ISTMO 331

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AÑO 56 No. 331 2014/2 Humanos «on demand»

En busca de la identidad empresarial perdida

331 • Abril-mayo 2014

humanos

«on demand»

¿Puede el hombre tomar el control sobre su proceso evolutivo?

Crisis oportunidad para recuperar valores e identidad


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Editorial presidente del consejo de dirección

José Manuel Núñez Pliego

Identidad, eslabón fundamental

consejeros

Ricardo del Valle del Peral, Raúl Espinoza Aguilera, Miguel León Garza, José Mantecón, Patricia Montelongo, José Luis Ortiz Garza, Roberto Manríquez Delgado, Carlos Sánchez Ilundáin, Patricia Torres Maya, Héctor Zagal

Los desarrollos tecnológicos e innovaciones científicas nos hacen preguntarnos si la libertad del ser humano tiene límites, en relación a intervenir las condiciones de su naturaleza y decidir sobre su evolución. ¿Hemos de resignarnos a vivir con las características que nos aporta la carga genética? Héctor Velázquez plantea ésta y otras interrogantes, fruto de las eternas inconformidades del ser humano, que se traducen en una corriente de pensamiento presente en debates científicos, pero poco advertida para el amplio público, el «transhumanismo». Otros dos textos abordan esa inquietud. Evandro Agazzi recuerda que la ciencia está hecha por el hombre y no puede evitar ser para el hombre. Al buscar la verdad, la ciencia objetiva exige independencia, lo contrario obstaculiza el progreso; cierto, siempre y cuando el actuar humano en la investigación científica no pierda de vista la ética en los medios y en los fines. Apoyado en la película ochentera Blade Runner, Rafael García aclara que la dignidad humana en abstracto no tiene sentido, sino que lo adquiere en las relaciones interpersonales y en formas de vida concreta. «Más humanos que los humanos» reza el lema de Tyrell, la corporación ficticia que modifica los genes a través de la bioingeniería para potenciar las facultades físicas de las personas. El tema de la identidad emerge también en la sección de «Alta dirección». María Julieta Balart asegura que la crisis es un buen momento para tomar conciencia sobre la condición actual de la empresa, reconocer los valores que la identifican, reinventarse y reemprender desde una nueva posición, más fresca. Con demasiada frecuencia, las empresas pierden de vista su verdadero propósito. Sin duda conviene un repaso a los clásicos, como propone Josep Ma Rosanas. *** istmo ofrece un cálido agradecimiento a Agustín Llamas Mendoza, profesor del área de Entorno Político y Social y directivo del IPADE, quien presidió el Consejo de Dirección de esta revista. Apoyó e impulsó el Foro ISTMO, evento anual que ha crecido año con año, y la edición, también anual, de Alta Dirección Top Management, que recoge las investigaciones más destacadas de las áreas académicas del IPADE. Damos la bienvenida al frente del Consejo de Dirección a José Manuel Núñez Pliego, quien fuera rector de la Universidad Panamericana, campus México y colaborador y consejero de istmo desde 2004. Valoramos su disposición y entusiasmo para iniciar una nueva época. Por último, istmo informa a sus lectores que varió las fechas de edición; se mantiene la periodicidad bimestral, pero empieza el año con febrero-marzo y termina con diciembre-enero.

Andrea Moreno

dirección general

Andrea Moreno Herrero anmoreno@up.edu.mx dirección comercial

Israel Reyna Abud ireyna@up.edu.mx redacción

Alejandrina Lincoln Strange Ochoa María Fernández Pellón Valdés diseño y arte final

Mónica Edith Manzano Islas Quetzal Romero Villanueva publicidad

Daniela Flores Basurto daflores@up.edu.mx Nelly Montes Otero nmontes@up.edu.mx relaciones públicas

Cindy Lucio Ramos clucio@up.edu.mx suscripciones

Ximena González Joven istmosuscripciones@up.edu.mx Franqueo pagado, publicación periódica. Permiso PP09-0080. Características 229651212. Autorizado por SEPOMEX. Certificado de licitud de título 1723; de contenido 997. Reserva de título No. 294-79. Expediente: 1/432”79”/1062, 13-VI-89. ISSN-1405-60ZX Imprenta Grupo INFAGON dirigir correspondencia y valores a:

Revista istmo Algeciras 66 esq. Málaga. Col. Insurgentes Mixcoac. México, DF CP 03920 Tel: 9116.6190 Fax: 9116.6193 istmo@up.edu.mx www.istmo.mx

Las opiniones expresadas en los artículos reflejan únicamente el pensamiento de sus autores. Ilustraciones, fotos y textos son exclusivos de la revista. Prohibida su reproducción total o parcial.

Circulación certificada. Registro No. 140/06 Editada por: CENTROS CULTURALES DE MÉXICO, A.C.

Abril-mayo 2014 Año 56, No. 331



Contenido Portada: Quetzal Romero y Mónica Manzano

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Abril-mayo 2014

ALTA DIRECCIÓN

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Crisis. Oportunidad para recuperar valores e identidad María Julieta Balart

El ser humano y las empresas necesitan, cada cierto tiempo, una sacudida, un fuerte estímulo exterior para recomponer su interior. En esas crisis nacen la inventiva, las estrategias y descubrimientos. La autora desglosa un texto de Einstein para abordar cómo las crisis llevan a conectarse con la esencia.

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En busca de la identidad empresarial perdida Josep Ma Rosanas

El autor propone rescatar y examinar algunos conceptos clásicos del management; rastrea su desaparición y plantea cómo reintroducirlos para mejorar nuestra sociedad.

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Cómo lograr que las PyMEs maximicen su potencial Connie Atristain Suárez

Las PyMEs son la columna vertebral de la economía mexicana, por su alto impacto en la generación de empleo y la producción nacional, pero urge mejorar su eficiencia operativa, variable competitiva indispensable en la economía global.

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Biblioteca Empresarial Romper paradigmas y cambiar al mundo Comentario de Roberto Rivadeneyra

El libro Economía para un planeta abarrotado, de Jeffrey Sachs, asegura que urge replantear las nociones de mercado, poder y sobre todo cooperación internacional para así eliminar la disparidad y reducir el impacto del hombre sobre el medio ambiente.

28

Dilemas éticos empresariales

Una mentira lleva a otra. ¿Vale la pena enfrentarse a una demanda y al riesgo de perder la carrera profesional por obtener un ascenso?

COLOQUIO

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Humanos «on demand» ¿Podemos elegir nuestro proceso evolutivo? Héctor Velázquez Fernández

Los vertiginosos adelantos de la biotecnología llevan ahora al hombre a preguntarse si debe resignarse a sus incapacidades funcionales, sus límites naturales o intentar superarlos y recrearse a sí mismo perfeccionando facultades físicas y mentales.

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El hombre ¿rata de laboratorio? Evandro Agazzi

Como todo, la ciencia se puede utilizar para el mal o para el bien. La ciencia, la búsqueda del conocimiento y la verdad no requieren juicios ni límites morales, pero sí el actuar humano, cuyos medios o fines pueden ser no éticos.

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Mendigos de la dignidad humana Rafael García Pavón

El autor se vale de la película Blade Runner para explorar algunos interrogantes que sin duda surgirán en caso de que algunos humanos puedan modificar o producir a otros humanos. La singularidad y la dignidad estarían en grave riesgo.


94 EL BUEN VICIO

MISCELÁNEA

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Amistad. Suma alegrías y resta penas Francisco Ugarte Corcuera

¿En qué medida los amigos pueden intervenir para que cada persona logre su felicidad? Nadie puede desarrollarse solo ni alcanzar la plenitud, sin la amistad, la felicidad sería imposible.

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Niños migrantes: nuevos protagonistas del cine mexicano Alma Delia Zamorano Rojas

Por décadas, el cine mexicano abordó el tema de los migrantes y los victimizó para desalentar el éxodo, pero ahora es frecuente que rostros infantiles protagonicen ese anhelo por reunirse con familiares o por encontrar una vida mejor.

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¿Cómo pensar como Sherlock Holmes? Elemental, querido lector Santiago Velázquez

«Deducir es sacar todo el partido al desván del cerebro», dice María Konnikova, autora de un libro que analiza cómo funciona la mente del célebre investigador. Su sistema de pensamiento se opone al de Watson, que, por desgracia, es la más común entre nosotros.

NOVELA Huesos en el jardín Henning Mankell ESTUDIO La ópera. Una historia social Daniel Snowman BIOGRAFÍA Francisco, el Papa latinoamericano Luis-Fernando Valdés y Antonio Briseño-Templos. NOVELA Pan, Educación, Libertad Petros Márkaris ESTUDIO Rituales Literarios Gabriel Weiz ANTOLOGÍA 25 minutos en el futuro. Nueva ciencia ficción norteamericana Pepe Rojo y Bef ESTÉTICA Colegiala Osamu Dazai NOVELA El crimen del lago Qiu Xialong INVESTIGACIÓN Los adolescentes del siglo XXI Roxana Morduchowicz NOVELA Don Juan Alessandro Baricco MEMORABLE Odisea Homero CINE Doce años de esclavitud Director: Steve McQueen

LAS MANÍAS DE ZAGAL

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Metanfetamina de hermoso color azul

Zagal muestra el paulatino deterioro moral que experimentan algunas personas expuestas a situaciones límite. Condición que encarna el personaje Walter White, de la serie Breaking Bad, un hombre de clase media al que desafortunadas circunstancias lo orillan a corromper su carácter. Lo más alarmante, Walter cae bien al público.

YA BASTA DEL ¡YA BASTA! URGE GENERAR CONCIENCIA CIUDADANA


Lo que tú opinas TRABAJO MERITORIO

Tus comentarios son muy importantes, ¡escríbenos! istmo@up.edu.mx Algunas opiniones se extraen de la página web istmo.mx y se adaptan al formato impreso.

LECTURA QUE MOTIVA «Emprendedores de alto impacto» de Jorge Peralta es sin duda, uno de los mejores artículos que he leído (istmo 319), se explica la situación de México y me identifico con la idea sobre el emprendedor de alto impacto. Este tipo de lecturas me hace seguir adelante.

Valoro mucho el artículo «Mobbing. Acoso laboral» de Carlos Rodríguez (istmo 309), me parece de vital importancia este tema. Yo me dedico al coaching con una metodología que integra el bienestar y la calidad de vida de las personas, su texto me ha sido muy útil. Felicidades, hacen un trabajo valiosísimo. Begoña García

Muchas gracias. Álvaro Ramírez

CULTIVAR DESDE LAS BASES CIENCIA Y ESPIRITUALIDAD Definitivamente nuestros científicos se acercan cada vez más al origen y causa de la existencia universal. Sin embargo, cada paso arroja sobre nosotros un nuevo misterio. La humanidad nunca podrá avanzar en este sentido mientras se afane en mantener dividida la ciencia de la espiritualidad, ambas en su esencia más pura. No estoy de acuerdo en que la existencia tenga su origen en la simple casualidad, pero tampoco creo que se haya originado como lo sugieren dogmas y fábulas religiosas (el lector comenta el artículo «El bosón de Higgs: ¿La partículas de Dios?» de Héctor Velázquez, istmo 322). Luis Fernando Murguía

LÍDERES DE LA HISTORIA Es importante saber que a lo largo de la historia humana han existido líderes con diferentes formas de ser (el lector comenta el artículo de Mario Gensollen «El mito del líder», istmo 274), que se encargaron de cambiar paradigmas y así pulieron nuestra identidad y personalidad para asumir el liderazgo. Augusto Villalba

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Excelente diagnóstico, estudio y conclusiones de Alejandra Moreno en su artículo «Reconocer y promover el talento femenino. Imperativo para el siglo XXI» (istmo 325). Es esencial sembrar, desde las bases, la relación familia-escuela-empresa y tomar como principio los paradigmas clásicos, reinventar nuevos modelos relacionales hombre-mujer y «crear un nuevo modelo de familia» que sea socialmente responsable como institución básica. Diego Soria


ME INCOMODÓ MUCHO ESE TEXTO He leído varios artículos o notas en las que no necesariamente comparto la opinión del autor, pero en este caso, el artículo de Héctor Zagal «El deporte al banquillo» (istmo 306) francamente me incomodó profundamente. Claramente existen ejemplos donde el deporte se ha llevado a un grado de comercial y de manipulación lamentable, pero no se pueden hacer generalizaciones absolutistas como las que encontramos en este texto: el ejercicio no es malo, ni hitleriano o fascista. El autor no deja espacio para la solidaridad que modera al espíritu. El ejercicio no es sólo para jugadores profesionales o atletas de alto rendimiento, por lo tanto es mucho más que un espectáculo masivo o de televisión. El deporte ayuda al desarrollo integral del ser humano pues abarca el ámbito: espiritual, intelectual y físico. Forma el carácter, pues demanda disciplina y sacrificio. Es mucho más que un circo para el pueblo. El deporte, más que verlo, hay que practicarlo. Javier Cayon

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RESPUESTA Javier: El quid del artículo es que en la sociedad creemos que el deporte es escuela de fortaleza, porque pensamos que la fortaleza tiene que ver con el esfuerzo físico. La fortaleza tiene que ver más con el dominio del miedo. Por ejemplo, el médico que domina el temor a contagiarse para curar al enfermo, o la persona que domina su afán de lucro para pagar un sueldo justo. El deporte nos entrena físicamente, pero no es la escuela por excelencia de la compasión.

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Lo que tú opinas EL CAMBIO ESTÁ EN NOSOTROS Es común que los directores, dueños o socios tengan conocimiento de estos actos de corrupción y las excusas que son una «prestación o compensación» por los sueldos que pagan (el lector comenta el dilema ético empresarial «Las ¿«indispensables» mordidas?», istmo 319). Cada uno es responsable de alimentar o no estas cadenas de corrupción, lamentablemente en México, y en otros países, se acostumbran a que esto sea lo «normal». Como dice el asesor Rodrigo Villaurrutia: puedes dar a pensar que aceptas y colaboras con actos de corrupción en éste y otros negocios, «no quieras resultados diferentes haciendo siempre lo mismo».

POR UN FUTURO PROMETEDOR

Me gustó mucho el artículo «La migración como esperanza de mejora» de Nora Ampudia (istmo 309), me parece un análisis claro y concreto de los hechos que dan mucha idea sobre el tema. ¡Muchas gracias y enhorabuena por su artículo! Luly Mercado

Antonio Izquierdo

En Twitter En Facebook Relevos en istmo Estimados seguidores, Les informamos que Patricia Montelongo se retira de la dirección general de ISTMO después de laborar en la institución por 40 años. En su administración se enfrentó a diversos retos de la industria editorial para mantener a la revista, fundada por Carlos Llano, en el gusto de sus lectores. Andrea Moreno, quien desde 2010 se desempeñaba como coordinadora editorial, ocupará la dirección. Por su parte, José Manuel Núñez, quien fuera rector de la Universidad Panamericana por nueve años, asumirá la presidencia del consejo de dirección de ISTMO, para dar visión al proyecto editorial icono de nuestras instituciones. Comentarios: Chavira Chavira Chavira Mucho éxito en sus proyectos a la licenciada Montelongo y los mejores deseos para la nueva administración. Saludos

Óscar Pujol Sin duda un trabajo titánico el de Patricia, mucho éxito al nuevo equipo. Es una revista única en su género en este país y todavía hay que darla a conocer en muchos sitios.

Miriam Pinelo Gracias Paty y bienvenida Andrea, un gran reto y oportunidad para todos, inclusive para los lectores.

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@rob_rob_ Buenísimos artículos!! @revistaistmo @PavoGomezOrea Artículo interesante de @jlopezaguirre en la @revistaistmo Un tema que es para reflexionar pic.twitter.com/z3sXngN8Go @PavoGomezOrea Aquí les dejo mi artículo en @revistaistmo sobre #montañas y #emprendedores ahí sale @javiertorresag @diegogum pic.twitter.com/509WlAWuBv (nota publicada en el boletín de la agrupación de alumni de la Universidad Panamericana Tiempo UP Guadalajara No. 95) @UPMexico @Raff_Cruz_V un grande de la música. Te recomendamos http://istmo.mx/2006/07/el_pentagrama_ del_loco/ … (vía @revistaistmo) @ComUPMx Vuelan las felicitaciones a Andrea Moreno, exalumna nuestra, quien acaba de ser nombrada directora de la @revistaistmo @CarlosGQC @revistaistmo subirán la revista digital del mes de enero en el portal? saludos. @revistaistmo Hola @CarlosGQC istmo.mx actualizado. Desde este año movemos periodicidad a feb-mar, abr-may... gracias por exigirnos, trabajamos por ustedes


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Crisi oportunidad para recuperar

valores e identidad La identidad de cada empresa está atada a la identidad personal de sus directivos y empleados sometidos a la presión de la racionalidad económica: nada vale por sí mismo sino por su utilidad. Cuántas empresas son cuerpos con cabeza pero sin corazón. En sus escritos, Albert Einstein confirma que el humano repite errores, quizá valga la pena detenerse a reflexionar de vez en vez sobre lo que de verdad es importante.

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Licenciatura es en Ciencias Económicas y Empresariales (Universidad Nacional de Córdoba). Máster en Administración de Empresas (Universidad Autónoma de Madrid) y en Recursos Humanos (Comillas Pontifical University). Socia Directora de AGAMA CONSULTORÍA Y APRENDIZAJE, S.L.

María Julieta Balart

«N

La verdadera crisis es la incompetencia.

o pretendam o s que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede suceder a personas y países porque trae progresos. »La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. En la crisis nacen la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien la supera, se supera a sí mismo sin quedar “superado”. »Quien atribuye a las crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El problema de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. »Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. »Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de eso, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.» Albert Einstein

La crisis trae incomodidad

El problema de personas y países es la pereza para encontrar salidas y soluciones, la tragedia de no querer luchar por superarla.

Es una pena reconocer que el ser humano necesita cada cierto tiempo una sacudida, un empujón, un fuerte estímulo del exterior para recomponer su interior, recordar qué es de verdad importante, reordenar las prioridades, tomar conciencia de qué está haciendo

y cómo. En suma, para recuperar la referencia «olvidada» de quién es y para qué está aquí. Cada crisis trae incomodidad, dolor, angustia y sufrimiento, pero también sirve para poner las cosas de nuevo en el lugar que habían perdido. La crisis es cambio, oportunidad, momento para reflexionar, reinventarse y continuar el camino desde una nueva posición. Me voy a permitir desglosar un escrito de Albert Einstein sobre la crisis que me parece de impresionante actualidad, lo que confirma que el ser humano repite los errores, aprende poco de la experiencia y eso hace que se repita una y otra vez la misma historia. Ya es hora de que nos preocupemos por elevar el nivel de consciencia individual y colectiva.

DE LA ARROGANCIA A LA IGNORANCIA

«No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo». Hemos creído que lo sabíamos todo; tanto avance tecnológico y científico nos ha hecho sentir, de alguna manera, omnipotentes y sabios, con una capacidad de dominarlo todo. Sin embargo, cuando suceden desastres naturales, cuando no podemos evitar catástrofes, volvemos a tomar conciencia de nuestra condición humana. Hemos hecho de la ciencia una apoteosis y «despreciado» los planteamientos de filósofos, místicos o de grupos simplemente orientados al desarrollo

espiritual. Durante siglos el pensamiento cartesiano ha tenido más «caché» y solo lo científicamente probado se consideraba como verdadero, dejando lo que no podía demostrarse como falso o falto de sustento. El ser humano ha conseguido crear tecnologías que salven vidas o que las hagan más fáciles, sin embargo, todavía no logra hacer esas mismas vidas más plenas o felices. Tenemos muchos conocimientos sobre las cosas, pero nos conocemos poco a nosotros mismos. Estamos confundidos, hemos olvidado que el ser humano es un ser espiritual que para estar bien necesita una estructura de valores y orientar su comportamiento hacia los demás. El hombre actual se está convirtiendo en un instrumento más de producción, con una baja autoestima. Se va haciendo constantemente preguntas sobre el sentido de su vida, pero se ha precipitado, aun sin proponérselo, en los fondos de la soledad y la incomunicación.

DE LA APARIENCIA A LA ESENCIA

«La crisis es la mejor bendición que puede suceder a personas y países porque la crisis trae progresos». La sociedad del «bienestar» –económico– llevó al ser humano a olvidarse de su ser (enfoque espiritual) y centrarse más en lo humano (enfoque material). Es decir, se preocupó más de 331

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lo material, lo tangible, y fue dejando de lado valores, principios y caminos que llevan a conectar con la esencia. La racionalidad económica y pragmática lo ha invadido todo. Nada vale por sí mismo sino por su utilidad. El otro no es, de entrada, un ser humano, sino un probable competidor. La obra de arte no deslumbra por su belleza, sino por la ocasión de invertir que representa. Estudiar no es un placer, es un trámite para ganar más dinero. Sólo lo numérico y cuantificable –lo aparente, en suma– es objeto de complacencia.

crisis donde nacen la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias». Si observamos a nuestro alrededor vemos que se categoriza en dos casi todo: lo político, lo social, lo geográfico, las personas y los conceptos. Hablamos de izquierda o de derecha, de pobre o de rico, de norte o de sur, de buena o de mala, de lo uno o de lo otro, etcétera. Tendemos a escindir en dos para que así resulte más fácil escoger una postura entre opuestos. La decisión entonces es solo dicotómica: si se está a favor de uno, se está en contra de otro.

donde nadie percibe nada, ampliar la mirada. Abandonemos esa necesidad tan arraigada de la bipolaridad, de centrarnos en lo que nos separa más que en lo que nos une, busquemos el complemento, la armonía, comprendamos que todo lo que existe tiene un sentido y que buscar la valía intrínseca de las cosas o de las personas nos ayudará a mantener en equilibrio los sistemas. Rechazar al opuesto es lo fácil, encontrar en él lo que aporta al equilibrio es creativo, y la creatividad es un camino imprescindible para afrontar las crisis.

La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura.

«Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado». Hemos vivido durante muchos años en la sociedad del bienestar, que nos proveía de todo y que hizo de nosotros unos seres autocomplacientes, cómodos y temerosos de salir de la zona de confort en la que estábamos inmersos. Nos es más fácil buscar la seguridad fuera en lugar de enfrentarnos a nuestros miedos. Nos acostumbramos a exigir cambios fuera para sentirnos seguros, en lugar de trabajarnos personalmente para hacernos más fuertes, más conscientes, más responsables, en suma, para crecer como personas, buscando el desarrollo de nuestro ser, único y verdadero camino para conseguir mejoras en el hacer y en el bienestar. En lugar de enfrentarnos a nuestros miedos y aprender a tolerar la frustración, aceptar el fracaso y afrontar el rechazo en la relación con el otro, hemos creado una forma de comunicación interpersonal que evita la comunicación cara a cara. El uso excesivo de la tecnología (los mails, las redes sociales, los blogs) ha hecho languidecer la comunicación interpersonal; las personas se han convertido en consu-

En la crisis nacen la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Vivimos en una sociedad que se enfrenta a una crisis de valores, una sociedad en la que lo más importante es tener y donde se promueve el consumismo, dejando a un lado el valor del ser. En el mundo de la consultoría, por ejemplo, se llegó a valorar más la marca, el marketing y la «parafernalia» que rodea un proyecto de formación que lo que de verdad se pretendía conseguir con él. Fue una época en la que quien más cobraba, más valía, quién más salía en los medios, más sabio era, aunque lo que dijera fuera igual –que lo dicho por él mismo tantas otras veces–, o por personas o empresas cuya estrategia fue siempre el fondo y no la forma. Hemos vivido durante muchos años bajo el lema «tanto cuestas, tanto vales» y quizás esta crisis produzca un cambio a «tanto vales, tanto cuestas».

DE LA AMBIVALENCIA A LA POLIVALENCIA

«La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la

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No deja de resultar una postura cómoda en la que hay que pensar poco y decidir menos aún. De esta manera no es necesario analizar, comprender, integrar, valorar, sólo optar, como hace la máquina en el sistema binario. Sin embargo, ni las situaciones ni menos aún las personas pueden reducirse a tal nivel de simpleza: entender cualquier problemática requiere un análisis más global, más complejo o más sistémico, que nos permita entender que cada parte influye en las demás y de una manera no tan lineal; dependerá del momento, de las circunstancias, en suma, del entorno en el que se encuentre. Pero para poder hacer eso es necesario ver las cosas mentalmente con una visión más amplia, estar emocionalmente abierto a comprender y ser conductualmente creativo para buscar puntos de encuentro entre los opuestos aparentes. La creatividad, competencia tan necesaria en épocas de crisis, requiere no rechazar ideas o conceptos sino integrarlos, implica descubrir algo

DEL TEMOR AL DOLOR


midoras de palabras sin un ejercicio activo del diálogo. Creemos que comunicar es exponer unilateralmente nuestras ideas, perdiendo la riqueza del intercambio real.

DEL VICTIMISMO AL PROTAGONISMO

«Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más los problemas que las soluciones». Han sido muchos años de observar en los seminarios de empresas el importante grado de insatisfacción de las personas y de escuchar comentarios centrados en lo que les falta por encima de lo que tienen: «el salario no es suficiente, el trabajo es demasiado, el jefe es un incompetente, la empresa…», etcétera, en suma, las personas se sienten mal y tienen un montón de razones «objetivas» para ello. La crisis está poniendo hoy las cosas en su sitio: las personas empiezan a ver a su alrededor mucha gente sin empleo, que ahora que no tiene trabajo, reconoce que el anterior no era tan malo. Ahora se empieza por fin a valorar lo que siempre tuvo valor, pero que la actitud de insatisfacción permanente o de falta de agradecimiento por lo existente, imposibilita valorarlo. Ya es hora de que dejemos de responsabilizar al entorno del propio vacío interior, que no se llena con más dinero, con mejor trabajo o cambiando el entorno: solo puede desaparecer tomando conciencia de que somos los protagonistas de nuestra vida y, por ello, los responsables de cómo vivirla.

Que depende de nuestra actitud decidir si nos centramos en lo superfluo o en lo importante; que podemos elegir sufrir por no tener todo lo que deseamos, en lugar de agradecer lo que poseemos. En suma, está en nosotros abandonar la desidia y el desánimo que se sienten cuando se tiene todo y no se sabe apreciar, de enfrentarse a la angustia de tener una vida llena de posesiones y, sin embargo, sentirse vacío.

DE LA RAZÓN A LA PASIÓN

«La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El problema de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones». Otro aspecto importante dentro de esta crisis de valores es el predominio de la actividad mental y el poco desarrollo de las emociones, que se fomenta día a día con la enorme cantidad de información disponible a través de los medios de comunicación e internet. Esta crisis se manifiesta en todos los aspectos de la vida humana: en el modo de hablar, de relacionarse con los demás, en la forma en que se quiere acumular todo, ya sean posesiones materiales, información o hasta personas, tanto en el ámbito personal como en el profesional. La razón ha primado en la forma de liderar, en la manera de gestionar y de prestar los servicios en general en el mundo empresarial. Solo merecía la pena prestar atención a lo que la lógica numérica decía que era rentable, o que aportaba un beneficio a la compañía. Incluso en la Banca se analizaba en profundidad la rentabilidad del cliente y, en función de ella, se definía el precio

a darle, llegando a rechazar clientes porque no eran rentables. Como una vez dijo un director de banco, alumno mío, al respecto: «yo tengo muy clara mi gestión del tiempo con los clientes: 1 millón, 1 minuto», se dedicaba más tiempo al cliente que más dinero tenía. En el mundo de la consultoría hemos visto cómo se disfrazaban los proyectos, dando una apariencia de orientación al cliente externo o interno, sin una preocupación verdadera por su bienestar. Por otra parte, muchas organizaciones definieron unos valores rimbombantes que no se reflejaron en el comportamiento diario de su personal. Esto ha sido así, desde mi punto de vista, porque el comportamiento tan transaccional que se tuvo durante muchos años ha hecho que se perdieran los valores, que se diluyese el leit motiv de las acciones. Por ello también ha sido necesario poner de moda la «gestión del compromiso», como una manera de comprar voluntades para sustituir la falta de pasión o de ilusión producida cuando las personas ven en las empresas una falta de compromiso real con la sociedad o con el medio ambiente. Tenemos empresas que son cuerpos con cabeza pero sin corazón. Con lo cual no es de extrañar que las relaciones interpersonales entre sus miembros sean también, por lo general, superficiales, sin ningún tipo de compromiso. Esto no significa que tengamos que procurar relaciones significativas con todas aquellas personas con las que convivimos en la empresa, pero sí es necesario comprender que, por muy individualista que un hombre pueda llegar a ser, para lograr su autorrealización es imprescindible que se relacione con los demás. Los valores no sólo son una cuestión personal, sino que repercuten en todos los ámbitos de la sociedad. Ésa es la razón por la que una crisis de valores a nivel personal se refleja en la sociedad en su conjunto y se constituye en un problema social, del cual se derivan acciones y conductas poco éticas que 331

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vemos día a día en nuestro entorno, tanto en la política como en la economía y en el mundo empresarial.

