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2.1. La Universidad y el Primer grito de Independencia

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INTRODUCCIÓN

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por la argumentación, aspectos que tendrán profundas repercusiones en las mentes ilustradas de la Audiencia de Quito36”.

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Toda esta contribución del mencionado Obispo, le hace sostener al doctor Hernán Malo González que la transformación del obispo Calama puede ser considerada como la primera reforma universitaria o la pre-reforma universitaria37 .

Pese a los cambios implementados que se dejan expuestos, el contenido clasista, elitista y eclesiástico de la Universidad no varió y siguió respondiendo a los postulados colonialistas.

2. LA UNIVERSIDAD Y LOS MOVIMIENTOS DE

INDEPENDENCIA

2.1. La Universidad y el Primer grito de Independencia

En términos generales la Universidad no tuvo participación durante el proceso de independencia porque se encontraba alejada de la realidad y de las necesidades de las grandes mayorías. Representaba los intereses de los grupos de

36 ROSERO, R. (2016: 47). 37 MALO GONZÁLEZ, H. (1981: 52).

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poder de aquel momento; y, por lo mismo, estaba ocupada en mantener su estatus y difundir la ideología imperante desarrollada por la religión católica. No obstante, en las Universidades coloniales se formaron varios profesionales que se constituyeron en próceres que aportaron a la independencia en su calidad de criollos o mestizos dirigiendo los gobiernos nacientes de este proceso, en medio de contradicciones y retrocesos como se verá más adelante. Universidades como la Universidad Mayor Real y Pontificia San Francisco Javier de Chuquisaca en lo que hoy es Bolivia, o el Colegio San Fernando en lo que hoy es la República del Ecuador, fueron centros en donde se propugnaron ideas de libertad en medio de las restricciones que la cátedra imponía.

Existiendo como fundamento para la independencia la situación social, económica y política de las colonias, un aspecto importante que siempre ha movido los procesos de cambio, ha sido la existencia de una ideología que oriente los pasos a seguir. Este proceso no estuvo exento de inspiración teórica y ese pensamiento fue el de la Ilustración que contribuyó enormemente a la independencia como ideología aglutinadora que dirigió el proceso, pero desde luego, las verdaderas causas de aquélla, hay que encontrarlas en los hechos que se suscitaban en las colonias y particularmente en Quito, en donde se prenderá la primera llama de independencia.

Resulta importante señalar que, entre sus estudiantes universitarios, ya se habían generado los primeros

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conocimientos sobre la “nueva ciencia”, estudios del Derecho con la visión moderna y nuevos planteamientos sobre la política y la sociedad.

Otra influencia importante fue la de la masonería, por ello, algunos de los patriotas conformaron logias. El propio Simón Bolívar formó parte de la Gran Logia Hispanoamericana fundada por Francisco Miranda en París en 1795 para impulsar la independencia de España.

Un aspecto que incidió fuertemente en los deseos de independencia fue que los conquistadores que se habían asentado en estas tierras, adoptaron posiciones autónomas frente a la Corona, desobedeciendo disposiciones e implantando normas de manera directa, que les permitieran saciar su voracidad de riqueza. La Corona emitió las Leyes de Indias para proteger a los indígenas, las que pasaron desapercibidas y sin cumplimiento alguno.

Se produce un rompimiento entre la metrópoli y las autoridades locales, que, además, eran designadas al margen de las normas vigentes y recaían exclusivamente en españoles, lo que también ocurría para el caso de dignidades eclesiásticas, mediante lo cual, aprovecharon para lucrar a través de los diezmos.

Pero la causa más destacada entre la separación de España y América debe considerarse a la desastrosa política económica y fiscal impuesta, que empobreció a la sociedad e impidió su

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desarrollo. Existieron imposiciones de tributos que afectaban a la mayoría de la población, impuestos a los indios que constituían la mitad de los ingresos de la Audiencia, diezmos en favor de la Iglesia, impuestos a la explotación minera y de lavaderos de oro, derechos por posesión de empleos o títulos académicos, venta de títulos nobiliarios, impuesto a las alcabalas, derechos de aduana, arrendamiento y venta de empleos. Todos estos aspectos generaron la existencia de un comercio clandestino, pero también la evasión por parte de los criollos a las imposiciones establecidas.

“El cúmulo de gravámenes que sofocaban el comercio americano y las desmedidas ganancias con que se enriquecían los mercaderes españoles crearon una tensa y sorda atmósfera de reacción que se desbordaba en el tráfico clandestino que dejaba al criollo, a más de una justificada utilidad, un hondo sentimiento de orgullo satisfecho38”.

El proyecto de independencia comenzó con la impugnación a las instancias educativas y culturales cuyo retraso con la expulsión de los jesuitas se agravó mucho más. Se condenó la estratificación y la exclusión que existía en la educación primaria, las condiciones de estudio y el número reducido de escuelas. Luego la lucha fue contra la Universidad por el deplorable nivel académico y retroceso científico que ni siquiera supo sostener la reforma que había sido planteada por Pérez Calama y Eugenio Espejo, dejando de lado los

38 DE LA TORRE REYES C. (1990: 118).

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progresos que había traído la Misión Geodésica Francesa.

