Revista Jesuitas Colombia | Mayo - Junio 2020

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MAY-JUN 2020

EDUCACIÓN JESUÍTICA

† Gonzalo Ortiz Lozano, S.J. †


Provincial | Carlos Eduardo Correa J., S.J. Edición | José de Jesús Prieto, S.J. Oficina Provincial de Comunicaciones Pablo G. Ivorra Peñafort, María Alejandra Rojas Matabajoy, María Alejandra Navarrete Tovar, Sara Muñoz Hurtado y Omar Alexander Fuelantala Valenzuela. Corrección de estilo | Enrique A. Gutiérrez T., S.J. Diseño y diagramación | Omar Alexander Fuelantala Valenzuela. Impresión | Xpress Kimpres Edición mayo-junio 2020 | Educación Jesuítica

#TalentoIgnaciano Portada Tatiana Córdoba - @tatianacordobaart Tatiana Córdoba es una artista visual de Bogotá, Colombia. Obtuvo su maestría en pintura en 2016 con The New York Academy of Art en Nueva York y obtuvo su pregrado en Artes Visuales en la Pontificia Universidad Javeriana. Su trabajo ha sido exhibido en varias exposiciones colectivas en Colombia, España, Estados Unidos y México. Su trabajo hace parte de varias colecciones privadas. Ha participado en varias publicaciones en Colombia (50 Formas de ver la Ilustración y A Song for Japan). También es autora de la novela gráfica "Gabo: Memorias de una vida mágica" con la editorial Rey Naranjo. Actualmente vive y trabaja en Brooklyn, Nueva York.


INTENCIONES DE ORACIÓN DEL SANTO PADRE CONFIADAS A SU RED MUNDIAL DE ORACIÓN

PAR A EL AÑO 2020

MAYO

El mundo de las finanzas Recemos para que los responsables del mundo financiero colaboren con los gobiernos, a fin de regular el campo de las finanzas para proteger a los ciudadanos de su peligro.

JUNIO

La belleza del matrimonio Recemos por los jóvenes que se preparan para el matrimonio con el apoyo de una comunidad cristiana: para que crezcan en el amor, con generosidad, fidelidad y paciencia.


C O N T E N I D O S Editorial. 6 Noti-breves. 8 Agenda. 54 Somos Compañía de Jesús. 56

La Pascua de nuestros hermanos. 10 Gonzalo Ortiz Lozano, S.J.

Educación jesuítica (en casa). 26 La misíon es en casa (26); #Claverianos Conectados (28);

Acción de gracias en la celebracion de mis noventa años. 13

Lunes entre comillas. 16

Un equipo mágico. 22

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Nuestra memoria. 14 El Colegio de los jesuitas en Pamplona.

La solidaridad nos hace más fuertes. 20 -

¡Transformando la dificultad en una oportunidad! San Bartolome asume el reto de implementar la educación virtual (32); La virtualización social: el escenario para una construcción social (36); Los retos de la Javeriana Cali para mantener la excelencia académica en el entorno virtual (40).

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Jóvenes en camino. 44 Huellas: comunidad en formación.

YO OPINO

La ecología y el coronavirus. 48

Flor(es)ser en vida. 50 Cómo sobrellevar educarnos en casa en tiempos de COVID-19.

24 cuadros. 52 J’ai perdu mon corps (Perdí mi cuerpo).

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EDITORIAL Carlos E. Correa, S.J. Provincial

Educamos para formar servidores de la humanidad y cuidadores de nuestra casa común

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n este tiempo en que vivimos la Pandemia del COVID 19, vuelve a aparecer con mucha profundidad la pregunta por el sentido de la Educación Jesuítica y la Pedagogía Ignaciana. Y ello ocurre porque hemos tenido la experiencia de sentir muy hondamente que los hombres y las mujeres no somos seres todopoderosos, sino que somos profundamente vulnerables y débiles. Hemos empezado a reconocer que, en muchos aspectos, estamos construyendo unas relaciones sociales y unas relaciones con el resto de la creación afincadas en el egoísmo, la prepotencia, el orgullo, la codicia, el irrespeto por lo diferente y diverso, y que todo ello nos ha llevado a ir cerrando las posibilidades de una vida plena y abundante para todos y para todo. Muchos hemos vuelto a tomar conciencia de que tenemos que repensar la forma misma de vivir la vida, de relacionarnos, de acercarnos a los demás y a nuestra Tierra. Nos vamos convenciendo de que tenemos 6

que recuperar el silencio, la meditación y la reflexión, para tener una mirada, unos sentimientos y una forma de proceder más integral e integrada, más holística y sinérgica, más sencilla y humilde, menos pretensiosa de dominio y, sobre todo, movida por el amor. Empezamos también a experimentar un gran deseo de una vida más austera, sin muchas cosas, en la que lo normal sea que todas las personas tengan lo necesario para el desarrollo de sus capacidades. Hemos quedado muy cuestionados porque muchas personas, en este tiempo en que hemos tenido que parar la economía, se quedaron sin posibilidades de alimento; y hemos reconocido que tanta inequidad ha llevado a excluir y a descartar a muchos hombres y mujeres de nuestra sociedad, negándoles las condiciones mínimas de vida digna. Todo ello nos ha sensibilizado y nos ha ayudado a sentir el sufrimiento de los otros, para movernos a la solidaridad generosa en el compartir de lo que tenemos y somos, para pensar en los demás y anhelar una mayor cercanía incluyente y fraterna. Desde este contexto, y a partir del sinnúmero de experiencias y reflexiones que en este tiempo hemos tenido, vuelve a aparecer la necesidad de ofrecer a nuestros niños, jóvenes y adultos una educación que realmente los forme en humanidad; para que sean guiados por el amor a los demás y a la naturaleza y puedan apostarle sus vidas a establecer relaciones equi tativas, justas, reconciliadas, pacíficas y armónicas.

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Entonces, volvemos a tomar conciencia de que la Educación Jesuítica y la Pedagogía Ignaciana surgieron como respuesta a búsquedas tan importantes y fundamentales como las que hoy aparecen en el corazón y en la mente de muchos de nosotros: ¿cómo lograr que todas las personas seamos servidoras de la humanidad y cuidadoras de nuestra casa común? ¿Cómo enfocarnos en el desarrollo de las capacidades y las habilidades de todo ser humano, teniendo siempre presente la necesidad de crecer en todas y cada una de las dimensiones de la persona, desde la perspectiva de formar seres humanos para los demás y con los demás, capaces de amar y de servir a los otros y de cuidar este hermoso ecosistema que se nos ha dado? Y nos damos cuenta de que la respuesta, dada desde hace más de 450 años por la Compañía de Jesús, surge de la hermosa experiencia de un hombre, Jesús de Nazaret, que nos cautivó por su modo de proceder con los demás; de un hombre que sintió que la felicidad se vive cuando las personas no estamos centradas en nuestros propios intereses egoístas, sino cuando buscamos lo mejor para los demás, a través del servicio incondicional a todas y a cada una de ellas; de un hombre que se dejó mover por Dios desde dentro de su corazón para acercarse a los demás y acompañarlos, cuidarlos, curarlos, levantarlos, perdonarlos y mostrarles que el amor y el servicio son el culmen de la vida de todo ser humano; de un hombre que, con la fuerza del Espíritu, se entregó sin condiciones a los demás hasta dar su vida; de un hombre en el que, a pesar de haber sido asesinado, el amor venció al odio y se hizo compasión, misericordia y perdón; y que, por eso, está vivo hoy en nosotros para animarnos, movernos, guiarnos y educarnos pedagógicamente en el amor. MAY-JUN 2020 | Educación Jesuítica

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José de Jesús Prieto, S.J. Socio

Noti-breves

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n esta ocasión, se quiere compartir una breve mirada a los siguientes aspectos de la vida en nuestra Provincia, en medio de la pandemia del COVID-19, que nos tiene en casa, aislados, pero abiertos a la realidad y conectados con nuestras casas, con quienes compartimos la Misión y con todos los que nos piden oración y acompañamiento.

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En general, estamos sin mayores novedades en la cuarentena. La Administración Provincial ha socializado reflexiones y normativas laborales y sanitarias para tener en cuenta en nuestras Casas y Obras, con ocasión de la contingencia. En las enfermerías se han seguido todos los protocolos de rigor que garantizan el bienestar de nuestros queridos hermanos mayores. Se vivió una Semana Santa muy particular que impidió realizar las misiones a las distintas comunidades del país a donde se solía acompañar a la gente sencilla, pero las celebraciones en casa se compartieron en comunión de ánimos.

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DE LA AGENDA DEL PROVINCIAL

EN TERCERA PROBACIÓN

El Provincial ha estado en conversación virtual con los jesuitas que están en Europa y todos están bien. Las reuniones que se tenían previstas para este tiempo se han desarrollado normalmente gracias a las plataformas tecnológicas. La Asamblea de la CPAL en México, del 3 al 9 de mayo, se hará en forma virtual. De la circular del Provincial para motivar la solidaridad con la gente necesitada de nuestras parroquias y el JRS, se obtuvo una generosa respuesta de las comunidades y ya se distribuyeron los recursos.

