Bonsái pasión 81 by Jardin PRESS

Pinus densiflora Un asombroso parecido con los Pinus halepensis

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Director: Josep M. Miquel josepmaria@francebonsai.com Traducción y corrección: Momoyo Nishiyama. Aimée Díaz. Administración: Jordi Fontanet. Redacción: Isabel Hierro, Julie Lecomte, Juli Pascual, Warren David. maquetacion@mistralbonsai.com Publicidad y suscripciones: Warren David. info@mistralbonsai.com Edita: Jardin Press Esturió, 8 43880 Coma-ruga jardinpress@bonsaipasion.com

Impreso por: Jordi Dassoy, impressor D. L.B. B-33252-2002 ISBN: 978-84-96291 -20-1 Con la colaboración del Equipo Técnico de Mistral Bonsai.

Este verano ha empezado con unas temperaturas muy altas, pero los árboles siguen en plena actividad. Después de publicar en el número anterior la primera parte de la poda, continuamos la preparación de la segunda parte que publicaremos en el número especial de fin de año. En efecto, la poda de invierno es solo una parte de un trabajo que dura todo el año, y que continúa con los pinzados, defoliaciones... Pero aparte del proceso normal de formar las ramas de los bonsáis existen otras técnicas, como el injerto, que permiten formar como bonsáis, árboles como los pinos que parecen imposibles. Hace muchos años, después de aprender las técnicas de injerto del Sr. Kawabe, Takeo, emprendimos el trabajo de los Pinus halepensis. Cerca de la costa mediterránea hay numerosas zonas rocosas, en las que estos pinos sobreviven con esfuerzo en los huecos de las losas de roca. Estos pinos tienen un tamaño reducido, y unos troncos retorcidos con una corteza de una belleza excepcional. Pero las ramas son muy largas y finas. Es imposible doblarlas para acercar las hojas al tronco, ya que si lo hacemos la estructura del árbol quedaría horrible. Por eso decidimos injertarlos. Usamos la misma técnica que con las sabinas, injertando cada árbol sobre si mismo. Uno de los objetivos era conservar la belleza y el carácter de esta especie. Las hojas de estos pinos son un poco largas, como las de los Pinus densiflora o Pinus thunbergii japoneses, pero no por ello dejan de cultivarse como bonsáis. Para ello se corta por completo la primera brotación, a primeros de junio. La segunda brotación sale vigorosa, pero las hojas son más cortas. Los Pinus halepensis, a diferencia de otras especies de pino europeas que cultivamos como bonsáis, responden perfectamente a esta técnica. Recientemente recibimos un ejemplar de la revista japonesa Bonsái Sekai, con la que trabajamos normalmente, dedicado al trabajo de los Pinus densiflora. Su parecido con nuestros Pinus halepensis es tan extraordinario que queremos que ustedes lo juzguen por si mismos. Nuestra intención es descubrirles una especie, poco cultivada como bonsái, pero con un excepcional futuro. Josep M. Miquel

Sumario:

El archivo Takeshita: Las maravillosas fotos de Takeshita Toshi. Pรกgina 4

Pinus halepensis: Un asombroso parecido con los Pinus densiflora. Pรกgina 50

Pinus densiflora: Una especie mรกs interesante de lo que parece. Pรกgina 14

89 Kokufu bonsai ten. Pรกgina 74

Tejos de Kanazawa. El proyecto de Kawabe, Takeo y Suguimoto, Rei. Primera exposici贸n. P谩gina 80

