12 minute read
Camino y agua, claves para la génesis pastoril de Valmojado, por David González Agudo
CAMINO Y AGUA, CLAVES PARA LA GÉNESIS PASTORIL DE VALMOJADO (TOLEDO).
David González Agudo
En un congreso sobre espacios fortifi cados de la provincia de Toledo celebrado en mayo de 2003, Jesús Rodríguez Morales y Fernando Sáez Lara presentaban una interesante comunicación en la que planteaban una coincidencia de la vieja mojonera romano-visigoda de las ciudades del Centro peninsular —Complutum, Segovia, Abula, Toletum, ¿Mantua?, ¿Titulcia?— con la situación de los grupos de atalayas andalusíes del Norte de las provincias de Madrid y Toledo 1 .
Parece ser que en tiempos musulmanes, y con la fi nalidad de preservar a Toledo de posibles ataques cristianos o revueltas internas, el establecimiento de puestos defensivos en los valles del Alberche y el Guadarrama —Alamín, Canales, Olmos, ¿Batres? o Calatalifa— venía a abarcar un espacio territorial «vacío» que pudo haber pertenecido a ciudades como Mantua, Titulcia o Toletum y cuyos emplazamientos en altura pudieron no haber sido ocupados por los romanos, pero sí por civilizaciones anteriores. La lectura de ese artículo nos sugirió una serie de cuestiones: ¿qué pudo ocurrir con la zona que quedaba «entre ríos»? ¿Qué decir de la encrucijada de vías que atraviesan estas tierras, como la Cañada Real Segoviana, el Camino Real de Madrid a Badajoz y otros caminos secundarios? ¿Cuál es el porqué de la penetración jurisdiccional de ciudades como Segovia al Sur del Sistema Central tanto en época romana como en la Edad Media? ¿Fue realmente «nueva» la fundación segoviana, en sus extremos meridionales, de una cabeza de sexmo en Casarrubios del Monte y un puerto de ganados en Valmojado? ¿Serán el encuadre estratégico del primero y los orígenes pastoriles del segundo claves para reafi rmar las líneas fronterizas que diversos estudiosos hacen retrotraer a la divisoria citada?
Tratar de responder a las preguntas anteriores podría hoy no ser tan arduo, si se atiende a los resultados de la búsqueda archivística más reciente sobre Val
1. Foto aérea de Valmojado en 1930. En la parte superior derecha se puede distinguir el tránsito de la Cañada Real Segoviana por su casco.
mojado 2 . Ésta, a pesar de estar todavía pendiente de ser avalada por los trabajos arqueológicos, ha deparado bastantes novedades para la historiografía de un pueblo que, hasta hoy, había sido considerado «moderno 3 ». Esta situación, por consiguiente, parece precisar de un replanteamiento historiográfi co de la comarca. El enclave merece una atención específi ca dentro de los modelos de crecimiento de los núcleos poblacionales, pues constituye un caso atípico en el conjunto europeo occidental.
No sólo se tiene constancia documentada de Valmojado como puebla de señorío tardo-medieval 4 , ya que la relevancia económica y estratégica de las vías pecuarias de origen mesteño que confl uyen en su casco urbano es más que notoria. La Cañada Real Segoviana, los cordeles de Pedro Moro y Aldea del Fresno, la Colada del Álamo y más de media docena de veredas o cañadillas confi rman, desde 1208, la mención documental del Portillejo 5 y Los Portiellos 6 , o lo que es lo mismo, el Puerto (de Valmojado).
2. Restos de la supuesta atalaya de Valmojado.
Por un lado, Segovia establece un paso y puerto de ganados con contadero de reses, venta, «hornillo» de pan cocer y aposento de guardas segovianas y arrendadores de impuestos. Por el otro, un Val (de la) Majada sirve para acorralar los ganados que se cobran en especie como «derecho de passage é Retorno» al transitar por el Portillejo. Este lugar de transacciones ganaderas, al cual acudirían carniceros de toda la comarca, está cercado por veredas mesteñas y franqueado desde lo alto (657 m) por la presencia de un raro edifi cio de planta circular cuyo emplazamiento y técnica constructiva podrían retrotraerse a las de las atalayas de época islámica.