Jairo Bayona y Rafael Garrido en México, y Jesús Díaz en Cochabamba, están en la penúltima etapa de su TP y regresarán aproximadamente a finales de junio. ESTADO DE SALUD DE LOS NUESTROS Wilin Buitrago se encuentra estable en casa de su familia. Carlos Alberto Cardona continúa en su tratamiento en la Clínica Imbanaco en Cali. Enrique Delgado fue hospitalizado en la clínica Ardila Lule en Bucaramanga; se esperan los resultados de los exámenes. Para ellos, nuestra oración y fraternal cercanía. AUSENTES DE LA PROVINCIA Carlos Fritzen está pasando la cuarentena en Sao Paulo. Marco Tulio Gómez, terminó su Tercera Probación y está en Guatemala, donde hizo el mes de misión. Ambos estarán de regreso en junio o julio, según lo permitan las circunstancias. ACTIVIDADES Los EE de Provincia en La Esperanza, programados del 26 de junio al 5 de julio, se darán presencialmente si las eventualidades lo permiten; en caso contrario, se avisará oportunamente. El XX Simposio de EE del CIRE, en relacionamiento con Pastoral y la Facultad de Teología de la Javeriana, se realizará de modo virtual el 31 de julio de 2020. Seguiremos unidos pidiéndole a Dios que nos ayude a responder de la mejor manera a los desafíos que la realidad nos impone.

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La Pascua de nuestros hermanos

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Gonzalo Ortiz Lozano, S.J. 1921 + 2020 SEMBLANZA

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n trece de noviembre de 1921, amaneció a la vida, en el corregimiento de Cachirí, municipio de Suratá (Santander), Gonzalo, hijo de Ángel María Ortiz Ayala y Carmen Lozano García. Ocupó el quinto lugar dentro de los once hijos de la familia –diez varones y una mujer–. El municipio de Suratá hace parte de la Provincia de Soto Norte, de mucha actualidad porque forma parte de la región de Santurbán, donde se pretende llevar a cabo, con grave peligro para la vida y salud de los dos Santanderes, un proyecto de explotación de oro y otros metales. Estudió, como sus demás hermanos, en el Colegio San Pedro Claver, en donde sintió el llamado del Señor a la Compañía de Jesús. Juntamente con su hermano, Elberto, ingresó al noviciado de Santa Rosa de Viterbo en 1937. Este salió del noviciado. Gonzalo hizo los votos del bienio el 11 de febrero de 1939. Allí mismo, hizo el juniorado y luego, en Chapinero (Bogotá) los estudios de filosofía y teología. Su magisterio lo realizó en los colegios de San Bartolomé La Merced y San Ignacio en Medellín. En la Universidad Javeriana, estudió pedagogía y unos cursos de sociología en el CISIC de Roma. La Tercera Probación la realizó en Santa Rosa de Viterbo, haciendo sus últimos votos en Bogotá en 1955. Ejerció su ministerio pastoral en el Colegio San Luis Gonzaga de Manizales, los dos San Bartolomé de Bogotá, en San José, Barranquilla. Fue prefecto del templo

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Pedro Nel Ortiz, S.J. Cristo Rey de Pasto y, por muchos años, se desempeñó como director espiritual del Colegio San Pedro Claver de Bucaramanga y vicario del Templo del Sagrado Corazón. Durante tres años, fue rector del Colegio. Gonzalo era de carácter austero, acompañado de alegría y de cierta tendencia a la ironía, parecido a José Vicente Sánchez –muy amigos entre sí–, quien falleció el año pasado en la Casa Pedro Arrupe. Por años, celebró la Misa a las 7:00 a.m. en el Templo del Sagrado Corazón. Sus homilías, apegadas a las lecturas del día y a reminiscencias históricas, eran del agrado de los asistentes. En el templo, dejó fama de ser un buen y constante confesor. Varias horas al día las consagraba al sacramento de la Reconciliación. Los feligreses lo apreciaban y querían mucho, llegando a llamarlo el P. Gonzalito. Cuando en el colegio fue profesor de Historia, fue muy apreciado y respetado por sus clases salpicadas de anécdotas y de gran conocimiento, que él alimentaba con sus numerosas lecturas de diversos autores. Era muy aficionado a la pesca… era su descanso. Ordinariamente, salía con un amigo y pasaba el día en el lugar trayendo de vuelta a casa abundantes presas. En algunas épocas de vacaciones, se asomó a los Llanos de Casanare y Arauca con su hermano Reinaldo, donde gozaba con el arte de la pesca y la belleza de la naturaleza llanera cantada por los juglares del joropo. Gozaba, literalmente, enseñando a pescar, sobretodo, a las sobrinas, bajo ciertas normas disciplinarias de silencio, 11


para no espantar a los peces y de constancia en el uso de la caña de pescar. Era un buen compañero de comunidad y generoso en entregar al Ministro las donaciones que recibía de sus numerosas amistades. Se acostaba temprano y muy temprano despertaba a preparar el tinto y adentrarse en la oración profunda en diálogo fructuoso con el Señor, a quien se había entregado de por vida en el servicio en la Compañía de Jesús. Desde 2016, hacía parte de la Comunidad Pedro Arrupe de Medellín. El Señor, que lo había llamado, le renovó su llamamiento definitivo el 6 de marzo de 2020 a las 7:30 p.m. a los 98 años largos de edad, 83 de compañía, 68 de ordenación sacerdotal y 65 de últimos votos. Gracias al Padre de las luces y a su Hijo Jesucristo, y a la compañía del Espíritu, que hicieron de Gonzalo un jesuita de cuerpo entero al servicio de la Iglesia y el mundo.

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Jaime Salazar, S.J. Administrador Sede Chapinero

Acción de J gracias en la celebracion de mis noventa años

esús ha sido mi inspirador y guía permanente desde mi niñez. Él me enseñó que la vida humana tiene un propósito: "amar a Dios y amar al prójimo… bienaventurados los misericordiosos, porque obtendrán misericordia… los que trabajan por la paz, porque se llamarán hijos de Dios… mi paz os dejo, mi paz os doy… id y predicad a todas las naciones…". Y el mensaje de Dios se fue integrando en mi existencia.

(Marzo 16, 2020)

En medio de las guerras y violencias, he conservado un ideal de perdón, de servicio, de consejo, de ayuda a las personas necesitadas, de guía, de consuelo, de acompañamiento. En mis primeros años de vida religiosa, llegó a mis manos la oración titulada "Déjame predicar tu nombre sin palabras", del Cardenal Newman, que he tratado de practicar y difundir: "que puedan sentir en mí tu presencia y que, al mirarme, olviden que yo existo y no piensen sino en Ti… te serviré apenas de instrumento para que Tú ilumines a las almas a través de mí. Que mi vida no sea en adelante, sino una irradiación de la tuya". Hoy agradezco a Dios lo que he podido hacer para reflejar en mí la presencia de Dios, a pesar de mis debilidades como ser humano. Gracias a Dios por mi capacidad de amar, servir y perdonar. Gracias a Dios por mi vida. Gracias a ustedes y que Dios nos bendiga.

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NUESTRA MEMORIA

El Colegio de los jesuitas en Pamplona A continuación, extractos del libro “Los jesuitas en Colombia”, de Juan Manuel Pacheco, S.J., sobre el origen del colegio de los jesuitas en Pamplona.

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l colegio fue fundado en 1625. Pamplona fue fundada en 1549. Cuando llegaron a ella los jesuitas el número de sus vecinos españoles era de cuatrocientos. Contaba con los conventos de Santo Domingo, San Francisco y San Agustín y un monasterio de monjas de Santa Clara. EL FUNDADOR Un generoso bienhechor de los jesuitas fue el sacerdote pamplonés, Pedro Esteban Rangel. Fue fundador del colegio entregándole sus bienes en 1627. “Hace entrega al P. Juan Gregorio Irigoyen, rector del colegio, de 20.000 pesos en barras de oro y plata. En estos se incluyen, las partidas entregadas ya, que son: 2.500 pesos que se pusieron en renta en Cartagena para compra de ropa para el colegio y aceite para la lámpara del Santísimo; tres mil pesos invertidos en la compra de cuatro tiendas, situadas en la plaza para renta del colegio; mil pesos para la compra de la hacienda del capitán Pedro Jurado; otros 288 pesos para la compra de las tierras de Panaga, que están en las huertas de la ciudad; 1924 pesos para las casas de habitación de los Padres; 1347 pesos para comprar otra casa situada en la esquina de la plaza, y 2096 gastados en ganado para la estancia de Cupaga. Donaba también, pero reteniendo el usufructo durante sus días, las haciendas que poseía en el valle de los Locos, o Labateca, con sus esclavos, ganados, aperos, etc., avaluadas en quince mil pesos;