“Pero el proceso académico no fue más que un reflejo de la crisis estructural que sacudió a la Universidad en su paso de una orientación plenamente confesional y fuertemente eclesiástica a una Universidad estatal o pública que abría tímidamente sus puertas a un moderado proceso de democratización y modernización. El fenómeno se produjo en la veintena de años que van de 1767 a 1787, en que dejaron de tener un papel preponderante en el quehacer universitario las órdenes religiosas, entregadas al aspecto misional de la conquista y colonización, para dar paso a una Universidad hacendaria, predominantemente secular e ilustrada39”.

El cuestionamiento fundamental a la educación universitaria provino de Eugenio Espejo como ya se ha indicado, quien en lo fundamental realiza su crítica en obras como el Nuevo Luciano de Quito, Marco Porcio Catón y Ciencia Blancardina. Pero Espejo también realiza estudios sobre la situación de la Audiencia de Quito en aspectos comerciales, tributarios, de salubridad, de la situación de los indígenas

La situación social que se vivía generó procesos de reforma para luego desencadenar en la independencia. Era necesario poner en marcha rectificaciones que habían sido advertidas por el movimiento ilustrado. La oposición y defensa del sistema colonial no se hizo esperar; y, según Carlos Paladines,

39 PALADINES ESCUDERO, C. (1994: 181).

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las primeras resistencias surgieron de la Universidad que se convirtió en aliada conservadora del colonialismo imperante, la cual mediante sus cátedras de Derecho, Teología y Filosofía, se encargó de defender los postulados absolutistas, las tesis del regalismo español, la sobrevaloración del Derecho Romano y la minusvaloración del Derecho Indiano, sin escuchar las recomendaciones realizadas por Pérez Calama para que la Universidad se abra a las nuevas corrientes del pensamiento y se implementen cursos de Economía Política y Derecho Público.

Esta es una muestra evidente de que la Universidad hasta esta parte de la historia ha defendido las ideas de los grupos de poder quedándose al margen del avance de la ciencia y la investigación, y lo que es peor, de puertas cerradas a las necesidades de la población. Una vez más la Universidad se encuentra del lado de los sectores dominantes de la sociedad, defendiendo desde la cátedra, las tesis que fortalecen las posturas de dichos sectores.

La crisis generalizada que se vivía en la colonia y particularmente en la audiencia de Quito, a la que se sumaron desastres naturales como terremotos, incendios y epidemias que diezmaron a la población, generó reacciones de toda índole, se produjeron violentas y sangrientas sublevaciones indígenas.

El proceso de independencia en Quito se realizó en etapas sucesivas, no concebidas previamente, sino que se

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desarrollaron a la luz de los acontecimientos que fueron gestándose como producto de la crisis y las pugnas sociales. La primera etapa fue la del Primer Grito de la Independencia el 10 de agosto de 1809, que continuó y terminó con la masacre de los patriotas el 2 de agosto de 1810. Luego se desarrolla el proceso de nueva toma del gobierno entre 1811 y 1812, período en el que se redacta la Constitución Quiteña. Finalmente, las luchas desarrolladas entre 1820 y 1822 culminan con el triunfo de Sucre y los patriotas en la Batalla del Pichincha ponen fin a la dependencia de España.

El 10 de agosto de 1809 se instauró una Junta de Gobierno. Los rebeldes suscriben el Acta de Independencia, declaran cesar en funciones a las autoridades y resuelven formar la Junta Suprema para gobernar interinamente la Presidencia de Quito. Se designó como Presidente a Juan Pío Montúfar, el marqués de Selva Alegre y Vicepresidente el obispo de Quito José Cuero y Caicedo. Dato interesante para la historia de la Universidad es la designación como Ministro de Gracia y Justicia al doctor Manuel de Quiroga, Vicerrector de la Universidad de Quito. El juramento solemne que prestarán los miembros de la Junta se lo realizó en la Catedral de Quito, el 17 de agosto en ceremonia político religiosa en la que intervino la Universidad.

El primer grito de la independencia no tuvo movimiento social que lo auspicie, no se contó con apoyo popular y más bien podría caracterizarse como un “golpe de Estado” de connotaciones eminentemente patrióticas radicado en Quito.

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Paladines destaca entre los partícipes de este movimiento que consagró el Primer Grito de la Independencia de América a civiles, la mayoría criollos y abogados, curas párrocos y miembros del Colegio San Fernando que se habría convertido en centro ideológico de avanzada y varios de cuyos catedráticos abogados participaron en esta gesta histórica.

El “Acta de Independencia” del 10 de agosto de 1809 es considerada por algunos historiadores como la primera Constitución ecuatoriana y una de las primeras constituciones en el imperio español después de la de Bayona. Es un documento jurídico que, aunque limitado, pequeño y de poca duración, tiene las características de una verdadera Constitución al establecer las funciones del Estado, territorio, ejército, sistema de remuneraciones de autoridades; además se la suscribió como acto constitucional del pueblo de Quito. Se concluye por lo mismo, que tiene la primacía de las constituciones ecuatorianas40 .

Por otro lado, las Provincias de Guayaquil, Cuenca y Popayán se opusieron a la Junta Suprema de 1809. Se había gestado la contrarrevolución dejando aislada a Quito, con lo cual se iniciaron los aprisionamientos y la persecución inmisericorde que concluyó con la matanza de los patriotas el 2 de agosto de 1810 en la propia cárcel, y de la población en las calles de Quito. Otros insurrectos fueron apresados iniciándoles un proceso judicial en el que el fiscal pidió la pena de muerte

40 LANDÁZURI CAMACHO, C. (2014:366).

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