Ser docente rural y no morir en el intento
La vida como docente rural, mis primeros pasos Por Valeria Collado y Kinnereth Franco Aída Gabriela Pérez Salmerón, es una docente egresada de la generación 2011-2015 de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana, fue seleccionada para trabajar en un Jardín de Niños en la comunidad de Teplicta, Municipio Ixhuacán de los Reyes en el Estado de Veracruz. Para llegar a la comunidad de Tepictla, se utilizan diversos medios de transporte tales como automóviles (en especial, camionetas) y caballos, por supuesto también se puede acceder a la comunidad caminando. El camino para llegar a esta localidad no está pavimentado, es de terracería. La comunidad de Teplicta es pequeña y tiene pocos habitantes, la mayoría de estos, se dedican al cultivo de café, a cuidar ganado o salen a trabajar en otros oficios en lugares como Cosautlán, Teocelo o Xalapa. Las religiones presentes en la comunidad son, principalmente, la religión católica y los testigos de Jehová. En el presente año, la maestra Aída egresó de la Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen” (ubicada en Xalapa, Veracruz), un par de meses después fue asignada a la localidad de Tepictla para ejercer sus primeros años laborales. Entre sus expectativas estaba el ser bien recibida por los habitantes de la comunidad, en especial por sus pequeños alumnos y por los padres de familia, además de poder contribuir al desarrollo de los niños haciendo uso de sus conocimientos. Un jardín de niños bidocente, con algunos recursos materiales como sillas, mesas, dos escritorios, un pizarrón y materiales de educación física, entre otros, son los elementos físicos con los que se encontró la maestra Aída al llegar a Tepictla. Cabe mencionar que la escuela cuenta con un pozo de agua y dos sanitarios cuyos desechos son dirigidos a una fosa séptica, ya que el jardín de niños no tiene el servicio de drenaje. Cuando la profesora llegó a la localidad, los habitantes eran reservados con ella debido a que aún no la conocían, pero poco a poco la han ido integrando a su comunidad, haciéndole conocer sus tradiciones, costumbres y estilos de vida. Ellos han aprendido de ella y a su vez, ella ha aprendido de ellos. La profesora Aída los considera amables y serviciales. A pesar de estas cualidades en los habitantes de Teplicta, también los envuelven problemáticas sociales como el analfabetismo de los padres de los niños, y la distancia que existe entre las casas y el jardín, ya que cuando las condiciones del clima no son favorables, los niños deben caminar por el lodo para poder llegar a su escuela. Existe una estrecha relación entre la comunidad y el Jardín. En el jardín, sus maestras diseñan actividades para promover la integración familiar y procuran apoyar las festividades del pueblo.
Cuando eres un educador siempre estás en el lugar apropiado a su debido tiempo. No hay horas malas para aprender. Betty B. Anderson
Trabajar en un medio rural, resulta una ventaja y una experiencia de vida realmente enriquecedora, al menos así lo considera la maestra Aída: Gracias a las condiciones rurales de la comunidad ellos (los niños) tienen mucho contacto con su medio natural y social, teniendo oportunidades de observación y exploración, además de arraigarse a sus raíces. Además, este medio le ha ayudado a desenvolverse en otros lugares a los que no estaba acostumbrada y conocer otros estilos de vida, lo que le ha permitido a tener otra perspectiva de la vida. Debemos recordar que ser docente no sólo es el trabajo dentro del aula, también lo es en nuestra vida personal y , en este sentido, definitivamente la maestra Aída está viviendo una experiencia no sólo laboral, también emocional que marcará su vida de muchas maneras. Sin embargo, la realidad que se vive en el jardín de niños no siempre es de color rosa, algunas dificultades que se llegan a presentar en ella son la falta de recursos materiales y de recursos humanos. En cuanto a los recursos materiales, afortunadamente la escuela recibe apoyo de un programa escolar llamado AGE (Apoyo a la Gestión Escolar), el cual permite y favorece la participación de los padres de familia para la rehabilitación del mobiliario escolar y de los espacios educativos. De esta manera el programa AGE, le brinda recursos económicos al jardín de niños para adquirir los materiales necesarios. En cuanto a los recursos humanos, a la profesora Aída no se le dificulta ejercer su labor en un jardín bidocente, aunque razonablemente es un gran reto. No obstante, el seguimiento del proceso de enseñanzaaprendizaje en los hogares de los niños si representa un pequeño obstáculo para ella, ya que muchas madres y padres de familia no dan continuidad a lo que sus niños aprenden en la escuela, posiblemente este hecho se debe al nivel de escolaridad de los padres de familia o a sus actividades laborales. En referencia a la organización escolar, las metas para este ciclo escolar, se han establecido ya en la ruta de mejora. Ambas maestras esperan lograr una convivencia sana y pacífica, mejorar los aprendizajes de los niños y combatir el ausentismo escolar y rezago educativo presente en la comunidad y en el jardín. En cuanto a la organización del grupo, respecto al proceso de enseñanza aprendizaje, la maestra procura recuperar los conocimientos previos de los alumnos, conocer su contexto y experiencias y con base en estos diseñar situaciones que desarrollen las competencias de los niños. Para esto utiliza estrategias didácticas que ha aprendido en su escuela normal: la observación, expresión oral, el juego,la experimentación, el trabajo con textos, entre otros. Para hacer el análisis de esta entrevista, resulta imprescindible citar a la autora Cecilia Fierro (2012) en quien nos basamos para elaborar las preguntas de la presente entrevista. Fierro nos habla acerca de seis dimensiones de la práctica docente: personal, institucional, interpersonal, social, didáctica y valoral. En cuanto a la dimensión personal, nos podemos percatar acerca de las expectativas de la profesora Aída, ella se ve influenciada también por sus emociones, es un ser humano como todos nosotros. Sin embargo, y a pesar de todos sus miedos y preocupaciones al llegar sola a un lugar desconocido y lejos de casa, la vocación es la que guía sus pasos para llegar con los niños y compartirles un poco de ella misma.
Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida. Pitágoras
En la dimensión institucional nos damos cuenta de la organización y gestión escolar que tiene el jardín de niños en el que trabaja la educadora Pérez. En la dimensión interpersonal y social, la profesora Aída nos comenta acerca de la comunidad y de cómo ha mejorado la relación con los habitantes de Tepictla, el ambiente influye de manera importante en la disposición y el desempeño de los maestros como individuos. La dimensión didáctica se refiere a los procesos de enseñanza y al papel del docente como sujeto que orienta, dirige, facilita y guía la interacción de los alumnos con el saber, para que ellos construyan su propio conocimiento. La docente nos comenta acerca de la importancia de los conocimientos previos como base para el diseño de situaciones didácticas contextualizadas, que permitan a los niños explorar, observar, jugar, ser activos y hacer uso de sus conocimientos fuera del aula. Los valores de respeto, tolerancia, responsabilidad, solidaridad y compañerismo son algunos de los valores morales que guían la práctica docente de nuestra querida profesora Aída y que, constituyen la dimensión valoral de su labor. De acuerdo con Fierro, el docente, de manera intencional o inconsciente, está comunicando continuamente su forma de ver y entender el mundo gracias a sus valores y principios. Por otra parte, respecto a los ambientes educativos, Jaqueline Duarte (2003) menciona que la ciudad también educa, y que este es el escenario donde existen condiciones favorables de aprendizaje. Como menciona la profesora Aída, trabajar en una comunidad pequeña y rural también tiene ciertas ventajas como es la observación directa con el medio natural, lo que le permite generar un ambiente de aprendizaje en el que los niños aprenden en situaciones concretas y reales. Por lo tanto, ya sea un contexto urbano, rural o urbano marginado, estos tres ambientes de aprendizaje tienen las mismas posibilidades educativas (por supuesto no nos estamos refiriendo a recursos materiales o económicos); mientras exista una docente autónoma, segura de sí misma, que supere sus miedos, con vocación, entusiasmo y disposición para trabajar en colaboración (con la comunidad, con otros profesores, con los padres de familia y con sus alumnos), ese ambiente podrá ser aprovechado adecuadamente para ser potencialmente significativo y generar más y mejores aprendizajes en los niños.
El objeto más noble que puede ocupar el hombre es ilustrar a sus semejantes. Simón Bolivar
Referenciando al texto de Branford (2007) acerca de los ambientes de aprendizaje en la escuela, concluimos que la maestra Aída centra la creación de estos ambientes en el que aprende, pues conoce a sus alumnos, lo que les gusta y lo que les interesa; por otra parte, en la comunidad, la profesora junto con su compañera docente procuran generar actividades en las que la comunidad participe. Así mismo, el jardín de niños participa en las fiestas del pueblo, lo que hace que los niños aprendan directamente con las personas que le rodean, esta perspectiva es genuinamente socio-constructivista, ya que los aprendizajes y conocimientos tienen un fundamento histórico, social y cultural del contexto que rodea a los niños. Para aprovechar el entorno de sus alumnos, la educadora Aída adecúa el currículo en actividades y experiencias en las que los niños encuentren un sentido y utilidad a lo que aprenden. Los docentes muchas veces no cumplen sólo con el cargo de docente, sino también están a cargo de la gestión y la organización de las escuelas, sobre todo cuando son recién egresados y están trabajando en escuelas como en la que se encuentra actualmente la maestra Aída. Este y otros retos más son los que enfrenta la maestra Aída y muchos docente más en toda nuestra república mexicana. Por ello es importante que los docentes tengan claros su propósitos educativos y que movilicen sus saberes docentes (disciplinares, curriculares, profesionales y experienciales) para dar lo mejor de sí mismos en la práctica diaria con sus alumnos. Como menciona Tardif (2009), los saberes experienciales son una parte fundamental que dirigirán la práctica docente. Por ello, maestros primerizos, novatos o incluso los docentes que estamos en formación, debemos de valorar todas y cada una de nuestras experiencias. Siempre recuerden: no importa que tan grande sea el reto que estemos enfrentando, recordemos y vivamos nuestra vocación, aquella que nos hizo llegar hasta este punto de nuestra historia, la vocación y conocimientos es lo único que tenemos para superar hasta la más grande de las dificultades que se presenten en nuestro camino, ¡todo sea por la educación de nuestros niños!
Agradecemos a la profesora Aída Pérez Salmerón por su valiosa colaboración en esta entrevista.
Uno de los principales objetivos de la educación debe ser ampliar las ventanas por las cuales vemos al mundo. Arnold Glasow
Referencias:
Branford, J., Brown, A. y Cocking, R. (2007) La creación de ambientes de aprendizaje en la escuela. México: SEP.
Duarte, J. (2003). Ambientes de aprendizaje: una aproximación conceptual. Estudios Pedagógicos, Nº 29, 2003, pp. 97‐ 113.
Tardif, Maurice. (2009). Los saberes docentes y su desarrollo profesional. Capítulo 1: Los docentes ante el saber (25-42). España: Narcea.
Fierro, C., Fortoul, B & Rosas, L (1999). Transformando la Práctica Docente. Una Propuesta Basada en la Investigación Acción. México: Paidós. Capítulos 1 y 2.
Preescolar 2°C Ambientes de Aprendizaje 26/Noviembre/2015