Revista ISTMO Edición 336 Marzo - Febrero

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AÑO 57 No. 336 2015/1

La ignorancia: Fuente del mal Shakespeare y las distintas caras del mal

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Aprender a cocinar nos hizo humanos

liderazgo disruptivo

#SiNoSorprendeCambia

#QuéSigue

Liderazgo# 31-marzo-2015 Precio al público $80.00

NoHayRespuestasÚnicas

#RompeEsquemas #Inspira




Editorial

Cambio por evolución

¿o por revolución? Arriesgarse con sentido –o a veces sin él–, desempolvar las ideas y ofrecer soluciones inesperadas exige atreverse a ser diferente, o como quien dice «pensar fuera de la caja». Tal reflexión dio pie al concepto rector del FORO ISTMO 2014, con el tema «Liderazgo disruptivo» y que integra la sección «Alta dirección». Pero, ¿cómo fusionar dos conceptos tan distintos? Pedro Salicrup, director de la Escuela de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Panamericana, inauguró el evento con una valiosa aportación que vale la pena reproducir para dar contexto al tema que encabeza la portada: «Dos elementos principales componen el liderazgo disruptivo: el cambio y el mismo liderazgo. El primero se aprecia desde un enfoque reactivo o por evolución, es decir, se presenta porque el entorno lo exige; el segundo, un cambio proactivo o por revolución, se da desde la empresa sin esperar a que el entorno lo detone. Este último caracteriza al liderazgo disruptivo, pues llevará a la organización a otro lugar que muchas veces puede ser inesperado. Por ello, la empresa exige modelos flexibles de negocio, capaces de sobrellevar cualquier ajuste. »¿Y cómo saber cuándo inducir ese cambio? Se habla de que la empresa tiene un ciclo de vida similar al humano: nace, crece, madura, inicia una curva de declive y muere. De un momento a otro el crecimiento deja de ser exponencial y se vuelve marginal, ¿de qué depende el futuro de esa curva? Sólo al generar puntos de ruptura en los ciclos de vida de nuestras empresas podremos revertir la decadencia del sistema y volver a los cambios exponenciales, ésas son las innovaciones disruptivas para delinear una nueva curva y el líder identificará el momento preciso para echarlas a andar. «La clave para ejercer el cambio con éxito es la capacidad de influir en otros para que hagan lo

que deben. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que no todas las fuentes de poder promueven un liderazgo disruptivo positivo. En este caso funcionarán las que acentúen el humanismo en el líder, y éste sólo podrá adquirirlas si sus mismos colaboradores se las otorgan: el poder experto, que reconoce la experiencia; y el referente, que identifica al líder como un ejemplo a seguir. »Finalmente el éxito del cambio depende de un buen trabajo con las personas y para las personas, bajo la guía de un liderazgo enfocado a los valores». *** La sección «Coloquio» se sumerge en un tema delicado, para algunos controvertido, cuya intención es esclarecer o bien, invitar al lector a examinar la raíz de diversos conflictos mundiales: la maldad. Cabe precisar que el enfoque a abordar es el del mal moral, el del hombre, excluyendo el mal natural, consecuencia de sucesos aparentemente indirectos al actuar humano, como lo son los desastres naturales. La selección presente recorre las perspectivas filosófica, psicológica, cinematográfica, así como un exquisito encuentro literario con Shakespeare. Complementan la edición las colaboraciones de María Pía Chirinos, quien defiende el arte del cocinar cotidiano como uno de los responsables de la aparición de la familia; Víctor Gómez, en torno al concepto de amistad según las aportaciones de Aristóteles; Alejandrina Lincoln Strange quien recurre a una invasión de zombis como ejemplo de las posibles reacciones del humano ante la lucha por sobrevivir, y una divertida reflexión de Héctor Zagal sobre los esfuerzos por aferrarse al simbólico poder que entraña una vasta cabellera.

Andrea Moreno Herrero



Contenido

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Febrero-marzo 2015 Portada: Mónica Manzano y Quetzal Romero

28 Biblioteca empresarial

Acciones sencillas para resultados impactantes. Comentario al libro Small Move, Big Change de Caroline L. Arnold Ricardo Meneses Calzada

¿Por qué no alcanzamos nuestros propósitos? Dejarlos inconclusos nos frustra o nos vuelve conformistas. El primer paso para conseguirlos es transformar las grandes metas en micro-decisiones que puedan manejarse, medirse y, sobre todo, cumplirse.

32 Dilemas éticos empresariales La imagen corporativa en peligro

COLOQUIO. Maldad

45 La ignorancia, fuente del mal Roberto Rivadeneyra

Los errores que cometemos al pensar son, en gran medida, causa de nuestras malas acciones. La falta de autoexamen y rigor lógico produce creencias erróneas que, a su vez, se traduce en vicios y hábitos nocivos que identificamos con el mal.

ALTA DIRECCIÓN. Liderazgo disruptivo

11 Liderazgo disruptivo ¿para qué? Ricardo Meneses Calzada

La destrucción creativa, aunque es difícil de alcanzar, garantiza el desarrollo y éxito de las organizaciones. El líder empresarial que consigue destruirse y reinventarse, trasciende el mero ámbito laboral y alcanza un liderazgo integral.

16 El ADN del innovador Carlos Ruiz

Este mundo globalizado y altamente competitivo exige creatividad e innovación. El autor, con base en el libro El ADN del innovador de Jeff Dyer, Hal Gregersen y Clayton M. Christensen, desglosa cinco habilidades necesarias para consolidar con éxito cualquier proyecto creativo.

20 Liderazgo 4G

Fernando Córdova

Las nuevas empresas demandan un modelo holístico e integrador, que considere a la persona en su totalidad. El líder al frente de una institución de tal naturaleza requiere cuatro atributos: gratitud, generosidad, gracia y genuinidad.

24 La mejor versión de mí Juan Alberto Esparza

Encontrar nuestro propósito en este mundo nos permite vivir en armonía, crecer y ayudar a los demás. Esto también aplica para la empresa. Tener clara la misión da coherencia, fuerza e intención a las actividades diarias.

50 Shakespeare y las distintas caras del mal Casandra Fernández Diez

La sabiduría literaria es una de las mejores herramientas para comprender los aguijones del mal. Shakespeare es un autor muy útil para este estudio, pues representa la naturaleza humana tal cual es y analiza la conciencia moral.

56 El cerebro, ¿responsable de la maldad? Ismael Rodríguez Villagómez

No existe un gen que obligue al ser humano a ejecutar actos malvados. Todo parece indicar que, los maltratos físicos y psicológicos propios de un ambiente hostil hacen a los sujetos más propensos al mal.

60 Muros de la maldad.

Los campos de concentración en el cine Alma Delia Zamorano Rojas

Los campos de concentración nazis representan uno de los acontecimientos más cruentos de la humanidad. El cine ha capturado este terrible hecho y lo muestra desde diversas perspectivas para evidenciar el alcance de la maldad humana.


MISCELÁNEA

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La amistad hace nítidas nuestras virtudes Víctor Juan Gómez Villanueva

Las aportaciones de Aristóteles al tema de la amistad pueden ser útiles para la sociedad contemporánea, donde la tristeza y los antidepresivos están a la orden del día. El autor reflexiona sobre dos conceptos que van ligados: amistad y felicidad.

Aprender a cocinar nos hizo humanos. Hombre cazador y mujer cocinera María Pía Chirinos

La tradición de estudios antropológicos sobre nuestros antepasados homínidos postulaba la actividad cazadora del varón como eje del modelo familiar; sin embargo, nuevas teorías dan mayor importancia a la actividad femenina: cocinar.

INQUIETUDES DE…

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Cuando la civilización deja de ser civilizada Alejandrina Lincoln Strange Ochoa

LAS MANÍAS DE ZAGAL

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Metafísica de la calvicie

«¿La calvicie es tan vergonzosa como parece? Aunque pocos han conservado el cabello tras el detenido estudio de la filosofía, tal y como les ocurrió a Sócrates, Cicerón y Tomás de Aquino, muy pocos se detuvieron a reflexionar sobre la propia calvicie».

EL BUEN VICIO

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Libros POESÍA El gran cocodrilo en treinta poemínimos, Efraín Huerta CORRESPONDENCIA Los libros de los otros, Italo Calvino REFLEXIÓN Dios me buscó primero. ¿Cómo me encontró?, Raúl Espinoza Aguilera PERIODISMO Labor periodística, Daniel Cosío Villegas INFANTIL Max Ernst, el hombre pájaro, Daniela Iride Murgia NOVELA CRIMINAL Un cadáver en el jardín, Maria Lang ENSAYO Senderos de Verdad (No.1). Aportaciones a las Ciencias, las Artes y la Fe en México, Sociedad Mexicana de Ciencias, Artes y Fe BIOGRAFÍA Treblinka, Chil Rajchman NOVELA HISTÓRICA El huérfano, Adam Johnson INFANTIL La vida sin Santi, Andrea Maturana y Francisco Javier Olea MEMORABLE Los viajes de Gulliver, Jonathan Swift Música MÚSICA CLÁSICA Sinfonía No. 6 de Beethoven

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Andrea Moreno Herrero andreamoreno@istmo.com.mx dirección comercial

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YA BASTA DEL ¡YA BASTA! URGE GENERAR CONCIENCIA CIUDADANA




Lo que tú opinas Tus comentarios son muy importantes, ¡escríbenos! contacto_istmo@istmo.com.mx Algunas opiniones se extraen de la página web istmo.mx y se adaptan al formato impreso.

ASÍ NO FUERON LAS COSAS Deseo hacer una precisión histórica al libro La gerencia en la sociedad futura que reseñó Felipe Casas en la revista (istmo 269. 2003). El doctor Druker, junto con otros profesores de talla mundial, como Roderick O’Connor, Soleman y Schultz, contribuyeron de forma directa a la creación y desarrollo de lo que hoy es la Facultad de Ciencias de la Administración de la Universidad del Valle, en la ciudad de Cali, Colombia. Lo anterior es contrario a lo que señala el libro, que dice textualmente en la página 32: «Yo trabajé mucho en Colombia y ayudé a crear la Universidad del Valle». En mi opinión el texto debería decir: «…ayudé a crear lo que hoy se conoce como la facultad de Administración de la Universidad del Valle». La Universidad del Valle fue fundada en 1945 por la Ordenanza Número 12 del 11 de junio de la Asamblea del Departamento del Valle del Cauca. Lo anterior no implica desconocer el valioso aporte del doctor Druker al desarrollo de esta región, sino que, por el contrario, busca valorarlo al hacer la respectiva clarificación histórica. En la página 6 y 12 del siguiente link de la Universidad del Valle se puede corroborar mi postura: http://administracion.univalle.edu.co/Facultad/Acreditacion/Documentos/Estandares_Admon.pdf

HUMOR DEL BUENO Quiero felicitar a Víctor Isolino Doval por su artículo «Un guiño de la inteligencia» (istmo 333. 2014). A México le hace falta desde hace tiempo una cultura del buen humor, que se sepa reír con inteligencia. El humor mexicano, aunque ingenioso, suele ser superficial y destructivo, y parece no caber en las críticas serias. Buenos ejemplos del humor constructivo e inteligente son los cartones de Paco Calderón o Rius, capaces de realizar y transmitir una crítica comprensible y atinada a los sucesos del escenario nacional. Sin embargo, los recientes atentados terroristas a la revista Charlie Hebdó en Francia nos obligan a preguntar por el papel de la sátira política y sus límites. ¿El humor debe regularse? Lino Juárez

Gilber Corrales

ASCENSO EMPRESARIAL El artículo «Lecciones de alpinismo para emprendedores» de Fabio Novoa (istmo, 227. 2005) es un magnífico análisis de lo mucho que enseña el montañismo a la gestión empresarial. Utilizaré bastantes de estas ideas en mis charlas de formación directiva. Alexander Esquivel

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UNA EXCELENTE EDICIÓN

Me gustó mucho el número de diciembre 2014 y enero 2015 (istmo 335), en especial la sección relativa a la ceremonia de Beatificación de Álvaro del Portillo. Los tres artículos que en ella aparecen ¡son espléndidos! («Álvaro del Portillo. Un líder al frente de una empresa espiritual» de Alejandrina Lincoln Strange, «Un amigo alegre y con buen humor» de Alexandra Strong y «Un hombre sin fronteras» de Vito García). Como miembro del Opus Dei y a título personal, les doy de todo corazón las gracias porque se nota que prepararon los textos con mucho cuidado y cariño. Raúl Espinoza

EL CIUDADANO ES SOCIO DEL SISTEMA

En su artículo «¿Y los ciudadanos?» (istmo, 335. 2014), Agustín Llamas ha hecho una anotación muy importante sobre la democracia: no existe sin el ciudadano. Sin su participación, la democracia no es más que cualquier otro sistema (monarquía, aristocracia, etcétera) con otro nombre. En México creemos con frecuencia que al votar se agotan nuestras posibilidades de ejercer la ciudadanía, y si nos atrevemos a pensar un poquito más, tal vez incluso nos animemos a denunciar crímenes y delincuentes. Sin embargo, nunca consideramos que nuestras obligaciones pueden exigir más de nosotros, y eso lo ha señalado el autor. El ciudadano es socio del sistema, y como tal, no se puede desentender nunca de los procesos democráticos.

DESPOTRICAR CONTRA EL GOBIERNO… DEPORTE NACIONAL El artículo del doctor Fernando Galindo «La ciudadanía en México ¿amanecer u ocaso?» (istmo 335. 2014) me parece un análisis muy acertado de la actual situación política de la democracia mexicana. En efecto, los mexicanos estamos desencantados con nuestras instituciones políticas y despotricar contra el gobierno se ha convertido, como bien señala el autor, en el deporte nacional por excelencia. Hemos llegado a un punto en que los representantes de la política y los funcionarios gubernamentales representan todo lo malo que hay en nuestro país. Me parece un gran acierto por parte del autor el reconocer que no solamente en la clase política reside la totalidad de la culpa, sino también en la clase intelectual y en el ámbito ciudadano. Sin embargo, eché en falta una propuesta más clara por su parte para solucionar nuestro atolladero. Es cierto que la educación en la amabilidad ciudadana constituye uno de los puntos de partida para crear conciencia política en la aletargada sociedad mexicana, pero ¿no hay tareas más urgentes? Por ejemplo, una de ellas, fundamental para avanzar hacia un mejor ejercicio de la democracia, es la promoción de las candidaturas independientes. Si nuestra estructura gubernamental y política es tan rígida que ha convertido a los partidos políticos en obstáculos y no alicientes para el servicio público, es esencial crear nichos para la participación más directa del ciudadano en las decisiones políticas. José Paredes

Federica Brizna

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Alta dirección En portada

El mundo está en constante transformación y quizá nuestro modo tradicional de actuar ya no es suficiente. Imaginemos las cosas de manera distinta, las mejores ideas surgen al observar a los demás en sus actividades cotidianas. Cuando un líder rompe paradigmas, hace crecer a la organización. Inspira a los demás al ayudarlos a identificar el

momento disruptivo que cambió su vida y que ahora repercute en su razón de ser en la empresa. Abordamos el tema con profundidad en el FORO ISTMO 2014, del que resumimos cuatro conferencias que resaltan la trascendencia de un líder capaz de destruir para reconstruir.

Liderazgo

disruptivo


Director de Relaciones Públicas (Universidad Panamericana, campus México). Abogado (UNAM). Ha cursado programas sobre computación y Derecho (Cornell), sobre Internet y la ley (Harvard) y sobre marketing digital (HBS). Profesor de la Especialidad en dirección de Centros Educativos (UP).

Liderazgo disruptivo ¿Para qué?

Es asombroso conocer a empresarios que estén dispuestos a destruirse y destruir a su compañía –siempre orientados a un bien–, a fin de romper con sus paradigmas y hacer crecer a su gente. Ricardo Meneses Calzada

E

l peor enemigo durante una etapa de aprendizaje es pensar que lo sabemos todo, y que aquello que creemos conocer no tiene otro camino. Hoy se habla de destrucción creativa o disrupción, como un medio para influir en los demás hacia el cambio con sentido. Se asemeja a un joven que destruye el cuarto que le ha diseñado la madre: pinta paredes, pone yeso y riega arena para dejar un espacio completamente distinto. Una destrucción de tales dimensiones también puede ocurrir en nosotros mismos, como empresa y como personas; consiste en romper paradigmas. Y, ¿para qué? Para que nuestra empresa se renueve y, por tanto, contribuir a una mejor sociedad. Google, por ejemplo, tiene por motto o lema: no hacer el mal. Sus fundadores, Larry Page y Sergey Brin aspiran a que la empresa genere un impacto po-

sitivo en las personas, pues como dijo Lawrence Lessig, profesor de Harvard: el mundo de los negocios está diseñado para las empresas no para las personas; sin embargo, las personas somos las creadoras de esas empresas. Comprender la disrupción exige: 1. Repetir el concepto, tatuarlo en la empresa. 2. Interiorizarlo hasta lograr una conexión, «hacer clic». 3. Explicarlo con acciones concretas: ¿Cómo cambio mentes? ¿Cómo comunico que se trata de una habilidad esencial? 4. Innovar. Implementar lo que ya interioricé y soy capaz de explicar.

EMPRESARIOS QUE SE DESTRUYEN

Clayton Christensen en su libro El dilema del innovador estudia la razón por

la que empresas que han sido líderes en el mercado durante tanto tiempo, repentinamente desaparecen o reducen su presencia: Olivetti, Blockbuster, Kodak, Borders… Una investigación demostró que el tiempo de vida de las Fortune 500 va de 40 a 50 años, e inclusive, el promedio continúa bajando. Dice Silva Herzog que «los libros tienen alma, porque la portada te grita». Esto lo entendía muy bien la empresa Borders, dedicada a la venta de libros y música, contribuyó con un gran mercado en el mundo editorial y era excelente en lo que hacía. Sus librerías abarcaban varios pisos, las portadas eran por demás atractivas. De pronto Amazon irrumpió con una propuesta a menor costo y además, aparecieron gadgets como el Kindle que permite viajes más ligeros al sustituir el papel por el formato de libro electrónico. 336

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Alta dirección

En 2007 fuimos testigos de otro salto disruptivo, en esta ocasión fue en el ámbito de la telefonía. Apareció Steve Jobs con un producto innovador como el iPhone y tomó el mercado a pesar de ofrecer un celular mucho más caro que los de la competencia. Hay dos tipos de innovación. Por un lado, la innovación sostenida en la que la empresa busca mejorar en todos sus niveles y encontrar aquellos huecos o áreas de oportunidad para generar nuevo valor para sus clientes. Sus cambios se dan en pequeñas dosis, porque se tiene un mercado cautivo y existe el temor a perderlo con movimientos más drásticos. Joseph Stiglitz, premio nobel de economía, aseguró que el problema de los países que tienen la capacidad de hacer cambios, es que son los principales partidarios de que no se hagan. De igual forma, en algunas ocasiones las empresas son las principales partidarias de que en la industria no se dé un salto disruptivo, para evitar la variación de costo, tiempo y, por supuesto, conservan el poder del branding de la marca. En cambio, la innovación disruptiva destruye; inclusive sin preguntarle al cliente. Parte de la premisa de que el cliente no sabe lo que quiere. Blackberry fue dueño del mercado corporativo al posicionarse con el BBmessenger y el correo electrónico. Impuso una nueva tendencia y sus ganancias subieron, pero pasó por alto otro salto disruptivo: la personalización del teléfono. Nadie necesitaba un iPhone, sin embargo, al aparecer la tecnología touch que brinda una experiencia interactiva, natural y cercana, se creó el momento mágico del user experience.

Hay un principio en el management que dice «stick to strong opinions weakly» (adhiérete débilmente a las opiniones de los genios grandes). Steve Ballmer, sucesor de Bill Gates en Microsoft, se olvidó de este principio vital, siguió el statu quo y se alejo de la disrupción, pues aunque se le presentó el proyecto, desconfió del éxito de un celular sin tablero por 600 dólares. Hoy cualquier teléfono inteligente posee esta tecnología similar al iPhone.

La disrupción se da en tres pasos. Comienza con una convención, determinada por los gurús y las grandes escuelas, como Harvard. Le sigue una visión que persiga un cambio o mejora, como la que Steve Jobs expresó en su momento: «yo quiero hacerle un orificio al planeta generando un cambio en la educación universitaria a través de nuestros dispositivos». Una vez que se cuenta con esa visión, el siguiente paso es reunir los elementos para dar el salto disruptivo. Apple, Macintosh y las ideas radicales de Jobs no eran más que instrumentos para alcanzar un fin.

En algunas ocasiones las empresas son las principales partidarias

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de que en la industria no se dé un salto disruptivo.

TENDENCIAS QUE NO PODEMOS IGNORAR

¿Qué estamos haciendo los empresarios para aprovechar el salto disruptivo? Amazon se valió del big data para conocer mejor a sus clientes y personalizar sus experiencias de compra. Cuando tengo acceso a su sitio y recibo recomendaciones de libros que se ajustan a mis intereses, casi me atrevo a decir que Amazon me conoce mejor que mi esposa. En este sentido, algunas tendencias que sobresalen son los wearables, el maker movement y los beacons. La primera corresponde a tecnología que se integra en productos u objetos de uso cotidiano, como la que se observa en un teléfono o en cualquier dispositivo portátil que reúna la información que necesites. Nike dio un salto disruptivo con un brazalete capaz de dar seguimiento a la actividad física, frecuencia cardiaca, control de calorías, etcétera. Y si, por ejemplo, produzco camisas, no dejemos de preguntarnos ¿qué inteligencia de datos puedo generar? El maker movement se relaciona con el «hazlo tú mismo».


Como cuando un niño juega con Lego y arma sus propias creaciones. Con base en esa idea, Ikea impulsó la tendencia. Si quiero un mueble de caoba, tal vez me baste con que sólo lo parezca. Realidad es percepción. Ikea ofrece un material con un milímetro de esta madera y el resto es aserrín comprimido; pero si veo caoba, entonces lo es. Además, yo lo voy a armar y ahorraré en costos de traslado e instalación. ¿Y cómo explotar el maker movement en tus servicios? Al llegar a un hotel, por ejemplo, el cansado viajero no realizará su registro, sino que recibirá un masaje mientras el hotel se ocupa de los trámites; estos detalles son disruptivos y hacen la diferencia. Finalmente, la tendencia de los beacons se puede apreciar en Starbucks, cuando el encargado sabe previamente cuándo es tu cumpleaños, que seguramente asistirás acompañado y cuántas bebidas comprarás; la tuya será sin costo, porque «sé que hoy es tu día». ¿Qué sigue? Tatúate ese cuestionamiento. Olivetti no se hizo esa pregunta y aunque por años disfrutó de vender su producto en cada rincón del planeta, finalmente la empresa decayó. ¿Qué sigue en la sociedad, en la tecnología, en la conectividad?, ¿cómo logro que mis clientes estén hiperconectados? El sitio www.nowandnext.com ofrece mapas que pueden orientarte en la dirección de las tendencias que dominan el planeta. Por ejemplo, Amazon superó a Macy’s en ventas navideñas, porque la compra online ha ganado terreno.

¿Y EL LIDERAZGO?

Todos querríamos ser líder y podemos hacerlo. Primero explora los siguientes cinco requisitos: 1. Conócete a ti mismo y enfréntate al espejo.

La innovación disruptiva destruye;

inclusive sin preguntarle al cliente. Nadie necesitaba un iPhone, pero, al aparecer la tecnología touch que brinda una experiencia interactiva, natural y cercana, se creó el momento mágico del user experience. 2. Controla tus impulsos; enfría la decisión. 3. Motívate y motiva a otros con tu ejemplo. 4. Genera empatía, no con la empresa, sino con la persona detrás de ella. 5. Trabaja la inteligencia social, ¿cómo reclutas y trabajas con tu talento? Integra estas propuestas en tu liderazgo, mueve a todos hacia el cambio e inclúyete en él para crear un mejor futuro en todos los aspectos: empresa, comunidad, México, el mundo y, por supuesto, un mejor entorno para ti. Si tus colaboradores ven a un líder que gana un dineral pero lleva tres divorcios o vive depresiones tremendas, quizá pasé por su cabeza: «No quiero terminar como él». Quien logra un equilibrio en todos sus roles es más eficaz en el trabajo, y demuestra un liderazgo total. Comienza por ser tú mismo y lucha por autoconstruirte destruyéndote creativamente. Y si en algún momento sientes

resistencia porque «son cosas de tu carácter», pregúntate sin en realidad no son cosas de tu falta de carácter. Sé innovador, rompe la rutina, llega con flores a la casa, sorprende a tus trabajadores, lee 10 minutos diarios algo que te inspire… Los seres humanos tenemos la necesidad de crecer. Sólo necesitas de un pequeño movimiento para iniciar una cascada de disrupción. Coca Cola se enfrentó a pérdidas luego de la creación del impuesto sobre el azúcar. Sin embargo, no perdió el control y se fue a la esencia de la cadena: su cliente. ¿Qué son los clientes? personas humanas, únicas e irrepetibles. ¿Y qué puede sonar más dulce a sus oídos que su propio nombre? Sólo bastó una sencilla campaña de latas personalizadas y muy pronto se redujo el impacto negativo. Dicen que tienes tres segundos para arrancar un «¡wow!» a tu cliente, y si en veinte segundos no lo logras, la experiencia se convierte en un comodity. El liderazgo disruptivo rompe con los hábitos para dar espacio a nuevas ideas. GE, por ejemplo, invita a los investigadores de Harvard a trabajar por dos años, con la promesa de que regresarán a la universidad. De esa manera adquieren experiencia y la empresa se beneficia de su profesionalismo. Eso es open innovation. ¿Somos los que más sabemos? No. Trabaja en colaboración, cobranding, investiga con qué marcas te puedes asociar. La innovación no es una hoja en blanco, es tomar lo que existe y agregarle un valor. Y, repito, sé tú mismo. Lo mejor que puedes dar es tu autenticidad, pues nadie tiene los padres que tienes, ha asistido a las mismas escuelas que tú o vivido tus experiencias. Sé integro, porque si no actúas como piensas –dice 336

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Alta dirección

Carlos Llano–, terminarás pensando como actúas. Antes de cambiar buscarás diversas razones para no hacerlo, pero si eres un líder tu tarea debe ir en esa línea. El investigador Paul Saffo habla de las «curvas ‘S’», que explican el error de suponer que falta mucho para que se dé un cambio, y repentinamente, ya nada es igual. Volver atrás es imposible. Lanzas la televisión, luego la televisión a color y piensas que el éxito será perdurable, entonces mueres. Tu misión como empresario es crear una nueva curva que vuelva a elevar a tu empresa y ésta debe ser disruptiva.

