OBSERVATORIO
CULTURAL #1
Alcaldesa de Lima
Susana Villarán
Gerente de Cultura
Pedro Pablo Alayza Tijero
Edición General
Jimena Ledgard Arévalo
Equipo Observatorio Cultural
Athenas Castello Branco Hurtado
Jimena Ledgard Arévalo
Víctor Torres Balcazar
Diseño y diagramación
Alex Florez
Ilustraciones y diseño de portada
Augusto Chavez de Bedoya
Corrección de estilo
Ana Lucía Salcedo Reyes
Colaboradores en esta edición
Mauricio Delfín, Christians Luna, Mariana Alegre y Lucía Mantilla, Grace Remington, Guillermo Valdizán.
Esta revista se editó durante la gestión de la Alcaldesa de Lima, Susana Villarán, en febrero de 2013.
A menos que se especifique lo contrario, las fotografías utilizadas
PRESENTACIÓN
El Observatorio Cultural Metropolitano es una iniciativa creada e impulsada desde la Gerencia de Cultura de la Municipalidad Metropolitana de Lima como un sistema de información que servirá de apoyo ante la toma de decisiones en materia de gestión cultural y como ente promotor de la investigación. Mediante sus actividades y estudios, busca conocer y medir los hábitos y preferencias del consumo cultural de los ciudadanos; las posibilidades y retos que plantean de las industrias culturales; la diversidad y complejidad de las distintas identidades de los limeños; y las expectativas y dificultades actuales de los proyectos culturales emprendidos desde la ciudadanía.
La propuesta del Observatorio Cultural Metropolitano también incluye la edición periódica de la revista “Observatorio Cultural”, cuyo primer número presentamos aquí. Esta publicación virtual busca consolidarse como un espacio de libre opinión entre los especialistas y gestores culturales de nuestra ciudad; promover un manejo técnico en la formulación y presentación de proyectos mediante la publicación y análisis de estadísticas e indicadores; y dar a conocer los programas e iniciativas emprendidas por la Gerencia de Cultura. La revista, además, nace de la convicción de que el libre flujo de la información, el debate y la publicación son principios básicos en la construcción de una sociedad verdaderamente plural, autónoma y crítica.
Agradecemos a todos los colaboradores que se sumaron con su interés y tiempo a este primer esfuerzo e invitamos a todos los actores involucrados en el sector a participar de forma activa en esta iniciativa y a colaborar con nosotros en el fortalecimiento de una gestión cada vez más eficiente y transparente.
PEDRO PABLO ALAYZA TIJERO
Gerente de Cultura de la Municipalidad Metropolitana de Lima
ÍNDICE
OBSERVATORIO CULTURAL N. I
EDITORIAL OBSERVATORIO CULTURAL
Presentamos el primer número de la revista Observatorio Cultural.
INFORMACIÓN, CULTURA Y DESARROLLO MAURICIO DELFÍN
Crear y difundir nueva información, generar indicadores que permitan medir el impacto de la cultura desde distintas perspectivas e incorporar distintos métodos y enfoques de estudio son parte de la labor del investigador cultural hoy en día. En este artículo, Mauricio Delfín explora el valor de la información para la gestión cultural.
¿CÓMO VAMOS EN CULTURA?
MARIANA ALEGRE Y LUCÍA MANTILLA
El Observatorio Ciudadano, Lima Cómo Vamos, presenta los resultados de su última encuesta metropolitana y evalúa las políticas culturales de nuestra capital.
POR MÁS CULTURAS DE VIDA COMUNITARIA GUILLERMO VALDIZÁN
Durante décadas, las organizaciones culturales han hecho frente a la desigualdad social de sus comunidades utilizando el arte y la cultura como principales herramientas. El programa Cultura Viva de la Municipalidad de Lima busca ofrecer, por primera vez, una respuesta desde el Estado a este tipo de iniciativas.
ARENA Y ESTERAS: POR EL DERECHO A LA SONRISA
JIMENA LEDGARD
Arena y Esteras se fundó hace 21 años en Villa el Salvador y hoy es un ejemplo de perseverancia e iniciativa cultural. A pocos meses de haber recibido el Premio Nacional de Cultura, nos cuentan su historia y sus planes para el futuro.
PRACTICAR LA CIUDADANÍA:
ACCIONES PÚBLICAS CONTRA EL FEMINICIDIO
GRACE REMINGTON
En Chiapas, México, ciudadanos y ciudadanas se unen para llevar al foro público su rechazo al feminicidio mediante una acción performática, en un proceso que actúa a la vez como denuncia y herramienta de sanación.
COLUMPIANDO EL CENTRO HISTÓRICO
CHRISTIANS LUNA
El curador y artista conceptual Christians Luna reflexiona sobre los espacios culturales independientes y se pregunta qué puede aprender la gestión cultural de estas experiencias.
OBSERVATORIO CULTURAL RECOMIENDA…
Links de interés.
NO DEJES DE LEER…
Reportes y estudios del Observatorio Cultural.
CALENDARIO CULTURAL
Actividades de la Gerencia de Cultura en marzo.
OBSERVATORIO CULTURAL
Presentamos aquí el primer número de la revista “Observatorio Cultural”, publicación periódica editada por el Observatorio Cultural Metropolitano de la Gerencia de Cultura de la Municipalidad de Lima. Esta iniciativa nace en el marco del compromiso de la actual gestión municipal de reconocer la diversidad cultural de nuestra ciudad como motor de desarrollo individual y colectivo de los ciudadanos de Lima.
Las grandes metrópolis son espacios únicos de encuentro entre voces, tradiciones e ideas tan diversas y distintas como sus habitantes. En ese sentido, Lima, con todos sus procesos de migración y mestizaje, y con sus fricciones y diálogos, constituye un escenario privilegiado para el desarrollo y la expresión de nuevas identidades y manifestaciones culturales. Es, sin embargo, también el escenario de vidas cada vez más aceleradas, de calles cada vez más activas y de un escenario urbano en constante cambio, lo que ocasiona que la vida en la capital pueda ser una experiencia tan estimulante como demandante. La limitada participación en espacios públicos y plataformas de organización ciudadana hace que nuestra relación con aquellos con quienes compartimos el espacio urbano se vea limitada muchas veces a las transacciones comerciales, las relaciones virtuales y la interacción regulada por el entorno laboral. En este contexto, el significado de conceptos como “ciudadanía” suelen diluirse hasta perder todo significado y fuerza.
Es por esto que el primer número de “Observatorio Cultural” ha sido articulado en torno a la relación entre cultura y ciudadanía, destacando la manera en que, desde diversas disciplinas e iniciativas, agentes culturales locales y extranjeros trabajan por afianzar y desarrollar los vínculos humanos entre comunidades e individuos. Agradecemos a Mauricio Delfín; a Mariana Alegre y Lucía Mantilla de Lima Cómo Vamos; a Guillermo Valdizán, miembro de la Gerencia de Cultura; Grace Remington; a Christians Luna; y a la Asociación Arena y Esteras, por sumarse con sus colaboraciones a esta iniciativa.