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Actual “Casa de Mercado” en Pamplona (Norte de Santander), antigua sede del colegio de los jesuitas. Foto: Silvano Pabón Villamizar - Fuente: mapio.net

unas estancias de trigo a media legua de la ciudad, llamadas las estancias de Chichera, que valían dos mil pesos; sesenta marcos de plata labrada que debían destinarse a la fabricación de objetos para el culto divino, y sus cuadros, entre los que se enumera un apostolado y los de las Sibilas. Pedía, en cambio, que se le reconociera como fundador del colegio y se le sepultara en la capilla mayor de la nueva iglesia.” (Juan Manuel Pacheco, Los jesuitas en Colombia. Tomo I, 1567-1654, p. 190) Cuando se iba a inaugurar la iglesia, se vino abajo la capilla mayor. Cuatro años se gastaron en reedificarla. En 1642 se colocó en ella el Santísimo Sacramento y nuevamente se vino a tierra. Lo restante de la iglesia quedó en pie y en el gran terremoto del 16 de enero de 1644, que no dejó en Pamplona ni un templo ni una casa sana, “solo el cuerpo de la iglesia de nuestro colegio, se libró de caer, siendo la más alta de todas”, dice el P. Melgar. Sin embargo, el colegio quedó completamente destruido. El nuevo rector, P. Andrés López, se dedicó a reedificar la iglesia y el colegio. Este se hizo de apariencia más modesta, pero con solidez para resistir los embates de futuros temblores. En 1642, vivían en el colegio ocho jesuitas: cuatro sacerdotes, un hermano estudiante que tenía a su cargo las clases de gramática y tres hermanos coadjutores. Para 1642 eran ya numerosos los pamploneses que ostentaban títulos de maestros y doctores.

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Lunes entre comillas Juan David Sánchez, S.J.

na de las cosas que más me gustan de estar dentro de la Compañía de Jesús es la posibilidad que tengo de hacer amigos aquí y allá. Muchas de las personas con quienes me encuentro llegan para quedarse y para compartir conmigo lo más íntimo de sus vidas. Jhonnatan Díaz ha sido una de esas personas, una de esas amistades que ha durado en el tiempo, alguien con quien puedo hablar francamente y con quien, además, tengo en común el ser jesuita y el gusto por la música y la poesía. Desde hace un año, me encuentro con él (y con unas treinta personas más) cada lunes a las diez de la noche para conversar un rato, cantar y leer algún poema. Al principio se trataba de un ritual de amigos, un espacio para comenzar con ánimo la semana y una excusa para compartir cómo nos sentíamos; pero un día le abrimos la puerta a más gente y realizamos una transmisión en vivo a través de nuestros perfiles de Instagram. Pocas personas nos acompañaron aquella vez, pero nos animaron a seguir haciéndolo y nos recomendaron algunos autores que tenían ese don de poner en palabras lo que a muchos les costaba expresar.

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Con el tiempo, se fueron sumando amigos y familiares a esta iniciativa. La comunidad creció tanto que creamos una cuenta y, por sugerencia de una amiga nuestra, llamamos al espacio “Entre comillas”. El encuentro de los lunes se convirtió, entonces, en una “Cita entre comillas” y empezaron a acudir a ella personas que ni siquiera conocíamos, hasta de otros países; todos compartían con nosotros la pasión por la música y las letras. Además, era la oportunidad de compartir nuestro ser jesuita, las actividades que hacíamos a lo largo de la semana y la manera de vivir nuestra espiritualidad en el día a día. Para animar a otros a participar, los invitamos a mandar videos declamando poemas que fueran significativos para sus vidas y a seguir enviándonos sugerencias de textos para leer en vivo o canciones para montar. La respuesta ha sido emocionante: cada semana, además de hacer las transmisiones, publicamos una cita literaria y el video de alguno de nuestros amigos leyendo a su autor favorito. Hay quienes se han aventurado, incluso, a regalarnos sus propias composiciones. Para ellos y, en general, para todos los que se conectan, solo tenemos palabras de gratitud, pues nos han hecho descubrir más rincones de un mundo que parece inagotable. Han logrado conmovernos y nos han ayudado a mantener esta amistad en la distancia. Hoy, aunque Jhonnatan se encuentra estudiando en Guadalajara (México) y yo en Bogotá, siento como si viviéramos bajo el mismo techo gracias a nuestros lunes de “Cita entre comillas”. MAY-JUN 2020 | Educación Jesuítica

Arriba: Jhonnatan Díaz, S.J. Abajo: Juan David Sánchez, S.J.

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TESTIMONIOS DIANA GUERRERO (Cali, Colombia) Desde el inicio, “Cita entre Comillas” ha sido, para mí, un espacio en el que puedo nutrir mi alma y mi corazón con mucha música y poesía. Me ha permitido descubrir que puedo expresar mis sentimientos a través de un arte tan maravilloso como lo es la poesía, y he tenido la oportunidad de conocer un pedacito de muchas personas que se atreven a compartir lo que sienten sus corazones por medio de esta página. PAULINA JIMÉNEZ (Cali, Colombia) “Cita entre Comillas” ha sido ese espacio que me inspira con cada una de sus publicaciones y de sus directos de Instagram los lunes que van creando comunidad a partir de este bonito ejercicio de leer, leernos y conocernos. También, indudablemente, ha sido un poco la unión y el fortalecimiento de mi amistad con uno de sus creadores, “Jhonny”, a quien conocí mientras estábamos en Misión en el Hato (Bucaramanga). Yo, de Cali, y él, un jesuita cursando sus estudios en Bogotá, nos encontramos para acompañarnos muchas veces desde la lectura y la mayoría desde nuestras motivaciones, sueños y anhelos. Nosotros hablábamos mucho de libros, de poemas, y empezó a surgir la idea entre él y su mejor amigo de tener este espacio. Recuerdo que un día estábamos hablando y ellos estaban pensando el nombre para la página de Instagram, entonces empezamos a hacer juegos de palabras y a decir cada cosa que se nos ocurriera. Formamos muchas palabras, algunas raras, otras chistosas y dije “Cita entre comillas”. Jhonny le dijo a Juan David y ya quedó. Es curioso que el nombre de algo tan lindo salga de una charla entre amigos, pero es esto precisamente lo que ha sido este gran espacio 18

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desde su inicio: “una charla entre amigos que nos inspira, nos llena de amor y nos da esperanza”. De corazón, agradezco por este espacio tan lleno de vida, que nos enseña que la poesía misma se escribe en cada encuentro, con cada canción, en cada lectura, con cada nuevo invitado, con las listas de canciones que nos mueven el corazón. La poesía, al final, somos todos los que nos unimos desde la escucha, desde acompañarnos… todos los que hemos sido parte de este espacio, todos los que serán parte de este espacio que crece día a día, porque la poesía es todo aquello que nos moviliza y nos da vida. Así que, tú, que lees esto, ¡también eres poesía! RAMÓN BERNAL (Bogotá, Colombia) El espacio de “Cita entre comillas” se ha vuelto un ritual de los lunes en la noche, donde espero que JuanDa y Jhonnatan nos sorprendan con sus lecturas y canciones. También me he dado el permiso de recomendarles poesía y autores para que nos puedan compartir en sus acostumbradas lecturas. Es un espacio que disfruto mucho porque tiene poesía y ellos hablan de cómo se sienten y eso los hace más cercanos. Muchas gracias por acompañarnos los lunes en la noche. TATIANA RUIZ (Bogotá, Colombia) Cada lunes, en horas de la noche, una cita me espera entre comillas… un encuentro con cortos versos de Benedetti, otros más sensibles de Galeano, notas musicales que se extienden en el sereno, para acompañar por unos minutos las noches frías latinas. Cada lunes en la noche, la cita es entre comillas… un encuentro de versos y rimas, de cuerdas y sílabas que florecen en las sonrisas de aquellos que participan. “Cita entre comillas” es un encuentro de compañía, arte y alegría.