El liderazgo disruptivo

implementación de la tecnología es potenciar el desempleo. Como los cajeros automáticos en los supermercados, el registro online en los aeropuertos. ¿Entonces la innovación generará desempleo? No necesariamente. Lo que creará son nuevos modelos económicos, sin embargo, no dejemos de lado el desarrollo de un futuro con personas en él. Mira a tu organización como si fuera un gran bloque de mármol e imagina la obra maestra que contiene. Entonces, todos los días, encuentra la manera de esculpir ese bloque, saca lo que le sobra a tu empresa y descubre que tú mismo eres esa obra maestra.

rompe con los hábitos para dar espacio a nuevas ideas. Los seres humanos tendemos a generar ansiedad y depresión. La primera cuando en nuestro futuro planteamos el peor escenario, y la segunda, cuando lo hacemos con el pasado. La ansiedad nos puede llevar a tomar decisiones impulsivas como despedir gente y hacer reingeniería. Por ejemplo, el riesgo de forzar la

y la audiencia pregunta... Al final de la presentación en el Foro Istmo 2014, algunos asistentes plantearon sus dudas, a lo que el expositor respondió:

¿De qué manera beneficia el liderazgo disruptivo a una empresa pequeña o familiar?

Las empresas familiares son las que más se benefician de los momentos disruptivos. Es común que los miembros más jóvenes pierdan el rumbo, porque ellos reciben los beneficios del hard work del abuelo: educación universitaria, un estilo de vida elevado y la herencia de la empresa. Para combatir esta tendencia, es preciso observar y canalizar el talento de los jóvenes. Exige propuestas a la juventud y determina el porcentaje de tu empresa que tomará el riesgo. ADO creó un área de nuevos negocios y en un ejercicio de innovación surgió Cielito Querido Café. Las buenas ideas germinan y se fortalecen en los jóvenes. Una empresa pequeña con liderazgo horizontal permite el flujo de la innovación. De otra manera no es difícil encontrarse con que los colaboradores guardan silencio cuando el jefe se aproxima. Por mucho tiempo, Google promovió los pet projects en los que permitía que sus colaboradores dedicaran 20% de su tiempo a generar nuevas ideas. Así, surgieron Google News, Google Maps y demás éxitos cuyo origen resulta de la pasión de sus empleados.

¿Existen barreras culturales alrededor de la experiencia que ofrece un producto?

La arquitectura del ser humano es la misma en todo el planeta, lo que cambia es el contexto. Un profesor en Harvard decía que una situación se regula por el derecho, pero también por el mercado y la arquitectura. Por ejemplo, en Chile hay mejor internet que aquí porque en ese país hay más competencia. En Estados Unidos sucede algo similar, por eso las empresas se centran en el cliente, de lo contrario, éste se irá fácilmente. Hay un aforismo jurídico que dice: «el hecho siempre antecede al derecho». Yo podría reescribirlo y decir: «la tecnología siempre antecede al derecho»; como Skype que mató la telefonía de larga distancia o Uber, que cambió la forma de trasladarse. El reto para el líder es generar el salto disruptivo, centrarse en el cliente como persona y saber si estamos a disgusto.


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Alta dirección

El ADN del innovador El mundo en el que vivimos desata una competencia implacable en el ámbito empresarial. Mantenerse con éxito exige innovar, sortear la caducidad y alcanzar la trascendencia. La capacidad de innovar se puede adquirir, sólo hace falta seguir cinco pasos.

Carlos Ruiz

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racias al trabajo de personas innovadoras, la tecnología ha avanzado a pasos agigantados, convirtiéndose en lo que es hoy: una herramienta económica, accesible y promotora de creatividad. ¿Cómo repercute este escenario hiperconectado en las empresas? Antes, una organización tenía dos proveedores, ahora puede escoger entre 200. Sin embargo, la

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globalización no trae sólo beneficios, sino también ciertas desventajas pues, si hoy una empresa tiene 200 proveedores, su cliente tendrá también otros 200. Tal situación desata una feroz batalla por bajar los precios. Para evitarla es necesario ser innovadores, sólo así podremos ofrecer distintas propuestas de valor. La innovación es una alternativa estratégica para salir adelante. Cuesta trabajo,

es disruptiva y poco eficaz al principio, porque funciona a prueba y error, pero tenemos que aprender a utilizarla. Peter Drucker, considerado el gurú del management del siglo XX, afirmaba que las empresas están para dos cosas: vender, por ello debe satisfacer las necesidades del cliente de manera eficaz y tener una buena relación de costo, precio, volumen y calidad; y para innovar.


Doctor en Filosofía (Universidad de Navarra, España). Doctor en Administración (HEC, Francia), MBA (IPADE) e Ingeniero civil (UIA). Profesor del área de Política de Empresa (Estrategia y Dirección) y director de Relaciones Internacionales en el IPADE.

Al delimitar las funciones de una empresa es necesario conocer su sector. Michael Porter, ingeniero y profesor de la Harvard Business School, desarrolló un modelo estratégico de cinco fuerzas para evaluar el ámbito en el que se desenvuelve una empresa e identificar: 1) qué tan atractivo es un sector, 2) la fuerza de negociación de sus proveedores y clientes, 3) cuántos productos o bienes sustitutos son su amenaza, 4) qué desafío representan los nuevos competidores y 5) cómo es la competitividad. A estas cinco fuerzas añadiré tres: Globalización. Acerca los distintos países del mundo y une sus mercados, sociedades y culturas. Nuestro país tiene tratados de libre comercio con 45 países. Compite con ellos. Si bien es evidente nuestro rezago en temas de anticorrupción y abuso de poder, en otros aspectos estamos muy bien parados. Somos el cuarto país exportador de automóviles y funcionamos como ejemplo para naciones que son líderes en el tema. Desregulación. La globalización exige eliminar las barreras arancelares que pudieran limitar su acción. Técnicas de información.La tecnología ha avanzado tanto que cada vez es más sencillo saber lo que ocurre en otras partes del mundo.

NO HAY RESPUESTAS ÚNICAS

Stephen Covey decía: «si seguimos haciendo lo que estamos haciendo, seguiremos consiguiendo lo que estamos consiguiendo». Es decir, si queremos resultados distintos necesitamos acciones distintas. Eso es la inno-

vación: hacer cosas diferentes y disruptivas que los clientes aprecien y estén dispuestos a pagar. Una de las pautas para saber si es necesario innovar es encontrarse con que mi tradicional modo de actuar ya no funciona. Esta señal advierte que ya es momento de empezar a hacer nuevas cosas que generen más valor. Un ejemplo de ello es la invención del iPhone. Meditemos en lo que significó que Apple lanzara el primer teléfono con un costo de 600 dólares cuando no había en el mercado ningún celular en ese precio. Apple no ofrecía un celular, sino una plataforma; un aparato que, entre otras cosas, servía para hablar por teléfono. Su innovación ha ubicado a la empresa en el número cinco de las 500 más grandes del mundo. El entorno nos exige innovar pero, ¿cómo desarrollar las habilidades necesarias para consolidar con éxito cualquier proyecto creativo? Jeff Dyer, Hal Gregersen y Clayton M. Christensen, en su libro El ADN del innovador, hablan de cinco habilidades conductuales: 1. Capacidad de interrogar Pregúntate: ¿por qué las cosas no pueden ser de otra manera? Ya lo decía Peter Drucker, lo importante no es encontrar

respuestas correctas sino hacer las preguntas adecuadas. Un ejemplo de tomar diferentes caminos para resolver un problema lo da Ernest Rutherford, Premio Nobel de química en 1908. Un día le preguntó a un alumno cómo averiguaría la altura de una torre con ayuda de un barómetro. Él le dio cinco respuestas distintas. 1) Me subo a una torre, amarro una cuerda al barómetro y la deslizo desde la parte más alta de la torre hasta la base. 2) Tomo el barómetro en un día de sol, mido la altura del barómetro, la altura de la sombra del barómetro y la sombra de la torre. Después hago una regla de tres y listo. 3) Subo a la torre con el barómetro y un cronómetro, aviento el barómetro, mido en cuanto tiempo se estrella, despejo de la fórmula de gravedad y encuentro la altura de la torre. 4) Mido la presión y temperatura de la torre arriba y abajo, despejo la fórmula y encuentro la altura. 5) Voy a la torre, toco la puerta, sale el guardia y le digo: si me dices la altura de la torre, te regalo un barómetro. Ésta es mi respuesta favorita. Lo importante es cuestionarse, no hay respuestas únicas. Este estudiante era Niels Bohr, quien después ganó el Premio Nobel de Física en 1922. Es el padre de la Física Cuántica, uno de los raros ejemplos en donde él ganó el Premio Nobel y también su hijo, 53 años más tarde. Hay que tener la capacidad de cuestionarse y decir por qué las cosas deben ser así. Carlos Llano, en las sesiones inaugurales de los programas del IPADE, decía que siempre hay que tener mente abierta y firmeza en criterio. Estar abiertos de mente para captar nuevas ideas y tener firmeza de criterio para saber a dónde vamos y no cambiar como veletas.

Innovar es: hacer cosas diferentes y disruptivas que los clientes aprecien y estén dispuestos a pagar.

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2. Observar Se relaciona con escuchar y entender. Las ideas surgen al observar a otros en el día a día. Por ejemplo, los hermanos Servitje, antes de fundar Bimbo en 1947, notaron que en las panaderías vendían el pan de caja envuelto en papel encerado y los clientes no podían verificar la frescura del producto, llevándose desagradables sorpresas. Se les ocurrió que podrían vender el pan en bolsas de celofán para que el cliente comprobara la calidad del producto. ¿Cómo concibieron esta idea? Observando a las personas en sus compras diarias. Otro caso de inventiva es Steve Jobs. ¿Cómo decidió entrar al mercado de los celulares en 2007? En ese entonces Nokia dominaba el terreno. Cualquiera podría pensar, ¿para qué entrar a un mercado tan maduro? Hay muchas respuestas. Su modo de ataque, más que agresivo, fue defensivo, pues notó que si no entraba a la telefonía, alguien más tomaría el mercado de sus productos, como el del iPod. Jobs seguramente concibió su idea al observar a las personas, por ejemplo en la sala de espera de algún aeropuerto. En 2007 la gente hacía antesala mientras hablaba por teléfono, mandaba mensajes de texto, revisaba sus correos en la computadora o en su Blackberry, escuchaba música en su iPod, etcétera. Él tuvo mucha visión, se preguntó por qué no fusionar toda esa tecnología en un solo dispositivo. Observar con atención siempre trae beneficios. Así lo considera Ratan Tata, creador de un nuevo medio de transporte en la India. En ese país, cerca de cinco personas se trasladan en una sola bicicleta; este empresario pensó que, si creaba un automóvil para cinco personas con un precio ligeramente mayor al de una motocicleta, haría un negocio exitoso. Así nació el Tata Nano.

Las ideas surgen al observar a otros en el día a día, para descubrir qué hace falta o cómo

3. Trabajar en red, cuidar el ecosistema Para que el sistema trabaje, al diseñar un producto es necesario que todo el 18

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podríamos enriquecer algún producto ya existente. entorno esté en sintonía. Saber trabajar en redes y combinarlas para que todos los involucrados obtengan beneficios. Por ejemplo, no podemos concebir el iPad sin aplicaciones, películas, libros, series, accesorios para personalizarlo, etcétera. Cuando todo este ecosistema funciona, existe la innovación. Tal punto de equilibrio se le ocurrió al matemático y Premio Nobel de Economía, John Nash, personaje que inspiró la película Mente Brillante. Él afirmó que las situaciones están en equilibrio cuando todos los que participan creen tomar las mejores decisiones. En el caso del iPhone, los que venden contenido están satisfechos porque combaten la piratería, los que fabrican accesorios porque hay 700 millones de iPhone en el mercado, los que venden aplicaciones porque hay una base de gente que compra sus productos con frecuencia. Aquí todo marcha en equilibrio. Un ejemplo típico de creaciones que, por no trabajar en red, no funcionan es la High Definition TV. Ésta existe desde los años 90, sin embargo en esa época no había películas en HD, ni canales que produjeran series en tal formato, etcétera; entonces ¿para qué alguien querría comprar una televisión HD? Tal tecnología fue productiva hasta ahora que existió el BlueRay o Netflix. Dejó de ser una innovación en soledad. Steve Jobs notó la necesidad de trabajar en redes al diseñar el iPod, pues

supo que no funcionaría sin dos cosas: 1) convencer a las casas productoras de música y 2) hacer un sistema operativo que fuera compatible con PC que dominaba 97% del mercado. No tenía caso sacar un sistema limitado, era necesario hacer alianzas.

4. Experimentar Thomas Alva Edison nació a mediados del siglo XIX, cuando no había radio, televisión, automóvil, aviones, focos, cine o electricidad. La mayoría de esos objetos los inventó él. Comenzó a hacer experimentos a los nueve años, razón por la que obtuvo más de mil patentes y no sólo fue inventor, también empresario, pues fundó General Electric. Su sistema era experimentar rápido, hacer prototipos e innovar. Siempre decía que la medida real de su éxito era el número de experimentos que podía hacer en 24 horas. De ahí su famosa frase «el genio es 1% inspiración y 99% transpiración». En el caso de Apple la innovación se volvió un sistema, no una serie de proyectos. Por ejemplo, el primer iPod tenía 5 gigas de capacidad, la pila duraba 10 horas y costaba 400 dólares. La versión más reciente tiene 160 gigas, la pila dura 36 horas y cuesta 250 dólares. Eso es experimentar para innovar y perfeccionarse. 5. Sintetizar conocimientos Unir todos los puntos. Lo que cuestionamos, experimentamos, armamos en red, etcétera; e integrarlo con pensamiento asociativo. Saber que para innovar hace falta desafiar el statu quo, asumir riesgos y desarrollar las habilidades para interrogar, observar, crear redes y asociar las ideas. Así nace un innovador.



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4G

Liderazgo

Un empleo bien remunerado ya no es suficiente, hoy las personas buscan sentirse inspiradas. Quien lo está suele ser creativo, encontrar diversas soluciones a un problema y concebir ideas brillantes para emprender un proyecto. La tarea del líder es inspirar a su equipo y hacerlo crecer. ¿Cómo lograrlo? Siendo congruente con lo que dice, siente y hace. Fernando Córdova

A

l pensar en la definición de líder, con frecuencia nos vienen a la cabeza iconos como Mahatma Gandhi, la madre Teresa de Calcuta o Steve Jobs. ¿Qué tienen todos ellos en común? El prototipo de líder no es sólo un sujeto rígido y lejano, va más allá, y estos personajes lo demuestran.

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Nuestra sociedad aún es positivista, seguimos pensando que el único conocimiento auténtico es el científico y dejamos de lado todos los saberes que enriquecen el espíritu. En las calles observo, por un lado, a las personas cuyo trabajo produce recursos económicos y por otro a los artistas, que parecieran dedicarse a cuestiones menores. Así

percibo una dicotomía en nuestra sociedad: o somos hippies o trabajamos con la ciencia. En la universidad es común priorizar la enseñanza de datos duros, y la interacción con las personas se vuelve algo secundario. No aprendemos a cómo relacionarnos con la gente, por ejemplo, cómo platicar con la se-


Director de Inventos en Inhala, salud organizacional. Estudió la carrera de Derecho en la Universidad Anáhuac. Cofundador de Risaterapia A.C, autor del Coaching lúdico y de la técnica Clownching. Consultor en gestión del cambio y fundador de la compañía de teatro La piara.

cretaria para que nos haga un espacio en la apretada agenda de su jefe, cómo solicitar cierta información, etcétera. Hay una desconexión entre los saberes y la esencia del ser humano. Es tarea de los líderes integrar ambos mundos, sólo así podremos enfrentar todos los cambios y crisis que se avecinan en nuestro país y en el mundo (crisis económica, petrolera, ecológica, etcétera). El nuevo líder debe trabajar por generar un nuevo modelo de empresa, que sea integrador y holístico, formado por organizaciones que ya no piensan sólo en generar y tener más, sino en algo más profundo, transformador, humano e integral.

SER COMO UN PAYASO

Hay una desconexión entre los saberes y la esencia del ser humano.

miento» que a la larga logran que las personas aumenten la efectividad de los resultados en 12%.

2. Generosidad Ya no basta ser generosos con los clientes, también debemos serlo con los proveedores y hasta con nuestra competencia. Las empresas con mayor crecimiento comparten con su competencia porque creen en la transferencia de tecnología y están conscientes de que este mundo puede ser mucho mejor si empezamos a compartir. El verdadero líder sabe servir y estar para el otro, así crea una conexión mucho más fuerte con sus colaboradores. Este punto lo he vivido en carne propia. Cuando doy un espectáculo en los hospitales o en las cárceles, me llevo algo más que una paga, lleno mi espíritu al notar que los espectadores disfrutan lo que observan. Michael Roach, el primer estadounidense en la historia en recibir el título de «geshe» (doctorado en Budismo) por parte del Monasterio Tibetano Sera Mey, muestra los beneficios de ser generoso. Su historia es interesante, pues al terminar su doctorado en Princeton se fue al Tíbet y luego de conseguir el grado de «geshe» pensó en retirarse a meditar, sin embargo su «guía espiritual» le encomendó una ardua tarea: demostrar que la filosofía budista es útil en el mundo empresarial. Entonces Michael se fue a Nueva York y en dos años hizo una de las empresas de diamantes más importante del mercado. Todo mundo se preguntaba cómo lo logró o qué tecnología utilizó. La respuesta es simple, fue generoso, por tal razón el poder de inspiración en sus colaboradores era altísimo; además, la competencia se le acercaba para conocer

Es tarea de los líderes integrar ambos mundos, sólo así podremos enfrentar todos los cambios y crisis que se avecinan.

Revelaré un secreto. Cuando era estudiante de Derecho y entré a mi primer trabajo considero que fui el peor abogado del mundo. Me tomaba mucho tiempo darle solución a los asuntos y eso me agobiaba. Un día le pregunté a mi jefe qué debía hacer para acelerar los procesos, a lo que me respondió: «debes aprender a aceitar la maquinaria jurídica, es decir, inventar gratificaciones». Me pareció una forma muy sutil de decir «dar mordidas y generar corrupción». Descubrí que mis valores no eran compatibles con su visión y pensé que debía existir otra forma de influir en la gente para que trabajara mejor y más rápido. Poco después tomé un taller de clown, una técnica de payaso, y repentinamente mis casos empezaron a acelerarse. Ahora todos me recibían: la secretaria de acuerdos, el juez… y cuándo mi jefe me preguntó cómo conseguí que se diera este cambio, no supe contestarle, pues ni yo entendía la causa.

En el taller encontré algunos aspectos que posteriormente identifiqué en el perfil de un líder con la capacidad de inspirar. Llevo 15 años trabajando con organizaciones de todo tipo: bancos, farmacéuticas, laboratorios, automóviles, entre otras, y en ese tiempo comprobé cuatro constantes que delinean a quien busca transformar internamente a sus empresas a través de la inspiración. Al liderazgo que reúne tales atributos lo llamo «Liderazgo 4G»: 1. Gratitud En la actualidad hemos perdido la capacidad de asombro, pero cuando estamos llenos de gratitud renace en nosotros tal aptitud y la contagiamos a los demás. Cuando eres agradecido, vives en estado de satisfacción. Una persona a la que nada le llena no puede inspirar a otros. Hoy las organizaciones conocen la importancia de ser agradecidos con sus colaboradores, por eso desarrollan los llamados «programas de reconoci-

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sus tácticas y secretos. Él siempre respondió con la verdad y compartió sus conocimientos. Geshe Michael asegura que la generosidad y la creación de cualquier realidad tienen que ver con sembrar. Al sembrar generas un contexto para después cosechar. ¿Qué está sembrando México? ¿Qué está sembrando cada uno de nosotros para que esta sociedad funcione? Si siembras arrogancia, monopolios, competencia desleal, ¿qué vas a cosechar? Es necesario comenzar a cuestionarnos qué queremos sembrar y cosechar en este país. Cada uno de nosotros somos una gota y, si todos actuamos, podemos producir una «tormenta de generosidad».

cabeza, mente. ¿Pero qué hay del cuerpo y las emociones? Es innegable que sentimos, sin embargo vivimos como si no fuera importante y por lo tanto estamos desequilibrados. En 1960 el doctor Michael Gershon descubrió que en el cuerpo humano existen procesos neuronales en el estómago y la cabeza, es decir, dos cerebros en el cuerpo. Otros estudios investigan la actividad neuronal en el corazón. Desde esta perspectiva no me es descabellado decir que en realidad tenemos tres cerebros. ¿Por qué quedarnos sólo con uno? La congruencia de una persona se hace patente cuando su cabeza, corazón y cuerpo están en armonía, es decir, cuando lo que dice, siente y hace están en el mismo canal. ¿Qué pasa con las personas que dicen algo bueno pero sin el tono y la emoción adecuada para acompañar sus palabras? Dudamos de su veracidad. Necesitamos empezar a desarrollar nuestras emociones para que trabajen a la par del cuerpo y la mente, sólo así seremos más congruentes, inspiraremos a los demás y seremos auténticos. No es fácil decir, hacer y sentir lo mismo, pero cuando un líder aprende a alinearse comunica asertivamente los mensajes. Al «malabarear» estos tres aspectos, genera una nueva forma de proceder, más divertida y humana, y conecta con sus colaboradores. El líder que se encuentra en un pedestal pasó de moda, la época actual le exige estar abajo, con las personas.

La congruencia de una persona se hace patente cuando su cabeza, corazón y cuerpo están en armonía, es decir, cuando

3. Gracia Seamos como los niños. En mi experiencia, los líderes de las organizaciones que buscan ser más «perfectos», cuando se equivocan caen muy bajo o se deprimen. Los niños no tratan de ser perfectos, son ellos mismos. Para conseguir esa gracia, los seres humanos contamos con una tecnología perfecta y que además, inspira. Consiste en un conjunto de cuadros blancos, alineados, que si se muestran a otros pueden abrir mil puertas. Se llaman dientes. Prueba sonreírle al otro, es una herramienta infalible. En el taller de clown aprendí la diferencia entre un actor y un payaso. El primero tiene un escenario con tres paredes y el público al frente, que forma su cuarta pared, y con la que no interactúa. En cambio el segundo es como un niño, tira la cuarta pared, mira a los ojos de cada espectador y hace conexión con él. El líder tiene que conducirse como una especie de payaso que al observar el mundo, es mucho más empático. Para ello debe actuar con el efecto que produce, salirse de su ego. El payaso, cuando se

lo que dice, siente y hace están en el mismo canal.

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sube al escenario, no piensa en la dramaturgia y sólo triunfa cuando la gente se ríe, si no lo hace, su trabajo se va a la basura. Ver a la gente a los ojos crea un vínculo entre los seres humanos pero, ¿por qué evitamos este contacto? Quizá pensamos que el otro podría darse cuenta de nuestros defectos. Los gobiernos más tiranos se caracterizan por esconder sus errores. ¡Ya basta! Somos humanos, todos nos equivocamos. Es importante empezar a empoderar el accidente y el error, sin confundirlo con la mediocridad. Pensar qué beneficios podemos obtener de las fallas. 4. Genuinidad Durante muchos años los gobiernos, las empresas, la sociedad, etcétera, nos han hecho creer que el ser humano es sólo

Para inspirar se necesita ser generoso, vivir en gratitud, ser gracioso y genuino. ¿Quién en tu vida te ha inspirado? Seguro alguien vive en tu cabeza, corazón o estómago. ¿Crees algún día estar en la cabeza, corazón o estómago de alguien?, si no es así, cambia de rumbo. Ya sabes por dónde empezar.