DEL MIMETISMO AL ECLECTICISMO

«Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En lugar de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla». A muchas personas les cuesta reflexionar sobre lo que sienten, piensan y hacen y les resulta más fácil imitar los comportamientos de los demás. Con ello se ahorran el trabajo de tomar verdadera conciencia de lo que hacen y por qué lo hacen; de esa manera no se sienten responsables de sus actos, sino solo víctimas de las circunstancias. Mimetizarse con el otro representa, entonces, una forma de protegerse ante el entorno evitando el riesgo de ser diferente. Ese temor a distinguirse hace que la mayoría de las personas se mimeticen con las actitudes negativas de los demás, adopten las visiones pesimistas de la realidad que tienen muchos. Es más fácil ver todo lo negativo que hay fuera, en lugar de entender que esa necesidad está provocada para no ver lo negativo dentro. Se ha perdido en cierta manera el pensamiento independiente: se piensa con el pensamiento de otros, que es lo mismo que no pensar. Existe una presión social que exige una sumisión automática en nombre de la eficiencia del conjunto. Con este planteamiento, para no resultar disfuncional, es difícil atreverse a buscar nuevas salidas o valores, originales y libres. No podremos mejorar el mundo desde esta postura. Ahora es el momento para dar paso al eclecticismo: en lugar de separar y luchar contra la opinión del otro, se trata de procurar conciliar lo mejor de cada uno. No se pueden armonizar las relaciones desde una visión negativa, no se puede profundizar en el otro si nos dejamos llevar por los co14

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La creatividad, competencia tan necesaria en épocas de crisis,

requiere no rechazar ideas o conceptos sino integrarlos, implica descubrir algo donde nadie percibe nada, ampliar la mirada. mentarios generalizados de los demás. Hay que atreverse a disentir, a opinar, a poner luz en las sombras, a actuar bien, aunque la mayoría lo haga mal. Sólo desde la decisión personal de no actuar como los demás, sino de la forma que nos haga mejores personas y profesionales, podremos hacer realmente un cambio en la familia, en la empresa y en la sociedad en su conjunto.

DE LA ESTÉTICA A LA ÉTICA

Estamos sometidos todos los días a noticias que descubren la falta de valores y de comportamientos éticos por parte de quienes deberían dar ejemplo en la sociedad. Han caído y seguirán cayendo personajes que tenían buena estética social y a quienes les faltó ética personal y profesional. El gran riesgo es que la falta de ética de quienes deberían dar ejemplo generalice conductas también poco éticas del resto de las personas, por la falta de sensación de justicia. Por ello, ahora es más importante que nunca que cada persona coja el testigo de sus propios valores y no se sienta justificada a ser poco ética porque lo son los demás. La ética no se negocia, ni se compra ni se vende, la ética se siente y se ejerce de manera individual. La ética es un patri-

monio personal, la estética es para los demás, la estética debería ser el espejo de la ética, «la mujer del César no solo tiene que serlo, sino parecerlo», pero no al revés: se ha sido estético pero no ético, se ha utilizado la estética como simple hipocresía para aparentar lo que no sé es. Debemos cambiar esta sociedad, pero defendiendo nuestras posiciones individuales, que deben estar regidas por principios universales que nunca debieron perderse. Y para no sentirnos solos en esta cruzada, también debemos luchar por no dejarnos llevar por la estética de los demás y denunciar su falta de ética.

SIN CRISIS, NI DESAFÍOS NI MÉRITOS

«Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia». El ser humano está sumido en la superficialidad, sintiendo el vacío interior que le provoca la despersonalización y el vivir de cara al exterior, aturdido por las prisas, sin saber a dónde va y quién es en realidad. Pero como en el fondo no podemos sofocar esa llamada interna a ser coherentes en nuestro proceso de búsqueda de la felicidad, demos gracias a la crisis que nos sacude y nos demanda recuperar los valores como los únicos caminos para dar sentido a nuestra vida individual y colectiva. Los valores configuran nuestra esencia, nuestro ser, lo que nos hace únicos como personas y lo que nos une en torno a misma cultura empresarial. Nos hacen pasar de la teoría a los hechos, de lo especulativo a lo positivo, de lo abstracto a lo concreto, de lo frío y nebuloso a lo inmediato, vivo y candente. Espero contribuir con este artículo a esa transformación. Reproducción del original publicado en Nuevas Tendencias («La crisis: una oportunidad de recuperar valores y volver al ser», María Julieta Balart, Nº 90, junio de 2013)



Alta direcci贸n


Ingeniero Nuclear y Doctor Ingeniero Industrial (UPC, Barcelona), MBA (IESE Business School) y Ph.D. in Accounting and Information Systems (Northwestern University). Profesor de Control del IESE de Barcelona y miembro del equipo fundador y vicerrector de la Universitat Pompeu Fabra. Autor de Decision-Making in an Organizational Context: Beyond Economic Criteria y Towards a New Theory of the Firm: Humanizing the Firm and the Management Profession (coeditado con J.E. Ricart).

En busca de la

identidad empresarial perdida

El propósito de la organización de servir a las personas, se ha diluido con el tiempo. Para reconstruir una teoría de la empresa más realista, hay que volver a los clásicos. Rescatar, examinar y asumir conceptos que amplían una noción anterior con vigencia en la actualidad. Josep Mª Rosanas

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as organizaciones son una creación humana, y, por lo tanto, sus objetivos deben derivarse de las personas que las componen. Y si esto es así, las organizaciones adquieren una identidad, una personalidad que las diferencie de otras organizaciones. Ésta era una de las características fundamentales buscada hace más de medio siglo, pero se ha perdido o diluido en el transcurso de los últimos treinta o cuarenta años. Aunque el debate sobre los objetivos de la empresa es omnipresente, no siempre se enfoca a su verdadera razón de ser. Los argumentos del economicismo abstracto, pretenden, por ejemplo, que la empresa sólo sea un mecanismo de producir beneficios, o valor para los accionistas en su versión moderna. Una empresa debe responder a la satisfacción de las necesidades huma-

nas, pues es un instrumento de cooperación entre personas que va mucho más allá del enfoque economicista.

Back to The Basics: volver a los principios de la empresa

Las empresas en tanto son creaciones humanas no pueden existir más que para servir a los seres humanos. ¿Qué tipo de bienestar o de necesidades hay que satisfacer? A veces será un bienestar del que los individuos son perfectamente conscientes y otras veces uno del que no lo son tanto. En este sentido, los objetivos individuales de las personas no pueden realizarse plenamente más que en el contexto de la satisfacción de los de otras personas.1 Si en el título hablamos de una «identidad perdida» es porque en algún momento, la satisfacción de los

motivos individuales y la identidad de la empresa se veían como algo fundamental, tanto en la teoría como en la práctica de la dirección. En cambio hoy, aunque en parte siga presente, se reduce a una tendencia minoritaria. En un artículo reciente, el conocido profesor de dirección general de la Harvard Business School Joseph Bower, resume la historia de los cursos de su área. En esencia, consideraba que una vez diseñada una estrategia, ésta debía ponerse en práctica mediante una estructura de organización adecuada e inspirar en los empleados la motivación pertinente. El curso partía del siguiente esquema conceptual, en palabras de Bower: «El líder de la empresa era un director general cuya responsabilidad más fundamental era la 331

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«Institucionalizar» infunde carácter, personalidad o identidad a la organización. Integra a las personas en sus objetivos y las convierte en sus impulsores.

formulación del propósito (C. Barnard), la institucionalización (P. Selznick) y la construcción de una organización y sistemas para su puesta en práctica (Chandler), de manera coherente con las necesidades del mercado (C. Barnard) y las demandas de la sociedad (P. Selznick)». Quizá en esta breve descripción se eche de menos el concepto de identificación del empleado con la empresa (H. Simon), y que todo ello se lleva a cabo en el contexto de una racionalidad. Una racionalidad limitada, que no es capaz de analizar las cosas al 100%, y por tanto de obtener resultados óptimos, sino únicamente satisfactorios, pero racionalidad al fin y al cabo. En cualquier caso, este párrafo menciona y casi describe dos elementos entonces fundamentales en el estudio y la práctica de la dirección de empresas, y que están íntimamente relacionados: el concepto de misión (propósito, necesidades del mercado, demandas de la sociedad; procedente de Barnard) y el de identidad, llamado también carácter o personalidad (la institucionalización, procedente de Selznick). Por desgracia, unos años más tarde y sobre todo a partir de los 80, «a lo largo y ancho del mundo académico –incluida Harvard Business School– el trabajo en estrategia competitiva había ganado progresivamente en rigor. A la vez, la función de los directivos en el curso empezó a desaparecer, especialmente la del director general». Uno puede estar más o menos de acuerdo con esta descripción de Bower. Pero es indudable que en aquella época el papel de los directores generales se consideraba importante, y que tanto 18

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alumnos como profesores pensaban que de él se obtenía un punto de vista crucial para enfrentarse a los problemas del mundo real. A su vez, ello determinaba la responsabilidad y profesionalidad del directivo. Esta consideración prácticamente ha desaparecido.

Dos aportaciones distinas, una misma realidad

Si retrocedemos un poco más en el tiempo descubrimos dos aportaciones esenciales para entender la dinámica empresarial, que, aunque diametralmente opuestas, cada una refleja una parte de la realidad. De un lado, Ronald Coase, Premio Nobel de Economía, publicó en 1937 «The Nature of the Firm» (La naturaleza de la empresa), uno de los artículos más citados de la historia. Desde su perspectiva de economista, explica por qué existen las empresas si, como suelen afirmar los economistas, los mercados son óptimos para tomar las decisiones de asignar recursos en la economía. Coase argumentaba que existen transacciones que, si tuvieran lugar en un mercado a través de la mano invisible, tendrían unos costes mucho mayores que los que tienen en el contexto de una organización, a través de una mano perfectamente visible. Imaginemos que no existen las universidades. En teoría, un hipotético alumno podría contratar un profesor por horas que le enseñara lo que le interesa aprender, ponerse de acuerdo con otros alumnos para compartir los costes, alquilar una sala, contratar la luz y la energía de calefacción, etcétera. Pero es mucho más eficiente que exista

una universidad, gobernada por un rector que toma todas estas decisiones y pone su oferta docente a disposición de los posibles alumnos. La organización llamada «universidad» es más eficiente que el mercado para asignar este tipo de recursos. En este sentido, la idea de Coase es que la empresa existe para solucionar los fallos del mercado, que no puede atender todos los detalles porque hacerlo genera unos costes excesivos. Sería injusto ser muy crítico con Coase, pero es innegable que su punto de vista puede calificarse como «impersonal» y, si no se entiende bien, como «economicista». Según esta interpretación, la empresa sería sólo un conjunto de contratos eficientes que no tiene en cuenta a las personas que la componen. Pero sin personas, no puede haber personalidad ni identidad. En contraste, sólo un año más tarde, Chester Barnard, presidente de la New Jersey Bell Company, publicó The Functions of the Executive (Las funciones del ejecutivo), un libro que busca deducir las funciones de los ejecutivos, estableciendo primero los fundamentos de los «sistemas de cooperación», expresión que usa para referirse a las organizaciones. Barnard se da cuenta de lo difícil que es dirigir una empresa, de cómo muchas de ellas desaparecen con relativa rapidez y que sólo algunas municipalidades y universidades pueden presumir de sumar varios siglos a sus espaldas, y cómo sólo la Iglesia Católica es una organización más que milenaria. Esto lo decía en 1938, cuando las empresas tenían una duración relativamente larga en comparación con el momento actual. En los últimos años, algunas estadísticas muestran un alto índice de destrucción de empresas: al año ya han desaparecido 25% de las empresas creadas, a los cinco años desaparecen más de 50% de las empresas creadas y a los siete años, hacia 85%.2 Aunque las


estadísticas de este tipo de fenómenos nunca son completamente fiables (el nacimiento y la muerte «real» de una empresa puede ocurrir en un momento diferente al momento en que «legalmente» ocurren dichos fenómenos y se reflejan en las estadísticas). Barnard, sin duda, se horrorizaría si viera estos datos. Como buen directivo, era consciente de la dificultad que entraña crear empresas, de la enorme inversión en capital humano que requiere y de cómo todo este capital se volatiliza cuando la empresa desaparece. ¿Cómo se podía evitar que las empresas dilapidaran este capital? Barnard estableció dos principios que con frecuencia se pasan por alto, quizá por el sentido (algo inusual) que da a una de las dos palabras que usa: eficacia y eficiencia. En resumen, Barnard piensa que para durar y seguir rindiendo un servicio a la sociedad se precisa que las organizaciones sean eficaces y eficientes. Define la eficacia de la manera habitual: la capacidad de la organización de conseguir los objetivos que se propone (que incluirían los beneficios y otras variables como innovación, participación en el mercado, etcétera). Pero la eficiencia es para Barnard algo distinto a lo que se suele entender: una empresa es eficiente si satisface los motivos de los participantes en la misma, incluyendo a los empleados, pero también a los clientes y, en casos concretos, a algunos stakeholders, tan en boga hoy en día. Para Barnard, si una empresa es eficaz y eficiente podrá durar indefinidamente, ya que la eficacia garantiza la supervivencia a corto plazo, y la eficiencia la del largo plazo: si se satisfacen los motivos de los partícipes, éstos harán lo que puedan para que la empresa siga adelante. Muchos años más tarde, Carlos Llano (2010) lo formulaba en palabras algo distintas, pero casi equivalentes en la práctica. Toda empresa pretende ser útil a alguien (servir) y al mismo tiempo generar resultados positivos (ganar algo).

Entonces, si hablamos de empresas con propiedad deberíamos excluir los casos de instituciones que «ganan sin servir», las que «sirven sin ganar» y las que «ni sirven ni ganan», para quedarnos con las que «ganan sirviendo» o «sirven ganando». Eficacia y eficiencia a la vez.

Misión, personalidad e identidad

Veinte años más tarde, en 1957, el sociólogo Philip Selznick añadió una cuestión fundamental: el carácter o personalidad de las organizaciones que les hace pasar de puras organizaciones a instituciones propiamente dichas.

Deberíamos excluir a las empresas que

«sirven sin ganar» o «ni sirven ni ganan», para quedarnos con las que «ganan sirviendo» o «sirven ganando». Carlos Llano El proceso de institucionalización es lo que infunde carácter, personalidad o identidad a la organización como tal. Integra a las personas en sus objetivos y hace que éstas se conviertan en sus impulsores. Para entender esta institucionalización o «infusión de valor», como dice Selznick, es crucial el concepto de misión, que él introdujo en el lenguaje académico. Posteriormente se ha usado con profusión, aunque a menudo de forma poco consistente, poco útil y con fines meramente estéticos (Rosanas, 2013). Antes que Selznick, otros habían utilizado el término de una manera más informal. Gulick (1948) lo empleó en su acepción militar y Drucker (1954), en un sentido más genérico. Pero Selznick

le dio un contenido más institucional: para definir la misión, los líderes deben tener en cuenta: 1. Su forma de organización. Es decir, los esfuerzos, inhibiciones y competencias que existen en la empresa. 2. Las expectativas externas. Las que determinan lo que hay que hacer para que la institución sobreviva. La misión tiene, pues, dos aspectos fundamentales: desde el punto de vista externo, colmar una necesidad social que garantice la supervivencia de la institución en el futuro, esto es, la satisfacción de los motivos de los clientes (la eficiencia de la que hablaba Barnard). Y desde el interno, debe hacerlo a partir de una cierta personalidad que la haga especialmente capaz de satisfacer esta necesidad (lo que Selznick llama la «competencia distintiva»). De hecho, para fijar tanto la misión como el rol de la organización se toman en cuenta ambos y, una vez definidos, se crea una estructura «adaptada de una manera única a la misión y el rol» (Selznick, 1957). La integridad de la institución y su personalidad o identidad van más allá de los análisis clásicos de la eficiencia como objetivo organizacional. Según Selznick, construir y proteger la integridad y la identidad es quizá la función más importante del liderazgo: la identidad y la integridad defienden la competencia distintiva de la institución, lo que le permite sobrevivir a largo plazo. El principal enemigo de la identidad es el oportunismo, que aquí entendemos como la «búsqueda de ventajas inmediatas, a corto plazo, en una manera que no es adecuadamente controlada por consideraciones de principios y de consecuencias últimas». Obviamente, Selznick no es ingenuo y se da cuenta de que las organizaciones pueden y deben aprovechar las oportunidades que surjan, pero sin ignorar los efectos 331

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que puedan tener en el largo plazo. Un largo plazo que debe entenderse no como un mero problema de tiempo, sino que un posible cambio «afecta la identidad personal e institucional (…) y los cambios en carácter e identidad pueden ocurrir bastante rápidamente». El liderazgo es irresponsable cuando no establece objetivos y deja la organización a la deriva. Obviamente, las organizaciones pueden (y, en ocasiones, deben) cambiar. Pero si la dirección toma esta decisión, por ejemplo al entrar en un nuevo mercado, deberán hacerse cambios en la competencia distintiva y en la identidad. A partir de ese momento ésa deberá ser la prioridad de la dirección. El extremo opuesto del oportunismo es la utopía. La utopía trata de evitar tomar decisiones duras y escapa hacia las abstracciones. Una de las fuentes de la utopía es la «sobregeneralización» del propósito. Decir, por ejemplo, que el propósito es obtener un beneficio (hoy una de las expresiones más comunes en el mundo de la dirección, quizá bajo la fórmula del valor para los accionistas). Esta afirmación es demasiado general para permitir una toma de decisiones responsable. En consecuencia, a la hora de tomar decisiones concretas, se hace con criterios más realistas pero no controlados. Y así, se pierden la identidad, la competencia distintiva y la posibilidad de sobrevivir a largo plazo. Y para completar la visión general de la organización, hay que mencionar la necesidad de la identificación (Simon, 1947) y de los partícipes con los objetivos de la empresa. Para ello, los participantes deben tener un sentido de unidad y confianza mutua que sólo se derivan de un genuino anhelo por satisfacer las necesidades de los demás (sean clientes o compañeros de trabajo). Dicho de otro modo, para que se produzca identificación, la misión debe enfocarse a resolver los problemas reales de las personas. 20

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Es importante señalar que las necesidades reales de otras personas se deben considerar en el contexto de una racionalidad limitada, es decir, uno en el que ni las propias personas conocen muy bien cuáles son estas necesidades. De ahí el concepto de eficiencia en Barnard y la dificultad de dirigir.

¿Podemos volver a la identidad?

Desafortunadamente, los últimos decenios han ido en dirección contraria a lo que proponemos. El enfoque economicista ha dominado la teoría de la dirección y su influencia es negativa en la práctica (Ghoshal, 2005), posiblemente por una mala interpretación de Coase, o por sacralizar el «valor para los accionistas» como el objetivo único y máximo de la empresa. Pero esta interpretación reduccionista es técnicamente incorrecta, pues, si acaso, debería tomar en cuenta el «valor total de la empresa». Y además, no contempla ni las limitaciones de la racionalidad ni los objetivos de satisfacer las necesidades reales de los clientes y construir organizaciones con sentido de identidad. Se podría decir que impera una forma de oportunismo, que al predicar el valor para los accionistas, lo ha puesto en peligro, destruyendo la competencia distintiva. En la práctica de la dirección se da la siguiente paradoja: en general, en las últimas décadas mejoramos en los aspectos técnicos y, en cambio, nos olvidamos de que sólo los factores cualitativos que determinan la competencia distintiva garantizan la supervivencia a largo plazo y una rentabilidad adecuada a los accionistas, a corto y a largo. ¿Cómo podemos tener un sentido de identidad, de competencia distintiva, de personalidad organizativa que se adapte a las necesidades de un mundo cambiante? No parece difícil si nos dejamos guiar por algunos de los principios básicos que hemos repasa-

do. Los clásicos nos señalan el camino. Hay que reconstruir una teoría de la empresa más realista. Las ventajas inmediatas del oportunismo y la utopía no son una buena guía para la toma de decisiones. En cambio, sí lo es el tener las ideas claras sobre la satisfacción de las necesidades humanas y sobre la construcción de instituciones destinadas a ello y no a maximizar algún valor de nadie. Un análisis mucho más detallado de estas cuestiones puede encontrarse en Pérez López, J.A. (1993) 2 Los datos proceden de estadísticas norteamericanas anteriores a la crisis actual, del U.S. Census Bureau, Center for Economic Studies. Es de temer que los datos actuales sean peores. 1

Referencias Andreu, R. y Rosanas, J.M., 2012. Manifesto for a Better Management. A rational and Humanistic View, Capítulo 4 en Ricart & Rosanas (2012). También, versión española publicada por la Cátedra «Crèdit Andorrà» del IESE. Barnard, Ch. 1938. The Functions of the Executive, Boston, Harvard University Press. Bower, J. 2008. «The Teaching of Strategy: From General Manager to Analyst and Back Again?», Journal of Management Inquiry, 17(4) 269-275. Coase, R., 1937. «The Nature of the Firm», Economica, New Series, vol IV, pp. 386-405. Drucker, P., 1954. The Practice of Management, Harper and Row, Nueva York. Ghoshal, S., 2005. «Bad Management Theories are Destroying Good Management Practices», Academy of Management Learning & Education, 4 (1), págs. 75-91. Gulick, L., 1948. Administrative Reflections from World War II, Tuscaloosa, Al, University of Alabama Press. Jensen, M. 2001. «Value Maximization, Stakeholder Theory, and the Corporate Objective Function», Journal of Applied Corporate Finance, Autumn. Llano, C. (2010), «Ser del hombre y hacer de la organización», Ediciones Ruz, Naucalpan, Estado de México. Pérez López, J.A. (1993), «Fundamentos de la Dirección de Empresas», Ediciones Rialp, Madrid. Ricart, J.E., Rosanas, J., eds., 2012. Towards a New Theory of the Firm: Humanizing the Firm and the Management Profession, Madrid, Fundación BBVA. Rosanas, J.M., 2013. Decision-Making in an Organizational Context: Beyond Economic Criteria, Houndmills, Basingstoke, Hampshire, Palgrave Macmillan. Selznick, P., 1957. Leadership in Administration, Berkeley, Los Angeles and London, University of California Press. Simon, H.,1947 (1ª edición), 1997 (4ª edición) Administrative Behavior, New York, The Free Press.



Alta dirección

Cómo lograr que las

PyMEs

maximicensu potencial La mayor generación de empleo, tanto en economías emergentes como desarrolladas, viene de las pequeñas y medianas empresas, que se describen a sí mismas como «combustible de los motores de la economía nacional». Por ello es indispensable incrementar su eficiencia operativa.

Connie Atristain Suárez

M

éxico, es hoy un jugador preponderante de la economía mundial. La vecindad con la mayor economía del mundo (EUA) y el potencial de desarrollo interno, lo han puesto en la mira de inversionistas y estrategas económicos de muchos países. Recientes visitas de mandatarios de diversos países (Canadá, Estados Unidos, China, Israel…) muestran el interés y el potencial que revela nuestra economía. Esto, desafortunadamente, aún no se consolida en condiciones favorables

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para la población; por el contrario, le ha generado grandes desafíos, como la globalización que ha retado el desempeño de las PyMEs en México. La gran pregunta es y seguirá siendo, ¿cómo lograr que las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) maximicen su potencial? Sobre todo hoy, que en México se caracterizan por operar con bajas escalas de producción, utilizar tecnologías adaptadas, financiación que proviene de sus propias fuentes y que por lo general, los propietarios dirigen la evolución de la compañía con

una gestión empírica y centralizada en una persona. Algunas de las debilidades más notorias que afectan el desempeño y permanencia de las PyMEs mexicanas en el mercado de mediano y largo plazo son: • Fuerza de trabajo poco calificada, con escasa o nula preparación y bajo desarrollo profesional • Falta de información técnica • Falta de habilidades de gestión • Baja utilización de la capacidad instalada


Doctora en Ciencias Administrativas (ITESM). Maestría y licenciatura en Administración (ITAM). Autora del libro Organizational Performance and Competitiveness: Analysis of Small Firms. Profesor Investigador en la Escuela de Ciencias Económicas y Empresariales (ECEE) de la UP, campus México.

• Falta de sistemas administrativos modernos • Muy bajo nivel de capitalización Todo esto deriva en esquemas de operación con baja productividad debido a plantas y maquinaria obsoleta, estándares de calidad inexistentes o poco competitivos, reducidos márgenes de utilidad, poca capacidad para eficientar su rentabilidad y mínima para invertir en infraestructura y crecimiento futuro y sistemas de información poco competitivos. Además las PyMEs sufren los peores avatares económicos y pésimas condiciones crediticias; no han contado con una política pública que les permita sentar bases para fortalecerse. Aunque en los últimos trece años han sido políticamente reconocidas, las iniciativas gestadas por el Gobierno Federal no logran aún bases de desarrollo importantes. Mientras, por un lado, persisten los problemas internos, por el otro, las condiciones turbulentas del entorno económico, político y social de México, de las últimas dos décadas, no han favorecido su operación y crecimiento. El estancado desarrollo económico y las bajas oportunidades de empleo en México, ponen de manifiesto la necesidad de impulsar su eficiencia operativa y mejorar sus competencias porque son jugadores clave en el desarrollo económico del país. Concientizarnos de que el bajo desempeño de las PyMEs mexicanas, son una clara desventaja competitiva, que afecta a la generación de empleo y al desarrollo económico del país, nos lleva a señalar a la «eficiencia operativa» como una variable competitiva. En la medida que se implemente, mejorarán las oportunidades para el crecimiento empresarial, el empleo y el desarrollo económico del país (Figura 1).

MEJORAR LAS COMPETENCIAS

La eficiencia operativa se refiere a maximizar la utilización de recursos y capa-

cidades y minimizar desperdicios, para proveer al mercado productos y servicios de calidad a precios competitivos. La eficiencia operativa se centra en: • Identificar las deficiencias en los procesos productivos y mejorar y asignar los recursos para maximizar resultados. • Innovar en el diseño de nuevos procesos para aumentar calidad y productividad. Poner en marcha un sistema de eficiencia operativa genera un cambio organizacional relevante: comienza por optimizar los flujos productivos, partiendo del análisis y mejora desde la fase inicial en la configuración y definición de productos y servicios, hasta la fabricación y entrega al cliente. Requiere promover la participación activa de los empleados formando unidades de gestión orientadas a productos y clientes que pueden derivar en equipos de auto-gestión y organizaciones participativas y proactivas. Se deberá adoptar una estructura organizacional flexible que permita la comunicación eficiente y se analizará la participación de otros actores en la cadena de suministro y distribución buscando mayor eficacia. Se adoptan procesos de gestión de calidad y se invierte en personal calificado y en la

Figura 1

formación de los empleados. Todo con el fin de incrementar la productividad y rentabilidad de la empresa. Las medidas de eficiencia de las empresas, como la productividad laboral o la productividad total de los factores, varían mucho entre empresas y en todas las industrias. El tamaño de la empresa puede estar ligado a otros factores, como las capacidades tecnológicas y de gestión, que se correlacionan con la eficiencia. Se considera que las PyMEs tienen ventajas sobre sus competidores a gran escala, porque pueden adaptarse más fácilmente a las condiciones del mercado, debido a su naturaleza flexible. Lograr adecuados niveles de eficiencia es la mejor manera de mantener una posición competitiva. Impulsar la eficiencia operativa tiene un impacto directo en los márgenes de ganancia de la empresa, estrechamente relacionados con la eficiencia en costos, en cada una de las actividades de la «cadena de valor» o productiva de la empresa, generando, no sólo valor al cliente final, sino también a la organización misma. Mejorar la eficiencia operativa, incrementa las competencias en la organización, al generar mayores conocimientos, habilidades, y destrezas que se desarrollan en toda la empresa durante el proceso de transformación organizacional.