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PAZ&CO

La solidaridad nos hace más fuertes Servicio Jesuita a Refugiados - 40 años

Adriana Rodríguez Comunicaciones - Servicio Jesuita a Refugiados Latinoamérica y El Caribe

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a emergencia ocasionada por el COVID-19, ha puesto de manifiesto el drama de la pobreza. En el continente americano, las personas migrantes, refugiadas y en condición de movilidad humana forzada han sido los más afectados por las medidas estatales de cierre de fronteras, cuarentenas, toques de queda, deportaciones, entre otras. Medidas que, a su vez, han desencadenado otra serie de acciones por parte de las comunidades como señalamientos y desalojos. Sin embargo, la crisis también ha despertado corazones. Sabemos que miles de personas alrededor del mundo entienden y viven la solidaridad, la empatía, la hospitalidad y la fraternidad como las mejores formas de combatir el virus del COVID-19 y el de la indiferencia que mata. Hace cuarenta años, el padre Pedro Arrupe, S.J. fundó una obra para ofrecer ayuda directa a los refugiados. Él ideó un servicio que se extendiera por todo el mundo y actuara en respuesta rápida a los desastres humanitarios, al mismo tiempo que continuaba ayudando a otros beneficiarios por largo tiempo cuando ya había desaparecido la atención de los medios

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de comunicación. Ese fue el nacimiento del Servicio Jesuita a Refugiados. Hoy el llamado a “Acompañar, Servir y Defender” sigue estando vigente, y este tiempo de crisis, causado por el COVID-19, nos mueve con más fuerza a reconocernos desde la hermandad, a ver el mundo a través de sus ojos y a caminar juntos por el mismo camino. Este virus nos da miles de motivos para estar unidos, para ser hermanos, para ser humanos, para hacer las cosas mejor… comparte un mensaje de solidaridad y fraternidad para las personas migrantes, refugiadas y en situación de desplazamiento. Combatamos el virus de la indiferencia, la discriminación, los prejuicios, la desinformación y los discursos de odio. Pensar en colectivo, en una persona como la humanidad, son las acciones más efectivas para superar la crisis. Comparte tu motivo en un video, con un mensaje, un dibujo o un cartel utilizando las etiquetas: #MásSolidaridadMásFuertes #40AñosJRS

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Un equipo mágico Pablo G. Ivorra Peñafort Delegado de Comunicaciones

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e habla mucho de lo importante de ser líder. Hay cursos, hay reconocimientos y premios para quienes son exitosos en liderar, pero no se habla de la virtud (mayor) de dejarse liderar. Les presento al equipo de trabajo de la Oficina Provincial de Comunicaciones de la Compañía de Jesús en Colombia. No puedo pedir mejor compañía (de Jesús). Aquí, las magas y el mago con los que trabajo:

Fotos del artículo: Ómar Alexander Fuelantala y María Alejandra Rojas Matabajoy.

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MARÍA ALEJANDRA NAVARRETE TOVAR Bogotana, comunicadora social de la Pontificia Universidad Javeriana (Bogotá) y candidata a Magistra en Análisis de Problemas Políticos, Económicos e Internacionales Contemporáneos de la Universidad Externado de Colombia y la Cancillería. Es la lideresa de nuestra área de Comunidades Digitales, es decir, la maga en saberse comunicar, al modo de Jesús, con nuestros diversos públicos, y es el rostro detrás de todos nuestros canales digitales de comunicación. Su materia prima es la palabra escrita que provoca emociones más allá de las pantallas y genera vida en nuestros corazones.

SARA MUÑOZ HURTADO Manizaleña, estudiante de último semestre de Diseño Industrial en la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano. Actualmente hace sus prácticas profesionales con nosotros. Es nuestra mano derecha e izquierda... nuestros pies, corazón y cerebro para todo lo que hacemos, día a día, en nuestra Oficina. Una maga emprendedora, con todo por delante, que nos endulza y nos reta a repensar nuestros imaginarios sobre las generaciones más jóvenes (que nosotros). Su materia prima es el servicio incondicional y la apertura constante para aprender.

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MARÍA ALEJANDRA ROJAS MATABAJOY Pastusa, realizadora audiovisual y periodista del Politécnico Grancolombiano y candidata a Magistra en Creación Audiovisual de la Pontificia Universidad Javeriana (Bogotá). Es la lideresa de nuestra área de Historias Audiovisuales, es decir, la maga en contar historias con música, sonidos e imágenes en movimiento. También escribe una columna de opinión permanente en la Revista Jesuitas Colombia. Su materia prima es el tiempo, ese ritmo con el que contemplamos, al modo de Ignacio, las historias que vemos y escuchamos en nuestras piezas audiovisuales.

ÓMAR ALEXANDER FUELANTALA Cumbaleño, diseñador gráfico de la Universidad CESMAG y candidato a Magíster en Diseño para la Innovación en Productos y Servicios de la Pontificia Universidad Javeriana (Bogotá). Es el líder de nuestra área de Diseño, Imagen y Producto, es decir, el mago en traducir todo lo que queremos decir en imágenes fijas potentes que cobran vida en el interior de quienes las ven. Su materia prima es la luz que mueve sus manos y traspasa el papel, los lentes y pantallas para ser color y vida a nuestros ojos.

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Magia: eso es lo que somos y hacemos en nuestro trabajo.

Solo pasó poco más de un mes luego del ingreso de dos de ellos al equipo, cuando inició el simulacro de aislamiento y la posterior cuarentena. El escenario de casi la mitad del equipo nuevo, sumado a cambios radicales en proyectos propios de la Oficina, más la novedad de pasar a hacer la totalidad de nuestras funciones en modalidad de teletrabajo, me hizo creer que no lo íbamos a lograr en un momento. Pues, contrario al pronóstico, con mi equipo no me he sentido solo en ningún momento durante el aislamiento. ¿Cuál es el secreto? Que tampoco me sentía solo cuando estábamos en la oficina. Es decir, si hay solidez y fluidez en una relación laboral, las habrá en cualquier circunstancia por igual. Es increíble la cercanía que hay entre dos o más personas conectadas por una misma misión, aún a kilómetros de distancia. Magia. Eso es lo que somos y hacemos en nuestro trabajo. Es el fruto de amar y sentirnos amados por Dios. Gracias, chicas y chico, por caminar conmigo.

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La misíon es en casa

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a Semana Santa es una oportunidad que tienen los estudiantes de nuestros colegios jesuitas para abordar el tema de la Misión y hacer inmersión en una realidad que es ajena al día a día de la gran mayoría de nuestros estudiantes.

Ante la pandemia del COVID-19, nuestros voluntarios a Campamento Misión de Semana Santa se quedaron sin la experiencia de estar cerca a las familias de las zonas rurales y del acompañamiento a las personas solitarias, enfermas, limitadas y tristes. Este año no dejaron sus confortables viviendas ni tampoco las comodidades de la familia para estar en las veredas lejos del televisor y sus celulares, y así vivir experiencias que los llenen de alegría al poder reconocer que son privilegiados en la ciudad y en sus familias; y que, si bien vivir en el campo no es malo, allí hay otras dificultades para reconocer y tratar de intervenir en favor de las comunidades rurales. En las condiciones actuales frente a la pandemia y al aislamiento en casa, la Pastoral del Colegio San Francisco Javier no se quedó inactiva y se puso manos a la obra para ejecutar una estrategia de “Mi misión es en casa”. Con el liderazgo

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Rafael Hernández, S.J. Coordinación de Bienestar Colegio San Francisco Javier (Sede Aurora)

de los estudiantes y su firme voluntad, iniciaron la preparación para esta labor con el acompañamiento del hermano Rafael Hernández, S.J., quien es el coordinador del Campamento Misión. Nuestros estudiantes desarrollaron su preparación con base en talleres que reflejan su espíritu creativo y esperanzador de la siguiente manera: uno, líderes en acción; dos, emocionarte; tres, libertad para amar y autonomía para actuar; cuatro, espiritualidad y fe; cinco, atrévete. Todo esto, con mucho éxito y la valiosa participación de alumnos, profesores, exalumnos, Bienestar Estudiantil y la Pastoral, siendo de gran aceptación por la temática y el entusiasmo, para un futuro encuentro con las comunidades campesinas. Finalmente, a manera de evaluación, todos los participantes nos unimos en un solo espacio virtual, para compartir preguntas, sentimientos, vivencias y hacer una oración comunitaria poniendo en manos de Dios estas experiencias de vida. El Campamento Misión se vive dos veces en el año: en Semana Santa, donde el grupo de estudiantes asesores que conforman las comunidades se preparan para la experiencia que se realizará en el campamento

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de Navidad, con grupos más numerosos donde cada asesor tendrá a su cargo un grupo de javerianos, para trabajar en cada comunidad campesina del departamento de Nariño, ubicadas en los municipios de Yacuanquer (siete veredas), Consacá (ocho veredas) y Sandoná (cinco veredas). Esta experiencia continúa en el proceso de innovación del Colegio. Lleva ya cinco años con grandes retos en el campo social y en el desarrollo evolutivo de los estudiantes, quienes cada vez ven más oportunidades de servicio y promoción como líderes, llevando los aprendizajes a cada uno de los proyectos de aula por amor a su territorio.