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La mejor versión de mí

Definir quién soy, qué espero de la vida y cuáles son mis propósitos exige una pausa en la acelerada vida actual. Incubar éstas y otras reflexiones nos permitirá desempeñarnos mejor en cada uno de nuestros roles, porque quien está bien consigo lo estará también con su entorno. Juan Alberto González Esparza

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racias a la tecnología, nuestro mundo y nosotros mismos estamos en constante transformación. Cambia el modo en que se imparte la educación –por lo tanto, la manera en que aprendemos– y aparecen nuevos modelos

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de negocio en los que la disrupción e innovación están a la orden del día. Éste es el mundo en el que vivimos, hay que aceptarlo, adaptarnos y movernos hacia adelante. En este escenario, ¿qué hacer para que cualquier cambio que se suscite en

nuestro país sea positivo y haga una diferencia real? El primer paso es no estancarnos, movernos, motivarnos a nosotros mismos, pero también a nuestra familia, amigos, compañeros de trabajo y, en general, a nuestro círculo de influencia.


Director general de Microsoft México desde 2007. Fue director de las subsidiarias de Colombia, Perú y director general para la Región Andina. Presidente del AMITI (2011-2013). Conductor estratégico de la iniciativa Elevemos México de Microsoft. Licenciado en Cibernética y Ciencias Informáticas (La Salle).

Todos tenemos distintos roles en la vida, yo soy esposo, padre, hijo, amigo, director general de Microsoft, vicepresidente de la fundación Ojos que Sienten, consejero de la US Mexico Foundation… Los que representan mayor reto: esposo y padre.

UN EJERCICIO FRENTE AL ESPEJO

Comparto un acontecimiento que cambió mi vida: hace unos años padecí un atentado en Colombia, estaba acompañado de mis hijos y mi esposa, quien resultó lastimada. Afortunadamente, después de una serie de sucesos pudimos salir adelante. Las semanas posteriores al incidente fueron muy intensas para mí, en este tiempo me pregunté: ¿por qué sucedió?, ¿por qué nos pasó a nosotros?, ¿por qué murió tanta gente?, ¿por qué yo estoy con vida y los demás no?, ¿qué objetivos tengo para mi vida personal y laboral?, ¿qué legado quiero dejar a mis hijos?... A partir de ese momento se gestó una versión diferente de mí, me cuestioné diversos porqués y aprendí que la vida es efímera y vulnerable, todo puede cambiar en segundos. Estoy seguro de que muchos de nosotros hemos vivido momentos que nos estremecen y exhortan a cambiar, como el matrimonio o un examen profesional. Dichos periodos nos orillan a identificar nuestras fortalezas y áreas de oportunidad, preguntarnos quiénes somos, a dónde vamos, qué queremos lograr y cómo lo haremos. Enfrentarse al espejo es un ejercicio muy valioso y si lo hacemos bien, ensanchará nuestra autoestima, alimentará nuestro aprendizaje y preparará un terreno fértil para el crecimiento y, por consiguiente, el cambio. Descubrir el propósito, tanto personal como el de la organización, nos llena de poder e impulsa lo que hacemos por nosotros mismos y por los demás.

Tener clara la misión de tu empresa brinda dirección y coherencia en tus actividades diarias, da fuerza e intención. Una vez que estemos bien con nosotros podemos dar lo mejor en la casa, el trabajo, la comunidad e inclusive, en México. Concluí también que venimos a este mundo por razones de trascendencia y que la felicidad es como onda expansiva que se contagia. En mi caso, hoy puedo decir que mi propósito es inspirar éxito en las personas, es lo que me levanta todos los días y hace pensar distinto.

ROMPER PARADIGMAS, PENSAR DIFERENTE

¿Por dónde empiezo? Tres componentes te permitirán contestar: 1) Conocerte bien; 2) plantear las preguntas correctas para trazar un primer camino, y 3) comenzar a vivir tu propósito. Después del incidente en Colombia conocí al entonces presidente, Álvaro Uribe. En su país iniciamos el movimiento social Tejido Humano cuyo objetivo era ayudar a las familias de policías y soldados, víctimas del terrorismo. Por increíble que parezca, no existía una organización dedicada a ello a pesar de tener 45 o 50 años de vivir tal amenaza en el país. Aun cuando nos topamos con situaciones que nos rebasaban, en cuestión de meses impactamos la vida de entre 150 y 200 mil personas. Gina Badenoch, fundadora de la institución Ojos que Sienten, también se atrevió a pensar diferente. Comenzó por preguntarse: ¿puedo enseñar a un ciego a tomar fotografías?, ¿qué pasaría? El resultado fue una bellísima iniciativa en la que, a través de la tecnología, personas que padecen alguna debilidad visual aprendieron a tomar fotografías, así como elaborar presentaciones, leer cartas, escribir documentos, mandar correos, etcétera.

Su idea fue muy disruptiva y llegó más allá de enseñarles a utilizar diversas herramientas como una cámara, Word o Power Point; nutrió la autoestima de quienes jamás imaginaron tener tal acceso al mundo visual. Eso es romper paradigmas, es pensar diferente. En la misma fundación conocí a una persona que me inspira y aprecio mucho: Alicia, quien en 2010 perdió la vista de manera repentina. Una tarde llegó a su casa con un fuerte dolor de cabeza y se acostó temprano. Al despertar, ya no pudo ver. La vida de Alicia cambió para siempre, pero no se dejó vencer, hoy es una gran fotógrafa. Su historia siempre me hace pensar que nadie está exento, a todos nos puede pasar algo. Al final del día, no deseo que alguien pase por una situación como la de Alicia o como la que viví en Colombia, pero sí que ese alguien encuentre el momento disruptivo que detone nuevas ideas. Luego, ¿cómo puedo dar la mejor versión de mí todos los días? Para ello urge ser líder, y no sólo al hablar de negocios; urge ser líder en la vida: con tu esposa, tus hijos y comunidad. Urge ser agente de cambio para México. Brindar la mejor versión de nosotros es el primer peldaño en nuestra escala de valores. Éstos no son negociables y una vez que los tengamos claros, tomaremos mejores decisiones.

BUSCAR EL EQUILIBRIO

En la vida se nos presentan inhibidores del aprendizaje que nos impiden avanzar al siguiente nivel. El más conocido es el típico argumento: «no tengo tiempo». Para aprender nunca hay tiempo, somos nosotros quienes tenemos que buscar el espacio para hacerlo. Ignorar este obstáculo es muy peligroso, nos estanca y nos lleva a padecer la ceguera de cegueras. Para aprender hacen falta mecanismos de retroalimentación, sólo así se propicia el progreso. No perdamos de 336

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vista que la empresa se forma por personas, quienes se conducen en sus labores con un aspecto emocional. Si, por ejemplo, nos hallamos mal anímicamente, lo estaremos también en el trabajo sin importar cuan profesionales seamos; por eso es muy importante ejercitar la expresión de nuestras emociones. En Microsoft, al iniciar una reunión entre directores, procuro reservar unos minutos para realizar ejercicios de respiración; posteriormente, pregunto a los asistentes cómo se sienten. Es mágico cuando responden: estoy contento, enojado, triste, preocupado, tengo miedo, etcétera. Expresar nuestro sentir influye muchísimo en el modo de trabajar. El resentimiento y la resignación son dos estados de ánimo que ponen en riesgo el equilibrio en nuestra vida personal y en la empresa. Ninguno nos permite ser felices. Por un lado, el resentimiento cierra la puerta a la innovación, pues ya no hay nuevas conversaciones ni espacios de convivencia entre las personas. La única forma de combatirlo es también la más difícil: perdonar y pedir perdón. Por otro lado, la resignación nos estanca en un dañino rol de víctima. No queremos víctimas en nuestras vidas y organizaciones, necesitamos agentes de cambio. Queremos tener un modelo mental, lo que se llama un mindset de cambio.

busca arreglarlo, pero mientras lo logras, entrénate a ti mismo para no preocuparte. En palabras de Ernest Hemingway: «Preocuparse nunca ha arreglado nada». En México las cosas mejorarán si cada uno de nosotros decidimos lo que hoy queremos hacer, y para eso hay que creer en nosotros, tener confianza, aceptarse. Esto nos dará energía y ánimos, saldremos de la casa con un pensamiento positivo: «¡Listo, ahí les voy!». Hablar de estrés es anticuado. Lo actual es hablar de vivir en un estado óptimo, es decir, no dejar que algo nos turbe. Si, por ejemplo, te enteras que un día determinado cerrarán vialidades debido a alguna manifestación, quizá lo más sencillo sería cancelar las reuniones o citas agendadas. Hacer eso sólo obstaculiza nuestro propósito. Otra alternativa sería investigar las rutas óptimas para llegar con tiempo. Ten confianza, ama y cree en lo que haces, porque estar contentos nos cambia la vida. No venimos al mundo a sufrir, sino a amar y cuidar a las personas que amamos. El trabajo va y viene, pero las personas no. Tú, tu familia, tu trabajo y tu comunidad necesitan la mejor versión de ti. Define tu misión y propósito; aférrate a tus valores y creencias; ama tu trabajo y dile a la gente que amas lo que sientes por ella. Hay que movernos, individualmente y en equipo. ¿Es un reto? Sin duda. Podremos perder todo lo que tenemos en la vida, pero hay una cosa que nadie nos podrá arrebatar jamás: la actitud por vivir y hacer las cosas diferentes. ¡Vamos!

Tener clara la misión y el propósito brinda dirección y coherencia a tus actividades diarias,

LA FELICIDAD ES NUESTRA ELECCIÓN

Manejo cuatro pilares en mi vida: espiritual, familiar, profesional y personal. Cuando son sólidos puedo soportar muchas cosas, pero su firmeza no es fácil de conservar. Debemos dedicar tiempo al alma, a la familia, al trabajo y a nuestros pasatiempos. Sólo así viviremos en balance. Esto implica aprender a conocer y 26

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da fuerza e intención.

manejar nuestras emociones. En inglés hay una forma de decirlo que me encanta: free will of choice. Es decir, yo elijo cómo me quiero sentir. Si hoy por algún suceso estoy triste, es mi decisión; ni otras personas ni circunstancias son responsables. El mayor generador de estrés es vivir en el futuro, en cosas que no han sucedido. Es preciso controlar esa voz interior que dice: «Te irá a mal, no se va a arreglar, te van a correr». En cambio, al enfocarnos en el presente eliminamos gran parte de aquella ansiedad. Piensa en lo que puedes hacer hoy, ¿y el mañana? ya veremos después. ¿Hay que planear? Sí, por supuesto. Planear nos da rumbo, pero siempre centrando nuestras fuerzas en lo que podemos controlar. Si algo está mal,


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Dilemas éticos empresariales

dilema

Esta sección presenta dilemas empresariales buscando afinar el razonamiento ético. A cada problema sigue la respuesta de varios asesores que conocen y manejan los principios éticos y se mueven en el ámbito empresarial.

La imagen corporativa en peligro Soy directora general de una empresa de consultoría en negocios e internet. La compañía se asienta en un sólido abanico de valores y principios que rigen nuestras relaciones con clientes, colaboradores, miembros del equipo y demás stakeholders. Hace unas semanas, uno de los asesores del área de Comunicación en internet y Social media se vio envuelto en un escándalo de corrupción, aunque ajeno a la empresa. La noticia alcanzó una importante «viralidad» en redes sociales e inclusive llegó a mencionarse en el noticiario con más rating en la televisión. Los internautas rápidamente lo relacionaron con la empresa, lo que desató miles de ataques a las redes sociales de la consultora. A pesar de que los comentarios no provienen de clientes o allegados, sí lastiman la imagen corporativa. El consultor siempre ha mostrado rectitud, compromiso y resultados más que satisfactorios; tiene muy buena relación con el equipo y vive los valores de la empresa con mucha naturalidad. Considero que este hecho aislado no determinará una conducta negativa constante en él, pero sí fracturó la percepción que se tiene de nosotros. ¿Debo prescindir de quien cometió un error de tal magnitud, aun cuando no fue un asunto que involucrara directamente a la empresa?

Si tienes un dilema ético empresarial escríbenos a: contacto_istmo@istmo.com.mx 32

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los asesores sugieren

Analizar las consecuencias en el desempeño individual Antes de dar respuesta al dilema no quisiera pasar por alto que es de los pocos en los que la pregunta que se hace no se debate entre lo bueno y lo malo, sino entre lo bueno y lo más humano. Plantearse un dilema como éste sólo puede hacerlo quien a lo largo de su vida profesional se ha esforzado por conducirse bajo altos estándares éticos. La solución tiene sus aristas. En primer término habría que evaluar la repercusión que puede tener el hecho en la reputación de la empresa y si la separación de la persona de la misma puede disminuir el impacto negativo o incluso, en cierto modo, evidenciar la distancia entre la conducta de ese sujeto en lo particular y el buen hacer de la empresa. En segundo lugar, inquirir si este hecho repercute en el sujeto de tal manera que haga que los clientes de la empresa prefieran no ser atendidos por él, pues les suscite desconfianza. En cuyo caso habrá que valorar si el hecho, aun siendo ajeno, impacta en el futuro desempeño de sus tareas. Un tercer aspecto a evaluar es cómo influirá su permanencia en la empresa en los valores de los demás empleados y si este traspié no es una mala influencia para el resto. Las razones para prescindir de su servicio –si es lo que se decide– no serán los hechos ajenos a la empresa, sino el modo en el que esos hechos influyen o pueden influir en su desempeño dentro de la empresa. Felipe Jiménez

Filósofo dedicado a la docencia

Palo dado, ni Dios lo quita Te refieres a ese consultor como una persona responsable, recta, comprometida y eficaz. Me es difícil pensar en él como un corrupto y quizá sea mejor ver lo sucedido como «un error práctico» —como dices— de apreciación o incluso como un engaño que él mismo sufrió. Por esto, y por el tiempo que lleva trabajando con ustedes, «tiene buena relación con el equipo», yo lo buscaría para una buena y seria conversación, con las cartas sobre la mesa. Es decir, con los principios institucionales, «sólido abanico de valores», de tu consultora y después de oírlo, le diría dos cosas: primera que no se volverá a tolerar algo así. Debe ser prudente y sensato, saber que está comprometido con esos principios y que debe respetarlos. Y segundo, ya que es experto en social media, que te ayude a resolver el problema causado por ese mal mensaje enviado a los cosmonautas; y aunque «palo dado, ni Dios lo quita» con su ayuda se podría encontrar el modo de revertir esa tendencia. Del resultado de esta conversación, tomar los elementos y datos para continuar o no con su colaboración.

La generalización es inevitable, pero sí prevenible Estimada directora, en las empresas y en la vida institucional se da un fenómeno psicológico muy interesante de «identificación», es decir, las personas que laboran en la empresa aparecen como «La empresa» ante los distintos actores externos. Frente a crisis y eventos como el que nos comentas el público no distinguirá entre una persona y la empresa, un departamento y la empresa, o una filial y la empresa matriz, siempre atribuirán el comportamiento del trabajador a la totalidad de la corporación. Aunque se trata de un error de falsa generalización, donde se le atribuyen características de un particular a la totalidad, es un hecho que sucede y por eso las empresas deben estar muy conscientes de que el comportamiento de un trabajador (aunque sea en su vida personal) estará muy ligado a la imagen corporativa. Por consiguiente, es muy relevante alinear los valores de la empresa con los de sus trabajadores y reforzarlos constantemente por medio de capacitación. Otro tema a tratar será el de las medidas a ejecutar con este consultor, donde tendrás que tomar en cuenta: la acción en sí, la intencionalidad, y las circunstancias (atenuantes y agravantes). Parte de la ética consiste en elegir el mayor bien y el menor mal, tanto para el consultor como para tu empresa. Rodrigo Villaurrutia

Profesor de ética de empresa

Armando Reygadas

Abogado especialista en ética de empresa

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H O T E L E S

E S P E C T A C U L A R E S

r e p o rt e e s p ec i a l p u b l i c i ta r i o

Hoteles

ESPECTACULARES “El lugar era perfecto. Todo estaba en orden, a tiempo y como lo acordamos. La junta fue un éxito.” “La pasamos increíble, mi familia y yo recordaremos por siempre estas vacaciones.”

L

os hoteles tienen la obligación de hacer todo lo posible y hasta lo imposible para conseguir que su estancia sea perfecta. Si además son hermosos y sus niveles de atención sobrepasan sus expectativas, entonces podemos calificarlos como Espectaculares.

No basta con ser un gran resort en un destino paradisiaco para que nuestro viaje valga la pena. En realidad, la suma de todos los factores, hace la diferencia. Ya sea para hospedarse por placer o por negocios este reporte especial presenta seis Hoteles Espectaculares, que se distinguen por su esencia y atenciones.

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En el nuevo

Hard Rock

Hotel Riviera Maya Tal como sucedió en las grandes bandas de todos los tiempos, el trío se convirtió en cuarteto y estrena un nuevo integrante: el Hard Rock Hotel Riviera Maya que, con su estilo propio, se une a las filas de sus antecesores en Vallarta, Cancún y Punta Cana. Yace en La Riviera Maya, justo al lado de las cálidas aguas del mar Caribe, razón por la que se le considera un paraíso terrenal. En él encontrarás lujosas piscinas, espacios nocturnos y áreas de descanso y relajación al estilo Hard Rock. Podrás hospedarte en una de sus 1,264 cómodas y modernas habitaciones, en las que disfrutarás de peculiares amenidades como tina de hidromasaje, TV vía satélite, un surtido minibar, internet inalámbrico, llamadas de larga distancia a USA continental y room service las 24 horas sin cargo adicional.

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Vive el paraíso al extremo El Hard Rock Hotel Riviera Maya está preparado para recibir a las familias más exigentes, pues cuenta con espacios diseñados para complacer a los pequeños roqueros de casa, como el club de niños o el programa de entrenamiento The Little Big Club. Si tu viaje no es sólo familiar, también podrás divertirte en el Heaven, un área exclusiva para adultos que se distingue por sus especiales servicios que van desde un legendario Rock Spa hasta noches épicas llenas de actuaciones en vivo, música y bebidas premium en el Heaven Bar & Disco. Vive como una celebridad y goza de un inigualable festín en alguno de sus nueve restaurantes de clase mundial. Podrás elegir entre un Steak House, un clásico restaurante Italiano, uno con fusión asiática… todos los platillos que te puedas imaginar los encontrarás aquí. No dejes de visitar nuestros seis bares, en los que descubrirás las bebidas más sofisticadas. Prepárate para disfrutar de las vacaciones de tu vida en Hard Rock Hotel Riviera Maya.

Riviera Maya, México 01 800 ROCKING www.hrhrivieramaya.com 336

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Life is better on the beach

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l Hotel 40 Cañones tiene una excelente ubicación frente a la playa de Mahahual en la Costa Maya, sobre el malecón principal. Ahí encontrarás confort y relajación en contacto con la naturaleza. Cuenta con 26 habitaciones, superior y suite con vista al mar y capacidad para 2 o 5 personas.

40 Cañones

Un hermoso hotel EN LA COSTA MAYA

Quintana Roo. México

Ambas tienen televisión con SKY, aire acondicionado y ventilador. Si prefieres un ambiente más hogareño, también tenemos departamentos totalmente amueblados, ideales para 4, 6 u 8 personas. Cuentan con 2 habitaciones, 2 baños, sala, cocina, balcón, televisión con SKY, aire acondicionado y ventiladores. El Club de Playa resalta por sus hermosas palapas y cómodas camas y camastros. También por las diversas actividades que brinda, como renta de bicicletas, lanchas para pescar y esnorquelear, renta de kayaks, paddle boards, motos de agua y Fly Board. Ofrece servicio de restaurante y bar, abiertos desde las 7:00 hasta las 22:00 hrs. 38

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(983) 834 5730

www.40canones.com


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LA VALISE HOTEL

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Lujo y confort para el viajero sofisticado

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L Hotel La Valise se enfoca en el viajero que disfruta del lujo y el confort para crear experiencias únicas. Es un hogar lejos del hogar, que llama a los viajeros independientes en busca de un espacio para descansar, explorar y crear. Las habitaciones ambientadas por Emmanuel Picault son armoniosas y resaltan por su auténtico mobiliario, fruto de los pioneros modernistas mexicanos del siglo veinte.

Roma Norte, Ciudad de México (55) 5286 9560 info@lavalise.com.mx

www.lavalise.com.mx

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HOTELITO DESCONOCIDO Espacio para la innovación empresarial Para ser creativos y desarrollar nuevas ideas hace falta perspectiva, sólo así se ve la realidad con otros ojos. Los viajes con tu equipo de trabajo son una excelente opción para despejar la mente y abrir la puerta de la inventiva en la empresa.

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iajar, leer y conocer lugares nuevos son actividades clave que fomentan la creatividad y el ingenio. Los grandes empresarios lo saben y buscan brindarle a su equipo las mejores condiciones para crear, inventar, renovar y proponer.

Un viaje de negocios puede ser una excelente herramienta para concebir estrategias triunfales para las empresas y Hotelito Desconocido es el destino ideal. Sus habitaciones, restaurantes e instalaciones acogen a los huéspedes en sus más de 60km de playa de arena blanca, lagunas y canales de agua cristalina, jardines, palmeras y árboles frutales. En este mágico entorno, declarado por la UNESCO paraíso acuífero para las aves, conviven más de 150 clases, incluyendo pelícanos, garzas y fragatas, así como otras cientos de especies animales.

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Humberto Lerma, director del hotel, afirma que cada vez son más los empresarios que eligen este paraíso como recinto para crear sus estrategias de ventas, proyecciones corporativas o simplemente descansar después de un objetivo cumplido, porque en él hallan el equilibrio perfecto entre trabajo y relajación. Explotan su capacidad intelectual durante la mañana, con la promesa de que en la tarde tendrán como recompensa un masaje en el SPA, un paseo a caballo o en catamarán por la laguna, mientras disfrutan del atardecer. Algunas de las mejores ideas también se conciben durante la comida o en las pláticas de sobremesa, para ello Hotelito Desconocido cuenta con dos de los más prestigiados restaurantes de toda la costa: El Diablito, que se esconde entre sombras de barro negro y alegra con máscaras de colores; y Nopalito, característico por su vista a la playa, magníficos atardeceres y el tradicional sabor folclórico mexicano. Además, cuenta con un huerto orgánico que brinda la mayor parte de los alimentos, frutas, especies y cítricos que se disfrutan en ambos restaurantes. Hotelito Desconocido es el recinto perfecto para que los miembros de tu empresa dejen fluir la imaginación y se planteen metas aún más altas. Hotelito Desconocido www.hotelito.com

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el sueño HOTEL + SPA La casa donde las fantasías del pasado se fusionan con la realidad actual.

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n el centro histórico de la ciudad de Puebla yace una remodelada casona del siglo XVIII, que combina las características barrocas típicas de las construcciones de la época y los elementos contemporáneos de una decoración minimalista. La vieja leyenda reza que san Miguel descansó en este predio al trazar la ciudad y en beneficio dejó: «Sueños inolvidables y buenaventura para quien duerma en la casa». Todos los huéspedes lo constatan en alguna de sus 20 suites dedicadas a mujeres enigmáticas como Dolores del Río, Frida Kahlo, Tina Modotti, Antonieta Rivas, Remedios Varo, Nahui Olin, Alfonsina Storni, sor Juana Inés de la Cruz, Isadora Duncan, María Izquierdo y Miroslava. La terraza es sede del Spa, que cuenta con tres cabinas en las que se ofrecen más de 20 tratamientos de salud y belleza, un acogedor jacuzzi al aire libre y un solárium. En su restaurante La tentación encontrarás una carta de alimentos diferente, con platillos de autor, barra de martinis y platillos y bebidas especiales para cada mes. Un restaurante en donde los milagros se hacen realidad a la luz de las velas.

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www.elsueno-hotel.com


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Xixim

Un refugio de serenidad Despertar con el sonido de las olas del mar y el canto de las aves, en una habitación idílica, suntuosa y naturalmente iluminada, es un sueño posible de alcanzar, aunque casi imposible de creer.

Sus 32 lujosas y confortables habitaciones lo convierten en uno de los secretos mejor guardados de la península de Yucatán. En Xixim, paraíso localizado en la reserva de la biósfera de Ría Celestún, se puede soñar despierto, rodeado de mangles y playas vírgenes. Se preocupa por acercar la naturaleza a sus huéspedes y brindar diversos detalles de comodidad: ameniza las habitaciones con mantras y motivos naturales, sus regaderas dan la sensación de tomar un baño al aire libre y sus senderos llevan a cómodas hamacas que permiten contemplar el taciturno oleaje del golfo de México, el vuelo de alguna

de las 260 aves que habitan en el lugar o el correr de un travieso mapache. Además del ambiente ecológico, en Xixim encontrarás una biblioteca multilingüe, un pabellón para practicar yoga, el área de masajes relajantes, albercas con jacuzzi, entre otras amenidades. Su cocina merece especial atención, pues utiliza ingredientes de la región minuciosamente seleccionados para llevar hasta su mesa los sabores más representativos de la gastronomía yucateca, a los que se adhieren creaciones fusión y un sorprendente menú vegetariano. Tal vez, aunque no lo desee, deba irse cuando sus vacaciones terminen, pero los sabores, sonidos, la sensación de paz y gratitud por vivir esta experiencia y la calidez de su gente, le harán volver en múltiples ocasiones, haciendo de Xixim su refugio de serenidad.

Yucatán, México 52 01 988 916 2100 info@hotelxixim.com

hotelxixim.com

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Coloquio

Maldad La corrupción, inseguridad y violencia invaden los tejidos sociales de nuestro país y del mundo. ¿Dónde tienen su origen? Tales fenómenos nos remiten a la naturaleza humana que, por su libertad, no sólo elige el bien, sino también el mal.