Ciclo de crecimiento económico

Eficiencia Operativa

Mejora de competencias

Desarrollo económico

Crecimiento del negocio

Generación de empleos

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Alta dirección

Lo alcanzado se manifiesta en el logro de capacidades competitivas necesarias para satisfacer las exigencias del mercado globalizado actual.

GENERAR EMPLEO Y MEJORAR EL DESARROLLO ECONÓMICO

Diferentes organizaciones mundiales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el Banco Mundial, han señalado que las empresas de rápido crecimiento, medido por las tasas de expansión del empleo, son actores clave en el crecimiento económico de los países. Reconocen el papel que en cada país desempeñan las empresas, en la recuperación económica regional sostenida por la generación de empleo. Entre ellas, se encuentran las PyMEs, cuyas tasas de generación de empleo neto, son mayores que las empresas grandes. Por ello, estas organizaciones mundiales, establecen el compromiso para impulsar el desarrollo de estas empresas como un elemento central de su estrategia para potenciar el crecimiento económico global, el empleo y el alivio de la pobreza en los distintos países. En las economías emergentes, como la de México, las empresas tienden a trabajar juntas para compartir sus competencias, reducir los diversos costos, consolidar los recursos limitados y aumentar su productividad, innovación y rentabilidad. La integración de estos factores favorece el empleo en el sector de las PyMEs y contribuye al desarrollo agrupado de este sector, ya que las PyMEs obtienen beneficios de las economías de escala y amplían sus límites de operación, que son características de la mayoría de las pequeñas empresas. Las pequeñas y medianas empresas contribuyen fuertemente al Producto Interno Bruto (PIB), con la fabricación de bienes o mediante la prestación de servicios a los consumidores y a otras empresas. Las PyMEs comprenden un número significativo de empresas 24

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privadas, fenómeno no particular de México, sino característica recurrente en diferentes países. En la actualidad, se considera que las PyMEs constituyen la columna vertebral de la economía mexicana, por su alto impacto en la generación de empleo y la producción nacional. Según datos del Censo Económico 2009 del INEGI, México tiene cerca de 3 millones 735 mil 347 unidades económicas privadas, de las cuales 4.8% son PyMEs que generan el 33.9% del Producto Interior Bruto (PIB) y 32.9% del empleo en el país. En general, hay mayor reconocimiento de la función trascendente que las PyMEs tienen en el desarrollo económico de un país, en relación a la función que desempeñan las grandes empresas. A menudo ellas se describen como «eficaces y prolíficas creadoras de empleo», «las semillas de las futuras grandes empresas» y «combustible de los motores de la economía nacional». Incluso en las desarrolladas economías industriales, el sector de las PyMEs, más que el de las multinacionales, es el mayor empleador. Contribuyen en gran medida a generar empleo en todos los sectores de la economía y el sector manufacturero es el mayor generador.

IMPLICACIONES GERENCIALES Y NACIONALES

Es indispensable mejorar la eficiencia operativa de las PyMEs para incrementar su rendimiento y su transición a mejores negocios. Las siguientes implicaciones gerenciales impactan sus estrategias actuales y futuras, en la mejora de la eficiencia operativa, las competencias y el incremento en la generación de empleo, potenciando así el desarrollo económico de México: • El crecimiento de la pequeña y mediana empresa debe ser con enfoque integral, verla en su conjunto, para lograr eficiencia operativa de los procesos de trabajo en todos los

niveles. Esto requiere alinear objetivos y metas con la operación de la empresa para alcanzar mayor competitividad. • El apoyo de políticas públicas junto al desarrollo de instituciones para fortalecer a las pequeñas y medianas empresas, es importante teniendo en cuenta el impacto en la generación de empleos y en el desarrollo económico del país.

PRINCIPALES DESAFÍOS

Los principales desafíos que enfrentan las pequeñas y medianas empresas se asocian a los cambios en sus procesos para ganar competitividad. Para ponerlos en práctica, la primera tarea es comunicarlos en la organización y motivar a los empleados. La globalización ha introducido la necesidad de una reingeniería estructural en el manejo de recursos y capacidades de las empresas, incluyendo los recursos humanos, financieros, tecnológicos y materiales, para atender los atractivos mercados masivos, con productos y servicios con estándares que cumplan con las exigencias actuales de la demanda. Para sobrevivir en esta competencia global, las PyMEs habrán de desarrollar nuevas competencias e implementar estrategias para reducir costos, mejorar la calidad y realizar nuevas inversiones. Se deben diseñar programas eficaces y planes de acción para alcanzar las prioridades competitivas, que son metas y objetivos que guían las acciones de gestión para mejorar las estrategias de fabricación, referentes a la planificación y control de los procesos, utilización óptima de capacidad instalada, implementación de sistemas de integración vertical, gestión de la calidad, incremento de capacidades y gestión de recursos humanos, entre otros. El logro de la adecuada implementación de estas acciones, fomenta la continua mejora de las competencias de servicio y fabricación.



Alta dirección Biblioteca empresarial

Romper paradigmas y cambiar el mundo ¿Es posible reducir la disparidad entre pobres y ricos? ¿Incrementar la prosperidad económica y, a la par, reducir el impacto sobre el medio ambiente? Jeffrey Sachs, experto economista, asegura que para responder a la nueva realidad global y conseguir tales objetivos urge replantear las nociones de mercado, poder y cooperación internacional. Roberto Rivadeneyra*

Economía para un planeta abarrotado Jeffrey Sachs Debate. México, 2013 527 pp

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uando en 2008 terminó de imprimirse la versión en inglés: Common Wealth: Economics for a Crowded Planet el mundo entraba en una crisis económica de la que, según expertos en el tema, aún no salimos. Fue casi profético el análisis que Jeffrey Sachs, director del Instituto de la Tierra, realizó sobre la situación de los capitales en el mundo y el panorama que se vivía a mediados de ese año. La traducción al castellano de Ricardo García Pérez pone al alcance de otros públicos un texto que conserva vigencia, cuya pertinencia es cada vez más evidente, al tiempo que la vertiginosa competitividad económica no cesa. Leemos de crisis alrededor de todo el mundo. En 2011, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó que el número de personas desempleadas en el mundo era de 205 millones, un máximo histórico. Estudios recientes del mismo organismo señalan que la situación económica mundial está lejos de vislumbrar un mejor horizonte. Desde 2008, el desempleo ha incrementado 40% o más en países como España,

Reino Unido, Estados Unidos, Serbia y Bulgaria. Con este telón de fondo Sachs señala que las sombrías predicciones de los expertos en economía están frente a nosotros, principalmente por cuatro razones: la presión humana sobre la tierra, un peligroso crecimiento de la población, la pobreza extrema y un clima político que se caracteriza por el cinismo, el derrotismo e instituciones «pasadas de moda». Sin embargo, advierte que aún se puede evitar la catástrofe si se atienden varios puntos por parte de los actores involucrados en la economía de nuestro siglo. ¿Y quiénes son esos actores? Todos.

¿CÓMO MEJORAR EL PANORAMA?

Divide el libro en cinco apartados: «Una nueva economía para el siglo XXI», «La sostenibilidad medioambiental», «El reto demográfico», «Prosperidad para todos» y «La resolución global de problemas». Edward Wilson lo describe así en el prólogo: «Nos ofrece lo que su título promete: un análisis diáfano, una * Maestro en Filosofía por la UNAM. Profesor del área de Factor Humano en el ICAMI y profesor de la licenciatura en Filosofía en el sistema escolarizado y el de Universidad Abierta de la Universidad Panamericana.


síntesis, una obra de referencia, un manual para el trabajo de campo, una guía, un pronóstico y un resumen de recomendaciones prácticas fundamentales para el bienestar de la humanidad». En la primera parte encontramos un análisis sobre los desafíos del desarrollo sostenible para preservar el medio ambiente, estabilizar la población mundial, reducir la brecha entre ricos y pobres y poner fin a la pobreza extrema. «El reto definitorio del siglo XXI –señala el autor– será afrontar la realidad de que la humanidad comparte un destino común en un planeta superpoblado». El segundo apartado aborda la insostenibilidad de la actual trayectoria de la actividad humana y propone canalizar una parte de nuestros modestos conocimientos y recursos hacia el desarrollo de tecnologías de «alto valor S» (renta producida por unidad de impacto ambiental). Para lograrlo debemos modificar algunos de nuestros hábitos, entre ellos, el uso de recursos naturales para subsistir. Para clarificar la problemática de la densidad poblacional tomaré el estudio que el propio autor realiza. Durante aproximadamente mil 800 años (del 1 al 1830 d.C.) el mundo creció de 230 millones de habitantes a mil millones. Sin embargo, los siguientes 175 años la población mundial se multiplicó por más de seis, alcanzando los 6 mil 500 millones de personas en 2005. Este desmesurado crecimiento apunta una consecuencia: cataclismo mundial de proporciones desconocidas. En la tercera sección, el autor ataca de manera frontal el problema del crecimiento demográfico, pues aunque la Economist Magazine –la más prestigiosa en el tema mundialmente– minimiza el problema demográfico, Sachs resalta el error de hacerlo y ofrece datos impactantes. Si no frenamos el ritmo de crecimiento poblacional, para 2050 seremos 2 mil 600 millones más. Sin embargo, los recursos naturales no serán

los mismos y escasearán. El panorama que esto arroja es fácil vaticinarlo. Lo peor se vislumbra en los países que padecen pobreza extrema, enfermedades, hambre y violencia. Para ello, el autor presenta nueve factores que buscan reducir el índice de fertilidad dirigida a los países más pobres: mejorar el índice de la supervivencia infantil, educación de las niñas, cualificación de las mujeres, acceso a servicios de salud reproductiva, la revolución verde, urbanización, aborto legal, garantías para la vejez y liderazgo público.

El reto que define al siglo XXI es afrontar la realidad de que

la humanidad comparte un destino común en un planeta superpoblado.

De estos puntos, el argumento más débil es el del aborto, pues da razones que son imposibles de cuantificar: si la madre rechaza y rechazará al niño no deseado, o si el aborto se practica con o sin el apoyo gubernamental. La educación sexual, por su parte, es un acierto. De hecho, impulsando este factor el aborto sería innecesario. La «prosperidad para todos» refiere al apoyo que los países ricos pueden brindar a los pobres. Insiste en que esto se logrará al ayudar a que la economía de los países subdesarrollados se acelere a la par de los desarrollados. Explica que el epicentro de los retos debe ser África, pues allí se dan cita los desafíos planteados por la geografía, la pobreza fiscal y la actuación gubernamental. Finalmente, Sachs enuncia cuatro tipos de inversiones básicas

para salir de la pobreza extrema: un fuerte impulso a la productividad del medio de vida principal, la agricultura; la atención a la salud mediante la creación de servicios sanitarios preventivos y curativos; la educación, y la infraestructura. En el cuarto y último apartado repiensa la política exterior. Considera que hoy ningún país está listo para abordar adecuadamente los retos planteados por el medio ambiente, la población y la pobreza global. Expone a Estados Unidos como una de las naciones más reacias a cooperar con el resto del mundo y modificar su política exterior. Ahora bien, no será el libre mercado el que resuelva los problemas, sino la capacidad de los sectores involucrados (privado, público y no lucrativo) de trabajar mancomunadamente. De esta manera, el doctor Sachs escribe un libro valioso por su capacidad de análisis y de mostrar, clara y firmemente, los puntos que tejen la trama en busca de una economía más justa. Quien tome entre sus manos el libro entenderá que el rumbo del siglo XXI depende de, continuar con las costumbres que desgastan al planeta, u optar por las soluciones que propone el autor. Es hora de repensar la economía de mercado que hasta el momento nos ha gobernado. Tal vez reinventar los conceptos bajo los cuales la entendemos. ¿Sería posible abastecer de humanismo al mercado? El mensaje final es muy claro: «si cooperamos con eficacia estas nefastas amenazas se pueden conjurar y podemos conseguir en las próximas décadas estos cuatro objetivos: energía y recursos sostenibles, estabilizar la población, el fin de la pobreza extrema en 2050 y el nuevo enfoque: cooperación». Moralmente es inadmisible que ignoremos nuestra colaboración por conservar el lugar donde vivimos. ¿O usted no cuida, limpia y resana su propia casa? 331

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Alta dirección

Dilemas éticos empresariales

dilema

Esta sección presenta dilemas empresariales buscando afinar el razonamiento ético. A cada problema sigue la respuesta de varios asesores que conocen y manejan los principios éticos y se mueven en el ámbito empresarial. Si tienes un dilema ético empresarial escríbenos a: istmo@up.edu.mx 28

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Cometí un error, ¿puedo repararlo sin salir afectado? Trabajo como perito en una compañía de seguros. Recientemente participé en el análisis de un accidente aparatoso en el que era evidente que se debía indemnizar al asegurado, sin embargo, para llegar a los objetivos planteados por mi jefe y conseguir así el ascenso que he deseado desde hace tiempo, argumenté que las lesiones que sufre el asegurado eran preexistentes, por lo que no se le reparó el daño. Los afectados interpusieron una demanda contra la compañía. Mi jefe habló conmigo y me sostuve en la postura previa, no me atreví a confesar la verdad. ¿Habrá alguna forma de resarcir el daño sin echar por la borda mi carrera?


los asesores sugieren Enfrenta tus faltas Una vieja historia: una mentira lleva a otra. La verdad siempre sale a flote más, si cabe, cuando en juicio del propio protagonista hay evidencia sobre la necesidad de la indemnización. Adicionalmente ya se ha entablado una demanda, donde seguramente se pedirá un peritaje de un tercero para probar que las lesiones no eran preexistentes. Una manera de resolver el tema es adelantarse y solicitar dentro de la propia empresa un dictamen de otro perito. Siempre cabe la posibilidad de reconocer que uno se ha equivocado. Existe otro camino, más arduo y costoso, pagar con recursos propios la indemnización de la que injustamente se ha privado. Felipe Jiménez

Filósofo dedicado a la docencia

En los zapatos del afectado Estimado perito, es una muy buena noticia que te plantees este dilema ético. Habla de que existe un nivel de conciencia (e incomodidad) que te mueve a hacer lo correcto. Todas las personas somos responsables de nuestros actos y los efectos que estos causen. La acción de mentir y provocar una injusticia en el asegurado es delicada. Aunque nadie supiera del tema, siempre lo sabrás tú y sí tiene un impacto en tu toma de decisiones futuras. Sugiero hablar con tu jefe, no sin antes pensar qué acciones pudieran disminuir el daño ya hecho (sobre todo al asegurado) y alternativas de resarcimiento del mismo. Parte de madurar es asumir la responsabilidad por los actos cometidos. Para tomar una decisión ética siempre ayuda hacer el ejercicio de pensar cómo me gustaría que actuaran si yo estuviera del otro lado, en este caso, el del asegurado.

El compromiso con la verdad Es prioritario que busques esa forma de resarcir el daño causado. En primer lugar habrá que ver en qué termina la demanda, o negociación que se está realizando con los afectados. Es posible que el resultado les sea favorable y, en ese caso, el daño a terceros quedaría reparado. Pero si la resolución no les favorece, estarías en un grave problema. Serías el responsable directo y único de otorgar esa indemnización. ¿Podría hacerse sin dañar tu carrera, con una reparación en la sombra, en oculto? Quizá, actuando con prudencia y sagacidad. Y si la única forma de reparar el daño fuera dañándote tú mismo, y renunciando a tu carrera, tendrías que estar dispuesto a hacerlo. En cualquier caso quedaría por repararse el daño por la mentira y deshonestidad que te causaste a ti mismo y a tu jefe. Será por tanto necesario aprender la lección y vivir en adelante una vida de honestidad y compromiso con la verdad. Esto siempre es posible, aunque cuesta, pero es la única forma de vivir con la dignidad que tenemos los seres humanos. Armando Reygadas

Abogado especialista en Ética de Empresa

Rodrigo Villaurrutia

Profesor de Ética de la Empresa

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Coloquio ¿Podremos los seres humanos modificar nuestra naturaleza y ser más inteligentes, más rápidos, más fuertes y atléticos? ¿Vencer nuestras limitaciones? Eso es justo lo que busca la corriente de pensamiento e investigación llamada transhumanismo, ir más allá de la naturaleza humana. No busca abatir la enfermedad o eliminar discapacidades; tampoco insertar chips en el cerebro o extremidades biónicas, sino trascender lo que somos, potenciarlo, apoyándose en la convicción de que hacerlo es bueno.


Doctor en Filosofía por la Universidad de Navarra. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Obtuvo el Science and Religión Award de la Fundación John Templeton. Autor del libro ¿Qué es la naturaleza? @hectorvelfer

Humanos «on demand» ¿Podemos elegir

nuestro proceso evolutivo?

La eterna inconformidad del hombre consigo mismo y la inquietud por lograr el humano que imaginamos genera el transhumanismo. Corriente de pensamiento que busca potenciar las facultades físicas y mentales, convencida de sus beneficios. Pero demanda absoluta libertad para experimentar en seres humanos con los riesgos que implica. Si se da, ¿podrá el hombre reconocerse en el espejo de su propia identidad? Héctor Velázquez Fernández

E

l cambio es compañero secular de la humanidad. La inconformidad ha sido tradicionalmente buena consejera para el ser humano: le ha inspirado las luchas sociales, el desarrollo de la medicina, la curiosidad astronómica, la conquista espacial o la creatividad artística. Pero ahora tal parece que toma otro cariz, y el hombre ya no puede esperar con paciencia lo que piensa que está en sus manos modificar. Y en estos sueños, el transhumanismo irrumpe como la oportunidad para acelerar el advenimiento de una nueva humanidad. Y porque es inconforme, el hombre se pregunta constantemente si debiera mantener estables sus propias construcciones culturales (sociedades, instituciones, reglas), o si ha de modificarlas según las necesidades y circunstancias en boga; pero al mismo tiempo, por insatisfecho, sigue buscando nuevas respuestas a la regularidad de los ciclos naturales físicos o biológicos, las reglas de composición química, o el ocurrir de las catástrofes. Ahora ha trasladado esa misma inquietud a la corporeidad.

EL TRANSHUMANISMO COMO MEJORA

¿Es acaso necesario resignarse ante la fuerza muscular con la que nos tocó en suerte nacer, o con el rendimiento metabólico heredado de nuestra carga genética familiar, o con nuestros patrones de crecimiento, de capacidad de resistencia aeróbica? ¿Acaso sólo queda acostumbrarnos a las debilidades, incapacidades o límites biológicos que parecen constreñir desde la corporeidad los ímpetus de la mente humana? Estas inconformidades e inquietudes gravitan ente las propuestas de modificación biotecnológica que sugiere el transhumanismo. Julian Huxley (hermano de Aldous Huxley, autor de Un mundo feliz), ha sido tradicionalmente señalado como la persona que acuñó la expresión transhumanismo en los albores de los años 60 del siglo XX, para designar la toma de conciencia de las posibilidades que la naturaleza humana tendría para trascenderse a sí misma. Es decir, la necesaria actitud que nos debería llevar a no conformarnos con las precariedades de nuestra propia condición natural, o con los 331

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Coloquio

fallos estructurales que enfermedades, actitudes violentas o destructivas que vienen incluidas con nuestro nacimiento.

PERFECCIONES INDIVIDUALES ON DEMAND

Los avances técnicos y la febril industria futurista despertó una ruta en la que la idea de progreso del siglo XIX no había reparado lo suficiente: la posibilidad de intervenir biotecnológicamente para llevar a cabo las modificaciones estructurales que nos permitieran ser los humanos que nuestra imaginación aventurara. La década de los 80 del siglo pasado fue prolija en encuentros, foros, formación de asociaciones, que reunidas en torno a estas ideas se fueron destacando como agoreros de la nanotecnología, la biología molecular, la cibercultura, como herramientas que permitieran anticipar qué alteraciones radicales era pertinente intentar en la naturaleza humana, en función de los avances científicos y tecnológicos a la mano. Y los años 90 vieron aparecer formalmente movimientos para proponer rutas críticas, mejor definidas, para que la investigación científica explorara el mejoramiento y modificación de la naturaleza humana. Nick Bostrom y David Pearce se convirtieron en los principales voceros de esta propuesta, al fundar la World Transhumanist Association, que reclama la urgencia de trascender nuestras categorías culturales y permitirnos la posible y deseable modificación que lleve a eliminar las limitaciones humanas fundamentales: envejecimiento, enfermedades e incapacidades, que puedan ser excluidas mediante mejoras sustanciales de nuestras facultades intelectuales, físicas y psicológicas. Se trata de implementar perfeccionamientos individuales, no de grupo o colectivas, sino on demand, diseñadas para cada organismo, de acuerdo a sus potencialidades y necesidades. Esto, bajo el supuesto de que no sólo habría una obligación moral de parte de los individuos que ahora, gracias a la tecnología serían capaces de transformar las condiciones físicas y biológicas del hombre actual, sino que además se trataría de una verdadera necesidad. Consideran preciso actuar, dadas las circunstancias de indefensión sanitaria, pandemias y males de diverso orden que hacen de la carencia física un factor de remarcada inferioridad humana frente a las condiciones del ambiente La idea es que el ser humano tome sobre sí el control de sus propios procesos evolutivos, y deje

en el pasado la idea de que la evolución natural haría surgir por sí misma después de varios millones de años nuevas capacidades, más eficaces y competitivas para sobrevivir en el entorno. La propuesta transhumanista pretende acelerar ese proceso evolutivo añadiendo un componente no existente en la evolución de las especies: la elección del objetivo evolutivo humano. En una propuesta de este tipo, no existe entre las disciplinas involucradas una que lleve la voz cantante. El método transhumanista es necesariamente interdisciplinar, progresista y liberal. La prospectiva es su herramienta de planeación, mediante simuladores informáticos con los que es más sencillo diseñar los pasos futuros a desarrollar en las transformaciones biomédicas y biotecnológicas. La realidad virtual, la inteligencia artificial, la nano y biotecnologías se conjugan para aportar nuevos futuros escenarios hacia los que el transhumanismo pretende que la ciencia haga llegar al hombre actual.

¿Debemos resignarnos a las debilidades,

incapacidades o límites biológicos?

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DE LO PERDIDO, LO HALLADO

Para el transhumanismo, no se trata de buscar ser mejores humanos, sino de trascender el concepto mismo de humano, entendido como el estado actual en el que la evolución biológica ha puesto al homo sapiens durante su desarrollo biológico. Por lo que los transhumanistas prefieren hablar de la búsqueda de un


estado más allá de lo humano, en última instancia posthumano: una vida más plena, sin enfermedades, más longeva, con esperanzas y calidad de vida jamás imaginadas, con mayor autoconciencia, En su esperanza, el transhumanismo se ha visto algunas veces apuntalado y muchas más, rebasado, por las propuestas de la ciencia ficción. Verdaderas extravagancias culturales han surgido de la imaginación futurista que convierte los pensamientos humanos en códigos binarios descargables en mega cerebros cuánticos que resucitan la conciencia de una persona, mucho tiempo después de fallecida, con sólo hacer una consulta digital. En su febril idealización, el transhumanismo imagina que la experimentación genética transforma las interfaces hombre-máquina en nuevos cyborgs vigilantes de la paz pública; o encuentra mecanismos de verdadera eugenesia que permiten avanzar hacia nuevas esperanzas de vida, aunque ello conlleve las medidas extremas de deshacerse de lo humanos que de cualquier modo no sobrevivirían, como los indigentes, enfermos terminales o parias sociales. Pero la imposibilidad de cristalizar hoy las más imparables ocurrencias cinematográficas o literarias futuristas, no obsta para que el transhumanismo insista en avanzar firmemente hacia las condiciones reales que sí estén a nuestro alcance y permitan conseguir paulatinamente el advenimiento de una humanidad 2.0. Por ello postulan que, mientras las restricciones bioéticas impidan los desarrollos de protocolos de investigación donde se involucre experimentación en seres humanos, las diversas etapas del futuro transhumano jamás podrán obtener los resultados buscados. Las versiones más radicales del transhumanismo fundamentan su demanda de eliminar toda restricción de la experimentación sobre humanos, en que no podemos privar a la humanidad futura de conseguir beneficios rentables para las generaciones de humanos venideros, que tienen el mismo derecho que los actuales a recibir los beneficios de una vida mejor, obtenida mediante la transformación y mejora biotecnológicas. Todo ello, argumentando una pretendida valía intrínseca de cada persona actual, llamada dignidad.

El argumento transhumano es claro: impedir la experimentación actual en humanos priva del beneficio del acceso a la ciencia del mañana a una humanidad futura, sin advertir que el egoísmo del hombre de hoy impediría la plenificación de los hombres que nacerán mañana.

EUGENESIA COMO RECURSO E INGENIERÍA COMO PROTOCOLO

Aunque en un primer momento las ideas transhumanas se estimaban demasiado ficción para ser ciencia, y a la ciencia de entonces demasiado rigurosa para ser ficción, las críticas más duras a la propuesta transhumanista que apostaba por un futuro compuesto de humanos bajo diseño, interfaces hombremáquina y post humanos con ADN de silicio, no apuntaban a la irrealidad de lo irrealizable. Las reservas radicaban en el riesgo de que una sociedad compuesta de individuos modificados ya no se reconociera ante el espejo; esto es, que agotaran la eugenesia como recurso y la ingeniería genética como protocolo, y llevara al humano a replantearse los fundamentos de la identidad personal. La eventual desigualdad social que devendría en segregación de humanos modificados, por un lado; y simples mortales por otro, ha sido una de las críticas más duras de quienes se oponen a la modificación radical de la corporeidad humana mediante la biotecnología de diseño. Llevó a Francis Fukuyama a considerar el transhumanismo como un peligro para los fundamentos igualitaristas de la democracia liberal, al modificar sustancialmente la naturaleza humana, con el consiguiente surgimiento de nuevas castas. En este mismo sentido se pronunció en su momento Habermas, quien veía amenazas incluso para las capacidades más determinantes como el conocimiento, la libertad y la autodeterminación. Ante esta preocupación, los simpatizantes del transhumanismo arguyen que la intervención mediante ingeniería genética en el genoma humano, por ejemplo, más que un riesgo sería una verdadera obligación. Ante un ecosistema hostil, contaminado, en el que abundan pandemias de todo tipo, no extraña que los transhumanistas volteen hacia la biotecnología con la esperanza de que mediante sus desarrollos, el organismo humano se haga menos endeble al agreste entorno. Bajo esta óptica, no intervenir mediante ingeniería genética en el genoma humano representaría más riesgo para la población amenazada por la polución y las pandemias, que el peligro derivado de intervenir.

VENTAJAS Y RIESGOS DESCONOCIDOS

Críticos y partidarios del transhumanismo han mostrado durante estos años, argumentos que han polarizado la discusión sin posibilidad de arreglo. Para algunos, apelar al deseo de rejuvenecimiento y de trascendencia no es suficiente 331

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Coloquio

justificación para autorizar la intervención experimental en la naturaleza humana. Para los transhumanistas, en cambio, ese deseo ha estado presente en todas las culturas humanas, y piensan que en buena medida es el motor del desarrollo de la medicina y del estudio de la biología. Desde luego que el sueño de la inmortalidad mediante la intervención de la medicina y las estrategias de prolongación de la vida, son para los transhumanistas una manifestación de las posibilidades irrenunciables actuales de mejora del cuerpo humano.

los beneficios sociológicos y se mueve en el de la bioética y la antropología filosófica, cuando no en el de la metafísica. Pretender modificar la esencia humana considerándola una suerte de figura de barro a la que se puede imprimir una forma diferente para sustituir la anterior, deja de lado que la esencia humana es una mezcla de plasticidad y dinamismo que aún no agota sus posibilidades de despliegue como para que se le considere un principio sólo operable mediante la manipulación. Los transhumanistas radicales sostienen que pretender proteger la naturaleza humana como inviolable y fuente de dignidad, no es sino pasar por encima de la objetividad de la ciencia y del bienestar de los seres humanos futuros.