¿Puede el arte indicarnos hacia nuevas maneras de recomponer el tejido social de una ciudad?, ¿de qué manera puede la expresión creativa proporcionarnos nuevas formas de practicar la ciudadanía?, ¿qué rol deberían jugar Estado y los ciudadanos en la creación de políticas públicas culturales?, ¿puede la cultura ser una herramienta de renovación social? Estas y otras preguntas intentan ser respondidas por los colaboradores invitados a este primer número de la revista.
Esperamos que “Observatorio Cultural” pueda servir como una plataforma abierta para la reflexión sobre la cultura de nuestra capital. Creemos que una ciudad como Lima merece y necesita políticas culturales tomadas sobre la base de decisiones cada vez más informadas y sustentadas. Desde aquí esperamos ayudar a contribuir con el debate.
Observatorio Cultural
INFORMACIÓN, CULTURA Y DESARROLLO
Una de las tareas más importantes del gobierno – sea local, regional o nacional – debe de ser la generación de información. El gobierno debe poner a disposición datos e información de diverso tipo, no solo para ser aprovechados por el propio gobierno y para mejorar procesos de “toma de decisiones”, sino también para su uso directo por la sociedad civil, la misma que en la actualidad cuenta con mayor capacidad para recibir, procesar y transmitir información. En las últimas décadas, la llamada revolución digital ha impactado enormemente nuestra capacidad como personas para crear información. Ya no tenemos que depender únicamente de medios masivos de comunicación. Esto, a su vez, conlleva a la emergencia de una esfera pública en red, que ha transformado la forma en que entendemos la expresión de nuestra ciudadanía y las manifestaciones de la vida cultural en nuestras sociedades.
La noción de cultura ha cambiado. Ya no podemos hablar de una cultura basada en una identidad nacional fija (¿alguna vez pudimos?), o únicamente como la preservación del patrimonio o la promoción de las “Bellas Artes”. Una noción contemporánea de cultura nos obliga a expandir y complejizar nuestra visión. Nos exige, por ejemplo, integrar a esta visión las culturas vivas que se desarrollan desde las propias comunidades, así como las manifestaciones culturales que utilizan nuevas tecnologías para generar nuevos circuitos y flujos de expresiones y conocimientos, desafiando nociones tradicionales de propiedad intelectual. Una visión
más amplia de la cultura como forma de vida implica, sobre todo, considerar que no existe una cultura alta y hegemónica desde donde se debe interpretar al mundo, sino que coexisten múltiples culturas que se entrecruzan y encuentran, que generan diversas formas de pensar y “hacer el mundo”, de observarlo, entenderlo y transformarlo.
Ante este escenario inestable y en constante transformación, la información adquiere un carácter directamente político. En realidad la información siempre ha sido poder, pero por lo general ha sido poder en manos de algunos pocos. Para que la información permita la mejora de la calidad de vida de todas las personas, quienes se encuentran inclinados a generarla (o en la capacidad de hacerlo) deben entender su labor como integrante de un gran ecosistema de conocimiento, del cual son sólo una parte. Asimismo, los investigadores sociales o gestores culturales, debemos reconocer las lógicas que sustentan nuestros procesos de observación y medición de fenómenos culturales.
En la actualidad, por ejemplo, el imperativo economicista está copando casi todos los espacios institucionales y sociales, buscando entender todos los fenómenos en virtud de su impacto en la economía y en “la creación de riqueza”. Sin embargo, desde muchos otros lugares surgen nuevos indicadores que buscan medir el impacto social de las cosas, el significado que ciertos asuntos tienen para comunidades diversas, algunos efectos que no se ven directamen-
“Se trata sobre todo de pensar en la información como algo que no está predeterminado, sino como algo que se puede construir de formas inclusivas, a partir de procesos democráticos y sobre todo con una visión política...”.
te reflejados en bienestar económico, sino en bienestar social. Lo importante es admitir que vivimos en un momento de mucha experimentación en formas de medir y visualizar el mundo. Si queremos ponernos filosóficos, podríamos decir que el ejercicio de medir, de calcular y de generar información implica una ontología (una forma de entender y ordenar el mundo). No hay ámbito donde debemos estar más abiertos a la validez de múltiples mundos (culturas) como en el campo de la acción y las políticas culturales. Es por eso que la generación de información sobre cualquier sector cultural debe plantearse desde estrategias novedosas para integrar múltiples sistemas de conocimiento y saberes; desde aquellos que vienen desde los sectores profesionales y públicos, hasta los que vienen de la sociedad civil y de los sectores privados; desde aquellos de marcada visión occidental, hasta los que se sustentan en visiones ancestrales y aspiraciones populares.
Algunos nos dirán que los datos son los datos, y que no hay nada más concreto. Sin embargo, ya desde hace mucho tiempo sabemos que aquella idea de que existe una progresión desde los datos (data), a la información, luego al conocimiento y por fin a la sabiduría (la famosa “escalera del conocimiento”) no es un flujo natural, ni correcto. En realidad también el conocimiento determina los tipos de datos que uno decide buscar y juntar. Uno no empieza a recolectar datos por que estos son “naturales”, sino porque parte de un conocimiento pre-establecido; de una pregunta que quiere responder. En otras palabras, no hay una progresión lógica de abstracciones. Lo que debe de haber entonces son sistemas abiertos del conocimiento, integrados y dialogantes.
La eventual creación de un Observatorio de la Cultura para Lima Metropolitana es importante en este sentido, pues permitiría consolidar una plataforma interdisciplinaria desde donde se podrían integrar diversos sistemas de conocimiento y medición, y ensayar nuevos métodos para generar información cultural para el desarrollo, siempre tomando en cuenta el carácter político de la información y del ejercicio de medición. Por ejemplo, demostrar en base a estadísticas y mapeos que en un área de la ciudad no existen museos, no debe llevarnos a pensar que eso significa que deben de haberlos. Debería de llevarnos a indagar más profundamente qué otros espacios de memoria existen en la zona, que procesos de intercambio cultural se desarrollan quizás en el espacio público, y sobre todo, qué tipo de infraestructura cultural quiere la propia gente que habita estos espacios y que los sostiene.
Todo ejercicio de generación de información sobre la cultura debe ser autocrítico y vigilarse contra los imperativos economicistas que hoy en día han copado todos los espacios de observación del mundo natural y cultural. Se trata sobre todo de pensar en la información como algo que no está predeterminado, sino como algo que se puede construir de formas inclusivas, a partir de procesos democráticos y sobre todo con una visión política de que los resultados de toda información no necesariamente dan por resultado acciones obvias. La información es solo un primer paso antes del debate abierto y del diálogo; una forma de empezar a referirnos a un mundo, para transformarlo.
¿CÓMO VAMOS EN CULTURA?
MAURICIO DELFÍN es investigador social, interesado en la relación entre información, tecnologías y cultura. Graduado de la Universidad de McGill en Antropología y Desarrollo Internacional, tiene una Maestría en Medios, Comunicación y Cultura de la Universidad de Nueva York. Actualmente dirige el Encuentro Nacional de Cultura y la página culturaperu.org
Lima es el lugar de encuentro del conjunto de culturas que componen nuestro país, lo que invita a la tolerancia y el respeto por la diversidad.