Valmojado se halla en el punto medio del tránsito de un camino Alamín-Olmos (29 km) salpicado de restos arqueológicos y referencias etimológicas que plantean una hilera defensiva que conectaría sin problema alguno las dos fortalezas ribereñas. Son los ejemplos de las ¿atalayas? o mal supuestos «molinos de viento» de Valmojado y Casarrubios del Monte, a los que, probablemente hiciese referencia el arroyo de Borçalauaio («Bury al-awajir»), que vendría a signifi car «torre de los últimos». Un arroyo cuyo cauce y cercanías están, sin duda, cargados de referencias atalayeras: Bouadilla, Fuente de la Mora y La Atalaya en Camarena; Bujazadán (Borch Assadam) en Recas; y Dehesa de Buzarabajo o Finca Las Atalayas, cerca de Camarenilla.
Es también el ejemplo de La Torre de Esteban Hambrán, cuya denominación, según Jiménez de Gregorio en sus Pueblos de Toledo, respondía probablemente a que «ya en el S. XIII existiera, en el paraje donde se levanta nuestra Villa, una torre construida por los musulmanes cuando dominaban el país, para comunicarse con el Castillo de Alamín por medio de fuegos 7 »; o del mentridano Cerro del Castillejo; o el de los parajes de Palomares/Cabeça del Perro. Caso este último el de un vértice geodésico que, por su propia altitud y visibilidad, haría innecesaria la construcción de una torre. Esta posibilidad es planteada por los expertos para algunas atalayas situadas entre Talavera y Talamanca del Jarama 8 .
Algunos autores, como Matellanes Merchán, sostienen que algunas de las atalayas fueran, en origen,
3. La supuesta atalaya del Camino Real de Madrid (Casarrubios del Monte).
ribat islámicos o alquerías fortifi cadas en las áreas fronterizas. Esta cuestión no merece ser desdeñada al considerar que Olmos y Alamín ejercieron de ribat en la época de la taifa toledana, situándose en la misma línea que Valmojado. Tales referencias podrían corresponder a antiguas torres construidas en época omeya —dentro de la política de refuerzo militar fronterizo de Abd Al-Rahmán III—, utilizadas durante la taifa toledana y la Reconquista; y, desde luego, reaprovechadas en época posterior como fortines jurisdiccionales 9 , canteras, «palomares», «majadas» o ¿»molinos de viento»?; perdiendo para siempre su utilidad como sistema integral.
De esta forma, y sin olvidar el recuerdo toponímico de posibles estructuras defensivas en tres aldeas maquedanas —Torrecilla, Torrejón de Retamar y Torrejón de Maqueda 10 —, podrían abrirse nuevas líneas geoestratégicas, ortogonales a las dos que bajan de los pasos de la Cordillera: las de los ríos Alberche y Guadarrama. No serían casos excepcionales, pues ya se vio que el esquema vertical de las líneas defensivas se alteraba entre Talavera y Majadat al-Balat 11 , en el Valle del Tiétar, con vías de Este a Oeste.
Camino medieval, por tanto, con una longitud bastante ajustada a lo acostumbrado en las jornadas de viaje a caballo —unos treinta kilómetros— y que podría aseverar el concepto multidireccional de la marca fronteriza que ya se propuso para las tres hileras de atalayas preserranas de Madrid 12 . Su trayecto podría ser el siguiente: Alamín-La Torre de Esteban Hambrán
4. Caño de La Teja. Situado en la confl uencia de la Colada del Álamo y el Camino Viejo de Casarrubios.
— Palomares/Cabeça del Perro (vértice geodésico Loberas) y Cerro del Castillejo (Méntrida) — Atalaya de Valmojado-Atalaya del Camino Real (Casarrubios)- Castillo de Casarrubios y Castillo de Canales-Olmos.