Mirar el problema a través de distintas perspectivas suscita un ejercicio de introspección; ya sea para proponer distintas soluciones, o bien modelar un sólido sentido ético.


Maestro en Filosofía por la UNAM. Profesor del departamento de Humanidades de la Universidad Panamericana y del área de Factor Humano en el ICAMI.

La ignorancia

Fuente del mal

Los seres humanos somos capaces de reconocer lo bueno y, además, podemos trabajar para conseguirlo. Sin embargo, ¿por qué no siempre es así? La falla pudiera estar en el modo en que pensamos, en aferrarnos a un concepto de bien que sólo satisface nuestras necesidades inmediatas, y no en lo que de hecho es correcto. Roberto Rivadeneyra Conócete a ti mismo. Sócrates

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Nuestras acciones hablan sobre nosotros tanto como nosotros sobre ellas. George Eliot

n cuántos programas de televisión se tocan temas relacionados con crímenes? CSI en sus tres versiones, NCIS, Criminal Minds, Bones, The Mentalist, Dexter, todo el canal de Investigation Discovery y en muchos más. Vemos dichos programas y nos horrorizamos con los asesinatos que allí se recrean. Naturalmente nos preguntamos: «¿Por qué hay gente tan mala; cómo es posible que existan personas así?». Sencillamente no encontramos una respuesta satisfactoria. Miramos la televisión como si buscáramos alguna pista para dar con la solución. ¿Por qué lo hacemos? El morbo, sin duda, es una de las razones, pero también porque en cada uno de ellos se muestra una faceta del ser humano: la del mal. Hacia finales del siglo V a.C. Sócrates afirmó que el mal es resultado de la ignorancia. Tal premisa ha sido estudiada y debatida a lo largo de la historia. Algunos la caricaturizan como si el filósofo griego hubiera sido ingenuo al

pronunciarla. Otros le dan cierto crédito, pero se mantienen al margen y no la consideran demasiado seria. Platón, su discípulo, escribió que nadie se equivoca voluntariamente. Más tarde, Aristóteles sentenció que toda acción humana busca el bien. Y entonces, ¿qué significa realmente que el mal sea ignorancia?

EN BUSCA DEL BIEN

Hablar del mal es hablar del bien y viceversa. Jamás comprenderemos el uno sin el otro. ¿Qué es el bien? Hablamos de él cuando algún objeto cumple con su función. Un cuchillo es bueno cuando sirve para lo que fue hecho: cortar. Si no me es útil para eso, entonces lo considero un mal cuchillo. Así, cualquier cosa es buena en tanto cumpla con su función. En los objetos naturales sucede lo mismo. Por ejemplo, un naranjo tiene una doble función: dar naranjas y cumplir con la fotosíntesis. La primera nos brindará un fruto; la se336

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Coloquio

gunda, nos proveerá de oxígeno. Hablamos de un buen naranjo cuando desempeña ambas funciones. Uno malo será el que dé naranjas sin jugo o no dé fruto y no logre realizar la fotosíntesis. Ahora bien, ¿cómo operan la bondad y maldad en los seres humanos? En principio hay que seguir la lógica anterior. El ser humano es bueno cuando realiza acciones de acuerdo con su naturaleza. Y, ¿cuál es ésta? La definición clásica y universal es la de Aristóteles: animal racional; es decir, que se distingue por su racionalidad, pero también posee voluntad. Ambas cuestiones configuran la estructura básica de toda persona. Por eso las acciones humanas son tan complejas de analizar y comprender. Cuando un árbol realiza la fotosíntesis no puede escoger: lo hace porque para eso está diseñado. Lo mismo ocurre cuando el perro ladra, el elefante barrita o la abeja produce miel. Lo hacen porque no tienen otra opción, su configuración interna les dicta que así debe ser. En el hombre, la libertad elimina esa acción que en automático nos obligaría a consumar nuestra naturaleza. El ser humano cumple con su función cuando es racional (busca la verdad y hace el bien). Es decir, cuando su acción intenta perfeccionar aquello que le es propio: la inteligencia y la voluntad. El filósofo Carlos Llano en Las formas actuales de la libertad señala: «El hombre no es un animal racional, sino que debe llegar a serlo» (p. 78). Lo logramos al pensar y querer bien, al hacernos auténticamente humanos. Actúo racionalmente –por lo tanto, bien– cuando hago lo que tengo que hacer sin importar si me apetece o no; así también perfecciono mi inteligencia y mi voluntad, pues cumplo con mi deber a pesar de que las emociones me indicaban algo más placentero. En cambio, cuando me quedo dormido sabiendo que tengo que levantarme para llegar al trabajo o a la escuela, deformo mi naturaleza y realizo una acción mala. De esta manera, una forma de saber cómo fueron nuestros actos es preguntarnos si nos fortalecieron o debilitaron.

Cuando me quedo dormido en lugar de levantarme busco el bien, el bien placentero y propio. Y aun sabiendo que mi acción me valdrá un buen regaño o hasta el descuento de un día de salario, en ese momento es más apetecible satisfacer mi placer. Por otro lado, cuando me despierto para llegar a tiempo al trabajo también lo hago en busca de un bien, pues tal vez luche contra el sueño, pero vencerme resulta más ventajoso que no hacerlo. En pocas palabras: todas nuestras acciones las ejecutamos porque las consideramos, al menos en ese momento, un bien para nosotros. Aquí está lo delicado, si en determinada situación pienso que mentir, robar o asesinar es lo mejor para mí, lo haré aunque sepa que dañaré a otra persona. Nuestras acciones se convierten en un reflejo de lo que queremos y, sobre todo, de lo que pensamos. Ya lo decía Platón, nadie se equivoca voluntariamente. Si cometemos un error para darle una lección a alguien, entonces no fue equivocación, sino una acción que buscaba, por medio de un contraste, provocar una reflexión. Lo hacemos pensando que era lo correcto. En cambio, cuando en un examen escribimos mal una respuesta, no lo hacemos pensando que está mal, más bien pensamos lo contrario. De esta manera toda acción está avalada por una creencia. Un racista lo es porque piensa que tiene razón al serlo; Hitler hizo lo que hizo convencido de que era lo mejor, y el asesino a sueldo mata porque sólo percibe una relación mercantil entre los seres humanos.

La manera de saber si nuestras acciones fueron buenas o malas es preguntarnos si nos fortalecieron o debilitaron.

ACTUAR SIN REFLEXIONAR

Si resulta tan clara la diferencia entre lo que está bien y lo que está mal, ¿por qué no siempre hacemos el bien? En realidad porque pensamos que siempre actuamos correctamente. «Toda acción humana busca el bien», señaló Aristóteles. Y así es. No hay una sola acción humana que pretenda otra cosa. 46

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EL MAL ESTÁ EN LAS OPINIONES

A lo largo de la vida armamos un sistema de creencias que nos permite interactuar con los demás de determinada manera. Incluso nos ayuda a resolver conflictos y situaciones inesperadas. Con el tiempo, convertimos estas creencias en verdades absolutas. Sin cuestionarlas las hacemos parte de nosotros y andamos por la calle afirmando que «el que no transa no avanza», que «ser bueno y noble es ser estúpido», que «piensa mal y acertarás», que «tatuarse es de carceleros» o que «robar es ser astuto». Así crecemos y ocupamos coordinaciones, gerencias y direcciones. Opinar no es malo si se entiende que sólo es una opinión. Es terrible cuando se cree que lo que pensamos y decimos es una verdad contundente e inapelable. Sin embargo, entrenarnos en


obligación de convivencia. No hacerlo podría conducirnos por caminos oscuros y hacia parajes que tal vez ni siquiera nosotros queríamos ir.

ENTRENAMIENTO PARA LA MENTE

no hacer de nuestra opinión una verdad lleva tiempo y esfuerzo. La opinión puede ser el primer paso hacia la adquisición de una verdad, pero tenemos que ser conscientes de que también puede ser sólo un producto de nuestra emoción. ¿Cómo estar seguros de que una opinión cumple con su función? Será buena si me permite llegar a un conocimiento más elevado de la realidad. En cambio, será mala si sólo fastidia y no tiene otro interés que ése. ¿Qué sucede cuando opiniones o creencias como las descritas al inicio de este apartado habitan en un individuo? Que éste actuará con base en ellas y será transa, aprovechado, prejuicioso, desconfiado… Sencillamente producto de su formación o deformación intelectual. Someter nuestras creencias a examen debería ser una

Aprender a pensar es crucial, tenemos que hacernos racionales, de allí que educar nuestra mente sea imperativo. El cruce de ideas entre lo que es bueno para mí y lo que es bueno para el otro, lo encontramos a diario. Basta un poco de rigor lógico para percatarnos de que una acción no puede ser simultáneamente buena y mala. Es un principio lógico que conocemos como el de no contradicción. Así, quien roba realiza una acción mala independientemente de que piense que ello le trae buenas consecuencias. El problema es que esa persona seguirá repitiéndose a sí misma que lo que hace está bien, hasta darse cuenta de su error y querer enmendar el hábito. Como acabamos de notar, la lógica es crucial en este ejercicio. Es ella la que nos ayuda a pensar correctamente, a estructurar bien nuestros pensamientos, a deducir sin fallas. Nada de esto es dado por naturaleza. No sabemos pensar bien sólo por haber nacido racionales; tenemos que aprenderlo. Tenemos que hacernos racionales. En lo que decidimos perfeccionar nuestra racionalidad cometemos falacia tras falacia, errores del pensamiento que nos conducen hacia el mal. El corrupto no quiere entender que la honestidad es mejor, por lo que ignora los beneficios de ésta sobre la primera. Mientras lo ignore, será corrupto.

El mal moral es consecuencia de un mal pensamiento y para cambiarlo la lógica es crucial, ella nos ayuda a pensar correctamente y a deducir sin fallas.

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Coloquio

Toda acción está avalada por una creencia. Un racista lo es porque piensa que tiene razón al serlo, sin embargo

una opinión no es una verdad contundente y matemáticamente inapelable. SÓLO SÉ QUE YA NO SÉ

Todos en algún momento escuchamos a un profesor mentar la siguiente frase de Sócrates: «Sólo sé que no sé nada». Un enunciado que nos invita al conocimiento, al descubrimiento de la realidad. Es el reconocimiento de la ignorancia para superarla. Porque no puedo superar el horizonte si no lo veo o si pienso que ya estoy en él. Existen tres tipos de ignorancia: 1. Desconocer. Todos nos encontramos en este estado cuando no sabemos lo que no sabemos. Por ejemplo, al enterarnos de algo que ni siquiera sabíamos que desconocíamos.

2. Reconocer. Es el tipo de ignorancia a la que apelaba el filósofo griego. Cuando reconozco que no sé puedo nutrir más mi conocimiento. Por ejemplo, sólo al afirmar que no sé de armonía puedo investigar qué es y obtener un conocimiento. 3. Creer. Parte de una creencia falsa. Es la ignorancia del que cree que sabe lo que no sabe. Los que se consideran a sí mismos expertos en algo suelen ser personas intolerantes ante los matices de sus ideas. ¿Qué tenemos que agregar los demás si ellos lo saben todo? El tercer tipo de ignorancia nos conduce al error constante, porque si considero que mi pensamiento es correcto y así lo creo, no tendré razones para dudar de él y actuaré en consecuencia. Corromperé, desconfiaré, juzgaré, robaré, asesinaré y ejecutaré todas las acciones que consideramos malas. Así, el mal moral es consecuencia de un mal pensamiento. A esto es a lo que se refería Sócrates con que el mal es ignorancia. No es ignorancia de la primera ni de la segunda, sino de la tercera, que es la que me ciega ante la verdad. Cuando no pienso con verdad no actúo con bien. Los crímenes son el resultado de una deficiencia lógica. Aún más: son la manifestación del poco criticismo que tenemos hacia nosotros mismos. Lo invito a revisar su sistema de creencias y someterlo a un escrutinio tal que sólo aquéllas ideas o creencias que pasen el rigor lógico sean las que abrace. Las demás déjelas en el tintero del olvido. De lo contrario, cualquiera de nosotros podría ser ese ratero, corrupto o criminal del que tanto nos quejamos.

10 errores que cometemos al pensar 1/Considerar como causa algo

que sólo es coincidencia. «Me dieron el trabajo porque me puse la corbata de la buena suerte».

2/Atacar a la persona en lugar de al argumento. «Como mi amigo chocó, no le preguntes nada sobre autos».

3/Hacer uso de la compasión,

simpatía u otra emoción para que se acepte un argumento. Situación también conocida como chantaje. «Si me liquidan entraré en crisis y me dará un infarto».

5/Pensar que la mayoría es criterio de verdad. «Como la mayoría piensa que consumir drogas está bien, entonces consumir drogas debe ser bueno». 6/Creer que algo es verdadero

o falso porque no se probado lo contrario. «Como no se ha demostrado la inexistencia de los extraterrestres, entonces estos existen».

4/Intentar convencer de algo utilizando

a un personaje famoso como fuerza de la argumentación. «Como mi amigo es el presidente, entonces todo lo que él diga es verdadero».

8/Partir de lo que se quiere demostrar para demostrarlo. «La vida significa estar vivo». 9/Exigir una respuesta única

habiendo otras opciones. «¿Ya dejaste de robarte las cosas de la empresa? (si se contesta afirmativamente, acepta su culpa; si se responde negativamente, también se acepta la culpa, y tal vez no es culpable)».

10/Intentar probar un argumento 7/Intentar que el otro piense mediante otro, y pretender

como yo con amenazas o con el uso de la fuerza (golpes). «Si no haces lo que digo, lastimaré a tu familia».

demostrar el segundo argumento mediante el primero. «Reprobé porque no estudié y no estudié porque iba a reprobar».



Coloquio

Shakespeare y

las distintas caras del mal En el teatro shakesperiano no aparecen malos completamente malos, ni buenos angelicales. El dramaturgo supo plasmar la esencia del alma humana en cada complejo personaje, con los que cualquiera puede sentirse identificado. Por ello su obra es un clásico, inmortal y conmovedor. Casandra Fernández Diez Cuántas veces con el semblante de la devoción y la apariencia de acciones piadosas engañamos al diablo mismo.1 (Hamlet, Acto III, escena 1, 49-51). 50

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Licenciada en filosofía por la UP, con estudios de maestría en Ética por la UNAM. Profesora del Departamento de Humanidades de la UP. Autora de algunos artículos sobre el valor de las emociones.

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uizá si hoy hablamos del enigma del mal, lo primero que se nos venga a la mente sea una trama como la de la serie de televisión House of Cards, llena de intrigas y traiciones políticas y personales. En mi opinión, como paradigma del mal, el papel de Frank Underwood (interpretado por Kevin Spacey) se queda corto.2 Es tan corrupto que cierra al espectador toda posibilidad de empatía, salvo por su buen gusto por la cocina de Freddy. Quien sea fan del actor lo recordará, con inevitable nostalgia, como el conde de Buckingham en el documental Looking for Richard.3 En ese papel, a diferencia del de la serie, Spacey representa el mal de una manera mucho más humana, conmovedora, equilibrada y realista. La distinción entre ambos personajes no es de poca monta, el segundo es de Shakespeare. Si bien la fragilidad humana ante el mal nunca se explica del todo, ni por expertos en ciencias de la conducta ni por la filosofía por sus solas fuerzas, de lo mejor que tenemos para comprender las muchas caras y aguijones del mal es la sabiduría literaria. En ella puede defenderse lo que han afirmado críticos literarios como Harold Bloom4 o pensadores como René Girard:5 Shakespeare es insuperable, pues representa la naturaleza humana tal cual es y, con sus inmortales monólogos, profundiza hasta el núcleo de la conciencia moral. Además, el escenario shakespeariano, the Globe, simbolizaba el mundo entero: el horizonte completo de las pasiones y motivaciones humanas, con nuestras miserias y flaquezas más pedestres incluidas. Diversas intuiciones del dramaturgo me parecen vigentes e iluminadoras. Según G. T. Di Lampedusa, buena parte de la creatividad shakesperiana se debe al sufrimiento acumulado en la vida del autor.6 Sea cierto o no, lo indudable es que, para conocer la condición humana, no se necesita ser filósofo o conde, ni haber viajado mucho; las contrariedades de la existencia individual están frente a cualquiera que abra bien los ojos.

EN LA VIDA NO HAY PERSONAJES DE UNA SOLA PIEZA

Ningún personaje de Shakespeare es villano absoluto.7 Cada uno tiene la complejidad propia de la existencia humana y su carácter está formado, como el nuestro, de muchos espejos que reflejan a los otros, y en los que el propio espectador de la obra se verá reflejado, al menos momentáneamente. Todos dudan: lo sabemos por sus monólogos, por boca propia, a diferencia de lo que ocurría en las tragedias griegas donde era el coro, al cual el personaje nunca atendía, quien fungía como la voz del pueblo y como una especie de conciencia moral comunitaria e impersonal. Los villanos, que son en ocasiones los protagonistas, a pesar de la sangre que derraman, la crueldad con que despachan a sus víctimas, la incompetencia para gobernar o los celos voraces que los desgarran, tienen siempre al menos algún momento de culpa. Su contrición puede entenderse como más o menos hipócrita, pero atestigua siempre la presencia de la conciencia: se ven a sí mismos frente a un «espejo» (Ricardo II), en una obra (Hamlet), en sus pesadillas por las noches (Ricardo III), acosados por fantasmas (Macbeth, Julio César), se prevén en el cementerio… La autoconciencia en el teatro shakesperiano –a diferencia de los dramas griegos, donde quedaba recubierta por el destino o el peso de la comunidad– cobra mayor relevancia y complica todo: no aparecen ni malos completamente malos, ni buenos angelicales. También los héroes sufren de episodios de locura y cordura: el amigo fiel (Enrique V) traiciona del mismo modo que el impenitente se vuelve sensible e interiorizado (Antonio y Shylock en El mercader de Venecia). Alguno ha dicho que esto no aplica en Romeo y Julieta, donde los personajes centrales parecen absolutamente inocentes y la maldad está en sus familias. Girard ha cuestionado que esto sea verdad; algo de envidia y orgullo hay en la pasión desbordada de los jóvenes, y W. H. Auden destaca que en todas las historias de Shakespeare que desembocan en la muerte, la culpa es siempre compartida; ni los amantes

Para comprender las muchas caras y aguijones del mal, la sabiduría

literaria es de lo mejor que tenemos.

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Coloquio Ricardo III, Romeo y Julieta, Hamlet y El mercader de Venecia, personajes destacados de las obras de Shakespeare.

ni el boticario son del todo irresponsables.8 Esta complejidad irreductible de los personajes es lo que hace de su obra algo inmortal y conmovedor; nos permite identificarnos. Aunque no hayamos cometido las atrocidades de Macbeth o tramemos la venganza de Hamlet, todos hemos sentido ambición y resentimiento.9 Pero además nos recuerda lo injustificado del juicio moral sumario. Como en Shakespeare, donde no sabemos si Shylock es víctima o tirano,10 en la vida no hay personajes de una sola pieza.

Ningún personaje de Shakespeare es villano absoluto. Cada uno tiene la complejidad propia de la existencia humana.

CON UN TOQUE DE AUTOENGAÑO

En nuestro tiempo, muchos se han dejado convencer por Nietzsche del olvido de la conciencia moral; se ha creído que no debemos reprimirnos, que la culpa es algo que, como la caries, se quita con el tratamiento adecuado. Shakespeare apuesta a que no… y por eso sus personajes buscan limpiar su conciencia con actos expiatorios: desde la purificación con agua, los exilios, las promesas de reparto de tierra, viajes a Tierra Santa e incluso 52

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con el suicidio. Buscan así, con mayor o menor éxito, recuperar sus vidas, dejar atrás el doblez y disimulo que el mal supone, justificarse a sí mismos o, si se puede, comenzar de nuevo. No siempre los actos expiatorios son razonables ni la conversión completa, en ocasiones recaen en el autoengaño y en el mal. Pero el revuelo de su conciencia algo nos dice y alguna compasión genera; Hamlet, Ricardo III y Macbeth tienen al menos un momento de distancia de sus deseos vengativos o avaros. El rey Lear se arrepiente; Enrique V se siente obligado a justificarse ante sus propios soldados en su célebre discurso ante la tropa, y en Medida por medida la conclusión es: mejor no condenar a los demás. Si los malos no lo son del todo, ¿cómo llegan a cometer semejantes atropellos? Como nosotros: por vanidad ignoran los consejos de los sabios (Ricardo II o Julio César y Bruto ignorando a sus esposas) o son presas de malos consejeros (el mismo Ricardo II, Ricardo III, Otelo dejándose manipular por Yago, Bruto por Casio, Macbeth por su esposa). Se dejan llevar por un impulso y la falta de juicio hace que actúen en contra incluso de su propia naturaleza. El mal tiene un componente de engaño o autoengaño, es por ello que incluso quienes se valen de él, no lo desean: Veneno no ama, quien lo emplea ni yo, a ti. Y, aunque lo quise muerto, odio al matador, yerto lo quiero. Carga tú, con la mala conciencia, sin mi favor, ni mi aquiescencia. Vaga por las sombras, con Caín y no asomes tu faz, en noche o día…11


EL MAL ES HÁBIL Y ESCURRIDIZO

Shakespeare nos advierte de no caer en la trampa de la simplificación del mal: la inmemorial tentación de creer que los malos son los extranjeros, los que piensan distinto, los pobres, los fracasados, los que critica todo mundo; tampoco lo son los ricos, los vencedores, los derrotados… De nuevo, como contraste con la tragedia griega, donde los infortunios parecen caer siempre sobre el personaje trágico o sobre el bufón cómico, el dramaturgo nos dice que pueden caer sobre cualquiera. De modo que una persona, por ejemplo, pobre o enferma, no necesariamente está en esa situación por su maldad… Los buenos también sufren. La inspiración cristiana es evidente. Como en el Gorgias de Platón, donde Sócrates sorprende a sus interlocutores afirmando que el hombre poderoso y rico, el tirano, es el más infeliz porque su poder aleja a los que podrían corregir sus errores, Shakespeare nos muestra la contracara del poder. Nos recuerda que, tarde o temprano, la fuerza se agota y entonces el tiempo pasa su factura: He perdido el tiempo y ahora el tiempo me pierde a mí, dice Ricardo II,12 o la famosa súplica de Ricardo III: Mi reino por un caballo. Claramente influido por Séneca y advertido de los peligros de la vida ambiciosa y materialista, Shakespeare avisa que pocos son los males tan destructivos como el mal del poder que nos posee y deja frente a la nada. Viene en muchas presentaciones: un ducado, una corona, una muchacha bella y casta. Por eso el autor propone una vida sencilla. Esto no significa confundirse con la multitud amorfa que el propio Shakespeare despreciaba por cambiante y anónima. Consiste más bien en eludir las mentiras de la vanidad. La salud mental y espiritual se encuentra frecuentemente cuando se sale de la corte y se busca refugio en el bosque, por ejemplo. A pesar de las amenazas al bosque de Arden, la trama de Como gustéis ilustra la vida, en principio obligada al exilio, en la que los personajes encuentran las ventajas de lo sencillo, alejados del poder. Dejar atrás las etiquetas y no confundir el mal con el infortunio, la extrañeza o la miseria: eso es lo que nos recuerda Shakespeare. También sugiere relativizar las opiniones de los demás, como insiste el esposo de La fierecilla domada. Sus obras muestran repetidamente que al bueno puede irle mal, como a ese peculiar Job que es Falstaff en Enrique IV y V: un personaje, «vicioso adorable», que saca lo mejor de los demás, amigo incondicional de Hal y que, a pesar de todo, es traicionado y muere. Algún intérprete ha dicho que ese triste final es un reflejo de Shakespeare ante la traición de su amigo y de Mary Fitton.13 Independientemente de ello, el dramaturgo nos enseña, acompañado de Isabella en Medida por medida y de Cordelia en Rey Lear, a valorar la nobleza y la pureza de intención sin esperar recompensas mundanas por ello, y ante todo, a no juzgar al caído; esto resuena en el soneto 121:

Shakespeare propone una vida sencilla y eludir las mentiras de la vanidad. Dejar atrás las

etiquetas y no confundir el mal con el infortunio, la extrañeza o la miseria.