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Mira el video de Campamento Misión en casa

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#ClaverianosConectados Diana Consuelo Bernal Carrillo Docente - Colegio San Pedro Claver

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a necesidad de crear ambientes virtuales de aprendizaje como medio indispensable para la prestación de nuestro servicio educativo –porque una pandemia nos obligaría a estar en aislamiento social– no hacía parte de nuestras proyecciones o planes como Colegio San Pedro Claver al iniciar 2020. Pero es allí, en momentos difíciles, donde la tradición educativa de un colegio con carisma ignaciano asume uno de sus grandes retos: “lograr descubrir la dimensión humana y cristiana en los saberes, poniendo en diálogo los contenidos de todas las asignaturas con los del Evangelio” (1). Y sin dejar de ofrecer un sentido real en tiempos de crisis a los procesos de enseñanza y aprendizaje, ese diálogo cambia de contexto… pasa ahora a la virtualidad. Estando en cuarentena, cumplimos 124 años de trayectoria en la región de Santander y la historia nos ha caracterizado por llevar a nuestros maestros a “usar la imaginación para implementar y estar en constante mejora de las prácticas educativas que realmente encarnan la Excelencia Humana de la educación y transforman a nuestros estudiantes, nuestras sociedades y a nosotros mismos” (2). La experiencia actual no dejará esto de lado, pues es claro,

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para la comunidad de educadores claverianos, que nuestra Pedagogía Ignaciana busca ayudar a formar el ser humano a través del proceso educativo y se empeña en estimular el máximo desarrollo de sus potencialidades y dimensiones, a ejercer su libertad, a actuar con autonomía y creatividad en la transformación de la sociedad, donde el servicio y la solidaridad son el más evidente reflejo de la formación integral: “ser más para servir mejor”. Sigue siendo, entonces, el Paradigma Pedagógico Ignaciano nuestro cimiento, ya que permite que los educadores claverianos impregnen de valores cualquier acción educativa dentro o fuera del salón de clase. En palabras de Luis Fernando Klein, S.J., “una lámpara frontal que ilumina cualquier acción educativa” (3). Además, nos ayuda a comprender que “el mundo está cambiando, [por lo tanto,] la educación debe cambiar también. Las sociedades de todo el planeta experimentan profundas transformaciones y ello exige nuevas formas de educación que fomenten las competencias que las sociedades y las economías necesitan hoy día y mañana” (4). Por esta razón, la labor que realizan nuestros maestros acompañantes cobra Revista Jesuitas Colombia


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un sentido primordial en los tiempos del coronavirus, pues a través de las pantallas hemos mantenido la comunicación con nuestros niños y jóvenes durante espacios como las tomas de contacto y la pausa ignaciana. Estos dos recursos que nos brinda la espiritualidad ignaciana son parte del modo de proceder propio y hacen de la cura personalis uno de los rasgos sobresalientes de la educación de un colegio jesuita. Junto a esto, el Aprendizaje Basado en Proyectos en clave ignaciana continúa siendo, desde las posibilidades que nos ofrece la tecnología, nuestra metodología de trabajo, la cual nos permite, ahora más que nunca, resignificar el aula de clase desde el hogar de cada uno de los estudiantes y maestros. Una metodología donde el estudiante siga siendo el protagonista y el maestro un mediador retado a navegar y escoger, entre los ambientes de la web, cuáles son las opciones más adecuadas para continuar apoyando la misión educativa de la Compañía de

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Jesús (formar hombres y mujeres para los demás y con los demás) a través de la integración del contenido curricular con problemas o desafíos basados en experiencias reales y prácticas sobre el mundo, sobre el entorno de la escuela actual o sobre la vida cotidiana. Y es este cambio drástico, caracterizado por transformar de un momento a otro el salón de clase y los medios de interacción, lo que nos ha permitido motivar y promover, en nuestros maestros, espacios de formación continua sobre herramientas tecnológicas, aprovechando los saberes con los que cuentan diversos actores de la comunidad educativa, y participando en cursos o MOOC de manera autónoma. Somos un colegio distinguido por contar con diversidad de recursos tecnológicos que, de manera presencial, enriquecen la labor del maestro y dinamizan el aprendizaje, pero pasar todo el diseño curricular al ámbito tecnológico requiere de un bagaje más amplio en este campo. Somos conscientes del desafío de contar con

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un manejo más fluido de la competencia digital del maestro, el cual hemos asumido con total compromiso y entusiasmo.

a una experiencia nueva e inesperada. Nuestros hogares claverianos han sido un gran soporte y apoyo para la institución.

Las dimensiones espiritual y afectiva cobran un significado real en estos tiempos para lograr entender como sociedad que, después de lo vivido, no seremos los mismos. Por eso, la Pastoral también ha hecho presencia en los hogares claverianos y, desde las bondades de las redes sociales, promueve el acompañamiento espiritual online y comparte diversas celebraciones litúrgicas como la misa dominical y las ceremonias de Semana Santa. De igual manera, el Servicio de Asesoría Escolar ha compartido recomendaciones para preservar la salud mental frente a los cambios que nos plantea el COVID-19, a través de recursos para toda la comunidad educativa que buscan ayudar a mantener el estado de ánimo, la confianza, la calma y la tranquilidad en cada una de las familias que hacen parte de nuestra colectividad. Familias que han confiado en nosotros y están enfrentándose con total valentía

Todo lo anterior se ha enmarcado en la estrategia de comunicaciones #ClaverianosConectados que acompaña desde la virtualidad todos los procesos institucionales, promoviendo el diálogo entre estudiantes, familias, maestros, administrativos y directivos para asumir juntos este reto, del cual saldremos victoriosos, de la mano de Dios.

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NOTAS (1) Retos y fines pastoral educativa escolar ignaciana. FLACSI 2017 (2) Documento - Contexto, I Encuentro FLACSI, Directores Académicos y de Pastoral, Puebla, 2019 (3) Pedagogía Ignaciana, charla realizada por el P. Luiz Fernando Klein, S.J. el día 14 de octubre de 2014 en el Auditórium del Colegio Liceo Javier, Ciudad de Guatemala. (4) Replantear la Educación ¿Hacia un bien común mundial? Ediciones UNESCO. 2015

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Ana María Vargas Comunicaciones Colegio San Bartolomé La Merced

¡Transformando E la dificultad en una oportunidad! San Bartolo asume el reto de implementar la educación virtual

l pasado mes de marzo inició para el San Bartolo un reto histórico: trasladar la propuesta educativa a un sistema virtual, dada la contingencia mundial por la epidemia del COVID-19. Escuchar que el mundo entero debe tomar medidas tan drásticas para mitigar el contagio de esta pandemia no es fácil; es tal vez una situación para la cual nadie se encuentra preparado. Todos los cambios que implica modificar las dinámicas sociales, el confinamiento y la implementación de metodologías de teletrabajo empezaron a convertirse en la opción para salir adelante y evitar alcanzar índices de mortalidad devastadores en nuestro país. La comunidad bartolina, en cabeza del Padre Rector, Juan Pablo González, S.J., nuestra directora académica, Claudia Sierra, y todos los miembros del Consejo Ejecutivo, tomaron la decisión de asumir el reto de continuar. Nuestros docentes “se pusieron la camiseta” y asumieron también el gran reto de continuar con la educación a distancia con todo lo que también implica para ellos. Para empezar a contar cómo ha sido hasta el día de hoy esta experiencia, vale la pena aclarar que no quisimos, de ninguna manera, simplemente hacer lo mismo: transitar a la educación virtual no es colocar contenidos y tareas para realizar en casa a través de una plataforma. Significa repensar acciones pedagógicas en entornos virtuales que promuevan el pensamiento y a su vez permitan aprendizajes empleando recursos de e-learning.

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No quisimos hacerlo fácil, quisimos hacerlo bien. Comenzamos reformulando nuestras acciones pedagógicas por área y habilidad en cada grado, rediseñando entornos virtuales. Luego, construimos integraciones en el plan de estudios para ofrecer aprendizajes en donde el tiempo, el espacio virtual, los hábitos escolares, los mecanismos de enseñanza y, sobre todo, el acompañamiento, fueran acordes a la edad madurativa de nuestros estudiantes. Priorizamos, también, la formación integral así como el acompañamiento y el enfoque personalizado, características no negociables de nuestra propuesta educativa… nos tomamos el tiempo de crear una Escuela Ignaciana en la Virtualidad. Aseguramos, con creatividad y compromiso, un plan de estudios que permita a las familias y estudiantes la formación en el MAGIS, y fuimos más allá de organizar las áreas en un horario de casa: planificamos cada acción contando con la realidad de la educación digital. Para que esto fuera posible, empleamos plataformas amigables y diseñamos tutoriales para acompañar su adecuado uso. Como resultado, se diseñaron horarios para cada ciclo o grado, se mantuvo la Toma de Contacto y la Pausa Ignaciana al comienzo y cierre de la jornada; realizamos la integración de asignaturas adecuadas al ritmo del aprendizaje virtual; implementamos encuentros sincrónicos que garanticen la adecuada comprensión de los objetivos formativos, la aclaración de dudas e interrogantes y sobre todo el acompañamiento, así como momentos

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asincrónicos que favorecen la autonomía y garantizan la continuidad del proceso con asignaciones adecuadas en profundidad, tiempo y capacidades de los estudiantes. Este fue un trabajo arduo, analizado y realizado con cuidado, siempre con un objetivo claro: garantizar que nuestros estudiantes bartolinos puedan alcanzar todos los logros y habilidades que se proyectaron inicialmente de acuerdo a su edad madurativa, a pesar de hacerlo a través de una metodología virtual. ¡Ha sido una oportunidad para reconocernos como co-responsables del proceso formativo de nuestros niños y jóvenes, una experiencia de vida que nos introduce en el mundo digital y la formación de competencias para el siglo XXI! Hemos tenido en cuenta los lineamientos que el Ministerio de Educación ha compartido para este tiempo; entre ellos, la directiva 007, publicada el 6 de abril de 2020, en donde se reconoce la importancia de no mantener a los niños por largas horas

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frente a la pantalla en la primera infancia, ya que su edad madurativa requiere del acompañamiento de un adulto y, por esto, sabemos que nuestros padres de familia se han también comprometido y han tomado parte activa en este proceso formativo que hoy nos compete. En ningún momento se pensó en sacrificar la calidad de la propuesta educativa. En ningún momento, tampoco, quisimos descuidar los aspectos esenciales que la enriquecen. Por supuesto, este ha sido un proceso que ha generado aprendizajes para todos; en cada uno de los ciclos se han presentado diferentes dificultades que hemos procurado resolver de la mejor manera posible. ¡Este ha sido un desafío para comprender el lenguaje digital y los medios interactivos como oportunidades para aprender y explorar el mundo! Estamos seguros de que todos los miembros de la comunidad del Colegio San Bartolomé La Merced han asumido con compromiso y responsabilidad este gran reto y así, juntos, haremos de esta experiencia una gran oportunidad.