Después de la Reconquista de Toledo en 1085, los monarcas cristianos otorgarían muchas aldeas o alquerías de su territorio, otrora musulmanas, a diversos repobladores de los que muchos de ellos eran de ascendencia mozárabe. Existe un privilegio real de 1207 por el que Alfonso VIII confi rma las posesiones del monasterio de San Clemente de Toledo. Junto a Borge Azultan (Azután, en la comarca de Oropesa), ratifi ca «illam aldeam que uocatur el Villar de Quinque Fontes, illa que est ubi nascitur el arroyo que uocatur Borzalauaio, et est inter Casar Rubeum et aldea de Aznar Gomez 13 ».
Varios testimonios del S. XV señalarían que el Arroyo de Buzarabajo —hoy, Arroyo de Valdeoro o de Vallehermoso— «està entre Valmojado y Casarrubios 14 ». Cierto es que el regato se forma en el término municipal de Valmojado, donde confl uyen los arroyuelos de Cabeza Tocón, el Regajo y Valdevaquillas.
González Palencia vuelve a aludir a la cercana aldea de Aznar Gómez —esta vez como alquería— en un documento de compra-venta fechado en mayo de 1204 15 . El privilegio antes citado señala que El Villar de Quinquefontes había sido otorgado por Alfonso VII a un tal Petro Mauri, cuyo nombre —a la sazón Pedro Moro— aparece en un manuscrito sobre la venta de dos mesones del arrabal de Toledo, en mayo de 1156 16 . No sería arriesgado, pues, identifi car al Val Majada o «Villar de Quinque Fontes» con una de las propiedades de este, quizá repoblador, Pedro Moro 17 . Más aún, cuando uno de sus barrios más antiguos se denomina, precisamente, Alcairías y cuando un Cordel de Pedro Moro halla allí su encuentro con la Cañada Segoviana, en pleno Cerro del Hornillo.
El agua es el segundo elemento del que se nutren las raíces pastoriles de Valmojado. La presencia de numerosos caños abrevaderos dispersos por el entorno urbano —con el agua las más de las veces «traída» mediante viajes kilométricos desde su venera— y vinculados a las principales vías de acceso al lugar, no hace sino fundamentar las sospechas de J.P. Molénat sobre su identifi cación con aquella antigua aldea de las cinco fuentes 18 ». A Valmojado le sobrarían los motivos: Caño Viejo (1), Caño de La Teja (2), Caño Delgado o de Méntrida (3), Caño Fresco (4), Caño de la Salud (5) 19 , Fuente del Cristo, Caño Nuevo, etc.
Recapitulando; Cañada Real Segoviana, Cordel de Pedro Moro, Portelleio, Los Portiellos, «passo é puerto de Valmojado», lugar de compra-venta ganadera franqueado por posible atalaya islámica, lecho materno
del arroyo de Borçalauaio, a caballo entre Olmos y Alamín, punto fronterizo o «aduana» meridional del común segoviano allende sierra y aguas del «Villar de Quinque Fontes» rodeadas, además, de referencias de índole romana en sus proximidades —Villamanta, Santa María de Batres-Tormantos, La Calzada, Fuente Romana (El Álamo), Berciana y Camarena.
Enclavado en el confín occidental de La Sagra, entre las provincias de Madrid y Toledo, hoy Valmojado sigue conservando su condición de frontera. Es aquí, en estos «canpos de Can Mayor», donde la ciudad del Eresma justifi caría en mayor medida su idiosincrasia pastoril, un interés permanente por extenderse «allende sierra», buscando prados y alijares para sus ganados. Tradición compartida, entre otras ciudades, por Ávila; en recuerdo lejano de los pueblos vetones o arévacos -que ya bajaban con sus rebaños a la Carpetania cerealista- y que pudo infl uir en el establecimiento de los «limes» de las ciudades romanas de la región, en la divisoria de los conventos jurídicos o incluso en la de las provincias Tarraconensis y Lusitania.
NOTAS
1 RODRÍGUEZ MORALES, J. y SÁEZ LARA, F.: «Las atalayas entre Talavera y Talamanca: ¿un limes de época andalusí?» En Espacios fortifi cados de la provincia de Toledo. Diputación de Toledo, 2005. p. 490.
2 Vid. GONZÁLEZ AGUDO, D.: Valmojado en la memoria. Horizonte histórico de un pueblo. Diputación Provincial de Toledo. Toledo, 2007.