El archivo Takeshita Las maravillosas fotos de Takeshita Toshi

Los paisajes donde se originan los bonsáis. El origen de la inspiración de los bonsáis son los árboles grandes y viejos. A veces los que hacen bonsái lo olvidan. Los bonsáis han de emocionar a la gente que los mira, y para ello debemos trabajarlos con emoción nosotros. Si trabajamos mecánicamente nuestros árboles no poseerán esta fuerza. Uno de los orígenes de la inspiración de los bonsáis reside en la fuerza de los enormes árboles viejos. Estas fotos han sido realizadas por el Sr. Takeshita, Toshi, quien visitó durante años los viejos árboles del Japón. El árbol fotografiado en este artículo es el gran alcanforero de Gamoo. Esta foto está realizada hace 40 años, después quisieron tapar los huecos de su tronco, y colocaron una valla alta. Hoy esta foto es ya imposible. Si lo miran bien , notarán que el que realizó esta foto, el Sr. Takeshita, es aficionado al bonsái, y por ello fotografió este árbol recogiendo toda su emoción.

Este alcanforero gigantesco (Cinnamomum camphora) es el árbol más grande del Japón. Tiene casi 2000 años, su altura es de 30 metros, y el perímetro de su tronco es de 24 metros. El perímetro de la base es de 40 metros. Este es su aspecto hace 40 años. Este árbol vive cerca del santuario sintoista de Gamoo Hachiman Jinja, en la provincia de Kagoshima. Los niños que en esta foto se sientan encima de la base de este enorme árbol, son ya hombres mayores.

Pinus densiflora: una especie más

Árboles de monte formados con técnicas profesionales

En el Jardin del Sr. Nishikawa encontramos numerosos árboles sacados de la montaña, sabinas, pinos, abetos, etc.

interesante de lo que parece El Sr. Nishikawa es conocido por su trabajo con árboles sacados de la montaña. Hay una gran cantidad de bonsáis trabajados por el en el mundo del bonsái. No es difícil encontrar árboles muy apreciados en las exposiciones que empezaron en su casa. Él trabaja como un artesano y nunca se presenta como artista del bonsái, por lo que su nombre no es muy conocido, pero les podemos asegurar que aunque hayan de ir de muy lejos a visitarlo, no perderán el tiempo. Es más conocido por sus trabajos con sabinas, pero es digno de destacar su trabajo con pinos, especialmente de la especie densiflora.

Nishikawa Toshikazu, de la ciudad de Nagano. Este reportaje se realizó el 14 de octubre del 2014.

Estos pinos suelen formarse en estilo bunjin, con troncos finos y elegantes, pero entre sus obras, hay árboles de tronco grueso, o en estilo cascada. Trabaja de manera libre, con una gran variedad de formas.

Vamos a ver el proceso profesional de trabajo de los Pinus densiflora Formación nº 1 Marzo del 2004. Es un Pinus densiflora procedente de Omi, un pueblo cercano a Nagano. Este árbol tiene unos 80 años, y en el momento en el que se tomó la fotografía hacía unos 20 años que se sacó de la montaña. Este es el aspecto que tenía el árbol cuando lo empezó a trabajar el Sr. Nishikawa. La base del tronco (Tachiagari) está curvada, pero luego sube muy recto. Con esta forma no podía formar el árbol con un estilo vertical, y decidió formarlo en estilo cascada.

Febrero del 2005. Justo después de formarlo en estilo cascada. Foto del autor.

Octubre del 2014, aspecto actual del árbol en el momento de realizar este reportaje. 10

Este árbol vivía en las montañas de Omimura, un pueblo que fue famoso por los excelentes pinos que se sacaron del monte para formar bonsáis. Antiguamente había una gran cantidad de buenos árboles en las colinas rocosas, pero hoy en día ya casi no quedan. El tronco tiene unas preciosas curvas, que solo se pueden encontrar en los árboles que han crecido en la montaña. En estos tres años las ramas se han densificado mucho y el ápice se ha doblado con un tensor de alambre. El aspecto del árbol es ahora más compacto. Al plantarlo más alto, se han descubierto bastantes raíces y da una impresión más natural Ya casi se ha completado la formación. 11

Proceso de formación nº 5

Pinus densiflora, 78 cm. 2009. Takahashi Mitsuo

7 de noviembre del 2010.