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La virtualización social: el escenario para una construcción social Rafael Amín Bermejo Samper Docente - Colegio San José

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ebido a los últimos acontecimientos que estamos experimentando con relación al COVID-19, que nos mantiene en un confinamiento indefinido, se han propiciado una serie de cambios de la interacción social: encontrarnos con el otro en unos escenarios distintos, creando nuevas formas de conocerse y de identificarse como miembros de una comunidad global, obligando, ciertamente, a una profunda reflexión que pone en consideración en la mesa del debate interestatal y globalizada, unas propuestas –desde las perspectivas del conocimiento o de la ciencia– de ir más allá de lo presencial, de lo local a lo global en las relaciones humanas. Desde el punto de vista de la historia, hemos sido conscientes de aquellas paulatinas y constantes trasformaciones sociales que algunas veces son drásticas y rápidas, dependiendo de las circunstancias impulsadas por los distintos sectores de la sociedad –característicamente los sistemas económicos y políticos– que inciden fuertemente en lo cultural o religioso, como también en las emociones, para satisfacer intereses particularizados, como el caso de los grandes movimientos de índole revolucionista en América Latina, que gran parte batallaron por el derrocamiento de las dictaduras y la

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instauración de sistemas democráticos, admitiendo el florecimiento de un nuevo proceder humano. Acciones que, sin duda, instaurarán nuevos estilos de vida en la manera de relacionarse entre humanos, alimentando nuevos imaginarios asumidos en la conducta en el saber ser de hoy. Consientes de estos cambios, somos, ahora, los promotores de nuevas proyecciones ético-morales, en las cuales seremos educados para aprender a asimilar, a futuro, las consecuencias de nuestros actos que, a partir de hoy, darán comienzo a unas relaciones en los distintos escenarios como la familia, las escuelas, las organizaciones políticas, las religiones y diversos espacios de encuentro entre personas. Razón por la cual es importante repensar las distintas estrategias para educar al individuo, con miras a un futuro inhóspito, pero con claras visiones de la manera de asumir y continuar aquellos modos de pensamiento que surgirán con

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las nuevas generaciones, mientras que nosotros seremos un referente del pasado de lo que vivimos hoy. Este estilo de vida, que se establecerá con el tiempo, hace perentorio revisar el contexto en que se mueven los individuos, para tener insumos necesarios y no desaparecer en el tiempo y ser excluidos por querer mantener pensamientos descontextualizados en las costumbres o maneras de interactuar con el otro; puesto que, sí será posible mantener valores éticos esenciales, que siempre estarán presentes en la manera de encontrarnos con el otro. De manera que nos surge la pregunta: ¿qué podemos proyectar a la familia, en su campo de construcción social desde la formación humana, para alcanzar la integralidad más profunda y real que tanto se ha pensado en el devenir de la humanidad? Indisputablemente, la virtualización de las relaciones humanas no es una segunda

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opción ni la otra alternativa para responder ante una urgencia remota, sino es aquel paso importante donde todos hacemos parte para crear escenarios sociales, en los que la pedagogía debe ser un fragmento importante para algo que, a lo mejor, transforme definitivamente la educación. Dirimamos que hemos entrado a una era de nuevos retos en la forma de educar, puesto que, hasta hoy, siendo sensatos, no tomábamos la virtualidad como una opción de tiempo real que permitiera la continuidad dentro del aprendizaje, como espacio alternativo, con nuevos escenarios para el reconocimiento de un nuevo medio de establecer relaciones humanas, siempre y cuando sean sostenidas dentro de los principios. Por lo tanto, las nuevas relaciones estarán mediadas o sujetas a una virtualización social, en la cual el reconocimiento de los individuos será una manera de posibilitar la ampliación de los encuentros con el otro, la construcción de una comunidad automatizada, algo que, quizás, lo veíamos no tan remoto como ahora, y la posibilidad de repensar las reglas de juego en las normas morales. La presencialidad no será la única opción en la construcción social y familiar para fortalecer los lazos entre humanos como el motivo de manifestar el afecto que no debe desmejorarse sino fortalecerse.

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Los retos de la Javeriana Cali para mantener la excelencia académica en el entorno virtual Johan Giraldo Rodríguez Comunicaciones - Pontificia Universidad Javeriana (Cali)

Nuestro modelo de educación se enfrenta a uno de sus mayores retos en la actualidad. La inesperada situación llevó a colegios y universidades a replantear y transformar su forma de afrontar la educación y la pedagogía. Sin embargo, hemos encontrado en la tecnología un aliado para dar un salto de calidad en el cumplimiento de nuestros objetivos y seguir alcanzando la excelencia académica y humana. Este nuevo desafío nos invita a reinventarnos hacia un modelo virtual del que ya hemos ido navegando gracias a MOOC, webinars, el uso de Blackboard y otras herramientas. La coyuntura del COVID-19 se presentó como una oportunidad para avanzar en la apropiación y uso de las tecnologías en la educación, sin dejar de lado las estrategias pedagógicas para acompañar a profesores y estudiantes en la implementación de sus clases.

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A través del Centro de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación (CRAI) y el Centro para la Enseñanza y el Aprendizaje (CEA) la Javeriana Cali se planteó tres retos que pudieran aportar a soluciones y seguir con el lineamiento de la identidad de nuestra Universidad. “El primero fue preparar a nuestros profesores. Muchos de ellos ya contaban con experiencia en el manejo de la tecnología, pero otros menos. El otro gran reto que hemos venido enfrentando simultáneamente es acompañar y preparar a los estudiantes, pues si bien es cierto que esta generación maneja el mundo de las tecnologías, el aprendizaje exige otras competencias no solo desde lo tecnológico. Finalmente, el tercer desafío es dar cumplimiento a la realización de los componentes virtuales para algunas asignaturas”, explicó la Vicerrectora Académica, Ingrid Schuler García.

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No obstante, estos desafíos implican un cambio abrupto. Por parte de los estudiantes ha significado una adaptación total. Las metodologías de la presencialidad no son las mismas que las utilizadas en un programa virtual y el entrar en ellas les ha implicado asumir fuertes confrontaciones. Un ejemplo de ello fue que no todos contaban con equipos para realizar sus tareas desde la casa, por lo que la Universidad realizó una campaña para prestar computadores portátiles a quienes los necesitaban. Sin embargo, encontramos estudiantes que han tenido reacciones positivas y con oportunidad de mejora frente a este cambio. Juan Pablo Alvarado, de la carrera de Psicología, destacó la facilidad de los docentes para adaptarse a la virtualidad. “En el caso de los profesores, [ellos] han mostrado disposición para aprender el uso de las herramientas tecnológicas como Zoom o Collaborate. Se adaptaron al cambio, lo cual ha hecho que las clases prosigan sin inconvenientes.” Por su parte, Valentina Serna, de Arquitectura, ha sido una de las estudiantes a quienes se les han presentado problemas MAY-JUN 2020 | Educación Jesuítica

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en el desarrollo de las clases. “Aunque valoramos el esfuerzo de los profesores, no todos tienen la capacidad de adaptarse al cambio… unos tuvieron problemas al inicio y no estaba funcionando. En mi caso, tuve inconvenientes porque la conexión de internet no ha sido buena. Sin embargo, tenemos que hacerlo porque debemos ser comprometidos y entender que, por el momento, es la única solución”. Para afrontar esta transición, el CEA y el CRAI han sido claves. Los entornos de aprendizaje se trasladaron al hogar, por lo que se crearon estrategias para desarrollar habilidades en entornos digitales en un nuevo escenario al que debemos responder con estrategias pedagógicas usando tecnología. "A pesar de que teníamos una cultura de uso de TIC en la Universidad, y el nivel de apropiación de plataformas tecnológicas era el adecuado, no era para este nuevo escenario, pues la gran mayoría de los profesores usaban las tecnologías como apoyo a su clase presencial; otra cosa es que aproximadamente 180 profesores tenían experiencia en ambientes 100% virtuales. Entonces, sabíamos que debíamos acompañar a los docentes a trabajar para unas nuevas condiciones", explicó Tatiana Valencia, directora del CRAI. En este proceso de cambio y transformación se incorporó el CEA para realizar un acompañamiento con capacitaciones de corte pedagógico y así evaluar el aprendizaje en línea. Dos temas muy requeridos por los docentes, y que hoy han demostrado que son profesionales comprometidos, solidarios, responsables, cumplidores de sus deberes y abiertos al cambio, demostrando que cumplen con los rasgos de identidad del profesor javeriano. 42