¿Porqué deben los falsos ojos adulterados, criticar con sus puyas a mi sangre vivaz, o mis fragilidades, delicados espías, que a su antojo censuran lo que tengo de bueno? Soy solamente aquello que soy, y quienes miden mis excesos reflejan, la cuenta de los suyos. Tal vez yo vaya recto, cuando ellos van torcidos, y con su torpe mente, no aprecien mis virtudes. A menos que me afirmen que existe un mal común: Que los hombres son malos y triunfa su vileza.14 La virtud y el vicio no pueden equipararse sin residuo al éxito y al fracaso. Como señala W.H. Auden en su interpretación de Shakespeare, tanto en tragedias como en comedias, el gran autor inglés nos presenta al sufrimiento como algo inevitable y la diferencia entre los géneros –como en la vida– radica más bien en que en las comedias el personaje alcanza, a través del sufrimiento, un gozoso autoconocimiento.15

EL MAL NO VENCE A LA ESPERANZA

En las comedias el sufrimiento desemboca en una reconciliación feliz. Shakespeare nos recuerda también que esto puede ocurrir sin importar los tropiezos anteriores, que siempre hay oportunidad de redención, de un encuentro afortunado. Así como el mal se presenta como un remolino que arrastra a los personajes consigo, el bien puede siempre sorprendernos y generar un círculo virtuoso, como en Mucho ruido y pocas nueces, donde la vorágine de acontecimientos entre los amigos que ponen a Benedick y a Beatrice juntos, termina armonizándolo todo. Así como en otras obras una mentira enciende el fuego incontrolable 336

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Coloquio

Para Shakespeare siempre hay oportunidad de redención pues, así como

el mal arrastra a los personajes consigo, el bien puede sorprender y generar un círculo virtuoso.

de la desconfianza, en este caso un cumplido oportuno lleva al amor. De nuevo, en contraste con el teatro clásico, los personajes shakesperianos pueden cambiar y eso deja espacio para la redención y la esperanza, para el bien en la situación externa o, al menos, en la paz y perdón interior de los personajes. Auden insiste en que en el teatro griego todo está determinado, pero en el isabelino del gran Shakespeare late siempre lo imprevisible. Aunque el pensamiento de Hamlet nos es expresado en sus monólogos, siempre resta algo inesperado, una alternativa, se realice o no. Por eso, mientras en la tragedia griega el coro nos advierte de la conclusión funesta de los acontecimientos, en Shakespeare pareciera que todo depende del personaje. Por eso Edipo es de Sófocles y Hamlet se nos presenta como dueño de sí mismo, al lado de un público que asume la parábola como propia y se involucra plenamente, con una espera compartida. Antes mencioné que se piensa que Shakespeare escribe el desenlace fatal de Falstaff para expresar su propio dolor ante un desengaño. Sin especular demasiado sobre la biografía de sir William, podríamos imaginarlo como el Próspero de La tempestad que, cansado de buscar armonía y justicia, rompe su vara mágica y se retira a olvidar.16 Pero hay evidencias (por ejemplo, en Cuento de invierno), de que Shakespeare mantuvo hasta el final, aun a pesar de las adversidades, y seguramente forjada y madurada ante ellas, una búsqueda de sentido; si no de optimismo mundano sí de perdón, caridad y esperanza: «Somos perdonados y, también, nosotros, perdonamos».17 Y ésa es también la esperanza que se sugiere en Enrique VIII, donde el mal es pintado con todos sus colores, en todas 54

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sus caras y, sin embargo, no es el mal quien tiene la última palabra: Ámate al último: valora a quien te odie; la corrupción no vence a la honestidad. Tu mano derecha porte una paz gentil, para silenciar lenguas envidiosas. Sé justo y no temas: tus fines sean los de tu país, tu Dios y la verdad…18

Traducido por Rafael Martínez Lafuente, Buenos Aires, Galerna, 2006. Aunque la versión inglesa de 1990, con Ian Richardson con el papel protagónico de Francis Urquhart, torcido y a la vez simpático, es estupenda. 3 Película experimental de Al Pacino basada en Ricardo III de Shakespeare, 1996. 4 Cfr. BLOOM, Harold: Shakespeare: La invención de lo humano, Tomás Segovia (trad.), Barcelona, Anagrama, 2002. 5 Cfr. GIRARD, René: Shakespeare: Los fuegos de la envidia, Joaquín Jordá (trad.), Barcelona, Anagrama, 1995. 6 DI LAMPEDUSA, Giuseppe Tomasi: Shakespeare, Romana Baena Bradaschia (trad.), Barcelona, Nortesur, 2009. Por contraste, un autor que niega que Shakespeare haya sido el actor «inculto» de familia de campesinos es, entre otros, Mark Twain, véase ¿Ha muerto Shakespeare?, Javier Eraso Ceballos (trad.), Madrid, Sequitur, 2010. 7 Sin justificar sus brutalidades, nos compadecemos de Ricardo III porque la vida (la Naturaleza) lo ha tratado mal, hasta los perros le ladran cuando lo ven pasar… No es culpable de su fealdad. Como sugiere Auden: el villano no tiene algo tangible que ganar sino infligir sufrimiento insaciable a la sociedad como desahogo. Cfr. W.H. AUDEN: El mundo de Shakespeare, Mariano García (trad.), Buenos Aires, Adriana Hidalgo Editora, 1999, p. 24. Ricardo III, acto I, escena 1, 14-31. 8 Cfr. Ibid., p. 24 9 Cfr. Ibid., pp. 14-17 10 Cfr. DI LAMPEDUSA: Op. cit., p. 46 11 Ricardo II, acto V, escena 6, 38-44, traducción por Santiago Sevilla. 12 Ricardo II, acto V, escena 5, 41-50. 13 Cfr. DI LAMPEDUSA: Op. cit., p. 49 14 Soneto 121, 5-14. Traducción por Ramón García González. 15 Cfr. W.H. AUDEN, Op. cit., p. 16 16 Cfr. DI LAMPEDUSA: Op. cit., pp. 107-108 17 Ibid., p. 106 18 SHAKESPEARE y FLETCHER: Enrique VIII, acto III, escena 2, 444-449. Traducción propia. 1 2



Coloquio

El cerebro,

¿responsable de la maldad? Al hablar de la maldad y su origen, el cerebro es lo primero en que pensamos. No existe razonamiento, sensación o acto que no pase antes por la telaraña de neuronas que conforman este complejo pero fascinante órgano. Ahora bien, si un evento, como una situación traumática, patología o desorden mental, irrumpe en la operación de este importante motor, ¿qué tan responsables somos de las conductas que desencadene? Ismael Rodríguez Villagómez

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uien parece operar fuera de las reglas sociales sin exhibir el más mínimo remordimiento puede generar desde curiosidad por saber qué pasa por su cabeza, hasta un profundo miedo, al

sentir una amenaza por alguien que es capaz de llevar a cabo conductas que ni soñamos. El estudio de la mente requiere de varias disciplinas como neurología, psicología, antropología, sociología, entre otras,


Profesor en el diplomado Psicoterapia Cognitivo Conductual aplicada a Trastornos de Salud Mental y en la maestría psicoterapia cognitiva en el Instituto Cognitivo-Conductual de Salud Mental de México. Licenciado en Psicología (Especializado en Psicología Organizacional) y maestro en Psicología Clínica, Cognitivo-Conductual (UDLA). Estudios de doctorado en Educación (UVHM).

enlazadas por un diálogo constante, con el fin de ampliar la visión y conocimiento de los factores que operan en el individuo. En este sentido, parece que no hay respuestas sencillas que expliquen el origen del comportamiento criminal, aunado a que éstas requieren integrar diferentes causas manifestadas en distintos sistemas. Definitivamente no es lo mismo notar anormalidades en el funcionamiento cerebral de un sujeto con poca educación, débil cohesión familiar y escasas o nulas oportunidades para acceder a sistemas de ayuda social; a descubrir esas mismas anomalías en el cerebro de una persona que goza de afecto y apoyo familiar, oportunidades de educación adecuadas a las necesidades de la familia, entre otras variables. Una manera de acotar este tema tan extenso es comenzar por explicar por qué es importante el desarrollo del cerebro. Primero hablemos de la infancia, para posteriormente explorar la mente en su contexto social.

LA INFANCIA, ETAPA CLAVE

El cerebro se enfrenta a un desarrollo constante, desde que se identifica durante el embarazo hasta el término de la adolescencia, y probablemente un poco más. Durante el primer periodo de la infancia muestra cambios muy profundos que lo vuelven más complejo, pues modifica su tamaño y las conexiones internas que además determinarán las reacciones ante ciertos estímulos. El maltrato infantil, el abandono y la negligencia, por mencionar algunas variables, interrumpen el desarrollo adecuado del cerebro.1 Los menores que han sido víctimas de violencia física, abuso sexual, maltrato emocional o psicológico y abandono son más propensos a presentar conductas violentas y antisociales en su vida adulta. De igual forma, existe evidencia para sugerir qué parte de la disfunción neuronal se debe a la interacción con el ambiente: la disminución del volumen del hipocampo y la amígdala, así como disfunciones en los lóbulos temporales y frontales –producto de malos tratos en la infancia– puede contribuir a que se desarrollen conductas violentas. Y aunque el maltrato infantil provoca secuelas indiscutibles en los niveles biológico, psicológico y conductual, entre otros, no siempre determina una conducta disfuncional, patológica o criminal. Existen varios factores que pueden atenuar los efectos del maltrato: la resiliencia, las diferencias individuales y hasta el sexo. No perdamos de vista que el cerebro está en constante desarrollo, de manera que si por alguna razón el maltrato cesa, entonces el cerebro responderá a los nuevos estímulos.

Sin embargo, hay periodos más críticos que otros para poder determinar las consecuencias que tendrá un ambiente positivo en un cerebro que ha sido maltratado.

MALDAD, ¿UNA HERENCIA?

Aun cuando en el campo de la genética se observan grandes avances, no se ha conseguido aislar un set de genes responsables del «origen del mal». Es muy probable que los factores genéticos incidan en los biológicos que modulan el comportamiento, por ejemplo en los factores que determinan el nivel de activación de los receptores neuronales, los niveles de neurotransmisores, los niveles de hormonas, entre otros. Cabe precisar que los genes interactúan con el entorno, por lo que su regulación se determina, en parte, por lo que sucede a nuestro alrededor. La genética de la conducta todavía necesita avanzar mucho más en este tema ya que, en general, sus resultados pueden catalogarse como inconsistentes.2 Conviene recordar que lo genético no determina del todo lo humano, sino que sólo funda lo que es humanizable.3 Es decir, el cerebro es el soporte físico en el que se objetivan las funciones de la mente y ésta representa la capacidad de pensar, razonar, concebir y ordenar ideas, crear relaciones entre ellas y percibir con los sentimientos y más allá de ellos. La anatomía del cerebro, sus relaciones internas, la producción de neurotransmisores, los niveles hormonales en el cuerpo y demás factores, delimitan la forma de la mente y sus relaciones internas como un fenómeno que sólo aparece en función del cerebro. A estos límites biológicos de la mente también se asocian las cuestiones internalizadas, ya sea desde un punto educativo, cultural, familiar, entre otros; la mente, con sus límites o bordes, tendrá elementos con los cuales funcionar. Sin embargo, no podemos reducir el funcionamiento de la mente al del cerebro, la realidad es que se da simultáneamente. Así como no puede existir un danzante sin danza o la danza sin danzante, lo mismo es con la dicotomía mente-cerebro. Llevemos el tema al terreno del futbol. La cancha en la que se juega este deporte tiene condiciones físicas particulares, desde el tipo de drenaje hasta cómo fue podado el césped. Los límites están regulados, así que todas las canchas miden lo mismo, la distancia de las porterías es igual y la posición de las líneas son idénticas. El cerebro es la cancha de juego. Los jugadores de futbol pueden ser de diferentes estaturas, complexiones y habilidades. Cada uno está en una posición determinada en la que tiene cierta libertad de movimientos. Los jugadores, además, establecen acciones coordinadas entre ellos para alcanzar la meta de anotar en la 336

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Coloquio

portería rival. Los jugadores son los elementos cognitivos y el juego que establecen es la mente. No es lo mismo jugar en pasto, que jugar en concreto o en arena, así como no es lo mismo pensar con «un cerebro bien reglamentado» a hacerlo con un cerebro que no cumple los requisitos mínimos indispensables para llevar a cabo la actividad mental. La ecuación todavía se complica más si tenemos un cerebro con alteraciones y el ambiente no ha sido propicio para salvar dichas disfunciones. Por lo tanto, la mente operará en los límites particulares de dicha condición biológica.

mataviejitas»; al revisar su biografía nos encontramos con ciertos episodios que pueden predecir conductas antisociales: abandono familiar, abuso sexual recurrente, negligencia emocional, pocas oportunidades de apoyo social, contacto con sustancias tóxicas, entre otras cuestiones.5 Sin embargo, es evidente que las personas que sufren de aquellas patologías, muchas veces, sí consiguen entender, en un nivel cognitivo, el concepto de bien o mal y sí saben, racionalmente, cuando una acción es incorrecta, pero no logran integrarlo en un nivel fundamentalmente emocional. El origen de las conductas negativas parece tener dos caminos generales: el primero es que tengamos un cerebro sano, pero el ambiente lo enferme (maltratos); o bien, que tengamos un cerebro no sano (herencia) y que la mente entonces se configure de forma negativa. Y podemos asumir que aun teniendo un cerebro no sano, pero sí un ambiente saludable, es posible salvar cierta funcionalidad, o al menos no llegar al extremo de la maldad. La apuesta debería ser hacia las estructuras sociales que presentan problemas como parte de su constitución, pero parecería que todavía no nos convencen los argumentos que apelan a la educación, a la equidad de género, al desarrollo sustentable y a la educación como los caminos para combatir los males que aquejan a la sociedad. Resulta más sencillo etiquetar una conducta como patología y encerrar en un hospital o en una cárcel a la gente; pero sería más efectivo invertir en condiciones ambientales que favorezcan un desarrollo positivo para todos.

El maltrato infantil provoca secuelas indiscutibles, pero no

es determinante para inducir una conducta disfuncional, patológica o criminal.

RECONFIGURAR LAS CONDUCTAS

Aunque éticamente sí hay acciones reprobables en sí mismas, da la impresión de que el concepto de lo criminal cambia con la cultura. A lo largo de la historia pareciera que el bien llega a un punto de refinamiento, mientras que el mal siempre encuentra maneras de superarse. Por ejemplo, en 1757 Robert-François Damiens fue condenado por cometer parricidio, su castigo quedó dictaminado de la siguiente manera: «Pública retractación ante la puerta principal de la Iglesia de París, adonde debía ser llevado y conducido en una carreta, desnudo, en camisa, con un hacha de cera encendida de dos libras de peso en la mano; después, en dicha carreta, a la plaza de Grève, y sobre un cadalso que allí habrá sido levantado deberán serle atenaceadas las tetillas, brazos, muslos y pantorrillas, y su mano derecha, asido en ésta el cuchillo con que cometió dicho parricidio, quemada con fuego de azufre, y sobre las partes atenaceadas se le verterá plomo derretido, aceite hirviendo, resina ardiente, cera y azufre fundidos juntamente, y a continuación, su cuerpo estirado y desmembrado por cuatro caballos y sus miembros y tronco consumidos en el fuego, reducidos a cenizas y sus cenizas arrojadas al viento».4 El relato continúa, y si lo anterior causa una fuerte impresión, el suplicio que siguió fue peor. Muy probablemente en ese entonces, tal castigo no era estudiado bajo la lupa de la maldad; pero en nuestro días sí lo es. Hoy la ciencia puede demostrar la existencia de patologías de la mente, como la personalidad antisocial o la psicopatía, que hacen a la persona más propensa a cometer actos de maldad. Un ejemplo de ello es el caso de Juana Barraza «la 58

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MESA-GRESA, Patricia y MOYA-ALBIOL, Luis. «Neurobiología del maltrato infantil: el ‘ciclo de la violencia’», en Revista de Neurología, 52 (8). México, 2011. pp. 489-503 2 Rebollo-Mesa, Irene; Polderman, Tinca y Moya-Albiol, Luis. “Genética de la violencia humana”, en Revista de Neurología, 50 (9). México, 2010. pp. 533-540 3 MATURANA, Humberto. La realidad: ¿objetiva o construida? Anthropos Editorial. México. 1997. p. 15 4 FOUCAULT, Michel. Vigilar y Castigar, Nacimiento de la prisión. Siglo Veintiuno Editores. Argentina. 2003. p. 6 5 Ostrosky, Feggy. Mentes Asesinas. La violencia en tu cerebro. Quo Libros. México. 1


Empatía, la solución a la violencia Julia Borbolla

Fundadora de Antenas por los niños y emprendedora social Ashoka.

Los mexicanos vivimos una difícil época de violencia en el país. Los niños se agreden en las escuelas y ya no quieren ser bomberos cuando sean grandes, prefieren ser sicarios con guardaespaldas y armas de alto poder. El bullying es el claro reflejo de que el ejemplo cunde y va destruyendo el tejido social. Los gobiernos, las escuelas, los padres y maestros buscan la solución en la persecución y el castigo a todos los niveles; sin embargo, hay algo más a lo que debemos poner atención si queremos entender por qué hay maldad y cómo evitar que nuestros hijos caigan en ella, existe una vacuna para que la violencia no siga apoderándose de nuestra sociedad: empatía. La empatía es nuestra habilidad para identificar lo que el otro piensa y siente, y contestar a eso con una adecuada respuesta. Esto ocurre cuando suspendes la atención hacia ti mismo y te conviertes en una persona con pensamiento bilateral, es decir, no sólo «yo» sino «yo y el otro». Es aprender a leer los mapas mentales de los demás y entender por qué hacen lo que hacen. El neurólogo Simón Barón Cohen, en su libro The Science of Evil dice que la empatía es como un regulador de luz que tiene una gama de gradientes del 0 al 6:

Nivel 0 = Nada de empatía, no hay remordimiento o culpa. No puede entender lo que otra persona siente. Nivel 1 = Reconoce el daño, siente

pesar por ello pero no lo hace detener su conducta.

Nivel 2 = Vislumbra lo que el

otro puede sentir como para dejar de hacerlo, aunque no necesariamente deja de hacerlo. Sabe que hizo mal.

Nivel 3 = Sabe que se le dificulta la empatía y hace esfuerzos por parecer «normal», pero la interacción social le cuesta trabajo y por ello prefiere estar solo.

Nivel 4 = Bajo nivel de empatía,

prefiere hablar de hechos que de emociones. La amistad se basa más en compartir actividades e intereses más que sentimientos.

Nivel 5 = Ligeramente por encima de la empatía regular. Amistad basada en sentimiento, comparte confidencias, recibe y da apoyo, expresa compasión. Pasa tiempo con otros aunque tenga mucho qué hacer porque le interesa lo que hacen y piensan los demás.

Nivel 6 = Marcada empatía,

siempre enfocado en lo que otros sienten y piensan. Los demás nunca salen de su radar.

Para que se dé la empatía se tienen que cumplir dos etapas: reconocimiento o capacidad de distinguir lo que otro puede sentir o pensar; y respuesta, reacción ante el otro. Muchas veces reconocemos que algo está mal; pero no hacemos nada o bien nos escudamos diciendo «no es mi asunto» o «yo sólo cumplo órdenes».

Mary Gordon, una maestra canadiense, inventó un programa escolar al que llama «Raíces de la Empatía». En él, acerca a los estudiantes con los bebés, quienes despiertan sus más tiernos sentimientos y los conectan con la vulnerabilidad que todos hemos sentido alguna vez. En estos encuentros los estudiantes van ejercitando su empatía, lo que reduce significativamente los índices de violencia en las escuelas. Más allá de amenazas o privaciones es preciso trabajar ejercitando nuestra empatía y la de los niños. Necesitamos que aprendan a ponerse «en los zapatos de los demás» para que se protejan entre sí, se toleren y sobre todo, se consideren. Cualquier momento es bueno para empezar a ejercitarla. Hay que comenzar con los que tenemos cerca y recordar que la empatía no es darles a los demás lo que yo creo que necesitan, sino tomarme el tiempo de averiguarlo.

Adaptación del original publicado en Expok: http://www.expoknews.com/empatia-lasolucion-a-la-violencia/

Los neurólogos han localizado 10 zonas cerebrales que tienen que ver con la empatía, desde el sitio en donde modulamos el lenguaje para no ser bruscos, hasta las conexiones sinápticas que nos permiten interpretar una mirada o conmovernos con una película. Muchos estudios han revelado que los asesinos seriales, por ejemplo, tienen bloqueadas o dañadas algunas de estas zonas.

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Coloquio

Muros de la maldad

Los campos de concentración en el cine El holocausto es una de las etapas más lamentables y deshonrosas de la historia de la humanidad. No podemos simplemente olvidarla, tenerla presente nos recuerda que la maldad y el afán de poder obnubilan la razón. De ello se encarga el séptimo arte a través de sus representaciones, que ayudan a mantener viva la memoria colectiva. De cualquier manera que termine esta guerra, la guerra contra vosotros la hemos ganado; ninguno de vosotros quedará para contarlo, pero incluso si alguno lograra escapar, el mundo no lo creería. Aunque alguna prueba llegase a subsistir, y aunque alguno de vosotros llegara a sobrevivir, la gente dirá que los hechos que contáis son demasiado monstruosos para ser creídos. Primo Levi

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Doctora en Ciencias Políticas y Sociales; maestra y licenciada en Ciencias de la Comunicación (UNAM). Profesora investigadora en la UP. Candidata en el Sistema Nacional de Investigadores del CONACYT

Alma Delia Zamorano Rojas

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racias a la prolífica producción cinematográfica hemos sido testigos de las distintas facetas de la perversidad. En numerosos filmes se retrata la inmoralidad, la vileza, el pecado, la malignidad y la crueldad. Todas ellas acciones contrarias a las virtudes que se esperarían de cualquier ser humano: bondad, piedad, misericordia, caridad, ternura, clemencia, compasión… A mediados del siglo pasado se aseguró que el hombre pasa por un periodo de deshumanización que da pie a una época marcada por la maldad. La aseveración no es descabellada, tiene sus cimientos en un hecho histórico de difícil explicación, en el que la realidad superó a la ficción. El régimen hitleriano y los llamados campos de exterminio, representaron una dimensión extraordinaria y única en la historia de los lugares marcados por la indignidad y la maldad (in)humanas. Hannah Arendt, quien aportó algunas de las primeras reflexiones sobre este capítulo histórico afirmaba: «Allí sucedió algo con lo que no podemos reconciliarnos. Ninguno de nosotros puede hacerlo».1 Günter Grass asegura que el holocausto fue un fenómeno que traspasó la racionalidad humana: «Auschwitz, aunque se rodee de explicaciones, nunca se podrá entender».2 Y para José Antonio Zamora «En Auschwitz la realidad desborda la capacidad de imaginación».3 Inimaginables, irreconocibles, indignos, inhumanos y malditos son adjetivos que se acercan poco o nada a la dimensión de lo que fueron tales espacios, que de 1933 a 1945, albergaron un sistema de producción destinado a la destrucción masiva de vidas humanas.

Este fenómeno tenía como fin deshumanizar, arrebatar todo carácter singular en los presos: los desnudaban, despojaban de sus objetos personales, se les cortaba el pelo, etcétera. Se buscaba sustituir la persona moral con la presencia física, evitar confrontar con el rostro, convertir al prisionero en un número más.4 Así, quienes caían en las garras de un campo de concentración comenzaban una agonía marcada por la rutina disciplinaria que podía finalizar con la muerte, pues el abandono de los hábitos de la vida anterior y la pérdida de cualquier signo de identidad formaba parte del proceso de deshumanización inherente a la vida en «concentración», concebida para castigar, explotar y matar, pues la población de los campos estaba reducida a la categoría de subhumanos. Tras la tragedia, es posible reconocer en la Europa de los años cuarenta un odio y resentimiento creciente… Pero, en la otra cara de la moneda, se encuentran pequeños pasos para purificar a la sociedad, mostrando los caminos largos, cortos y diversos que conducían a los campos de concentración y exterminio. Estos escenarios nos confrontan ante una cruda realidad: tales atrocidades las cometió una sociedad «avanzada», nada alejada en tiempos y costumbres de la sociedad actual. Como menciona Rosa Torán: «…es preciso remover, una vez más, aquel pasado y buscar en él las huellas en unos tiempos en que los huevos de serpiente, las fobias –judías, cristianas e islámicas– continúan criando y creciendo desde Occidente a Oriente».5 Después de la existencia de sitios como Auschwitz, se incorporaron a la imaginería cinematográfica crónicas que, con o sin sombra de ficción, reflejan el infierno bíblico y dantesco con más potencialidad que cualquiera de las obras clásicas en la historia de la literatura y del cine mismo. Las representaciones cinematográficas de los campos de concentración muestran la barbarie y el genocidio, retratos úti-

En el cine encontramos dos géneros que abordan la temática: «Cine del holocausto» y «Cine de Shoah».

MUESTRARIOS DEL DOLOR

Los campos de concentración se han convertido en íconos de la maldad. Conocemos sus atrocidades gracias a los relatos de víctimas que también fueron testigos y narradores del crimen.