El transhumanismo plantea que la biotecnología intervenga la estructura humana para perfeccionarla.

Otros críticos piensan que un mundo futuro, donde se cristalizara el proyecto transhumano a tope, y el hombre hubiera superado la mortalidad y la limitación biológica; aún en ese caso, de cualquier modo la vida humana carecería de sentido ante la ausencia de la necesidad terapéutica o de mejoras, porque no habría ningún estado nuevo de cosas al cual arribar o ningún aliciente tras el cual ir. Otros en cambio piensan que la vida transhumana mantendría la mayoría de los retos a los que se enfrenta un individuo en la sociedad por más que la biotecnología hubiera obtenido el máximo del perfeccionamiento humano. La mayoría de los transhumanistas reconocen los riesgos, sobre todo iniciales, que tendrían las tecnologías emergentes de intervención biotecnológica y genómica. Pero al mismo tiempo piensan que restringir la investigación científica basados en principios de precaución no obedece a una postura realista.

LA HUMANIDAD BAJO DISEÑO

Uno de los grandes supuestos que anima desde hace años el crecimiento de la propuesta transhumanista, radica en la idea de que la esencia humana sería fruto de un proceso evolutivo ante el cual habría llegado el momento de intervenir para acelerarlo bajo diseño. Su intención es cambiar la definición de lo que somos como especie para dar lugar a un espécimen original. Nadie duda de las ventajas biotecnológicas que representa la posibilidad de instalar celdas fotosensoras para que un ciego recupere la vista o que la nanotecnología pueda reparar defectos genéticos con sólo beber un micro robot en forma de yoghurt, o que un amputado recupere la sensibilidad a partir de interfaces hombre-máquina. Pero saltar de esas necesidades a la absoluta eliminación de restricciones para fomentar la experimentación completa en seres humanos es un terreno distinto: abandona el planteamiento científico y 36

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LA SIMULACIÓN VIRTUAL PERMITE AVANZAR

El cambio, la transformación, el dinamismo, han sido considerados desde las más remotas escuelas de pensamiento fenómenos fascinantes pero escurridizos, casi misteriosos, cuando no amenazantes. Ya en tiempos inmemoriales, los humanos que transitaron del Neanderthal al Cro-Magnon tuvieron que resolver cómo relacionarse con el cambio y la transformación, en un medio ambiente que no les daba tregua ni para su vivir ni para su estar. Aprendieron a dominar las tormentas y a convertirlas en instrumento para siembras y cosechas; controlaron las estaciones, terremotos, erupciones y sequías, y los hicieron parte de su cultura, historia, mitos y sobrevivencia. El viejo filósofo Heráclito (535-475 a.C.) consideró al cambio como motor de la realidad misma, y con el pasar de los siglos, los estudiosos y pensadores vieron a la transformación como paradigma, esperanza y causa; lo que se acentuó en nuestros tiempos con el advenimiento de las revoluciones, la instauración del progreso, el descubrimiento de la evolución biológica o la búsqueda contemporánea del desarrollo. Sin embargo, hay que decir en primer lugar, que modificar no es un concepto unívoco: no es lo mismo cambiar el mejoramiento muscular, la resistencia aeróbica o la capacidad de retentiva cerebral, que plantear la reducción del conocimiento humano a un código materializado para transportarlo a máquinas artificialmente pensantes. Las necesarias, deseables e irrenunciables modificaciones que la ciencia debe emprender para incrementar las capacidades humanas y aniquilar las pandemias, ante la indefensión de nuestro organismo a patógenos antiguos y modernos, no implica necesariamente la liberación absoluta de las restricciones bioéticas, ni la eliminación de la digni-


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Coloquio

Mejorar al ser humano ¿En la teoría o en la práctica?

dad humana como una supuesta amenaza al avance de la investigación científica. Hoy las simulaciones virtuales permiten estudiar eventuales reacciones en diferentes órganos a fármacos o prácticas de modificación nanobiotecnológica, como hace desde años el proyecto Cerebro Humano Virtual; mediante la creación de cromosomas artificiales se pueden visualizar los efectos de la intervención genética en humanos sin correr los riesgos que implicaría una intervención directa en hombres vivos. Lo que se ha logrado con el cerebro virtual se conseguirá en su momento con el resto del organismo humano; de modo que la ingeniería genética permitirá experimentar cuáles pueden ser los cambios necesarios en el cuerpo humano para que logre estar menos a merced del medioambiente agresivo y de las enfermedades que lo atacan.

No es lo mismo hablar de investigación filosófica del transhumanismo que de «prácticas transhumanistas». Actualmente existen centros donde se teoriza acerca del human enhancement (mejoramiento humano), entre ellos destacan el Institute for Science Ethics and Innovation de The University of Manchester y el Uehiro Center for Practical Ethics de la Oxford University. Algunos de sus trabajos de investigación incluyen el debate sobre la moralidad del doping en el deporte, el estudio sobre la posibilidad de que parejas homosexuales tengan hijos con herencia genética compartida, las averiguaciones sobre las consecuencias de detener el envejecimiento o los nuevos métodos biotecnológicos para castigar criminales. En cuanto a prácticas y logros concretos, está George Church, profesor de la Universidad de Harvard, promotor de la llamada «biología sintética» e impulsor de una ciencia materialista y transhumanista aparentemente sin límites. Los laboratorios del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y el Instituto de Tecnología de California (CALTECH) llevan la delantera en el desarrollo de aditamentos tecnológicos para acrecentar las capacidades humanas. Un ejemplo es el artista contemporáneo Neil Harbisson, primer ciborg reconocido por un gobierno. En 2002, a los 20 años, diseñó una antena para escuchar los colores, misma que se implantó en el cerebro y aún conserva. Es cofundador y presidente de la Cyborg Foundation, organización internacional que se dedica a buscar nuevas herramientas para que los hombres se conviertan en ciborgs.

AUTOPOSESIÓN Y ENTREGA ¿CATEGORÍAS VACÍAS?

El transhumanismo pone en la mesa el siguiente conflicto: modificar al hombre para lograr el humano que imaginamos ser (aunque implique al principio perjuicios en quienes sirvan de conejillo de indias); o bien, mantener las características físicas y biológicas humanas intactas, impidiendo a generaciones futuras beneficiarse del conocimiento que arrojaría un ser humano modificado por la biotecnología. Algunos piensan que la solución podría resolverse con la implementación de un desarrollo tecnológico diferencial. Ello implicaría que la misma comunidad científica que consiguiera las mejoras vigilara el ritmo de las nuevas tecnologías, mientras se mantiene la aceleración de los desarrollos biotecnológicos benéficos. En realidad, me parece que el asunto gravita más en los equívocos supuestos que en la elección del método correcto. Un cierto materialismo subyacente que confunde los estándares de salud perdidos y su correspondiente terapia compensatoria con la modificación de la esencia humana, hace muy poco favor a la existencia del hombre que presenta dimensiones mucho más ricas que el de una maquinaria necesitada de alineación y balanceo. Antes de desacreditar por trasnochados los conceptos de «dignidad», «valía intrínseca» o «naturaleza humana», creo que se exige recuperar y revalorar su papel para entender qué es el hombre. Su entidad como sujeto coexistente, capaz de autoposesión y autodeterminación dirigible hacia la entrega en donación (categorías que a los oídos transhumanistas sueñan vacías y retóricas) merece un trato algo más complejo que considerarla materialidad eficientable. El verdadero crecimiento y modificación de un sujeto capaz del otro y receptor del tú, pasa más por la modificación (esa sí, radical, determinante) del autoperfeccionamiento en 38

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el tiempo que los griegos llamaron areté, que en la mejora del rendimiento o la percepción física. Cuando el hombre recupere la comprensión de las potencialidades de cambio posibles mediante el ejercicio de la libertad como crecimiento, entenderá que el verdadero human enhancement radica más en la generación de un mejor hombre, y no únicamente en la mejora estructural, que en buena medida ocurrirá por añadidura, sin necesidad de intentar llegar a ser lo que no es, irreconocible en el espejo de la propia identidad.1

Sobre transhumanismo: Bostrom, N., Savulescu, J. (eds.), Human Enhancement, Oxford University Press, 2009; Agar, N., Humanity’s End. Wy We Should Reject Radical Enhancement, MIT Press, 2010; Fukuyama, F., El fin del hombre, Punto de Lectura, 2003; Marchesini, R., Post-human. Verso nouvi modelli di esistenza, Bollati Boringhieri, 2005; Sanna, I. (ed.), La Sfida del post-humano, Edizioni Studium, 2005; Velázquez, H., ¿Qué es la naturaleza? Introducción filosófica a la historia de la ciencia, Porrúa, 2007.

1



Coloquio

EL HOMBRE ¿RATA DE LABORATORIO? Si se limita la investigación científica, se limita el progreso humano.

¿Tiene algo que decir la ética? ¿Puedo utilizar humanos como ratas de laboratorio para conocer mejor el funcionamiento del cerebro u otro órgano? La búsqueda de la verdad, de la ciencia objetiva, no tiene límites, debe ser libre de juicios morales y de valor. En cambio sí hay una ética en la investigación científica, en los fines y los medios con que se realiza. Conocerlos ayuda a aclarar muchos interrogantes de hoy. 40

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Profesor emérito de la Universidad de Génova. Experto en Filosofía de la ciencia, Filosofía de la naturaleza y Lógica matemática. Ha sido catedrático en las universidades de Friburgo, Milán, Oxford, Stanford, Düsseldorf, Berna, Pittsburgh, Ginebra y Universidad Panamericana. Presidente de la Academia Internacional de Filosofía de las Ciencias.

Evandro Agazzi

D

urante las primeras décadas del siglo pasado, un dogma ampliamente compartido por los intelectuales fue la tesis de que la ciencia tiene que ser «libre de valores» (value-free), no someterse a juicios de valor –en particular a juicios éticos– ya que amenazaría su característica más preciosa, es decir su objetividad.

energías no renovables… que ya constituyen una potencial amenaza para la sobrevivencia de la especie humana y para las condiciones de vida de generaciones futuras. Temas hoy muy debatidos, que han propiciado una actitud anti-ciencia no menos arbitraria que el optimismo «cientificista» que dominaba antes.

NI OPTIMISMO CIENTIFICISTA NI ACTITUD LA ANTI-CIENCIA

CIENCIA: SIRVE PARA EL BIEN O PARA EL MAL

Según esta visión, la libertad de la ciencia implica en primer lugar su independencia, llamada a veces «neutralidad», con respecto a cualquier tipo de vínculo o prohibición y, en particular, con respecto a normas morales. Como la libertad de la ciencia se considera (y con razón) un aspecto muy importante de la «libertad de pensamiento», una conquista de la cultura moderna, era muy natural que dicha tesis encontrara el favor de muchos intelectuales: poner límites a la libertad de la ciencia significaría poner límites al progreso humano. Sin embargo la explosión de la primera bomba atómica al final de la segunda guerra mundial «despertó» la conciencia crítica del mundo sobre el hecho de que los frutos de la ciencia pueden ser terribles y espantosos, si la investigación científica es intencionalmente dirigida hacia fines de muerte y destrucción. Aparentemente el problema se reducía a exigir un juicio y un control de tipo ético-político sobre los programas de la big science (problema ya de por sí nada fácil), pero no tardó en imponerse a la atención general, que los mismos usos «pacíficos» de la energía atómica (centrales nucleares), dirigidos hacia fines totalmente admisibles, pueden producir desastres enormes debido a fallas «accidentales» (Chernóbil y Fukushima son los casos emblemáticos). En las últimas décadas se han multiplicado las evidencias sobre cómo el desarrollo amplísimo e incontrolado de las actividades industriales «tradicionales» produce efectos de contaminación, deterioro ambiental, agotamiento de

Parece que una postura capaz de evitar los extremos del cientificismo y la anti-ciencia es distinguir la ciencia del uso de la ciencia. Según esta postura (adoptada por varios autores en la época de los debates sobre la «neutralidad» de la ciencia) hay que reconocer que la ciencia en cuanto tal es buena y positiva, representa un orgullo de la humanidad y en particular de la civilización occidental que la ha engendrado. Sin embargo, como todas las cosas, se puede utilizar para el mal o para el bien, en esos casos, el juicio moral (y la responsabilidad moral) cae sobre los que utilizan a la ciencia. Con eso no se quería inculpar en sentido absoluto de mala voluntad o malas intenciones a quienes producen daños y desgastes utilizando a la ciencia, ya que se admitía también que tales efectos negativos pueden ocurrir como consecuencias no previstas y no intencionales de su uso. En este caso, se proponía como remedio, un estudio riguroso y un cálculo prudente de los riesgos, que comporta determinado uso de la ciencia; estudio y cálculo que se fundan en gran medida en las mismas ciencias y tecnologías. De tal manera la propia disciplina se presentaba como el instrumento para controlar los daños que pueden surgir de su uso, cuando no sea intencionalmente mal orientado.

CIENCIA, SISTEMA DE CONOCIMIENTOS Y SISTEMA DE ACTIVIDADES

Hay una parte de verdad en este tipo de razonamientos y gracias a lo cual encontraron favor especialmente entre la comunidad científica, en la que las personas nunca trabajan con la intención explícita de dañar a alguien o de poner en peligro personas o cosas. Sin embargo, la idea misma de la ciencia como simple instrumento, como una especie de entidad inerte que puede ser utilizada según las intenciones o el capricho de «los demás» parece demasiado abstracta y muy lejos de corresponder a la verdadera naturaleza de la ciencia y de su complejidad.

Como todo, la ciencia se puede utilizar para el bien o para el mal.

El juicio y la responsabilidad moral recaen sobre quienes la utilizan.

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La ciencia en cuanto tal es buena y positiva, un orgullo de la humanidad y en particular

Lo mismo vale para los conocimientos «eficaces» de la tecnología: frente a dos productos tecnológicos similares pero de diferente eficacia, uno de producción nacional y otro extranjera, sería incorrecto decir, por ejemplo, que el nacional es «mejor» si en realidad no lo es, aunque sí es legítimo elegir el nacional, a pesar de su menor eficacia, por razones de tipo político o hasta sentimental.

de la civilización occidental que la ha engendrado.

La manera más eficaz para superar esta noción vaga y abstracta es distinguir dos dimensiones o aspectos fundamentales en la ciencia. Cuando hablamos de ciencia entendemos un complejo sistema de saber, es decir de conocimientos verdaderos y justificados y por otro lado, entendemos un sistema no menos complejo de actividades, de acciones humanas co-ordenadas y finalizadas. Con base en el primer criterio consideramos la ciencia como un amplísimo abanico de disciplinas y subdisciplinas (Matemática, Física, Química, Biología, Medicina, Psicología, Historia, Sociología, Informática, etcétera). Con base en el segundo criterio, consideramos a la ciencia como un grandísimo campo de profesiones (matemático, físico, químico, biólogo, médico, psicólogo, historiador, informático, etcétera). Una vez puesta esta distinción, resulta claro que, si consideramos la ciencia sólo en cuanto sistema de saber, como organización de verdades lógicamente conectadas y justificadas en base a criterios metodológicos cuidadosamente elaborados por cada disciplina a lo largo de su tradición histórica, este sistema de saber debe ser independiente a cualquier criterio de juicio «exterior» a la misma ciencia. Esto ya vale para las relaciones entre disciplinas diferentes (no se puede exigir validar un teorema matemático mediante un experimento físico, o utilizar un análisis gramatical para justificar una hipótesis biológica). Incluso el hecho resulta más evidente, porque no tendría sentido rechazar un resultado científico correcto porque lo descubrió un investigador de malas costumbres, o aceptar cómo científicamente validado un resultado erróneo aunque lo haya encontrado un investigador gracias al trabajo apasionado de su vida entera. La cualidad moral de quien presenta un resultado científico no influye sobre el «valor científico» del resultado mismo, ni tampoco sobre las intenciones personales o colectivas de los que lo proponen. Lo mismo hay que decir a propósito del «contenido» de las proposiciones científicas y tecnológicas: no es correcto, por ejemplo, dar preferencia a una teoría científica porque nos parece más conforme con nuestras convicciones éticas, religiosas, ideológicas o políticas, o rechazar otra teoría porque nos parece contraria a dichas convicciones. Sólo argumentando en base a los criterios de la ciencia en cuestión es correcto criticar una teoría y, probablemente, también mostrar que ciertas «interpretaciones» que se dan de sus resultados sobrepasan los límites y el alcance de dichos criterios. 42

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VERDAD Y CONOCIMIENTO NO ADMITEN JUICIO ÉTICO

En pocas palabras, no existen verdades éticamente prohibidas y con esto queda claro que todas las verdades son admitidas en la ciencia y que, por lo tanto, la ciencia en cuanto sistema de saber y conocimientos no está sometida a juicios éticos. Pero el discurso cambia del todo si consideramos la ciencia como sistema de acciones humanas, ya que cualquier acción humana cae bajo el juicio ético que la califica como buena o mala, como permitida, obligatoria o prohibida. A primera vista esto concierne específicamente a la tecnología, ya que ésta es claramente un enorme conjunto de acciones, de actividades, de producciones, de las cuales se pueden investigar las intenciones, los fines objetivos, las consecuencias, las circunstancias, los beneficios y los daños. Menos inmediata aparece la posibilidad de aplicar este discurso a la ciencia estrictamente entendida, ya que su fin específico es producir conocimientos que, como acabamos de ver, son éticamente «neutros». Sin embargo es muy claro que estos conocimientos no nacen de la nada, sino son el resultado (como comúnmente se dice) de un «quehacer», una investigación. Por esto, mientras la expresión «ética de la ciencia» soporta cierta vaguedad y ambigüedad de la que ya hablamos, la expresión «ética de la investigación científica» tiene un sentido preciso, ya que se realiza según una riqueza de actividades que se prestan a varios tipos de juicios de valor, algunos de ellos específicamente éticos.

LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA SE AJUSTA A NORMAS

La moral no es el único campo en donde se proponen normas; se puede decir que cada actividad humana se caracteriza por sus normas o «reglas» que se han ido precisando como indicaciones para conseguir mejor sus fines específicos. Son reglas de carácter no estrictamente «prescriptivo» (como se supone sea el caso de las normas morales) sino más bien «constitutivo» o instrumental, como las «reglas del juego». Algunas son constitutivas: determinan qué cosas se pueden hacer o no en determinado juego (ajedrez, bridge, rugby).



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Otras son instrumentales: aconsejan qué hacer para conseguir de manera más eficaz el resultado específico de determinada actividad. En el caso de juegos pueden sugerir estrategias útiles pero no necesarias para ganar; en prácticas artesanales indican diversos procedimientos concretos; en ciertas actividades artísticas o deportivas proponen «ejercicios» útiles para aumentar las prestaciones, la facilidad, precisión, rapidez de movimientos… En cuanto a la investigación científica, el conjunto de reglas constituye la metodología de cada disciplina y dice cómo hacer correctamente la investigación. En las ciencias experimentales varias reglas detalladas indican cómo se debe construir un experimento para que sus resultados sean confiables o cómo aplicar la estadística a los datos recogidos. A veces, no cumplir con estas reglas puede invalidar el resultado del experimento. Si se trata de una investigación histórica la metodología detallará por ejemplo los criterios para buscar las fuentes, evaluar su autenticidad, establecer su datación, proceder a exámenes comparativos de sus contenidos, interpretarlas dentro de su contexto de origen, etcétera. Además está el aspecto de la argumentación y el rigor que cada ciencia persigue de manera específica y que no necesariamente se reduce al uso de métodos formales del tipo que utilizan las matemáticas o la física. Llamamos a estas reglas «criterios epistemológicos» porque su fin es permitir a una investigación conseguir un saber (epistéme en griego) dentro del campo en el que se aplica la investigación, mediante la recolección de datos, su organización ordenada, su interpretación y explicación, según los diferentes tipos de disciplinas.

SÍ EXISTE LA ÉTICA DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA

Ocurre que en algunas disciplinas se pueden defender afirmaciones opuestas con igual derecho, porque cumplen con los requisitos metodológicos de la propia disciplina, son compatibles con los datos y los explican mediante argumentos rigurosos, aunque de manera distinta. Es el caso típico de «teorías rivales» para las que no ha sido posible determinar un «experimento crucial», cuyo resultado sea compatible con una e incompatible 44

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con la otra. En estos casos la investigación no se detiene, sino que se elige una de las teorías en base a características como la simplicidad, la presencia de nexos causales, la amplitud de previsiones, la correlación con otras disciplinas, etcétera. A veces estas características son llamadas «valores» (o hasta virtudes) y por ello algunos epistemólogos afirman que en las ciencias existen «juicios de valor», precisamente porque en base a estos «valores» muchas veces se aceptan o rechazan algunas afirmaciones científicas más allá de lo que sería justificado de acuerdo a los puros criterios metodológicos. Sin embargo, no es un modo recomendable de expresarse porque puede engendrar confusión. De hecho, dichas características se pueden llamar «valores», pero es correcto denominarlos «epistémicos», ya que siempre y sólo conciernen al aspecto cognoscitivo de las proposiciones científicas. Cuando se afirma que hay que evitar expresar en la ciencia «juicios de valor» se entiende hacer referencia a otros valores, de tipo ético, social, político, económico, religioso, es decir valores no-cognoscitivos. Por consiguiente hay que reconocer, por un lado, que estos auténticos juicios de valor no son pertinentes para evaluar la ciencia en cuanto saber y, por otro, el respeto de los criterios epistemológicos y de los valores epistémicos no puede considerarse como constituyente la genuina ética de la ciencia o «ética de la objetividad» como la llamó Jacques Monod. Si, en lugar de la vaga expresión «ética de la ciencia» utilizamos la más precisa «ética de la investigación científica» debemos entonces decir que una ética de la investigación científica no puede reducirse a respetar los valores y criterios epistemológicos: respeto necesario para un «buen científico», pero en sentido limitadamente profesional y no en sentido plenamente moral.

CUÁNDO UNA INVESTIGACIÓN NO ES ÍNTEGRA

Un paso adelante en el reconocimiento de que la ética del quehacer científico no puede reducirse a la correcta ejecución de las tareas impuestas por el rigor metodológico, se expresa en las últimas décadas en los discursos acerca de la llamada research integrity, que podemos traducir como «integridad de la investigación». La noción de integridad recibe su significado ético específico que resume las caracte-



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rísticas de la honestidad intelectual, del reconocimiento de los méritos de los demás, del compromiso a abstenerse de cualquier tipo de fraude o plagio. En esta noción se refleja la figura ideal (o idealizada) del científico como ha sido cultivada por la modernidad, que corresponde al conjunto de hábitos que normalmente implica el ejercicio escrupuloso y honesto de la actividad del investigador. Es decir, perseverancia, autodisciplina, espíritu de sacrificio, disponibilidad a reconocer los propios errores, a recibir y discutir las críticas, a no manipular los datos para reforzar las tesis propias, a someterse al juicio de los pares, a tener una actitud interior de humildad debida a la conciencia de lo poco que se sabe en comparación con lo mucho que se ignora, a reconocer las contribuciones, los méritos y prioridades de otros investigadores cuando existen, etcétera. Podemos agregar que los discursos sobre la research integrity han sido estimulados porque aquella figura ideal del investigador, más implícita que explícita en el sentido común, ha sido traicionada muchas veces por las prácticas concretas de no pocos investigadores. Influyen factores socio-culturales como los siguientes: el alto nivel de competencia que existe entre algunas instituciones científicas y los mismos científicos; los enlaces que se dan entre investigaciones científicas y fuentes de financiación; el que una parte considerable de la investigación científica se oriente hacia aplicaciones tecnológicas y a la obtención de patentes en los grandes contextos de producción industrial. Al considerar los detalles en las temáticas de la research integrity vemos que muchos problemas conciernen a la comunicación de la información científica y a las posibilidades (no puramente hipotéticas) de que en esa comunicación se produzcan fraudes, silencios, omisiones, evaluaciones no objetivas o interesadas, que pueden infiltrarse hasta en prácticas consideradas como garantías de calidad científica, como es el caso del arbitraje por pares en la revistas de mayor prestigio.

LOS MEDIOS Y FINES SÍ IMPLICAN VALORES ÉTICOS

Incluir los temas de la research integrity no parece suficiente para dar un verdadero sentido a la ética de la investigación ya que a fin de cuentas, nos quedamos en una perspectiva «cerrada» a un horizonte que concierne a las actividades «internas» del quehacer científico. Es decir, nos limitamos a una perspectiva más próxima a una «deontología» que a una verdadera ética de la investigación. Para alcanzar el nivel de una consideración genuinamente ética hemos de ampliar el discurso a lo que «rodea» a la investigación científica y a los valores éticos que implica en cuanto actividad específicamente humana. Por ejemplo, ni la consideración de los requisitos metodológicos, ni los temas 46

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de la integridad de la investigación se ocupan de evaluar moralmente los fines efectivos de cada investigación que tienen que ser éticamente lícitos, especialmente si se trata de investigación destinada a aplicaciones. Pero no se trata simplemente de controlar la licitud de los fines, ya que desde el punto de vista ético también los medios importan mucho. Por ejemplo, una investigación biológica perfectamente planeada desde el punto de vista metodológico y que implique hacer experimentos sobre embriones humanos despierta claramente problemas éticos muy graves. Sea que se afirme que este tipo de experimento es moralmente lícito, o se lo considere moralmente ilícito, se trata de un discurso y de un debate exquisitamente ético, que no tiene nada de metodológico en sí.

EL FIN PRINCIPAL ES EL BIENESTAR DE LA HUMANIDAD

La disponibilidad de fondos para la investigación, para dar otro ejemplo, no puede ignorar los «intereses» (entendidos en el sentido más amplio) de quienes los proporcionan. Y si se trata de fondos públicos, son los intereses de la entera comunidad social, que tiene el derecho moral de conseguir una compensación por lo que ofrece a la investigación, sustrayendo estos fondos a otras actividades de relevancia social. Sabemos muy bien que un alto porcentaje de la investigación científica actual se hace por cuenta de grandes empresas industriales, cuyo fin es conseguir un provecho económico. Esto no es intrínsecamente injusto ni inmoral, pero puede serlo si se pierde totalmente de vista lo que en otros tiempos se imaginaba ser el fin principal del desarrollo de la ciencia, es decir el bienestar de la humanidad. A la ética de la investigación científica pertenece en particular recuperar la conciencia de esta finalidad fundamental de la ciencia, simplemente porque a fin de cuentas, la ciencia es hecha por el hombre y no puede evitar ser también para el hombre. Sería demasiado largo explicar aquí cómo realizar este ideal. Nos limitamos a decir que se trata de enmarcar la investigación científica dentro de una visión sistémica, es decir considerarla como un subsistema del sistema global constituido por la sociedad con todos los demás subsistemas (económico, industrial, educativo, ético, religioso, legal, etcétera). Este sistema global, como cualquier otro, puede funcionar correctamente a condición de que funcionen bien todos sus subsistemas y que entretejan relaciones eficaces con los demás, con lo que cada uno asegura también su propio buen funcionamiento. Así el sistema de la investigación científica cumplirá con sus responsabilidades hacia los demás sistemas, incluso el sistema ético, y en esto podrá consistir el sentido más pleno de una ética de la investigación científica.


«Experimento Tuskegee» La ciencia, en cuanto tal, es buena y positiva, sin embargo, en el siguiente caso de investigación biomédica, se dejó de lado a la persona bajo el argumento de obtener beneficios a favor de la ciencia y la «humanidad». HISTORIA POBLACIÓN •

El «Experimento Tuskegee» se realizó entre 1932 y 1972 en Tuskegee, Alabama (Estados Unidos), por los servicios públicos de salud americanos.