Fotos del proceso realizado desde la maceta de cultivo hasta ahora. Se ha cambiado el ángulo de plantación.

Pinus densiflora, 61 cm. 11 de octubre del 2014. El año que viene tiene previsto plantarlo encima de una piedra de Kurama. 12

Proceso de formaci贸n n潞 6

Pinus densiflora. Noviembre del 2010.

1 de diciembre del 2012.

Pinus densiflora 88 cm. Husoya Keikichi. 11 de octubre del 2014. 13

Pinus halepensis

Pinus densiflora

Pinus halepensis

Un asombroso parecido con los Pinus densiflora Los Pinus halepensis (pino carrasco) viven en la región mediterránea, desde el nivel del mar hasta las montañas medianas, superando los 1000 metros de altura. Su parecido con el Pinus densiflora (pino rojo japonés) es extraordinaria: su corteza rojiza, sus formas retorcidas, su gran vigor. Las técnicas de trabajo para formarlos como bonsái son prácticamente idénticas, como vamos a ver en las siguientes páginas.

Pino carrasco (Pinus halepensis) creciendo en un agujero de la roca. Parece imposible que pueda vivir en estas condiciones, y además crecer con fuerza. Seguro que las raíces de este pino se adentran profundamente en la roca en busca de agua.

Corteza de un pino carrasco adulto. 16

Los Pinus halepensis (pino carrasco) son capaces de crecer con fuerza incluso en condiciones muy difíciles. Prefieren los valles frescos y con buena tierra, pero son capaces también de vivir en las rocas, casi como las sabinas. Actualmente, los pinos carrascos se extienden rápidamente en los cultivos abandonados, formando grandes bosques transitorios. Cuando encuentran terrenos profundos crecen muy rápidamente, formando troncos rectos y altos. Pero cuando viven en terrenos rocosos forman troncos bajos y retorcidos, ideales para cultivarlos como bonsái. Frecuentemente crecen en cubetas de roca, de donde es muy fácil sacarlos. Con solo la rotura de un par de raíces largas, salen fácilmente con un gran número de raíces finas que nacen de la base del tronco. Además, por su gran vigor, si los sacamos

23 de diciembre del 2014. Pino carrasco, creciendo en una cubeta formada por la roca. Con solo tirar de el lo podríamos sacar con facilidad.

al final del invierno, o incluso en pleno verano enraízan con mucha facilidad. Los troncos viejos tienen formas retorcidas casi inimaginables, y su corteza resquebrajada es preciosa. Entonces, si este pino tiene tan magníficas cualidades, ¿cómo es que casi nunca lo vemos en las exposiciones de bonsáis?. Estos pinos presentan dos problemas que son insalvables para los principiantes: en primer lugar sus ramas son muy largas, y solo tienen hojas en las puntas. No las podemos arreglar solo con alambre. En segundo lugar, las hojas del pino ca-

rrasco, como las hojas del Pinus densiflora, pueden llegar a ser bastante más largas que las de otras especies que se cultivan como bonsáis. Hace 15 años, decidimos afrontar estos retos, sin saber que finalmente estos pinos se parecerían tanto a los Pinus densiflora cultivados en Japón. A veces parece que sean casi la misma especie. Nos quedamos asombrados al recibir recientemente las fotografías de los pinos japoneses y compararlos con los nuestros. Vamos a explicarles los detalles importantes del cultivo de estos árboles. 17

La corteza de este pino es excelente, podemos ver también un “shari” (madera seca del tronco) formada por la muerte de una rama. Muchos de estos pinos se acaban secando en los años de fuertes sequías.