Somos una ciudad rica en patrimonio cultural material e inmaterial, en fiestas y tradiciones, en celebraciones y creencias religiosas, y en gastronomía y arte, entre muchas otras expresiones que nos hacen sentirnos orgullosos. En este campo, la labor de las autoridades municipales y nacionales debe ser la de fomentar la producción, difusión y acceso a todas estas manifestaciones y bienes culturales, lo que permitirá consolidar la identidad cultural de la población y generar una mayor ciudadanía. Desde el seguimiento de Lima Cómo Vamos a las acciones realizadas por la Municipalidad Metropolitana de Lima en esta área, es reconocible una política cultural valiosa que se evidencia en las diversas acciones emprendidas. El programa Cultura Viva para la Nueva Lima, la Bienal de Fotografía, el Festival de Artes Escénicas de Lima-FAEL, el programa Vamos al Museo y las labores de capacitación en gestión cultural a funcionarios públicos y organizaciones sociales dan cuenta de la prioridad
que ha recibido la cultura, así como un abordaje integral y multidisciplinario del arte, que reconoce su poder transformador en beneficio de la comunidad.
El año 2012 finalizó con la buena noticia de la creación de la Gerencia de Cultura, antes restringida a una Subgerencia que no le permitía extender sus acciones más allá de lo que su estructura organizativa le permitía. Con estos nuevos aires (y presupuesto), la Gerencia de Cultura se consolida como el órgano encargado de incentivar las prácticas culturales a lo largo de toda la metrópoli.
Ahora bien ¿qué opinan los ciudadanos al respecto? Las Encuestas Lima Cómo Vamos, de carácter anual y que indagan sobre la satisfacción de los vecinos con su ciudad, arrojan que en el 2011 y 2012 la mayor satisfacción con la gestión de la Municipalidad Metropolitana radica en su trabajo en la promoción de actividades culturales y deportivas. Además, hubo un leve incremento de 42.9 en el 2011 a 44.3 en el 2012.
Promueve actividades culturales y recreativas.
Promueve y cuida espacios públicos de la ciudad.
Planifica el crecimiento de la ciudad.
Atiende los problemas del transporte que afectan el medio ambiente en la ciudad.
Enfrenta los problemas que afectan el medio ambiente en la ciudad.
Enfrenta los problemas de violencia y delincuencia en la ciudad.
Este resultado es particularmente importante para una gestión municipal preocupada por promover nuevos espacios culturales. Cómo mantener y aumentar la satisfacción ciudadana con la oferta cultural y las políticas públicas que la Municipalidad implemente, es el mayor reto al que se enfrenta la nueva Gerencia de Cultura. No basta con ofrecer un abanico de opciones, ellas deben ser interesantes para su público, adecuadamente difundidas y procurar ser lo más abiertas posibles para incluir a la mayoría de espectadores, así como también a promotores, productores y artistas, que en nuestra capital no faltan.
Otro aspecto que Lima Cómo Vamos evalúa son las actividades culturales, recreativas y deportivas a las que los ciudadanos asistieron en el último año. Un hallazgo preocupante es que cada vez menos personas asisten a actividades culturales en la calle o plazas públicas.
Esta cifra ha decaído de 41.9% en 2010, 39.6% en 2011, y finalmente 34.4% en 2012. Esto es más grave en Lima Centro, donde se registró que solo el 20.2% de vecinos asistieron a estos eventos, lo que resulta paradójico, ya que esta es la zona de influencia principal del municipio. Sin embargo, este resultado poco favorable debe aprovecharse para mejorar aquellos puntos débiles de las acciones promovidas desde la Municipalidad. Quizá, esto puede ser consecuencia de una estrategia de convocatoria y difusión de las actividades realizadas poco focalizada. Lima Cómo Vamos reconoce que la labor de difusión de la Municipalidad Metropolitana en la web y en las redes sociales es intensa; sin embargo, se debe dar fuerza a la difusión por medios impresos (afiches o encartes), así como a la difusión interpersonal en espacios como juntas vecinales, asambleas, etc.
Ir a parques a pasear
Ir al cine
Ir a bailar / salir a bailar
Ir al Parque de las Leyendas o al zoológico de Huachipa
Asistir a eventos deportivos como espectador
Practicar algún deporte o actividad física de manera regular
Ir a eventos culturales organizados en la calle o plazas públicas
Asistir a muestras o encuentros gastronómicos
Ir a ferias del libro o artesanales
Ir al teatro o circo
Visitar museos /galerías, monumentos o lugares históricos o arqueológicos
Asistir a conciertos musicales
Consumo y participación cultural de los limeños. (Fuente: Encuesta Lima Cómo Vamos 2012)
Si bien la realización de algunas actividades ha disminuido, en otros casos ha aumentado. En el 2010, solo el 23.6% indicaron haber asistido al teatro o circo, y en el 2012, esta cifra creció al 27.6%. Del mismo modo, ha habido un incremento en la asistencia a ferias y encuentros gastronómicos ya que 26.0% en el 2010 a 29.2% en el 2011. Es importante que este crecimiento privilegie el acceso en zonas de Lima y sectores socioeconómicos tradicionalmente desatendidos en su acceso a la cultura.
Las políticas culturales, además de promover la recreación y el acceso al arte, pueden ser utilizadas como una estrategia de transformación social. Sirven para romper barreras, acercar brechas y procurar ambientes de tolerancia y diversidad. Si las acciones culturales se insertan en políticas de ciudadanía,
los resultados que se pueden obtener no solo se vuelven más valiosos sino que perduran en el tiempo. Usar la cultura como motor ciudadano es una alternativa eficaz para promover nuevas prácticas que ayuden a construir una mejor ciudad.
Hacer de una ciudad un referente cultural es un reto. Convertir Lima en una ciudad en la que sus habitantes demanden más y mejor oferta cultural, donde la creatividad permita la creación de innumerables manifestaciones artísticas y en la que sus autoridades y funcionarios públicos estén comprometidos con el camino de la cultura como herramienta de transformación social, son los retos de la nueva Gerencia de Cultura. Sigan adelante que todo eso es posible.
MARIANA ALEGRE es Coordinadora General de Lima Cómo Vamos. Abogada de profesión con maestría en Derechos Humanos por la PUCP. Se encuentra estudiando la Maestría en Diseño de Ciudades en la London School of Economics. Actualmente vive en Londres.
LUCÍA MANTILLA es Asistente de Comunicaciones de Lima Cómo Vamos. Estudió Comunicación para el Desarrollo en la PUCP, es actriz egresada del Centro de Formación Teatral ARANWA y facilitadora participatica por Proceso 360.
POR MÁS CULTURAS DE VIDA COMUNITARIA
Hoy, los gobiernos locales en el Perú tienen dos grandes responsabilidades: profundizar el proceso de descentralización del Estado e impulsar modelos de desarrollo integrales que asuman la dimensión cultural como eje transversal de desarrollo. Este artículo busca precisar el aporte del Programa Cultura Viva de la Municipalidad Metropolitana de Lima al logro progresivo de estos retos, así como realizar un breve repaso de las políticas culturales en nuestro país.