399 aparceros afroamericanos, en su mayoría analfabetos, fueron estudiados para observar la progresión natural de la sífilis si no era tratada.

CONDICIONES

En 1932, los tratamientos para la sífilis eran tóxicos, peligrosos y de efectividad cuestionable. Estaban hechos a base de salvarsan (procedente del arsénico), mercurio y bismuto.

El estudio buscaba determinar: Si los beneficios del tratamiento compensaban su toxicidad • Reconocer las diferentes etapas de la enfermedad y desarrollar tratamientos adecuados para cada una. •

Los participantes no dieron su consentimiento informado.

No se les dio un diagnóstico real.

Los engañaron al decirles que padecían «mala sangre» y que si participaban en el estudio recibirían: • Tratamiento médico gratuito • Transporte gratuito a la clínica • Comidas gratis • Seguro de sepelio en caso de fallecimiento

En 1934 se publicaron los primeros datos clínicos y en 1936 el primer informe de envergadura.

No era un estudio secreto, numerosos datos y artículos se publicaron a lo largo de todo el experimento.

En 1947 la penicilina se convirtió en el mejor tratamiento para la sífilis.

Los dirigentes del «Experimento Tuskegee» impidieron que sus pacientes se trataran con ella, condenándolos a padecer una enfermedad crónica, dolorosa y con fallo multiorgánico.

Los científicos ocultaron la información sobre la penicilina para continuar experimentando cómo la enfermedad se disemina y provoca la muerte.

TESIS OCULTAS •

Con el desarrollo de la penicilina como parte de un tratamiento simple y efectivo de la sífilis y con las modificaciones éticas en las investigaciones científicas, no había razón para continuar el estudio por otros 25 años. No se les informó a los pacientes que eran parte de un experimento, todos los métodos se les plantearon como «tratamientos». Tampoco se mencionó la naturaleza contagiosa de la enfermedad.

RESULTADOS •

El estudio continuó hasta 1972 cuando la información se filtró a la prensa.

Para entonces, de los 399 participantes, 28 habían muerto de sífilis y otros 100 de complicaciones médicas relacionadas. Además, 40 mujeres resultaron infectadas y 19 niños contrajeron la enfermedad al nacer.

ASPECTOS BENÉFICOS •

El impacto de este estudio biomédico condujo a la creación de la Comisión Nacional para la Protección de los Sujetos Humanos en la Investigación Biomédica y Conductual (National Commission for the Protection of Human Subjects of Biomedical and Behavioral Research) y Acta Nacional de Investigación (National Research Act).

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MENDIGOS DE LA DIGNIDAD HUMANA Transhumanismo en el cine de ciencia ficción Blade Runner

Blade Runner fue de las primeras películas en abordar las preguntas éticas y filosóficas sobre la posibilidad de crear «replicantes», seres humanos cuyos genes modificados por la técnica carecen de singularidad y dignidad, dependen de sus creadores. El transhumanismo puede ser hoy una realidad de hecho. Rafael García Pavón

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l cine no es sólo entretenimiento masivo o un modo de escapar de situaciones reales en las que llevamos el peso del día a día, de ser nosotros mismos; como decía el guionista Robert McKee,1 el buen entretenimiento es aquél que nos inspira o induce a plantearnos las preguntas sobre la condición y sentido de la existencia humana. El buen cine motiva en la medida en que las historias e imágenes que muestra nos afectan de modo directo y emo-

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cional como si acontecieran en tiempo presente. Ofrece un potencial de reflexión filosófica que permite reconsiderar el modo de comprender los hechos pasados o, a la inversa, considerar una posibilidad que aún no hemos vivido como real en el tiempo presente y no verla como algo distante o indiferente. Hoy más que nunca, diría Slavoj Zizek,2 requerimos ser todos un poco filósofos, porque vivimos tiempos en que las consecuencias de desarrollos tecnológicos como la biogenética, la clonación y la inteligencia artificial, hacen que las preguntas eternas sobre la naturaleza humana o sobre los límites de nuestra libertad en relación con el poder de autocreación de nosotros mismos, estén en boca de todos, como una realidad cotidiana en la que no es tan claro cómo y por qué deben llevarse a cabo.


Doctor en Filosofía por la Universidad Iberoamericana. Maestro en Filosofía por la Universidad Panamericana e Ingeniero Industrial y de Sistemas por el ITESM. Coordinador académico del Centro de Investigación en Ética Aplicada y Valores. Cuenta con diversas publicaciones sobre Kierkegaard, ética aplicada y cine y filosofía.

A esta cuestión se llama transhumanismo que, como expone Héctor Velázquez, es «la posibilidad tecnológica de mejorar radicalmente a los seres humanos en tanto individuos o sociedad e incluso como especie biológica, bajo el entendido de que esta modificación sería intrínsecamente buena, conveniente e irrenunciable […] la práctica biomédica y la bioingeniería apuestan por esa posibilidad pero no tienen muy clara su conveniencia; esto es, se tiene claro que se puede pero no si se debe llevar a cabo tal mejora».3 No es sino el viejo sueño de la modernidad, en el que el ser humano, mediante el poder de transformar su capacidad científico-técnica de las condiciones de la naturaleza –incluyendo la suya propia− dejaría de sufrir y haría un paraíso en la tierra. Un mundo tecnológico sin las incomodidades de las condiciones orgánicas o incluso donde serían determinadas en grados de perfección que trascendieran toda posibilidad de la dotación misma del ser humano, como decía Descartes, una mente sin cuerpo. Lo interesante del caso es que el transhumanismo puede ser hoy una realidad de hecho. Ha sido un tema recurrente en la literatura y el cine de ciencia ficción y hacer una lectura filosófica de ciertas películas de ciencia ficción abre un camino a esa orientación que hace falta. Como decía Aristóteles en su Poética: el arte puede decir más verdad que los hechos históricos porque no se limita a lo sucedido sino a las posibilidades de lo que ha sido y puede ser.4

el planteamiento de Blade Runner no se centra en la técnica utilizada, sino en el significado que tiene para el ser humano cualquier tipo de tecnología que opere con estos principios. Por ello su planteamiento sigue siendo universal y se ha convertido en objeto de culto para los amantes del séptimo arte. Uno de los interrogantes centrales que podemos extraer de la película es un planteamiento ético, entendida la ética como la capacidad, de cada ser humano, de dar una respuesta constructiva a las dependencias y necesidades derivadas de nuestra imperfecta dotación orgánica y a nuestra permanente fragilidad y contingencia existencial. Ese planteamiento ético es: ¿debemos disponer libremente de la vida humana con fines selectivos? ¿Existen fronteras entre la prevención del nacimiento de un niño gravemente enfermo (eugenesia negativa) y el perfeccionamiento del patrimonio hereditario (eugenesia positiva)? ¿Podemos contemplar la auto-transformación genética de la especie como un incremento de la autonomía particular o con ello socavamos la auto-comprensión normativa de personas que guían su propia vida y se muestran recíprocamente el mismo respeto?

¿Puede el hombre autocrearse?

La biogenética, clonación e inteligencia artificial ponen en boca de todos las preguntas sobre la naturaleza humana.

¿CONVIENE MODIFICAR EL PATRIMONIO HEREDITARIO?

Múltiples filmes y obras literarias han tratado el tema, pero en esta ocasión me enfoco en Blade Runner,5 del director Ridley Scott, realizada en 1982, con guión adaptado de la novela de Phillip K. Dick6 ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Entre otras razones, porque fue de las primeras películas en abordar las preguntas éticas y filosóficas sobre la posibilidad de crear «replicantes». Inclusive ese término, utilizado después por la biotecnología y la bioética, adquirió su primer significado e imaginario por este filme. A diferencia de otros filmes de ciencia ficción que se vuelven obsoletos con los avances tecnológicos,

REPLICANTES, NI ROBOTS NI CIBORGS

El filme muestra un mundo donde la biotecnología, representada por la corporación Tyrell y por el personaje de J. F. Sebastian (ícono de la pasión por la bioingeniería en analogía con el músico barroco), ha logrado modificar y seleccionar genéticamente una serie de características, de marcas específicas de los individuos, perfeccionando muchas de ellas y programando sus tiempos de vida. Estos son los replicantes, que no robots (totalmente artificiales), tampoco ciborgs (como Robocop, parte artificial y parte natural), sino que son la propia naturaleza humana pero del todo instrumentalizada, dirigida y establecida artificialmente, en función de intenciones específicas de la corporación, de un mercado o inclusive, del ego del poder de creación del dueño de la misma. Estos replicantes que pueden soportar temperaturas extremas, vivir en lugares y galaxias sin equipos espaciales, 331

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un día toman conciencia de que han sido programados para morir con una fecha específica, de 3 a 4 o el que más, 5 años. Se rebelan ante esa situación y regresan al planeta Tierra en busca de respuestas con Sebastian y el dueño de la corporación el doctor Elrond Tyrell.

¿CÓMO «RETIRAR» A LOS REPLICANTES?

Pero la sociedad considera esto un acto de rebeldía, no los ve como personas, y entrena un grupo de expertos para «retirarlos» –no se habla de matarlos, se aplica el mismo lenguaje que se utiliza cuando se tratan objetos de consumo−. Éstos son los Blade Runner, que en el filme protagoniza Harrison Ford, con el nombre sugerente de Deckard (en referencia a René Descartes, considerado padre de la filosofía moderna). La película plantea las preguntas e interrogantes éticos en las relaciones que entabla Deckard con los replicantes rebeldes, en especial con Roy Batty, líder de la rebelión. El primer planteamiento es que si bien los replicantes tienen características humanas, como el pensamiento y la conciencia, se ve una escena en que la replicante Pris le dice a Sebastian «Pienso, luego existo», argumento de Descartes para determinar la esencia de lo que nos hace humanos. O lo que se ve en la muerte del replicante Batty al saberse mortal, y al comprobar que sus experiencias, que nadie más ha vivido, son únicas y se irán con su propia unicidad, como las lágrimas o como la lluvia. Aunque los replicantes tienen estas características, la intervención técnica de su naturaleza los ha programado para ciertas intenciones y expectativas, incluso sobrehumanas, con carácter de irreversible. Es decir, no pueden relacionarse con esa programación de manera crítica, como puede hacerlo cualquier individuo con su educación o con su proceso de socialización, ello les resta dignidad humana. El sistema y la lógica tecnológica de la corporación los ha objetivado, los ha reducido a ser funcionales.

ASIMETRÍA ENTRE HUMANOS Y REPLICANTES

La dignidad humana no es una simple característica más, como el color de los ojos, sino que tiene que ver con las posibilidades de realizar una vida humana como tal, con la simetría de relaciones entre personas en igualdad de

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condiciones, derechos y deberes. Es decir, la dignidad humana en abstracto no tiene sentido, sólo lo adquiere en las relaciones interpersonales de reconocimiento recíproco y en formas de vida concreta. Los replicantes carecen de esta posibilidad debido a la tecnificación de su propia naturaleza. O más bien debido a la confusión entre lo terapéutico y lo instrumental. No es lo mismo tecnificar la naturaleza humana en la medida en que la ayuda a ser lo que es, que tecnificarla para producir artificialmente una serie de caracteres distintos. A esto llamamos instrumentalizar nuestra propia naturaleza. La corporación Tyrell equipara la intervención en el genoma humano con cualquier otra intervención social o cultural en el desarrollo del propio individuo. Pues el argumento podría ser, que aunque se les programe genéticamente, de todas maneras esa determinación genética se relacionará con el mundo, con sus propias posibilidades y contingencias, es decir con libertad y dignidad. Pero lo que no se ve, es que eso afecta la autopercepción y auto-comprensión de los replicantes sin darles la posibilidad de tomar una posición crítica sobre sí mismos y construirse autónomamente, como la tenemos en lo social o cultural. Choca la perspectiva del productor genético, que tiene su propia vida, con la del replicante, como se observa en las escenas del diálogo del replicante Batty con el doctor Eldon Tyrell o de la replicante Rachael con el Blade Runner Deckard, fija a los replicantes a esas intenciones, sólo los reconoce como objetos de su propia estructura.

SON OBJETOS CONDICIONADOS

Los replicantes carecen de un espacio comunicativo, no pueden intercambiar roles con sus productores, donde aprenden una forma de lenguaje y de relación con el mundo, no tienen un lugar, ni una determinación histórica específica. Por eso carecen de emociones humanas y de una historia. Como objetos, son absolutamente condicionados por un sujeto y no por sus propias relaciones o posibilidades con el mundo. Por eso es que las relaciones entre replicantes y humanos, aunque la naturaleza de todos es

El viejo sueño de la modernidad es transformar la naturaleza

–incluyendo la propia− para crear un paraíso en la tierra.


humana, son asimétricas y por tanto es un menoscabo a su dignidad. Eso muestra una escena en que Rachael, la replicante que no sabe que lo es, se entera a través de unas pruebas técnicas que le hace Deckard, las cuales indican que sus emociones no están conectadas con recuerdos comunes al imaginario colectivo de la humanidad, sino que fueron impuestos por la corporación Tyrell para hacerla ignorar su condición de replicante y que fuera más manejable. Rachael puede tener conciencia de sí como un axioma matemático impuesto por otro y no dependiente de sí mismo. La asimetría entre seres humanos y replicantes, implica que no pueden experimentar las mismas emociones, precisamente porque no nacieron en una comunidad con un lenguaje, no desarrollaron una vida concreta, en la que conformaron su propia comprensión en la especie ni se desarrollaron libremente. Les implantan recuerdos ajenos, el problema es cuando se dan cuenta, y saben que de antemano que están programados para morir, porque tal es la intención de una corporación.

La PERSONA SE AUTOCONFORMA Y AUTOCOMPRENDE

Para los replicantes no hay nacimientos sino producciones. Y al rebelarse y volverse peligrosos, por querer hacer reversible este proceso, la sociedad los trata como objetos de retiro y de deshecho y no como seres humanos, con simetría de relaciones y con respeto recíproco. La aberración humana más fuerte de la película, es que los mismos miembros de la sociedad, como el Blade Runner, no están seguros ellos mismos de ser a su vez replicantes, desprovistos de una vida propia desde el nacimiento o de una vida con total ausencia de sentido, tal vez por eso el personaje de Deckard sueña con unicornios y su actitud ante la vida es de indiferencia. Lo que plantea el filme se relaciona con lo que explica el filósofo alemán Jürgen Habermas en su texto El futuro de la naturaleza humana ¿Hacia una eugenesia liberal?7 Para él, deben regularse las prácticas eugenésicas en la medida en que menoscaban la libertad ética al fijar a la persona afectada a intenciones de terceros que rechaza, pero al ser irreversibles, le impiden comprenderse espontáneamente como el autor indiviso de la propia vida.8 Una intervención genética de este tipo no abre ese espacio comunicativo en el que dirigirse al niño planificado como una segunda persona e incluirlo en un proceso de entendimiento. No hay aún un proceso racional que garantice que no haya casos disonantes, es decir, donde no se armonicen las intenciones propias y las ajenas.

Esto quiere decir para Habermas, que para continuar siendo sí mismo sólo nos es posible porque podemos diferenciar entre lo que somos y lo que pasa con nosotros en una existencia corporal que prolonga un destino por naturaleza que alcanza más atrás del proceso de socialización. Para ello Habermas hace referencia a la idea de Hannah Arendt sobre la natalidad, como expresión de este indisponible desde donde nos conformamos y nos autocomprendemos, como personas humanas.

NO SÓLO UNO MÁS DE LA ESPECIE

Precisamente lo que los liberales, como el doctor Elrond Tyrell, no pueden diferenciar es que al nacer un individuo, nace un «nuevo» individuo, y no simplemente otro más de la especie, por lo que las consecuencias de una eugenesia liberal, sin reparos morales, nos llevaría a un cambio radical y total en nuestra propia auto-comprensión como especie, como ese linaje de seres humanos que se constituyen autónomamente en sí mismos por relaciones comunicativas. Así, la diferencia entre una persona que tiene un programa genético natural y una que lo tiene intencionadamente por la voluntad de terceros, es que produce relaciones asimétricas entre el programador y el programado. No están en las mismas condiciones y se socava la propia dignidad de la vida humana, como dice Habermas: «La programación eugenésica perpetúa una dependencia entre personas que saben que para ellas está excluido por principio intercambiar sus respectivos lugares sociales».9 Esto nos lleva al segundo planteamiento base del filme que se resume en la escena de la muerte del replicante Roy Batty. Después de cuestionar a su creador y asesinarlo quitándole los ojos por no tener una respuesta acerca de por qué no tiene más vida, Batty y Deckard se enfrentan en una persecución donde el perseguidor, Deckard, termina vencido por Batty –pues físicamente no tiene ningún poder contra él. Cuando está a punto de morir cayendo de un edificio, Batty lo toma del brazo y lo salva, con el torso desnudo en medio de una incesante lluvia, mirando de frente a la cámara, Batty sostiene una paloma en sus brazos y expresa la alegría y su pasión por la vida humana, haciendo énfasis en la singularidad y unicidad de su experiencia. Sabe que se encuentra ya en el instante de caducidad de su vida, y dice que es tiempo de morir, que sus ojos han visto galaxias y experiencias maravillosas del universo, pero que en este momento se irán 331

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Una hermosa escena de Blade Runner sobre el significado de la vida y la muerte

con él como las lágrimas en la lluvia. La escena concluye con la paloma levantando el vuelo, que indica que Batty ha terminado su vida, ante el asombro de Deckard quien queda perplejo ante el significado de este hecho. Es una de las escenas más hermosas en el cine sobre el significado de la vida y la muerte de los seres humanos, sean o no replicantes, plantea la cuestión de que lo humano se refiere a que existe algo de lo que no se puede disponer, reducir o subordinar a la intervención tecnológica. Es la unicidad y singularidad de la existencia humana no por la dotación genética, sino por la relación de conciencia y libertad que adquiere en el tiempo con la experiencia amoral y antropológica de su modo de ser. Batty representa que lo replicante es una inmoralidad, que aún así es trascendencia por la singularidad de su existencia. Como expresaba el filósofo danés Søren Kierkegaard la ética es «el poder ser sí mismo»10 como el logro o malogro de la propia vida como la forma de autorreflexión y autoelección éticas determinadas por el interés infinito en el logro del propio proyecto de vida.

referente alguno. Y por otro lado, la libertad tampoco es una subordinación predeterminada a un tiempo y espacio, la libertad es una acción de síntesis de integración entre lo hecho y lo posible, pero esta síntesis siempre abre la posibilidad a las relaciones con algo no controlado, con lo contingente y con lo revelado. La libertad es esa capacidad de rehacer la síntesis escuchando lo que la realidad nos revela, en el caso de la eugenesia, lo que la realidad del nacimiento de un individuo nos revela. De otra forma la libertad es un instrumento de dominio para mis propios fines sean éstos legítimos o no. En otras palabras, la libertad es síntesis en lo singular del fundamento y de las posibilidades que éste mismo nos presenta, la libertad adquiere sentido por la verdad, por el discernimiento, la prudencia y la pasión con la que podamos realizarlo. La muerte de Roy Batty en el filme expresa así este carácter indisponible y la tarea ética de cada individuo de ser sí mismo como esa relación no arbitraria que al saberla y elegirla se denota como la conciencia de la singularidad y la necesidad de un fundamento relacional. Por eso Batty ve el final de su vida, como un acto de sentido, el salvar la vida de Deckard y comunicarle su experiencia, con lo cual puede morir en paz

plantea que de lo humano no se puede disponer, reducir o subordinar a la intervención tecnológica.

LIBERTAD: SÍNTESIS ENTRE LO HECHO Y LO POSIBLE

La persona debe así auto-apropiarse críticamente de su propia biografía de cara a posibilidades futuras, haciéndose por su libertad aquello que es esencialmente y quien quiere llegar a ser. De tal forma que el individuo no es sí mismo desde una arbitrariedad, sino asumiéndose en determinadas formas existenciales desde el poder que lo fundamenta, desde aquello indisponible para la voluntad humana que lo condiciona. Poder que Kierkegaard identifica con la relación interpersonal con Dios, es decir, el poder ser sí mismo se fundamenta en la interrelación personal con aquello que nos es indisponible. En esta escena, Batty es la expresión de que eso indisponible existe pero que pretendió ser negada o aniquilada por haber sido producido como un experimento genético. Batty nos dice que la libertad de nuestras acciones no está dada por lo que infinitamente podamos hacer con ella, al modo como la corporación Tyrell piensa que puede hacer con la humanidad, o como plantea el transhumanismo, donde podamos inventarnos a nosotros mismos sin

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Cfr. Robert McKee. El guión. Story. Sustancia, estructura, estilo y principios de la escritura de guiones. Barcelona. Alba minus. 2011. 2 Cfr. Slavoj Zizek. Arriesgar lo imposible. Conversaciones con Glyn Daly. Madrid, España. Trotta. 2006, pp. 56,57. 3 Héctor Velázquez Fernández. ¿Qué es la naturaleza? Introducción filosófica a la historia de la ciencia. México, DF. Porrúa, p. 186. 4 Cfr. Aristóteles. Poética, Madrid. Alianza, 2013. 5 Ridley Scott. Blade Runner, EUA, 1982, 1hr 57 min. 6 Cfr. Phillip K. Dick. Blade Runner. ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Madrid. Minotauro, 2012. 7 Cfr. Jürgen Habermas. El futuro de la naturaleza humana ¿Hacia una eugenesia liberal? Barcelona. Paidós Ibérica, 2002. 8 Cfr. Ibid, p. 87. 9 Ibid, p. 89. 10 Cfr. Søren A. Kierkegaard. «El equilibrio entre lo estético y lo ético en la formación de la personalidad» en O lo uno o lo otro. Un fragmento de vida II, Madrid. Trotta, 2007. 1



R E P â– C O N G R E S os Y C O N V E N C I O N E S

Congresos, convenciones y reuniones de trabajo REPORTE ESPECIAL PUBLICITARIO

El trabajo aburrido se queda en la oficina.

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R E P ■ C O N G R E S os Y C O N V E N C I O N E S

HOTELITO

DESCONOCIDO Reuniones de negocios en espacios que estimulan la creatividad El ritmo de vida actual, la feroz competencia y la velocidad de las comunicaciones, nos exigen tomar decisiones importantes para el crecimiento de una empresa en poco tiempo; situación que, en muchas ocasiones, genera estrés. Las personas en puestos directivos cargan con la presión de crear nuevas estrategias, modelos de gestión, presupuestos agresivos y llevar a buen puerto cualquier negociación. Así, el trabajo se convierte en un juego de ajedrez sin fin. Pareciera que sólo el que está a la vanguardia tiene posibilidades de triunfar. Y aunque las empresas exitosas suelen seleccionar al mejor capital humano, la clave es mantener motivado al personal.

cha ideas novedosas. Cuenta con 27 habitaciones ambientadas al estilo del famoso juego de “la lotería mexicana”.

Los grandes corporativos alcanzan excelentes resultados cuando los miembros de su empresa gozan de las mejores condiciones para crear, inventar, renovar y proponer. Y los viajes, por ejemplo, son una herramienta única para formar estrategias triunfales.

Los grupos prefieren a Hotelito Desconocido, porque aquí encuentran el equilibrio perfecto entre, trabajo y relajación. Explotan su capacidad intelectual durante la mañana, con la promesa de que en la tarde tendrán como recompensa un masaje en el SPA, un paseo a caballo o en catamarán por la laguna, mientras disfrutan del atardecer.

Hotelito Desconocido ofrece un excelente espacio, dentro de una reserva natural de 60 hectáreas protegidas por la UNESCO, para romper con la monotonía y poner en mar-

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Humberto Lerma, director del hotel, afirma que cada vez son más los empresarios que eligen este paraíso como el recinto ideal para crear sus estrategias de ventas, proyecciones corporativas o simplemente descansar después de un objetivo cumplido.

Contamos con todos los recursos necesarios para que su reunión de trabajo se convierta en un placer, al menos así


R E P ■ C O N G R E S os Y C O N V E N C I O N E S

Ir un paso adelante siempre será la diferencia entre lo ordinario y lo extraordinario. Hotelito Desconocido es el recinto perfecto para que los miembros de tu empresa dejen fluir la imaginación y se planteen metas aún más altas.

lo manifiestan los grupos que han descubierto este paraíso y regresan a sus empresas con mayor entusiasmo. Entre las actividades que se pueden desarrollar en este edén destacan: kayak por la laguna, yoga en la playa, padel board en el estero, wind surf, pesca, actividades recreativas para crear team building, pista de tenis, temazcal, circuito de talasoterapia (terapias a base de agua de mar), cenas de negocios bajo un manto de estrellas, entre otras. Una alimentación balanceada es ideal para recobrar energías, para ello, el lugar cuenta con vivero, huerto, animales y pesca en mar y laguna. Así, 60% de los insumos son frescos y hechos en casa, lo que asegura la calidad de su cocina mexicana con toques internacionales.

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R E P ■ C O N G R E S os Y C O N V E N C I O N E S

Xixim Unique Mayan Hotel

En la “Reserva especial de la biósfera de Celestún”, al noroeste de la península de Yucatán, yace Xixim, lugar que se caracteriza por su cálida hospitalidad maya y servicios de esparcimiento y bienestar, ideales para convertir un retiro o convención en una grata e inmejorable experiencia. 62

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R E P ■ C O N G R E S os Y C O N V E N C I O N E S

El hotel, construido en 25 hectáreas, con 5 km de playa virgen de arena blanca, tapizada de conchas de mar, ofrece: • 32 suites tipo casa maya, con terraza privada y vista al mar. • 2 albercas, una familiar con chapoteadero y otra de bienestar con jacuzzi. • Un pabellón circular de 13 metros de diámetro, excelente para grupos de 40 a 80 personas dependiendo del orden: en herradura o auditorio con templete, etcétera. • Un área de bienestar con íntimos cubículos para recibir masajes, exfoliaciones, aromaterapia y demás; un espacio de jugoterapia para disfrutar de batidos especialmente elaborados para mejorar la salud, gimnasio bien equipado con la posibilidad de recibir clases de yoga Shiatsu, Thai Chi, Kung Fu, etcétera. • El restaurante Zaxim, con capacidad para 120 personas, brinda un menú fusión maya-yucateco-mexicano y otro vegetariano. • Bar “El santuario” con espectacular vista al golfo de México, biblioteca en cuatro idiomas, salón de juegos, sala de proyección de DVD, videos y TV. • La increíble biodiversidad de flora y fauna de la “Reserva especial de la biósfera de Celestún”. • Excursiones en la región, como el paseo a la Ría para observar flamencos rosados y otras especies, safaris nocturnos, visita a las salineras, pesca y mucho más.

Informes X i x i m , U n i q u e M aya n H ot e l www.hotelxixim.com (988) 916 2100

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Miscelánea

Amistad

Suma alegrías y resta penas

Una persona no puede desarrollarse sola, para crecer y mejorar necesita de los amigos. La amistad no es algo que se añade a la felicidad, es un elemento integrante; sin la amistad la perfección humana quedaría incompleta y, sin ella, la felicidad no sería posible.

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Licenciado y maestro en Filosofía (UNAM). Doctor en Filosofía (Universidad de la Santa Cruz), Roma. Ha sido profesor y director de la Facultad de Filosofía en la Universidad Panamericana y profesor del área de Factor Humano en el IPADE. Autor de los libros Vivir en la realidad para ser feliz; del resentimiento al perdón, una puerta a la felicidad, Metafísica de la esencia y El camino de la felicidad.

