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Poema 2. Oda a la inmortalidad

POEMA 2. Oda a la inmortalidad de William Wordsworth.

¡Cantad, cantad, oh pájaros, un canto jubiloso! ¡Que brinquen corderillos Al son de un tamboril! ¡Yendo en vuestro cortejo con solo el pensamiento, Sea con los que canten, sea con los que juegan, Con aquellos que sienten en su pecho La alegría de mayo! Aunque el resplandor que en otro tiempo fue tan brillante hoy esté por siempre oculto a mis miradas, aunque nada pueda hacer volver la hora del esplendor en la yerba, de la gloria en las flores, no debemos afligirnos porque la belleza subsiste siempre en el recuerdo. En aquella primera simpatía que, habiendo sido una vez, habrá de ser por siempre, en los consoladores pensamientos que brotaron del humano sufrimiento, en la fe que mira a través de la muerte, y en los años que trae consigo la mente filosófica.

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POEMA 3. P.B. SHELLEY

What if you slept, and what if in your sleep you dreamed, And what if in your dream you went to heaven And there you plucked a strange and beautiful flower, And what if when you awoke you had the flower in your hand? Ah, what then? Samuel Taylor Coleridge, 1798

No despertéis jamás a la serpiente

No despertéis jamás a la serpiente, por miedo a que ella ignore su camino; dejad que se deslice mientras duerme sumida en la honda yerba de los prados. Que ni una abeja la oiga al arrastrarse, que ni una mosca efímera resurja de su sueño, acunada en la campánula, ni las estrellas, cuando se escabulla silente entre la yerba, escurridiza…

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