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Coloquio

les para construir un imaginario colectivo. Con ellas los espectadores se acercan a territorios malditos, delimitados por alambradas y diversas fronteras simbólicas. Los habitaron cautivos «héroes» y «traidores», en medio de un universo dominado por tormentos, silencio, oscuridad, la arbitrariedad de los victimarios –señores de la vida y la muerte–, y la voluntad de convertir a la víctima en animal, en cosa, en nada. La reflexión ofrecida por el cine en infinidad de películas no se detiene ahí; profundiza en las relaciones entre el campo de concentración y el exterior. Ese enclaustrado y pequeño mundo era un territorio manipulado por el terror y la maldad. En palabras de José Luis Anta: «Son lugares altamente reglamentados, prácticamente sólo nichos institucionales donde no existe el devenir de la interacción, de las relaciones humanas, sino únicamente reglas, normas y leyes»6. Es por ello que las películas que se desarrollan en estos espacios, denominados por algunos como «lugares del mal absoluto» donde no existía la razón, fungen como muestrario de fragmentos de vidas de niños y niñas, hombres y mujeres, en las que imperó el dolor y culminaron, en su mayoría, en manos del genocidio.

parte de Europa que se crearon campos con aplicaciones determinadas: exterminio o prisión. Sin embargo, sufrieron modificaciones según las prioridades en las políticas de exterminio o explotación de la mano de obra, y dependiendo de cómo marchara la evolución de los frentes de guerra. En el cine encontramos dos géneros que abordan la temática: 1) «Cine del holocausto», que representa el genocidio cometido por los nazis; y 2) «Cine de Shoah», término que quedó establecido en 1985 tras la película del mismo nombre, obra de Claude Lanzmann. Existe un debate abierto entre ambos términos, pues en ocasiones se considera que el «Cine del holocausto» recrea gran parte del nazismo, por lo que sus detractores afirman que sus representaciones deshumanizan la verdad y vuelven trivial la violencia, maldad y realidad. Por otro lado, el «Cine de Shoah» expone el miedo a que un suceso tan atroz como éste se aleje de la realidad y se convierta en lo que se representa en los medios. Su postura es claramente antirepresentativista. Lanzmann en su película Shoah (1985) rechaza el uso de: imágenes históricas, narrativa cronológica, documentación convencional, narradores externos y cualquier tipo de recreación o dramatización con actores. Frente a éstos se manifiesta la fuerza de la memoria personal y la inmediatez de la oralidad. En palabras del director del filme: «Una película dedicada al holocausto puede tan sólo ser una investigación entre los testigos presenciales, una investigación del pasado de quienes sus heridas están demasiado frescas y demasiado vivamente inscritas en su conciencia».7 En este sentido, la búsqueda del modo adecuado de representar el genocidio

El cine que retrata los campos de concentración muestra fragmentos de vidas en las que imperó el dolor

y que culminaron, en su mayoría, en manos del genocidio.

MEMORIA CINEMATOGRÁFICA

Los campos de concentración alemanes fueron un mundo aparte, en el que se enclaustró al hombre, quien con sus virtudes y defectos, luchó por sobrevivir. En la historia de la Alemania nazi existieron 20 campos centrales y unos mil 200 anexos o comandos. La mayoría de ellos estaban situados en Alemania y no fue hasta que se consumó la ocupación de gran 62

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más grande del siglo pasado, se remplazó por el análisis de la diseminación entre: realidad y representación. El reconocimiento entre ambos términos, no implica en absoluto que cualquier opción resulte aceptable, más bien sitúa el campo de tensión epistemológica en el umbral entre la memoria del trauma y los medios comerciales. Así pues, en las representaciones cinematográficas de ambos géneros, se ha puesto de manifiesto la vida rutinaria y terrorífica detrás de los barrotes; los disparos a traición; las citas con la muerte, ya fueran ingiriendo veneno, aspirando gases o padeciendo brutales golpes; las intrigas para salvar la vida o para conseguir mayores comodidades materiales; la dualidad de las pasiones humanas, en las que se mostraba de igual forma el amor y el odio; etcétera. Así el cine, desde su trinchera y bajo el recurso de los campos de concentración, hace visible la tragedia humana de la manera más singular.

PERSPECTIVAS DEL SÉPTIMO ARTE

Diversas películas –muchas en el sentido documental, otras más, desde el ámbito de la ficción– cuentan infinitas historias que tienen como referente el año 1945, en el que se filmó la liberación de los campos de concentración. Este acontecimiento sobrepasó los límites hasta entonces establecidos que demarcaban lo que se podía o no mostrar en las pantallas cinematográficas, pues se exhibieron las montañas de cadáveres como catálogo de la barbarie absoluta. Algunas de las perspectivas que ha tratado el séptimo arte son: La lista de Schindler (1993) de Steven Spielberg, que narra las peripecias de

El séptimo arte otorga una particularidad a los campos de exterminio nazi: nombrarlos y alejarse del silencio que los envolvió en su momento.

un hombre que salvó de morir en manos del régimen a miles de judíos. Hay otras visiones como La tregua (1997) de Francesco Rossi, que recrea la autobiografía del pensador Primo Levi. En otros casos se plantea la vida de los prisioneros desde el punto de vista de sus ocupaciones y su espíritu de conservación de la vida en los campos de concentración, tal es el caso de La zona gris (2001) o La decisión de Sophie (1982). Otros abordan el tema desde la óptica de quienes ejercían al servicio de la Alemania nazi, como los reclusos de Los falsificadores (2007) de Stefan Ruzowitzky. Roman Polanski aporta su mirada sobre el genocidio en El pianista (2002), donde el protagonista practica su extraordinario talento en el piano para divertir a sus torturadores. La Iglesia y su entorno también aparecen en las distintas visiones del tema; así en Amen (2002) de CostaGavras, un sacerdote italiano se ve impelido a llevar hasta el Papa Pío XII la verdad sobre lo que ocurre en los campos de concentración; como también acontece en El noveno día (2004) de Volker Schlöndorff, donde otro sacerdote internado en un campo para católicos es chantajeado por los nazis para recuperar su libertad. 336

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Coloquio

Aunque parezca imposible, también hay filmes que logran encontrar la veta luminosa y humorística del tema, tal es el caso de La vida es bella (1998) de Roberto Benigni, Jacob el mentiroso (1975) de Frank Beyer o El tren de la vida (1998) de Radu Mihaileanu. En el ámbito documental encontramos Noche y Niebla (1955) de Alain Resnais, Nuestro Hitler (1977) de Syberberg, El Proceso (1984) de Eberhard Fechner o los trabajos de Marcel Ophüls como The Sorrow and the Pity (1969). También existen historias colaterales. Así, en El juicio de Nuremberg (1961) de Stanley Kramer, se pone en escena al tribunal que juzgó a criminales de guerra nazi; en Los niños del Brasil (1978) de Franklin Schaffner, aparece Josef Mengele –famoso médico autor de atrocidades en los campos de concentración. Costa-Gavras aporta La caja de música (1989) y plantea las dudas de una mujer cuando se entera de que su padre fue un criminal de guerra nazi. No se trata de hacer un recuento exhaustivo, sino de dar algunas pinceladas sobre cómo el cine ha representado este acontecimiento y revisar los conceptos del mal y la maldad, inscritos en todas las representaciones cinematográficas sobre estos infiernos en la tierra. El cine le otorga una particularidad a los campos de exterminio nazi: nombrarlos y alejarse del silencio que los envolvió en su momento. Muestra los actos de los que es capaz el hombre y crea una memoria de los hechos en cada filme, recuerda que, a pesar de ser escenas que se querrían olvidar, son inolvidables por la crueldad y maldad que manifiestan.

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Hanna Arendt, Essays in Understanding, 1930-1954. Formation, Exile and Totalitarianism, Knopf Doubleday Publishing Group, 2011, pág. 73 2 Gunter Grass, Escribir después de Auschwitz, Barcelona, Paidos, 1999, pág. 12 3 José Antonio Zamora, «Negatividad y representación después de Auschwitz» en Reyes Mate (ed.) La filosofía después del holocausto, Barcelona, Riopiedras, 2002, pág. 282 4 Cfr. Joan-Carlos Mélich, La ausencia del testimonio. xBarcelona, Anthropos, 2001, pág. 41 5 Rosa Torán, Los campos de concentración nazis. Palabras contra el olvido, Barcelona, Península, 2005, pág. 8 6 José Luis Anta, «Moral y cotidianidad en los campos de concentración del nazismo» en: Athenea Digital otoño, No. 6, Barcelona, Universidad Autónoma de Barcelona, 2004, pág. 9 7 Anton Kaes «Holocaust and the End of History: Postmodern Historiography in Cinema» en Saul Friedlander, ed. Probing the Limit Representation: Nazism and the Final Solution, Cambridge, Harvard University, 1992, pág. 320 1

BIBLIOGRAFÍA Agamben, Giorgio. Medios sin fin. Notas sobre política, Valencia, Pre-Textos, 2001. Anta, José Luis. «Moral y cotidianidad en los campos de concentración del nazismo» en: Athenea Digital otoño, No. 6, Barcelona, Universidad Autónoma de Barcelona, 2004. Arendt, Hannah. Essays in Understanding, 1930-1954. Formation, Exile and Totalitarianism, Knopf Doubleday Publishing Group, 2011. Baer, Alejandro. Holocausto, recuerdo y representación, Madrid, Losada, 2006. Grass, Gunter. Escribir después de Auschwitz, Barcelona, Paidós, 1999. Kaes, Anton. «Holocaust and the End of History: Postmodern Historiography in Cinema» en Saul Friedlander, ed. Probing the Limit Representation: Nazism and the Final Solution, Cambridge, Harvard University, 1992. Mélich, Joan-Carlos. La ausencia del testimonio. Ética y pedagogía en los relatos del holocausto, Barcelona, Anthropos, 2001. Torán, Rosa. Los campos de concentración nazis. Palabras contra el olvido, Barcelona, Península, 2005. Zamora, José Antonio. «Negatividad y representación después de Auschwitz» en Reyes Mate (ed.) La filosofía después del holocausto, Barcelona, Riopiedras, 2002.


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T E S T IMO N IOS

Historia de los Congresos I Congreso de los Jóvenes 1996. Atrévete a cambiar Lugar: World Trade Center Fecha: 14, 15 y 16 de marzo Ponentes: Diego Fernández de Cevallos, Alberto García Aspe, Emilio Berlié, Manuel Capetillo, Carlos Llano Cifuentes, Paz Fernández Cueto, Bosco Gutiérrez Cortina, Ramón Ibarra Ramos, Ernesto Bolio Arciniega y Pedro Ferriz de Con. 1,101 participantes II Congreso de los Jóvenes 1997. Sé protagonista Lugar: Hotel Royal Pedregal Fecha: 26, 27 y 28 de febrero Ponentes: Diego Fernández de Cevallos, Carlos Carsolio, Cristian Domizzi, Lorenzo Servitje, Jorge Garralda, David Silveti, Joaquín Vargas, Pablo Latapí, Raúl Alvarado, Ernesto Bolio y Arciniega, Rafael “Chiquis” García, Alfonso Vera Prendes, Blanca Sevilla, Elías Cervantes, Graciela Mauri, Alberto García Aspe, Carlos Hermosillo. 1,187 participantes

Una iniciativa que hace historia

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l Congreso de los Jóvenes es una iniciativa de la Sociedad de alumnos de la prepaUP. Nació en 1996 cuando un grupo de estudiantes propuso reunir a diferentes personalidades de la vida pública nacional en un foro en el que compartieran experiencias y consejos útiles para su vida universitaria y profesional. Ha contado con la participación de políticos, artistas, empresarios, deportistas, hombres y mujeres sobresalientes en su ámbito laboral o por superar los retos que impone la vida, modelos de esfuerzo y éxito, etcétera. Todos ellos son ejemplo para las nuevas generaciones. El Congreso de los Jóvenes ha crecido en participación y expectativa. Estudiantes, entre 14 y 19 años, de diferentes estados (Aguascalientes, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Estado de México y Distrito Federal), acuden a la cita cada dos años. La sede cambia en cada emisión, pero el espíritu original se mantiene: un congreso organizado por jóvenes, para jóvenes.

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III Congreso de los Jóvenes 1999. Sin miedo a ser joven Lugar: Salón Ambrosía Fecha: 10, 11 y 12 de marzo Ponentes: Cuauhtémoc Cárdenas, Santiago Creel, Esteban Moctezuma, Gabriel Gadsden, Erick González, Joaquín López Dóriga, Bosco Gutiérrez Cortina, Antonio Berumen, Maruchi Llano de Orozco, Pedro Ferriz Santacruz, Pedro Ferriz de Con, Andrés Bustamante, Aquilino Polaino, Víctor Gordoa, Homero Cárdenas, Sergio Sarmiento, Antonio Sancho, Paco González, Marco Bisogno, Rebeca Moreno, Blanca Sevilla. 1,300 participantes IV Congreso de los Jóvenes 2001. Sé tú mismo Lugar: Salón Ambrosía Fecha: 28, 29 y 30 de marzo Ponentes: Adolfo Aguilar Zínser, Paz Fernández Cueto, Josefina Vázquez Mota, Arturo Damm, Virginia Aspe, Magdalena Govela de Merino y Pablo Merino, Ana Winocur, Ignacio Núñez, Jorge Carbajo, Hilda Soriano (los peluches de Azteca 7), Javier Garibay, José Romano, Félix Martínez Ríos, Luis de la Calle Pardo, Carlos Abascal Carranza, Miguel España y Adolfo Ríos. 1,089 participantes V Congreso de los Jóvenes 2003. Emprender: ¡ahora o nunca! Lugar: Salón Ambrosía Fecha: 2, 3 y 4 de abril Ponentes: José Luis Soberanes, Gaby Vargas, Pedro Cerisola y Weber, Esteban Moctezuma, David Silveti, Carmelina Monasterio, Martí Batres, Alejandro Zapata, Rafael Rodríguez Barrera, Ernesto Bolio Arciniega, Elsa Ávila, Mikel Merodio Gutiérrez, Raúl “Potro” Gutiérrez, Federico Reyes Heroles, Ciro de Costanzo, Nora Velázquez “Chabelita”, Julieta Lujambio, José Elías Moreno, Miguel Galván, Xóchitl Gálvez, Antonio Sánchez Díaz, Sergio Raimond Kedilhac. 1,070 participantes


E scaparate

TESTIMONIOS

VI Congreso de los Jóvenes 2005. Trascender: ¡ahora te toca a ti! Lugar: Salón Ambrosía Fecha: 9, 10 y 11 de marzo Ponentes: Vicente Fox Quesada, Xavier López “Chabelo”, Carmen Aristegui, Josefina Vázquez Mota, Guillermo Ortiz, Carlos Abascal, Emmanuel, Alejandro Ramos Flores, Antonio de Valdés, Ricardo “Finito” López, Fernando Platas, Víctor Estrada, Juan Ignacio Reyes, Fernando Colunga, Anahí, Arabela del Toro, Alessandra Rosaldo, José Elías Moreno, Benjamín, González Roaro, Víctor Trujillo, Bosco Gutiérrez, Santiago Creel Miranda, Luis de la Calle Pardo, Estela Villarreal, Dolly Hirsch Betstanding, Mariano Azuela Güitrón. 1,090 participantes VII Congreso de los Jóvenes 2007. Actúa: ¡porque tú eres México! Lugar: Hotel Royal Pedregal Fecha: 7, 8 y 9 de marzo Ponentes: Margarita Zavala, Roberto Gómez Bolaños, Carlos Hermosillo, Sergio Sarmiento, Jorge Garralda, Héctor Valle, Guillermo Prieto Treviño, Guillermo Ortiz Mayagoitia, Ignacio Morales Lechuga, Jorge Garralda, Virginia Sendel, Alberto Núñez Esteva, Patricio Slim Domit, Agustín Carstens, Edmundo Ramírez, Federico Döring, Jesús Ortega, Isidro Muñoz Rivera, Carlos Hermosillo, Jorge Santibáñez, Agustín Mier y Terán, Francisco Zea, José Luis Soberanes. 980 participantes VIII Congreso de los Jóvenes 2009. Transforma: ¡empieza por ti! Lugar: Los Candiles Fecha: 4, 5 y 6 de marzo Ponentes: Agustín Carstens, María del Carmen Saucedo, Paul Martinelli, Andrés O’Hagan, Enrique de la Madrid, Lourdes Villanueva, Esteban Arce, Agustín Mier y Terán, César Costa, Jorge Zarza, Francisco Palencia, Fernando Morales, Israel Castro, Efraín Juárez, Juan López Padilla, Enrique Beltranena, Margarita Zavala. 1,283 participantes. IX Congreso de los Jóvenes 2011 Decide: no hay más Lugar: Expo Bancomer, Santa Fe Fecha: 16, 17 y 18 de marzo Ponentes: Alonso Lujambio, Lorenzo Servitje, José Antonio Romano, Roberto Girault, Jorge Zarza, Mario Gordillo, Ignacio Deschamps, Luis Niño de Rivera, Pedro Aspe, Isabel Miranda de Wallace, Gini Dardalla, Rocío Cárdenas, Carlos Campos, Ariana Gómez, Juan Pablo Mañón, José Villela, Yemy Zonana, José Trinidad Camacho Orozco Trino, Carlos Orvañanos Rea. 1,100 participantes X Congreso de los jóvenes 2013. Atrévete: ¡vive tus metas! Lugar: Expo Bancomer, Santa Fe Fecha: 6, 7 y 8 de marzo Ponentes: Miguel Ángel Mancera, Karla Wheelock, Pablo Carrillo, Óscar Rojas, Gustavo Sánchez, Bosco Gutiérrez, Coloreando Vidas A.C., Cosme Torrado, Carlos Fernández Martínez, Lorena Ochoa, Pedro Torreblanca, Héctor González Iñárritu, Javier Diez Jenkin, José María Rodas Ratazzi, Paco Calderón, Fernando Landeros, Mafer Olvera, Jorge Font y Esteban Arce. 1,200 participantes

XI Congreso de los jóvenes 2015 ¿Qué esperas? ¡Enfrenta tus retos! Lugar: Expo Bancomer, Santa Fe Fecha: 25, 26 y 27 de febrero Ponentes: Miguel Ángel Dávila, Margarita Zavala, Odín Dupeyrón, Alejandro Martí, William Rodríguez, Miguel Alemán Magnani, Pablo González Cid, Cristina Pineda, Rodolfo Rivapalacio, Emiliano Salinas, Jorge Castañeda, Carlos Kasuga, Ricardo “Finito” López, Jorge Volpi, Rodolfo Neri Vela y Alejandro Soberón.


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RANGE ROVER EVOQUE Dynamic

Poderosa, bella y contemporánea La mayoría de los autos de lujo lo tienen todo y resulta muy difícil criticarlos, cuidan hasta el más mínimo detalle. La Range Rover Evoque además de elegante es hermosa. Pocas veces me gusta tanto el diseño de un auto. Siempre encuentro algo que no me convence. Este caso fue la excepción. Es magnífica. Estoy seguro de que no soy el único que se deleita en su belleza pues ha sido galardonada con más de 160 premios alrededor del mundo. La Range Rover Evoque es simplemente uno de los mejores autos que he manejado. La versión Dynamic es refinada, poderosa, sofisticada y muy deportiva. Manejarla resulta todo un placer. Tiene sólo un pequeño defecto. No es mía… aún. A ver qué sigue… Israel Reyna Abud

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Miscelánea

La AMISTAD

hace nítidas nuestras virtudes Cultivar la amistad nos alienta a emprender con valentía, sobrellevar desventuras y reconocer nuestro valor a través de los ojos de quien nos procura. El tema ha sido objeto de análisis a lo largo de la historia del pensamiento, en la que Aristóteles ocupó un lugar relevante. Víctor Juan Gómez Villanueva

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er feliz, sin duda, es todo un arte. La historia abunda en paraísos perdidos, utopías y Campos Elíseos. Y es que la felicidad es un sueño compartido que, sin embargo, muy pocos se atreven a decir que ya han encontrado. ¿Cómo dar con ella? Es un misterio cotidiano, desde que nos despierta la poco piadosa alarma del reloj hasta que, derrotados por las fatigas diarias, se nos caen los párpados y dormimos. Pero si de algo estoy seguro es de que el Edén, así lo imaginemos como un crucero all inclusive por las Bahamas, no es para uno solo. El paraíso en soledad puede volverse un infierno. Por eso me imagino que Adán necesitó a Eva, como Aquiles necesitó a Patroclo, su mejor amigo. Ni siquiera los filósofos, huraños por 70

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naturaleza, han dejado de estimar los dones de una buena compañía, o mejor dicho, de una verdadera amistad. Los amigos son una de las riquezas humanas más preciadas. Aristóteles, en una hermosísima frase, muy rara para su inteligente pero telegráfica manera de escribir, dijo: «Una amistad está compuesta de una sola alma que habita en dos cuerpos distintos». Por ejemplo, quienes vieron a Adolfo Bioy Casares en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM afirman que, sin darse cuenta, adoptó el tenue modo de hablar y la usanza del bastón de su mejor amigo, Jorge Luis Borges. A ese grado puede llegar la amistad: fundir una sola alma en dos cuerpos. Esto no es ninguna exageración.


Estudiante del séptimo semestre de la licenciatura en Filosofía en la Universidad Panamericana. Asistente de producción y guionista del programa cultural El Banquete del Dr. Zagal (102.5 fm. MVS). Músico profesional y compositor de flamenco.

En esta época, que parece adicta a los antidepresivos, vale la pena reflexionar sobre dos conceptos que van ligados: la amistad y la felicidad. Para Aristóteles, la vida humana simplemente no vale la pena sin amigos, aunque tuviésemos todo lo demás. Héctor Zagal, ensayista mexicano, recién dedicó dos libros a tales temas desde la rica perspectiva del pensamiento aristotélico: Felicidad, placer y virtud. La vida buena según Aristóteles (Ariel, 2013) y Amistad y felicidad en Aristóteles. ¿Por qué necesitamos amigos? (Ariel, 2014). ¿Cómo es la amistad según Aristóteles? Una especie de amor intenso, íntimo, consciente y, obviamente recíproco, que constituye el epicentro de la felicidad humana. A grandes rasgos, la amistad consiste en que cada amigo quiera el bien del otro con la misma intensidad con que lo quiere para sí mismo. Es por eso que los amigos desean convivir continuamente y se conocen a profundidad. La amistad no es la concordia que, más o menos, rige con nuestros compañeros de trabajo, vecinos o conocidos de la universidad, a quienes tratamos superficialmente. Con ellos no hay intimidad, no sabemos cuáles son sus sueños, preocupaciones o sus más notables virtudes. A lo sumo hay un interés compartido.

EVITA LA CODICIA O EL DESPILFARRO

¿Por qué necesito amigos? Algunos resuelven sus problemas sin necesitar de nadie, ni siquiera de un confidente para compartir sus penas. Claramente estas personas no van por la vida con una gran sonrisa, por lo general la vida les duele. No obstante, la infelicidad no es la única razón por la que los amigos son tan necesarios, aunque para mí es el argumento más fuerte y convincente. Aristóteles da una justificación para fomentar la amistad: los verdaderos amigos, en primer lugar, nos permiten utilizar nuestros bienes de la mejor manera. El filósofo piensa en la riqueza y el poder, pues con suficiente fortuna y tal vez un poquito de poder, se puede potenciar la vida moral según una razón recta. Esto quiere decir –en el ancestral lenguaje de la abuela– «no querer salirse del huacal». Entre otras reflexiones, apunta que la fortuna hay que usarla para patrocinar a poetas, construir mausoleos, etcétera. Tal virtud se llama magnificencia. Pero seamos sinceros: esto es para los multimillonarios que pueden costear formidables museos en Polanco. El resto de nosotros somos felices al finiquitar la hipoteca, y con eso basta. Sin embargo, es necesario saber usar el dinero en su justa medida. Y los verdaderos amigos ayudan precisamente a eso, su consejo sirve para que no despilfarremos ni guardemos con codicia cada centavo. Nadie mejor que un amigo, que nos conoce tan bien, para aconsejar y sacarnos del

error. Cuando el mal tiempo arrecia, ellos cooperan para paliar nuestras desventuras económicas y sentimentales, quizá nos presten dinero o sólo nos escuchen. Y si estar en esta situación es culpa nuestra, dirán con toda honestidad que nos equivocamos; eso nos enmendará. Bien dicen que el que encuentra un verdadero amigo encuentra un tesoro. Un amigo también acentúa cada una de nuestras virtudes. El simple hecho de hablarle y escucharle nos hace más empáticos, comprensivos y maduros, porque de alguna manera, sus tristezas y alegrías son también nuestras.

UN BUEN AMIGO «ECHA PORRAS»

Aristóteles guarda un gran consejo: cultiven la amistad para que logren emprender sus acciones más bellas. ¿Muy romántico? En realidad no, una acción bella es, por ejemplo, recorrer el camino a Santiago, formar una familia, cultivar un huerto o componer una canción. Lo importante es que los amigos están allí, prestos a ayudar y alentarnos a actuar de tal manera que dejemos un legado que despierte admiración en los demás. Ahora bien, si un amigo nos acompaña en el recorrido a Santiago, nos ayuda a buscar una casa para nuestra familia, o nos aconseja sobre cómo escribir una canción, es aún mejor, porque significa la suma colectiva de acciones virtuosas. Lo mismo le pasó a Odiseo cuando intentó regresar a su natal Ítaca: con la ayuda de toda una tripulación se reencontró con sus seres más queridos. Los mejores y más nobles resultados los obtenemos con ayuda de nuestros amigos. El poeta Homero dijo alguna vez: «los amigos son dos que marchan juntos». La vida es una andanza complicada, pero bien vale la pena con una compañía agradable. Un amigo anima y exhorta a perfeccionar nuestros planes. Como quien dice, nos «echa porras» y corrige. ¿Cuántas veces un verdadero amigo interviene cuando estamos por rendirnos ante un desafío? Nos recuerda que siempre hay camino por hacer. Esto no sólo sirve para realizar actividades bellas, también para auxiliar a la comunidad política. Charles Freer Andrews, uno de los mejores amigos de Gandhi, alentó al prócer indio a regresar a su país natal a promover su causa. También le ayudó a crear una revista y lo aconsejó para lograr su cometido político. De esta forma, modifico una frase conocida para decir otra que quizá hace más justicia a todos: «detrás de un gran hombre hay un gran amigo».