POLÍTICAS CULTURALES EN EL PERÚ
Las políticas culturales en el Perú, desde el periodo de funcionamiento del Instituto Nacional de Cultura – INC (1971-2010), se concentraron principalmente en la protección del patrimonio histórico material, la promoción del turismo, la conformación de elencos nacionales, el reconocimiento a figuras destacadas del acervo cultural de la nación y, en menor medida, a la promoción de las industrias culturales. Dicho enfoque se ajustaba a la atención del hecho artístico (sea una producción cultural o elemento patrimonial) y descuidaba los procesos culturales de formación de capacidades, participación ciudadana y convivencia democrática a través del arte y la cultura que venían ocurriendo en distintos lugares del país.
En este sentido, las políticas públicas sobre cultura se han caracterizado por la prevalencia del activismo (promoción de acciones sin impactos sostenibles y no articuladas con otras áreas del desarrollo social) y del expresionismo (priorización de la exposición del hecho artístico por encima del proceso de creación, socialización
y estímulo de los proyectos culturales), con una débil planificación y asignación presupuestal. A esto se suma el profundo centralismo de las iniciativas estatales en el ámbito cultural, hecho que se traduce en una oferta insuficiente de instituciones formativas, expositivas y de espacios públicos para actividades culturales.
PROCESO DE DESCENTRALIZACIÓN Y POLÍTICAS CULTURALES
El proceso de descentralización del Estado peruano comenzó el año 2002, con el objetivo mejorar la gobernabilidad del país y revertir el centralismo. Diez años después, el desarrollo de las reformas descentralistas del país avanza con lentitud.
Si bien la descentralización no logró traducirse en políticas locales eficientes e inclusivas, las migraciones de la segunda mitad del siglo pasado ya habían generado un conjunto de diná-
micas sociales, identidades y lenguajes profundamente interculturales. La interculturalidad de estas prácticas migrantes colisionó con una institucionalidad estatal que no estaba preparada para despojarse de su enfoque eurocéntrico en materia de gestión cultural. Es por esto que la práctica de la interculturalidad se ha mostrado como un componente importante para profundizar el proceso de descentralización en el Perú.
A comienzos de la década pasada, un grupo de artistas, gestores y especialistas que conformaban el Consejo Nacional de Cultura ¹ redactó y entregó el documento “Lineamientos y Programas de Política Cultural en el Perú 2003-2006”. El documento que resumía directrices e ideas generales que no estaban articuladas entre sí, reglamentadas o debidamente presupuestadas. A pesar de estas limitaciones el documento ya planteaba la relación entre cultura, desarrollo y descentralización como tareas estatales a nivel nacional.
Entonces, queda claro que nos presentamos ante una novedad estatal frente a un proceso ciudadano cultural con décadas de experiencia, impulso de procesos participativos territoriales, con un vasto desarrollo de lenguajes y repertorios artísticos, y con necesidades objetivas como sector.
¹ Para que la cultura sea asumida como eje transversal de desarrollo se necesita: 1) Debatir el enfoque mismo de desarrollo que actualmente aplica el Estado; 2) impulsar una agenda política, cultural, ciudadana y articuladora que defina prioridades, metas y resultados; 3) construir organizaciones sólidas en el sector cultural, con capacidad propositiva y orientadora de la creación e implementación de políticas públicas en cultura; 4) lograr que los gobiernos locales asuman su responsabilidad en materia cultural, fortaleciendo los enfoques y los procesos territoriales.
1. AVANCES RECIENTES EN POLÍTICAS CULTURALES
El Estado Peruano está entrando en una nueva etapa en materia de gestión cultural pública, como una agenda distinta (aunque complementaria) a las áreas de turismo y educación. El ejemplo más claro es la creación del Ministerio de Cultura del Perú en julio de 2010, el cual busca articular diversas instituciones vinculadas a ciencia y cultura (Archivo General de la Nación, Biblioteca Nacional del Perú, entre otros). Sin embargo, el poco tiempo de existencia del ministerio aún mantiene su agenda priorizada en su organización interna, lo que debilita su capacidad de decisión a nivel de PCM y a nivel presupuestal.
Asumir la tarea de integrar instituciones, dar lineamientos y reconocer que el Estado debe asegurar el libre ejercicio de los derechos culturales de los ciudadanos(as) es un paso importante y traza el reto de dar contenido y proyección a este proceso de manera descentralizada y participativa. Aquí la sociedad civil en su conjunto tiene retos sustanciales.² Hay mucho por hacer, pero es necesario tener propuestas claras que amplíen el enfoque cultural tradicional.
En el ámbito de los gobiernos locales distritales de Lima existen avances como la recientemente aprobadas conformación del Concejo de las Artes y las Culturas del distrito de Villa El Salvador, conformado el 01 de diciembre del 2012 y buenos aportes en gestión cultural y juvenil impulsados por la Municipalidad Distrital de Ate.
² Es importante señalar que no se contó con un proceso participativo en la construcción de este documento de carácter nacional y tampoco contó con la participación permanente y articulada de otros sectores gubernamentales y/o ciudadanos.
2. MUNICIPALIDAD METROPOLITANA DE LIMA, GOBIERNOS LOCALES Y PROGRAMA CULTURA VIVA
La historia de Lima ha estado permanentemente marcada por la diversidad cultural y la desigualdad social. Fruto de ello es el valioso aporte creativo de las agrupaciones que durante décadas han trabajado desde el arte y la cultura de la mano con los vecinos y vecinas de sus barrios. En el largo plazo este aporte ha permitido hacer frente a la violencia urbana, revalorar las identidades locales, abrir oportunidades formativas a jóvenes en contextos de exclusión social e irradiar valores de paz, convivencia y solidaridad en sus zonas.
Frente a ello la actual gestión de la Municipalidad Metropolitana de Lima, presidida desde el año 2011 por la alcaldesa Susana Villarán, está impulsando una propuesta de ciudad inclusiva que prioriza un enfoque participativo y descentralista. Este marco ha permitido fortalecer el rol de la cultura en el gobierno de Lima. Las organizaciones e iniciativas culturales como aliadas estratégicas para el desarrollo social y territorial, así como para el fomento de la participación ciudadana han sido la apuesta que da vida al Programa Cultura Viva y al proceso participativo de la elaboración del Proyecto de Ordenanza Marco de Cultura Viva Comunitaria iniciado el año 2012.
El Programa Cultura Viva se implementa en el 2010 como una de las primeras iniciativas en materia cultural de la gestión actual. Se trata de una iniciativa basada en la experiencia de más de treinta años de organizaciones culturales formadas al calor de los procesos de migración interna y urbanización, participación ciudadana y conquista de derechos ciudadanos en Lima. Por otro lado, esta iniciativa se nutre de las experiencias de las organizaciones culturales³ y gestiones públicas implementadas en otros países de la región durante la última década, específicamente Brasil, Colombia y Argentina.
³ Para mayor información revisar la experiencia y propuestas de la Plataforma Puente de América Latina por la Cultura Viva Comunitaria: http://www.
culturavivacomunitaria.org/
En ese sentido el Programa Cultura Viva de la Gerencia de Cultura se ha articulado en torno a los siguientes objetivos:
• Construir ciudadanía al facilitar el acceso y el consumo de diversos productos artísticos de la ciudad de Lima.
• Fortalecer el desarrollo de organizaciones que desarrollan iniciativas que combinan la producción artística con dispositivos pedagógicos y de organización social, los cuales, en muchos casos, han generado transformaciones importantes en materia de políticas públicas y acceso a derechos por parte de sus poblaciones y destinatarios.