Francisco Ugarte Corcuera

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l acuerdo sobre el valor de la amistad −en sí misma y para la vida de cualquier persona− parece ser unánime. Todo mundo coincide en que se trata de algo importante, cuyos beneficios suelen ser abundantes. El valor de la amistad no requiere ser demostrado porque se impone de manera evidente, sea debido a que se tenga la experiencia de lo que los amigos representan, o bien porque se experimente la necesidad de ellos, cuando no se tienen. En este segundo caso, no hay comprensión directa de la amistad, pero se puede valorar por el vacío que su ausencia produce. Sobre el valor de la amistad se han dicho cosas sublimes a lo La pregunta era bien simple: ¿de cuál de estas tres malargo de la historia, que expresan ese convencimiento general de neras prefieres celebrar tu cumpleaños? La respuesta fue la cuán necesario es, para la vida humana, contar con amigos. El libro del Eclesiástico afirma que quien encuentra un amigo halla siguiente: los dos primeros cuadros apenas sumaron 15% de un tesoro, pues el amigo fiel no tiene precio; es significativa la com- adhesiones, mientras que los votos obtenidos por el tercero superaron ampliamente el 70%. La encuesta se ha repetido paración del amigo con un tesoro de valor incalculable, pues ciertamente lo que un amigo proporciona es algo de mucha luego muchas veces y en lugares muy diversos, y los resultados han sido siempre los mismos. mayor valía que cualquier objeto material, incluido el dinero. ¿A qué se debe este reconocimiento generalizado de la amisAlgunos autores han manifestado cuánto aprecian la tad? ¿En qué radica su valor? Sin ánimo de agotar los motivos amistad, al considerarla no sólo uno de los bienes más altos, sino el mayor de todos. Aristóteles advierte que un amigo por los cuales la amistad es un bien tan grande, se señalan a connos parece el más precioso de los bienes de la vida. Cicerón, re- tinuación algunos de ellos, con el testimonio de diversos autores. firiéndose a la amistad, se expresa así: con la excepción de la sabiduría, creo que nada mejor le ha sido dado al hombre por los AUMENTA LA ALEGRÍA Y MITIGA LAS PENAS dioses inmortales. Lope de Vega anota: Yo digo siempre, y lo diré y Cuando alguien se encuentra contento por algún suceso falo digo, que es la amistad el bien mayor humano. Ortega y Gasset vorable que ha ocurrido en su vida o por cualquier bien que sostiene que una amistad delicadamente cincelada, cuidada como ha recibido, tiende a compartirlo con las personas que quiere se cuida una obra de arte, es la cima del universo. y, cuando lo hace, nota cómo aquella alegría se intensifica en También es interesante destacar que lo valioso de la su interior. Cuando la alegría se participa a otros, no sólo no amistad es reconocido espontáneamente por personas de se pierde −como puede ocurrir con las cosas materiales−, sino todas las edades, incluidos los niños, como lo demuestra la que se incrementa. Y, paralelamente, con las penas ocurre lo siguiente experiencia. Se trata de una encuesta que alcanzó contrario: al compartirlas con los amigos, disminuye su efecto gran celebridad en su día, organizada por el departamento depresivo; se experimenta alivio porque ya no las lleva uno de Psicología de la Universidad de Lovaina (Bélgica). A un solo. Por eso, Francis Bacon dice: la amistad duplica las alegrías grupo de niños menores de doce años, les entregaron tres y reduce las penas a la mitad. cartones donde se describían tres formas distintas de celebrar Santiago Ramón y Cajal destaca que la jovialidad de los amila fiesta de cumpleaños. En el primero aparecía el niño, solo, gos constituye el mejor antídoto contra los desengaños del mundo y rodeado de innumerables regalos; en el segundo, el niño las fatigas del trabajo. Invirtiendo el viejo refrán, deberíamos decir: estaba sentado a la mesa con sus padres y, sobre la mesa, un «Quien bien te quiera, te hará reír». Y Felipe Jacinto Salas expresa gran paquete que contenía un regalo; en el tercero no había en términos poéticos el beneficio de compartir las penas con el ningún regalo, pero el niño estaba acompañado de mucha amigo: Brumosa y triste se siente el alma / mientras la oprimen secretos gente, todos sus familiares y gran cantidad de amigos. duelos; / si al fiel amigo los comunica, / se alivia el peso de su tormento.

«Lo difícil no es estar con los amigos cuando tienen razón, sino cuando están

equivocados». André Malraux.

EVITA LA SOLEDAD

Hay quienes se encuentran habitualmente rodeados de mucha gente y, a pesar de ello, se sienten solos, por su carencia de relaciones de amistad. Esto quiere decir que el problema de la soledad no de331

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El amigo auténtico da prioridad al amigo sobre su propia persona, está dispuesto

pende tanto de la distancia física de las personas, sino de la falta de vinculación interior con ellas. Y esto ocurre cuando no existe amistad con las personas con quienes se convive, con el consiguiente sufrimiento que esto trae consigo. Por eso dice Aristóteles que la privación de amigos, el aislamiento, es la cosa más terrible, porque ni la vida entera ni las relaciones voluntarias son posibles sin los amigos. Y Francis Bacon subraya con fuerza que no hay soledad más triste que la de un hombre sin amigos, sin los cuales el mundo es un desierto: quien sea incapaz de sentir amistad, tiene más de bestia que de hombre. En cambio, la relación de amistad lleva a ser uno con el amigo, lo cual exige estar cerca de él y evitar que experimente la soledad, porque, como afirma santo Tomás, cuando uno tiene amistad con alguien, quiere el bien para quien ama como lo quiere para sí mismo, y de ahí ese sentir al amigo como otro yo.

amigo, pero se requiere ser muy fino para simpatizar con su éxito.

PROTEGE Y ES APOYO EN LAS DIFICULTADES

Un amigo fiel es poderoso protector; el que lo encuentra halla un tesoro, asegura el autor sagrado, porque si el amigo es realmente fiel, su apoyo es siempre incondicional; sabe estar con el amigo en todas las circunstancias, en las buenas y en las malas. Lo difícil no es estar con los amigos cuando tienen razón, sino cuando están equivocados, considera André Malraux. Y Marlene Dietrich ilustra con acierto la incondicionalidad de la verdadera amistad: Son los amigos a los que puedes despertar a las cuatro de la madrugada los que cuentan. El amigo auténtico da prioridad al amigo sobre su propia persona, está dispuesto a dejar a un lado sus gustos e intereses si así lo requieren las necesidades del amigo. Esto se manifiesta especialmente en las situaciones difíciles que le exigen renunciar a sí mismo, correr riesgos, o cuanto haga falta, para apoyar al otro. También es en esas circunstancias adversas cuando se descubre una falsa amistad, como expresa gráficamente la siguiente fábula de Esopo:

a dejar a un lado sus gustos e intereses si es necesario.

TRANSFORMA LOS SENTIMIENTOS NEGATIVOS

Cuando la amistad es real, la percepción del amigo y de todo lo que a él se refiere se torna sorprendentemente positiva, por el afecto que se le tiene. Cualquier motivo de conflicto se convierte en ocasión de unión; lo que en otros casos produciría el amargo efecto de la envidia, se torna en fuente de alegría, porque el bien del amigo se considera como propio. Así se lee respecto a San Gregorio Nacianceno y a San Basilio Magno, dos grandes amigos del siglo cuarto, según testimonio del primero: Nos movía un mismo deseo de saber, actitud que suele ocasionar profundas envidias, y, sin embargo, carecíamos de envidia; en cambio, teníamos en gran aprecio la emulación. Contendíamos entre nosotros, no para ver quién era el primero, sino para averiguar quién cedía al otro la primacía; cada uno de nosotros consideraba la gloria del otro como propia. Esto es lo maravilloso de la auténtica amistad: cada uno experimenta un gozo sincero ante los triunfos del amigo y ante todo lo que constituya su bien, lo cual no suele ocurrir cuando la amistad no es verdadera. Por eso Oscar Wilde afirma con agudeza que cualquiera puede simpatizar con los sufrimientos de un 66

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Dos amigos iban por el mismo camino. De repente, apareció un oso. Uno de ellos se subió precipitadamente a un árbol y allí se escondió. El otro, a punto de ser atrapado, se dejó caer en el suelo y se hizo el muerto. El oso le arrimó el hocico y le olfateaba, mientras él contenía la respiración, porque dicen que el oso no toca un cadáver. Cuando se marchó, el del árbol le preguntó qué le había dicho el oso al oído; éste respondió: «No viajar en adelante en compañía de amigos semejantes, que no permanecen al lado de uno en los peligros».

ES DESINTERESADA Y ACOMPAÑA HASTA LA MUERTE

El desinterés en la amistad se refiere al de uno mismo, a poner en segundo plano los propios intereses para que prevalezcan los del amigo; y es a su vez condición para que el interés por


ALTAVISTA A PARTIR DE JUNIO 2014

MASARYK · BOSQUES · SATÉLITE HISTORIASENPAPEL.COM


Miscelánea

el amigo sea total y no tenga límites, aun cuando se trate de arriesgar la propia vida. El siguiente diálogo, entre un soldado y su capitán, ocurrido en el contexto de una guerra, lo refleja de manera elocuente:

—Mi amigo no ha regresado del campo de batalla, señor, solicito permiso para salir a buscarlo. El capitán: —Permiso denegado; no quiero que arriesgue usted su vida por un hombre que probablemente ha muerto. El soldado, haciendo caso omiso de la prohibición, salió, y una hora más tarde regresó mortalmente herido, transportando el cadáver de su amigo. El capitán estaba furioso: —¡Ya le dije yo que había muerto! ¡Ahora he perdido a dos hombres! Dígame, ¿valía la pena salir para traer un cadáver? El soldado, moribundo, respondió: —¡Claro que sí, señor! Cuando lo encontré, todavía estaba vivo y pudo decirme: Jaime, estaba seguro de que vendrías.

los primeros que toca en suerte. El hombre feliz tiene, por tanto, necesidad de amigos. Y en la literatura científica contemporánea existen muchos descubrimientos que confirman la estrecha influencia de la amistad en la felicidad. Como advierte Demir: décadas de investigación empírica han demostrado que tener amigos y experiencias de cercana amistad […] son vaticinadores esenciales de felicidad […], por lo que el papel de las amistades en la felicidad ha sido llamado «la verdad profunda», por encima de otros factores, como la salud física, el éxito profesional o el bienestar, que también pueden favorecer que las personas sean más felices, pero cuya influencia es menor que la amistad. Desde otro punto de vista, si la felicidad deriva de la plenitud que la persona alcanza cuando pone en juego todas sus capacidades y desarrolla sus fortalezas, se debe tener presente que no se puede prescindir de la amistad para alcanzar esa plenitud, al ser factor necesario para el perfeccionamiento humano. Una persona no puede desarrollarse sola, para crecer y mejorar necesita de los amigos. Por tanto, cabe decir que la amistad no es algo añadido a la felicidad, sino que forma parte de ésta como elemento integrante, pues sin la amistad la perfección humana quedaría incompleta y, sin ella, la felicidad no sería posible.

El problema de la soledad no depende tanto de la distancia física de las personas, sino de la falta de vinculación interior con ellas. Otro suceso resalta el valor de la amistad hasta la muerte, que además produjo una auténtica transformación en quien pretendía acabar con una vida humana. Se cuenta que, cuando el filósofo pitagórico Fincias, condenado a muerte por el déspota Dionisio, le pidió un día de permiso para ir a su casa, fuera de la ciudad, a ordenar sus asuntos. Dionisio consintió con tal que dejase como rehén a su amigo Damón. Y, cuando vio presentarse a éste confiadamente y a Fincias regresar a tiempo, en vez de hacerle matar, pidió humildemente ser admitido en la amistad de ambos, que tanto le había conmovido.

FAVORECE E INCREMENTA LA FELICIDAD

¿En qué medida los amigos pueden intervenir en la consecución del deseo radical de felicidad que todo ser humano experimenta? Aristóteles se pregunta si la amistad es o no necesaria para la felicidad, después de afirmar que la felicidad consiste en la virtud y, más concretamente, en la virtud contemplativa (que confiere al sabio una suerte de autosuficiencia que parecería no hacerle falta ninguna otra cosa para ser feliz). En su respuesta prescinde del análisis especulativo y se fija en la experiencia existencial, a partir de la cual concluye que está claro que es mejor pasar las jornadas junto con amigos y personas virtuosas, que con extraños y con 68

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CONDUCE A LA UNIÓN CON DIOS

Un síntoma inequívoco de auténtica amistad es que el amigo desea la mejora y la superación continua del amigo, y pone los medios a su alcance para ayudarle a conseguirla. Cada uno ofrece al otro lo mejor de sí mismo, todo con el único interés de favorecerlo. Para quien es persona de fe, no hay duda respecto al bien supremo que puede ofrecer a su amigo, esto es, conducirlo hacia Dios, como lo señala con precisión Fernando Ocáriz: Ya que el amor lleva a desear y procurar el bien a quien se ama, el orden de la caridad lleva a procurar principalmente la unión de los demás con Dios, pues en eso está el máximo bien, el definitivo. ¿Y cómo se concreta esta acción? El papa Francisco da la respuesta cuando explica que, partiendo de una actitud respetuosa y amable, el primer momento es un diálogo personal, donde la otra persona se expresa y comparte sus alegrías, sus esperanzas, las inquietudes de sus seres queridos y tantas cosas que llenan el corazón. Sólo después de esta conversación es posible presentarle […] el anuncio fundamental: el amor personal de Dios que se hizo hombre, se entregó por nosotros y está vivo ofreciendo su salvación y su amistad. Aunque el valor de la amistad se impone de manera evidente y por tanto no requiere ser demostrado, los motivos aquí señalados confirman que la amistad es un verdadero tesoro que vale la pena cultivar, y explican por qué el acuerdo sobre el valor de la amistad es unánime.



Miscelánea

Niños Migrantes

nuevos protagonistas del cine mexicano

El cine ha representado por décadas a esos miles de migrantes que perforan la frontera de Estados Unidos en busca de una mejor vida. Las narrativas ahora tratan de crear conciencia sobre un nuevo fenómeno: niños, que comienzan su propia odisea buscando el lazo intangible del amor familiar. 70

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Doctora en Ciencias Políticas y Sociales; maestra y licenciada en Ciencias de la Comunicación (UNAM). Profesora investigadora en la UP. Candidata en el Sistema Nacional de Investigadores del CONACYT

Alma Delia Zamorano Rojas

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l cine, uno de los grandes escenarios de lo imaginario, manifiesta la capacidad creativa de la ilusión, se accede a lo inexistente a través de la invención o creación en el intelecto «…afecta los modos de simbolizar de aquello que conocemos como realidad y esta actividad se cuela en todas las instancias de nuestra vida social».1 Múltiples relatos audiovisuales sobre el fenómeno migray dudosa situación legal, para convertirse en un proceso legal, torio nutren ese imaginario: las narrativas se definen como «formas y modos en que se muestra o representa la vida»2 y masculino, de origen rural y orientado hacia el trabajo agrícola.4 «construcciones culturales que podemos utilizar para entenEn los años 50, ya terminada la guerra, el cine mexicano der y expresar elementos como la subjetividad, los puntos de siguió desarrollando argumentos sobre el paso de indovista de personajes y creadores, la temporalidad de las accio- cumentados a Estados Unidos para trabajar y mejorar sus nes humanas y, además, interpretar y explicar nuestro propio condiciones de vida. Búsqueda que se plasmó en cintas pensamiento del sentido común».3 Cada sujeto construye la como Soy mexicano de acá de este lado (1953, Miguel Contreras Torres) y en una película emblemática, Espaldas mojadas (1953, identidad narrativa sobre sus experiencias significativas. Por lo general, las narrativas sobre migración se produ- Alejandro Galindo), que denunciaba el abuso de que eran víctimas los trabajadores migrantes. jeron respondiendo a una visión del mundo y a experiencias A partir de ese film, el tema se convirtió en parte del interpretadas en el tiempo y el espacio. Se representan como un fenómeno social e histórico que implica el destierro de per- imaginario social, y sus representaciones cinematográficas sonas, junto con objetos, construcciones, historia, prácticas co- reforzaron la idea de que el personaje del migrante debía ser tidianas, música, comida… en resumen, las formas en que los martirizado y victimizado, para que sirviera de ejemplo a los muchos mexicanos que pensaban iniciar el éxodo. sujetos plasman sus costumbres, valores, normas y creencias y Películas de este tipo fueron El bracero del año (1968, Rafael constituyen una cultura particular en un territorio específico. Baledón), Soy chicano y mexicano (1975, Tito Novaro), Deportados (1975, Arturo Martínez), Somos del otro laredo (Chicanos Go EL CINE RETRATA UN ASOMO A LA REALIDAD Home) (1976, Ismael Rodríguez) y El puente (La vida de un latino El cine mexicano comenzó a trabajar el tema de la migración desde finales de los años 40, con películas como Pito Pérez se en Estados Unidos) (1985 José Luis Urquieta), entre muchas otras, casi siempre con un enfoque del melodrama tremendista. va de bracero (1949, Alfonso Patiño Gómez), que emergía de La migración continuó como práctica cotidiana en los un contexto histórico real. El «Programa Bracero», nacido en Estados Unidos, fue un sistema emergente de trabajadores años 80, el imaginario cinematográfico reprobaba y aleccionaba sobre el viaje y la búsqueda del American Dream. A lo migratorios basado en la necesidad de fuerza de trabajo que que se incorporó una problemática que empezaba a hacerse cubriera la escasez de hombres que generó el frente de la IIGM, patente: el narcotráfico, en donde en medio de un mundo sobre todo en el ámbito agrícola. La necesidad de levantar la cosecha animó al gobierno norteamericano a un acercamiento de violencia y traiciones, muchos migrantes pasaron de ser con México para que miles de hombres prestaran sus brazos hombres sufridos a sujetos vengativos. para trabajar en los campos y en los rieles. Ese programa inauguró un nuevo periodo en la historia de BÚSQUEDA INFRUCTUOSA la migración México-Estados Unidos, al trasformar radicalmen- Primero surgieron películas de frontera como Camelia la tejana, te el patrón migratorio, que dejó de ser familiar, de larga estancia y después se volvió tema constante, con un enfoque dominante: los inmigrantes siempre como víctimas, en películas de calvario. No creo que en los 80 o 90 haya películas con la lucidez de Norteado o La frontera infinita, más bien son trabajos ingenuos, como los de los hermanos Almada.5 A partir de los años 90, con el llamado «nuevo cine mexicano», la migración tuvo nuevas propuestas

El migrante se convirtió en parte del imaginario social y el cine lo victimizó

para que sirviera de ejemplo a quienes pensaban iniciar el éxodo.

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Miscelánea

argumentales, como el cine con moraleja: la presenta como una búsqueda sin éxito, aunque lograran cruzar la frontera, no alcanzaban el triunfo soñado, en películas como El viaje de Teo (2008, Walter Doehner), Al otro lado (2009, Gustavo Loza), Espiral (2010, Jorge Pérez Solano), o Abel (Diego Luna, 2010). La migración era fruto de una necesidad: la crisis económica que alcanza a los sectores más vulnerables; pero el fin de las historias casi siempre es trágico y la enseñanza clara: ser migrante no ofrece estatus, dólares, ni trabajo asegurado, sólo la desgracia y en muchos de los casos la muerte.

NUEVO ENFOQUE: LOS QUE SE QUEDAN

Otra propuesta fue no revisar el largo camino del migrante, sino volver la mirada hacia quienes esperan el regreso, pues el fenómeno migratorio rompe vínculos sociales y familiares. Esta línea argumental examina los nuevos roles que adquieren niños y mujeres en la dinámica social, particularmente en películas como Espiral (2010, Jorge Pérez Solano) y Los que se quedan (2008, Juan Carlos Rulfo y Carlos Hagerman). Tras la aprobación de la Ley 187 que proponía negar los servicios sociales, médicos y de educación a los «ilegales» en California, Sergio Arau filmó la comedia Un día sin mexicanos (2004) que narra cómo una mañana desaparecen de ese estado catorce millones de hispanos, paralizando todos los sectores de servicios. el fenómeno ha cobrado un nuevo giro en los últimos años, Otra incursión novedosa de los últimos años es ver pues la fisonomía de la migración tiene hoy un rostro infantil. la migración no sólo como problema binacional, MéxicoEl cine actual propone en esta ya vieja temática, una arista Estados Unidos, pues toda América Latina busca ahora el poco conocida, pero real: día con día la niñez enfrenta la sueño americano. Películas agresivas, en tono de denuncia en desintegración familiar, aunada a la pobreza, falta de opordonde «la bestia», el tren de carga que atraviesa el territorio tunidades y el anhelo de un mejor futuro «al otro lado», a mexicano, lleva semana tras semana a cientos de migrantes, donde fueron padres, tíos, hermanos o vecinos. que enfrentan sus peores temores en películas como Sin Buscan seguir el ejemplo de quienes regresan a su lugar nombre (2009, Cary Joji Fukunaga) o La vida precoz y breve de origen con un gran coche y enormes televisiones, contande Sabina Rivas (2012, Luis Mandoki), entre otros. do historias de éxito. Pero, por cada una de éstas ¿cuántas Este último film retrata la violenta y dramática aventura existen de fracaso y muerte en el desierto? Quieren irse porde los migrantes sudamericanos. Recrea la atmósfera de que aspiran a algo mejor, pero ¿y la complicación del viaje? desolación y miseria de la frontera mexicana; la escandalosa Llegar y lograr una historia triunfal en Estados Unidos no es confabulación entre la policía de inmigración mexicana, las fácil; en muchas ocasiones, niñas y niños se preparan para bandas violentas de «los Maras», los agentes aduaneros y, iniciar el viaje en busca de sus familiares o conocidos. en última instancia, el ejército guatemalteco. Una narrativa En el proceso migratorio los menores son los más vulneágil y diálogos precisos, dan a la historia un enfoque muy rables a los peligros físicos, naturales y a la continua violación convincente, donde estos elementos, más que una denuncia, de sus derechos humanos. Los escasos datos sobre el número describen una realidad…6 y sus características socio demográficas limitan las propuestas de política migratoria para protegerlos. Las fuentes mexicanas no permiten conocer los montos NUEVO ROSTRO INFANTIL ¿Los migrantes son sólo hombres y mujeres que buscan me- migrantes menores de edad; pero las cifras de repatriados mexicanos que las autoridades norteamericanas devuelven a jores condiciones de vida? En la mayoría de los casos sí, pero México, ofrecen una aproximación. La repatriación de mexicanos fluctuó alrededor de 500 mil eventos por año de 2003 a 2007, aumentó en 2008 y llegó a su máximo en 2009 con 601 mil eventos de devolución. La distinción por edad deja ver que en

Un nuevo enfoque fue volver la mirada a quienes esperan el regreso. La migración

rompe vínculos, obliga a jugar nuevos roles y cambia la dinámica social.

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promedio siete de cada 100 eventos se refieren a niños.7

VIAJES EN CORRIENTES CONTRARIAS

Otra incursión novedosa reciente es no ver la migración como problema binacional sino de casi toda la

En este contexto socio histórico, el cine retoma la vieja narrativa y construye nuevos imaginarios como las películas El viaje de Teo (2008, Walter Doehner) y La misma luna (Patricia Riggen, 2007). En ambos casos, el protagonista es un pequeño que vive bajo el cuidado de un padre o madre sustitutos, a quien las circunstancias empujan a cruzar la frontera y refugiarse en la bondad de los extraños. En la primera cinta, Teo (Erick Cañete) es un niño oaxaqueño de nueve años que vive con su tío; no conoce a su padre, Wenceslao (Damián Alcázar), porque fue encarcelado. Un día Wenceslao vuelve para llevarse a Teo hasta Nogales y pretende cruzar la frontera, pero son víctimas de bajadores que los asaltan y separan. Teo se refugia con una familia que vive al pie del muro fronterizo, en la que otro niño un poco mayor, Chuy (Andrés Márquez), hace de ayudante de polleros para llevar algún dinero a su mamá. Teo y Chuy fortalecen su amistad y como el padre de Teo no regresa con los deportados que llegan cada día, deciden que Teo intente el siguiente cruce que lidere Chuy. La película refleja lo que pasa en el país, busca reflexionar sobre la situación en México, porque ahora las iniciativas de leyes migratorias en Estados Unidos son para naturalizar a los inmigrantes. Hay 10 millones de mexicanos, o sea 10% de nuestra población, que antes querían volver a México, lo que ya no está sucediendo.8 El Festival de Cine de Montreal, en la sección del Mundo, reconoció la película con la mención especial del Jurado Ecuménico, por mostrar −a través de los ojos de un niño− la historia universal de quienes dejan su país de origen en busca de mejores oportunidades de vida. En el 22 Festival Internacional de Cine de Guadalajara, recibió el premio Cine en Construcción Rubén Gámez y en la primera edición del Festival Internacional de Cine de la Frontera, fue condecorado con la Duna de Plata en la categoría de largometraje mexicano. Dice el director: «La historia de Teo es un símil del país; es un niño puesto frente las puertas de la patria, con

el empujón de cruzar al otro lado. Le quité la necesidad económica, los padres cruzan por dinero, él lo hace por la imperiosa necesidad de rescatar a su familia, de tener a su familia. Veo un poco así al país. Se van nuestros inmigrantes, antes volvían, ahora se están quedando; estamos perdiendo toda una generación de compatriotas [...] Antes, de un grupo de 20, los 20 eran hombres, ahora, de ese mismo conjunto seis son hombres, 10 mujeres y cuatro niños. Paradójicamente, mientras más difícil es pasar, los que lo hacen son los más vulnerables…».9 Otro elemento importante en la cinta es el abandono, pues muchos niños son llamados «al otro lado» para acompañar a sus padres; el problema es lo riesgoso del camino, y que quedan en manos de la necesidad y de la problemática de una frontera criminalizada y sobreprotegida. Al tiempo que se realizaba El viaje de Teo, coincidentemente se filmó La misma luna, que obtuvo inusitado éxito en taquillas estadounidenses. Cuenta la historia de Rosario (Kate del Castillo), una mujer del norte de México que trabaja ilegalmente en Los Ángeles como empleada doméstica. Emplea parte del poco dinero que gana para sostener a su hijo de nueve años, Carlitos (Adrián Alonso), quien vive con su abuela enferma. El único contacto entre ambos son las llamadas telefónicas que ella le hace la mañana del domingo. Cuando muere su abuela, Carlitos decide escapar e intenta reunirse con su madre. Cruzar la frontera será el menor de los problemas que enfrenta para llegar a los barrios latinos de la ciudad californiana. Como una aventura de coraje infantil, la trama le coloca en el camino a otros personajes, paisanos mexicanos, que le brindan solidaridad. Es una paradoja histórica, los mexicanos sufren humillaciones por ir a un territorio que les fue arrebatado por la expansión unilateral de Estados Unidos. En este caso, los personajes son el niño que cruza la frontera para buscar a su madre, en tanto ella desea regresar a México, cansada de tanta afrenta y en búsqueda del hijo. Dos viajes en corrientes contrarias...10

América Latina.

CONSTANTE LUCHA CONTRA LA NOSTALGIA

Miles de migrantes indocumentados, perforan la frontera de México y Estados 331

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Miscelánea

Unidos en busca de una mejor vida para los suyos. Realidad recurrente manifestada en numerosas ocasiones a través del séptimo arte mexicano, que ha incursionado desde diversas narrativas tratando de crear conciencia sobre el fenómeno, incursionando en los últimos años con nuevos sujetos migrantes: niños, que comienzan su propia odisea buscando ese lazo intangible del amor familiar. En estos viajes se da una lucha constante contra la nostalgia, solo una de las cadenas que arrastran los indocumentados en Estados Unidos. Aunque en el caso de los niños, el silencio es la condición necesaria para partir, atravesar la frontera y subsistir en un país en donde tuvieron que resignarse a otro gran silencio, dado que desconocen costumbres, tradiciones y lengua. Además, pocos se interesan en ellos y en sus expectativas. El cine mexicano contemporáneo se resignifica y redefine: al mostrar la migración infantil, ofrece la posibilidad invaluable de mirarnos, en ese proceso de aprendizaje del mundo a través de imágenes que se vuelven cada día más, lo cotidiano, lo conocido, lo imaginado y lo temido, proyectando a los espectadores, imaginarios del migrante con nuevos rostros de niños.