AFINA NUESTRA VISTA

No exagero al decir que los amigos pueden cambiar la historia, pues advierten nuestros problemas sin sobredimensionarlos: como cuando presagiamos una catástrofe mientras que sólo se trata de un pequeño infortunio, o a la inversa, 336

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Miscelánea

cuando desestimamos un problema con efectos colosales. Ellos conservan la suficiente distancia para detectar si estamos «haciendo una tormenta en un vaso de agua», pero también mantienen la suficiente cercanía para percibir cómo nos afectan esos problemas y descubrir a nuestro lado cómo resolverlos mejor. Me gusta pensar en un amigo como una lente que afina nuestros ojos a los defectos propios. De esta manera, representan felicidad no sólo por el mero placer de su compañía, sino porque avivan nuestras virtudes. ¿Y por qué una mayor agudeza visual nos haría más felices? El realismo aristotélico, las más de las veces, es un realismo duro. El pensador macedonio sabía que la felicidad es un don frágil, porque la vida es una rueda de la fortuna y casi siempre está fuera de nuestras manos. Nadie prevé chocar el automóvil en la mañana antes de ir a la oficina, enfermar de cáncer o que lo asalten en el autobús. Y si bien no podemos controlar lo que sucede a nuestro alrededor, al menos sí nuestras decisiones y el modo en que reaccionamos ante lo imprevisto. Por supuesto, hay maneras adecuadas de reaccionar, otras, no tanto. El famoso adagio aristotélico reza: «el justo medio». Es decir, no debe sobrar ni faltar algún «ingrediente» en nuestras acciones. Ni ser avaros ni despilfarradores, eso es virtud. La amistad, entonces, es lo más provechoso que podemos cultivar, catalizador que, si bien no es la causa directa de nuestra; virtud, al menos nos alienta a no desesperar. Si felicidad equivale a ser la mejor versión de nosotros mismos, entonces la amistad es aquello que multiplica, por decirlo así, los réditos de nuestro empeño en ser mejores, más virtuosos.

también lo indica el latín, no es más que un producto de azar. Un ejemplo: Lionel Messi no necesariamente es amigo de Andrés Iniesta, pero coinciden en el mismo equipo, y entonces a ambos les conviene que uno u otro anote un gol. Sin embargo, no es necesario que uno mire por la realización del otro, crecimiento personal o felicidad. Ocurre que en la amistad se enlazan las personas, y a veces hasta se confunden. No es ninguna exageración. Cada quién adopta los modos del otro, y aprende poco a poco de la convivencia. A fin de cuentas, ¿por qué queremos a un amigo? No nos mueve con él una abrumadora pasión, como sí ocurre en el amor. Ni siquiera el respeto que, en todo caso, les debemos a los padres que nos dieron vida, techo y comida, pero que nosotros no elegimos. Un amigo, como todo lo que vale la pena, es una elección de vida. Montaigne decía de La Boétie, su mejor amigo, que lo quería sencillamente porque era él. La fuerza de la amistad, las más de las veces, es inexplicable, existe más allá del raciocinio. Pero las palabras que nos dice nuestro mejor amigo resuenan más fuerte que las de otra persona. Y es que los amigos se tratan como si se conocieran de siempre. Por eso son capaces de compartirse todo, sin reserva alguna. Son, en fin, una sola voluntad. Con razón alguien me dijo que dichoso es en esta vida quien ha encontrado siquiera la sombra de un amigo. El sabio Montaigne afirmaba que, de toda su existencia, valieron la pena los cuatro años que La Boétie fue su amigo. Luego murió y lo perdió para siempre. Su vida antes y después de él fue sólo una noche pesada. No hace falta ponerse tan dramáticos, ¿o tal vez sí? No lo sé. Por fortuna, aún no he perdido a un amigo. Lo que me queda claro es que uno no puede dejar de imaginarse qué nos aconsejaría un amigo, antes de atrevernos a tomar una decisión. Ellos ejercen una influencia formidable en nuestra corta vida, nos convierten en mejores personas, amortiguan las penas con su compañía y hacen más placenteros los frutos de la breve alegría. Dos amigos son uno solo en dos cuerpos. Con toda la razón del mundo, un noble anónimo dejó escrito en su castillo de Moritzburg que en la vida sólo hace falta amor verdadero, una amistad que dure. El resto bien puede irse al diablo.

Los amigos son una preciada riqueza humana. Aristóteles dice que:

«Una amistad está compuesta de una sola alma que habita en dos cuerpos distintos».

AMISTAD VS. CONVENIENCIA

A primera vista, esta perspectiva parece ser muy utilitaria. Sin embargo hace falta matizarla un poco. La amistad es provechosa y eso no quiere decir que sea pura conveniencia. El provecho mira por el crecimiento personal de ambas partes y en todos los aspectos posibles. La conveniencia, en cambio, es una mera coincidencia, que tan pronto se extinge, acaba por anular la relación. Así de fácil: en latín «provecho» significa ver a favor del otro. Entonces lo reconocemos como persona, como algo valioso (no meramente útil), y él también nos reconoce de igual forma. La coincidencia, en cambio, como 72

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Miscelánea

Aprender a cocinar nos hizo humanos Hombre cazador y mujer cocinera

Los roles clásicos de nuestros antepasados homínidos son: la mujer a la casa y el hombre a la caza. Sin embargo, debido a su rudeza y riesgo de perder la vida, el papel masculino cobró mayor relevancia y estatus. La autora asegura que la cocina, actividad en principio femenina, fue aún más importante que la cacería, pues de ella dependía la buena nutrición del hombre-cazador; sin contar que su desempeño originó los conceptos de familia y matrimonio. María Pía Chirinos

A

lo largo de la historia, la figura del hombrecazador ha explicado la sociedad y la división del trabajo y de nuestros ancestros homínidos. Richard Wrangham,1 de la Universidad de Har-

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vard, pone en duda esta hipótesis, pero no se atreve a sacar todas sus consecuencias. No obstante, sus investigaciones permiten una afirmación asombrosa: es la cocina y no la caza la actividad protagonista y con ella, obviamente, la mujer,


Vicerrectora académica y de investigación y profesora de Filosofía en la Facultad de Humanidades de la Universidad de Piura (Perú).

cuya dedicación a esta tarea es «una regla admirablemente consistente» en las culturas primitivas y fuente de otras características humanas de importancia. Por lo general, la dedicación de la mujer a la casa y del hombre a la caza se despacha con una frase sencilla: por conveniencia mutua. En efecto, para que surja la división de trabajo, y con ella la familia, es usual interpretar que la caza y sus efectos (ausencia del hombre en el hogar, aporte de alimentos) determinaron a su vez la dedicación de la mujer a las tareas domésticas (cuidado el hogar, preparación de los alimentos). Sin embargo, hasta hoy ninguna explicación repara en una pregunta: la extenuante actividad de la caza, ¿puede llevarse a cabo por igual si la alimentación es cruda o cocida? Hasta hace poco –y aquí la corriente feminista tiene razón– la actividad masculina y cazadora fue entendida siempre como la determinante. Tan es así que en los años 60 proliferaron afirmaciones como: «nuestra inteligencia, nuestros intereses y emociones y la vida social básica, son todos productos evolucionarios de la adaptación a la caza».2 Sin embargo, las mismas feministas no han aportado ninguna solución convincente. Wrangham tampoco se atreve, pero pone las bases al ofrecer otra explicación: la caza sólo es posible si antes ha habido una alimentación suficiente para que el cazador pueda realizar esta actividad agotadora y larga en duración. Por tanto, si la dieta del hombre tuviese como base la comida cruda, tal como sucede con los primates, entonces emplearía un aproximado de cinco horas diarias para ingerir las calorías necesarias que le permitieran dedicarse a tarea tan fundamental. Esto supondría casi 50% del día laboral, que dura aproximadamente 12 horas. En pocas palabras, si la dieta fuera cruda, la caza simplemente se tornaría inviable. La aparición de la cocina como actividad cotidiana transforma los mismos alimentos, los hace más energéticos, con más calorías, más suaves de digerir, menos amargos y menos astringentes. El tiempo dedicado a comer se reduce drásticamente a dos horas diarias. Eso sí, siempre y cuando las mujeres dediquen el espacio y conoci-

mientos necesarios a actividades cotidianas como la cocina y el dominio del fuego.

MUJER Y COCINA

Por tanto, la aparición de la cocina cambia radicalmente, no sólo el modo en que nuestros antepasados comieron, sino también su conducta social y la estructura de la jornada laboral. Si un hombre dedica la mayor parte del día a la caza, sólo puede satisfacer su hambre fácilmente si a su regreso se encuentra con la comida guisada. Pero si la comida que le espera es cruda tendría un gran problema para resolver… Una tesis semejante necesita abundante justificación, pues levanta objeciones pertinentes: sin alimento, no hay cocina y, obviamente, los ingredientes más importantes no son los que aporta la mujer mediante la recolección de plantas, sino los que dependen del hombre-cazador. Sin embargo, esta postura no repara en que el comportamiento humano, en relación a la comida, no sólo difiere en demasía del de los animales, sino también –y esto es lo nuevo– presenta una notable distinción entre varón y mujer. A diferencia de los animales, los seres humanos somos capaces de compartir la comida. Mientras ellos pelean por la presa, nosotros la distribuimos con nuestros comensales. En el ser humano cada familia representa una mini-economía que, principalmente, gira en torno a la distribución, preparación, consumo y conservación del alimento como fuente vital. Pero hay algo más, el hombre-cazador nunca sale a cazar solo sino en grupo y la regla es que el conjunto «decide» quién se queda con la presa del día, sin que ésta pertenezca necesariamente a quien la cazó. Por tanto, no hay una estricta relación entre matar y poseer, sino más bien entre matar y repartir. Frente a Hobbes, que definiría al hombre como «un lobo contra el hombre», la sociabilidad y la ayuda mutua están por encima del derecho a la propiedad. El hombre-cazador no tiene la obligación de llevar algo para comer a su casa, actitud que se entiende sólo a la luz de la otra cara de la moneda: la mujer que cocina y organiza su hogar sabe cómo hacer durar el alimento, lo administra y guarda, y sabe también

La aparición de la cocina cambia radicalmente, no sólo el modo en que nuestros antepasados comieron, sino también su conducta social y la estructura de la jornada laboral.

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que, de la recolección que haga cada mañana, puede depender el alimento de toda la familia. Por esto, Wrangham no duda en afirmar que el trabajo de la mujer en su casa es la contribución más importante a la pareja, incluso más relevante que la caza.

LA MUJER INSTAURA LA PROPIEDAD

A diferencia de los animales, los seres humanos compartimos la comida. Mientras ellos pelean por la presa, nosotros la distribuimos con nuestros comensales.

Esta otra cara de la moneda implica la aparición de un primitivo derecho a la propiedad. Sorprendentemente, en el caso del grupo de mujeres que cada mañana sale a recolectar frutos y plantas, no se da la misma conducta que en los cazadores. Lo recogido por la mujer le pertenece a ella y sólo a ella; no es objeto de distribución comunitaria. Es más, la paz social en un campo habitado por distintas familias depende de este primer derecho a la propiedad: la mujer posee el alimento para ponerlo a disposición de su esposo y su familia (si está casada) u ofrecerlo (si es soltera) a otro hombre y, en ese caso, dar lugar a la vida matrimonial. Toda alteración de esta norma básica perturba la paz social. Un hombre que pide comida a una 76

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mujer casada o una mujer casada que ofrece comida a un hombre están en peligro de ser acusados de adulterio. Ese ofrecimiento debe ser autorizado y bendecido. Sólo en los seres humanos encontramos esta conducta, la protección que ejerce la mujer respecto del alimento es única entre los primates. Incluso el origen de la casa, el hogar, la familia y el matrimonio no puede prescindir de esta conducta singular. El pensamiento tradicional considera el origen de estas estructuras en las relaciones sexuales, pero esta propuesta puede complementarse. Para que haya matrimonio es preciso tener en cuenta que sólo el ser humano es capaz de poseer. Si es capaz de poseer, entonces también es capaz de tener una relación recíproca, única y permanente, que implique la donación corporal y la de todo lo que conlleva ser humano. Esta percepción, ausente en el mundo animal, comienza con una realidad tan cotidiana como la comida, fruto de un trabajo femenino: la recolección y la cocina. Según estos presupuestos, no es que el sexo no cuente, es que no basta: lo que hizo posible la aparición de la institución familiar, sólo entre los homínidos, es la toma de conciencia de unas notas ausentes en los animales. El sexo no es un invento humano; en cambio, aunque la deep ecology y otras ideologías argumenten lo contrario, los animales carecen de derechos y por tanto de deberes, y como consecuencia, de la capacidad de decisión para crear una realidad como el matrimonio. La relación conyugal surge en este contexto y las tradiciones en torno a la comida y a la casa sustentan precisamente su aparición. No en vano la etnografía siempre ha constatado que, en la mayor parte de las sociedades primitivas, la mujer casada goza de un alto estatus y de considerable autonomía. La autora Catherine Perlés no duda


en afirmar que «cocinar es una actividad social, que exige unas relaciones definidas y que soporta y refuerza normas sociales».

LA COCINA Y LA EVOLUCIÓN

Wrangham asegura que el trabajo de la mujer en su casa es la contribución más importante a la pareja, incluso más

Matt Ridley afirma que hoy en día escasean ideas realmente novedosas e importantes sobre la evolución. Sin embargo, las que ofrece Wrangham lo son, pues los beneficios que ha tenido el ser humano a lo largo de la evolución se entienden mejor con comida cocinada que con comida cruda. Esto es evidente en dos casos: la aparición del sistema digestivo humano y el crecimiento de la masa cerebral. Los dos van de la mano. Para demostrarlo, la arqueología ya no suele aportar datos fiables y es preciso recurrir a otra ciencia que ha ganado buen terreno en su contribución a las teorías evolutivas: la biología. La boca pequeña, las mandíbulas ligeras, los dientes diminutos, el estómago chico y el colon y los intestinos mucho menos largos que los primates, hacen pensar que sólo una dieta con alta densidad de calorías y de consistencia mucho más suave que las carnes crudas es la causa de estas evidentes novedades anatómicas. Entre otras cosas, la drástica reducción del tiempo dedicado a comer y masticar debió influir en lo que suele denominarse proceso de hominización. En la cadena de cambios, principalmente morfológicos, que ocurren en los millones de años que unen a Lucy (Australopithecus) con el Homo sapiens sapiens, hay dos hitos importantes: el paso de Lucy al Homo habilis, con el crecimiento de la masa cerebral y la aparición de una industria incipiente; y el paso del Homo habilis al Homo erectus o ergaster, con una masa cerebral aún mayor y cambios en el sistema digestivo marcadamente distintos de los animales.

relevante que la caza.

Es opinión aceptada que el paso del primer estadio al segundo se debió a la alimentación carnívora de Lucy. Poco se sabe, en cambio, de la causa del segundo hito. Wrangham aporta una explicación plausible: el hecho de que el Homo habilis pudiera matar a animales más grandes justificaría un aparato digestivo suficientemente fuerte como para comer carnes más duras y en mayor cantidad. Sin embargo, nos encontramos con un escenario no sólo distinto, sino además totalmente contrario. El Homo perdió muchas notas: desarrolló un modo de alimentarse que no exigía de él fuertes mandíbulas o dientes, ni procesos digestivos largos. Por esto, se trata de aceptar que gracias al control del fuego y a la práctica de la cocina empezó una cultura que permitió asimilar mayor cantidad de energía en condiciones gastronómicas más sofisticadas. En efecto, cuando nuestros ancestros descubren la riqueza de comida guisada, surge una nueva oportunidad evolutiva. Esto se confirma pues, hasta el día de hoy, ninguna cultura ha desarrollado una alimentación con base en comida cruda.

EN CONTRA DE LOS GRANDES GURÚS

Estas tesis contrastan con las de los mayores exponentes del tema. Charles Darwin, por ejemplo, da por supuesto que cuando se descubre el fuego, el hombre ya contaba con todas las características morfológicas actuales. Claude Levy-Strauss reforzó el aspecto «simbólico» del cocinar: actividad útil para que el hombre primitivo demostrara que no era una bestia más. Otros autores más recientes como Symons o Fernández-Armesto admiten que la cocina ha influido en la configuración del ser humano, pero no logran decir cómo ni por qué. Y es que la causa no está en la comida, sino en la comida cocinada y en las técnicas que aparecieron para mejorarla. Cocinar no sólo nos dio mejor 336

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comida, también nos hizo físicamente más humanos: permitió que nuestro cerebro creciera y que nuestro aparato digestivo se adaptara a las dimensiones actuales, mucho más pequeñas que las de los primates. Fue por tanto un factor decisivo en nuestro proceso de hominización. Pero aún podemos añadir algo más. En virtud de esta actividad, la mujer se constituyó como el primer sujeto de derecho a la propiedad y desarrolló la primera actividad económica. La recolección, el almacenaje y la preparación de alimentos, gracias al dominio del fuego, constituyen un universal antropológico que dio lugar a otro todavía más importante: la casa en su dimensión humana, como lugar donde la familia

se origina y desarrolla, y como punto de referencia al que sus miembros vuelven, principalmente el hombre-cazador que, con o sin presa, regresa en busca del alimento preparado a lo largo del día, para reponer fuerzas y volver a su actividad. Aunque sea políticamente incorrecto, no queda más remedio que admitir que la mujer-cocinera está en la base de la división del trabajo y de la vida social familiar; además es la primera en ejercer un derecho a la propiedad. Sin ella, no hubiese aparecido el hombre-cazador. Wrangham, Richard. Catching Fire. How Cooking Made Us Human. Profile Books, London, 2009, 309 págs. 2 Sherwood-Washburn-Chet Lancaster. 1

¿Cuánto alimento necesita el Homo sapiens sapiens? La información sobre las calorías que aparece en todos los productos alimenticios y obsesiona a muchos consumidores… es falsa. No porque desee mentir, sino porque ha quedado obsoleta. En efecto, siguiendo el trabajo realizado por Wilbur Olin Atwater (1844-1907), la Convención Atwater del Ministerio de Agricultura de los Estados Unidos publicó su estudio sobre los alimentos con la famosa tabla de composición nutricional, que hasta ahora sigue vigente en sus rasgos principales. Sin embargo, tal investigación presenta dos inconvenientes: en primer lugar, no reconoce que la digestión es un proceso costoso que supone el uso de calorías para «pagar» esta operación. En segundo lugar, asume que la consistencia de comida digerida es siempre la misma, sin tener en cuenta que su estado cambia si se trata de una dieta con mucha o poca fibra, si el alimento está cocido o crudo… Las ciencias de la nutrición se han concentrado en las composiciones químicas de los alimentos y han olvidado las condiciones físicas del proceso digestivo. Es más, los investigadores analizan la comida que ingerimos con los mismos parámetros que examinan una solución de nutrientes lista para una cascada de reacciones bioquímicas. Olvidan un dato fundamental: nuestras enzimas digestivas no actúan sobre proteínas libres, por lo tanto no da igual qué consumamos y cómo se elabore. Al comer, la cocina importa mucho porque la digestión cobrará más o menos calorías según el grado de cocción que el alimento presente; y porque engordar o adelgazar no depende sólo de que el alimento presente más o menos calorías, sino también del esfuerzo energético que represente asimilarlo para nuestro sistema. Estas circunstancias no se reflejan en la etiqueta de la mayonesa o del chocolate y, por lo tanto, la información 78

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que ofrece debe tomarse con pinzas. Richard Wrangham sugiere revisar las conclusiones de la convención de Atwater e incluir los efectos de la estructura física de los alimentos. Es probable que todos le demos la razón, aunque el problema siga estando presente: ¿cómo conseguirlo? Mientras eso sucede podemos seguir a Michael Pollan, quien afirma que «debemos elegir la comida real», no la ficticia que se encuentra en la tabla de calorías. Por ello, mientras menos procesados sean los alimentos, menos intensa será la crisis de obesidad que vivamos. O con otras palabras: la comida sana es la que se prepara en casa, no la que se vende en envoltorios con origen sospechoso y fecha de caducidad dudosa. Fomentar esta dedicación a la comida, especialmente en países en donde el arte culinario se ha abandonado por la fast-food, puede ser una de las batallas culturales y económicas de mayor envergadura. Estados Unidos lo notó, pero la táctica de nombrar a famosos chefs como protectores de comedores públicos escolares, propuesta por Michelle Obama, no parece dirigirse a la esencia del problema. Hace falta recuperar el arte de cocinar cotidiano y ordinario en casa y fomentar, una vez más, la insustituible tradición de comer en familia.


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CortesĂ­a de:


Supervivencia supervivencia Inquietudes de...

Cuando la civilización deja de ser civilizada Alejandrina Lincoln Strange Ochoa*

I

magine esta escena: por azares del destino usted es el líder de un grupo que se encuentra acorralado. Tiene que tomar una decisión, sacrificar a uno para salvar la vida de la mayoría o jugársela e intentar luchar contra la horda de zombis hambrientos que le espera afuera, aunque en el intento se le vaya la propia vida y la de diversos inocentes. ¿Qué hacer? Si bien la amenaza es bastante hipotética, la supervivencia que se plantea en películas como: Night of the Living Dead (1968), 28 Days Later (2002), Resident Evil (y sus múltiples versiones), World War Z (2013)… no es menor. En todas estas creaciones visuales, el ser humano se enfrenta con experiencias límite que le exigen elegir un camino para salvar su vida. Ése es el atractivo de este tipo de filmes que, aunque de ficción, nos permiten desarrollar cierta empatía con los personajes, fundirnos con ellos y sufrir las desventuras que se les avecinan. Al descubrir el sendero por el que opta el protagonista es inevitable cuestionarnos, ¿qué haría yo?

Ya se había hablado de esta unión entre espectador y personaje en la tragedia griega, donde el fin último era que quienes admiraban una representación teatral se mimetizaran con los personajes y hallaran en el escenario sus propias pasiones. La intención era purificar al espectador, que viviera una catarsis. Lo más probable es que los productores de películas de zombis no tengan esto en mente, no obstante, los ojos más atentos pueden ver más que meros «come carne». La serie The Walking Dead (2010 a la fecha) quizá no presente la trama más inesperada, narra la historia de un oficial de policía que despierta del coma y se encuentra con un mundo infestado de «caminantes» que han convertido a la humanidad en una especie en extinción. La historia suena como cualquier otra de zombis, sin embargo lo relevante es el modo en que los personajes sobreviven pues, con el pasar de las temporadas, se van permitiendo mayores atrocidades con el pretexto de «salvar el pellejo». En un mundo sin una sociedad «civilizada» como el que plantea la serie, parecería que todo vale, pues no hay una instancia que regule los actos humanos. A partir de aquí podemos meditar, ¿en la esencia del hombre está la bondad o la maldad? Una alternativa es seguir a Thomas Hobbes y asegurar que en estado de naturaleza «el hombre es un lobo para el hombre», pero gracias a su racionalidad y necesidad de

sobrevivir se une en sociedad y cede sus derechos al Estado o la República. Kant defendió una postura similar, argumentó que si el hombre se deja guiar por la razón práctica abandonará ese estado natural de guerra y buscará la paz en sociedad como fin y deber. Otra opción es seguir la postura opuesta, la de Rousseau, quien afirmó que el hombre es bueno por naturaleza y la sociedad lo corrompe pues cada individuo lucha por mantener lo que considera «suyo». Una sociedad competitiva como ésta siempre transformará al hombre en un ser egoísta, preocupado por delimitar sus posesiones de las de los demás. Ahora bien, cuando los personajes de la serie se equivocan al elegir un camino y reflexionan el porqué de su error, siempre cabe la concepción ética de Sócrates, en la que todos los hombres son buenos por naturaleza y, si actúan mal, es por ignorancia: nadie se equivoca voluntariamente. Sin importar la postura que mejor resuelva el dilema de nuestra naturaleza, la representación de un apocalipsis zombi es más que un mero producto de la cultura pop, es también un medio para meditar sobre las acciones humanas en circunstancias límite, cómo mantener una postura ética adecuada y, al final del día, purificarnos al observar a alguien en la lucha contra versiones no humanas del hombre, en el caos propio de un estado salvaje.

*Coordinadora editorial de istmo. Estudió la maestría en Historia del Pensamiento en la Universidad Panamericana. Licenciada en Filosofía por la misma institución.


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las manías

de zagal

Metafísica de la calvicie*

«E

l cabello es el templo de los metrosexuales. Con fervor, los nuevos narcisistas pueden esculpir un peinado digno del mismísimo Elvis Presley». Así pensé comenzar este artículo; pero de inmediato caí en la cuenta de un detalle. Desde hace años, me pinto la barba para camuflar mi venerable ancianidad. También para mí, que no soy un modelo de Armani, la cabellera es algo muy importante. ¿Un fetiche moderno? En realidad, no; el fetiche parece ser tan antiguo como el mundo. Homero atribuía la singular bravura del rey Menelao, conquistador de Troya, a sus greñas de león. Un caso parecido fue el de Sansón, quien sacaba fuerzas de su melena, hasta que Dalila, tramposamente, se la cortó. En ocasiones, la calvicie puede ser peligrosa. Al poeta Esquilo le costó la vida. Un águila, creyendo que su cabeza era una dura roca pulida, arrojó contra ella a su presa (una tortuga). Esquilo murió descalabrado al instante por el caparazón, o eso nos hicieron creer sus amigos más burlones. Mientras tanto, yo, del pelo, no me quedé más que con las anécdotas literarias, pues desde muy joven me aqueja la calvicie. ¿Mi remedio contra ella? Utilicé muchos. Incluso, aconsejado por mi abuela, me aplique una cataplasma de chile verde. Al final, el único recurso eficaz es la resignación. Ya se

saben el dicho: el suelo es lo único que de verdad detiene la caída del cabello. ¿Tengo algo de qué avergonzarme por ser calvo? Sobre la alopecia pesa un duro estigma y no digan que exagero. Tal vez recuerden aquel capítulo en el que Homero Simpson encuentra la cura milagrosa a su calvicie. Y tan rápido como le germina el cabello, su carrera asciende en la planta nuclear. Gracias a su nuevo porte, se convierte en el preferido del patrón. Pero en un soplo de mala suerte, Homero vuelve a quedarse pelón y a duras penas salva su empleo original. La historia es muy graciosa, pero muy cierta. Y es que, por alguna razón, proscribimos a los calvos; nos burlamos de ellos, los castigamos silenciosamente.