Estas finalidades apuntan a consolidar un servicio de fortalecimiento, promoción y difusión de los diversos procesos culturales, de manera descentralizada en los distintos territorios de Lima Metropolitana, teniendo en cuenta que dichos procesos culturales (que se construyen participativa y permanentemente por medio de talleres artísticos, festivales, conciertos, presentaciones en espacio público, campañas de comunicación, elaboración de murales, entre otros) son pilares para el desarrollo humano y para el tejido de relaciones sociales propicias para una convivencia democrática y una cultura de paz.
Al día de hoy el Programa Cultura Viva ha desarrollado los “Festivales de Cultura Viva en Comunidad”, los “Talleres de Arte en Comunidad” y los “Talleres de Diseño de Proyectos Culturales Comunitarios” en los distritos de Comas, Villa El Salvador, San Juan de Lurigancho, Miraflores, Cercado de Lima y El Agustino, así como el “I Seminario Internacional de Cultura Viva Comunitaria” con representantes de experiencias emblemáticas de Lima e invitados especialistas de Brasil, Colombia y Argentina. Como parte del desarrollo participativo de esta política pública, se ha impulsado el proceso consultivo del Proyecto de Ordenanza Marco de Cultura Viva Comunitaria en base a cuatro Audiencias Públicas para organizaciones y vecinos de cada una de las cuatro Limas (Lima Norte, Lima Sur, Lima Este y Lima Centro) donde se debatió y enriqueció dicho proyecto4. Estas iniciativas están orientadas a mejorar nuestra convivencia en una ciudad más humana, con más alegría, desarrollo social y creatividad.
4 En la actualidad está en espera de su debate en el Concejo Municipal.
ARENA Y ESTERAS
POR EL DERECHO A LA SONRISA
Llego a la casa de “Arena y Esteras” durante uno de los ensayos de Barrio Circo, uno de los programas que la asociación desarrolla con niños y adolescentes. El sonido de la risa de los chicos nos acompaña durante toda la conversación. No puedo evitar irme con una sonrisa.
“Arena y Esteras” lleva 21 años luchando contra la indiferencia usando el juego, la solidaridad y la música como únicas armas. A fines del año pasado, la organización fue reconocida con el Premio Nacional de Cultura en la categoría de Buenas Prácticas y lo celebró con toda la comunidad que la acompañó durante sus dos décadas de trayectoria. Es un ejemplo de perseverancia en un país donde el apoyo a la cultura no abunda y donde el arte todavía no es considerado por muchos como un medio legítimo de superación.
Si bien todo parece ser risas dentro de las paredes de la casa, los comienzos de la asociación nos remiten a un momento muy duro en la historia de Villa El Salvador. “Arena y Esteras” nace en el año 1992, a raíz de la muerte de María Elena Moyano, un acontecimiento que marcó profundamente a la población. “En ese momento, un grupo de adolescentes decide salir a las calles con tambores y zancos, y con un cartel que decía por el derecho a la sonrisa”, cuenta Janeth Quispe,
una de sus integrantes más jóvenes. “La idea era cambiar esa villa gris por una villa alegre. Empezaron a organizar pequeños festivales en el barrio y cada vez más jóvenes se fueron sumando. Al comienzo ensayaban en la casa de alguno de ellos, en la parroquia o en cualquier lugar libre que pudieran encontrar, ya que no contaban con un espacio propio”.
Poco después, el grupo consigue un contrato para pintar más de un centenar murales por toda la ciudad. En lugar de repartirse el dinero y utilizarlo cada uno para sus propios fines, decidieron conseguir un préstamo y comprar un lote en Villa El Salvador, frente a la casa de uno de sus compañeros. Poco a poco fueron construyéndose un espacio. Cada uno colaboraba con lo que podía y la experiencia de participar en la construcción demostró ser una forma de aprender juntos y unirse como grupo. Una vez instalados, comenzaron a dictar talleres para niños y decidieron, eventualmente, comprar el lote de al lado, hipotecando la casa de uno de ellos para conseguir el dinero. “¡Fuimos muy arriesgados!”, recuerda riéndose Arturo Mejía, uno de los miembros originales del grupo y hoy director de la asociación. El riesgo valió la pena. Allí se construyó la casa de “Arena y Esteras” que hoy en día alberga a las
decenas de niños que llegan todos los meses a aprender mediante el juego, la música, el circo y el teatro.
Las cosas no han sido fáciles. “Arena y Esteras”, el nombre de la asociación, es un homenaje a ese distrito que los vio nacer y del cual su historia es indesligable. Hace veinte años, Villa El Salvador no era la inmensa ciudad que hoy se extiende en el horizonte. “Era, básicamente, un arenal cubierto por las chozas de las familias que habían participado de la invasión. Era importante para nosotros recordar de dónde veníamos, a dónde estábamos yendo y qué es lo que queríamos. Así fue como nació el nombre”.
La asociación es independiente de cualquier tipo de financiamiento y se sostiene completamente sobre los ingresos que producen con sus obras, talleres y pasacalles. A pesar de esto, uno de los principales retos a los que se han enfrentado (que todavía continúa) ha sido el
convencer a la población de que el arte es una herramienta para desarrollarse y una opción legítima de empleo. “Igual, son ya veinte años que seguimos aquí y durante ese tiempo han pasado muchas generaciones. Algunos han estudiado y se han especializado, otros tienen sus propios centros de estimulación, uno de ellos ha viajado a España y ha hecho su propia escuela de teatro clown. Nosotros seguimos demostrando que sí se puede y que hay muchos jóvenes y adolescentes que quieren seguir este camino”, afirma Janeth.
Janeth, de hecho, es una de esas jóvenes que formó parte de los talleres de “Arena y Esteras” cuando era niña y que hoy se encarga de coordinar diversas tareas dentro de la asociación. “Otra dificultad ha sido siempre la falta de apoyo, aunque esa es la situación a la que se enfrentan todas las organizaciones culturales en nuestro país. No hay fondos de
apoyo para las organizaciones culturales y la empresa privada tampoco suele involucrarse. Esto complica la continuidad en el tiempo de este tipo de esfuerzos. En otros países, la cultura ocupa un lugar importante: hay financiamientos, concursos, proyectos, becas de estudio. Esa es una realidad que no conocemos aquí”, continúa.
Para Alfredo las dificultades tienen que ver con el adaptarse al paso el tiempo. “Antes los chicos no tenían tanto miedo de ser políticos. Las discusiones eran políticas y los conceptos eran distintos. Pero hay que aprender que los tiempos cambian y las personas y sus prioridades también. En ese sentido, tener entre nosotros a miembros de las generaciones más jóvenes es necesario porque ellos toman la posta y nuestro trabajo se vuelve el de acompañarlos, no el de tomar todas las decisiones”.
Las risas que se escuchan dentro en la casa son testimonio de que Arena y Esteras ha sabido sobreponerse a cualquier adversidad. Con el apoyo de instituciones internacionales y de diversos gobiernos europeos, sus integrantes han tenido la oportunidad de viajar por todo el mundo y
presentar su trabajo ante distintos escenarios. Además, reciben todo el tiempo a voluntarios extranjeros que ayudan en los talleres y participan en los programas de intercambio.