3 A lo mucho, se tenía en consideración la revalidación de un Privilegio de Villazgo concedido en 1734, o unas Relaciones Topográfi cas de 1576 en las que unos pobres campesinos deponían no saber el porqué de la denominación del lugar, ni tampoco «haber sido de moros, sino que de su primera fundacion fue de cristianos y no de moros». Así respondieron a la segunda pregunta el teniente cura Juan de Recas, Francisco Sánchez y Miguel Hernández —vecinos todos del lugar— en el interrogatorio sobre el municipio en las Relaciones Topográfi cas de Felipe II en el año de 1576.
4 El 12 de marzo de 1467, Enrique IV ordena «secrestar» la Villa de Casarrubios del Monte, con las aldeas segovianas de Villamanta y Valmojado, para hacer donación de ellas —y sus rentas— a su hermana, la todavía Infanta Isabel de Castilla. Toda la documentación referente al Passo é Puerto de Valmojado se halla en el Memorial del pleyto entre el Fiscal Ciudad de Segovia con Don Gonçalo Chacon, y la Villa de Casarrubios. Archivo Municipal de Casarrubios del Monte.
5 En romance, «Portelleio». Privilegio de «La Bolsilla», por el que Alfonso VIII concede a Segovia los términos de su gran alfoz «allende sierra». 12 de diciembre de 1208. COLMENARES de, D.: Historia de la insigne Ciudad de Segovia y compendio de las historias de Castilla. Segovia, 1982. Vol. I, p.331.
6 Libro de la Montería de Alfonso XI. Dicha descripción se encuentra en el Libro Tercero, Capítulo XV: «De los montes et tierras de Matrit et de Alhamín». Aún existen, en término valmojadeño, dos cerros llamados «portillos» que fl anquean su término municipal —el «Portillo de Villamanta» y el «Portillo de Méntrida»— así como el cerro de «El Hornillo», llamado también «Casas Viejas».
7 Citado en GARCÍA CORTÉS, G.: Historia de La Torre de Esteban Hambrán. Toledo, 1990. p. 19.
8 RODRÍGUEZ MORALES, J. y SÁEZ LARA, F.: «Las atalayas entre Talavera y Talamanca: ¿un limes de época andalusí?» En Espacios fortifi cados de la provincia de Toledo. Diputación de Toledo, 2005. p. 496.
9 Vid. Memorial. Éste fue, sin duda, el caso de la torre de Valmojado, de la cual da noticia, en 1502, un pastor de Canencia llamado Miguel Sánchez, diciendo que «las guardas de Segovia estauan en atalaya» cerca del actual templo parroquial, lugar donde Gonzalo Chacón había mandado instalar una horca.
10 RODRÍGUEZ-PICAVEA MATILLA, E.: La Villa de Maqueda y su Tierra en la Edad Media. I.P.I.E.T. Toledo, 1996. pp. 76-78.
11 Id. RODRÍGUEZ MORALES, J. y SÁEZ LARA, F. 1996. p.492.
12 Vid. BAHAMONDE MAGRO, A. y OTERO CARVAJAL, L.: Madrid, de territorio fronterizo a región metropolitana. Madrid, 1989.Tomo V.
13 GONZÁLEZ, J.: Alfonso VIII. Doc. 797. La alquería o aldea de Aznar Gomez podría identifi carse con un paraje casarrubiero que hoy se denomina La Nava. En los albores del S. XVI, el testimonio de un pastor mentridano mostraba que el lugar se llamaba Nava Gomez. Vid. Memorial, fol. 259.
14 Id. Memorial.
15 GONZÁLEZ PALENCIA, A.: Los mozárabes de Toledo en los Siglos XII y XIII. Madrid, 1928-1930. Vol. II, p.277. 16 Id. p.33. nº 48.
17 Al S. de Camarena, cerca del arroyo de Buzarabajo, existe un despoblado llamado Peromoro, cuyo nombre podría referirnos al mismo repoblador.
18 MOLÉNAT, J-P.: Campaignes et monts de Tolède du XII au XV siècle. Madrid, 1997. p.313.
19 Los caños numerados entre paréntesis poseen viajes de aguas.