UN POCO DE HISTORIA

Desde tiempos ancestrales, el hombre ha intentado remediar el drama de la calvicie. Los faraones recurrieron a sus hechiceros sin éxito. El excremento de hipopótamo, como les recomendó Ra, no sirvió más que para perfumarlos. En vista de esta situación, los padres de la medicina griega, que no tenían un pelo de tontos, le dedicaron años de su vida a investigar este problema. Tras largas observaciones, Hipócrates y sus secuaces cayeron en la cuenta de que el varón pierde los cabellos como los árboles pierden sus hojas en otoño. La observación fue muy atinada y hasta bonita. Aristóteles fue más

*Gracias a Juan Arana por facilitarme su artículo «Calvicies» (Filosofía de lo cotidiano, Editorial Biblioteca Nueva, Madrid, 2005) y a Víctor Gómez por su valiosa colaboración.

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Doctor en Filosofía por la Universidad de Navarra. Profesor de la Facultad de Filosofía de la Universidad Panamericana. Autor de Felicidad, placer y virtud. La vida buena según Aristóteles y la novela Imperio @hzagal

allá: el cabello de los viejos encanece y se cae, porque nos falta calor vital. Literalmente nos vamos apagando. Sin embargo, las especulaciones de los sabios griegos no cambiaron la suerte de los calvos. Por el contrario, precipitaron la catástrofe. Los hipocráticos recetaban un remedio hecho a base de comino y remolacha, que terminaba tirando más el cabello. En Roma, Julio César no quiso correr la misma suerte que otros tantos calvos griegos. Su primer remedio fue el poco milagroso «peinadito de queso Oaxaca». Pero desde siglos atrás ya estaba comprobada su ineficacia, y entonces desistió. Su segundo remedio, dicen, fue más inteligente: usar una corona de laureles para disimular su irremediable calva. Yo, a la usanza de este célebre conquistador de las Galias, he convertido a la boina en mi versión trendy de la corona de laureles. Un gran aliado, para ser honesto. Y es que ya no estoy para peluquines, si bien éstos fueron la salvación de un rey francés, y otros tantos aristócratas avergonzados de su condición capilar. A todo esto, merece la pena llevar a la alopecia al mismísimo tribunal de la razón. ¿La calvicie es tan vergonzosa como parece? Aunque pocos han conservado el cabello tras el detenido estudio de la filosofía, tal y como les ocurrió a Sócrates, Cicerón y Tomás de Aquino, muy pocos se detuvieron a reflexionar sobre la propia calvicie. Sinesio de Cirene (allá por 370 a. C) es una afortunada excepción. Este fi-

lósofo invocó los mejores recursos de la filosofía para redactar su Elogio de la calvicie. En tal obra intentó demostrar que los varones más perfectos, sabios y cercanos a la divinidad eran precisamente los calvos. ¿Touché? Alguna razón tenía: ¿qué importa una cabeza pelada, cuando se tiene el entendimiento poblado? Sinesio de Cirene afirmó que la sabiduría y la cabellera se rehúyen como la luz y la sombra. Esto sí que pone las cosas a favor de los calvos, ¿no? Como anotó William Shakespeare, el ser humano es la única bestia que puede ser tan inteligente como para perder su pelo.

DENTRO DE CIEN AÑOS, TODOS CALVOS…

Hay que reconocer que la calvicie tiene algo de peculiar. Supongo que por eso es un tabú. Se trata, yo creo, de un nosequé metafísico. La calvicie (y las canas) me recuerdan a diario, y frente al espejo, mi propia e inevitable muerte. Poco a poco, la alopecia deja asomar ese inminente deterioro que nos aguarda a todos, aunque no lo queramos reconocer. Las entradas y la aureola nos anuncian que seremos calaveras. No exagero. Las palabras «calvo» y «calavera» comparten la misma raíz en latín. ¿Ya ven que no es ocurrencia mía? La calvicie es la manera en la que los laicos nos enteramos de que polvo somos y en polvo nos convertiremos. La filosofía, como advirtió Sócrates, es una meditación sobre la muerte. Y si la calvicie es señal de la fugacidad de la vida, entonces es el pretexto perfecto para filosofar y examinar nuestra existencia.

Pero la cultura contemporánea se encuentra en una fase de negación. Por eso hemos convertido la calvicie, entre otras realidades, en un tabú. Procuramos remediarla a toda costa: implantes, vitaminas, jabones. El punto es que no nos atrevemos a reconocer que, como dijo Machado, «todo pasa y todo queda, y lo nuestro pasar». Tenemos que aceptar que el tiempo pasa por nosotros, y que todo por servir se acaba y acaba por no servir. Cuando los griegos compararon la calvicie con el otoño, descubrieron una gran verdad: para bien o no, la vida avanza en ciclos, de los que podemos salir más sabios, pero no más saludables. El problema, me temo, es que la sociedad contemporánea no perdona la vejez. El sistema económico, para no ir más lejos, aplasta a los mayores. Los sistemas de pensiones están siendo desmantelados y los seguros médicos están diseñados para expulsar a los viejos. En muchas empresas no se contrata a quien cumplió cuarenta. La jubilación –cuando la hay– es una aplanadora que desecha a los sesentones, quienes en la mayoría de los casos vivirán en la estrechez económica. Hasta cierto punto es lógico el desesperado intento por ocultar la decadencia del cuerpo. Hace poco escuché al vuelo una frase siniestra de boca de unos jóvenes en un bar de la Condesa. Al calor de las perlas negras, dijeron entre risas: «Los viejos o dan dinero o dan asco». Así que como no soy rico, seguiré usando boina y pintándome la barba. 336

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El buen vicio Libros

El gran cocodrilo en

Los libros de los otros

Efraín Huerta

Editorial Siruela. Madrid, 2014 384 págs.

treinta poemínimos

FCE. México, 2014 64 págs.

Italo Calvino

El año pasado se cumplieron cien años del natalicio de tres grandes escritores mexicanos. Octavio Paz, José Revueltas y Efraín Huerta pertenecieron a una generación que renovaría la literatura nacional, cada uno desde su particular manera de ver la vida y el arte. Efraín Huerta, un poeta de ruptura artística y social, rebelde por naturaleza, se autodefinía con orgullo como un marginado y proscrito de la poesía pura. Fundador del movimiento de vanguardia llamado «Cocodrilismo» que buscaba exaltar la alegría, el optimismo y refutar el dolor con el humor. El «Gran cocodrilo» le escribió a la vida, en la víspera de su muerte, con la alegría y el humor de cualquier joven irreverente de sesenta años. Y este libro concentra treinta oportunidades de sonreír con los aforismos irónicos que Efraín Huerta nos regala; antología que el mismo calificó de «Mariposa loca capturada en el tiempo». La diversión es garantía desde el inicio gracias a sus juegos de palabras y sentidos. Junto a las imágenes del ilustrador argentino Dr. Alderete, la obra resulta en treinta balazos de colores que aciertan en los recuerdos; entonces, nos descubrimos jugando en un mundo que construimos todos los días.

Si de algo sirve leer Los libros de los otros es para intentar comprender cómo funciona la mente de un editor. Italo Calvino, autor de Las ciudades invisibles, revela este aspecto poco conocido de su vida en el intercambio de una interesante correspondencia con Giulio Einaudi, fundador de la editorial a la que puso su apellido, y donde Calvino trabajó. Las cartas, que viajaron desde 1947 hasta 1981, reconstruyen parte de ese trabajo editorial. La mayoría se remite a escritores que esperan una lectura de sus obras: o se ha preferido omitir aquellas que muestran la complacencia de Calvino, o entendemos que fue un editor muy exigente. Las apariciones de las celebridades de las letras de la época (Pavese, Pasolini, Sciascia) son anecdóticas; interesan más las opiniones de Calvino sobre esos libros, de tantos otros, porque también desvelan su forma de entender hacia dónde debía caminar la literatura. Sus respuestas son, además, el reflejo de una Europa recién salida de la guerra, es decir, una Europa donde acaban de morir los ideales sociales y donde la política aún lo impregna todo. Un libro para editores, escritores y especialistas.

Ricardo Pérez

Borja Criado

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Dios me buscó primero ¿Cómo me encontró? Raúl Espinoza Aguilera

Minos III Milenio. México, 2015 221 págs.

Labor periodística Daniel Cosío Villegas FCE. México, 2015 537 págs.

Toda persona tiene un itinerario por recorrer y la juventud es la edad de los grandes ideales, pero a menudo es necesario romper con ciertas inercias del ambiente para no caer en una existencia superficial o sin rumbo fijo. El ser humano vive sus días dentro de un tiempo limitado y fugaz. Por ello se requiere tomar la firme determinación de enfrentarse consigo mismo y adentrarse en la propia realidad, donde se pregunte por el sentido último de su existencia. De esta manera puede discernir serenamente sobre una cuestión vital: ¿Qué quiere Dios de mí? Conviene, entonces, aprender a meditar. Esos planes se escuchan como suaves susurros, imperceptibles para los demás, pero claros y nítidos para quienes se encuentran por caminos de búsqueda espiritual. Raúl Espinoza presenta cinco historias de vocación con la intención de animar a los jóvenes a reflexionar sobre la orientación de sus vidas en el presente y proyectarlas hacia el futuro. Exhorta a seguir, en forma congruente, una trayectoria que influya de manera positiva en las amistades, colegas y las estructuras temporales de la sociedad y santificar el propio trabajo profesional.

El Excélsior es una página importante de la historia intelectual de México; bajo la batuta del difunto Julio Scherer, Octavio Paz –con la revista Plural– dejó una impronta en la vida cultural del país. El Fondo de Cultura Económica, con motivo de su 80 aniversario, reúne el trabajo de Daniel Cosío Villegas en el mismo periódico. Labor Periodística es una encendida cátedra sobre el quehacer del intelectual, sus excesos y sus virtudes. Es notoria su agudísima crítica a la incompetencia política, nota singular de México desde tiempos remotos, sobre todo en los ensayos dedicados a la revista Plural en la sección «Contrapuerta». No falto de razón está Gabriel Zaid, al afirmar la vigencia de los temas abordados por este economista: cuarenta años después encontramos un hilo conductor en la vida pública de México, del que ya hemos sido advertidos e hicimos caso omiso. «Daniel Cosío Villegas fue un hombre dotado de sentido común y capacidad crítica aunadas a una portentosa lectura de las realidades mexicanas, que al final de su vida dejó un público lector que lo acompañaba en la plaza pública y en el estirón: que se volvía más ciudadano y menos súbdito» (Prólogo del FCE).

Alberto Rojas

Miguel Ángel Martínez


Max Ernst,

Un cadáver en el jardín

Daniela Iride Murgia

Ediciones B. México, 2014 187 págs.

el hombre pájaro

FCE. México, 2013 40 págs.

Maria Lang

Comprender y alcanzar el deleite estético en una obra surrealista requiere más que conocimiento, paciencia y observación; exige hacer partícipe a la imaginación. Daniela Iride Murgia, escritora e ilustradora italiana, recurre a collages y creativas ilustraciones para dar hilo a una entrañable historia con la que rinde homenaje a Marx Ernst, artista alemán y gran exponente del automatismo puro, el surrealismo. La versatilidad del libro lo hace atractivo para un público amplio y ofrece distintas perspectivas para disfrutarse. Su original propuesta visual despierta y aviva los sentidos de los más pequeños. Y aquellos adultos familiarizados con la historia del arte, descubrirán una referencia a la obra de Max Ernst, además, vivirán la fascinación que el pintor sentía por su esposa, Leonora Carrington, representada con la imagen de un caballo. Daniela Iride eligió un abanico de colores fríos que imprime un estilo clásico al diseño, cuya sobriedad contrasta con el absurdo de sus representaciones. El libro resultó ganador del XVI Concurso de Álbum Ilustrado A la Orilla del Viento y obtuvo un reconocimiento por parte de la CAMIEM, en la categoría «Álbumes ilustrados» (2013).

Estamos en la helada Suecia y, por fin, hace un tiempo delicioso para que los recién casados, Puck (ella) y Einar (él), pasen unos días en el lugar donde Einar creció: Skoga (nombre del pueblito). A la excursión se une el padre de ella, egiptólogo renombradísimo y su gata blanca, Tutmosis III, que mucho ayudará en la resolución de un pequeño inconveniente: el hallazgo de un cadáver en su jardín. Maria Lang –pseudónimo de Dagmar Lange (Suecia, 19141991)–, fue de los primeros miembros de la Academia Sueca de Escritores de Novela Criminal. Se le conoce como la Agatha Christie sueca; su estilo recuerda en muchos aspectos a la reina del misterio: apacibles comarcas donde casi nunca sucede algo… hasta que violentamente sucede; personajes en apariencia planos que esconden historias truculentas; y un detective que, en su fisonomía, recuerda al señor Holmes, pero cuya mente trabaja como Monsieur Poirot. Aunque algunos consideran a Lang la fundadora de la novela negra nórdica, su pluma retrata el crimen en tonos de blanco: sin escenas escabrosas; líneas claras entre el bien y el mal y, lo que es muy de agradecerse en estos tiempos, siempre se halla al culpable.

Ximena González Joven

Ernesto Aguilar-Álvarez Bay

Senderos de Verdad (No.1). Aportaciones a las Ciencias, las Artes y la Fe en México Sociedad Mexicana de Ciencias, Artes y Fe México, 2013 396 págs.

El análisis de la figura de don José Vasconcelos (1882-1959) y su legado cultural; los cuestionamientos éticos sobre los enfermos renales, crónicos y en fase terminal, en el Hospital Infantil de México; un valioso estudio sobre posesiones diabólicas que, con el tiempo, se revelaron como enfermedades mentales, entre otros temas, integran este compendio de ensayos. La entusiasta colaboración de intelectuales, artistas, médicos, científicos, historiadores y teólogos, resultó en una propuesta que escudriña distintas temáticas cuyo objetivo es la búsqueda de la verdad. ¿Alguien había investigado acerca del largo itinerario que siguió la Causa de Beatificación del Obispo de Puebla y Virrey de la Nueva España, don Juan de Palafox y Mendoza? Éste comenzó en 1666 y concluyó en 2011. Por otro lado, Rubén Rodríguez expone, con detalle y paciencia, cómo Ciencia y Fe son dos caminos que corren a la par; Roberto Girault proporciona una visión analítica sobre su película El Estudiante, y así, el lector se topa con una serie de profundos y variados ensayos por explorar. Raúl Espinoza Aguilera

Treblinka

Chil Rajchman

Seix Barral. México, 2014. 238 págs.

Un joven polaco es deportado a un campo de concentración. Su nombre es Chil Rajchman y el campo, Treblinka, que será su hogar durante diez meses. El autor escribió sus vivencias en el campo y pidió que se publicaran después de su muerte. Treblinka es el resultado al que nos enfrentamos. Y escojo el verbo enfrentar adrede, porque hay que saber que éste no es un libro fácil: narra los miedos, las angustias, el terror, la fuerza del mal y los pensamientos más profundos de quien vivió el holocausto nazi. Sumergirse en sus páginas es necesario, no por su calidad literaria –su narrativa es bastante coloquial–, sino por su legado histórico. Filósofos como Hannah Arendt y Primo Levi reflexionaron sobre este periodo del siglo XX. La primera concibió el mal como algo banal que todo ser humano puede cometer cuando olvida pensar, cuando olvida ser. El segundo profundizó en los testimonios de las víctimas, como lo fue Chil Rajchman. Treblinka no sólo es una mirada al lado más oscuro del hombre, sino también al más noble. El polaco describe con serenidad cómo logró aferrarse a la vida, a una idea superior, cuando todo a su alrededor le indicaba lo contrario. Roberto Rivadeneyra

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El buen vicio Libros

El huérfano

Adam Johnson

Seix Barral. Barcelona, 2014 608 págs.

Éste es un retrato de la tiranía de Corea del Norte, la imagen de un régimen inhumano, absurdo y ridículo. Jun Do –el John Doe, inglés– vive en un orfanato hasta que es reclutado como soldado, secuestrador, asesino profesional y oficial de inteligencia militar. La lealtad y el sacrificio están tatuados en su piel, inyectados con la propaganda que un sistema despótico vomita a todas horas a través de altoparlantes. Para escribir sobre un país del que poco se conoce porque todo se oculta, Johnson recurrió a las experiencias de misioneros, trabajadores de ONG y testimonios de desertores norcoreanos; ello le valió el Premio Pulitzer 2013 con una novela histórica, de terror, política y romántica: «Lo que ocurre se parece mucho al ‘doblepensar’ de Orwell (con su libro 1984). Los norcoreanos saben que les dicen mentiras; que no viven en el mejor país del mundo y que los osos no lloraron la muerte de Kim Jong-il (el antiguo líder), aun así, lo aceptan». Al final, Jun Do cantará con voz imperturbable, no ya al patriótico sol, sino al dramático despertar de la libertad que hibernaba en su interior. Esta excepcional novela reflexiona en el sobrevivir sobre el vivir. Realidad kafkiana con ojos rasgados. Dunstan Stout

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Revivir los memorables

La vida sin Santi

Andrea Maturana y Francisco Javier Olea FCE. México, 2014 42 págs.

Maia y Santi son dos niños pequeños con una amistad grande. Juegan juntos, imaginan juntos, están en silencio juntos. Pero «un día, el papá de Santi tiene que irse una larga temporada a estudiar muy lejos. Y eso no es fácil de aceptar». ¿Qué hará Maia sin Santi y todos los espacios que él deja en su vida y en su corazón? Maia lleva a Santi a todas partes, sí, pero como una cicatriz, como una sombra. El breve texto de Andrea Maturana (Chile, 1969) –quien comenzó a escribir cuentos en su adolescencia y ya a los 20 años formaba parte de la antología Brevísima relación del cuento breve en Chile– y las bellas ilustraciones de Francisco Javier Olea (Chile, 1972) –artista del diseño y la comunicación visual en el diario El Mercurio y ganador, en 2012, del Premio Altazor, máximo reconocimiento a las artes en Chile–, retratan esos silencios que hablan: las ausencias que duelen. A nadie le gusta sentir un hueco en el corazón. ¿Cómo enseñar a los niños a sobrellevar las distancias? ¿Será el tiempo un buen remedio? ¿Será el tiempo un buen amigo? Como casi todo en esta vida, el futuro dependerá de qué tanto se ejerciten, con armonía, la mente y el corazón. Angélica de Alba

Los viajes de Gulliver Jonathan Swift

Editorial Alianza, 2014 424 págs.

más que una novela de aventuras Lemuel Gulliver es conducido por el azar, la curiosidad y la sed de aventura. Una despiadada sátira política, religiosa, científica y antropológica hila el recorrido de este personaje a través de distintos mundos y sociedades. Los viajes de Gulliver, publicado por vez primera a mediados del siglo XVIII, es el libro que catapultó a Jonathan Swift a la fama y posteridad. El también autor de Instrucciones a los sirvientes y El Beneficio de las ventosidades, ambas publicadas por Sexto Piso, presenta su obra como un sencillo y simpático relato para niños, sin dejar de mostrar su aguda ironía. Los viajes de Gulliver, mediante la óptica de la literatura infantil, nos introduce en una atractiva odisea con aldeas, países gobernados por monarcas, criaturas amantes de las matemáticas, caballos, barcos, naufragios e innumerables inconvenientes. Sin embargo, bajo una mirada crítica, el aventurero Lemuel no sólo es un médico y marinero de profesión sino, a mí parecer, un personaje utópico de la tarea política. Gulliver es el retrato de un político que se ve atacado, despreciado, privado de su libertad física, etcétera. Utiliza las herramientas de la demagogia y la adulación que tiene a su alcance para negociar con sus opresores. El trasfondo que encierran los viajes no es una inocente novela de aventuras, sino una crítica política. La obra se convierte en una narración fantástica que reflexiona sobre la indignidad del ser humano, lo que hace de esta pieza maestra de la literatura universal una lectura pesada. El crítico norteamericano Edward Said se ocupa de dicha idea y concluye que «Swift es un autor que nos desconcierta y desazona por su pesimismo y su insistencia en la decadencia moral y física de la naturaleza humana». No obstante, Los viajes de Gulliver ocupa un sitio en el canon literario. La obra antonomástica de Swift debe leerse de otro modo, analizando cada una de sus creaciones e intentando descubrir la identidad detrás de la máscara. En palabras de Christopher Domínguez Michael: «Jonathan Swift es el extranjero definitivo, por su destreza y velocidad en el armado en escala de escenas veraces dentro de realidades inadmisibles». Miguel Ángel Martínez Romero


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El buen vicio Música

Sinfonía No. 6 de Beethoven

compuesta a pinceladas Rafael Arce Gargollo La música clásica es el segundo idioma que mejor entiende. Tal destreza se la debe, en buena parte, a su padre José Arce y Cervantes, uno de los fundadores de istmo.

Versiones recomendadas:

Director Otto Klemperer Philharmonia Orchestra

Director Sir Simon Rattle Filarmónica de Viena

Director Herbert von Karajan Filarmónica de Berlín

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Muchas personas recuerdan la Novena Sinfonía de Beethoven (1770-1827), la del «Himno de la Alegría»; otros, la Quinta, con su característico primer movimiento (ta-ta-ta-tan). No obstante, innumerables conocedores opinan que la Sexta –llamada Pastoral y subtitulada por el autor como «Recuerdos de la vida campestre»– es la más notable. Entender por qué es una obra genial hará que la descubras y disfrutes, pero sólo si aceptas que, igual que toda gran obra de música clásica, no debe oírse, sino escucharse. La música que sólo se oye es hermana de la música ambiental, que nos acompaña en centros comerciales mientras realizamos varias cosas a la vez, o que nos hace menos aburrida una caminata. La buena música clásica ha de escucharse, y cuando sea posible, contemplarse como se admira una obra maestra de la pintura: sin ver más cuadros al mismo tiempo, sin hacer nada más. En cuarenta minutos, el compositor «pinta» con notas musicales un paisaje: inclemencias del tiempo, lluvia y tormenta, pájaros que cantan y vientos fuertes que sacuden árboles cerca de un valle o en un bosque. Como buen romántico y amante de la soledad, Beethoven caminaba horas por el campo, alejándose de Viena. Ciertamente no fue el primer compositor en describir musicalmente la naturaleza. Igual que grandes paisajistas plasmaron los campos, también músicos como Vivaldi y Haydn nos regalaron, por ejemplo, Las Cuatro Estaciones. Pero la Sexta de Beethoven no tiene igual. Es una pintura hecha de sonidos, aunque él la concebía más bien como la expresión de sus íntimos sentimientos. Y a pesar de su incipiente sordera, gracias a su magistral inspiración logró ambas cosas. Para escucharla y entenderla hay que seguir sus cinco movimientos: 1. Despertar de alegres sentimientos con la llegada al campo. Expresa la serenidad y alegre camaradería entre campesinos. 2. Escena junto al arroyo. Describe el murmullo del agua en un movimiento ondulante. A

ratos permite que canten los pájaros entre los árboles (flautas, oboes y clarinetes). 3. Alegre reunión de campesinos. Música rústica, alegre, donde danzan hombres y mujeres. 4. Relámpagos. Tormenta. Comienza a chispear. Caen gotas. Irrumpe –con toda su fuerza– una creciente tormenta. La ráfaga despeina a los árboles y los temblorosos cellos, trombones, violines y otros instrumentos de viento recrean un aguacero. Entonces, viene la calma. Parece que se abre algo en el cielo y el sol se cuela poco a poco entre las nubes, iluminando los pinos. En la frescura del campo respiramos paz. 5. Himno de los pastores. Alegría y sentimientos de agradecimiento después de la tormenta. Tonada pegajosa, pero bellísima, cuya intensidad va en aumento hasta alcanzar un clímax. Para vivir todo esto, hay que sentarse y escuchar con atención, de preferencia con audífonos de buena calidad. La primera vez se sugiere optar por un lugar cerrado, sin distractores. Más adelante, la experiencia se percibirá mejor en el campo o en un bosque en medio de pinos. Y si te sorprende la lluvia durante el cuarto movimiento, ¡mejor! Experimentarás en carne propia cómo Beethoven «hace llover» con notas musicales. Es fácil imaginarlo mientras contemplas árboles, aves que surcan el espacio, sientes el viento y percibes la hierba mojada… Contraindicaciones: No oírla mientras se realiza otra actividad ni mucho menos en un vagón del metro, en el Periférico u otros escenarios que no permitan el pleno disfrute de nuestros sentidos; sería un «pecado musical». La Sexta Sinfonía de Beethoven se merece todos los honores y tu completa atención.


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