Hay 10 millones de mexicanos, 10%

de nuestra población, que antes querían volver a México, lo que ya no está sucediendo. Armando Silva, Los imaginarios urbanos. Bogotá y Sao Paulo: Cultura y comunicación urbana en América Latina, p. 80. 2 Armando Silva, Op. cit., p. 111. 3 Miguel Ángel Aguilar, «Narrativas» en Seminario: Cultura e identidades. FLACSO-México. 4 Jorge Durand, «El programa bracero (1942-1964). Un balance crítico. Migración y desarrollo». Disponible en internet en: http://redalyc.uaemex. mx/pdf/660/66000902.pdf [acceso 11/I/ 2013]. 5 Héctor González, «Cine y migración: Entre la denuncia y el melodrama». Milenio. Disponible en internet en: http://www.milenio.com/cdb/doc/ impreso/8782986 [acceso 12/XII/ 2012]. 6 Verónica Sánchez Marín, «La vida precoz y breve de Sabina Rivas». Revista Chilango. Disponible en internet en: http://www.chilango.com/cine/ pelicula/la-vida-precoz-y-breve-de-sabina-rivas [acceso 20/XII /2012]. 7 Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, Niños y adolescentes migrantes en México, 1990-2010, p. 23. 8 Jorge Caballero, «El viaje de Teo: La migración vista desde la óptica infantil». La Jornada. 1/X/2008, México, Secc. Espectáculos, p. 16. 9 Ibidem., p. 17. 10 William Venegas, «Crítica de cine: La misma luna». La Nación. Disponible en internet: http://wvw.nacion.com/viva/2008/agosto/12/viva1657886. html [acceso 12/VII/ 2008]. 1

Escena de la película El viaje de Teo con los actores Erick Cañete y Damián Alcázar. 74

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Miscelánea

¿Cómo

pensar como Sherlock Holmes?

Elemental, querido lector

Si Sherlock Holmes hubiera nacido en el s. XXI, quizá no cambiaría un ápice su reverenciada metodología. Observar y deducir requiere un tiempo y dedicación que no están de moda. Pero, sobre todo, entrenar la mente para centrar la atención y absorber lo necesario. A partir de los relatos del archiconocido detective, el libro de la psicóloga María Konnikova (Paidos, 2013) propone un método de interacción con el mundo y recuerda que la mente más serena es la más poderosa.

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Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona y en Teoría de la Literatura y Literatura comparada por la Universidad de Barcelona. Ha trabajado como editor y redactor en revistas de management.

Santiago Velázquez

H

ace aproximadamente un siglo, Sherlock Holmes irrumpió en el imaginario colectivo de la mano del escritor Sir Arthur Conan Doyle. Ni sus novelas han perdido atractivo ni Holmes ha perdido una pizca de su magnetismo, ya sea en la versión cinemática de Robert Downey Jr. o en la serie Sherlock de la BBC. Su estela ha inspirado a otras tantas teleseries modernas como CSI o Criminal Minds, que además de hacer las delicias del público contribuyen al aluvión de aspirantes a criminólogos en las universidades.

¿CÓMO LOGRA SEMEJANTE IMPACTO UN PERSONAJE DE FICCIÓN?

En primer lugar, formulemos la hipótesis de que el investigador de la pipa prácticamente existió (o existieron). Doyle se inspiró principalmente en el experto forense Joseph Bell, de quien tomó su gusto por las sustancias tóxicas y el meticuloso razonamiento deductivo. El historiador del crimen E.J. Wagner, en su libro The Science of Sherlock Holmes, también nombra como referentes al excriminal reconvertido en detective E. F. Vidocq, maestro del disfraz, la investigación en la escena del crimen y los moldes para recoger huellas dactilares; y al detective británico Henry Goddard, quien usó por primera vez el estudio de balística para localizar a un asesino. El mismo Conan Doyle, por su parte, participó en casos célebres de la época. La segunda hipótesis es que su razonamiento es genuino. ¿Cuánto hay de ficción en sus milimetradas deducciones? La psicóloga ruso-estadounidense María Konnikova da una respuesta cabal en su primera monografía ¿Cómo pensar como Sherlock Holmes?: Holmes posee una metodología casi infalible, no producto de la ciencia, sino de un afilado sentido común y una actitud hacia el conocimiento al alcance de todos. La autora descubre que sus cavilaciones no se alejan mucho de los hallazgos más novedosos en neurociencia y psicología. Hoy podemos sentirnos técnica e incluso cognitivamente superiores a los hombres de ciencia del s. XIX, pero hay pocas personas que piensen efectivamente como Sherlock Holmes. De hecho, la mayoría nos conducimos más como el doctor Watson.

Konnikova subraya las diferencias entre estos dos modelos de pensamiento opuestos. El que rige la mente de Holmes es brillante, preciso y visionario; mientras que el que lastra las ideas de Watson es torpe, impreciso y convencional. ¿Por qué Holmes siempre desenmascara la verdad mientras el pasmado Watson todavía sigue atando cabos? ¿Es su genialidad un rasgo ficcional fuera de nuestro alcance? Si es cierto que existe una fórmula secreta detrás de sus deducciones, Konnikova invita a aprehenderla y aplicarla a nuestra vida diaria.

HOLMES VS WATSON

Más que a la ciencia o la lógica formal, Holmes atribuye su método al «examen preciso y sistemático de los acontecimientos de que el azar nos hace testigos». Cuando conoce a Watson, sin saber nada de él, es capaz de deducir en un segundo que es médico militar y acaba de regresar de Afganistán. No hay trampa ni cartón, sino una observación minuciosa, una base sólida de conocimientos y una imaginación bien encauzada. Primero Holmes observa los hechos objetivos y tangibles: Watson tiene actitud de médico (por otra parte, profesión bastante común, gran probabilidad de acierto); su brazo muestra una rigidez poco natural (tiene una herida, ergo es militar); un rostro demacrado (su viaje no fue de placer); está bronceado y bajo la muñeca asoma su color natural (ha pasado una temporada fuera de Londres). Luego deduce que, habiendo contingentes ingleses en el país asiático, el doctor acaba de regresar de la guerra de Afganistán. Como Watson ante una brillante conclusión, ésta puede parecer obvia. Sin embargo, el proceso que la precede no es nada obvio para nuestro cerebro. Según Konnikova, la inercia natural de nuestra masa gris trabaja en contra de la buena observación y deducción. Concretamente, debemos la mayoría de nuestros juicios a «un sistema rápido, intuitivo, reactivo, que no exige mucho esfuerzo ni pensamiento consciente y actúa como un piloto automá-

Dos modelos de pensamiento: el que rige la mente de Holmes:

brillante, preciso y visionario. El que lastra las ideas de Watson: torpe, impreciso y convencional.

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Con entrenamiento podemos reprogramar nuestro cerebro para potenciar

tico», que ella llama Watson. Porque el otro sistema que tiene el cerebro, «más lento, deliberativo, riguroso, lógico, pero más costoso desde el punto de vista cognitivo, prefiere no entrar en acción a menos que lo crea absolutamente necesario». Es el sistema Holmes. Basándose en numerosas investigaciones, Konnikova sugiere que con entrenamiento podemos reprogramar nuestro cerebro para potenciar el sistema Holmes y arrinconar los hábitos ingenuos, automáticos y perezosos de Watson, y recuerda que la neurociencia ha demostrado que cuando cambiamos hábitos de pensamiento se crean nuevas conexiones neuronales. Pero antes, nuestro cerebro debe estar conscientemente predispuesto a pensar como Holmes. Esto es, decidir pensar como él. La autora aconseja dos actitudes previas: motivación y mindfulness. El concepto de mindfulness, acuñado por la psicóloga Ellen Langer, significa presencia constante, tener la atención centrada en el aquí y ahora. El ejemplo clásico de nuestra carencia de mindfulness es que a menudo olvidamos dónde dejamos las llaves al llegar a casa: actuamos con el piloto automático, sin ser conscientes de los pasos que hemos dado. Mientras que el sistema Holmes nos permite volver sobre nuestros pasos y recuperarlas, porque exige atención en todo lo que hacemos. Para anular ese piloto automático hay que estar motivado. No es novedad que estar motivado facilita cualquier tarea, pero además se ha demostrado que «las personas motivadas siempre rinden mejor». A lo que cabe añadir el fenómeno de la «codificación motivada», es decir, que recordamos mejor las cosas si estamos motivados en el momento de formar su recuerdo.

dos) y en su contenido (qué vivencias o conocimientos quiere retener para el futuro). Mientras que el desván de Watson es un amasijo de confusión, Holmes dedica tiempo a codificar correctamente los recuerdos, meterlos en la caja adecuada y poner la etiqueta pertinente que activa las pistas para su recuperación. Por muchos conocimientos almacenados… ¿de qué sirven si no los puede recuperar cuando los necesita en la escena del crimen? La autora apunta que la memoria es «el punto de partida de cómo pensamos, cómo establecemos nuestras preferencias y cómo tomamos decisiones». Por ello Holmes ejerce control sobre los recuerdos que acaba codificando. Si quiere recordar algo en el futuro porque le va a ser útil, le dedica una especial atención, se dice a sí mismo «quiero recordar esto», tiene una motivación para recordar. Antes de que se le olvide, lo cuenta a Watson con el único fin de repetirlo hasta que se consolide. Sin embargo, el sistema Watson no elige qué recuerdos almacena, de algún modo se almacenan solos en el caos de su desván, donde no encuentra lo que quiere por mucho que lo intente. Holmes ha aprendido a ser selectivo y a filtrar los instintos de su cerebro en vez de «dejar que todo pase». Por ejemplo, estando alerta en el momento de la primera impresión. La primera impresión es extremadamente poderosa a la hora de condicionar los juicios posteriores, ya que el cerebro tiende a rechazar todos los rasgos que no la refuercen. Asimismo, nos puede arrastrar al «sesgo de la correspondencia». Es decir, si la señora Mary despierta las simpatías de Watson al conocerla, todo lo positivo que perciba en adelante será un reflejo de su carácter, mientras que lo negativo será producto de circunstancias externas. Otros sesgos pueden ser las condiciones de nuestro entorno, como el tiempo atmosférico, o nuestro estado anímico (heurística afectiva). Para Watson, un día soleado o volver de una cita pueden hacerle pasar por alto que tiene al asesino delante suyo. Sólo siendo consciente de sus sesgos, podrá desactivarlos. La actitud de Holmes es un escepticismo metódico: «No da por sentado nada, ni una sola impresión […] Siempre está activo y alerta para que nada se cuele inadvertidamente en su impoluto espacio mental». Según la autora, se trata de activar la natural pasividad del cerebro, que como una esponja absorbe sin ton ni son. No es fácil.

el sistema Holmes y arrinconar los hábitos ingenuos, automáticos y perezosos de Watson.

EL DESVÁN DEL CEREBRO

Precisamente los recuerdos son el material que usa el cerebro para formar los pensamientos. Frente a un caso singular, aparentemente irresoluble, Holmes recomienda «acudir a los archivos. Nada hay nuevo bajo el sol… Cada acto o cosa tiene un precedente en el pasado». El detective se refiere a la memoria, o lo que la autora llama el «desván del cerebro»: ahí donde se forman, retienen y recuperan los recuerdos. Cada vez que Holmes sube a su desván pone orden, en su estructura (cómo decodifica y almacena los recuer78

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Únicamente muchas horas de práctica logran vencer las primeras impresiones o los prejuicios enraizados.

TODO EMPIEZA CON LA OBSERVACIÓN

El primer paso de todo método científico es observar. Observar bien es dirigir la atención hacia lo que el ojo clínico estime necesario filtrar. Para ello necesitamos tener todos los sentidos activados y estar atentos. Desafortunadamente, al aprendiz de detective le apenará saber que la mente está hecha para vagar. Sólo se concentra en actividades concretas dirigidas a objetivos, el resto del tiempo está en modo standby, al acecho de indicios de algo digno de atención (como pudiera ser un depredador). Esta tendencia natural a vagar es enemiga de la concentración. De hecho, señala la autora, encaja perfectamente con otra enemiga muy nuestra, la multitarea. Lo cual no es una buena noticia, pues se ha demostrado que «cuando nos vemos obligados a atender a varias cosas al mismo tiempo rendimos peor en todas, la memoria se reduce y el bienestar general se resiente». El padre de la psicología moderna, William James, clamaba que la educación por excelencia sería la que consiguiera mejorar la facultad de volver a encauzar la atención. Para la autora, el método Holmes es un buen punto de partida, pues nos ofrece una guía para decir al cerebro qué debe filtrar y cómo filtrarlo. Selectividad: Para utilizar la atención de manera estratégica debemos definir un objetivo, enseñar a nuestra mente a activarse ante ciertos estímulos (como cuando nos parece oír nuestro nombre en una fiesta ruidosa y nuestra atención se ausenta de la conversación de la que participamos). Objetividad: Hay que aprender a separar los hechos objetivos de las trampas de la interpretación inmediata, inconsciente, subjetiva. Una técnica holmesiana es explicar en voz alta sus teorías a Watson, para que así afloren lagunas e incongruencias que en su propia cabeza pasan inadvertidas. Inclusión: Holmes, en El sabueso de los Baskerville, explica a Watson cómo sondeó una misiva anónima que conduciría sus sospechas hacia una dama: «Cuando examiné el papel en el que estaban pegadas las palabras impresas, lo estudié en gran detenimiento en busca de la filigrana. Al hacerlo me acerqué bastante y advertí un débil olor a jazmín». Aunque privilegiamos la vista por encima de los otros sentidos, un enfoque inclusivo evita que nos quedemos con la primera impresión y pasemos por alto información crucial.

Dedicación: Watson suele estar en modo multitarea cuando su amigo observa dedicadamente una situación. Parece que está en trance, pero está en un estado de flow (como lo describe el psicólogo Tory Higgins) que le permite volcarse en una cosa, persistir ante las dificultades y sentirse más satisfecho. Una investigación de Harvard que recoge la autora concluye que las personas en modo multitarea, cuanto más ocupadas están, menos corrigen su impresión general.

UN ENTREACTO PARA IMAGINAR

En El regreso de Sherlock Holmes, el detective responde a las poco imaginativas pesquisas del inspector Lestrade «Para mi gusto es un pelín demasiado evidente. La imaginación no figura entre sus grandes cualidades, pero podría por un momento ponerse en el lugar de este joven». Crear escenarios o hipótesis es fundamental en todo proceso de pensamiento. Se trata de jugar con todo lo que hemos almacenado en el desván. A diferencia de la imaginación artística, la científica se debe basar en el conocimiento de la realidad, en lo concreto y específico. Una función de la imaginación es «establecer conexiones entre elementos diversos que, de entrada, no parecen guardar relación». El inspector Lestrade actuaba atropelladamente guiado por el sistema Watson –hay que encontrar un culpable rápido– en lugar de usar la reflexión. Cuando Holmes necesita reflexionar enciende una pipa, se distrae. Desde la psicología, Yaacov Trope le da la razón: el distanciamiento psicológico mejora la forma de pensar y tomar decisiones. Según Konnikova, «se trata de trascender el momento inmediato, dar un paso atrás. La distancia da un carácter más general y abstracto a la perspectiva e interpretación». Se produce una relajación neuronal y damos espacio y tiempo para que actúe el procesamiento inconsciente. La autora sugiere hábitos más saludables, como ir al museo, escuchar música, tomarse una ducha o pasear por la naturaleza. Precisamente, viajar a un lugar que no conocemos nos ayuda a desconectar porque no tenemos recuerdos que activen enlaces neuronales que nos atan. También son efectivas técnicas mentales como la meditación.

La tendencia natural a vagar es enemiga de la concentración y encaja

perfectamente con otra enemiga muy nuestra, la multitarea.

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DOS MODELOS OPUESTOS DE PENSAMIENTO Sistema Holmes

Pensamiento consciente (mindfulness) Ante una cuestión, reflexiona Su atención es dedicada, concentrada Practica una observación minuciosa Escepticismo metódico ante el mundo Examen sistemático sin concesiones Tiene un objetivo de observación Controla lo que entra en su mente Codificación motivada por sus objetivos Archiva sus recuerdos ordenadamente Revisa sus prejuicios a cada momento Pone en tela de juicio la primera impresión Separa los hechos con objetividad Se impone una distancia emocional Usa los cinco sentidos Practica el distanciamiento psicológico Tolera la incertidumbre y lo improbable Experimenta un flow de entusiasmo Piensa en voz alta para detectar errores Busca soluciones imaginativas No ceja hasta hallar la mejor explicación Todo es posible hasta que no se demuestre lo contrario Es consciente de la ilusión de infalibilidad No deja nunca de proponerse retos

LA CATARSIS DEDUCTIVA

«Cuando has eliminado lo imposible, lo que queda, por muy improbable que parezca, tiene que ser verdad». Watson siempre se maravilla con lo fáciles y obvias que suenan las deducciones en boca del maestro, pero qué difícil emularlo... Según la autora, «deducir es sacar todo el partido al desván del cerebro, unir todos los elementos que tenemos reunidos de forma metódica y ordenada en un todo final que tiene sentido». Sin embargo, este último paso es el más peliagudo. Un paso en falso y podemos arruinar el trabajo de semanas y meses. Es muy común tener prisa a medida que nos acercamos a la meta y pasar así cosas por alto. Al sistema Watson le gustan la simplicidad, las razones concretas, las certezas. Detesta el azar, la aleatoriedad, la no linealidad. Otra vez, el cerebro tiende a seguir el camino más 80

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SISTEMA WATSON

Pensamiento en «piloto automático» Ante una cuestión, reacciona Su atención divaga en la multitarea Practica una observación superficial Actitud ingenua ante el mundo Se contenta con un análisis oportunista Carece de un objetivo definido Todo entra en su mente sin distinción Criterio de codificación inexistente Caos de recuerdos desorganizados No es consciente de sus prejuicios Es víctima de sesgos: correspondencia y entorno Su interpretación es subjetiva Tiende a la heurística afectiva Observa de modo parcial No toma su tiempo para desconectar Se aferra a certezas simples (y erróneas) Se aburre enseguida con los detalles No externa sus procesos cognitivos Busca soluciones por descarte Se conforma con la primera explicación Condiciona lo posible a su experiencia personal Confía demasiado en sus capacidades Prefiere descansar y disfrutar de su recompensa

Para utilizar la atención de manera estratégica debemos

definir un objetivo, enseñar a nuestra mente a activarse ante ciertos estímulos.



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«Deducir es sacar todo el partido al desván del cerebro, unir todos los elementos que tenemos reunidos de forma metódica y ordenada en un todo final que tiene sentido».

fácil. Prefiere los atajos, falacias del tipo «saliencia» (algo que llama la atención por ser desproporcionado), «recencia» (porque acaba de suceder) o «preactivación» (porque justo estábamos pensando en eso). El resultado es una narración selectiva en vez de un relato lógico. De nuevo, el sistema perezoso se aburre de examinar cada prueba, cada detalle con cuidado y atención. Tenemos un ejemplo en el cálculo de lo que es posible, probable o imposible. Para explicarlo, la autora rescata el problema de Lucrecio de Nassim Taleb: dejamos que la experiencia personal determine lo que creemos posible y ese repertorio se convierte en una especie de ancla. ¿Quién no ha asistido a una discusión sobre si hay mucha o poca delincuencia en la ciudad basada en la propia experiencia de cada cual en vez de estadísticas, por ejemplo? Pero las trampas de la deducción no se detienen ahí. El llamado «sesgo de la confirmación» nos hace decidir mucho antes de la verdadera decisión y descartar lo improbable por creerlo imposible. Se caracteriza por: 1. Juzgar que las argumentaciones parciales sobre un tema son mejores que las que presentan los dos lados. 2. Buscar pruebas que confirmen hipótesis o creencias aunque no tengamos un interés personal. 3. Priorizar los ejemplos que serían válidos en el caso que un concepto fuera correcto y omitir los contrarios. 4. Dar más importancia a las pruebas que confirman una hipótesis que a las que la desmienten.

HUMILDAD Y APRENDIZAJE CONTINUO

Otro coladero de errores de juicio es el exceso de confianza. Cuando dominamos una materia pasa como con lo hábitos, nos acomodamos. «La ilusión de acierto y la tentación de hacer las cosas siempre a nuestra manera crecen y se sustituye la investigación dinámica por suposiciones sobre nuestra habilidad o aparente familiaridad de la situación». Estudios corroboran 82

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que agentes de bolsa y directivos demasiado seguros de sí mismos incurren en más riesgos y acaban perjudicando los resultados de sus empresas.

La autora ofrece pistas para detectar cuándo pecamos de demasiado confiados:

1. Ante la dificultad nos crecemos y podemos sobrevalorar nuestras fuerzas. 2. Cuando más familiarizados estamos con algo nos volvemos complacientes. 3. Cuanta más información tenemos es más fácil pensar que podemos manejar un asunto. 4. A medida que nos involucramos en algo, más seguros nos sentimos. Por último, la autora dedica especial atención al aprendizaje. Hay ocasiones en las que un caso concluye antes de llegar al fondo del asunto, como cuando Holmes descubre la identidad del misterioso huésped de la pensión de la señora Warren. No hace falta investigar más, piensa Watson. Pero Holmes invoca al «arte por el arte» y le espeta: «La educación no se termina nunca, Watson. Es una serie de lecciones, de las cuales las más instructivas son las últimas». Tanto a nivel biológico como social recibimos recompensas por aprender, ya sea por la liberación de dopamina en nuestro organismo o por el reconocimiento de nuestros pares. Y, a menudo, caemos en la autocomplacencia. El truco para evitarlo, según Holmes, es no pararse ahí y seguir asumiendo desafíos, seguir ejercitando la sesera. Hoy sabemos que el cerebro, de la misma manera que crea nuevas conexiones cuando aprende, destruye las que no se usan, las desaprende. La autora reconoce que en la era digital tenemos el peligro de quedar sepultados bajo la avalancha de información, mentalmente sobrepasados por la cantidad de impactos que recibimos. Su consejo es volver a Holmes y aprender el arte de mantener el desván más organizado que nunca.



E s c a p a r a t e ■ TESTIMONIOS

AFORE XXI BANORTE empresa con características únicas ¿Qué servicios ofrece su empresa y qué la distingue de su competencia? Afore XXI Banorte administra las cuentas y recursos de los trabajadores mexicanos que cotizan en el IMSS o el ISSSTE. Tenemos varios distintivos: somos la Afore más grande e importante del sector, velamos por el patrimonio de once millones de familias mexicanas que representan recursos por más de 560 mil millones de pesos. Nuestro ejercicio empresarial es único en el mercado del ahorro para el retiro pues 50% de la empresa pertenece al IMSS y 50% a Grupo Financiero Banorte. Por tal motivo, nuestro comportamiento en el mercado, visión de negocio y visión sobre la seguridad social brindan un extra a nuestros clientes. Como empresa, ¿qué reto implica la dualidad público-privada? El desafío es enorme porque debemos implementar las mejores prácticas de ambos mundos. Por una parte conseguir la eficiencia de la empresa privada y, a la par, hacer uso de las mejores prácticas del sector gubernamental. ¿Qué beneficios ofrecen a sus clientes? Tenemos una de las comisiones más bajas del sector y la infraestructura más grande del país. Estamos entre las cuatro empresas con los rendimientos históricos más altos de México y contamos con un distintivo extraordinario: no sólo nos enfocamos a la administración del ahorro, sino también de los fondos de previsión social de numerosas empresas y entidades del Gobierno. 84

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De igual forma somos líderes en captación de ahorro voluntario. Hoy en día administramos más de siete mil millones de pesos de tal clase de aportaciones, lo cual es un buen paso en el largo camino de promover una cultura del ahorro. ¿Qué desafíos involucra ser una de las Afores más grandes del país? El liderazgo se gana día a día, es una exigencia permanente. Mantenernos como la Afore más grande y conservar nuestra participación de mercado requiere el esfuerzo de todos los colaboradores para atender las necesidades de 11 millones de clientes. Pero el desafío más grande de Afore XXI Banorte es construir las mejores pensiones para sus clientes. Para ello, buscamos que los trabajadores se interesen por su Cuenta Individual alertándolos sobre la importancia de construir desde ahora el bienestar de mañana. Retribuimos a los clientes que han confiado en nosotros, mediante una atención personalizada, alertándolos sobre los riesgos para cubrirlos o minimizarlos. ¿De qué forma complementa sus servicios la colaboración del IMSS? El IMSS, como socio, permite que la empresa se maneje con disciplina privada pero con un sello de seguridad social indiscutible. Somos una empresa 100% mexicana y ello resguarda nuestro activo principal: la confianza. Cumplimos 17 años y nos llena de orgullo, pues cuando surgió Afore XXI, por la estructura de la empresa, muchos pensaron que no duraría mucho.


E s c a p a r a t e ■ TESTIMONIOS

¿Qué necesitan saber los trabajadores acerca de su Afore y del Sistema de Ahorro para el Retiro? Primero enterarse que tienen una Afore, preocuparse por ella y hacerla parte de su patrimonio. Mucha gente desconoce aún para qué sirven y por qué son importantes. Mi recomendación es involucrar a las personas en el Sistema de Ahorro para el Retiro. A la mayoría no nos gusta pensar en el tema, tenemos que vencer esa resistencia y preguntarnos de qué vamos a vivir cuando seamos mayores.

Como Afore, tenemos la misión de crear conciencia del futuro en las personas y ayudarlas a decidir sus retos financieros. La sociedad mexicana aún está a tiempo de generar cambios. El tema de las pensiones es uno de los pocos en los que países en desarrollo tenemos la delantera, pues nuestra pirámide poblacional, a diferencia de la mayoría de los países desarrollados, tiene una base muy amplia. Es cierto que nuestra población está envejeciendo, sin embargo todavía no somos un país de adultos mayores, aún tenemos tiempo de crear conciencia.

En el proceso enfrentamos dos desafíos: 1. Romper el ciclo de dedicarnos a resolver sólo los problemas inmediatos y no planear el futuro. Urge crecer previsoriamente. 2. No huir de lo financiero. A pesar de que la sociedad mexicana posee conceptos financieros sofisticados aún existe una barrera del lenguaje, misma que demanda que nos capacitemos en el tema.

Nuestro activo principal:

la confianza

Nuestro mayor desafío:

construir las mejores pensiones

Entrevista con Tonatiuh Rodríguez Gómez Director General 331

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E s c a p a r a t e ■ EVENTOS

Ernesto Moya

Congrega IPADE

a empresarios por la educación Novena edición del “Torneo de Golf IPADE Invitational” en beneficio de la Fundación El Peñón

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ás de 170 directores, egresados, profesores y participantes de los programas de Alta Dirección y MBA del IPADE concurrieron a la novena edición del Torneo de Golf IPADE Invitational, en beneficio de la Fundación El Peñón IAP, obra de responsabilidad social de los egresados de la escuela de negocios. Patrocinaron: Grupo Control, Montepío Luz Saviñón y OHL. Entre otras personalidades acudieron: Benjamín Barona, CEO de Grupo Control; Roberto Kiehnle, Di-

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rector General de Montepío Luz Saviñón; Miguel Ruiz Buelna, Presidente y CEO de TEAM y Pablo Carrillo Lavat, comentarista deportivo. Rafael Gómez Nava, director general del IPADE, agradeció el impulso a la Fundación El Peñón, que ofrece educación de alta calidad a niños y jóvenes de escasos recursos en la zona del Valle de Amilpas, municipio de Jonacatepec, Morelos, y el esfuerzo para fortalecer vínculos entre participantes y egresados del IPADE.