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¿Dónde queda la pedagogía ignaciana? ¿Cómo la implementamos desde lo virtual? ¿Cómo nos ayuda a evaluarnos? ¿Qué debo hacer para orientar un aprendizaje? A estos interrogantes se ha venido respondiendo y afinando el Material de Apoyo Pedagógico en el que se orientó la práctica pedagógica de los profesores de la Universidad Javeriana Cali. "El reto para el CEA ha sido implementar estrategias de acompañamiento que reconozcan las vivencias que están teniendo profesores y estudiantes, para que no se sientan abrumados. Esto ha significado para el CEA adecuar los procesos de acompañamiento a las dinámicas y posibilidades virtuales, ofreciendo a los profesores diferentes escenarios de trabajo y reflexión a través de asesorías grupales e individuales virtuales", cuenta Ana Victoria Prados, directora del CEA. La Javeriana Cali apoya este proceso de cambio y retoma la potencia de hacerlo desde sus fuentes de identidad, principios

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y valores, que garanticen la formación de una mejor sociedad, con el compromiso vivo de seguir formando a aquellos que sabrán responder a las circunstancias actuales con criterio y que van a enfrentar los retos del futuro con integridad y excelencia. “En esta nueva experiencia pedagógica hemos tenido muy presente esta carta de navegación de la Compañía de Jesús. Pese a la rapidez con la que debimos actuar, de manera genuina supimos conservar lo esencial: la experiencia, la reflexión y la acción para cumplir con el compromiso de garantizar no solo la Excelencia Académica, sino la Excelencia Humana”, concluyó Ingrid Schuler García. Si la educación superior está llamada al cambio, la Universidad Javeriana no dudaría en reflexionar y actuar sobre los cambios que se necesitan, protegiendo nuestra identidad como obra de la Compañía de Jesús.

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JÓVENESENCAMINO

Huellas: comunidad en formación Ramón A. Estévez B. Red Juvenil Ignaciana

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l Movimiento Juvenil Huellas (MJH) hace parte de la estrategia transversal de la Compañía de Jesús en Colombia, la cual se materializa a través de la Red Juvenil Ignaciana (RJI). ¿Cómo, entonces, se vincula el Movimiento con la RJI? Esta pregunta es fundamental porque el Movimiento es una apuesta definitiva de la Red. Por ello, el MJH se configura como una apuesta transversal a los tres ejes de la RJI (Espiritualidad y Vida Interior, Proyección Social y Conocimiento y Juventudes). En esa medida, tanto el Movimiento como la Red son pastoralmente complementarios y son ambos apuestas que apuntan a hacer realidad nuestra misión. Teniendo en cuenta lo anterior, este Movimiento, arraigado en la espiritualidad ignaciana, pretende formar jóvenes profundamente humanos y auténticos en el seguimiento a Jesús, la experiencia de una vida comunitaria, el reconocimiento de sus diversas realidades y, asimismo, en el servicio a los más desfavorecidos. Por ende, la propuesta del MJH también está enmarcada en la Preferencia Apostólica Universal de la Compañía de Jesús por “acompañar a los jóvenes en la creación de un futuro esperanzador”. En consecuencia, resulta ser una premisa que confirma e invita al Movimiento para que siga profundizando en los procesos formativos y comunitarios mediante el acompañamiento a los huellistas en sus diferentes contex-

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tos. De igual manera, profundizando en su búsqueda del Dios de la vida –mostrado por Jesús– y promoviendo su protagonismo en la transformación de la realidad sociocultural y eclesial de Colombia. De esta manera, el Movimiento está inspirado y fundamentado en la espiritualidad ignaciana ya que posibilita una experiencia más cercana a Dios dentro de la cotidianidad de los huellistas. Así encuentra un modo de proceder fundamentado en el discernimiento ignaciano como herramienta que ayuda a comprender la sabiduría presente en la frase de Ignacio de Loyola “tiempos, lugares y personas”. Por ello, Huellas siempre está en constante movimiento, buscando responder a la realidad cambiante desde el reconocimiento de Dios en todas las cosas. Para los huellistas y asesores, es muy importante reconocer la historia y el aporte que han hecho muchas personas a lo largo de la presencia del Movimiento en Colombia. Por eso, es importante tener en cuenta el camino recorrido… no fue empezar de cero, sino, por el contrario, fue hacer un reconocimiento de todo lo positivo que tiene el camino hecho y, de esta manera, “construir sobre lo construido”. Por esto, es importante ver la herencia del origen del movimiento en Venezuela y de los diferentes aportes que han hecho las instituciones que le han abierto el espacio al movimiento para que este pueda florecer y que los jóvenes puedan seguir a Jesús a la manera Huellas. Esta formación se realiza a través de un itinerario que acompaña el crecimiento personal y grupal, por medio de una pedagogía vivencial donde se prepara al joven para que, desde la reflexión sobre su contexto, se anime a crear o insertarse en acciones significativas de transformación social y eclesial. MAY-JUN 2020 | Educación Jesuítica

Bitácora Colombia Desde la fundación del movimiento en el 2010, la herramienta que se utilizó en Colombia para la formación de los huellistas en las diferentes regiones donde se desarrolló la propuesta del movimiento fueron las bitácoras diseñadas en Venezuela. Estas sirvieron como herramienta fundamental con las que se acompañaron los diferentes procesos formativos de los huellistas. Cabe aclarar que estas bitácoras respondían al contexto venezolano y lo que se hizo en las diferentes regiones fue adaptar las actividades a los diferentes contextos y al deseo de tener las bitácoras de Colombia. En el 2017, luego de un proceso de discernimiento, se decidió empezar con el proceso que llevó dos años a la concreción de la propuesta para Colombia, dando como resultado la bitácora y lineamientos para Colombia que tienen como objetivo ser una herramienta que se adapta a los diferentes contextos donde se encuentra el Movimiento. La bitácora Colombia está pensada como una herramienta para todas las etapas en donde se profundiza la identidad ignaciana desde el Paradigma Pedagógico Ignaciano (PPI). Tiene la particularidad de ser general y abierta para entrar en diálogo con los distintos contextos y establece acuerdos para mantener una identidad común y un espíritu de familia, temas importantes para la formación de los huellistas.

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INSPIRACIÓN IGNACIANA El fundamento pedagógico de Huellas está inspirado en la espiritualidad ignaciana. Con esta pedagogía, se busca el desarrollo integral de la persona para la acción, incidiendo en la configuración de hombres y mujeres para los demás, cualificando liderazgos inspirados en el evangelio, conscientes y comprometidos en la transformación de la realidad personal, comunitaria y social. Se trata de formar hombres y mujeres que aman la libertad, capaces de crear una vida diferente. Personas que transforman el modo de verse a sí mismos, a los demás y a las estructuras sociales. Así cambian radicalmente su modo de pensar, actuar y entender la vida. Se trata de un proceso que encarna la realidad del mundo y sus desafíos desde una pedagogía ignaciana que se compromete con el cultivo de la fe y la promoción de la justicia. Una pedagogía que consolida “hombres y mujeres

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conscientes, compasivos, competentes y comprometidos”, es decir, “hombres y mujeres para y con los demás”. La propuesta pedagógica, fundamentada en el PPI, la cual se desarrolla a través de las cinco etapas, sucesivas y simultáneas, interactúa durante todo su desarrollo. Huellas organiza todo el proceso formativo mediante itinerarios de formación con base en la bitácora, siguiendo las cinco etapas del paradigma pedagógico, pero asignando nombres acordes a la vida juvenil. Las cinco etapas del PPI en Huellas tienen nombres distintos para que los huellistas sientan más cercanía al interactuar con este: el contexto se llama “Pisando tierra”, la experiencia se llama “Abriendo horizontes”, la reflexión es “Novedad”, la acción es “Las palabras no bastan” y la evaluación es “El momento magis”.

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ANIVERSARIO Este año, Huellas está celebrando diez años de presencia en Colombia, en donde han sido muchos los jóvenes que se han identificado con el Movimiento y pasan a ser huellistas que siguen los pasos del primer caminante que quieren un mundo más justo y más humano al servicio de los demás. La espiritualidad ignaciana ha sido la fuente de inspiración y desde donde se han construido comunidades de vida. Ha sido fuente para muchos, por lo que, desde el Comité de Huellas, se ha impulsado la bitácora y lineamientos Colombia para que sean más los jóvenes que quieran seguir los pasos de Jesús y se empiecen a llamar huellistas.