Como pueden ustedes ver en estas fotos, estos pinos crecen en condiciones extremas, por eso no han podido crecer normalmente. Las raíces no pueden atravesar la roca, y las ramas del ápice se acaban secando. Una pequeña rama baja sobrevivió, y formó un nuevo tronco, casi pegado al suelo. Algunos de estos pinos se han formado repitiendo este proceso varias veces. Sin embargo las ramas son muy largas y solo tienen hojas cerca de la punta, ya que estos pinos son muy viejos. Para poder formarlos como bonsáis deberíamos tener las ramas aproximadamente en las zonas señaladas por los triángulos verdes. Solo hay una manera de conseguirlo: injertando nuevas ramas en los viejos troncos. De hecho esta es la manera como se trabajan en Japón los pinos densiflora y thunbergii sacados de la montaña. 18

Hay muy poca información sobre estas técnicas, pero afortunadamente encontramos en unas viejas revistas japonesas un artículo en el que se explicaba muy detalladamente este trabajo. En esta época, ya estábamos trabajando con el Sr. Kawabe, y el injerto de ramas de sabinas era para nosotros ya una técnica habitual. Por eso decidimos injertar estos pinos, con la misma técnica que utilizábamos para injertar las ramas de las sabinas, acercando las puntas de las viejas ramas al tronco, y injertando cada pino sobre si mismo. Pero para poder hacerlo, antes deberíamos esperar dos o tres años, hasta que después de sacarlos de las rocas esos pinos recuperasen el vigor necesario para que los injertos prendieran bien. Naturalmente los pinos carrascos no son una buena especie para los bonsáistas que quieren un resultado inmediato.

Pinus halepensis. 23 de diciembre del 2014. La vida de este pino ha sido muy difĂcil. 19

Autoinjerto de pinos Ataremos el pino para que el viento no haga temblar las nuevas raíces finas: así le ayudaremos a enraizar.

Tras cortar las raíces largas, cortaremos algunas ramas, para equilibrar el árbol.

El árbol justo después de su recolección: para que un pino viva, hay que extraerlo con raíces finas próximas a la base del tronco.

Recolectamos el árbol conservando la mayor cantidad posible de tierra original.

Haremos el cajón de madera a la medida del pino.

Plantaremos los pinos en un cajón de madera y añadiremos gravilla fina y pomice para llenar el cajón: a los pinos les gusta el sustrato muy drenante.

Durante algunas semanas mojaremos las hojas sin mojar la tierra: Regaremos únicamente cuando el sustrato empiece a secarse. Colocaremos los pinos en un lugar protegido del viento.

La madera respira y deja salir el exceso de humedad del suelo.

Este es un pequeño extracto del artículo publicado en un antiguo número de la revista Bonsái Sekai, que nos explicaba la manera de formar los pinos recuperados. La forma de estos pinos que crecen en el campo se parecía extraordinariamente a la de los nuestros, y los problemas que planteaban eran también idénticos. Esto nos aseguraba que íbamos por buen camino. 20

Ápice.

3ª rama

2ª rama 1ª rama

Autoinjerto de ramas. Doblaremos las ramas para acercarlas al tronco. Injertaremos los extremos de estas ramas.

Tras atar las ramas para acercarlas a los puntos a injertar.

Doblaremos cuidadosamente cada rama, si dañamos las ramas la circulación de savia disminuirá y el buen resultado no será bueno.

Con el tiempo, cortaremos las viejas ramas y empezaremos la formación del árbol con los brotes injertados en el tronco

Después de injertar ataremos bien las espigas, para que se junten al tronco.

Autoinjerto de pino carrasco en el año 2002

Inserción de la espiga en una hendidura del tronco: como la espiga continúa siendo alimentada por la rama, este injerto prende muy fácilmente.

Sección de la espiga. Cambium.

Segundo corte.

Este lado del injerto penetrará en la hendidura del sujeto. Cambium.

Primer corte.

Así explicábamos en la revista bonsái Pasión 24 la técnica de injerto, que consistía en acercar las espigas a una hendidura del tronco. Esta técnica de injerto es fácil y casi siempre da buenos resultados. Solo hay que ajustar bien los cortes para que después el injerto no se note.