Gracias a una donación de la Embajada de Japón en Perú han podido ampliar y equipar mejor la casa y hoy están en proceso de convertirla en un centro cultural para toda la comunidad de Villa El Salvador. Cuentan con varios salones y una pequeña biblioteca en la que han organizado una tertulia de la que participaron vecinos y escritores invitados. Sonríen cuando piensan en los planes para el futuro y, desde aquí, no podemos esperar para ver qué sorpresas traen los próximos veinte años.
• La casa de Arena y Esteras está ubicada en St. 3 Gr. 24 Mz. E Lt. 20, Villa el Salvador (entre Av. Los Álamos y 200 millas, frente al Parque Zonal Huáscar).
• Tienen tres programas anuales: Escuela Rodante (con los colegios), Escuela de Arte (durante el verano) y Barrio Circo (taller que dura un año y que presenta una obra final en julio)
• En mayo de este año, 12 adolescentes que participaron de los talleres partirán en una gira por Alemania para presentar su última obra.
por la Pontificia Universidad Católica del Perú y parte del Equipo del Observatorio Cultural Metropolitano de la Municipalidad Metropolitana de Lima.
JIMENA LEDGARD es Bachiller en Humanidades con mención en FilosofíaPRACTICAR LA CIUDADANÍA:
ACCIONES PÚBLICAS
CONTRA EL FEMINICIDIO
En su artículo “Ciudadanía con marca registrada”1, Alejandro Jaramillo define la performance como “la puesta en escena de la tensión entre una estructura que pretende acomodar la representación de mundo (...) y un acto que evidencia la tendencia a (...) generar formas alternativas de representación y actuación”. Desde esta perspectiva, la acción manifiesta las contradicciones entre la realidad dominante y la acción inmediata. Tal proceso de revelación creativa, física y emocional también indica la fundación política de la performance. Al expresar su consciencia de las realidades múltiples dentro de una representación, los participantes cuestionan los sistemas gobernantes y, según Jaramillo, “practican la ciudadanía”. La ciudadanía, entonces, se define como un interrogatorio constante del status quo y del rol del individuo bajo tales restricciones. Es una manifestación de lo personal contra lo general y una insistencia en la flexibilidad fundamental de la realidad. Al poner en escena su conciencia de tales mundos y contradicciones, los participantes manifiestan y reivindican su ciudadanía.
El Centro Hemisférico de Performance y Política, sede satélite del Instituto Hemisférico de Performance y Política de la Univer-
Performance: Representación o presentación artística y/o dramática. Como movimiento, la perfomance está ligada al Happening y al movimiento Fluxus. La performance muchas veces se presenta como una antítesis al teatro tradicional y no resiste una única definición: puede tener un guión como estar basada en la improvisación; puede realizarse en un espacio público o a través de una proyección visual o virtual; puede llevarse a cabo en cualquier espacio y por cualquier medida de tiempo; puede involucrar a la audiencia o no; y puede realizarse de manera individual o colectiva.
1“Ciudadanía con marca registrada”. En VIGNOLO, Paolo. Ciudadanías en escena: Performance y derechos culturales en Colombia. Bogotá: Cátedra Manuel Ancízar, p.p 90-94. GRACE REMINGTONsidad de Nueva York, se sitúa en este cruce entre ciudadanía pasiva y ciudadanía activa. La organización, ubicada en San Cristóbal de las Casas (Chiapas, México) se involucra con movimientos locales y políticos a través de intervenciones espaciales que buscan ocupar el espacio público e invitar al público chiapaneco a repensar las culturas y políticas dominantes de su entorno. La realidad sociopolítica de Chiapas, un estado con una abundancia de recursos naturales que no beneficia de igual manera a toda la población, ha inspirado varios movimientos políticos regionales, incluidos el Zapatismo
Yes Men: Pareja de activistas conformada por Jacques Servin e Igor Vamos que busca incrementar la conciencia pública en cuanto a problemas sociales y medio ambientales mediante el uso de medios de comunicación y la realización de acciones públicas.
y la Otra Campaña. La programación pública y artística del Centro Hemisférico se enfoca en el desarrollo de ocupaciones físicas y emocionales en ese contexto político y social. Ha realizado acciones públicas para conmemorar el Día Internacional de la Mujer y el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, organizó un ciclo de documentales en varios espacios de la ciudad de San Cristóbal, y ha dado la bienvenida a artistas y activistas internacionales, incluyendo a los Yes Men , Emory Douglas de las Panteras Negras y a Regina Galindo. A tra-
Panteras Negras: Partido político socialista estadounidense fundado en 1966 que luchaba por los derechos de la población afroamericana contra la brutalidad policial hasta su disolución en 1982. El partido logró notoriedad internacional gracias a su participación en el movimiento del Black Power (Poder Negro) en las décadas de 1960 y 1970.
vés de su programación, Centro intenta manifestar las dinámicas sociales que existen en torno al género, la raza, la etnicidad y la política, entre otros temas personales y generales. El 14 de noviembre de 2012, Centro montó una acción pública contra el feminicidio en la plaza principal de la ciudad de San Cristóbal. La acción fue parte de una serie de intervenciones públicas sobre el mismo tema que empezó después del asesinato de una joven indígena, Itzel Janet Méndez Pérez, en abril de este año. La primera acción consistió en una marcha al terreno abandonado donde se encontró el cuerpo de la joven, buscando reclamar el espacio como un sitio de recuerdo y manifestar físicamente la demanda de justicia. En noviembre, la organización invitó al público crear un tejido comunitario sobre el cual los participantes escribieron los nombres de las víctimas chiapanecas del feminicidio en 2012. Durante la acción, la madre de una víctima de diez años de edad se sentó al lado del nombre de su hija y empezó a llorar mientras contaba su historia a los participantes y pedía justicia para ella.
Al proveer a la mujer sollozante de un foro público en el cual llorar a su hija, la acción no solo subrayaba el impacto hu-
Feminicidio: El término “feminicidio” busca llamar la atención sobre el elemento misógino que existe en la muerte diaria de mujeres por el simple hecho de ser mujeres. Así, señala las condiciones sociales, culturales e históricas que hacen a las mujeres más vulnerables y que las condenan a vivir en un contexto de violencia y discriminación.
mano del feminicidio, sino que también apuntaba a la incapacidad de los poderes gubernamentales para combatir la epidemia y a su fracaso en abordar la pérdida de la mujer en toda su amplitud emocional. Dentro de este espacio nuevo e íntimo, la mujer fue capaz de expresar su frustración frente a la incapacidad de las autoridades de llevar a los asesinos de su hija a la justicia, así como de llorar la muerte de su hija en la presencia de su familia y de otras personas afectadas por el feminicidio y de difundir tales sentimientos frente a un público respetuoso y compasivo. Al final de la acción, la mujer fue entrevistada por un periodista que había viajado desde Guanajuato para documentar la acción y escribir un artículo sobre los feminicidios en Chiapas. Además, pudo hablar con varios abogados que participaron de la acción y que actualmente supervisan casos legales sobre el feminicidio regional. Mediante la incorporación de participantes de distintas áreas sociales, la acción logró crear un sistema de apoyo y proveer a la mujer de luto de una oportunidad de compartir su dolor públicamente mientras se le brindaba acceso a los recursos sociales necesarios para encontrar un sentido de justicia más allá del fin de la acción.
