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y launciudad, andar de nostalgia

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DENCIÓN DEL AMOR

DENCIÓN DEL AMOR

caos logró convertir sus palabras en conciencia colectiva, “porque una vez que se lee a Monsiváis, la ciudad no vuelve a ser la misma; las calles, los museos, las esquinas forman parte de un legado literario y es por ello que el Espacio Cultural Infonavit es un referente para construir ciudadanía”.

En su turno, Beatriz Sánchez Monsiváis, prima y colaboradora cercana del también coleccionista, relató que quizá una de las razones por las que Monsi no quiso vivir fuera de México fue porque comprendió a la ciudad, “le dio sentido a su caos; sólo de esa manera logró consolidarse como el gran defensor del ya extinto Distrito Federal”.

La escritora y periodista Elena Poniatowska sostuvo que “Monsiváis no sólo fue el cronista de la vida de México. Durante más de 40 años fue también nuestra conciencia nacional. Monsi sabía todo de todo”.

La premio Cervantes de Literatura 2014 y colaboradora de La Jornada dijo que para recordar a su amigo era necesaria la sonrisa, así que leyó algunos aforismos del cronista, fragmentos de la correspondencia que intercambiaron, cantó algunas de las canciones favoritas de Monsi y rememoró anécdotas como las polémicas con el Nobel de Literatura Octavio Paz, el sentido crítico que mostró durante el movi- miento estudiantil de 1968, su participación luego del terremoto de 1985, así como sus luchas contra la homofobia y el autoritarismo.

Un momento especial en el homenaje fue cuando Poniatowska cantó “yo no fui, son puros cuentos de por ahí, tú me tienes que creer a mí, yo te lo juro que yo no fui”, estrofas que con frecuencia escuchó en voz de su amigo. La autora de

La noche de Tlatelolco resaltó también el interés de Monsiváis en los movimientos sociales y agregó que él mismo se convirtió “en un movimiento social que todos seguimos con una gran marcha, parecida a todas las que él asistió”.

El periodista Jesús Ramírez Cuevas, vocero del gobierno de la República, en un emotivo mensaje que ofreció en su conferencia magistral, recordó a su amigo el revolucionario, el justo, el que creía firmemente en la ciudad que democratizaba su acceso a partir de la experiencia de la misma gente, de la del ejercicio de los derechos, de la toma de la palabra.

“Monsiváis disfrutó y sufrió una ciudad compleja y maravillosa, habitada por voces disidentes, personas que levantaban la voz ante la injusticia y el abuso, por eso caminó al lado de movimientos mineros, campesinos, indígenas, de mujeres, gays y lesbianas, bajo el ideal de que no podíamos perder la indignación moral, porque entonces perdíamos todo vestigio de ser humanos”, expresó. En un ambiente festivo se desarrollaron otras conferencias en torno a Monsiváis, quien fuera ejemplo de vida y de creación. El director del Museo del Estanquillo, Alejandro Brito, se refirió a Monsiváis como “la conciencia crítica de México”, “el cronista no oficial de la Ciudad de México”, “el creador de un estilo literario, el género Monsiváis”, “el santo patrono de las causas perdidas”.

En tanto, el periodista Jenaro Villamil y el director del Fondo de Cultura Económica, Paco Ignacio Taibo II, tuvieron la divertida tarea de realizar una crónica oral bajo la premisa ¿Quién era Monsi?

El autor de Patria recordó a Carlos como un bromista que actuaba como niño al negarse a contestar el teléfono fingiendo la voz de su tía cuando lo llamaba a las siete de la mañana para comentar lo que había leído un par de horas antes. El intelectual mexicano tam- bién fue evocado desde lo popular, “término que el mismo Monsi inventó”, afirmó Taibo II. Esa afinidad por el lenguaje y gustos de la gente lo llevaron a insistir en que Juan Gabriel se presentara en el Palacio de Bellas Artes.

Villamil afirmó que Monsiváis fue un hombre de ciudad, no sólo por las constantes caminatas en ella, sino porque era “un intelectual tan complejo como la ciudad misma”. Es por ello que recomendó ampliamente la lectura de su último libro, Apocalipstick, para adentrarse en el pensamiento crítico del escritor, así como en su conocimiento de la urbe. “Allí encontrarán crónicas y ensayos sobre la política y alta cultura, así como el devenir de cantinas, canciones y la tradición popular”, agregó.

El acompañamiento de Monsiváis al feminismo también fue un tema que abordaron quienes conocieron al escritor, entre ellas Marta Lamas, Gabriela Cano, Julia de la Fuente y Consuelo Sáizar, protagonistas de la mesa: ¿Monsi era un misógino feminista?

“Era un hombre de su tiempo que se fue transformando”, dijo Consuelo Sáizar, quien se considera una “anomalía” entre las amistades del cronista porque, a pesar de que no coincidían ideológicamente, se convirtieron en confidentes; tanto, que compartieron el amor de Julia de la Fuente, quien agregó que además de ser un misógino feminista, su gran amigo “era un bígamo, porque siempre respetó y amó el trabajo de sus amigas feministas”.

Sin embargo, Marta Lamas afirmó que no era un misógino feminista, “porque Monsiváis se adelantó a muchos en sus escritos sobre el feminismo, desde 1972 ya cuestionaba temas que a finales de los 70, con la liberación sexual en México, explotaron”.

A su vez, Gabriela Cano describió cómo la participación del cronista y periodista fue imprescindible para abordar el feminismo en un país tan machista como México.

La jornada del encuentro La Ciudad y Monsiváis concluyó con la promesa de que el legado del escritor se expandirá, porque la urbe que caminó y describió hace años sigue su curso como si sus palabras mostraran los caminos que él mismo recorrió.

Las actividades en torno al intelectual mexicano se extenderán hasta el próximo primero de junio. El programa completo se puede consultar en el perfil de Instagram @CulturaInfonavit.

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