Para que el injerto prenda bien, es necesario atarlo con fuerza. 22

Un punto esencial para el buen resultado de los injertos, es cortar con un cuchillo extraordinariamente afilado. AsĂ los cortes ajustan bien y los injertos prenden con rapidez. Al cabo de unos meses, cuando creamos que el injerto ya ha prendido, cortaremos una parte de la corteza de la rama que nutre a la espiga,

Si la espiga sigue creciendo con fuerza, al cabo de unas semanas cortaremos un poco mĂĄs de corteza.

Finalmente acabaremos cortando la rama que alimentaba la espiga. Desataremos la cinta y sujetaremos el injerto con unas vueltas de alambre, para asegurarlo.

Evolución del injerto durante 13 años

El injerto de este pino se realizó el 11 de abril del 2002. Vemos que la espiga tiene dos puntas: una crecerá libremente para engordar la base de la nueva rama y la otra será con la que formaremos realmente la rama.

Después de injertar hemos dejado crecer las ramas con fuerza. Con el paso de los años la rama injertada tiene un grosor comparable al del tronco sobre el que fue injertada. Incluso la corteza empieza a agrietarse. Las nuevas ramas empezarán pronto a estar en su posición y la formación del árbol avanzará con rapidez. Hubiéramos podido trabajar más aprisa, pero quizás el resultado no sería tan perfecto. Si hubiéramos corrido más, ahora lo estaríamos lamentando. Durante estos años, hemos disfrutado mucho con la evolución de este pino injertado.

Este era el estado del árbol el 6 de octubre del 2005. Tres años después la nueva rama había crecido con una fuerza extraordinaria.

Estado de la rama injertada el 15 de noviembre del 2005. En rojo la parte injertada.

18 de junio del 2015. En rojo la parte injertada. Con el paso de los años, es difícil descubrir que esta rama está injertada.

Pino carrasco injertado el 2002

17 de noviembre del 2014.

En diciembre del 2014 llegó a nuestras manos el número especial de Bonsái Sekai dedicado a los Pinus densiflora cultivados en Japón. Nos quedamos impresionados al comparar nuestros pinos carrascos con los pinos japoneses: sus formas son casi idénticas, su corteza es muy parecida, su manera de brotar es similar y la manera de trabajarlos es casi la misma. En las fotos de esta página vemos el estado del pino injertado, cuyo trabajo hemos explicado en las páginas anteriores, justo después de la segunda brotación, después de realizar el pinzado de los brotes (mekiri) a finales de mayo. Debemos pinzar estos pinos antes de lo que hacen en Japón, ya que cuando llega el calor intenso del mes de julio, su crecimiento se reduce.

Pinus halepensis, 62 cm. 19 de junio del 2015. Segunda brotación, después de cortar los brotes a finales de mayo. Aun faltan un par de años para completar el trabajo de las ramas. 26

Pinus densiflora

20 de agosto del 2011.

13 de julio del 2012.

Pinus densiflora, 66 cm. Gotoo Shiguemi. 11 de octubre del 2014. El parecido de este pino con el de la pรกgina anterior es sorprendente. Los trabajos han confluido resolviendo los problemas de forma parecida. 27

Incluyendo las presentaciones especiales se presentaron 359 obras. Este año los árboles eran muy bonitos.

Juniperus chinensis. 61 cm. Matsumura Yoshinobu. El hueco del tronco solo es posible en árboles sacados del monte. Las hojas son muy naturales, pero están bien ordenadas. Parece más grande de lo que es en realidad. La rama seca que baja por la derecha acentúa más aún su belleza.

Pinus pentaphylla. 57 cm. Obuchi Hiromasa. Es un árbol famoso desde hace muchos años, que se ha presentado varias veces en esta exposición. El tronco sube y baja con elegancia, no encontramos ninguna zona fea ni recta. 28

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