El desarrollo orgánico de dicho ambiente dentro de un espacio público involucró no solo la intervención física del espacio, sino también el desarrollo de espacios emocionales y psicológicos nuevos en los cuales los participantes pudieran entrar e identificarse con las víctimas del
feminicidio. La plaza se hizo estática por la imposición de un tejido que impedía el andar pasivo de la gente. Tal obstáculo físico transformaba la plaza de una zona transitoria peatonal a una de recuerdo comunitario y solemne. Como consecuencia, la acción llevaba el acto privado del luto al ruedo público y pedía justicia para las familias afectadas por el feminicidio. Sin embargo, hacía esto por medio de la creación de un espacio creado por los mismos participantes. Así, la performance no consistía en imponer una idea a un grupo de participantes específicos, sino en generar un proceso orgánico en el cual se involucró el público aleatorio y dentro del cual cada persona tuvo la oportunidad de incorporarse a la acción y añadir su propia marca. Fueron los participantes quienes crearon el tejido y quienes decidieron cómo se escribirían los nombres de las víctimas. El “equipo” básico de participantes completó la fase preparatoria de la acción, pero, al llevarla a la plaza, la dejó para que los demás la pudieran reivindicar y personalizar.
La personalización de la acción y su uso como foro público para los familiares de las víctimas quizá no parezca tan eficaz en combatir el problema como un juicio u otro proceso legal. Sin embargo, al abrir esos espacios públicos a la gente e invitarla a expresarse, las acciones otorgan un sentido de justicia que otros sistemas sociales niegan. El tema de cada acción es único, dependiendo del contexto y de las organizaciones participantes, pero cada performance intenta manifestar la
tensión entre las estructuras sociales, culturales, políticas y económicas y las realidades de la gente que vive bajo su control. Al poner eso en escena, las acciones dan al público la oportunidad de reclamar su ciudadanía, de manifestarse y de insistir en su vigilancia y su presencia. En un Estado sin transparencia económica, social ni legal, los espacios íntimos, físicos y emocionales de esas acciones abrazan las identidades múltiples de sus participantes y los invitan a practicar una forma de ciudadanía a la cual pocos tienen acceso regular.
COLUMPIANDO EL CENTRO HISTÓRICO
EL PERFIL DE UN VECINO RESPECTO DE SU COMUNIDAD
Hace poco, mientras caminaba por mi ciudad, pensaba en las distintas definiciones que tiene la palabra cultura: para algunos se basa en la higiene pública, como el no arrojar basura; en el tráfico, las áreas verdes, la educación y, muy en el fondo, en el arte, entre otras. Esta realidad inmediata me hizo pensar en cuál es el concepto de cultura que se está trabajando desde la Municipalidad de Lima o, en cualquier caso, con cuál deberíamos trabajar. Esta pregunta es crucial, pues es necesario que la palabra cultura sea también interpelada por los propios productores culturales de una manera que permita mediar un concepto común.
Sé que cada uno aborda este tema desde su propia plataforma y desde las complicaciones naturales que cada una de ellas plantea. También es importante la discusión sobre la esfera de cultura-artística: arte tradicional versus arte contemporáneo. Esta relación se referiría a una necesidad de localización sobre el mapa global, aunque la pregunta central debería ser: ¿hemos consolidado nuestra escena o escenas? Necesitamos construir un tejido homogéneo que articule un interés en la producción de estéticas locales. Ciudades como Chachapoyas, Arequipa, Cusco, Trujillo, Huaraz y Chimbote han despertado en estos dos úl-
timos años con una necesidad de independencia buscada por sus propios artistas y productores culturales. Este apetito reciente por conciliar una piel nueva sigue dejándonos algunas preguntas: ¿a quién va dirigida esta producción?, ¿qué acarrea su participación? y ¿qué es lo que quiere lograr?
Los públicos, al igual que las necesidades, se diversifican. Dentro de este mapa cultural encontramos instituciones privadas, públicas, espacios independientes, eventos periféricos o al margen del “circuito” y los productos callejeros que invaden la ciudad. Sobre estos señalamientos preparo un primer concepto: “Cultura ciudadana (es la identificación del ciudadano con un sentido de pertenencia en un “quehacer” artístico o social)”. Siento que la construcción de cultura pasa por entender un “nosotros” como experiencia intercultural e interpersonal, valor que se consigue ineludiblemente cuando aceptamos y articulamos las experiencias de los productores culturales pensando en una colectividad, y no en el ejemplo de un extranjero que llega a una comunidad y aparenta saber qué le falta y cree que es necesario dárselo... Ahora pasaré a plantear y analizar escenarios e ideas en torno a la construcción de ciudad o, debería decir, ciudades…
CHRISTIANS LUNA“Siento que la construcción de cultura pasa por entender un “nosotros” como experiencia intercultural e interpersonal, valor que se consigue ineludiblemente cuando aceptamos y articulamos las experiencias de los productores culturales pensando en una colectividad...”
LA MARGINALIDAD DE LOS PROCESOS Y ESCENAS INDEPENDIENTES: PASE USTED
Al involucramos con proyectos independientes, sabemos que son pocos los entes en nuestra ciudad que buscan fortalecer y crear espacios de investigación y socialización con los nuevos productores. Muchos de estos entes han apostado por el Centro de Lima como piedra angular de una eclosión artística, ampliando el territorio de galerías o escenarios ligados a otros distritos. Ahora, aquí mi pregunta: si desde una oficina pública, tu interés es el quehacer artístico, ¿por qué no conocer a tus vecinos culturales y con ellos fortalecer el escenario que ya vienen trabajando?
Me preocupa que la gestión cultural se maneje con un criterio exclusivamente
PAUSA
numérico, privilegiando la idea de que el éxito de un evento depende exclusivamente de la cantidad de personas que asistieron. Esto deja de lado el enfoque muchas veces se aplica en proyectos de corte independiente, que prioriza el impacto cualitativo y aquello que los participantes se llevan consigo más allá de la actividad en sí misma. Lamentablemente, estos espacios independientes muchas veces ven su continuidad puesta en riesgo al no poder cubrir una serie de necesidades básicas, en cuanto no son espacios destinados al lucro. Su presencia, sin embargo, permite llenar vacíos que el Estado no logra cubrir.
IDEAS UTÓPICAS
Me gustaría pensar en…
• Una ciudad donde cada vecino pueda experimentar un sentido de pertenencia. Donde, por ejemplo, al margen del servicio de limpieza pública, un día sea declarado “Día de la Limpieza de mi Ciudad” y cada vecino salga con su escoba a barrer su calle, no la del municipio, sino la suya y la de los otros.
• Un día donde cada uno le cuente a sus vecinos quién es y qué hace.
• Un día al mes donde el vecino proponga una frase y esta sea colocada en una pared que sirva como la pizarra de la ciudad.
• Días de picnic en las plazas que permitan generar una relación con el espacio público no como consumo de un espectáculo, sino como un derecho a estar.
• Colocar en los alrededores del centro una serie de paneles informativos indicando los datos de las especies de árboles y aves que hay en la ciudad. Y que esto, a su vez, permita que la visita al Centro Histórico sea un recorrido para el aprendizaje y el disfrute del entorno.