E s c a p a r a t e ■ EVENTOS

IPADE en breve

Clínica de golf

IPADE Business School, fundada en 1967 por prominentes empresarios, cuenta con más de 28,000 egresados y sedes permanentes en Guadalajara, Monterrey y DF. Muchas empresas líderes, como Cemex, Bimbo y Grupo Alfa, le han encargado sus programas de formación directiva. Integran el consejo asesor académico otras dos escuelas de negocios de liderazgo global: IESE Business School, fundado en 1958 en España, y Harvard Business School, establecida en 1908, en Estados Unidos. Más informes: www.ipade.mx

Permitirá a 400 alumnos estudiar en el ciclo escolar 2014-2015

Fundación El Peñón Institución de asistencia privada creada en 1961 por personas preocupadas por la educación en zonas agrícolas con extrema pobreza en México. En la década de 1970 inició una telesecundaria y, en 1984, un bachillerato técnico agropecuario. Desde su fundación, ha obtenido logros y reconocimientos académicos y deportivos. Además desarrolla una continua labor social para mejorar el nivel de vida de los habitantes del Valle de Amilpas, en el estado de Morelos. 3,396 alumnos han egresado de El Peñón. Más información en www.elpenon.org.mx Con el torneo efectuado en el Club de Golf Bosque Real (Estado de México), la comunidad de egresados del IPADE reafirmó su compromiso de seguir impulsando la educación que desde hace más de 50 años brinda la escuela rural El Peñón. El monto recaudado permitirá continuar sus estudios al menos a 400 alumnos. Además, cada año se beneficia directamente a 1,920 personas de la zona de influencia en los estados de Morelos y Puebla. Equipo ganador del primer lugar en hándicap: Rafael Vázquez Barroso, Sergio Humberto Mariscal y Helios Eguiluz Adam, con 57 golpes. Con gross score: Gonzalo Fernández Villanueva, Diego Cervantes y Christian Brunh, con 64 golpes. Patrocinadoresta

Niños de El Peñón durante la subasta

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E s c a p a r a t e ■ TESTIMONIOS

CONTROL Felicita a los ganadores

Fotografías: Gabriel Roux

De izquierda a derecha: Rafael Vázquez Barroso, Sergio Humberto Mariscal García y Helios Eguiluz Adam

1er Lugar Gross • Christian Brunh • Diego Cervantes • Gonzalo Fernández Villanueva

Patrocinador oficial de:

1er Lugar • Helios Eguiluz Adam • Rafael Vázquez Barroso • Sergio Humberto Mariscal García 2do Lugar • Alfredo Hong Yuen • Horacio Román Hernández • Luis Pineda Braniff 3er Lugar • Erick Villarreal • Guillermo García Méndez • Hugo Barojas

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E s c a p a r a t e ■ EVENTOS

AIESEC BUSINESS FORUM 2014

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las manías

de zagal

Metanfetamina de

hermoso color azul

¿N

o has visto Breaking Bad? Por favor, cierra la revista y consigue de inmediato las dos primeras temporadas. Y si no habías oído hablar de ella y eres profesor de preparatoria o tienes hijos adolescentes, temo decirte que estás en graves problemas. En ese caso, debes tomar medidas de emergencia. Cancela tus actividades del próximo fin de semana y ármate un maratón con las primeras temporadas. Nos guste o no, conviene conocer el mundo donde habitan los jóvenes, un espacio cada vez más lejano para quienes conocimos las máquinas de escribir y los teléfonos de disco. Les hago una breve reseña de Breaking Bad. El personaje central es Walter White (Bryan Cranston), de 50 años, maestro de química de High School en Nuevo México. Es un profesor entregado y meticuloso que hace su mejor esfuerzo para que sus estudiantes se interesen en la asignatura. En casa, nuestro protagonista lleva una vida familiar intachable: fiel, leal, responsable y paciente. Walter Jr. «Flynn» es hijo de Mr. White y padece parálisis cerebral. Tiene algunas dificultades para hablar, usa muletas y estudia en el mismo bachillerato donde trabaja su padre. La esposa de Mr. White es agradable y, sin planearlo, les viene un bebé en camino. Quizá el único defecto de nuestro hom-

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bre es cierta pusilanimidad. El carácter de Mr. White es débil comparado con el de su concuño, Hank Schrader. El pariente político es un exitoso agente de la DEA, rudo, extrovertido, desinhibido, racista, un vaquero del viejo oeste. Schrader suele ningunear al profesor White; para colmo, Walter Jr. admira la rudeza del tío Hank y busca en él la seguridad física y emocional que su padre no le da. En pocas palabras, Mr. White es un «Gutierritos» anglosajón. ¿Vieron la película mexicana? Es de 1966. Mr. White gana poco dinero. Para completar «el gasto», el pobre hombre se desloma trabajando de todólogo en un autolavado. Ni modo, el hambre es canija, y a veces Mr. White tiene que entrarle a lavar coches junto con los inmigrantes (un leitmotiv de la serie somos los mexicanos ilegales y criminales). Especialmente dura es la escena en que uno de sus peores estudiantes lleva a lavar su deportivo al local. El «mirrrey» no desaprovecha la ocasión para retratar a su profesor de química agachado, lavando las llantas del coche. El punto de inflexión: Mr. White se desmaya en el autolavado. Llega la ambulancia. El desvanecimiento revela lo peor: cáncer de pulmón. A pesar de que no fuma, Mr. White padece un cáncer avanzado. La tragedia continúa. Su seguro médico no cubre los gastos de una enfermedad. ¿Imaginan la angustia? ¿Quién de nosotros podríamos


Doctor en Filosofía por la Universidad de Navarra. Profesor de la Facultad de Filosofía de la Universidad Panamericana. Autor de Ética para adolescentes posmodernos y Gula y cultura. hzagal@yahoo.com / @hzagal

costear una quimioterapia de la propia bolsa? Breaking Bad no exagera.

EL ROSTRO AMARGO DEL NEOLIBERALISMO

Mis amigos que viven en Estados Unidos me lo repiten continuamente, «la clase media mexicana tiene una idea falsa de cómo se vive en Estados Unidos». En efecto, la seguridad social prácticamente no existe en aquel país. Eso significa que en la vejez y en la enfermedad uno se debe rascar con sus propias uñas. En esos duros momentos, se revela que las aseguradoras son negocios, no almas de caridad. ¿Quién puede recriminárselos? Son empresas privadas. ¿O no? Business are business. Una situación semejante es la que retrata Breaking Bad. A pesar de los innumerables defectos y limitaciones del IMSS y del ISSSTE, un empleado o un jubilado mexicano tiene acceso a un sistema de salud que en EU sólo es para los ricos o para quienes gozan de una póliza de seguro privada. En Estados Unidos, aunque no lo crean, abundan los Mr. White. Conste que he sufrido en carne propia las ineficiencias de la seguridad social mexicana y que he visto morir gente en la sala de espera del seguro social. Hace poco, por ejemplo, le llegó la póliza de gastos médicos a un par de conocidos míos que cumplieron los 70. Con todas sus letras, la aseguradora los animaba a reconsiderar si les convenía el gasto. Los viejos somos una carga para las aseguradoras privadas. Les urge deshacerse de nosotros. Ahora que cumplan 70 años lo van a constatar.

DE MR. WHITE A HEISENBERG

El caso es que Mr. White no tiene para su quimioterapia y dejará a su familia en la

calle. ¿Imaginan la escena? Un hijo con parálisis cerebral y una esposa encinta. Para no hacerles el cuento largo, el maestro decide aplicar sus conocimientos químicos. Se mete a fabricar metanfetaminas con ayuda de uno de sus exestudiantes, Jesse Pinkman (Aaron Paul), un muchacho informal, manipulable, emotivo, desordenado, y adicto. No contaré toda la serie para no quitarles el gusto de verla. Basta decir que Mr. White produce una metanfetamina de gran pureza y un hermoso color azul. Orgulloso de su capacidad de «cocinar» se hace llamar Heisenberg. Ha resuelto su problema económico. Conforme el negocio avanza, Mr. White se va convirtiendo en un macho alfa, que recobra el control de su vida. Skyler, su esposa, vuelve a mirar a su marido como un hombre y no como una mascota digna de compasión. Recupera también la admiración y respeto de su hijo. Walter White sabe proteger a su familia. Eso sí, Heisenberg oculta su nueva identidad. Hasta aquí mi reseña.

EL CANTO DE LAS SIRENAS: ¿QUÉ PIENSO DE HEISENBERG?

Lo primero, no se me asusten, es que Mr. White me cayó bien. Y eso me preocupó. ¿Cómo es posible que un criminal me haya podido resultar simpático? La respuesta la da Aristóteles en su Poética: porque me veo reflejado en él. En un mundo donde la clase media y la clase trabajadora no palpan los resultados de su trabajo honesto y constante, donde el trabajo duro, el conocimiento y la honradez no permiten mantener dignamente a una familia, donde nos espera una vejez miserable, la vida del narcotráfico resulta atractiva. Me considero un

espectador crítico, pero el aura de Mr. White me atrapó. No menospreciemos el poder de los medios de comunicación. Esta inconfesada identificación con el protagonista explica el éxito de la serie. La clase media es Mr. White. Un segundo punto: colocar a una persona buena en situaciones límites es inhumano. ¿Somos incapaces de matar a alguien? No lo sabemos. Hay un pequeño grupo de personas que jamás cometerán una injusticia grave aunque se encuentren en una situación terrible de pobreza y dolor. Otro pequeño grupo actuará injustamente aunque tenga resuelta la vida. Entre ambos grupos, nos encontramos la mayoría; somos más o menos honestos porque no vivimos en una situación límite. Mr. White estaba en este grupo. Si hubiese contado con un buen seguro médico y con una pensión para su familia, hubiese muerto tranquilamente, rodeado de sus seres queridos. La injusticia detona el odio y la barbarie. Ojo, no los excusan, pero sí los detonan. Tampoco significa que supriman nuestra libertad, pero sin duda, la condicionan. La tercera idea: la corrupción del carácter es gradual, a pesar de que haya una situación detonante. Breaking Bad retrata el proceso. Presenciamos el paulatino deterioro moral de Mr. White; una cosa lleva a la otra, un crimen da pie al siguiente. El deslizamiento es progresivo, al principio imperceptible. La vida es una tela donde todos los hilos se entrelazan. Finalmente, un exhorto a mis estudiantes. Pórtense bien en mis clases, no vaya a ser que yo deje de ser el pacífico Mr. White que enseña historia de la cultura y ética… 331

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El buen vicio Libros

Huesos en el jardín

La ópera. Una historia

Tusquets. Barcelona, 2013 178 pp

Daniel Snowman

Henning Mankell

Para los aficionados a la novela policiaca, Henning Mankell (Estocolmo, 1948) es referente indispensable. Con sus libros protagonizados por el policía sueco Kurt Wallander, deja su impronta en la literatura de este género y saca a la luz a toda una generación escandinava de escritores, que ha inundado el mundo literario policiaco. Esta pequeñísima novela es, toda ella, poco ordinaria. Sólo se había publicado en Holanda y la BBC se inspiró en ella para filmar un caso de su serie sobre Wallander, protagonizada por Kenneth Branagh. Así, aunque es la última obra sobre el personaje, en el orden cronológico de la serie se ubicaría entre Antes de que hiele y El hombre inquieto. En este libro, el ritmo narrativo, para los estándares de Mankell, es trepidante. Huesos en el jardín es un regalo. Se trata del último encuentro del lector con Wallander y del singular hallazgo de unas notas finales sobre «Cómo empezó, cómo acabó y lo que ocurrió entre tanto», referido a la figura de su entrañable detective, a la relación Mankell/Wallander y a la explicación más emocionante del origen de esta exitosa saga: el cómo las inquietudes sociales de Mankell encontraron cauce en su incursión en la novela policiaca. Angélica de Alba

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social

FCE/Siruela. México, 2013 694 pp

Libros que narren la genialidad infantil de Mozart o la prominencia de Verdi en Italia, hay muchos; pero pocos como La ópera. Una historia social, en el que se percibe la magia estética de este género artístico y se explora el movimiento «tras bambalinas» que posibilita cada representación. El autor menciona monarcas, artistas, empresarios y públicos que, a lo largo de la historia, han intervenido para que personajes como Adina y Nemorino o Violeta y Alfredo cobren vida. El libro retrata cinco temas que van más allá de la mera experiencia operística. Muestra el ámbito político, financiero, social, tecnológico y artístico; para lo cual utiliza anécdotas simpáticas e interesantes, como la de Napoleón, quien aprovechaba la ópera como aparador político para mostrarse ante su pueblo. Daniel Snowman hace hincapié en que su libro es una «historia social», pues la ópera se ha popularizado, la gente que acude en la actualidad ya no lo hace con la vestimenta de antaño y los teatros operísticos modernos carecen de palcos que destaquen las jerarquías sociales. Hoy la ópera se graba, produce y distribuye, convirtiéndose en un arte asequible a quien deseé disfrutarlo. Alejandrina Lincoln

Francisco, el Papa latinoamericano Luis-Fernando Valdés y Antonio Briseño-Templos

Minos Tercer Milenio. México, 2013 189 pp

Pan, educación, libertad

Petros Márkaris

Tusquets. Barcelona, 2013 253 pp

A raíz de la elección de Mons. Jorge Mario Bergoglio, como sucesor del Papa Benedicto XVI, surgió una extensa bibliografía que si bien aparenta ser un ejercicio duro de investigación, no resulta difícil detectar que se trata de información recopilada en internet, y cuya difusión conserva un afán comercializador. En este sentido, hay que reconocer la labor de Luis-Fernando Valdés y Antonio Briseño, al publicar la primera reflexión profunda sobre el pensamiento del sucesor de San Pedro, así como sus rasgos biográficos, su vida como jesuita, el papel que fungió como Cardenal de Buenos Aires y en el Cónclave de 2013. De igual forma, destacan las controvertidas decisiones que sorprendieron desde el inicio de su Pontificado: muy austero de vida, sencillo en el trato y preocupado por la labor de la Iglesia en las periferias. Quizá lo más hermoso del libro es la perfecta continuidad doctrinal entre Juan Pablo II, Benedicto XVI y el Papa Francisco. Además, dicha investigación obtuvo el reconocimiento de la Biblioteca del Congreso por su valiosa aportación a la memoria histórica y su objetiva, serena y equilibrada labor periodística.

Petros Márkaris se adentra en los vericuetos de la novela policiaca de un modo que, para los esquemas clásicos norteamericanos y los recién llegados nórdicos, pareciera hasta ingenuo: un comisario griego, Costas Jaritos, con una familia no sólo estable sino bien avenida y un entorno mediterráneo donde —a pesar de los inevitables cataclismos internos y externos— no suena a utopía la buena voluntad, la alegría y la fraternidad. Es un retrato de 2014, año en el que la crisis socioeconómica y política conduce a Grecia a declararse en quiebra y regresar a la dracma. La calle se llena de manifestantes y la tragedia del desempleo y la inflación se vive en cada hogar. En medio de tales desgracias, se cometen tres desconcertantes asesinatos. La policía, que por el momento por el que pasa el país no cobrará al menos durante tres meses, deberá ponerse a trabajar en serio. El basamento de las novelas de Márkaris es el pulso de lo social. Frente a un ineficaz sistema político, débil y corrupto, la solidaridad surge como respuesta del día a día, como el baluarte que posibilita el resplandor de la valía personal y la fuerza que sólo surge de la suma audaz de voces y voluntades.

Raúl Espinoza Aguilera

Ernesto Aguilar Álvarez Bay


Rituales Literarios Gabriel Weiz

FCE. México, 2013 167 pp.

«Mana», «fetiche», «cuerpo mágico» son algunos elementos del argot que durante siglos se ha empleado en la literatura, para describir la insondable relación que los pueblos establecen entre el ser y la naturaleza. El maestro Weiz, académico de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM e hijo de la afamada pintora Leonora Carrington, rescata y explica el origen de estos términos con base en la mentalidad primitiva, y los puntualiza a partir de su uso en textos de psicoanálisis, antropología, ciencia política, etcétera. En esta obra de crítica e interpretación, Weiz señala el uso incorrecto de términos que describen la experiencia mística de los pueblos en el mundo. La magia y el «pensamiento mágico» son nociones que van a la deriva en el mar de la racionalidad occidental, corriente hegemónica que las convirtió en «expresiones que se han aplicado de manera indiscriminada para cubrir y definir un amplio repertorio cultural». Weiz reprocha el desdén de autores contemporáneos hacia los miembros de pueblos descritos como «primitivos», también proporciona una guía para quienes desean emplear en sus obras conceptos sobre «magia» con precisión y deferencia hacia las culturas del mundo. Miguel Ángel Covarrubias

25 Minutos en el futuro: nueva ciencia

ficción norteamericana

Pepe Rojo y Bernardo Fernández BEF

Colegiala

El crimen del lago

Impedimenta. Madrid, 2013 260 pp

Tusquets. Barcelona, 2013 306 pp

Osamu Dazai

El futuro no sólo nos alcanzó sino que fácilmente nos rebasó. En este contexto, los dos antologadores de 25 Minutos en el futuro: Nueva ciencia ficción norteamericana Pepe Rojo y Bernardo Fernández –conocido como BEF–, seleccionaron, tradujeron y editaron 25 textos de ciencia ficción con el fin de difundir los nuevos referentes literarios de este género, que poco a poco ha ido ganando adeptos con los años. Desde el cuento hasta la prosa poética, cada uno de los textos, originarios de autores estadounidenses y canadienses, introducen al lector en una serie de mundos pararelos, ambientes futuristas y reflexiones sobre las secuelas de la tecnología en la sociedad; para hacerlos partícipes de una narrativa que ha pasado desapercibida en la lengua española por más de tres décadas. Al final, como ellos mismos reconocen, existe un cuento para cada tipo de lector. La obra no se dirige sólo a los expertos en el subgénero, entusiastas del canon ABC (Asimov, Bradbury, Clarke), sino también a los neófitos y desentendidos que buscan adentrarse en esta corriente literaria.

Se reúnen en este volumen catorce relatos del japonés Osamu Dazai (1909-1948), escritos a lo largo de diez años. En todos ellos las protagonistas atraviesan un momento de crisis y hay también un deje de amargura, reflejo directo de la turbulenta vida del autor en esos años. Las mujeres proceden del Japón todavía tradicional, donde vivían en un mundo aparte, sin apenas contar para nada. En ese mundo cerrado, cultivaban su feminidad e interioridad, lo único que tenían propio. Dazai se centra en el mundo interior y sentimental femenino, en el que la narración en primera persona añade un intimismo desasosegado. Todas son críticas con ellas mismas y las referencias a los hombres dejan entrever que se sienten incomprendidas e ignoradas. «Colegiala», que da nombre al volumen, es un relato en el que sorprende la mirada que la adolescente protagonista tiene sobre sí, tremenda por su dureza delicada y su complejidad. El conjunto muestra una literatura exquisita de sentimientos íntimos. Es cierto que destilan cierta tristeza, pero, para el autor, las protagonistas son personas inseguras que viven en un mundo desconocido y cruel, poseedoras, además, de una intimidad desbordante que no es fácil controlar. Aceprensa

Jesús Rivadeneyra

Alberto Portolés

Almadía. México, 2013 733 pp

Qiu Xialong

El inspector Chen Cao, de la policía de Shangai, disfruta unas inesperadas vacaciones en el complejo privado que el partido chino posee en Wuxi, a orillas del lago Tai, donde se verá inmerso en un contexto muy distinto al citadino: un asesinato, la grave contaminación en las aguas del lugar (originada por las empresas ávidas de mayores ingresos) y los atisbos de una relación amorosa con una activista medioambiental. «[Chen reflexionaba sobre] la posición que le permitía cambiar las cosas en la sociedad actual. No le gustaba demasiado la «posición» en sí, pero […] se dio cuenta de que el cargo de inspector jefe conllevaba cierto grado de responsabilidad. Mientras ostentara dicho cargo, podría esforzarse por reclamar justicia y seguridad –por escasas y limitadas que éstas fueran– para la gente». Qiu Xialong (Shangai, 1953) se define en su web como novelista y poeta pero se queda corto: es un vocero del enigma que es China. Radicado en Estados Unidos desde 1966, esgrime su pluma para señalar numerosas situaciones paradójicas del régimen político chino –a medio camino entre el socialismo y el consumismo– que facilitan nuevas formas de segregación social y corrupción. Dunstan Stout

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El buen vicio Libros

Los adolescentes del siglo XXI

Roxana Morduchowicz FCE. México, 2013 110 pp

Revivir los memorables

Odisea

Don Juan

Alessandro Baricco

Anagrama. Barcelona, 2013 104 pp

Los medios electrónicos revolucionaron la conducta del ser humano, y las nuevas generaciones son las más receptivas a estos cambios. Todo esto no es nuevo, desde el Homo Videns de Giovanni Sartori y la Pantalla Global de Lipovetsky, se ha estudiado a profundidad y desde distintas aristas, el fenómeno de la tecnologización de la sociedad. Roxana mira a los adolescentes de entre 11 y 17 años para descubrir sus búsquedas y posturas frente al mundo con los medios con los que cuentan al día de hoy. Sin ser su objetivo principal, elimina los tabús recurrentes de las distintas pantallas y plantea un escenario más real. Se apoya en estudios cuantitativos para plantear las reales repercusiones de la televisión, los celulares, el internet y los cambios mediáticos que experimentamos en estos días. Las brechas generacionales han existido siempre y cada época ha tenido sus peculiaridades, en estos momentos, el muro que divide a los jóvenes de los mayores está compuesto, en gran medida, por las diferencias perceptivas frente a la tecnología y su uso. El libro aclara las dinámicas de niños y adolescentes con el mundo multidimensional que ofrece la actualidad.

La casa editorial Anagrama abre una nueva vertiente dentro de su colección: la literatura juvenil. Con Don Juan inician la colección «Salvar los clásicos» que tiene un doble propósito: perpetuar historias que se han contado a lo largo de los siglos bajo diferentes ópticas y provocar la curiosidad y el gusto por la lectura en los niños y jóvenes. Un excelente esfuerzo que espero que rinda muchos frutos. ¿Cuántos Don Juan conocemos? La figura de un hombre que vive al límite su sensualidad, carente de templanza y con el latente cinismo de un burgués que lo tiene todo y valora nada, ha fascinado a generaciones. Por muchos es conocido el Don Giovanni de Lorenzo de Ponte, musicalizado por Mozart, ópera en dos actos que se encuentra entre las siete más representadas en el mundo. Existe una discusión sobre si don Juan es un personaje creado por Tirso de Molina o por Andrés de Claramonte. Además de Mozart, muchos han escrito versiones propias, y entre las más representadas tenemos Don Juan Tenorio, de José Zorrilla. Hoy Alessandro Baricco continúa la fascinación que desde 1625 nos tiene encantados. Las ilustraciones de Alessando Maria Nacar son extraordinarias.

Ricardo Pérez

Santiago Marino

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Homero

UNAM. México, 2013 418 pp

Homero, educador ¿Cuántas veces has leído la Odisea? Seguramente al menos una, en preparatoria. Si tu lectura no fue distraída es probable que al menos hayas levantado el libro en una segunda ocasión para leerlo nuevamente o sólo algunos cantos, como el IX, donde los temibles cíclopes son retratados magistralmente. ¿Será el XI en donde Odiseo desciende al Hades para consultar su suerte con el adivino Tiresias? Tal vez el XII en donde las sirenas «de canto divino la voz y floridas praderas» enloquecen a los hombres que se matan por ellas. ¿Qué me dices de la fidelidad y lealtad de Penélope hacia su esposo, al esperarlo pacientemente durante 20 años? Traducciones hay por montones. En México se leyó por primera vez gracias al trabajo de Mariano Esparza en 1837. ¿Por qué agregar una más a la colección? Sencillamente porque siempre se puede hacer algo mejor. Pedro Tapia, investigador del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, realizó una proeza: su traducción es ágil, amena y recrea el ritmo que el poeta le imprimió a su creación hace casi 30 siglos. Además, para los amantes de lo clásico helenístico, esta versión incluye el texto griego. La belleza de esta traducción no sólo es estética, sino también cultural. Aborda lo que los estudiosos han denominado la «cuestión homérica»: el problema de si Homero existió; o de si fue quien escribió los poemas, pero no quien los creó; o si Homero en realidad son muchos aedos que compusieron las epopeyas; o cómo comprender que la datación de la creación de ambos relatos es del siglo VIII a.C. donde la escritura aún no se había inventado, siendo que ésta apareció entre el siglo VI y V de la misma era. Homero fue el primer narrador del mundo Occidental, el primer filósofo, sus personajes son arquetípicos como lo consideraría Jung y las epopeyas fueron los libros con los que los griegos aprendieron historia, ética y antropología. Si los griegos nos educaron a nosotros y Homero educó a los griegos, Homero tiene que estar entre los anaqueles de toda familia Occidental. No deje de (re)leerla al menos una vez por año: tal vez la determinación de Odiseo por regresar a Ítaca con su mujer le dé algunas luces sobre el agitado siglo en que vivimos. Diego del Río


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El buen vicio Cine

12 años de esclavitud

Cuerpo cautivo, alma libre

Mabel Salinas Directora editorial del sitio Enlabutaca.com. Colabora en la revista Cine PREMIERE. Ha sido profesora de periodismo especializado en la Universidad Panamericana

Título original: 12 Years A Slave Director: Steve McQueen (basado en la novela de Solomon Northup) Reparto: Chiwetel Ejiofor, Michael Fassbender, Lupita Nyong’o, Benedict Cumberbatch, Paul Dano, Paul Giamatti, Sarah Paulson, Brad Pitt, Alfre Woodard, Michael K. Williams, Garret Dillahunt, Quvenzhané Wallis, Scoot McNairy, Taran Killam, Bryan Batt y Dwight Henry. Contenido: apta para mayores de 16 años. Algunas escenas de violencia y sexo.

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Madres separadas de sus hijos, padres secuestrados, mujeres abusadas y jóvenes sometidos a extenuantes labores bajo el inclemente sol, enlistan los tratos consuetudinarios, consecuencia de la segregación, discriminación y esclavitud. Estos fenómenos sociales, que constituyeron una bofetada para Estados Unidos, tierra de libertad y garantías individuales, fueron materia prima para la cinta 12 años esclavo, ganadora del Oscar en la categoría de «Mejor película», en la 86 entrega de los Premios de la Academia. Basada en hechos verídicos registrados en el libro Twelve Years a Slave, narra la historia de su autor, Solomon Northup, un violinista afroamericano que nació libre en el Nueva York del siglo XIX. Solomon fue timado y vendido como esclavo por un par de almas errantes y embaucadoras. El protagonista vivió la libertad y cayó en el confinamiento; fue obligado a guardar silencio y padeció jornadas laborales infrahumanas. Así comienzan 12 años de encadenamiento en Washington bajo las órdenes de diferentes dueños. Cada uno de ellos representa distintas posturas ante aquel mundo de oscuridad y desesperanza, en donde las atrocidades, la venganza y la vejación son el pan de cada día. Bajo la lente del cineasta británico Steve McQueen, sobresale el personaje de William Ford, el dueño «benevolente y compasivo»; quien, aunque afable y de buen corazón, permite que transcurran ciertas infamias al volver la mirada hacia otro lado. El director escudriña también al despiadado y sádico dueño Edwin Epps, quien hace del

fuete y el látigo sus instrumentos preferidos de sometimiento. Y, finalmente, a Samuel Bass; el libertario, trotamundos poseedor de ideas «revolucionarias», en pos del bien común y la igualdad. A través de los ojos, actos y diálogos de cada uno de estos personajes, y con base en cada caso particular, McQueen construye una radiografía sobre la esclavitud y la discriminación. Ésta revela mucho sobre el escarnio que ha aquejado al hombre de origen afroamericano desde la antigüedad. La errada concepción del ser humano y su deber ser, al menos en el renglón físico (el color de la piel), detonó una práctica de menosprecio basada en la inexistente superioridad del blanco. En medio de la adversidad, Northup es ejemplo de lucha interna y externa. Se opone a perder su humanidad y al mismo tiempo procura mantener íntegra su voluntad. Su proceder ante cruentas escenas de tortura nos hace reflexionar sobre los peligros de equiparar al ser humano con un objeto de propiedad pero también ilustra el esperanzador faro en que se convierte el amor familiar, la solidaridad, la generosidad y el sacrificio por el otro. El fin deja claro que el cautiverio del cuerpo no implica la subyugación del alma. Afortunadamente el mundo ya desechó esa forma de esclavitud, pero es claro que quedan muchas otras y que tendremos que seguir trabajando para que el lucro no se sobreponga a la justicia y al trato digno.




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