joyas de galicia
16
texto: olga gonzález alonso fotografía: a. enríquez/frinsa
bocados de innovación de conservas frinsa Si la calidad es su emblema fundamental, la innovación es una de sus principales etiquetas. Desde su fundación en 1961, la compañía conservera Frinsa no ha dejado de explorar nuevos caminos, nuevos sectores y nuevas líneas de productos para «lograr siempre la máxima satisfacción del cliente», en palabras de su responsable de marca, Jorge Carregal García, hijo del actual CEO de la empresa. English translation on page 92
Creada en la localidad gallega de Ribeira —donde tiene su sede central—, Frinsa del Noroeste se ha convertido con los años en uno de los mayores productores europeos de túnidos y mariscos en conserva y en un grupo multinacional con una segunda fábrica en Póvoa de Varzim (Portugal) y oficinas en Madrid y en otras 9 ciudades de Europa, Asia y África. Un amplio mercado en el que se han posicionado con éxito las distintas marcas de la empresa: Frinsa, Ribeira, Seaside y The Nice Fisherman, entre otras, además de situarse en los primeros puestos como proveedores de marca de distribución de conservas de pescado y marisco de los principales minoristas europeos. Sin embargo, lejos de acomodarse en el triunfo, los directivos de Frinsa son muy conscientes de que su crecimiento y expansión se apoya firmemente en un continuo perfeccionamiento de su oferta. Y ello pasa en gran medida por «innovar, tanto en procedimientos como en la materia prima, buscando siempre poner el mejor producto en manos del consumidor», explica Breixo Ventoso, director de la división de I+D+i del Grupo. Las tiendas «La Conservera», un proyecto iniciado en 2013, son una buena muestra de esa apuesta por la innovación y por el mimo al cliente. Con 12 establecimientos ubicados en A Coruña, Ribeira, Santiago de Compostela, Madrid, Valencia, Bilbao, Alicante, Murcia, Vitoria, Málaga y París —la más
reciente y la que ha abierto la vía internacional de la iniciativa—, «La Conservera» busca «crear un canal directo» para que los consumidores «puedan acceder a las mejores conservas con la mejor materia prima y siguiendo los principios de máxima excelencia de Frinsa», destaca Jorge. Situadas en localizaciones céntricas y emblemáticas de cada ciudad, estas tiendas ofrecen todo el surtido de conservas de la marca Frinsa, en el que, a juzgar por la demanda, reinan como productos estrella la ventresca de bonito fresco de la costera del Cantábrico —que procede de captura artesanal— y los mejillones, seleccionados y empacados a mano uno a uno. Aunque los paladares más exigentes podrán disfrutar también con los mariscos de las rías, el pulpo o el bacalao, entre otros bocados exquisitos. La marca Frinsa, que constituye la línea premium de la conservera, se vende exclusivamente en estas tiendas «para garantizar en ellas la máxima calidad», señala el responsable de marca de la compañía, quien apunta precisamente a la calidad como la principal diferencia entre las conservas gourmet que encontramos en «La Conservera» y las que se pueden adquirir en otros canales de distribución, como supermercados. «Son productos de autor —resalta—, en los que hemos cuidado absolutamente cada detalle, desde la selección de la materia prima hasta el procedimiento de su elaboración y la
–›