La actual gestión municipal ha permitido que un nutrido grupo de trabajadores culturales participen de sus actividades, llevando espectáculos y eventos a lugares como el Centro Histórico, diversos distritos y parques zonales. Todos ellos han recibido un pago por su labor, lo que resulta pertinente puesto que son los trabajadores culturales quienes saben canalizar las energías creativas en comunidades que no se relacionan con el arte.
Si bien la iniciativa es interesante, aquí viene la pregunta: estos agentes ya hacían esto antes del apoyo municipal, entonces, ¿cuál es el aporte real de esta sociedad? Como yo lo veo, sería fundamental pasar al siguiente escalón donde los trabajadores culturales capaciten a los líderes vecinales y demás ciudadanos interesados para que, luego, ellos sean quienes repercutan y generen esta acción. También, entiendo que esta plataforma ha pasado por etapas, desde la inmersión del arte en la calle hasta espacios donde las comunidades populares tienen momentos de recreo y descanso. Pero siento mi país y mi ciudad con ganas de conocer e involucrarse con estas iniciativas y discutir desde sus propios terrenos estas problemáticas. La pregunta final es ¿qué pasa después de la relación arte-comunidad?
MODELOS DE AUTOGESTIÓN
1 Recuerdo haber visitado el distrito de Lomas de Carabayllo y presenciado una línea humana de vecinos intercambiando sacos de arena, baldes y sudor, en miras del asfaltado de una pista.
Nota de apoyo: Si la municipalidad va a realizar una obra, sería interesante que promoviera el trabajo participativo de la comunidad, lo cual acercaría al vecino y a la municipalidad como un tejido.
2 Arte y comunidad: todos tenemos en nuestras casas una serie de objetos en desuso que muchas veces caen a la basura.
Nota de apoyo: ¿Por qué no hacer un día de “transforma tu basura en arte”? Se podrían recolectar las cosas que ya no sirven al vecino e invitar artistas que preparen esculturas, pinturas, escenografías y puestas en escena, usando estos materiales.
3_ Las faenas comunales realizadas en Comas han servido de apoyo para construir la ambientación del FITECA.
Nota de apoyo: Cambiemos la estrategia y pensemos en estos modelos de organización que nos invitan a desarrollar un espacio en comunidad donde la preparación de cualquier evento es colectiva.
PEDALEANDO UNA PEDAGOGÍA
Siento necesario un intercambio de ideas y posturas que permita generar acciones que contribuyan paralelamente a la construcción de un concepto de ciudad que circunscriba a los diferentes operadores culturales, ya sean ligados a las artes o líderes vecinales. Es decir, la idea es no pensar el ciudadano como un número cuantificable dentro de una tabla de estadísticas, pretendiendo con este hecho un logro numérico. Cuando escucho o leo en diarios la cifra de personas que asistieron a algún evento, pienso en el objeto de estudio, término usado por los científicos sociales que anula categorías reales, como ciudadano. Sé que preferimos seguir modelos foráneos porque en su desarrollo tuvieron éxito, pero la realidad peruana, limeña, es distinta en sí misma y obedece a otras necesidades.
Creo pertinente crear una metodología local que hable de valores y significancias por los productos visuales que diseñan artistas o productores culturales, donde el éxito de un proyecto u evento no dependa de la cantidad de asistentes, sino de lo que se lleva como una suerte de “cons-
ciencia crítica cultural”. Los productos no solo deben satisfacer en un sentido estético las mentes de los asistentes, sino dejarles dudas, emociones, liberación y posibilidades.
Es así que necesitamos liberarnos del sentido de las industrias culturales, así esto demande una pérdida de capital o de interés cuantificable. Cuando veo a la institución y las negociaciones económicas que emprenden para los eventos, y luego se jactan de su inmenso esfuerzo, pienso en rebote en los proyectos independientes donde su control económico pasa en muchas ocasiones por escasez... Pero eso no quita ni disminuye el rigor de su producción, por el contrario lo anima, haciéndole repensar su estructura para modificarla, adaptarla y hacerla parte del contexto donde se expondrá. De esas formulas instauradas desde hace mucho tiempo debemos alimentarlos.
OBSERVATORIO CULTURAL RECOMIENDA…
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PLATAFORMA PUENTE CULTURA VIVA COMUNITARIA
http://culturavivacomunitaria.org
Página que reúne experiencias de Cultura Viva Comunitaria en toda Latinoamérica. Presenta herramientas legislativas desarrolladas en otros países, videos y material de consulta. Además, permite seguir el desarrollo del primer Congreso Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria que se realizará en La Paz, Bolivia, en mayo de este año.
• IDEA.ME
http://idea.me/
Plataforma de financiamiento colectivo para proyectos desarrollados en Latinoamérica. Cineastas, músicos, activistas, diseñadores y ONGs presentan sus ideas y, con ayuda de colaboradores que ayudan a financiar y difundir los proyectos, las hacen realidad. Todavía está a la espera la habilitación del proyecto en Perú.
• DOCUPERU: DOCUMENTAL PERUANO
http://www.docuperu.pe/
Asociación dedicada a la difusión, documentación, producción y enseñanza de procesos y productos documentales en países de la región andina, con énfasis en los temas de educación e interculturalidad. En la página podrás ver producciones de DOCUPERU, conocer sus actividades (como la Caravana Documental y la Muestra Documental) y próximos talleres. La convocatoria al “Taller El Otro Documental” está abierta.
La sección de Reportes Estadísticos del Observatorio Cultural Metropolitano ha preparado tres informes acerca de algunos de los eventos del año pasado. Esta iniciativa nace del interés de conocer mejor el escenario cultural de la ciudad, con el fin de consolidar una gestión cada vez más eficiente y transparente.
En los Reportes Estadísticos podrás encontrar información sobre el perfil del público, su grado de satisfacción con el evento, el número de asistentes al mismo, cómo se enteraron de él y más. Además, podrás conocer mejor la historia detrás de las actividades de la Gerencia de Cultura.
PROCESIÓN DEL SEÑOR DE QOYLLUR RITTI EN LIMA
Los procesos migratorios de la sierra y selva hacia Lima han hecho que muchas de las celebraciones tradicionales del interior del país encuentren un nuevo espacio de expresión en la capital, tal como la Procesión del Señor de Qoyllur Ritti. Conoce más sobre esta importante fiesta de devoción y tradición.
FESTIVAL “LIMA VIVE ROCK”
La primera edición del festival “Lima Vive Rock” fue un éxito rotundo. Las 16 bandas nacionales convocadas lograron congregar a más de 20 000 personas en un concierto gratuito que no tuvo nada que envidiar a cualquier festival internacional.
ARTISTAS POPULARES DEL CERCADO DE LIMA
Tras la remodelación de la “Alameda Chabuca Granda”, el tradicional espacio público quedó apto para acoger a promotores de actividades culturales y turísticas, y a la ciudadanía en general. Un grupo importante que está consolidando su participación en dicho espacio lo constituyen los artistas populares. Ellos, a través de la actuación, el canto, la danza y otras manifestaciones artísticas, vienen contribuyendo a la puesta en valor del recinto.