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YO OPINO

La ecología y el coronavirus Alejandro Londoño, S.J.

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xiste un dicho popular muy conocido: “No hay mal que por bien no venga”. Parece que es el que mejor se le aplica a esta pandemia que estamos viviendo. EL MAL Para todo el mundo es claro que el coronavirus es un gravísimo mal. Por las muertes que está causando, por las malas respuestas que pueden dar nuestros gobiernos, por los demás males que está trayendo a todo el mundo.

EL BIEN Parece mentira, pero son muchos los bienes que nos está trayendo este coronavirus.

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Se ha insistido mucho en que va a mejorar la vida del hogar, pues es una bella oportunidad para estar juntos en casa con toda la familia; Nos puede acercar más a Dios, acudiendo a Él en esta gran amenaza contra la vida. Mucha gente está orando más, viviendo la Misa por televisión, etc.; Nos está recordando aquel dicho: “Dios siempre perdona, el hombre no siempre, la naturaleza nunca”. Y nos ha hecho pensar el mal que nuestros gobiernos han hecho dando permiso a las empresas transnacionales y empresarios nacionales de acabar con la selva amazónica, con la chocoana y otros lugares; Nos ha puesto a pensar en la responsabilidad que tenemos de defender lugares como la laguna de Santurbán, que suministra agua a cuatro millones de personas en Santander; sitios ricos en biodiversidad, como Jericó y el suroriente antioqueño, amenazados por la minería extranjera. Puede ser una invitación para leer la encíclica del Papa Francisco “Laudato si’”, del cuidado de la Casa Común; Y una oportunidad para ver, mirar y admirar la Creación y realizar obras acciones para conservarla.

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Laguna Brava, Páramo de Santurbán (Municipio de Arboledas). Foto: Grupo Áreas Protegidas CORPONOR. Fuente: wikipidia.org (CC BY-SA 3.0).

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YO OPINO

FLOR(ES)SER EN VIDA

Cómo sobrellevar educarnos en casa en tiempos de COVID-19 María Alejandra Rojas Matabajoy Historias Audiovisuales Oficina Provincial de Comunicaciones

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l inicio de esta cuarentena, los estudiantes que pudimos, nos mudamos a la modalidad de educación virtual. De inmediato, empezaron a aparecer peticiones virales para que nuestra “productividad” no se viera afectada. Entre las exigencias mediáticas que se nos han hecho, está la de leer libros, aprender un idioma nuevo o seguir técnicas para no perder el compromiso y la disciplina. Nadie nos dijo que nuestra motivación podía disminuir en esta situación porque se nos bajan los ánimos muchas veces; que ahora es más difícil estudiar y trabajar al tiempo porque pasamos más de doce horas sentados frente a un computador; que los trabajos y lecturas iban a aumentar en este formato improvisado o que, como culturalmente no estamos preparados para el aprendizaje en línea, muchos no contamos con un espacio

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en casa o los equipos necesarios para poder tomar las clases adecuadamente. Hoy, haciendo a un lado estas exigencias, quiero invitarnos a que recordemos nuestra humanidad, lo que significa aceptar que, como seres humanos, somos frágiles. Nos cansamos, nos atemorizamos, nos desconcentramos, nos ponemos tristes y eso no necesariamente es malo… hace parte de nuestro instinto natural y es normal que esas sensaciones se activen como mecanismo de protección. A partir de lo que he enfrentado en este primer mes de confinamiento, quiero sugerir una serie de recomendaciones sobre cómo afrontar los estudios en estos tiempos caóticos:

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1. Realizar una sola tarea a la vez: las labores se acumulan y esto nos genera angustia. Es importante enfocarnos en una sola actividad porque le podemos dedicar nuestra atención completamente. Escoger un instante específico del día para hacerlo puede ayudar. Si intentamos abarcar muchos quehaceres es probable que nos dispersemos y no finalicemos nada aumentando así la ansiedad.

situación con un poco más de compasión, incluyéndonos a nosotros mismos en el panorama, a recibir con amor todo lo que no estaba planeado pero que estamos viviendo y, sobre todo, a abrazar nuestros sentires, aunque no sean los más agradables ahora. Ese es el aprendizaje más importante que estamos interiorizando en nuestro espíritu.

2. Descansar de todas las pantallas: es un buen ejercicio ocular tomarse varios espacios al día para desconectarse de los aparatos tecnológicos que impliquen un esfuerzo con los ojos. 3. Llevar una lista de tareas resueltas: perdemos la motivación al ver que no alcanzamos a hacer todo y esto nos genera frustración. Si anotamos todo lo que sí hacemos, enviaremos un mensaje a nuestro inconsciente de que sí somos capaces de completar objetivos y alimentaremos la credibilidad de nosotros mismos. 4. Aceptar los momentos en los que definitivamente no tenemos disposición o estamos bloqueados para estudiar: tal vez ayude respirar, recostarnos, descansar un poco o distraernos haciendo algo divertido. La clave es proponernos una fecha y una hora para retomar. Eso generará un compromiso en nuestra psique que evitará el sentimiento de culpa y podremos estar tranquilos mientras nos dispersamos para luego poder reanudar con facilidad. Por último, nos invito a observar esta

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24 CUADROS

YO OPINO

J’ai perdu mon corps (Perdí mi cuerpo) Pablo G. Ivorra Peñafort Oficina Provincial de Comunicaciones

Fotogramas de “Yo perdí mi cuerpo”. Fuente: imdb.com

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erdí mi cuerpo” (2019) es un largometraje francés nominado al Óscar como mejor película de animación. Antes que nada, en el espíritu de esta columna de vivir el cine como una experiencia orante, la animación como género y técnica merece una consideración especial para reconocer su valor al ser contemplada. Para los lectores que no lo saben, a continuación una explicación de cómo se construye una animación de este tipo. Mientras que el cine tradicional –análogo o digital– se arma por la sucesión consecutiva de veinticuatro fotografías por segundo, la animación lo hace, en términos generales, basada en veinticuatro dibujos por segundo. En el primero, la cámara de cine resuelve la veloz captura fotográfica de forma mecánica y electrónica; en el segundo, cada cuadro es manualmente construido por las manos de los animadores y, luego, fotografiado por separado. En una película como “Perdí mi cuerpo”, de 81 minutos de duración, estamos hablando de más de 116.000 dibujos consecutivos. Me detengo un momento a pensar en lo meditativa y exigente, en términos de paciencia, que es la experiencia de animar en el cine. En este caso, como espectador, la vivencia de contemplar la historia y “reflectir” en el corazón para sacar provecho, se ve amplificada y enriquecida por la toma de consciencia de las miles de horas de trabajo que implicó para los autores su realización. Es un relato con una rica carga simbólica en sus personajes y giros dramáticos. Naoufel, un repartidor de pizza decepcionado del curso de su vida y sin un norte aparente, encuentra en Gabrielle, una bibliotecaria sobrina de un carpintero, la razón perfecta para tener un propósito vital y seguir su corazón por amor. Paralelo a

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esta historia, una mano amputada –sí, una mano– recorre una París subterránea y poco turística en búsqueda del cuerpo de quien fuera otrora su dueño. Naoufel y su mano buscarán, sin saberlo, un reencuentro que parece imposible. Esta historia cae a mis ojos y oídos como bálsamo en contextos de pandemia. Qué bella metáfora la de “perder mi cuerpo” y que este me busque. Un mundo en cuarentena por una emergencia global de salud tiene que ser señal suficiente para un llamado a la reconexión con aquello que nos configura. Como humanidad, llevábamos décadas, si no siglos, con nuestro cuerpo perdido. No me refiero solo al aspecto fisiológico y de cuidados sanitarios, sino también a nuestra conexión con lo que nos hace humanos: nuestra Casa Común, nuestras relaciones, nuestros actos de bondad (sin desconocer los pocos de maldad que hemos visto en estos tiempos), nuestra consciencia de ciudadanía global, entre otros ejemplos. Naoufel buscó reconectarse con su vida a través del amor, al tiempo que su mano buscaba reconectarse con él. Que esta pandemia nos permita tomar la iniciativa para reconectarnos con nuestro “cuerpo perdido”, antes que a este le toque buscarnos primero.

Mira el trailer en YouTube

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AGENDA

Santa Sede | Liturgia Compañía universal

MAYO-JUNIO

Iglesia en Colombia Provincia Colombiana

M AYO 5-9

Asamblea de la CPAL Reunión virtual

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Celebración Día de las Madres Colegio San Pedro Claver Facebook (Parroquia Sagrado Corazón de Jesús)

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JUNIO 20

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j.29 54

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Día Mundial de los Refugiados Universal Ejercicios Espirituales de Provincia La Esperanza Solemnidad de San Pedro y San Pablo, apóstoles Universal Revista Jesuitas Colombia


Jesuitas, compañeros apostólicos, laicos.

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¡Nueva serie! Espera un episodio cada mes. 2º episodio: semana del 18 al 28 de mayo. MAY-JUN 2020 | Educación Jesuítica

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