser financiado mediante emisión mone taria. Los datos ya lo corroboran: del 10 de marzo al 13 de abril la base monetaria aumentó 36%, es decir que en un mes se emitieron 652 mil millones de pesos. La cifra es exorbitante para cualquier país que intente llevar una política moneta ria razonable.
Que el déficit argentino deberá ser fi nanciado con emisión monetaria y que esta presionará al alza a la inflación y al tipo de cambio es un hecho, el problema es que si la monetización del déficit con tinúa a este ritmo, hay probabilidades de una hiperinflación el año próximo. En tendiendo la situación, el reto del gobierno debiera ser cómo optimizar los recursos para sostener al elefantiásico sector público y ayudar a sobrevivir lo que que da del golpeado sector privado emitiendo la menor cantidad de dinero posible.
Una vez entendido el desafío, la pregun ta a responder es cómo. Y para esto hay dos tipos de respuestas. La primera es la que le gusta al gobierno Nacional: crean do y/o subiendo más los impuestos. Ya se trabajan proyectos a nivel nacional pa ra gravar las “grandes fortunas” y aumentar retenciones, pero como si esto fuera poco, también se están presentan do proyectos en la legislatura neuquina para regrabar a los grandes patrimonios locales y duplicar ingresos brutos pa ra algunas actividades. La otra respuesta correcta al interrogante planteado es: bajando gasto público.
Algunos datos: el peso que tiene el Estado argentino en términos del PBI es de alre dedor del 45%. Este número es mayor al promedio del gasto público de los países de la OCDE, que asciende al 43,5%, pero
el dato más significativo es que Argentina tiene un PBI per cápita que es menos de la mitad que el promedio de los países de la OCDE. Para ejemplificar, podríamos decir que Argentina es como una perso na de clase media-baja que gasta al mismo nivel que una persona de ingresos altos y espera así convertirse en millo naria algún día. Obviamente está claro que cualquiera que adopte este compor tamiento nunca va a poder ser rico, sino lo contrario: cada vez será más pobre porque vivirá ahogado en deudas que to me al intentar gozar de un estándar de vida que no condice con sus ingresos en lugar de ahorrar, invertir e intentar ca pitalizarse para poder aumentar sus ganancias en el futuro ¿No suena familiar con lo que pasa en nuestro país?
Por otro lado, semejante nivel de gasto público es el responsable de que las em presas radicadas en Argentina sufran una presión tributaria consolidada equiva lente al 106% de sus beneficios, es decir por cada $100 que un empresario se lleva a su bolsillo tuvo que pagar $106 de im puestos. Tiene un socio invisible que nada aporta y se lleva más de la mitad de las ganancias. Este dato, del informe Doing Business 2020 elaborado por el Banco Mundial, ubica a Argentina no sólo como el país con mayor presión tributaria de la región, sino que además con una presión tributaria 165% (2,65 veces) mayor que el promedio de los países de altos ingre sos de la OCDE y que los miembros de la Unión Europea. Si hay algo que sobra en este país son los impuestos.
Entonces, habiendo llegado a este punto sólo cabe preguntarnos ¿por dónde debe mos empezar el ajuste del sector público? En principio, la respuesta se encuentra en un informe que el Banco Interameri cano de Desarrollo (BID) publicó en 2018 que se titula “Mejor gasto para mejores vidas - Cómo América Latina y el Cari be pueden hacer más con menos”. En el capítulo tercero de este trabajo se inten ta determinar la ineficiencia técnica que tienen los gobiernos de América Lati na y el Caribe en cuanto a la calidad del
“El peso del estado argentino en términos del PBI es de alrededor del 45%, mayor al promedio del gasto público de los países de la OCDE”.
gasto público analizando las transferen cias, las compras públicas y las remuneraciones. Los resultados son realmente sorprendentes porque ubican a Argenti na como el país más ineficiente a la hora gastar dinero público y calcula esa inefi ciencia en 7,2% del PIB, muy por encima del promedio de LatAm y el Caribe que se encuentra en 4,4%. Entonces, no sólo el Estado Argentino gasta muchísimo en relación al tamaño de su economía, sino que además gasta extremadamente mal, siendo 60% más ineficiente que el pro medio de la Región.
Es tal la magnitud de esta cifra que si los tres niveles de gobierno (porque el de rroche no es sólo del Gobierno Nacional, eso está más que claro) se enfocaran en (mal) gastar el dinero con el mismo gra do de (in) eficiencia que sus vecinos se ahorraría un 3% del PBI, es decir se po dría financiar todo el paquete de estímulos anunciado y además lograr el equilibrio fiscal primario.
El gobierno debe entender que no es po sible subir más impuestos, al contrario, condición necesaria para crecer es bajar los. Por otro lado, la ineficiencia y derroche que caracterizan la manera en la que el Estado Argentino gasta su dinero pa rece ideal para comenzar el ajuste, sólo hace falta “solidaridad” política. La pre gunta es ¿la política argentina está lista para el desafío de ser, al menos, tan efi ciente como sus vecinos?
Con respecto al dólar, si bien nadie sabe hasta cuánto subirá, creo que no hay du das que la tendencia seguirá al alza. De marzo al momento de escribir esta co lumna, el dólar MEP y dólar CCL subieron alrededor de 50% y el blue 75%. En este contexto es sumamente complicado pre tender que los agentes ahorren en pesos.
En los últimos dos meses y medio el dó lar blue ganó 2,5 veces lo que un plazo fijo podría rendir en un año.Tal como sucede con la inflación, no es que el dólar sube de precio, sino que el poder adquisi tivo del peso baja.Ante esta situación que desespera, el BCRA ha dispuesto medi das sobre los fondos de inversión y restricciones sobre el dólar MEP y CCL, pero nada parece hacer efecto. Como siempre, el mal diagnóstico económico del Go bierno lo lleva a intervenir sobre las consecuencias y no sobre las causas y esto garantiza su fracaso a la hora de intentar normalizar la situación.