Teoría pedagógica 5 de abril de 2016 Kinnereth Franco Rojas
Reflexión El Poema Pedagógico de Makarenko
¿Cómo contribuye en mi formación docente?
Considero que el poema de Makarenko contribuye de diversas formas a mi formación como futura educadora, me ha hecho analizar y construir mi propio criterio. En primer lugar, nos habla de la educación como un proceso de socialización, no sólo en el sentido de aprender en la interacción con otros, sino que le otorga mucha importancia al trabajo colectivo y a los valores morales como el respeto, la tolerancia, el trabajo, el apoyo y la iniciativa. Makarenko también nos habla de la inclusión al educar a los niños y jóvenes inadaptados de la sociedad. Nos muestra como la educación no debe de tener preferencias por ninguna clase social o por algún estilo de vida, es una clara demostración del conocido refrán “haz el bien sin mirar a quién”, porque así es como tendría que se la verdadera educación. Así mismo, nos enseña que no nacemos siendo educadores, nos formamos gracias a la experiencia y a los momentos significativos con nuestros alumnos, nosotros también aprendemos de ellos y que a pesar de los retos a los que nos enfrentemos, debemos perseverar. De igual manera, este gran profesor demuestra que la dimensión emocional y afectiva de la relación maestro – alumno es inevitable y es un elemento muy importante en la educación. Construir una identidad colectiva y un sentido de pertenencia a un grupo de personas te ayuda a tener una mejor autoestima, a esforzarte más por mejorar y aprender mucho mejor. La amistad y la confianza que el maestro brinda a sus alumnos son herramientas que ellos utilizarán para integrarse a la sociedad y para ser buenos ciudadanos en el futuro. Educar con amor es la clave de todo buen proceso de enseñanza – aprendizaje, por ello no debemos abusar de nuestra autoridad frente a los niños. En definitiva, la relación que tengamos con nuestros alumnos será una clave para su aprendizaje y posiblemente para toda su vida académica, ya que como educadoras, tenemos la encomienda de ayudar a los pequeños a amar la vida y amar estudiar, no para conseguir un premio o algún título, sino para vivir armónicamente en la sociedad y para ayudar y respetar a los demás.